domingo, 3 de julio de 2011

Periódicos



He escuchado la conversación que llevaban un periodista profesional con un técnico en la confección de los periódicos y yo, escuchaba con interés, porque me daba cuenta del espíritu altruista y a favor del pueblo, que mueve los actos y la vida de esos que sin estar “predicando”, sin interés de que la gente les votara, sin ningún propósito de alcanzar popularidad, hablaban con una sinceridad espontánea, que movía sus lenguas y que se notaba les salía de sus corazones.     
Yo me acordaba en aquellos momentos de un partido de fútbol que estaba viendo uno de estos días en la televisión y contemplaba como multitud de ciudadanos gritaban, siguiendo los incidentes del partido, pero no se veía conversar a ningún pequeño grupo de amigos; y en esta ocasión eran sólo dos hombres relacionados con un periódico los que hablaban, con emoción, pero sin gritos, con voces moderadas que no le quitaba emoción al tema que trataban.
Entre otros muchos temas comentaban el gran interés que Huesca demuestra con los problemas que afectan al mundo, lo que revela el gran corazón que tienen los oscenses, pero sin embargo no se manifiestan para tratar de resolver los problemas que a la ciudad le afectan. Decía el periodista: muchas veces la dejación de obras en una Comarca, es debida a sus propios ciudadanos, que no trabajan ni se interesan por su desarrollo y ni ellos solos, ni unidos a los compañeros con los que formarían una fuerte unión. Para confirmar estas palabras del periodista, el técnico exclamó esta frase, que dijo quien la había pronunciado: Yesa no pide el agua y no la conseguirá.
Siguió el que daba la impresión de querer convencer a los oscenses, diciendo: Huesca no se ha manifestado contra el paro tan antiguo de Lamusa, después de Albajar, de Humsa ,de Meyba, de Durometal y de Sanyo. Y Huesca ha sido escenario de las manifestaciones de los montañeses, que pedían que no querían pantanos y de los monegrinos, que los quieren y necesitan, pero los habitantes del escenario, todavía no saben lo que quieren y no han salido a la calle para manifestar sus necesidades de agua y sus deseos, es decir para ella misma. A estas palabras añadió el técnico: lo que cambia en Huesca se hace por  gente que viene de fuera de la ciudad y que vienen sin los prejuicios de los oscenses.
Me hubiera gustado escuchar toda la filosófica conversación entre ambos personajes, pero había llegado tarde.
Le conté lo que había escuchado a un herrero, que trabaja por su cuenta, desde que lo echaron de una de las empresas, que antes he citado; se quedó un poco melancólico y dijo que en Huesca hay muchas personas conformadas y acomodadas al porvenir y después de pensar unos segundos exclamó: ¡Si se crea una novedad en Huesca, como Walka, tendremos la suerte  de tener un porvenir!.          

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