sábado, 30 de enero de 2010

Al cardenal de Siétamo, Antonio María Javierre

El día uno de Febrero de este año de dos mil siete, se ha marchado de esta vida el cardenal Javierre, que nació en Siétamo, el año mil novecientos veintiuno, pero no ha muerto sino que ha renacido a una nueva vida, ya que Don Bosco lo ha llamado con él al cielo, el día en que el cardenal presidía la misa, con la que se celebraba su fiesta. Esta llamada ocurría en Roma, en un colegio salesiano y al día siguiente, a primera hora de la mañana, Antonio María Javierre, se marchó con su fundador. Pero no sólo han sido los salesianos, los que lo han sentido, sino también los hombres y mujeres que nacieron en el pueblo de Siétamo y en Aragón, se han sentido conmovidos por la marcha de este mundo de su paisano el cardenal, que tanto nos recordaba. Y el pueblo de Siétamo también lo recordaba a él, porque cuando me enteré de que iban a nombrarlo Cardenal, escribí: ”Hoy en Siétamo, reina la alegría. Va a ser investido con el capelo cardenalicio, uno de sus hijos, Antonio María Javierre Ortas, un aragonés puro, como demuestran sus dos sonoros apellidos. Un paisano nuestro va a alcanzar la púrpura y desde el alcalde y el mosen hasta el sacristán, pasando por cada uno de los pocos sietamenses que quedamos, sentimos un orgullo y parece que estamos escuchando himnos solemnes, al tiempo que también parece deslumbrarnos el clásico brillar de la púrpura”.
Los sietamenses se llenaron de entusiamo y se cantaban jotas, como aquella que reza: ”Del Vaticano a Siétamo – nos llega una autoridad,- es el cardenal Javierre,- que nos viene a visitar”. Con cuatro versos, nuestras gantes sencillas, describen sus ideas y sentimientos, ”que los escritores tratan de explicar en largos textos” y con esas jotas rezan, pues parece una oración, un deseo de espiritualidad aquella que dice así: ”Hemos sentido nostalgia –esperando tu llegada,- bendícenos tú, Javierre, - y la jota tendrá alma”.
Los de Siétamo, presididos por su alcalde Vicente Benedé y concejales y vecinos de los pueblos además de los siétamenses, los de Castejón de Arbaniés, Arbaniés y Liesa, llenamos un autobús y nos dirigimos a Roma, para asisitir a la investidura del Cardenal y allí acabamos de comprender, escuchando solemnes salmos latinos, la grandeza del ecumenismo, como nos ordenaba el autor de la jota, que así se expresa:”Ante el cardenal Javierre-hoy debemos compartir,-los efectos de la jota- que son virtud, nobleza y sentir”.Más tarde fue el Cardenal el que vino a Huesca y “llegó a celebrar la misa en la iglesia de María Auxiliadora y Madre de los salesianos y de todos; esperábamos que saliera el celebrante revestido de púrpuras, pero apareció como un párroco sencillo de pueblo con casulla blanca; al llegar al presbiterio tomó el hisopo y recorriendo el pasillo central nos lanzó agua a los asistentes”. “Algunos nos acordamos de cuando, hace ya muchos años, en la parroquia de Siétamo, era él el portador de la cubeta de agua bendita, cuando el párroco subía al cerro de San Pedro Mártir, acompañado por el pueblo, para “aspersar” los términos del monte”. El cardenal que no podía olvidar a Siétamo, en esta ocasión acudió a la parroquia de Siétamo, donde fue bautizado y emocionado miraba insistentemente a las piedras del presbiterio, donde en otros tiempos se alzaba la imagen de nuestra madre, María Auxiliadora. No estaba la imagen, pero él dejó un hermoso cuadro, en que aparece Cristo, que se lo ha llevado consigo.
Si para la investidura de Antonio María Javierre como cardenal, asistimos los de Siétamo, con ocasión de su entierro, presidido por el Papa, han acudido además del Señor Obispo de Huesca, la Alcaldesa de Siétamo, el sietamense sacerdote José María Cabrero y nuestro Párroco don Nicolás.
Los de Siétamo, cuando veamos el Cristo que nos dejó el cardenal, le pediremos que se siga acordando de los fieles, que tanto lo han querido en esta vida y esperan unirse a él en la otra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

San Urbez o SANTURBEZ desde Villalangua

  La vida de San Urbez se ha venerado en el Alto Aragón y se venera hoy en día, pero desde aquellos años en que los moros, invadieron nuestr...