miércoles, 2 de mayo de 2012

Los discípulos de San Urbez


San Urbez (Fanlo-Huesca)

Por la Brecha de Rolando  entró  en España, San Urbez, que venía de Burdeos  a Vio, pueblo sobre el que se alza la Ermita rupestre que a él se dedicó, en la cueva Sestral.  En su interior reposaban las ovejas en tanto que él, dormía en otra covacha colateral. En esta cueva hoy está erigido el templo rupestre de San Urbez. Todavía en Vio cuentan que San Urbez estaba acogido por Casa Lardiés. A este santo se le hace una romería el día primero de Mayo. Allí acuden los habitantes del Valle de Vio, regado por los ríos Aso,  Yasa y Belló, en una zona de una belleza extraordinaria, ya que parte del monte del pueblo de Buerba, está integrado en el Valle de Ordesa y Monte Perdido. En las distintas casas en que era acogido, se daban cuenta de que aquel hombre sencillo, poseía algo sobrenatural. Entonces querían darle un trato especial y él,  que era muy humilde, se cambiaba de casa y de pueblo, marchando al fin por las tierras de Fiscal, Serrablo, por la Sierra de Guara, en la Val D´Onsera  y el Somontano de Ola.

En su marcha pastoril por el Alto Aragón, iba extendiendo el amor al Señor y a su prójimo, y así como en Ola les proporcionó el agua de la fuente, abierta con su cayado, iba liberando a sus gentes de las brujas, que adoptaban  formas de bucos o de cabrones, pero San Urbez las espantaba. Igual que esos jóvenes discípulos que han tomado como modelo a San Urbez, huyen de las drogas y de la corrupción.  Estos modernos  Discípulos de San Urbez, caminando por esas sendas viejas creadas por aquellos antiguos pastores, hacen sacrificios, retirando piedras que cada año caen y matojos que brotan en medio del camino. Pero no quieren sólo los bienes del espíritu, sino que aman la Naturaleza y practican el senderismo. Se acuerdan a diario de que San Urbez vino de Francia y quieren que España y Francia, realicen los sueños antiguos del convivir feliz, como el Paso Central de los Pirineos. Este Paso hermanaría a los habitantes de esas tierras, de los que muchos siempre fueron pastores. Es este un mundo pirenaico que se va, porque ya no van quedando  pastores,  tanto es así que el viejo pastor Enrique Satué Oliván, con el apodo o sobrenombre de Cabalero, escribió el libro  “Un viejo pastor de los Pirineos”, en el que decía  que ya tenemos individuos en posesión de muchas carreras, pero los pastores van desapareciendo, pero, como consuelo han aparecido “Los Discípulos de San Urbez”.

 El Pirineo, fue corrido y recorrido por las tropas de Carlomagno, que bautizaron muchos lugares, con el nombre de su  difunto héroe Roldán. Parece ser que San Urbez entró por la Brecha de Roldán, que separaba y unía Francia con España, pero que entonces aquella Región,  era la de los Pirineos.  Fue durante toda su vida peregrinando  por el Sobrarbe y por el Reino de Aragón. En la entrada a Huesca, se encontró, separando la Montaña de la Tierra Baja, el Salto de Roldán. Esta fue la última etapa de su peregrinación de Norte a Sur. Pasó la brecha del Salto de Rodán y según la tradición del pueblo de Ola, en ese lugar estuvo de pastor. En la Iglesia se venera a San Urbez, aunque para la Guerra Civil, quemaron su imagen, como sus compañeros, abrasaron el venerado cuerpo del Santo, allá en Nocito.   Otal de Ola, repuso en la Parroquia, al santo que servía a los espíritus y a las necesidades materiales  de los habitantes  de Ola.  Al hablarme de San Urbez, dejaban patente  la sensación de tener una gran fe en el santo, pues parecía que lo habían visto cuando  lanzaba,  contra la tierra,  su cayado de pastor y apareció una fuente de la que se han servido los vecinos de Ola y en ocasiones los que trabajaban en el Campo de Aviación de Monflorite.  En casa de mi pariente Antonio  Otal, me abrieron la puerta de la cuadra, donde se refugiaban las caballerías y en un rincón me enseñaron una losa de piedra, sobre la que el santo dormía. En los libros no pone nada de la estancia de San Urbez en Ola, pero la tradición lo asegura con firmeza. Lo único que falta es que los Discípulos de San Urbez vayan a ese pequeño pueblo a venerar y a visitar la fuente, a la que él, le dio aguas.

Ya, en aquellos tiempos había una relación amistosa entre los vecinos franceses y los del Mediodía. Se dieron nombres del guerrero Roldán a pasos  pirenaicos  a España y por España, como la Brecha de Roldán y el Salto de Roldán. Era este Salto un paso, una apertura, es decir una puerta para entrar desde la Montaña en la Tierra Plana. A aquellas aperturas se las llamaba “oscas”. San Urbez iba abriendo osquetas  en las orejas de las ovejas, para distinguirlas de otras. Por ejemplo a una oveja se le abría una osqueta en la oreja izquierda y a otra en la derecha. Pero las “oscas” o puertas enormes, las había  abierto el Señor en los pasos montañeros, como el Salto de Roldán, por el que se entraban, juntos con las aguas del río Flumen, los montañeses  en la ciudad de Osca o Huesca. Estas puertas las abría la Naturaleza, no sólo en Salto de Roldán, sino también encima del desaparecido pueblo de Salinas de Jaca, por donde pasaba Sebastián Grasa, cuando bajaba de la montaña, para asistir a la doctrina cristiana, que les daba el cura.

