viernes, 13 de noviembre de 2015

El mundo es redondo




Son múltiples las formas que se dan en la Naturaleza. Unas se adaptan a los aires, como las aves que vuelan, que suben y que bajan, por la necesidad que sienten de conseguir sus alimentos. Otras formas que se dan en el aire son las de los insectos, de los que se alimentan las golondrinas, aves que con sus picos abiertos y en veloces vuelos, los hacen entrar en su interior. Otras aves, las gaviotas, se lanzan a las aguas del mar, bañando sus plumas en sus saladas aguas, y emprenden rápidamente un vuelo hacia lo alto, con un pez aprisionado con su pico. Pero, al mirar el vuelo de los insectos y el de las aves, se contempla el Universo, lleno de astros y de planetas, que todos ellos son de forma redonda. Y ahora los hombres lanzan al espacio, satélites, que muchas veces son redondos y que en ocasiones impulsados por cilindros, que imitan la redondez, sin alcanzarla, de los astros y de los planetas, y se comportan en el espacio girando y girando, trazando círculos que corren espacios redondos. 
Los hombres que  crean esos cilindros impulsores y que impulsan las esferas de los satélites, tienen absorbidos sus cerebros, por las formas redondas de los planetas y por sus rutas voladoras. Es que sus cabezas, que encierran sus sesos o cerebros, son también redondas. Pero no,  todas las cabezas de los hombres son redondas, si no muchas veces, dolicocéfalas y son precisas esas cabezas redondas, para organizar los vuelos estratosféricos. Si, esas  cabezas redondas, que piensan en un universo de astros y de satélites, que son también redondos, se dan cuenta de la primacía en el cielo de la redondez total y de la redondez superficial, de los límites de los circuitos, de forma,  que respetan las curvas de las circunferencias y de las elipses.
 La redondez en el Universo, tiende a la esfera universal o redondez total, porque las circunferencias tienden a formar, con sus deslizamientos por el universo,  una visión única de la existencia eterna y todopoderosa.
Pero mi amigo, que es completamente redondo, desde niño ha ido avanzando hacia esa forma esférica, llena de sabiduría. Pero  para darle sabiduría a esa sabia esfera, ha ido formándola con las curvas.
Ya digo en mi artículo “La rueda de los molinos”, que “representó, muchos años antes, la conservación de la vida humana por aquellos molineros, que acompañaban a las pétreas ruedas de sus molinos, para que el hombre consiguiera obtener “El Pan Nuestro de cada día”. Esas ruedas no eran esféricas pero eran circulares, es decir, en parte redondas y de piedra y movidas por el agua del río, unas veces del Alcanadre y otras, como en Aratorés, del río Aragón, convertían el trigo en harina. ¡Cuántos siglos hacen falta para que el hombre alcance la sabiduría!.
Mi amigo y su familia vivieron en el molino de Uncastillo. El día 6 de marzo de 2015, el señor Beñat Larrañaga, escribió en mi ordenador, lo siguiente: “El pueblo que mencionas sobre los rezos en euskera, es  Uncastillo, en las Cinco Villas aragonesas. Todavía en 1927 se enseñaba la catequesis a los niños  (no sé si a alguno de ellos), en euskera. Prueba veraz es que hace unos años un estudioso del euskera conoció a una persona, ya muy mayor, que todavía era capaz de rezar “Aita, gurea Zerutan Zarama…( Padre nuestro que estás en los cielos). Increíble, pero cierto”
En aquellos molinos montañeses, aparecían “lauburus”, cruces que habían perdido su forma geométrica de ángulos rectos, para convertirse en cruces, que buscaban la redondez de su forma.
En aquellos molinos, se vivía en plena Naturaleza. Se veían los astros, la luna observaba los peces en el agua del río y el ruido de la piedra del molino, rimaba con el cantar de las ranas y el molinero entre la luz escasa de la luna, el ruido de la aguas y de las piedras del Molino, se miraba al cielo para ver si volaban las nubes o más allá,  en el cielo brillaban las estrellas. El molinero se preguntaba si aquel aspecto de la vida de la rueda, tenía algo que ver con el centro de la vida en nuestra Tierra o era el sol el que gobernaba, aquel trabajo que producía el rodar de la rueda, impulsada por el agua del río. El molinero consideraba a la Tierra y al Sol, los causantes de aquel trabajo, que proporcionaba el pan a los humanos.
Por eso, durante muchas épocas pasadas, se ha considerado a la Tierra, como el centro del Universo, en tanto que en otras ha sido el Sol, el que se ha creído ser ese centro, de la Geología del Universo.
Mi amigo, que es esférico como el Universo, me comenta que cuando  estaba en los Molinos, observando el sol, la luna y las estrellas, soñaba, con descubrir en ellos cualidades que aumentaran los conocimientos de la vida. Y murieron generaciones enteras de molineros sin observar adelantos en sus conocimientos y ahora, que él ha marchado de los Molinos, como un sacerdote que buscaba el pan para sus hermanos, han descubierto una partícula “consistente” en el bosón de Higs. Esta partícula explica como la materia obtiene su masa en el Universo.
Yo creo que cuando se estudie totalmente la participación del bosón de Higs en la formación de materia, se podrá, por medio de esta “Partícula de Dios”, ver si el hombre tiene alma inmortal.

Yo creo que mi amigo, busca esta oportunidad, porque le vi, en cierta ocasión, un hermoso Cristo metálico, detrás de los papeles de su despacho.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La muerte, la niña y el hombre caramelo

  ¿Tres años tiene la niña?, tal vez cuatro, no lo  se.  La conocí en el coro de San Pedro el Viejo, donde acude a una misa con su madre. El...