miércoles, 29 de julio de 2015

Judeoespañol o idioma ladino



El Edicto de Granada, expulsó de España en Julio del año 1492, a los judíos que no se convirtieran al Cristianismo. La mayor parte de aquellos judíos o sefardíes, optaron por la emigración, quedándose en España una minoría. Casi todos fueron admitidos por el sultán Bayaceto II, en el imperio otomano. Otros se fueron a Marruecos, a Holanda y a diversos países de la Europa Central. Los que se fueron a Marruecos, viajaron muchos, a través de las Islas Canarias a América. De Holanda nos ha quedado un gran recuerdo en Baruy de Spinoza, sefardita hispano- portugués, uno de los mayores racionalistas de Historia del siglo XVII. Y al leer sus pensamientos, se queda uno animado a estudiar la historia, para  “si  no quieres repetir el pasado, estúdialo”. Por todos los países árabes, europeos y asiáticos anduvieron los judíos,  pero a España, ya acudían judíos antes de la muerte de Cristo. Fueron llegando judíos, que al hablar  también en latín y sus dialectos castellano, catalán y otras lenguas, de su mismo origen, fueron llamados ladinos o latinos y sefarditas, y en la Península, llegaron a constituir una enorme población, tanto que llegó España a ser el país más poblado de judíos de todo el mundo.
¿Qué recuerdos tengo yo de los judíos?. De mi niñez, ninguno positivo, pues  se  hablaba de ellos muy poco, sólo alguna historia o cuento  de muy mal sabor.  Cuando llegaba la Semana Santa, salíamos, antes y después de la Guerra Civil de 1936, todos los niños de Siétamo,  a la calle provistos de matracas y carracas, que hacíamos sonar, al mismo tiempo que cantábamos: ¡a matar al diablo, que ha matado a Cristo!, mientras otros respondían: ¡a matar a Judas!. Judas era una figura odiada por el pueblo, que ya se va apagando y que representaba a todos los judíos a los que había que matar. Teníamos los niños la misión de alejar por medio del tenebroso ruido de las matracas y carracas y de “matar judíos”. ¡Qué recuerdo tan triste ese de por la tarde del Jueves Santo, tener que matarlos, con el ruido solidario producido por los niños con sus matracas y carracas!. Cuando el año de 1936, para la Guerra Civil, fuimos a casa de mi abuela materna, cuya parte posterior, daba al Barrio Nuevo, nombre que hacía siglos le habían adjudicado a “La Judería”. Mi tía Rosa,  hermana de mi abuela, era una persona muy amante de la lectura y conocedora de las tradiciones de la ciudad de Huesca; me contó que en aquel Barrio o Judería, quedaban dos juderías antiguas. Una de ellas la he visitado y he contemplado unos capiteles judaicos alargados y que su dueño poseedor del local, ahora dedicado a fotocopiar papeles, los ha tapado con madera o cartón, de tal modo que ya no recuerdo de qué objetos litúrgicos  se trataba, menos las cepas y uvas, que adornaban un capitel.        
Hace no mucho tiempo, un señor oscense, don Jesús Benito, dueño del Estanco que se encuentra en la entrada a la Plaza de la Catedral, me enseñó un antiquísima Aljaima o Sinagoga, en la que se encuentran columnas, capiteles, también alargados, con cepas de vid con sus ramas y sus hojas, y que yo describí, no con mucho realismo,  en el Diario del Alto Aragón, pero que pocos se han interesado por tan histórico ambiente  ya muerto, de nuestra ciudad. Nos llama la atención la curiosidad que causa en nosotros el contemplar una matraca o una carraca, pero nuestra ignorancia nos oculta que fueron tales matracas golpeadoras y productoras de ruido, utilizadas en tempos bíblicos, por los judíos. Esta es una demostración de como el judaísmo ha influido en el cristianismo, mientras nosotros recordábamos con antipatía y odio a los judíos. Muchos ciudadanos actuales, sin saberlo, llevan o tal vez llevemos sangre de aquellos ciudadanos. En una emisión de la revista judía  “Confidencial”, dice que  para Florentino Portero “es difícil entender la cultura española sin conocer antes el judaísmo”, “que es uno de sus pilares”. ”Portero recuerda también el vínculo entre el cristianismo y el judaísmo, como se reconoce en el Concilio Vaticano II, ya que comparten las mismas raíces”. “Es difícil entender el cristianismo sin conocer sus puntos comunes con el judaísmo”, sentencia Portero, profesor de Historia contemporánea y conocedor de Sefarad. 
