jueves, 1 de noviembre de 2012

Pomar de Cinca

 
 
 
En el Cinca Medio, en su orilla derecha y cerca de San Miguel de Cinca, se encuentra el hermoso pueblo de unos cuatrocientos y pico de habitantes, llamado Pomar de Cinca. Por la parte alta se encuentra el Castillo de una Orden de Caballería en el pueblo o mejor dicho, ciudad de Monzón. Me acordé de mi pueblo de Siétamo, al pasar por la carretera de Caspe a Selgua, porque a Siétamo asciende la de Caspe al mismo Siétamo.
Hace ya muchos años, estuve con otros varios diputados provinciales, invitados a la inauguración de su campo de fútbol.
Por las orilla derecha del río Cinca, se asienta un pueblo, al que llaman Pomar y ¿cómo iban a completar tal nombre si no lo hubieran apellidado de Cinca?. Hace siglos ya, las pomas o manzanas de sus huertas debían de ser hermosas, olorosas y jugosas, regadas por las aguas del Cinca, que siguen corriendo por  Pomar.
Desde el Castillo famoso, del que hoy ya no quedan trazas, tal vez se pudiera contemplar le Castillo de Monzón y desde la altura en que se asentaba, se vería en primavera, la floración de manzanos, formando un manto artístico florido y aromático.
Junto a ese panorama  luminoso, vuestro castillo y vuestra población, fueron testigos de hechos más oscuros: el Infante Don Fernando Sánchez, perdió el respeto a su padre, el Rey de Aragón Don Jaime y promovió alboroto en el Reino, intentando incluso matar a su hermano Don Pedro; éste lo cercó en vuestro Castillo, lo estranguló con un lazo y lo despeñó en el Río Cinca.
Hay periodos oscuros en la Historia de los pueblos y éstos tratan de buscar la luz del progreso por el trabajo. Los ancianos se acuerdan todavía de cuando por toda luz, tenían la llama de una vela o de un candil. Más tarde ,cuando llegó la energía eléctrica, unas bombillas de luz mortecina, creaban en las calles un ambiente de luces y de sombras, por donde los fantasmas se ocultaban, como vemos que lo hacen hoy en día, en películas de terror. Cuando la luz se iba del interior de las casas, quedaba como única luminaria, la llama del hogar.
Hoy he sido, esta tarde testigo de que la convivencia y la amistad están bien instaladas entre vosotros, porque si no,¿cómo hubiera sido posible acondicionar un campo de fútbol, con un césped que sólo es posible ver en Inglaterra, donde el clima lo lleva?.  Aquí sólo el esfuerzo humano puede luchar contra el cierzo de Aragón y sólo ese esfuerzo hizo posible recubrir de tierra dulce la cancha del terreno de juego. El primer día fueron dos tractores con remolque, los que acarreaban tierra, pero ese estímulo hizo que luego fueran muchos los dispuestos a colaborar.
Este campo de fútbol entra en ese juego de luces y sombras, al que me he referido, de luces mentales por aquello de “mens sana in corpore sano” y   además, porque, desde las sombras, hacía falta llevar la luz a ese maravilloso campo de deportes.
Yo,  en nombre de la Diputación y aquí hay otros diputados, que me apoyarán, porque también han visto vuestro esfuerzo, procuraré ayudaros a resolver vuestro problema. No os lo puedo garantizar porque mi poder no reina en los dineros, pero repito que haré todo lo que pueda por conseguirlo. Ni tengo esa conciencia sucia que promete a los electores, con el fin de conseguir mis propósitos, que les dará todo lo que deseen y que luego han arruinado la economía del País.  Me ha llenado vuestro entusiasmo por el trabajo en común,  para alcanzar el bienestar de vuestra juventud, pero además, ¿cómo iba a volver a Pomar con la cara alta?. Y quiero aseguraros que después de conocer vuestro carácter noble y sincero, me gustaría poder volver por Pomar de Cinca    

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