martes, 31 de octubre de 2017

Los Hechos de los Apóstoles y el Pan Nuestro de cada día



El hombre está compuesto por cuerpo y alma. Su cuerpo es material y su alma es espiritual. Y cuando el hombre reza, empieza haciendo la señal de la Cruz, desde su frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo hasta el derecho, diciendo,  al mismo tiempo: “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.  
Hay que alimentar el cuerpo y el espíritu y algunas veces, los hombres han estado saturados de escuchar sermones, pero han tenido su estómago vacío. La primera Persona Divina, es decir el Padre, nos enseña a pedir el Pan nuestro de cada día. En la Oración del Padre Nuestro, decimos: ”El PAN nuestro de cada día, dánosle hoy y perdónanos nuestras deudas … y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos de todo mal”.
El Hijo, Dios y Hombre verdadero, también se acuerda de nuestras necesidades corporales, pero más  después de recordar el día de Pentecostés, en  “que todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse” (2:49). Pero Jesucristo el Hijo de Dios, había fundado por medio de sus apóstoles, la primera Lengua, que hasta entonces no  contaba con las mujeres y los niños en la comunidad, y “todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común,  en la fracción del PAN y en las oraciones”. “Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común (2:44): vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno (2.45). Íntimamente  unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y COMÍAN  juntos con alegría y sencillez de corazón”2:46). “Ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el pueblo. Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquellos que debían salvarse”. (2:47).
¡Cómo se acordó Jesús, de que los hijos del pueblo, pudieran comer y beber, alimentando sus cuerpos!. Por ejemplo en la Multiplicación de los panes y de los peces, a las orillas del lago, pues en esta ocasión “Al desembarcar vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer. Jesús les replicó no hace falta que vayan, den les ustedes de comer. Ellos le dijeron no tenemos más que cinco panes y dos peces. Les dijo: ¡Tráiganmelos!.  Mandó a la gente que se recostara en la hierba, y tomando los cinco panes y los dos peces alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a sus discípulos, que se los repartieron…Comieron unos cinco mil hombres sin contar las mujeres y los niños”.( Mateo 14,14-21).
Cada vez que escucho esa frase de Jesús, cuando dijo, ”Denles ustedes de comer”, me acuerdo de aquellas palabras suyas, que están escritas en el ordenador y que se expresan así: ”Nuestra vida en el mundo es un compartir constante. Compartimos la tierra en que vivimos, el aire que respiramos, el cielo que nos cobija, el sol que nos ilumina, la noche que nos permita descansar, las plantas que nos alimentan, el agua que nos refresca, los animales que nos acompañan, el cariño de las personas que nos anima. Sólo en el compartir podemos experimentar lo que realmente  somos: hijos de un mismo Padre, que construyó un hogar hermoso para todos, y que nos quiere unidos como hermanos que se aman y se ayudan en todo”.
Si no existieran el mal, la vida de los hombres sería feliz, pero entre éstos se ha introducido el egoísmo y en lugar de repartir, muchos buscan acumular el dinero y ese dinero no conduce a nada, porque cierra nuestra vida y nuestro corazón a todos los bienes, que podríamos hacer a nuestros  prójimos. El egoísmo cierra nuestras almas, para que no comuniquemos nuestros bienes materiales y nuestra riqueza interior, que vale más que nuestros bienes materiales. Si fuéramos generosos, podríamos recibir nosotros, los bienes de todo el mundo. Los  bienes materiales son bienes, en la medida, que son útiles en la vida de los demás y en la nuestra. Son simplemente objetos que se van pasando, como objetos de la caducidad.
Compartir con los necesitados es necesario,  porque Dios nos  ha dado todas las cosas y nos produce una alegría inmensa el dar al que lo necesita.
La venida del Espíritu Santo, ocurrió “al llegar el día de Pentecostés, estando todos reunidos en el mismo lugar”, (2:1). Es que el Espíritu Santo  da aliento a la vida y sin  Él, los seres humanos, permanecerían con su espíritu inerte. Pero el hombre tiene cuerpo y alma y su cuerpo vive alimentándose y el alma recibe los dones del espíritu.  Por eso se, ve como los judíos el Pentecostés lo celebraban como algo relacionado con fenómenos naturales. Por el mes de Mayo alcanzaban su madurez en Palestina y los fieles, iban a Jerusalén a ofrecerle al Señor en el Templo,  las primicias de su cosecha y mostrar a Dios su alegría y gratitud.
Con el tiempo Pentecostés dejó de considerarse como un ceremonial pendiente de la Naturaleza y se descubre en dicho recuerdo como “un viento divino que el hombre no puede domesticar ni manipular”. (Jn.3,8)
Y hay hombres, movidos por esa luz del Espíritu Santo, como dice la oración: “Ven Espíritu Santo… llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor,  envía, Señor,  tu Espíritu y todas las cosas serán creadas y renovarás la faz de la Tierra”. Esos hombres se dedican a dar al necesitado, lo que necesita y tratan así de renovar la faz de la Tierra. Y en tanto van haciendo el bien a sus prójimos, sus corazones se llenan de una alegría divina, esperando el día en que vivan sólo su vida espiritual,  porque los objetos temporales ya no tendrán objeto en las almas. Se dice en la oración  al Espíritu Santo: “Envía Señor tu Espíritu y todas las cosas serán creadas y renovarás la faz de la Tierra”.  
Parece que la obra de Dios va desde lo material a lo espiritual, y que nos conduce a través  de la misma realidad”. “No hay unión sin Espíritu, ni Espíritu sin unión”. El Espíritu es una especie de fuerza o energía, no material y se transmite en los actos de la creación.
Mi amigo, el Veterinario Ignacio Escalona, que fue hace unos años Alcalde de Grañén, es un sabio, que “me envió un  escrito que titula “Antigüedad y Cristianismo”, que movió a mi mente a pensar en la evolución. Siente Ignacio Escalona, igual que sentía Einstein que “la más bella y profunda emoción, que nos es dado sentir es la sensación de lo místico”. Lo mismo les pasa a los humildes y pobres que trabajan en una obra de Caridad, pues no cesan en su continua labor caritativa. En mi artículo “Síntesis del mundo material con el mental o espiritual” pongo “Los problemas de la materia son más fáciles de comprender que los del espíritu e incluso es difícil separarlos uno del otro, como cuando se medita sobre la fórmula de Einstein E=m.c2, en que parecen unirse la materia y la energía, que son de la misma naturaleza, de tal forma que algunos identifican el espíritu, con la síntesis de la materia y la energía”.   