 Nos hemos olvidado de nuestros ¿antepasados, los judíos?. Tal vez sí,  porque, como escribí en mi artículo “Sefardíes en Huesca”, “era difícil que se entendieran cristianos, judíos y musulmanes” y sin embargo, después de cientos de años, “mi padre Manuel Almudévar,  me  contaba hechos que ocurrieron en la pequeña historia. Por ejemplo, el de un aragonés, natural de un pueblo del Somontano, Berbegal y apellidado Palacio, que llegó a ser Diplomático y estando en el Líbano, se le acercó un joven muchacho, que vendía tortas de Ayerbe, nombre tan español como su origen en algún horno, en este caso de la Villa de Ayerbe”. ¡Qué tristeza sentirían los judíos al ser expulsados de Sefarad o España y qué alegría sentiría el Diplomático Palacio, al ver y escuchar a este joven sefardita, originario, con casi seguridad, de Ayerbe. Se comprueba más por el mundo que por la península el recuerdo de los judíos, porque por aquí ya casi nadie se acuerda de tal pueblo, si no es el papel de Israel por el Mundo.
Durante la Guerra Mundial, llegó al Colegio donde yo estudiaba, un auténtico señor, judío, que huyendo de los nazis alemanes, había pasado la frontera por Irún. Hablaba castellano con una gran dulzura, vestía de negro con sus cabellos canos. Yo me acerqué a él, hablamos y vi como le daban alimentos,  pero se le negaba una acogida temporal, para no dejarlo, ya mayor, correr abandonado por el mundo. Cuántas acogidas se hicieron con muchos de ellos, pero ¡cuántos judíos niños y mayores, se asesinaron y de esto me  acuerdo, porque hace unos días de este año de 2012, conocí al judío Abel Gaeguer, convertido en un ciudadano israelita ,que estaba pidiendo limosna. En mi artículo sobre este israelita, “he pasado a su lado y le he preguntado de donde procedía y me contestó que de Ucrania, pero que era de nacionalidad israelita. Me ha hablado con gran amabilidad en una lengua de muy variadas palabras,  de distinta procedencia lingüística, pues me dijo que allá, en Ucrania, donde nació en 1950, hablaban además del ucraniano, el ruso, inglés, alemán, así como el francés, hebreo y árabe. Conocía un poco el español sefardita, que hablaban los judíos expulsados de España, por los años de 1492, año del Descubrimiento de América y de España marcharon por Europa, Africa y América… Era evidente que él sentía el judaísmo, porque me dijo que había visto en Huesca, documentos hebreos, no sé si en el Museo Provincial o en el Ayuntamiento. Me hizo entender, como pudo, que cerca del Parque, había visto una sinagoga antigua. ¡Cuántos recuerdos le bullían en su mente!, porque no se acordaba de España, sino de Ucrania, en sus años de niño, en compañía de sus abuelos y de sus padres, que se dedicaban un poco al comercio y especialmente a la reparación de carros tirados por mulas y por asnos.
Nació aproximadamente el año de 1950 y ahora tiene, (Octubre de 2012) unos sesenta y uno. Antes de nacer Abel, cerca de Kiev, los habitantes judíos, tuvieron que salir de sus hogares  y caminar en fila hasta el Barranco de Bali Yar. Allí los agruparon en lotes de diez judíos y fueron obligados a desnudarse y a cavar las zanjas en que iban arrojados. Fueron los asesinos miembros ultranacionalistas de Ucrania, en colaboración con las SS y los asesinados,  una gran parte de la población judía. Abel no había nacido todavía e ignoro si era ucraniano de la zona cercana a Kiev o de otra, a la cual no llegarían esos asesinatos. Mal ambiente quedó en Ucrania para que los judíos pudieran vivir.  A los seis años, Abel fue trasladado a Israel.
¡Qué soledad tuvo que pasar el niño, sin ninguna culpa!, porque él sabe  que todavía tiene algún pariente por el Mundo, pero no puede comunicarse con él. La historia de este hombre, me recuerda la de tantos españoles que en el año de 1936, tuvimos que huir de nuestras casas, para evitar las muertes de la Guerra Civil, mientras muchos murieron asesinados. ¡Qué tristes son las guerras entre los hombres y qué difícil es conseguir una Paz Universal!”. Hay que recordar la aseveración del sabio judío sefardita y después de la expulsión de España, holandés, cuando decía: “Si no quieres repetir el pasado, estúdialo”. 
