lunes, 16 de enero de 2012

La gripe aviar de los estorninos



Por la chimenea del hogar, en  casa Almudévar de Siétamo  penetran en las habitaciones, algunos estorninos. Para no matarlos, abro la puerta por la que se baja al corral y los asusto para que recobren la libertad. Te dejan la habitación donde se encuentra el hogar, con las cortinas destrozadas por las uñas, con que los estorninos, se agarran a las mismas, al mismo tiempo, que por todas partes, dejan sus excrementos. En distintas ocasiones han penetrado estorninos en mi casa y yo he observado que algunas veces son de los llamados negros,  que tienen  un color apizarrado oscuro, con algún ligero brillo, como purpúreo y otras son de los llamados pintos, con  su plumaje de color tordo, una mezcla del  blanco y pardo, y con pintas por todo su plumaje. Cuando yo era niño me fijaba en los gorriones, en las cardelinas, en las abubillas, pero  no me acuerdo de los estorninos.   Sin embargo ya venían por España, como escribe el Doctor Brehm, en “La vida de los animales”, el año 1881, lo siguiente:”Los he oído cantar en Enero en los campanarios de la catedral de Toledo”.
Pero cuando el Doctor Brehm, dice haberlos visto en España, seguramente habría alguno, pero de lo que me acuerdo es que Rodríguez de la Fuente, los introdujo en nuestro País, pensando que acabarían con la procesionaria, parásito de los pinos. Es un ave que emigra desde Alemania hasta España, llegando a Huesca a finales de Agosto. Yo me he fijado que cuando todavía vuelan por nuestros cielos, las golondrinas, son todavía muy pocos los estorninos que nos han llegado. Cuando llegan a Huesca no se van a dormir  a los pinos de San Jorge, más elevado y orientado al viento cierzo, sino que se van a puntos más refugiados de los fríos aires, como el Parque y a los arboles que se encuentran al lado del Hospital Viejo, donde la temperatura es más benévola que en el Cerro de San Jorge. Pero no están tan sólo por Alemania y España, sino que se les ve también por Italia, Rumanía, Grecia, en el Cáucaso y en una enorme extensión de Asia como en la Cachemira del Pakistán y la de la India.
Cuando acuden a nuestras tierras lo hacen en multitud y por las noches se reúnen para dormir y al amanecer se desparraman por el cielo formando como nubes pardo oscuras y revolotean  y chillan con diversas modalidades, pues no cantan bien, pero tienen facilidad  para, además de chillar, gorgotear, cuchichear, silbar e incluso cantar, pronunciando palabras como los cuervos.
A pesar de ese aspecto de la especie, que produce susto en aquellos que ven esas nubes negras de pájaros, es un animal simpático porque en cautividad,  que en España no se ha experimentado, es divertido,  aficionado a jugar como los niños y aprende a imitar las palabras, que nosotros pronunciamos  y se llega a encariñar con su amigo cuidador, siendo capaz de vivir en la jaula casi tanto tiempo, como vive un hombre.
Dicen que a la agricultura no le produce perjuicios, aunque a  los que tienen viñas los espantan justificadamente. Pero no sólo éstos, sino en las fincas productoras de fruta de Binéfar y de Lérida, han tenido que poner redes para que los estorninos no picoteen en las peras y en las manzanas. Alfonso Buil,  en su huerto de Albero Alto, tenía tres cerezos y cuando sus frutos estaban ya maduros,  en una mañana, los hacían desaparecer. En un día son capaces de limpiar de cerezas  un campo productor de las mismas, dejando yermo ese huerto.
Forman nubes negras de estorninos que donde bajan, acaban con todo, pues se ven olivares cargados de aceitunas,  por la mañana y por la tarde, ya las han hecho desparecer. Desde el piso de don Alfonso Buil se contempla la iglesia de Santo Domingo, con amplios tejados y largas canales, en los que antes criaban cientos de gorriones, pero ahora ya no se contempla ningún gorrión porque los estorninos han acabado con ellos. Miraba Alfonso los estorninos como recorrían las canales y como levantaban las tejas de la iglesia de Santo Domingo, introducían sus picos en los nidos y sacaban los huevos y las crías de gorrión y  los comían. No quedaban gorriones, pero después de levantar  las tejas de algunas naves o pajares, se abrían goteras y se caían algunos tejados si no eran reparados por sus dueños. Antes,  en Santo Domingo por lo menos criaban cien o más gorriones, pero también criaban muchas palomas, de las que el día 30 de Diciembre de 2011, se podían contemplar sólo tres.
De todas formas no sólo han sido los estorninos los causantes de la casi desaparición de Huesca de las palomas, pues el hombre se ha encargado de hacerlo.
En Huesca, además de estorninos, abundaban las palomas urbanas y criaban hasta en los Porches, llenando de heces todas las aceras. Parece ser que alguien ha colocado jaulones, en distintos lugares, donde las palomas entraban y no podían salir. Yo no sé qué se hizo con las citadas palomas, pero ya no las hemos vuelto a ver. Antes ya existía un procedimiento para cazar palomas y poder consumir a sus  pichones.  Dicen que en altas ventanas en la parte superior de la Plaza del Mercado, dejaban sus puertas abiertas y allí entraban las palomas a criar. Cuando querían capturar algunas de ellas, cerraban las ventanas y sacrificaban las que después guisaban y se comían. Pero lo que es indudable es que esas nubes de estroninos van haciendo desaparecer del Somontano las cardelinas o jilgueros, verderones y otras especies de pájaros que nos alegraban en nuestros montes y que ahora se ven solitarios, de hombres y de animales.
¿Qué han hecho en Huesca para combatir esas invasiones extranjeras de estorninos, que nos están entristeciendo nuestra tierra?.