Cuando veo a los humildes hombres trabajar caritativamente con los pobres, los identifico con el espíritu, cuando lo que hacen es trabajar con la pobre materia, por sus hermanos los humanos.

lunes, 30 de octubre de 2017

El jabalí ibero




En La Península Ibérica, habitaron los iberos libres, desde el siglo VI a. C. hasta los siglos de la romanización durante los siglos III y I a. C.
Fueron los Iberos un conjunto de pueblos, que vivieron en la costa del Mediterráneo, la zona Sur, central y el Este de la   Península Ibérica, organizados en tribus, compuestas por guerreros, campesinos, artesanos, comerciantes y esclavos. Recibieron el nombre de iberos o íberos, nombre derivado del Río Ebro.
A partir del año 2.000 a. C., llegaron los celtas, que sin escribir libros literarios pronunciaban hermosos versos, que les hacían recordar su existencia a gusto, como pueblo libre y conquistador. Han llegado hasta nosotros recuerdos transmitidos por tradición oral, pero la cultura de los celtas o “godos”, fue extinguida por los romanos desde César Augusto y más tarde por los moros y cristianos. Basta leer la persecución que sufrieron los godos en Navarra y el Pirineo aragonés. Sabían escribir en griego y en latín, pero prefirieron dejar, la crónica de su existencia por vía oral, en hermosos versos. Los celtas, cuando llegaron a la Península, se instalaron en viviendas separadas de los poblados ibéricos. Pero cuando llegó a la península la invasión de los moros, pasaron a ser un pueblo, discriminado, como se ha comprobado al ver en Navarra y en Aragón a los antes elegantes y presumidos “godos o agotes”, discriminados y despreciados por los primitivos habitantes.
Los íberos vivían en territorios poblados de jabalíes, que por un lado los alimentaban y por otro, les daban la muerte con la Triquina, parásito que sufrían.
Dependía su vida de la carne de los jabalíes y su muerte, en muchas ocasiones les venía porque la Triquina  Spiralis , que parasitaba la carne de dichos animales, que ellos comían estaba infestada por esos parásitos. Los ìberos y los celtas  veneraban a  los jabalíes y por este motivo, los íberos hacían estatuillas de los jabalíes.  con material de bronce, como la que se ve en el artículo, que vds. están leyendo   y los celtas les cantaban: “Llevamos la fuerza del jabalí y la sabiduría del unicornio”. Los druidas eran una categoría de gran influencia entre los celtas, porque sabían leer en griego y en latín, pero ellos elegían recitar por vía oral unos bellos poemas, que narraban la existencia de sus miembros.


Barco Fenicio.

Los fenicios siguieron el ejemplo de los alfabetos fenicio y griego y escribían cartas comerciales, monedas, piedras de cerámica y láminas de plomo, sobre las cuales escribirían esas cartas comerciales. En el siglo I a, c., por influencia de los romanos, comienzan a desaparecer el alfabeto y la escritura fenicias. Se grabó una gran cantidad de monedas, como la navarra y la oscense, que he visto en Pamplona y en Huesca, pero el Emperador Claudio ordenó por los años 39 y 40 d. C., que se suprimiesen en las monedas grabaciones ibéricas y se permitiesen las romanas. El arte es de una calidad artística, influenciada por el arte griego y la cultura fenicia, que por cierto navegaba el Mediterráneo con suma facilidad.
La cerámica es lo que da más abundancia en la cultura ibérica. Entre piezas escultóricas han llegado a nosotros La Dama de Elche, que ha dado pie a dudas sobre su origen. Luego la Dama de Baza, la Bicha de Balazote, etc., etc. El pueblo ibero era alegre y optimista, porque manejaba toda la orfebrería, como anillos, pendientes y multitud de objetos, que creaban en oro, en plata o bronce, como el pequeño jabalí, cuyo nombre titula este artículo. Así como los íberos eran optimistas, porque manejaban todo lo material, los godos en lugar de crear arte, lo vivían y lo soñaban y decían: “Llevamos la fuerza del jabalí y la sabiduría del unicornio”. Los druidas, el escalón de mayor poder entre los celtas, prefirieron dejar por la vía oral, en versos hermosos, la relación de la existencia de su pueblo. Y su historia gloriosa, se deshizo al llegar la invasión de los moros y aumentar la soledad de su sociedad, por el abandono de los iberos. Ya vivían solos y apartados de los íberos, porque hasta sus residencias las edificaban apartadas de las ibéricas y se consideraban como los que tenían más inteligencia y más poesía en sus mentes. Los íberos eran felices y cazaban los jabalíes, a los que dedicaban estatuillas y los celtas los consideraban como dioses, como fuentes de la vida, como creían al verlos excavar el manantial de la Tierra.
 Los celtas admiraban a los jabalíes, porque continuamente estaban excavando la tierra, como aquel que busca un nuevo manantial, pero que no lograron aclarar el misterioso fondo de este planeta. El jabalí hacía pensar en la importancia del jabalí en el mundo mitológico, como en el religioso. Una demostración de esas ideas se ve en una iglesia de Betanzos, en Galicia, en que aparece un símbolo, que recuerda el cristianismo, es decir un jabalí, muy bien reproducido, debajo de una Cruz.
Jabalí en la iglesia de Betanzos.

Llegó la invasión árabe y los godos que ya se consideraban un pueblo selecto, que no se trataban con los miembros de otras razas, se encontraron con su desprecio y abandono de los demás pueblos. Pío Baroja escribió que los agotes, miembros de un pueblo maldito, mostraban su estilo germánico con sus cabellos rubios. Y yo, en las calles de Huesca, he visto una familia marroquí, con unos hermosos cabellos rubios. Pero ahora se encuentran muchos españoles y especialmente aragoneses y navarros, con sus pelos rubios. A partir de la Catedral de Jaca, se extendió por la sociedad un crismón románico, usado por los “agotes” en la construcción de iglesias románicas. Estaban discriminados por la sociedad, pero eran inteligentes, tanto que fueron creadores de templos románicos en el Camino de Santiago. Los agotes, que durante su gobierno de la Península estaban llenos de orgullo, al ser vencidos por los moros, estaban obligados a mantener una endogamia absoluta, pues tenían que entrar en la iglesia por una pequeña puerta, que les hacía entrar agachados. Y de la misma forma que cuando ellos tenían el poder, vivían apartados de otros ciudadanos, al ser invadidos por los moros, se vieron apartados por los demás habitantes. La escritora, ya fallecida Nieus L. Lascorz, escribió la historia de los agotes de la Val  de  Gistau.
En este escrito se ve el amor de los habitantes de la Península a los jabalíes. Los Íberos los amaban y se alimentaban con su carne y los celtas los adoraban y los amaban.
Así ha seguido, durante siglos la historia de los distintos pueblos que la poblaron, que la invadieron y que han luchado entre ellos, hasta estos momentos
Unas veces fueron intelectuales y poetas, otras trabajadores y creadores de arte y unas veces han olvidado sus fablas y en otras se enseñan y en toda ella  se estudia el inglés, para vivir en un mundo unido.


domingo, 22 de octubre de 2017

Los jabalíes



Durante toda mi vida me han llamado la atención esos salvajes cerdos peludos, que viven de un modo primitivo en  nuestros montes, y que en cierta ocasión los vi correr por las calles de mi pueblo de SIÉTAMO, cuando venía la noche. Nos daban miedo a los niños, porque iban armados los mayores por dos colmillos óseos, que les salían de su boca, que inspiraban un terrible miedo a que atacaran a los seres humanos. Tienen su cuerpo cubierto de pelo oscuro, al contrario de tener su cuerpo liso de pelo, como sus hermanos los cerdos y son mucho más ligeros en sus desplazamientos. Los jabatos nacen con rayas longitudinales a lo largo de su cuerpo, que les da el nombre de rayones. El tiempo les da transformaciones en su color, porque se tornan de un pelaje oscuro. 
Los cerdos o Suis  Scofra  doméstica, son mucho más mansos que los jabalíes, pues en una laguna, entraron unos de estos y no podían salir. Tienen por costumbre meterse en balsas de barro para regular su temperatura. Unos ciudadanos se pusieron a ayudarles y los jabalíes se lo agradecieron, atacándoles con sus colmillos.


