sábado, 31 de agosto de 2013

La vida es corta para el hombre, pero larga. (Bosón de Higgs y Cajal)



Estamos a trece de Octubre, cuando el  Otoño  se va adueñando del medio ambiente de los campos, de los animales y de toda la tierra. Pero en este mundo en que vivimos hombres y mujeres, al  observarnos a nosotros mismos, nos parece que somos los hijos del Creador. Del Creador aparecieron sus hijos, los humanos y hasta la Biblia nos recuerda a Adán y a Eva. Para el que no conoce la Biblia y nadie le ha dicho que los hombres somos hijos de Dios, a pesar de esa ignorancia, se lo parece. Y muchos hombres antiguos se sienten al ser acogidos por sus padres del género humano, a través de generaciones, hijos de Dios. Este Creador o Padre, goza del hombre, primero creándolo, luego aumentando su perfección, entre otras cosas por la evolución y  enseñándole los Mandamientos de la Ley de Dios, para educarlo. Además le da la Ciencia y la Libertad, que el hombre en lugar de aprovecharlas, lucha contra los demás hombres, con notables excepciones,  como la de Job. En esta Libertad, basada en el estudio de la Ciencia, se ve la grandeza del Creador, pues quiere la felicidad del hombre, pero con su participación humana en tal búsqueda. Dios lo que quiere es la felicidad de los  hombres, pero Creador de todo, incluida  la libertad, hace que para que haya paz y amor entre los hombres, sean éstos los que colaboren, siendo,  por tanto responsables los mismos hombres. Este comportamiento divino, buscando la colaboración del hombre en su obra,  nos hace comprender, como el Señor ama al hombre y da la impresión de que quiere que éste, salga responsable de su marcha por la vida.
Pero los hombres utilizando su libertad, y la intervención del Diablo, se separan del estudio de la Ciencia, como podemos ver en la siguiente frase: Ramón y Cajal amaba la Ciencia, además de la Libertad y afirmaba que “las enseñanzas de preceptores y padres obedecen con frecuencia a prejuicios, fanatismos, ideas falsas relativas a la ciencia, la religión y la conducta” y que, ”bajo la influencia de esta información, se establecen en el cerebro del niño conexiones exclusivas y anormales entre determinados grupos de células;  de modo que el resultado psicológico será la rutina del pensar, el desprecio de la ciencia, la credibilidad excesiva, el ansia de lo maravilloso, u otros vicios de pensamiento tan graves como dificilísimos de desarraigar”. De la misma forma que existen los hombres y aman a sus hijos, los educan, juegan con ellos y les incitan al trabajo, el ejercicio de su libertad hace que otros, se dediquen a la lucha, al alcohol y a otros vicios. Y  de la misma forma muchos hombres educan a sus hijos y otros  hombres, muchas veces no los educan, sino que los pervierten.
Da la impresión de que hay una semejanza entre la Paternidad del Creador con sus criaturas o hijos, a saber los hombres y la paternidad de éstos con sus hijos.
José María Llanas Aguilaniedo ya se da cuenta de la labor del cerebro en el desarrollo del hombre, pero ve dos clases de cerebración: una descubierta en su contemplación de los difuntos, porque en una vista que hizo al cementerio, a los difuntos que en él descansan, dice: “algunos, pareció que me saludaban, en tanto a otros, era yo mismo el que les decía: ”De lo profundo de mi alma clamé a Tí, Señor. ¡Escucha mi voz!”. ”Ese parecerme que me saludaban  algunos muertos, ¿sería una experiencia de cerebración inconsciente?. Yo me pregunto, ¿qué es una cerebración ?.  Y me da la impresión de ser un acto intelectual, opuesto a lo emotivo, a lo apasionado, a lo vivido”. La cerebración es una actividad realizada con el cerebro que Dios nos puso para buscar la libertad y la ciencia y de tal forma que hay cerebros como el de Ramón y Cajal y el de Higgs; hay otra forma de pensamiento, que es la cerebración emotiva, que no es un pensamiento libre, sino intervenido, como el sueño, la hipnosis, y , como yo recuerdo lo que me enseñaron algunos niños, que consistía en introducir la cabeza de una gallina debajo de una de sus alas, darle suaves vueltas y aparecía la gallina dormida. Para aclarar todos los problemas, desde el de la gallina en mi infancia, hace falta mucha libertad y mucha ciencia. Lo dijo el Catedrático español de Yale, Rodríguez Delgado : “Hace falta una combinación de científico, psicólogo y filósofo, lo cual no es fácil, aunque sí posible, como lo demuestran las obras de Eccles, Sperry, Pribram o el genial ejemplo en las publicaciones de Santiago Ramón y Cajal”.
Alberto Ruiz, hace ya años, escribía:  ”En el cerebro hay materia, energía, patrones eléctricos, procesos neuroquímicos, mecanismos  neuronales y códigos funcionales. Sin embargo la nueva neurobiología está encontrando algo más allá de toda esa “materia”: los símbolos transmateriales  del cerebro; algo así que no es material, aunque necesita la existencia de los portadores materiales de la fisiología neuronal.
Rolf  Heuer director del CERN, ha dicho hace poco: ”Tenemos un descubrimiento. Hemos observado una partícula, que concuerda con el bosón de Higgs”. Este mismo, en 1964, describió con una aguja de lápiz y un papel, una partícula nunca vista que es necesaria para la formación del Universo y de todo lo que existe. Insisto en la frase anterior de Alberto Ruiz que “la nueva neurobiología está encontrando algo más allá de toda esa “materia”: los símbolos  transmateriales  del cerebro, algo así que no es material, aunque necesita la existencia de los portadores materiales de la fisiología neuronal”.  Esto lo escribe hace ya unos años cuando Higgs trataba de demostrar y lo ha demostrado  hará unos cuarenta años. Higgs ha encontrado con el bosón de su nombre una especie de formador de la masa y de sus desplazamientos, que han hecho posible la vida de la  Física  actual. ¡Cómo se acerca el nombre del bosón de Higgs, al que también lo llaman la Partícula de Dios, a lo transcendental, como dice Alberto Ruiz de “los símbolos transmateriales del cerebro, algo así que no es material, aunque necesita la existencia de los portadores materiales de la fisiología neuronal”
Esta misma mañana he salido por el pueblo y me ha ventilado un aire fresco, que en todo el verano pasado no ha afectado a mis sentidos. El cielo clareaba, las hojas de los árboles no se desprendían todavía de las ramas de los árboles y llenaban el ambiente del color claro que desprendían de los chopos y el oscuro de las encinas. No se veían ya las volanderas golondrinas ni las que se posan en los cables, porque ya habían volado al terreno cálido de Africa, pero se oían piar a los gorriones en los cipreses y a los  estorninos, recién llegados, con sus variados cantos, unos agradables y otros desechables, volar desde unos árboles a otros, para comer algún fruto. Las palomas seguían haciéndose el amor, con su ron-ron, en las ventanas de la bóveda de la iglesia.

Todas estas frases que acabo de escribir son cerebraciones racionales y al mismo tiempo emotivas. El hombre es libre para gozar de ellas o para despreciarlas. La vida del hombre es corta, pero a nivel individual, porque mi hijo ha estado en Atapuerca, por donde han pasado mil doscientos años de generaciones humanas. Se hace evidente que ante un yacimiento tan enorme, se le plantee al hombre, la historia de la Evolución humana. El Creador parece que es uno y la humanidad, ¿no será también una?. 

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