Ahora parece ser que está muy próxima a nosotros la gripe de las aves y la Unión Europea parece dispuesta a decidir, si además de las medidas de cuarentena que ya existen,  prohíbe   la importación de aves a nuestro continente. Dice la prensa que el corazón de Europa ya no está libre de la gripe aviar y yo me preguntó y ¿los estorninos?.  Yo no lo sé, pero cuando pasa uno por el Parque, hay zonas que desprenden un olor apestante, con las aguas sucias por las heces de la “turba multa” formada por los estorninos, que al mismo tiempo “adornan” los bancos donde no es posible sentarse. Si en Europa prohíben la entrada de aves forasteras, ¿quién les prohibirá a los simpáticos y ahora  peligrosos estorninos, que invadan masivamente nuestro Parque?.
En Inglaterra se  asustaron por el loro que  murió por la gripe aviar. En Turquía y Rumanía se han detectado cepas de la gripe. En Suecia se produce un escándalo por la muerte de siete patos y en Rumanía y  Macedonia se está procediendo a eliminar aves en libertad.
En España se ha distribuido un protocolo para que los doctores puedan identificar al virus causante de la gripe.
En Huesca disparan cohetes, cuando llega la tarde y producen unas explosiones, que asustan de momento a los estorninos, pero vuelven enseguida y dañan con su exagerado clamor a las personas que por allí pasan y a las viven cerca del Parque. En el pinar del Hospital viejo no los disparan y siguen accediendo a él, formando al levantarse por la mañana, nubes negras. Se ha gastado dinero en desalojarlos del Parque, pero no se ha logrado nada. Tal vez haya que volver a utilizar algún procedimiento, como el que yo me acuerdo que usaban en el Somontano, que consistía en poner en los cados y madrigueras de raposas y de conejos, latas de azufre, que hacían salir rápidamente a esos animales y que ya no volvían en mucho tiempo. El azufre mata el oídium de las viñas, los gusanos, haciendo huir a los insectos. ¿No haría, también, huir a los estorninos ?. Don Ramón Buil Calvo, Señor del Señorío de Aniés, que vivía en el Castillo de San Román de Morrano y que fue Guarda Mayor Forestal de Huesca, amigo de Don Joaquín Costa, en el interior del tonel o cuba en que había de guardar vino, quemaba una pajuela de azufre, que se sostiene con un alambre y una vez quemada la pajuela,  sacaba el alambre y  cerraba la pipa o recipiente y a las dos o tres horas, ya podía contener el vino. El azufre es enemigo no sólo de los gusanos y de los insectos, sino de los pequeños parásitos que ensucian las pipas o toneles y los que atacan, en los huertos, las plantas productoras de tomates y las que crían alubias o judías. Cuando dichas plantas se van poniendo amarillentas, se azufran esparciendo polvo de azufre sobre ellas. Con el azufre se fabrica ácido sulfúrico,  que es muy corrosivo, pero hay productos en los que entra a formar parte el azufre, como el sulfuro de carbono que se usa como disolvente, el ácido sulfhídrico  formado por hidrógeno y azufre, que huele a “huevos podridos” y que hace que las aguas en algunas fuentes, manen pudiendo ser consumidas por el hombre. Yo he conocido una de esas fuentes, en Arechavaleta, entre Escoriaza y Mondragón y  otra que tenemos en el Balneario de  Panticosa. La flor de azufre, que es cristalina y pulverulenta, con la que se lucha contra el oídium también puede emplearse para destruir toda clase de gusanos y de insectos, que van contra los vegetales. Yo creo que así como a las cepas se les puede aplicar por medio de fuelles, también se podría distribuir por los altos árboles, con tractores e incluso con helicópteros. Le he preguntado a un señor que dispara los cohetes, que por qué no utilizan el azufre y me ha contestado que por ser tóxico. Efectivamente  hay productos de azufre que lo son,  pero los hay que son terapéuticos y especialmente en Veterinaria, que ha usado  como purgante el sulfato de magnesio y el de sodio. En dermatología y oftalmología se usaba un polvo finísimo de color blanco y el azufre coloidal se inyectaba para combatir ciertas formas de reumatismo. Todos sabemos que en muchos balnearios se encuentran aguas sulfurosas. Yo no soy técnico y no se me puede hacer caso de lo que acabo de escribir, pero si las autoridades se preocuparan de resolver este problema, que en muchos casos resolvieron nuestros antepasados, como el problema de ahuyentar a las raposas y a los conejos, yo creo que las autoridades gobernarían a los estorninos, aunque, a veces, no nos gobiernan bien a todos los ciudadanos. En Huesca los jardineros trabajan, pero no pueden lograr la  limpieza, luchando contra la masa oscura que duerme entre las ramas del Parque.
¡Salud para los hombres y mujeres y para los estorninos, si,salud para los estorninos, pero lejos de nuestro Parque y de nuestro viejo Hospital!.

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