“En Israel, Abel, tuvo que luchar como soldado y como Policía Israelí, durante catorce años. No se sintió  feliz  en esa situación de guerra. Después de catorce años de ejercer de policía y de tantas situaciones que le recordaban las que pasaron en Ucrania, el año de 1999, partió para Francia, después a Inglaterra y luego a Irlanda, donde durante tres años trabajó de pastor y como él dice, con gran tranquilidad. Después de ver tantas guerras y luchas por el mundo, allí le pareció ser uno de los pastores del Israel antiguo. Y allí, en el Coso Bajo, sentado en un escalón del anterior Comercio de Rodrigo, está en Huesca, esperando que le va  a dar el Espíritu Santo, una casa, porque él tiene una fe inmensa propia de los judíos, pero el Señor no le da lo que él espera. Los judíos soñaron durante muchos tiempos en alcanzar el Templo de Jerusalén, como él pasa sentado en un escalón, esperando alcanzar una casa para pensar en Jehová. ¡Qué fe y que ilusión tiene Abel en el Creador Supremo,  pero los judíos yo creo que no se enteran de lo que le pasa a Abel, porque no hay en Huesca ningún diplomático israelita , que le socorra. Pero, cómo han sido tantos los millones de judíos perseguidos, tal vez no puedan llegar a socorrerle. Dice Abel que la gente de Huesca es muy buena y cuando lo acompaño, de vez en cuando, veo algún hombre o mujer, que le entregan un donativo. ¡Cuántos hombres y mujeres van por el mundo, buscando la felicidad, que no han podido alcanzar nunca, unas veces por ellos mismos y otras por las difíciles circunstancias  que le rodean!. La caridad es la virtud que ahora es más necesaria que nunca. Abel es judío y así como los judíos tienen un “gen” especial, que les gobierna la economía, la ciencia y los viajes por el mundo entero, igual que a los gitanos les gobierna el cante, el baile y descuida su espíritu económico, han padecido mucho por las persecuciones y asesinatos, que han influido en el cerebro de Abel, que al contemplarse muy niño, sin padres y sólo, está todavía buscando una casa, para vivir,  para convertir esas casas en el Templo del Señor, que se alzó en Jerusalén.  Al hablar con él,  te das cuenta de como sueña con su patria, pues la está siempre amando y soñando acabar en ella y uno se va dando cuenta de que la casa que está pidiendo, es la Tierra de Promisión. El judío ucraniano e israelita, parece que sueña liberarse de la antigua Diáspora, de la Expulsión de España, de la persecución de los hitlerianos y ahora teme el fuego atómico de los fanáticos persas. Siempre han estado viajando los judíos, unos a América, con Colón y otros mallorquines, que encontré en el Centro Recreativo, que se encuentra en el antiguo Matadero de Huesca. Hablé con ellos y eran también dulces y parecían buscar la felicidad, por lugares, como Huesca, que también conserva, desde luego de mala manera, sinagogas, a las que ya no va nadie, sino son el ucraniano o los mallorquines, que yo encontré. En Mallorca todavía viven muchos individuos que saben su origen hebreo, cuando en Huesca, quedan unos pocos, con escudos infanzones, pero con orígenes judíos 
Judíos y gitanos, son dos razas humanas diferentes. Los gitanos han tenido un estilo de vida nómada, recorriendo  todo el mundo, pero los judíos, coinciden con ellos, porque tampoco desconocen un sólo rincón del mundo. Cuando a una región del mundo  llegaron  la inestabilidad económica o política, se produjeron movimientos en masa de la población  la gitana o de la judía. Por ejemplo en 1749, se produjo la Gran Redada, a la que también bautizaron con el nombre de Prisión General de Gitanos, cuyo fin era el de extirpar de España a todos los  que por el Reino, fueran haciendo el nomadismo.
En el siglo XX, han sido discriminados los gitanos y a mí me relató un somontanés, como en la carretera que circula entre Los Molinos de Sipán y Loscertales, una pareja de la Guardia Civil, le arrancó las muelas a un gitano, que se había apoderado de una col en un huerto. Mi padre me contó casos similares. Desde 1499 se promulgaron en España, 280 Pragmáticas contra los gitanos.
Es un pueblo nómada, pues se encuentran sus individuos, incluso en América. Yo tengo un Cristo primitivo, que me vendió un gitano, que había vivido muchos años en la Argentina. En los gitanos se encuentran caracteres positivos, aunque también se encuentran notas peyorativas. Parece ser que llegaron a España, poco más o menos, en 1415.Cuando llegaron a gobernar España los Reyes Católicos, éstos trataron de conseguir la uniformidad cultural de todos los españoles.
