domingo, 20 de octubre de 2013

Los fusiles en la ribera del Guarga


En la Guerra Civil del año 1936, tuvieron los milicianos, anarquistas y compañía, procedentes de Barcelona, la mayor culpa de que medio Aragón quedase destruido, desde Siétamo hasta Belchite.
Tres ciudadanos de Laguarta, en el Valle del Guarga, al empezar la cruel Guerra por sus crímenes, acudieron a proteger a Don José, dueño  del mejor patrimonio de Laguarta.  Se veían las cosas mal porque por aquellos pueblos los anarquistas gobernaban y  se intuía que si  prendían a Don José, inmediatamente lo matarían. Lo acompañaron en su casa, no sé si dos o tres paisanos de Laguarta, la noche anterior a la llegada de los que no perdonaban la vida a ningún ciudadano, que no fuese de sus ideas, porque querían crear un Estado en el que todos fueran iguales. Claro que eso lo conseguían después de matar a muchos de sus ciudadanos.  El temor a que volviera el comunismo a matar a multitudes de ciudadanos, es lo que ha pasado en Rusia, donde los gobernantes comunistas se dieron cuenta de que iban a ser ellos los zares o emperadores de un pueblo oprimido y rápidamente se  quisieron convertir en democráticos.
Los rojos los cogieron presos a esos dos o tres ciudadanos fieles al Señor de Laguarta, que lo habían acompañado durante toda la noche y lo encaminaron hacia Jaca. Pero su destino ya estaba dictado por los que venían de Cataluña, sin afirmar si eran o no eran catalanes, sino individuos provenientes de la emigración de otros españoles a su Región. El ochenta por ciento de los catalanes llevan en sus venas sangre de otras regiones de España y sin embargo muchos los llamaban “charnegos”. Hay entre los catalanes muchos intelectuales, literatos, grandes comerciantes, pero líderes políticos, como Ramiro el Monje, no se encuentran muchos. A los dos o tres vecinos de Laguarta, los llevaron a Gésera, haciéndoles cavar unas fosas en la tierra para depositar sus cuerpos, antes de  ser fusilados. No hizo falta depositar sus cuerpos en las fosas, porque, cuando acabaron de cavarlas, que supongo no serían muy profundas, les obligaron a que se metieran en ellas. Aquellos individuos, que según decían, querían hacer felices a los españoles, no tenían muchas ganas de trabajar y desde la superficie de la tierra que estaban pisando, les  dispararon con sus fusiles y poco tuvieron que trabajar para enterrarlos, si no les dieron tierra algunos acongojados campesinos.  Los familiares de los tres o cuatro vecinos de Laguarta, al acabar la Guerra Civil, fueron a Gesera, los desenterraron y llevaron los cuerpos a su pueblo natal,  Laguarta, y allí siguen descansando. Mataron a esos tres o cuatro vecinos de Laguarta, por haber tratado de proteger la vida del Señor o como decían los invasores por  haber  ”apoyado a la gran casa”.  Por lo visto aquellos asesinos no querían que hubiese personas distinguidas por su inteligencia y por sus conocimientos, porque ellos ya tenían abundantes caciques, que con sus fusiles harían una campaña de igualdad entre los vecinos de los pueblos. En Ibieca se erigieron algunos caciques y les hacían cultivar la tierra a los paisanos. Se arruinaron, pero ellos no pegaron ni un golpe en la tierra,  sino en los cuerpos de los que mataban con sus fusiles. Pero como afirmó el herrero oscense “lo malo no desaparece”, porque después de la Guerra les prohibieron a los vecinos del río Gesera criar cabras,  con las que ellos mismos bebían leche, hacían quesos y criaban corderos y lechones. Entonces se estaba industrializando Sabiñánigo  y muchos de sus habitantes, emigraron a esta población industrial. Claro que la crueldad y la venganza, durante aquella Guerra, se  sintió  y se ejercitó por ambos lados, porque en Loporzano, las derechas hicieron un entierro con la misma proclamación de odio, que en Gesera. Tenía razón el buen herrero, que proclamó “lo malo no desaparece”, sino que convive o más bien, va conviviendo.