¡Cómo se ha olvidado la sociedad española de las comunicaciones con Francia!.  El pueblo pirenaico, sobre todo de pastores,   está  todavía soñando ver correr el ferrocarril, por la Puerta Central de los Pirineos. Es que los pastores del Pirineo convivían con sus vecinos y todavía se cumplen contratos, en que los franceses traen al Sur de los Pirineos, ganados a pastar, mientras los españoles, los lleva al Norte de los Pirineos. Quedan pocos pastores y no se sabe si volverá el hambre, pero hay unos jóvenes que se identifican con ellos y se hacen discípulos de San Urbez. Van recorriendo, parece ser que en una peregrinación para espantar a las brujas modernas, como las  que en aquellos tiempos  se aparecían a los pastores van desapareciendo. Parece ser que Satué con su libro, quiere despertar la vocación en los jóvenes para que practiquen el pastoreo.  Y coincide este sentimiento con el de muchos jóvenes que no es que quieran ser pastores, pero sienten  la necesidad de conservar su mundo espiritual,  divirtiéndose  en los caminos de los pueblos y ermitas.

 Efectivamente hay personas jóvenes que quieren imitar y conocer al antiguo pastor San Urbez y en este mes de Abril,  han recorrido en romería, desde la Ermita rupestre de Fanlo, quedándose a dormir en el pueblo de Buerba, hasta la también casi rústica Ermita de la Val d´Onsera, para aparecer a las cinco de la tarde, en la iglesia de San Pedro de Huesca. Ya iban preparando su peregrinación desde hacía varios días, pues me comunicó mi hijo Ignacio, que con sus otros compañeros, sobre sus costillas habían llevado leña a la Ermita de la Val D´Ònsera, para dormir y secar sus ropas mojadas en la Alta Montaña. Así pudieron aparecer secos y limpios apoyados en sus largas varas, en la que a mi hijo, le habían tallado un porrón, recuerdo del que su abuelo don Manuel Almudévar, le estrelló tirándolo por el balcón, porqué de niño, de un modo inconsciente se había emborrachado con sus cinco años. Parecían pastores, con sus boinas puestas, sus chalecos, los pantalones de pana y un color que les había pegado en su piel, la Naturaleza y con sus sonrisas limpias por el recuerdo que San Urbez les había dado en toda la Montaña y Somontano.

Tiene una explicación el acabar su peregrinación en este templo de San Pedro el Viejo de Huesca,  porque en él se guardan recuerdos de San Urbez de Nocito y cuya Cofradía tiene en Huesca su centro.

¡Como se va notando la identificación de los peregrinos con su venerado San Urbez!, porque mirándolos van vestidos de antiguos pastores, y vienen a rezarle a la Iglesia de San Pedro. Pero no sólo era pastor San Urbez, sino que era el remedio de la falta de agua en las tierras del Alto Aragón. San Urbez demostró el día y la hora, a saber las cinco de la tarde, en punto, que ha sido el que ha influido ante el Señor, en la donación a la tierra del agua de lluvia fecundante. Aparecieron  puntualmente, como tenían anunciado, los discípulos de San Urbez, en la Plaza de San Pedro y nada más pisar dicha Plaza, se oyó en el cielo un sonido de truenos, que hacía días no habíamos  escuchado y a continuación, cayeron seis litros de agua de lluvia fecundante, que algunos contemplaron dentro del Claustro, donde yacen Ramiro el Monje y Alfonso el Batallador. Antecedentes de esta lluvia ”milagrosa”, me los contó Segundo Nasarre, que me dijo, no acordarse exactamente del año ,en que ocurrió, lo que así me contó: el año 1944,en el Somontano reinaba tal “sequero”, que no podían abrevar los ganados de ovejas ni siquiera las caballerías. En el mes de Julio no podían plantar en los huertos”. Se pusieron de acuerdo en convocar unas rogativas a San Urbez. Entonces “empezaron a venir vecinos de Bentué, de Used,  de Bara, de Angüés, de Rodellar y de Bierge. Estaba el cielo raso, pero aparecieron en la punta de Guara ”as boiretas llovederas” y empezó a llover de tal forma, que muchos se tuvieron que quedar a dormir en Nocito”. Yo escribí que en el sermón pronunciado por Jabierre, “con una expresión abierta,  explicaba que era posible que San Urbez hiciera milagros y beneficiara el trabajo en la tierra de toda aquella multitud de montañeses y somontaneses, que allí habían acudido a pedir agua”.

Hemos visto como San Urbez, llegó a la cueva de Sestral. La capital del ayuntamiento se encuentra en Fanlo, encima está Buarba y más arriba se encuentra Vio y sobre este pueblo se está la Ermita rupestre de San Urbez. A este santo se le hace una romería el uno de Mayo. En Buerba durmieron los Discípulos de San Urbez, al lado del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. No sólo pueden visitar a San Urbez los múltiples turistas que por allí acuden, pero podrían imitar a “Los Discípulos de San Urbez”, visitando los lugares de Fiscal y del Serrablo, en los que San Urbez, pastoreó las ovejas y dio luz a sus habitantes. A la ciudad de Huesca nos queda ir a rezarle al Santo al pequeño pueblo de Ola y acabar nuestra gira por la ruta de San Urbez, en San Pedro el Viejo, donde uno se encuentra a numerosos cofrades de este Santo.  

1 comentario:

  1. Muchas gracias a Ignacio Almudévar Zamora, que vino a recibirnos a San Pedro, y que no es la primera vez que dedica atención a estos humildes romeros modernos. ¡¡¡Que nos siga regalando con su blog durante mucho tiempo!!!
    Arturo González.

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