Se les planteaba a los Reyes el problema de eliminar a los gitanos de la misma forma que  a los judíos.
El poder de los Reyes no era omnipotente, porque los gitanos no eran iguales a los judíos ni éstos a los moros ni a los cristianos. De ese poder real se derivó la discriminación a las distintas ideas y razas humanas.
Poco han adelantado los gitanos en cultura, pero sin embargo el gran poeta Federico García Lorca escribió: “El gitano es lo más elemental, lo más profundo, lo más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza universal”. Tienen un fuerte vínculo con el arte, sobre todo con la música,  con el cante, como el flamenco y con el baile.
Pero los judíos, fueron también nómadas, unas veces a la fuerza y otras voluntariamente. Pero durante toda su existencia han tenido una organización social buscando la perfección, que siempre ha sido derrotada por el racismo, proveniente de los roces en su convivencia con los individuos de otras razas, ideas y formas de vida. A ellos también se les ha acusado de racismo, cuando en Zaragoza, martirizaron a Santo Dominguito del Val. Casi todos los hombres hemos cometido algún delito, a lo largo de la Historia.
Los judíos constituían una gran parte de la población en España y llegaron a tomar parte en todos los aspectos de la vida social. El Barrio Nuevo, es el nombre que se puso a la Judería oscense, al ser expulsados los judíos. Sobre la Judería o Barrio Nuevo han escrito Don Antonio Durán Gudiol y los hermanos Antonio y Joaquín Nadal Más. La Judería estaba situada entre la muralla, que rodeaba el casco urbano por el Coso Alto y el muro de tierra que cercaba ese núcleo poblacional, desde el Colegio de Santa Ana hasta la Fuente del Angel, que manaba en el Pabellón Deportivo. En casa de los hermanos Escar, el aparejador de la obra ,cuando la estaban levantando, encontró los restos de una noria, con pucheros de barro, que se utilizó,  hace siglos en el riego de algún huerto. Parece ser propio de los judíos por hallarse en lugar próximo a la Judería o Barrio Nuevo. 
Se habla de que en Huesca existían tres sinagogas: una la mayor, otra la mediana y la menor. La existencia de tres sinagogas ha hecho pensar a algunos que existirían tres barrios o thoras, judíos. De la Sinagoga Menor, escribe magistralmente don Antonio Naval Más, afirmando que es “singular y única”. Dice que “No es un edificio de la categoría constructiva y arquitectónica de los otros edificios históricos de la ciudad, pero sus peculiaridades y los atributos de singular y único, lo hacen no menos respetable que cualquiera de ellos”. Como dicen que ocurrió con el martirio de Santo Dominguito de Val, es muy frecuente acusar a los judíos de daños personales y colectivos, como dice don Antonio Naval que pasó con la peste negra de mediados del siglo XIV. Se generalizó el acusarles de la profanación de las hostias consagradas”, pero “Por otra parte, la Historia de los judíos oscenses dio nombres sobresalientes en el saber, la ciencia y las artes”. ”Este edificio que con toda probabilidad es el edificio de la Sinagoga Menor de Huesca, es  singular y único, no sólo para la ciudad, sino, al menos, para todo Aragón”.      
La existencia de tres sinagogas,  lleva a pensar que fueron tres los Barrios Judíos, pero como el tiempo desde que llegaron los primeros judíos hasta que fueron expulsados, fue tan largo,  hace pensar que estarían la Sinagoga Mayor,  la Mediana y la Pequeña en el mismo Barrio o fuera de él, porque hay una sinagoga de la que no se encuentran muchos informes escritos, que se encuentra en la entrada a la Plaza de la Catedral.
