sábado, 26 de octubre de 2013

La Gioconda y sus hermanas





El hombre es una copia de la realidad divina. Parece imitar las obras del Eterno, que desde el Cosmos inmenso creó al hombre en la Tierra. Y el hombre lo imita, desplazándose a la Luna    y está preparando su viaje a Marte.
El Mundo está creado y el hombre en esta vida está siempre buscando, desde niño, como mi nieto Luis, que no pierde de su boca, la interrogación del ¿por qué?, ¿por qué?... Van, desde su niñez hasta su madurez, los hombres, como Leonardo Da Vinci (1452-1519), preguntando el porqué de las cosas, que domaba lagartos, para convertirlos en dragones. Y con el arte,  y el estudio de tantos temas, como la anatomía entre un lagarto y un irreal dragón, quiere dar un sentido literal a las reacciones psicofísicas del hombre, en el que está representada la imagen de Dios y del bruto sin alma. Y la materia y el espíritu, el Bien y el Mal, hacen luchas encarnizadas, que Leonardo “representa en una batalla”, en la que, como escribía Piero de Cosimo,  “habían vomitado algunos, imaginando batallas entre jinetes, extrañas ciudades y los paisajes más extensos, nunca vistos”.
Con el estudio de tantos temas, las  reacciones psicofísicas, aparecen en el retrato que hizo a Mona Lisa, donde se adivinan o al menos se sospechan síntomas androides y sonrisas que se adivinan,  pero que no se ven y miradas que hacen dudar en si te amo, me amas o eres el porvenir en polvo de nuestra Naturaleza.
Vasari en 1550, escribió:  ”Por tal motivo formó en su alma un concepto tan herético, que no se acercaba a ninguna religión, acaso porque prefería ser filósofo que cristiano”. Esta opinión la siento cuando miro el retrato de Mona Lisa, desde abajo y muevo mi cabeza hacia la derecha o hacia la izquierda. De un rostro hermoso, me salen situaciones “heréticas”, como ojos con párpados caídos y un rostro, que no sé que extraña “herejía”, trata de transformarlo de femenino, en el de un hombre. En el Tomo V de Historia del Arte de J. Pijoan,  pone:  “En 1962 se logró una radiografía de esta tela (más bien acebo), que reveló la única e indiscutible firma del maestro. Inquietante como la Gioconda, es la imagen de un ser que oscila entre la feminidad varonil y una virilidad de sutiles languideces”. Al observar directamente la sonrisa de la Gioconda, ésta desaparece, pero vuelve a aparecer cuando uno se fija en distintas partes del cuerpo. Después de mi experiencia en mirar de distintas formas la Gioconda, me quedó la duda de si es una sonrisa la que sale de sus labios o no lo es,  pues reparte amargura. Yo pensé unir la belleza producida por Leonardo Da Vinci, con la ¿fea o bella? ingenuidad, que me causó la impresión de no ser fea, con los ¿feos o bellos? dragones del artista de Bolea.
¿Por qué Leonardo busca extraños animales, cuyo aspecto  terrorífico  contiende con la belleza de Mona Lisa?. Hay que mirarla en mi pequeño cuadro, con toda su belleza misteriosa, rodeada por Dragones, que me regaló mi amigo, hace cincuenta años, cuando yo ejercía en Bolea de Veterinario y  él  era un Músico, que esculpía sonidos y tallaba en la madera, un marco rodeado de Dragones, en cuyo interior yo expuse un retrato de la Gioconda.  Me causaba Ingenuidad, el aspecto  de los dragones del artista de Bolea, hasta que aprendí a  mirar el retrato de Mona Lisa, que me dio la impresión, al ver la figura  boca abajo,  de ser un hombre en lugar de una mujer.
 Y el agudo pintor Duchamp el año 1919, sacó otra Gioconda o Mona Lisa, mujer de Francesco dl Giocondo, con bigotes y barba. ¿Quiso aclarar los tenebrosos problemas de Leonardo Da Vinci, aclarándolos?; para unos con “cachondeo” y para otros con realismo. 
¿No le pasaba lo mismo a Leonardo,  en proporciones inmensas?. Porque Leonardo resultaba un hombre raro en su manera de vestir  y de ser. Se sentía a veces sólo y melancólico y en una homosexualidad,  que le originaba conflictos. Siempre estaba buscando contestación a los ¿por qué?, al presentarse problemas en su cerebro.
Estaba impregnado por los problemas de la Naturaleza y fue arquitecto, escultor y pintor. Y se preguntaba ¿por qué no podemos volar los hombres como las aves?, convirtiéndose en un precoz ingeniero de la aviación, pensando en las alas con plumas de la aves y en las láminas epiteliales de los murciélagos. Pero ahora me pregunto yo ¿por qué pensó,  al principio volar con las plumas?, porqué siendo niño y estando acostado, un ave tocó sus labios con la cola y a partir de ese contacto, el niño Leonardo soñó con poder volar. ¿Viene de esta aventura, su condición de androide?, porque no se casó y sin embargo tuvo amores con Mona Lisa. ¿Es  que cambió las plumas por alas cutáneas?.
Es inmensa  su ”belleza y la rodean múltiples misterios en los  ¿por qué?,  los hombres se preguntan si la Gioconda es una mujer , un hombre o las dos cosas a la vez. El mismo Leonardo escribió: ”Si tenéis un compañero, sois dueño de la mitad de vuestra persona”.
 Es el cuadro más famoso del Mundo. Se expone en el Museo del Louvre, ya que lo adquirió Francisco I de Francia. 
Tuvo el cuadro de la Gioconda otros hermanos, como el que antes he citado del pintor Duchamp, que realizó en 1919, en que la dama o caballero o mezcla entre ambos, aparece con barba y con bigotes.
En el Museo del Prado se ha redescubierto una copia de la Gioconda, que parece haber sido realizada en el mismo taller de Leonardo, por Francisco Melzi.
En este cuadro no he mirado “si la sonrisa desaparece al mirarla directamente y reaparece cuando la vista se fija en otras partes del cuerpo”.

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