Yo he encontrado en el monte de Siétamo, en mis paseos por él, grupos de  jabalíes, a los que no vi, pero que escuché sus gruñidos, que me hicieron escapar con prudencia del lugar en que estaba encamada una familia de jabalíes. Un día, se salvó mi hijo Manolo, viniendo de Huesca, pues involuntariamente atropelló a un jabalí y gracias a  Dios, se salvó de darse un golpe.
Pero visitando a mi hija Elena y a su esposo Santiago en Pamplona, me acompañó éste por el monte de Zizur y encontramos a un vecino de Pamplona, acompañado por su perro.  Nos llamó la atención el aspecto del perro navarro que le acompañaba y hablando con él nos hizo el siguiente relato: “Cuando yo, Teófilo García, nacido en el pueblo navarro de Asarta, en el camino que conduce desde Pamplona al Valle de Berrueza, que muga con la Sierra de  Santa Cruz de Campezo y que sirve de límite entre Navarra y Alava, se fue a pasear por el monte acompañado por su perro pachón navarro, con el que entre otros tiempos de atrás, salía a cazar. En esta ocasión se querían tanto, que simplemente se acompañaban el uno al otro. El sabía que por aquellos terrenos, habían estado cazando varios alaveses, que habían arrendado aquel monte para cazar jabalíes. Cuando ambos compañeros volvían de pasear toda la tarde y empezando a oscurecer, de repente a Teófilo le sorprendió la presencia de un enorme jabalí, que surgió de un zarzal, en el que estaba escondido; pesaría el animal más de cien kilos y como estaba herido, usó el comportamiento que dichos animales tienen por costumbre, cuando por sus cercanías se aproxima alguna persona. Iban por un camino, en cuyos lados proliferaban encinas y bojes y como acabo de relatar surgió de repente de un zarzal muy espeso un jabalí con su boca abierta, que dejaba contemplar, asustando a Teófilo, unos grandes colmillos, que parecían navajas agresoras. Ante tan cruel amenaza, se cayó el que iba a ser atacado por la fiera y lanzó un grito de desesperación, al verse indefenso y con su vida en auténtico peligro y con la perspectiva de sufrir crueles mordeduras. “Chin” su fiel perro, al escuchar tal grito, acudió en defensa de su amo o más bien de su compañero y se lanzó sobre el jabalí, mordiéndole en las orejas y en el cuello y jugándose su vida por defender la de su compañero. El dueño tumbado seguía en el suelo, temblando de pánico y contemplando la dura pelea que mantuvieron los dos animales hasta que el perro logró hacer huir al atacante, quedándose  Teófilo libre de una muerte terrible. Pero la emoción no acabó con esta huida del jabalí, sino que se hizo más emotiva con el comportamiento de su compañero el  heróico  perro navarro, “Chin” , que se acercó a su dueño y le lamía la cara como queriendo aliviarle el sufrimiento que había padecido”.
Se está dando en la provincia de Huesca, una despoblación de numerosos pueblos, lo que hace que aumenten los jabalíes y también se produce un aumento de ejemplares en cotos de caza en los que se aumenta su número por la alimentación que se proporciona en comederos artificiales. Ese aumento de ejemplares en los montes, los aumenta también en las carreteras, lo que produce un aumento del número de accidentes en las mismas, que aumentan también el número de víctimas humanas. Yo me he encontrado con ver recrearse jabalíes,  jugando entre ellos en los campos de Siétamo y algunas veces escapando a correr de mi vehículo, con una velocidad ligerísima.
He visto casos de muerte en individuos que han comido carne de jabalí, que no había sido examinada de si en ella, había presencia de parásitos, pues todavía quedan personas que creen que los jabalís consumen productos muy sanos, como trufas, bellotas, setas, caracoles y vegetales.
A mí, me ha tocado examinar carnes de jabalí por medio de triquinoscopios, para descubrir en algún caso Nemátodos del Género Triquinella Spirallis. Estos pueden llegar a producir síntomas gastrointestinales como diarreas, que llevan a los consumidores a  muerte.
La caza del jabalí está muy presente en los cazadores, según unos por su gran tamaño, por ser una pieza salvaje y fiera, que abunda en los bosques de España.
 Son numerosas las especies de animales iguales al jabalí, por su alimentación,
 y por su reproducción posible entre ellas. Se ha conocido en no lejanos tiempos los “cerdolis”, que es un suido que es fecundo con los jabalís. Una asociación navarra de cazadores, ADECANA, ha descubierto que se cruzan los cerdolís con los jabalís.
Cerdolis.

Coinciden con  Adecana que este cruce de especies, da lugar a un nuevo animal, conocido como cerdolí, que puede poner en peligro, la pureza genética del jabalí.
Hay que tener en cuenta el peligro que dan a la circulación los jabalís en una tierra, que está en peligro de despoblación y si es importante la vida de los jabalíes, lo es más la de los seres humanos.

viernes, 20 de octubre de 2017

Papirroy aragonés


La palabra Papirroy es aragonesa y yo la aprendí cuando era un niño inocente. Yo no sabía que aparte de su significado aragonés, en castellano, se le llamaba petirrojo, que es equivalente al nombre aragonés. En mi niñez, gozaba, con frecuencia, en contemplar a ese petirrojo, qué con su imagen redondeada, con una cabeza desarrollada, rematada en un pico fino, con un pecho colorado. Era muy fácil observarlo, cuando daba cortos saltos para ir a comer algún gusano entre las hojas pardas, en fase de descomposición, o para tragarse alguna miga de pan, que le dábamos o para picar insectos o algún fruto de las plantas, que por ahí se desarrollaban.
Este pajarito forma pareja con otro petirrojo, pero se suele quedar sólo el resto del tiempo, en el que cultiva su amistad con las personas, que lo admiran y le proporcionan alimentos. El último petirrojo que he conocido, estaba en el Parque de Huesca y me miraba, como aquel que espera recibir alguna laminería, de mis manos. Al mismo tiempo que parecía que me estaba pidiendo “lamines, daba pasitos cerca de mí, buscando la amistad conmigo, en lugar de procurar escaparse de mi persona. Este pajarito vive parte de su vida emparejado en el Altoaragón y cuando está libre de los hilos del amor, hace amistad con los hombres del campo. Este petirrojo, en estos momentos, ya  está a punto de desaparecer de este Somontano, como sucedió en Europa, cuando los escarabajos atacaban las cosechas, pero al cesar esos envenenamientos, los petirrojos han recuperado su proliferación poco a poco. Los hay emigrantes, como los petirrojos que hacen sus nidos en los bosques del Norte de Rusia y de los países escandinavos, pero en el Sur, son sedentarios y buscan su vida en el Atlántico y en las arboledas mediterráneas.
Yo recuerdo la última vez que nos encontramos con un petirrojo o papirroy en la arboleda del Parque de Huesca. El papirroy con sus pequeños saltos me miraba, como si quisiera saludarme, al tiempo que parecía pedirme algún alimento. Yo me sentí triste por no podérselo dar, pero al fin cesó nuestra conversación muda, pero cariñosa.
El petirrojo siguió buscando sus alimentos y esperando que algún ser humano se los proporcionara.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Ermita de Santa Elena, en la “cabañera del aire"


Ermita se Santa Elena Torralba de Aragón.

