domingo, 5 de diciembre de 2010

El polvo y la energía


El mundo dicen algunos que es redondo, pero para otros el mundo es todo el Universo y vete a saber su forma, en unos momentos en que todavía está creciendo. Y ¿cual es la materia prima con la que se han creado las constelaciones, los planetas y los hombres y mujeres, que vivimos en el planeta Tierra?. La primera materia y la energía, según me dice Ignacio Escalona son lo mismo y Mendeleief en su tabla de elementos simples, dice que los primitivos fueron el hidrógeno, el helio, el litio, el berilio, el boro, etc. y con esos “polvos” comenzó a formarse el mundo, pues al hombre le dijo el Señor: “polvo eres y en polvo te convertirás”. Así que venimos del polvo y al polvo vamos, por lo qué no me extraña lo que dijo una señora en una conversación que escuché y que decía que los hombres somos unos “polvos”. Si el principio de la vida del hombre, viene del polvo, hasta que se convierta en él otra vez, parece razonable que a este ser, se le adjudique el calificativo de “polvo”. La gente habla de los hombres “polvos” y de los “polvos”, que tienen como objeto mantener lo que dice Teilhart de Chardin, es decir que perdure la especie humana y que tienda a vitalizarse, a hacerse vida, a hominizarse por medio de la evolución. El hombre bromea con sus afirmaciones, pero a mí me parece que con su humor descubre que él mismo “es polvo y en polvo se convertirá” y en medio de sus conversaciones y de sus cachondeos, reconoce que es un “polvo”. Y es que el espíritu tiende a desprenderse de la materia y como la verdad siempre sale triunfante, aunque el poseedor de dicho espíritu no crea, va desprendiéndose del polvo, es decir se va desmaterializando.

Una enorme cortina formada por una “polvareda”, impide la visión clara de los problemas del hombre. Y por no ver, ya que tiene los ojos tapados por esa cortina, sólo piensa en el lado festivo de esos “polvos”, mientras ya de antiguo, recordaban al hombre, en las iglesias románicas, aquellas letras griegas, la primera la Alfa y la última la Omega, que están expresando la evolución del hombre. La vida de los hombres y mujeres tiene por principio el polvo de la letra Alfa, en medio esa polvareda, que a veces nos confunde y por fin la letra Omega, también formada por el polvo. Pero como dice Teilhard de Chardin, la materia, es decir el “polvo”, tiende a vitalizarse por medio de la evolución y el espíritu tiende a hominizarse, con el desprendimiento de la materia. ¡Acuérdate hombre de que eres polvo y en polvo te has de convertir!. Me parece que aquella señora que dijo que el hombre era polvo, tenía algo de razón.

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