domingo, 3 de julio de 2011

Hombres y caballos juntamente


Son protagonistas de la Fiesta Nacional el hombre y el toro principalmente, pero aquella poesía del Romancero nos recuerda:” ¡Ay, cuanto de dolor está presente, al infante valiente, a hombres y caballos juntamente!”.
Con este bello recordatorio, “paro cuenta”, como dicen nuestros campesinos de que no sólo en el dolor, sino en la gloria, la belleza, la armonía de la luz con la música, el ballet del infante valiente con el toro y el del caballero-caballo con el astado, están presentes toros y ”hombres y caballos juntamente”.
Y como describe el romance: ”Para lancear un toro
                                               Demanda licencia ufano
                                               Un caballero cristiano”.
Es tan claro el panorama descrito del toro, caballero y caballo, que se puede empezar a recitar también por medio en lugar de por arriba,  diciendo:”Demanda licencia ufano para lancear un toro, un caballero cristiano”, o  empezar por abajo: ”Un caballero cristiano demanda licencia ufano para lancear un toro” o,  ”un caballero cristiano, para lancear un toro, demanda licencia ufano”.
Caballeros a caballo fueron los primeros en torear al toro y  ufanos demandaban licencia para lancear a ese toro, como ahora el “infante valiente” alzando la montera demanda licencia al Presidente más o menos ufano, pendiente de que esa montera, al lanzarla sobre la arena, caiga del derecho o del revés.
Estamos ante un mito con su ritual que la razón no alcanza a comprender. La diosa Razón con su sumo sacerdote Voltaire no comprenden el sacrificio del toro a la divinidad, pero en el  nombre de la divina Razón se cortaban cabezas en la guillotina y en tanto quieren suprimir la Fiesta, se llena Bosnia de fiestas sangrientas en las que el sacrificado es el humilde hombre, alcanzado ahora con ametralladoras.
El toro raptó a Europa y Europa quiere raptar al toro, para seguir sacrificando hombres, cuando el Señor paró la mano armada de Abraham, cuando iba a sacrificar a Isaac.
Si el toro es la víctima en este sacrificio, “el hombre y el caballo juntamente” se constituyen en posibles víctimas, con lo que su papel en el rito taurino no sólo no es hipócrita, sino noble.
Es menos vistoso el papel del picador con su pobre y pesado caballo a los que trata de proteger el Reglamento Taurino con tantos artificios y arneses. Así como el caballo de silla, como lo es el del rejoneador, va a más, el pesado caballo del picador desaparece poco a poco y al que queda se le vuelve ciego con una placa de plástico, con el pañuelo rojo o con belladona, para evitar peligrosos resabios del animal.
Hay que ser comprensivo con picadores y caballos “juntamente”.
El “dolor está presente” en tantos toreros alcanzados, en el negro caballo como el azabache del rejoneador Moura, que murió ,hace pocos años en la plaza de Huesca y los pobres toros cuyo sacrificio no siguió el rito del arte, la luz, la música y la estocada certera a la primera.

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