El pasado día ocho de Diciembre, me subió a Santa Elena el nieto del “agüelo”, ya difunto, Mariano Bercero. Desde esas alturas, tuve la dicha de contemplar esa Sierra legendaria e histórica, que va desde Tardienta hasta Alcubierre. Y desde este último pueblo hasta la ermita de Santa Quiteria, en Tardienta, en viejos tiempos, San Caprasio visitaba los santuarios de San Simón y de la Virgen de Magallón, de la que son tan devotos los hijos de Robres, subía después a Santa Elena y acababa su romería en Santa Quiteria de Tardienta. En aquella elevada meseta de Santa Elena, contemplaba los Pirineos desde el Monte Perdido, el Turbón y  otras múltiples cimas blancas por la nieve, que me hicieron reconocer que Torralba es, sin duda,  Aragón. ¡Cómo se contempla la división del Alto Aragón entre la Montaña y la Tierra Baja!. Sí,  porque desde estas alturas se ve perfectamente la “Osca” o puerta para pasar de la Montaña a la Plana de Huesca, que es, sencillamente, el Salto Rodán. Osca es palabra vasco-ibérica que significa puerta o apertura, de las que tantas se hicieron en aquella Sierra por los pastores en las orejas de las mansas ovejas. Por su pequeño tamaño se denominan “osquetas”. Allí al contemplar el Salto de Roldán, se piensa en el Emperador Carlomagno, que bajó hasta Zaragoza y el caballero Roldán, saltó con su caballo desde la Peña Men o Amán, al otro lado del río tan latino, el Flumen, a la Peña Sen o de San Miguel. Más allá pasa el río ibérico Isuela y más allá todavía los ríos de nombres árabes Guatizalema y Alcanadre. Los moros dejaron también su recuerdo en la torre Mudéjar de Torralba y llaman también Autovía Mudéjar, a la que sube desde el Ebro en Zaragoza hasta Francia por la Montaña. Y todo eso se ve desde el Santuario de Santa Elena en la Sierra de Torralba. Pero no sólo se puede meditar, en esas alturas, de las guerras y en las invasiones del pasado, sino que en estas quebraduras del terreno y estas parideras, hicieron una revolución por la justicia y el bienestar del pueblo los “bandidos generosos”, que llenaron de historias y leyendas toda la inmensa comarca de los Monegros, que desde Santa Elena se divisa. Todo esto lo narra muchas veces el cura don Rafael Andolz, en las aventuras del bandido Cucaracha. En aquellas quebraduras de la Sierra, crecen las carrascas, los pinos, las sabinas, los sauces, romeros, ontinas, tamarices y multitud de yerbas leñosas, como la barrilera que rueda y rueda, impulsada por el aire. En aquellos terrenos quedan multitud de parideras, hoy día, casi vacías, pero en esa “cabañera del aire”, no se dejan escapar la producción de energía, por medio de aquellos altos y recios postes, con sus aspas girando para producir energía eléctrica. Mi sobrino Marianer tiene como novia a Begoña y antes recorría la Sierra con sus ovejas y ahora corre por aquellos caminos para vigilar el funcionamiento de los “molinos movidos por el viento”. En Torralba siempre han sentido inquietud por el progreso, como se da uno cuenta al escuchar a Mariano Bercero, hijo del “agüelo”, cantar la jota, que reza: ”No te cases en Torralba,- ni te cases en Senés- vete a casar a Tardienta-que verás pasar “o” tren”. Y el nieto Marianer, ha visto cuidando las ovejas: el riego, la torre de la iglesia restaurada, la autovía Mudéjar y ahora ha dejado las ovejas, para ocuparse de los molinos de viento que crean energía. Por eso se sienten felices los de Torralba y cantan:”Torralba ya no es Torralba-que se ha vuelto capital-tenemos buenas piscinas – y a comer al Restaurán”.



Martín Pena Gracia, Colombófilo oscense.



A Martín lo conozco porque todos los días viene a Siétamo, donde desempeña la función de Cartero. Es un joven simpático, con el que da gusto conversar y más cuando me dijo que era Colombófilo. Al darme cuenta de su trato con las Palomas Mensajeras, le interrogué sobre la vida de esas aves “benéficas de la Humanidad” y me contestó con rapidez, pues al día siguiente  de irse a Huesca, volvió a Siétamo, con siete Palomas, que soltó  antes de regresar él a Huesca. Es que se trataba de un “Cartero Mensajero”, como él mismo se sentía un transmisor de noticias, como lo son las Palomas Mensajeras. Las  soltó todas, es decir las siete palomas en la Plaza Mayor de Siétamo, y les dijo: “hasta luego”. Volaron por encima de dicha Plaza, se fijaron en los detalles de la Naturaleza, con el fin de conocer distintas partes de nuestro mapa geográfico, como también era suyo, ese mapa de  su regreso a Huesca.  Marchó con su coche, saludando a las palomas, con su mano derecha a través de la ventanilla. Yo me quedé preocupado, paro Martín,  sonriendo,  me dijo: no se preocupe, porque dentro de unos momentos,  me encontraré con ellas en Huesca.

Cuando el martes, día 10 del mes de Octubre, llegó a Siétamo,  en una caja-jaula, a la que los colombófilos  denominan “el transportín”, traía siete palomas mensajeras, todas iguales de forma, pero de distinto color, ya que unas eran “rodadas” en gris y las otras eran de color “bayo”. No habían comido todavía, cuando llegaron a Siétamo, pero supongo que aumentaría su apetito al volar por el cielo de Siétamo.
 ¡Qué placer sentirían las palomas mensajeras al observar desde las alturas el cielo de Siétamo y explorarlo!. Pero no todo es dicha en esta vida, porque en algunos casos, si por allí cerca existen, por ejemplo azores o halcones, persiguen a las palomas. Con sus garras hacen diversas lesiones en el cuerpo de las palomas, unas veces les rasgan la piel de su cabeza o de su cuerpo, pero ellas,  a pesar de su gravedad,  logran escapar y llegar a su refugio. Pero por desgracia hay días en que muere alguna de las palomas heridas. Me dice Martín, que él está provisto de Yodo u otros medicamentos, acompañados por la aguja y el hilo, para las ocasiones en que ve que es necesaria la costura  de sus heridas.

Con estos pensamientos, las mira y parece que les dice: “Vuela, vuela, palomita, vuela, vuela al palomar. No te vayas tan solita, palomita, que te quiero acompañar”. Si, da la sensación de que las quiere acompañar, porque tan pronto las palomas cesan de dar vueltas por el cielo, como él no puede volar, se sube en su coche y se dirige al mismo punto de la capital oscense, en el que se volverán a encontrar. Entonces las mirará para ver si tienen algún daño en sus cuerpos volanderos, para utilizar el Yodo, la aguja y el hilo, para devolver a las palomas su salud, su belleza y su energía. Es que no puede dejar de acompañarlas, aunque no pueda volar como ellas, idea con la que sueña, no por alcanzar su placer, sino por identificarse con ellas, incluso en su vuelo.