  En el Block, en que yo escribo, en el artículo “Sefarditas en Huesca”, sale lo que yo expongo ahora, que así dice:  ”Pero en una calle que acaba en la Plaza de la Catedral, hay una casa en la que está abierto un estanco y me enteré que en los bajos de dicha casa, ha salido otra sinagoga. Le pregunté por ella a Jesús Benito y me dijo que había capiteles y otros aditamentos sagrados para los hombres talmúdicos y me prometió que me enseñaría dicho local. Me lo encontré otro día y se lo recordé y él con gran generosidad me contestó que subiera al estanco de la Catedral y que se lo dijera a la dependienta, y ésta, con gran amabilidad, preparó un foco de luz y me enseñó toda la sinagoga. A la altura de la calle se encuentra un arco de herradura y una columna con un capitel geométrico. Más adentro hay una sala con dos arcos, también de herradura y en un lado hay una pila redonda de piedra. Bajando por una escalera, colocada en un hueco de la pared, se encuentra otra pila, pero ésta montada sobre varias piedras, y tal vez situada en la entrada de la parte baja de la Sinagoga. Tal vez la pusieron para lavarse, como dice el salmo: “Lavaré mis manos entre los inocentes” o para depositar el Talmud, que se guardaba en lugares, como si fueran sagrarios, porque  los utilizaban para leer textos sagrados. Una vez abajo, contempla uno varias bóvedas con arcos ojivales, es decir como si fueran puntas de flecha. Hay cuatro pequeñas salas abovedadas y no se observan objetos  judaicos, porque los judíos fueron expulsados en 1492, es decir hace ya más de quinientos años…..Al lado Norte del Cerro de San Jorge, se encuentra los restos de un cementerio judío y otro cementerio al que llamaban “el Fosalé”, en Barrio Nuevo”.
La sociedad judía estaba muy bien organizada, porque el Infante Alfonso firmó en Zaragoza el 21 de Enero de 1323, un documento sobre la Cofradía de los “cava fuessas”. Los judíos que vivían en Huesca se obligaban a cavar las fosas para los muertos oscenses “que fincaran en la ciutat d’Osca”. En cambio los gitanos morían por los caminos y eran enterrados, como si fueran seres abandonados. Ahora, yo contemplo en el cementerio de Huesca, los nichos adornados con objetos que alegraron la vida del difunto y en ocasiones, he visto una gran asistencia de gitanos al entierro, con el esposo viudo, que está sentado en el suelo, delante del nicho y rodeado de bellas y jóvenes gitanillas.
Estoy considerando la vida de dos razas humanas perseguidas por los poderosos del Mundo. Una es la raza gitana, que siempre en España ha sido perseguida hasta llegar a sacarle las muelas, por coger verdura en un huerto. Esta raza gitana, que siempre ha sido cantada por los poetas, incluso por el español, de la generación de 1927, el gran poeta  Federico GARCÍA LORCA, que en 1929, publicó “El Romancero Gitano”. En los momentos políticos en que fue fusilado Federico, alguno le preguntó sobre su ideal político. Él contestó que se sentía a la vez católico, comunista, anarquista, libertario e incluso monárquico. Nunca discutió con ningún amigo sobre una teoría política, ni riñó con ellos por esas cuestiones. ¡Qué inteligencia tan limpia para pensar en todas las teoría políticas, sin buscar la lucha entre los hombres. Él se guiaba contemplando a los gitanos,  a los que les compuso el “Romancero Gitano”. El romance de la “Luna, luna”,  le hace ver como se entregan los gitanos a la presencia de la muerte, que como ellos durante siglos no han ocupado viviendas y siempre vieron  la Luna, para rendirse ante el poder mágico, de ese astro, que nos hace pensar en la muerte. Ya he preguntado más arriba, ¿ donde enterraban a los gitanos ?. Y Federico, al meditar los pensamientos gitanos en la muerte, se acordaba de las actividades de sus vidas, como la fragua, los collares, el yunque y las ferias. ¡Cómo discutían y recreaban juntándose gitanos de lejanas tierras y cómo preparaban las venta de alguna mula, que al acabar la feria, le salía asmática a su comprador!. También, como he dicho antes,  he visto a los niños gitanos y a las gitanillas, acompañar en el cementerio de Huesca, a sus abuelos a los que tanto  respetaron, mientras estuvieron vivos. Sin embargo, ¡qué pocos asistían a la Escuela!.
Qué diferencia con los judíos de los cuales, aún recuerdo su cementerio, en el Tozal de detrás de San Jorge, cuando subo,  paseando a la Ermita de Loreto. También se acuerda uno del “Fosalé de Barrio Nuevo”. En cambio los judíos se preocupaban de enseñar a sus hijos, de tal manera que en Huesca, en el siglo XII, en tiempos del Rey de Aragón, Alfonso el Batallador, surgió el genio del judío Pedro Alonso.
