jueves, 6 de mayo de 2010

Fonz, espléndido pasado, hoy casi olvidado

He estado varias veces en la Villa de Fonz y me causaba su contemplación el sueño de estar en un lugar sagrado de Aragón. Resultaba sagrada la impresión que producía contemplar aquella maravillosa arquitectura de Fonz, nombre que viene del latín Fontes y que la Villa lo celebró, con una fuente pública, que lanza el agua por seis caños. Fue construida en 1567, con su escudo, con seis caras y una marmota. En esta fuente se alzan también columnas redondas, capiteles corintios y una inscripción artística en latín. Es que Fonz destaca la raíz de la vida humana del agua, con sus fuentes, al mismo tiempo que pregona su categoría arquitectónica alrededor de la iglesia de Nª Sª de la Asunción, del siglo XVII, en una altura, aunque calla el despojo que sufrió en la Guerra Civil, al desaparecer su retablo mayor. Mi emoción histórica se acrecentaba a medida que iba contemplando las doce casas- palacio, que a pesar de necesitar alguna de ellas, una reparación, van recordando a los visitantes el esplendor de su pasado. Estas casa infanzonas están construidas en el estilo aragonés, consistente en unos bajos de piedra de sillería y los pisos de ladrillo, y toda coronada por amplios aleros de madera tallada. Aparte de las casas nobles, tenemos el Ayuntamiento, construido en un estilo que difícilmente se puede superar en la arquitectura civil aragonesa. Allí residieron los obispos de Lérida hasta que tuvo lugar la desamortización. Pero aquellos edificios si fueron notables por su arquitectura, lo fueron tanto o más por los ilustres personajes que en ellos nacieron, como los del apellido Gómez- Alba, el arabista Francisco Codera, vecinos de casa Guilleuma, los de casa Camón y los de Bardaxí y de Capri. La casa de Cerbuna vio nacer al fundador de la Universidad de Zaragoza,Don Pedro Cerbuna.En Fonz se encuentra casa Montroset,en la que nació Irene Montroset que descubrió la mercromina. Esta casa la posee actualmente mi amigo Jorge Doz,que pasó su niñez en Fonz, conociendo infinidad de detalles, no sólo en los actuales tiempos, sino a lo largo de la Historia. Podría narrar hechos de la casa Ric y del Archivo-Biblioteca de los Barones de Valdeolivos, pero me sedujo un hecho que me contó Jorge y voy a tratar de exponerlo a los que admiran la identidad de Fonz.He considerado el arte, pero no he hablado de la Literatura,que procedente de Fonz, inculcó en mí, José Antonio Llanas Almudévar, regalándome el libro Pitiusa, escrito por su tío José María Llanas Aguilaniedo(1875-1921).Nació este genio en Fonz y fue uno de los primeros modernistas españoles, como aquel que quisiera renovar la gran cultura de viejos siglos de Fonz. Su obra ha sido muy valorada por Cejador y Clarín, pero al perder la razón en 1912, fue olvidado y vivió retirado en casa de mi primo hermano José Antonio Llanas de Huesca. Entre sus novelas principales se encuentran Navegar pintoresco y Pitiusa. Esta obra es una de las mejores de la literatura española. José María hizo llegar el modernismo a España, notándose su adelanto hasta en la Medicina y en la Cirugía.Y la demostración de este adelanto me la reveló Jorge Doz. El con un grupo de muchachos recorría los parajes semiabandonados de aquellas antiguas casas nobles y en una de ellas encontraron una mano de madera. Dice Jorge que aquella, perteneció a un embajador español en Filipinas, al que le faltaba una mano. Nadie les explicó que destino tenía, pero ellos jugando, apretaban en la muñeca una señal y se subían sus dedos, apretaban otra y se cerraban. Ahora si es necesario implantarle una mano a una persona que le falta, se le transplanta, pero en aquellos tiempos, era imposible. Sin embargo ya pensaban en hacerlo y con esa mano de madera de Fonz, era lo que intentaban. Fonz no es recordado como se merece su pasado, pues la mano de madera está olvidada, como casi lo está la maravillosa obra literaria de José María Llanas Aguilaniedo.

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