Cuando nos enseñó la salida de las palomas mensajeras de su “transportín”, éstas saltaron a las alturas de la Plaza Mayor de Siétamo y producían la sensación de felicidad, que nos transmitían a los espectadores de este vuelo. Todas las mensajeras, unidas en vuelo colectivo, daban vueltas y más vueltas por encima de la Plaza y cada una que daban,  por haber alcanzado más altura, observaban circunstancias que les aclaraban la ruta por la que tendrían que volver, hacia Huesca.

La madre de Martín Pena Gracia, en el palomar de Huesca, está siempre esperándolo a él y a las Palomas Mensajeras y siempre piensa: ”volad, volad, Palomitas, porque os quiero acompañar. No os vayáis lejos de mí”.


martes, 10 de octubre de 2017

La lengua del Midi, por Almudevar, bajó a Valencia


Alfonso I, el Batallador.

La Villa de ALMUDÉVAR, conquistada a los moros, en 1118, después de Huesca, en el año de 1096, por el Rey  Pedro I de Aragón, su sucesor Alfonso I el Batallador, conquista Almudévar. Conquistada Almudévar, se lanzó a la conquista de Zaragoza, para más tarde llegar a Valencia. Para la conquista de Zaragoza, consiguió en el Concilio de Toulouse y apoyado por su vasallo Gastón, Vizconde de Pau, que a esa conquista, se le diese la categoría de Cruzada. En Ayerbe se concentraron numerosos caballeros europeos, navarros,  aragoneses, vizcaínos y alaveses, para formar un poderoso ejército y éste avanzó ocupando con cierta facilidad la Villa de Almudévar y después Gurrea de Gallego y Zuera.

El primitivo  nombre de Almudévar era el vasco-ibérico Burtina, pero los árabes le dieron el nombre de Almodóvar, la Corona o La Redonda o la Colina  Redonda, traduciendo al castellano  el Tozal Redondo, del aragonés, lengua en que toza equivale a cabeza y tozal, expresa una forma de cabeza. En Siétamo hay un Tozal Redondo, al lado derecho de la carretera N-240, que va desde Huesca a la autovía de Lérida-Huesca y ya muy cerca de este empalme, se alza dicho tozal Redondo. Desde Siétamo se divisa en Fañanás otro Tozal Redondo. Hemos visto como en Ayerbe, preparándose para conquistar Almudévar, estaban las tropas de Gastón, Vizconde de Pau y por eso no es extraño que en la Revista de Almudévar, aparezcan escritos artículos, en fabla aragonesa, emparentada con el bearnés. Esos escritores están recordando la influencia lingüística, que existía y todavía persiste, entre el limusín, el bearnés, la fabla aragonesa y el vasco –ibérico. En 1118, volvió Burtina al poder de los cristianos.

El Rey de Aragón, Don Alfonso I el Batallador, en el pueblo de La Redonda,  Almodóvar o Almudévar, antes de atacar Zaragoza, nombró como Bayle a un ciudadano, que se había distinguido en la lucha para conquistar Almudevar y le aplicó este apellido, equivalente al de Almodóvar, por su significado en árabe, es decir la Corona Redonda. Este apellido se conservó y todavía se conserva,  no sólo en Aragón,  sino también en Valencia. Este antecesor de los Almudévar, Almodóvar y Almudéver, en Valencia, ¿era aragonés de la Montaña o era uno de los caballeros y señores franceses y gascones, que en gran número,  en Marzo del año 1118, se pusieron en Ayerbe al mando de Alfonso I de Aragón?. Para  mí, sin aportar ningún argumento documental,  que era francés, porque en la repoblación que se hizo del pueblo de Almudévar, entraron muchos ciudadanos con apellidos del Norte de los Pirineos.  Pero no se acaba en el Alto Aragón ni en Zaragoza la continuación del apellido  Almodóvar y Almudévar, sino que se multiplica en el Reino de Valencia, en tres formas, a saber Almudévar,  Almodóvar y la tercera en Almudéver, procedente de la pronunciación de la lengua valenciana o limosina. Igual que existe en Aragón el apellido Sorribas y en Cataluña se transforma en Sorribes, el apellido aragonés Almudévar se cambia en numerosos casos, en Valencia,  en Almudéver.

En el libro de la Biblioteca Valenciana de Don Justo Pastor Fuster, publicado en 1827,que contiene los autores valencianos hasta 1700, al llegar en el número 1571, que trata  de ONOFRE ALMODÓVAR, dice que el citado Onofre “se llama Almudévar…En Ximeno,tomo I,pág. 158,col. 2, se le llama malamente Almodóvar, siendo así que en el prólogo que hizo  a “Lo Sompni de Joan Joan”, y la “Brama dels llauradors”… con una discreta prefación, se llama ALMUDÉVER” .

Después de tomar los pueblos de Almudévar, Gurrea de Gallego y Zuera, sitiaron Zaragoza a fin de Mayo de 1118. Fue duro el sitio de Zaragoza, teniendo que cortar el suministro de agua por el Canal de la  Romareda. Después de pasar frío, pues los soldados dormían al raso, cayó la ciudad el día 18 de XII de 1118.El francés Gastón IV del Bearn,  fue nombrado Señor de la Ciudad de Zaragoza,  como compensación a sus esfuerzos, como se hizo con el Bayle de Almudevar. En la Biblioteca del autor Gregorio Mayans , se lee que un hermano de Onofre Almudévar, que era arquitecto o Maestro de Obras, estaba en Zaragoza.(en el año¿1759 y 1782?. En el Claustro de la iglesia románica de San Pedro el Viejo de Huesca, está enterrado otro Maestro de Obras, con el apellido Almudévar, según me dijo Don Jesús Vallés Almudévar, sacerdote de dicha Parroquia.
Entrada de Alfonso I en Valencia.


La conquista de Valencia, ya se intentó llevarla a cabo por Pedro I y por su hijo Alfonso el Batallador. La batalla de Muret obligó a Aragón a dejar sus pretensiones en el Sur de Francia  y le obligó a pensar en Valencia. En 1238, acudieron a Valencia,  además de aragoneses y catalanes, navarros, occitanos, alemanes e ingleses, asistidos por los privilegios que  le dakba el título de Cruzada. En 1238 fue conquistada Valencia. No es de extrañar que los Almudévar, influenciados por la Villa de Almudévar y por Zaragoza, que acudieran a Valencia. En la repoblación de Valencia, los nobles de Aragón, reaccionaron  con la prohibición de prolongar sus señoríos en tierras de Valencia. Pero los Franceses( occitanos y otros), en Almudévar, es de suponer que conservarían el lemusín en dicho lugar y en Zaragoza, donde se dice que había un arquitecto llamado Almudévar y hermano de Onofre Almudévar, y éste,  llegó a escribir en libros de Valencia,  en lengua limosina, además de escribir en castellano.  Acudieron a repoblar Valencia alrededor de tres mil cristianos, unos catalanes,  otros navarros y de Aragón,  mezclados con algún europeo. Entre los aragoneses iría, es de suponer, algún Almudevar, de origen francés,  poseedor de, entre otras, de la lengua limosina.

Onofre Almudévar era impresor, editor y poeta en la lengua valenciana. Timoneda lo nombra en su “Sarao de amor” y Gil Polo en su “Canto de Turia”, con estas palabras: ”Aquel a quien de derecho le es debido- por su destreza un nombre señalado,- de seis sagradas Nimphas conocido;-de todos mis pastores alabados- hará un metro sublime y escogido.-entre los más perfectos estimado:-éste será Almudévar, cuyo vuelo-ha de llegar hasta la suprema cumbre”. J. P. Fuster lo nombra como ALMODÓVAR. Dice que escribió una instrucción para participar devotamente en la Santa Misa. (VALENCIA de Gabriel Ribas,1571).