Siempre se han dado casos de astucia y de conocimiento por algunos hombres,  que lo que buscan es salvar su vida. En Gesera moraba una Compañía de “milicianos” para “crear la justicia entre los habitantes del río Guarga”. Y con su labor de vida para el futuro de aquel país, un día fueron a Avenilla a refrescar su vida, haciendo felices a los ciudadanos de la cuenca del río Gesera, matando con su fácil maniobra de fusilar a la gente, a un hombre. Llegaron a Avenilla y allí encontraron a su víctima, esquilando un macho. Le dijeron que venían a fusilarlo,  y él, con la calma de un gran filósofo, les dijo:¿me dejáis  acabar de esquilar este macho?  y los artistas, queriendo dar color a un acto tan sublime, le dijeron que sí. Al acabar su esquileo , el que iba a ser fusilado,  les dijo si le dejaban coger la chaqueta y al recibir la generosa aprobación de los asesinos, entró por una puerta a un cuarto de su casa, donde estaba colgada la chaqueta, se la puso y desapareció por otra entrada o salida hacia la vida, escapándose a Jaca. Como no salía,  los milicianos asesinos le gritaban: ¡ven pronto, que te estamos viendo!, y es que probablemente tendrían miedo de que si entraban en la casa, alguno de ellos, perdiera la vida, como no les importaba nada fusilar y mandar al otro mundo al  buen esquilador. Era mentira que lo vieran, porque sólo él era el que vio la libertad y se la tomó. Escuché dos comentarios, uno de alguien que decía: ¡Qué serenidad la de este vecino de Avenilla!, mientras otro exclamaba:¡anda , qué bien ha hecho “o” pillo, para salvar su vida!. Esta frase la pronunció un viejo amigo mío, que no ha querido que le publique su nombre,  porque después de setenta y siete años de ocurrir aquel suceso, aún tiene miedo.  ¡Qué razón tenía el herrero, presente en el bar, donde estábamos tomando un café, cuando pronunció aquellas palabras, que dicen: ¡lo malo no desaparece!. Y efectivamente el mal no desapareció en aquellas luchas, porque en Siétamo, fueron los miembros de las Fuerzas, a buscar al alcalde republicano, y éste de apellido Artero, al verse frente a ellos, les dijo: ¡déjenme que suba un momento, que ya bajo!. Ya no bajó más, porque se fue por el tejado a la calle de atrás y se escapó a la zona roja. Después de la Guerra Civil, estuvo viviendo en Francia.  Cuando llegó la Democracia vino a Siétamo, donde muy amablemente me saludó y estuvimos un rato conversando. Conversamos  muy amables, sin tener en cuenta que si el año 1936 coge a mi padre, hubiera desaparecido y a nosotros los hijos, nos hubiese mandado a educar a Rusia. Es que el mal nunca se acaba, pero hay casos en que se retrasan las maldades.
En Cataluña, como en Aragón había muchos caciques, pero carecían de líderes y en lugar de éstos abundaban los comerciantes e industriales. Franco, al acabar la Guerra Civil, llamó a los líderes de Huesca,  si de tal forma se les podía calificar, les agradeció su resistencia  heroica y les preguntó qué era lo que necesitaban para hacer crecer al alto Aragón. Los “caciques” dijeron que habiendo hecho lo que debían, no necesitaban nada más. En cambio los catalanes fueron protegidos y comenzó su desarrollo, tanto que enseguida empezaron a emigrar los altoaragoneses a Cataluña. Y tanto se ha desarrollado Cataluña que ahora se han olvidado de que su primer Rey fue el aragonés Ramiro el Monje y en Aragón les parece, que si se quiere unir con ellos,  lo acogerán. En el extremo Oeste del Pirineo, el Pais Vasco se desarrolló también. Y hoy por Irún y por Gerona se comunica Europa con España, pero con España mientras ellos quieran, porque ahora resulta que en esas dos regiones,  piensan algunos, ideas separatistas. Aragón tenía comunicación con Francia por Canfranc, pero  aquello se despreció y desapareció, como se despreció cortar la idea del Conde de Aranda, de acabar la desembocadura del Ebro en el punto de unión del Antiguo Reino de Aragón. Bien se vale que el Bearn, siempre se ha  sentido unido a Aragón y parece que está trabajando por reconstruir el ferrocarril, de Canfranc.