Fue este oscense judío Rabino, conocedor de las Matemáticas y estudioso de la Astronomía. Igual que los gitanos estaban siempre presentes ante la belleza y el misterio de la luna lunera, el judío astrónomo, guiado por sus pasos matemáticos, trató de aclarar la composición del Universo. Este Rabbí Moseh Sefardí de Huesca, fue médico del Rey de Aragón y de Navarra, se hicieron grandes amigos y le convenció para que se hiciera cristiano, con el nombre de Pedro Alfonso. Yo tengo un recuerdo, por un lado grato y por otro triste de un libro suyo, que le regalé a una bella joven judía, hija del Doctor Psiquiatra Mariano Almudévar, natural de Casbas, que se casó en Inglaterra, donde también vivió Pedro Alfonso. Esta judía con mi apellido, nació en Inglaterra, siendo, como he dicho, hija de Mariano Almudévar y de la hebrea Mónica Stoplemaw,que según me dijo pertenecía a la raza  judía de los asquenazi. En mi  artículo ”Plegaria por Lola Almudévar”, escribo lo siguiente:” Impresiona la visión global de Bolivia que tenía la periodista Lola, porque retrataba junto a los niños inocentes a los hombres y mujeres, que bailaban, cantaban y hacían sonar sus flautas, pero no sólo retrató, sino que fue recibida,élla como única periodista extranjera, por el presidente Evo, vestido con el indígena “traje del poder”. Por otro lado su padre Mariano Almudévar, procede como yo del Bearn  francés, del que nuestros antepasados cruzaron al Sur de los Pirineos, para conquistar la Villa de Almudévar”. No podré olvidarme nunca de cuando estuve sentado en un bar de los Porches con su padre y con ella. Le pregunté si había oído hablar del judío oscense Pedro Alfonso y me contestó que no. Entonces me dirigí a una cercana librería y compré para Lola un ejemplar de los “Libros de Cuentos de aves y animales”, para que tuviera un recuerdo cariñoso de la ciudad de Huesca. Al poco tiempo murió de accidente en Bolivia y en la Diputación Provincial, el compositor Antonio Viñuales, hizo sonar la “Plegaria por Lola Almudévar”, con el que se inauguró la Exposición de Fotografías de Bolivia, obtenidas por Lola.
Las distintas razas tienen su “Gen” distinto,( recordemos la astronomía poética y trágica de la luna para los gitanos y la astronomía científica del Judío Pedro Alfonso), pero en aquel encuentro en la Diputación Provincial de Huesca, entre la raza judía, la europea, la inglesa, la boliviana, la Evolución, ha de hacer que todas las razas se unan y se respeten. 
Volviendo a los judíos de hace más de quinientos años de Huesca, dicen los historiadores que las casas de los judíos en Huesca, no eran muy diferentes a las casas cristianas y moras. Hay que aprovechar este recuerdo a las casa moras, para recordar también a los moros, como perseguidos y perseguidores de otras razas. En la parte vieja de la Catedral de Huesca, se pude,todavía contemplar un arco árabe de herradura.
Dicen que las casas habituales de los judíos en la Judería, contaban con dos pisos y bodega y tenían como ayuda, una heredad, compuesta de bienes rústicos como campos de cereal, huertos y viñas. En la Sinagoga, en que se asienta el taller de fotocopiar, hay una gruesa columna, con tres capiteles encima, donde están tallados troncos de parra y racimos de uva. El Concejo de Huesca facilitó a la Judería la posesión de cien ovejas y cabras, pagando un canon dos veces al año.
Don Ricardo del Arco, dice que al principio del siglo XIV, los judíos de Huesca ocupaban ciento ocho viviendas, sometidos a impuestos y cuarenta y dos casas pobres. Había presión sobre los judíos, pues en el año 1391 fueron perseguidos, sufriendo presiones por su conversión al cristianismo el año 1415, con motivo de la disputa de Tortosa.
Como he hecho notar que los gitanos no podían ir a la escuela, a la escuela rabínica, acudían muchachos de todas las clases sociales y sin pagar impuestos. Se citan nombres judíos como el de la conversa Yolant Santvicién y de sus dos hijos Pedro y Domingo Santvicién. Estos nombres nos hacen pensar en la cantidad de judíos conversos,  que no sufrieron expulsión en 1492 y de los que quedaron muchos descendientes de judíos en España, pero con apellidos renovados.  Es impresionante el número de centros de asistencia de los judíos para ellos mismos, como el Hospital de la Judería. En documentos de Montearagón en 1279 habla de el “Espital de la Sanoga Mayor”, destinado al socorro de enfermos y de pobres. Así como he nombrado la Cofradía de los Cavafuessas, había otras que se dedicaban a visitar el Sábado a los enfermos. En Los artículos literarios del Alto Aragón, en uno de ellos dedicado a la Judería de mayo de 1998, dice: “Se conocen algunas actividades de las tiendas judías, a saber: médicos, cirujanos, especieros, albarderos, pelliceros, sederos, plateros, tintoreros, mercaderes y prestamistas”. Ignacio de Asso en 1798, escribió acerca de los prestamistas: “Los judíos de estos tiempos ejercían la usura con increíble rigor, y exorbitancia. La Célula de D. Jaime I, que la redujo en 1241 a cuatro dineros por libra al mes, parecerá quizás más ordenada, si se considera el desorden, que hasta entonces se había tolerado”. 