Zaragoza cayó con Alfonso el Batallador en 1118 y Valencia en 1238, después de ciento veinte años. Y durante quinientos prosperó la lengua valenciana, pero en el año de 1510, el poeta valenciano Martín Vinyoles, escoge traducir al castellano y no al valenciano, una obra latina Supplementum Chonicarum. Pero Narcís Vinyoles, justificó su fe en la política regia de la centralización del Estado Español, con estas no merecidas palabras:”Más con deseo de servir y complacer  a muchos que con presuntuoso atrevimiento, osé alargar la temerosa mano mía, para ponerla en esta limpia, elegante y graciosa lengua casstellana, la qual puede muy  bien y sin mentira ni lisonja, entre muchas bárbaras y salvajes de aquesta nuestra España, latina, sonante y  elegantíssima  ser llamada”. Viñola y Vinyoles, son como  el catalán Sorribes y el aragonés y castellano Sorribas. Todos somos ciudadanos y merecemos un respeto, como todas las lenguas proviene del Creador, como narra el Diluvio Universal. Un catedrático Antoni Ferrando dice que el trato de lenguas ·bárbaras y salvajes”, no iba contra el valenciano, sino contra ·el vasco y otros hablares rústicos que había en la península”. Yo creo que ninguna lengua española merece ese trato, porque en Aragón se encuentra unas dieciséis veces el nombre de Xabierre, vasco ibérico, como en Navarra se encuentra Xabierr y en el pueblo de las Cinco Villas, San Miguel, en su parroquia a principios del siglo XX, se rezaban oraciones en vasco. Yo tengo escrito y publicado un libro en fabla aragonesa, que se titula “Veyendo chirar o sol”. Ha sido para mí una satisfacción encontrar que mi afición a la Fabla Aragonesa, coincide con el amor de Onofre Almudévar, a su dulce lengua valenciana. Ambas se descolgaban y compartían con las del Midi francés; se imponían a los invasores moros, se desarrollaban,  para luego llegar a casi desparecer, ante el castellano y ahora ante el inglés.

 Yo también amo todas las lenguas españolas,  pero me descubro ante el desarrollo que alcanzó la lengua castellana en América. En Valencia en 1510, Ausias March, dominaba la literatura con sus escritos y el castellano en 1492, empezaba a hacerse universal.  Se hablan en el mundo muchas lenguas, pero el inglés se está apoderando del mundo y concretamente de España. ¿Cómo se vio ONOFRE ALMUDÉVAR, llamado así, en unas ocasiones y en otras por ALMODÓVAR o por ALMUDÉVER?.  Se lamenta Onofre ALMUDÉVAR  de que al despreciar la bella lengua valenciana, no pueda enterarse el pueblo de “les coses altes que en ella están escrites”. Yo mismo no puedo aclararme sobre la existencia de un hermano de Onofre en Zaragoza.

“En 1561, el editor valenciano Onofre Almudéver acusará a sus compatriotas valencianos de ser “ingrats a la llet que habeu mamat i a la patria on sou nats”, por la renuncia de los escritores a usar la lengua autóctona. Así mismo, los conmina a mostrar “ a las  nacions  estranyes la capacitat de les persones , la facundia de la llengua i les coses altes que en ella están escrites”. Aunque es cierto que en la “Decadencia” de la literatura en valenciano no se produjo una ruptura total, muy pocos escritores recogieron el guante de Almudéver y la castellanización literaria cobró carta de naturaleza. Como dijo Fuster, que ”los valencianos dimitan de la condición de valencianos en el orden de la cultura. Era una orden de suicidio”.Hay muchos valencianos que no quieren ver desparecer el valenciano, con más éxito que los aragoneses, que comprobamos cada día la mengua de la Fabla Aragonesa, con la desparición de pueblos enteros del Alto Aragón.

Onofre escribe muy bien en castellano y en valenciano. En castellano, le dedica al Ilustrísimo Señor don Carlos de Borja Duque de Gandía, el siguiente Soneto: “El lustre de linages escogidos/ de la ciudad y reyno de Valencia/ su antigua prosapia y descendencia/ al parangón d’estraños muy subidos/. Los títulos y nombres merecidos/ por hechos de grandísima  excelencia/ las rentas y vasallos de heminencia/ injusto era tenellos escondidos/. Vicyama sin que más aquí lo alabe/  por tu milicia antigua ha descubierto/ estos indicios do sacas tal tesoro”. En valenciano, puso  versos de la edición de Jaime Roig, en 1561, hecha por Joan de Arcos, así expresados:”Si molt te conforten ab dolza fragancia/les flors dels ingenis dels vigils poetes/y en est verger entres, llegint ab instancia,/porás collir fruites ab gran abundancia/de moñt grans sentencies, subtils y ben tretes./ Avisos y eixemples te pinten y broden,/ y ornats de molt dolzos vocables y versos,/ virtuts grans y vicis empelten y poden,/ y tals a les dones comparen y apoden,/que fan, si bels gusten,retraurels dispersos./ Mastegals y gastals , rumials mil voltes,/ si vols bien entendre ses fraus y reboltes”.

La Historia habla de la influencia de las lenguas del Midi Francés en las del Este de España, de cómo fueron viniendo las citadas influencias, a España a través de los Pirineos por las conquistas de Huesca, de Almudévar, de Zaragoza y de Valencia. Cuando uno se da cuenta de que su apellido viene de esas conquistas, el mío en Almudévar y en Valencia se  mezclan los Almódovar,  los Almudévar y los Almudéver, se pone a pensar en Onofre, de tales apellidos dotado, de su poesía, defendiendo el valenciano contra el castellano y en uno mismo,  cuando escribí, imitando a mi padre Manuel Almudévar, la  obra en Fabla Aragonesa:”Veyendo chirar o sol”.

Si para bajar los Almudévar desde Francia hasta Valencia, acompañando la lengua limosina, encontraron  un buen camino, yo creo que para exportar los valencianos sus frutas a Francia, tampoco sería mal camino el que entonces se utilizó para bajar, utilizarlo para subir por el Pirineo Central.     


sábado, 7 de octubre de 2017

Los Palomares, antes y ahora


Paloma Mensajera

Estoy triste, porque ya no existe el Palomar en el Palacio del Conde  de Aranda, como ya no exise su Castillo- Palacio. Tengo yo ochenta y siete años y en el año de 1936, fue  destruido dicho Castillo, por la Guerra Civil.  Sin embargo yo, cuando estaba a punto de cumplir seis años, acompañé a mi tío José María a visitar el Palomar, que mis antepasados cuidaban con esmero. Han pasado unos ochenta años desde que se cuidaban los Palomares para comer carne de pichón. Ahora, en mi tierra, ya no se utiliza su carne para alimentarse el pueblo y las palomas ya no se utilizan como producto de consumo. Hay numerosas bandas de palomas, que no tienen refugio para criar, y para ser cuidadas por sus dueños. En el Palomar del Castillo- Palacio se cuidaba a las palomas y se les ponían nidos, para que criasen pichones. Se aprovechaban las palomas, igual que se utilizaban las ovejas, para obtener alimentos cárnicos. En Huesca,  en el Convento de San Miguel, antes debían consumir los pichones, pero,  hace unos años ya el Ayuntamiento les colocaba jaulas de caza, para que disminuyera su número. En el Pilar de Zaragoza, era exagerado el número de palomas que alrededor de sus puertas, pedían alimento, a los que iban a visitar a la Virgen. En mi pueblo están las palomas abandonadas por el hombre  se refugian en las ruinas de los edificios y en los graneros abandonados. Hay palomas en el Puente del Río, que algunos dicen que son zuritas, pero yo no las distingo.
Paloma Torcaz.

