sábado, 15 de enero de 2011

Huesca, desde Lamusa a Rectificados de Metal Duro


Yo no he sido industrial, pero siempre me ha llamado la atención en Huesca la Fábrica de Lamusa, que hoy se ha convertido en un club de personas mayores. Pero sin embargo en Huesca han crecido otras empresas, como la C.T. V., que está situada en el Barrio Industrial de Sepes. Siempre me ha llamado la atención el gran número de naves industriales que ocupan los distinto distritos de Huesca, pero sólo había entrado en aquellas relacionadas con la Ganadería o con los tractores y las máquinas agrícolas. Ayer me encontré con Antonio, uno de los tres socios de la C.T. V. y me explicó su funcionamiento. Hoy he acudido a observar sus formas de trabajo y ver las materias primas que allí se consumen para obtener piezas, que se pueden comparar con joyas auténticas. El mismo Antonio, dentro de la nave y con un ambiente limpísimo, me enseñó unas pequeñas piezas cuadradas, que parecían de hierro, con una perforación en medio de ellos. Pero esa perforación no tenía rosca como las tuercas y Sergio y Antonio, me aclararon que aquellos objetos no eran de hierro, pues eran mucho más pesados que él. Al preguntarles de que materia estaban compuestos, me contestaron que eran de un “metal duro”, más conocido como WIDIA, producto creado por esa marca alemana. Son una mezcla de cuatro o cinco metales, que son tungsteno, cobalto, titanio, tántalo y otros metales de nombres raros para nosotros, los que pensamos en otras cosas, que no tienen la importancia de dichos elementos, porque con ellos se pueden fabricar herramientas de corte de alta graduación, unas veces para el sector metalúrgico, otras para el automovilístico o para hacer cortes duros, etc. Estos tipos de material, cuyo principal componente es el Carburo de Tungsteno, los descubrieron los alemanes el año 1926 y hasta el treinta y seis, no se enteró el mundo industrial de la composición de esta materia. Dicen que cuando empezaron a trabajar, cogían el material originario con los dedos de sus manos y lo destruían como si se tratara de una tiza. En cambio ahora para tratar este material se utiliza el diamante industrial, en forma de bolas. El acero empieza a fallar a los mil grados que se alcanzan con el roce y Widia aguanta los mil grados, con ese roce, provocado por la penetración de las brocas y las fresas en el acero. Allí, en un expositor, aparecen como si presumieran, esas piezas tan agradables de contemplar, que raramente se rozarán, porque aparte de su fuerza, se les frota, si es necesario con titanio.

Me han enseñado un conjunto de objetos de dicho material, que no los venden nunca, como si se tratara de chatarra, porque no los han encontrado perfectos en sus medidas, aunque ese material es de la misma composición que las joyas. Al principio, cuando los alemanes acudían a esta fábrica a comprobar la calidad de su producción, les decían los oscenses, que de allí no salía ninguna pieza que no fuera perfecta, porque como yo mismo he visto, las acumulaban en un cajón.

Hoy en día, hay una crisis en el mundo laboral, pero estos trabajadores, sin ser ingenieros, harán que el trabajo no se acabe en España, porque han seguido el ejemplo del esfuerzo de los alemanes.

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