Al leer estos textos de intereses y finanzas, se da uno cuenta del espíritu económico de los judíos y te explicas como ellos son los Banqueros del Mundo. Pero, cuando uno considera la organización de los judíos medievales y cae en sus manos el libro “Cuentos judíos” del judío polaco Samuel Rovinski, se acaba uno de convencer, el espíritu de ahorro , que tienen los judíos. En uno de esos cuentos, escrito en Costa Rica, después de huir de Polonia, dice a su hijo Janche:”Esta gente no ahorra. Sólo los ricos serán ricos en este país. A ellos no les hace falta ahorrar. Nacieron ricos, Janche. Pero nosotros, ¿qué haríamos si fuéramos pobres…A los hijos hay que enseñarles el valor del trabajo. Y del dinero también. La persona que no trabaja es vaga, inútil, se llena de malos pensamientos, y codicia el dinero ahorrado por los que sí trabajan. Nuestros hijos deben aprender  que un cinco es un cinco y que el dinero no nace de los árboles. Así es, Janche”.
El judío con el que yo hablé en el Coso Bajo, se sentía de tal condición, pero según me dijo el que dirige un almacén, donde se apoya a los necesitados, este ucraniano-israelita, se convirtió en un alcohólico, lo que explica el comportamiento indiferente del poder judío, con él. Coincide este comportamiento con la explicación que un judío me dio, sobre la ayuda mutua  que se prestan entre sí. Me dijo que cuando un judío, por su emigración voluntaria o forzada, llega a un lugar donde hay otros de su misma condición, los allí presentes le ayudan para salir adelante. Pero si ven en él,  una persona “que no trabaja, es vaga, inútil, se llena de malos pensamientos y codicia el dinero ahorrado por los que sí trabajan”, dejan de ayudarle, para que sea responsable de su actitud.
Los judíos en Huesca,  hemos visto como residían en su barrio o aljama, gozando de una organización autónoma. Pero dicha organización, no sólo contaba con sus vecinos, sino que los vecinos de cada aljama, estaban en contacto con los de todas las otras ciudades de España. Esto lo escribió Simón Wiesenthal en la Operación Nuevo Mundo (La misión secreta de Cristóbal Colón) y se ve, leyendo la vida de los barrios judíos o aljamas. Continúa diciendo que “Los reyes de Castilla y Aragón les otorgaron también autonomía (a los sefarditas, también llamados marranos), por razones económicas. Los tributos percibidos de los judíos constituían la única fuente de ingresos segura y constante de las arcas reales”. 
Tanto es así que el mismo Cristóbal Colón, trabó relación con el nuevo cristiano- judío Luis Santangel, canciller de los mismos Reyes Católicos. También habló de la financiación del viaje al Occidente, con Gabriel Sánchez, tesorero real. Pero además influyó  Colón en un grupo de nuevos cristianos y del judío Isaac  Abrabanel. Fue el Escribano Real el que financió los gastos del viaje al Occidente y no los dineros de la Corona. 
Igual que en la Península se comunicaban los judíos, de distintas ciudades y pueblos, Julio Baroja dice que los judíos europeos también se comunicaron con los de las colonias españolas, incluso utilizando barcos regulares. Algunos marranos (esta palabra se interpreta como cerdo o persona maldita y excomulgada) o  criptojudíos, aprovecharon el comercio para hacer dinero, pues la Inquisición les confiscó muchos valores, como parte del castigo impuesto. La Inquisición dice el judío Bartolomé Bennasar  que la Inquisición se preocupaba más qué de la fe, de obtener riquezas personales de alguno de sus miembros. 
Están  ocurriendo ahora hechos semejantes en la Banca, donde se acaba el dinero, que se debía destinar al uso del pueblo, mientras los que lo administran, se enriquecen con ellos. El judío holandés de origen peninsular, nos aconsejaba bien, al decirnos: “Si no quieres repetir el pasado, estúdialo”.   