Estamos en la Sociedad de Consumo y hay en la Naturaleza un abandono de antiguas y prudentes normas de consumo. ¿Quién se acuerda de los palomares, en los que dormían y se refugiaban las palomas?.  Si que existen jóvenes que cuidan algún Palomar, porque un día de estos me he llevado una gran alegría, cuando el Cartero de mi pueblo, me dijo que un señor de Esquedas, que dirige en Huesca una Sociedad de Colombófilos, le había infiltrado entre los amigos de esas aves, proporcionándole diez parejas de Palomas Mensajeras.

Este Cartero, que parece que se encuentra muy próximo en su  profesión al Adjetivo de “Mensajeras”, que se adjudica a las palomas, me cuenta las aventuras que pasa en armonía con las Palomas Mensajeras, Me contaba que un día fueron a Zaragoza y  tres de ellas no le regresaron y al día siguiente le regresó otra. ¿Se asustarían o sufrirían algún accidente en aquellos Campos de Tiro?. No se sabe.

Esas Palomas Mensajeras han sido seleccionadas a través de la Historia y se han instalado en Palomares especiales. Se ha hecho una selección en las palomas de un sentido de la orientación y una fortaleza atlética. Tienen estas palomas una fortaleza especial, pues vuelan con una gran rapidez, dotadas de un plumaje brillante y abundante.
Paloma Zurita.

Yo he contemplado la presencia de alguna paloma mensajera, en la Iglesia de Siétamo, en ventanales de la misma. Yo no sé si se encontraba descansando de su rápido y lejano vuelo, pero allí estaba observando todo lo que podía mirar, llamando la atención su figura elegante y curiosa. Era diferente de las palomas ordinarias, por la velocidad de su vuelo, su plumaje brillante y abundante y con su cola siempre plegada. El peso medio del macho está entre 425 y 525 g para el macho  y de 300 a 480 gramos para la hembra. Su velocidad es vertiginosa volando  en un día de 700 a 1.000 Km.

La Paloma Mensajera ya figura en la Historia de la Humanidad, desde hace miles de años. Según nos dice la Biblia, al acabarse la inundación del Mundo, por el Diluvio Universal, una paloma  la soltó Noé, desde la Nave y ella volvió con  una rama de olivo, indicando el fin del diluvio. Ayudaban al hombre en hacer la Guerra y a pacificarla. Los romanos tenían palomas mensajeras,  que cuidaban en unos palomares móviles. Los árabes utilizaban las palomas en las luchas de Tierra Santa, para conocer los movimientos de los ejércitos cristianos.

Por todos los Países del Mundo han sido utilizadas las palomas para comunicarse, que a pesar de introducirse la Telegrafía sin Hilos, todavía se siguen usando  en servicios militares. La paloma mensajera ha sido utilizada por los distintos pueblos, como un ejemplo de paz y de perdón. Los griegos y los romanos marcaban sus mensajes de Paz con figuras de paloma. La Iglesia Católica, en las Sagradas Escrituras, representa la figura del Espíritu Santo como la figura de la Paz. Y más tarde, en una última era, Salvador Dalí, pintó la Famosa figura de la Paz, que la ha convertido en tal figura a la Paloma, en este Mundo de Guerras.

La  COLOMBOFILIA  estudia la variedad de las Palomas mensajeras, que vienen de la PALOMA  BRAVÍA, que se entrena para volver a su palomar, desde lejanos lugares. Pero son muchas las variedades de paloma que se encuentran en todo el mundo. En nuestro medio ambiente  hay otras especies de caza como son las PALOMAS  TORCACES o Columba Palumbus. Estas palomas  tienen que emigrar, formando grandes bandos de palomas migratorias. En esos Pasos  tradicionales o Palomares, en las partes altas de los montes del Norte y luego en las estribaciones del Sistema Ibérico. En esos pasos, durante el mes de Octubre,  cuando vuelven a pasar por los mismos lugares en dirección contraria, en febrero o marzo, son cazadas a tiros y con redes, esas palomas torcaces o “trucazos”.

En zonas montañosas y cortados rocosos, como en las Peñas de Salto de Roldán, cerca de Huesca, mora la paloma bravía o Columba Oenas, más conocida por Paloma Zurita. Cuando aumenta en dichas Peñas el número de palomas, van bajando a los pueblos que se situaron al Sur. Esta paloma Zurita o Columbus Oenas suele volar en sus emigraciones junto con las Palomas Torcaces, aunque hay grupos de ellas que en lugar de regresar al Norte, se quedan en España. La paloma Zurita toma el nombre popular de Zurita o Azulada. En sus emigraciones a Francia se pueden ver, formando grandes bandadas de las dos especies. Se distinguen las Torcaces, porque estas tienen el plumaje más oscuro y les faltan las manchas blancas de sus lados del cuello y de las alas. En sus pasos tradicionales por las zonas más altas del Norte y por el Sistema Ibérico, son cazadas las palomas en Octubre y en su marcha opuesta, en febrero y Marzo.  Yo no puedo decir si las palomas del Santo de Roldán, anidan en el Puente de la Autovía, al lado del río Guatizalema, en Siétamo o si bajan al Puente del Guatizalema o entran en las emigraciones y contraemigraciones a Francia.

 La Paloma TORCAZ o Columba Palumbus, es una especie cada vez más abundante en España y de mayor tamaño que la paloma bravía. Son también migratorias como las zuritas. Cada vez se van quedando más número de ellas en nuestra masa arbórea de nuestro Pais. Son grandes consumidoras de bellotas.

La PALOMA   BRAVÍA  o Columba Livia es una clase de palomas, originada alrededor de la cual se han aparecido diferentes razas de palomas, domésticas, que son de mediano tamaño (30  a 35 ctms) y localización más intensa de tonalidades grises azuladas. Se reproducen por donde encuentran alimento y como no son consumidas por los hombres, abundan en ocasiones, de una forma enorme.

Entre la cantidad de palomas , deben de salir las PALOMAS MENSAJERAS, pues dicen que éstas son una variedad de la PALOMA BRAVÍA, que se cuidan en palomares, donde se educan y se alimentan, haciéndoles volar sobre largas distancias y llevando un pequeño tamboril en una pata. He leído aventuras “heroicas”, realizadas por las PALOMAS MENSAJERAS.