Ahora toda España está asustada por el movimiento de independentismo en Cataluña, pero Aragón, que ya lleva perdida parte de su población, no ve posibilidad de unir la Industria de Toulouse con la de Zaragoza. En Cataluña no tienen líderes y en Aragón, si nos olvidamos del Conde de Aranda, nacido en Siétamo y que quiso desembocar la navegación del río Ebro, en el Mediterráneo. Después vino el grausino  Joaquín Costa, y ya casi no quedaron intelectuales,  que se acordaran de comunicar Zaragoza con Toulouse, por medio del Pirineo.
Esforcémonos en comunicar España, Africa, Valencia, Castilla, Extremadura, etc.,etc por el Pirineo Aragonés, porque se formará el Núcleo Industrial Zaragoza- Toulouse. Si el Gobierno Catalán pide al resto de España que arregle su economía, los aragoneses debemos pedir la Tercera Autovía, que no la queremos sólo para nosotros, sino para toda España. No es soñar el deseo de  esta solución, pues ya Carlomagno,  pasó por el Pirineo a Zaragoza y se llenaron sus montañas de Saltos y Pasos de su general Roldán.
 ¿Qué Democracia constituía España, en el Valle del Guarga, con aquellos que buscaban la libertad de su población con sus fusiles?.  Y los enemigos respondían con otros fusiles a los que venían de Cataluña y nadie sabía de donde procedían. ¿Qué disciplina imponían a sus guerrilleros?.  ¿Dónde estaban los líderes y dónde permanecen a hora mismo?.
En la Cataluña pura  había muchos caciques, pero también carecían de líderes y de  grandes dirigentes políticos, pero en cambio, abundaban los grandes comerciantes e industriales. Al llegar épocas de asesinatos, todos se callaban o se escondían y con sus cuentas de comerciantes e industriales, no podían hacer resistencia a las dictaduras de los fusiles, ni al cultivo colectivo de la tierra, como ocurrió en Ibieca, ni al racionamiento completamente libre, que redujo el pueblo a la miseria.  Aparece en una fotografía el gran político de Cataluña Companys, caminando al Castillo –Palacio de Sietamo y ¿qué es lo que quería?, acordarse del Conde de Aranda u olvidarlo. ¿Es un gran líder o es un cacique? Con su traje impoluto, su sombrero de ala, su pañuelo colgado en el el bolsillo pectoral, su calzado perfecto va caminando rodeado de anarquistas, de labradores sin camisa, de mujeres y de niños a los que les habían ofrecido caramelos para que le acompañaran. ¿Daba la impresión de ser un cacique o  un líder político?. Así nos dejaron el Castillo- Palacio abrasado y deshecho y  casi a todo el Pueblo de Siétamo, que llegó a ser un conjunto de ruinas, de un tamaño, exagerando la magnitud,  mayor de las ruinas del pueblo de Belchite. También a él lo fusilaron los franquistas, pues parece ser que aquella Guerra fue un suceso salvaje.
Hay quien piensa que los empresarios catalanes, que abundan tanto en su País, debían frenar las ideas separatistas. Pero ellos no responden con claridad, porque, como en aquellos tiempos de la Val del Guarga, serían aplastados por ese viento salvaje, que derribó una Central Nuclear, en el Japón.

 “Lo malo no desaparece”, exclamó un herrero oscense y  yo me pongo pensar en España, para que por los Pirineos Centrales de Aragón, entre y salga Europa, e incluso Africa. Más vale un mundo unido que mil regiones separadas. 

3 comentarios:

  1. Querido Ignacio:
    Como siempre diciendo lo que piensas y que muchos no se atreven a decir , es una delicia leer tus artículos y saber que sigues en la brecha sin desánimo.
    Un abrazo de tu amigo Rafael desde Javea

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    1. Apreciado Rafael; He leido tu comentarto de los fusiles del río Guarga y aparte de agradecerte,tus ánimos por atreverme a decir verdades en mis artículos, me he llenado de alegría al comprobar que tú, te encuentras vivo y supongo que lleno de salud.Te ruego que me escribas sobre tu vida, para que yo recuerde nuestras aventuras en común, para dar a conocer la muerte del sacerdote, en la finca de las Valles de Siétamo.

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