En la península se quedaron los convertidos al cristianismo, pero no se podía esperar una fe sincera de una conversión forzosa y muchos se casaron con gente de cierta nobleza. Otros, que eran marranos  se casaban con parejas de la misma condición, para conservar, aunque fuera escondido,  su judaísmo. 
Hace poco tiempo, un somontanés, me contaba, en unos tiempos que ya han hecho olvidar aquella conversión obligatoria y que si alguno sabe algo,  no lo cuenta, que en aquellos años en que se esperaba la expulsión de los judíos y se hablaba de la persecución de los gitanos, que en la Villa oscense de Alquézar, unos y otros hicieron una labor de colaboración. Y en un pueblo cercano, situado un poco más abajo, yo he visitado una casa Infanzona, con puertas de madera, grabadas con escudos. Y alguien del pueblo, me dijo que eran infanzones, porque esta era la forma de salir de esa época continuada de opresión y de malos tratos. Un descendiente de dicha casa, fue alcalde de la ciudad de Zaragoza. 
 Después de tantos sacrificios, expulsiones y muertes, al final del siglo XV, entró en contacto con los españoles el aventurero y científico Cristóbal Colón, que creía apoyándose en los mapas de los cartógrafos judíos mallorquines, pensaba que por los mares occidentales, llegaría a Las Indias. El navegante creía que los judíos podrían escapar de las persecuciones.
 Como pone en el Libro de  Cuentos judíos, Robinski : “A mí me gusta el trabajo y me gusta el ahorro, también…Yo cojo mi valija y me voy directamente donde los campesinos, que  en Costa Rica, me pagan las cobijas al contado. Y, me invitan a comer con ellos, Janche. ¿A dónde viste eso?. ¿En Polonia, donde los campesinos son ignorantes y antisemitas?. ¿Por qué me voy a quejar?Aquí en el campo, Janche, con ese lindo sol durante todo el año, y las montañas siempre a la vista y el aire puro, aquí, ves crecer de todo; Janche, en esta bendita tierra  todo lo que se siembra da su fruto. Es como un paraíso, Juanche; puedes creerme. No es como Polonia”.
El poeta Federico García Lorca, canta las penas de los gitanos y cultiva su amistad con el oscense “Pepín Bello, un hombre afable, ocurrente y risueño”, como lo suele ser el temperamento de los gitanos. Y Federico no podía olvidar a los gitanos, de los que escribió, como ya he resaltado en el texto de este artículo:”El gitano es lo más elemental, lo más profundo, lo más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza universal”. 
El poeta Federico García Lorca, antes de ser fusilado, se le preguntó sobre su ideal político. Él  contestó: ”que se sentía, a la vez católico, comunista, anarquista, libertario e incluso monárquico”. Nunca discutió con ningún amigo sobre una teoría política, ni riñó con ellos por estas cuestiones.
Es indudable que la Creación del hombre no es un hecho rotundo, en que el ser creado resulta un hombre perfecto,  sino el principio de un desarrollo humano a través de muchos siglos. Ese ser ponía en claro que era necesaria la marcha de la Evolución.
Federico García Lorca, con su inteligencia limpia  y su corazón amante de los hombres más desgraciados, no tuvo tiempo para pensar en las teorías políticas de la mente humana, pero le sobró para poetizar aquellas tristes vidas, que convirtió en tiernas poesías. Poesías que ofrecen el espectáculo del “Romancero gitano”, y que en lugar de dedicarse al estudio de la Astronomía, la contemplan en la “Luna, lunita, ea”, en la que se ve el mito de la muerte.
En cambio los judíos, estudiaron y siguen estudiando la   Astronomía,  y encontraron el Continente americano, que acogió a muchos hombres y que han conseguido volver a Jerusalén, donde se prepararán para combatir las bombas atómicas, que ensombrecen el horizonte de esta vida humana. Hace ya siglos que los judíos adoraron a Yahvé en las sinagogas de Barrio Nuevo y de al lado de la  Catedral, pero yo, cuando paso por detrás de San Jorge, a la ermita de Loreto, recuerdo el antiguo  cementerio de los judíos, después de haber dejado el “Fosalé de Barrio Nuevo”.
Yo lo que tengo presente es la frase del judío holandés, venido de España, que dijo: ”Si no quieres repetir el pasado, estúdialo”.

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