El alguacil de Siétamo me ha prometido traer a este pueblo ,varias parejas de Palomas Mensajeras y satisfará mi curiosidad por estas aves tan inteligentes.

jueves, 5 de octubre de 2017

Fiestas y penas de Siétamo



Ramón J. Sender es el escritor aragonés, que mejor recoge el amor y la reverencia a aquellos pueblos, ya desaparecidos o actualmente en vías de desaparición. Las impresiones que de su contemplación recibe, nos hacen recordar las nuestras, como por ejemplo, aquellas que recibimos al ver aquella pequeña calle, empedrada, no se sabe  si en tiempos de los romanos o en la Edad Media. De los romanos se encuentran todavía las piedras, que cubrían la Vía,  allá por el desaparecido pueblo de Sexto; igualmente se pueden admirar trozos de murallas medievales, la base del Torreón del Castillo o la tumba excavada en una piedra, con la forma del cuerpo humano. Estas impresiones nos hacen reflexionar sobre los problemas inter raciales, sociales, políticos y religiosos, que entran a formar parte en la vida de los hombres. Ahora vemos como los moros vuelven a vivir entre nosotros, como vivieron en Siétamo, en Ola o en Olivito, hasta el año 1613. Sender hizo el Servicio Militar en el Rif y experimentó la personalidad de los tuaregs. Escribe en su libro “Monte Odina”: ”Un tuareg. Más tarde conocí otros y me familiaricé con alguno de ellos.  No son árabes… La plebe tuareg se llama a sí misma berberisca y habla selha”. Identifica a los berberiscos con  los íberos y llegó”  a la conclusión de que los habitantes de las montañas españolas- Pirineos, sierras de Albarracín, Alpujarras-son muy parecidos a los tuareg. Las mujeres ansotanas,  por ejemplo, se peinan como ellas. A Sender siempre le pareció el Castillo de Siétamo una fortaleza árabe o berberisca. Y dice que su señor, que por cierto era mi abuelo Don Manuel Almudévar Vallés, allá por el año 1920 “era modelo y ejemplo estupendo de caid o sheik con su pálida cara ovalada, su barba tuareg, su tez de camellero del desierto y sus anchos y hondos ojos sombríos, en cuya fijeza había sugestiones misteriosas y  ancestrales”. Don Ricardo del Arco, cita la antigüedad de este catillo-palacio en el siglo XIII y Sender dice que “una mirada al exterior del castillo-casa de labor, basta para ver que la relación entre el castillo y el pueblo es la de los burgos castrenses”. Es fácil comprender que el castillo ha sido anterior a la aldea. Quizá los árabes encontraron los restos de un castro romano y allí instalaron una fortaleza. La historia antigua es difícil de reconstruir, pero la moderna está llena de confusiones. Yo siendo un niño iba al castillo con mi tío José María a ver los nidos de palomas que estaban en la parte alta. Pero Sender escribe, confirmando la confusión de la Historia:”En Quicena nace el sol,-En Montearagón la luna…”  y en la mente de la gente, giran el sol y la luna;  “todo el pueblo tenía un aire de dependencia del castillo”. A Sender le informaron el alemán Gustavo Regler y el inglés Ralph Bates, que por correspondencia le “dijeron que Siétamo quedó totalmente destruido”. Pero Sender no veía las cosas claras desde los Estados Unidos y como él mismo escribe: “no puedo creer que el castillo-palacio de los Abarca de Bolea, se dejara arrasar fácilmente, porque los cañones de Huesca eran gruesos morteros que disparaban granadas rompedoras de gran calibre”. Pero eran morteros. Ya lo sospechaba Sender, porque en el día de hoy, se ve que los cañonazos venían del Este, como se puede comprobar al mirar las paredes de casa Santolaria, al lado del castillo y en las casas de la Plaza Mayor, íntegras por el Oeste y acribilladas por el Este.

Pero Ramón j. Sender, decía del castillo-palacio:”Es uno de los que me hubiera gustado habitar” y como yo, con mis recuerdos de niño, nos acordamos de aquella frase, que escribió:”Tengo en los picos de Aneto-La luna y las Tres Sorores,-En Huesca las añoranzas –Y en Siétamo los amores”. Esta copla la cantaban,  como dice Sender “por las calles de Siétamo, las noches de ronda”, cuando llegaban las Fiestas Patronales.

“Tenemos en Aragón tres cuartas partes de substancia beriber, y los que no la tienen son como dicen en el Somontano, unos poca substancia” y de la poca substancia que causó el origen de la Guerra “el castillo tuvo mala suerte. Incendios, saqueos, abandono”.

El Castillo –Palacio era del Conde de Aranda, Don Pedro Abarca de Bolea y el año 1865, Don Manuel Almudévar y Cavero compra a Don Manuel Gavín y Betrán, que a su vez compró el año 1861 al Excelentísimo Señor Duque de Hijar, Conde de Aranda, la finca denominada Palacio, ante el Notario Don Sebastián Ferrer, vecino de Barluenga, el 25-2-1865. Por allí pasaron las sucesivas Fiestas y Guerras por la Villa de Siétamo, ”país refractario al cambio, porque todos los cambios han sido en su Historia acompañados  de violencia y de sangre”. No hubo en toda su historia ningún cambio, hasta que después de la Guerra Civil, el Gobernador, requirió a mi padre para que le vendiera al Servicio Nacional del Trigo un edificio, levantado en el terreno de mi padre, sin autorización  y un solar. En las Escritura antiguas, limitaba el Palacio por el Norte con casa de Tomás  Santolaria y Calle Baja y en la Escritura que se firmó para vender un edificio y solar al Servicio Nacional del Trigo, pone que limita al Norte con Vía Pública y Terreno del Vendedor.

En su libro “Monte Odina”, habla Sender de aquellos recuerdos y escribe.”Todas estas consideraciones me dejan incómodo y deprimido. La atmósfera política es siempre maloliente sobre todo cuando huele a sangre. Es lo que pasó en Rusia y en “Siétamo”, desde 1936 a 1939”. Los miembros de las milicias de distinta índole destruyeron el Palacio del Conde Aranda, por ser Conde y los nacionales lo arrasaron por ser masón. Pero Ramón J. Sender, veía la solución de los problemas humanos en la poesía, pues escribe:”También a mí me gusta San Juan de la Cruz más que ningún otro poeta español, pero mi misterio está más cerca porque creo que en mi casa está Dios también”. Y Sender se comunicaba con el Señor por medio de aquel niño, del que decían se lo había llevado el cometa Halley el año 1909 y que “por la galaxia lechosa-cuajada de eternidades-va el cometa con la rosa-que anuncia calamidades”. Igual que Sender se comunicaba con Dios por medio del “mesache” Froilán, montado en el cometa, los sietamenses se comunican por medio de San Pedro Mártir, que está en el Altar Mayor de la Iglesia de Siétamo.

El niño y las palomas.- ( A Ramón Flores)




El jueves, día ocho de Junio, pasaba por la Plaza de Zaragoza, que estaba llena de hombres ya mayores, sentados en los bancos y uno de ellos les echaba migas de pan a las numerosas palomas, que acudían a comer y allí estaban conviviendo a la sombra de los árboles, hombres, mujeres y palomas “juntamente”. Iba lleno de ilusión, mirando el espectáculo, cuando me encontré con un antiguo amigo, al que he tenido la oportunidad de escucharle cantar el Ave María de Shubert;  estaba acompañando a su nieto, de unos dos años y medio aproximadamente. Al ver al gran cantor Ramón Flores, me apeteció que comenzara a entonar:”vuela, vuela palomita, vuela, vuela al palomar, no te vayas tan solita, palomita, que te quiero acompañar”.Faltaba sólo la música en esa escena en la que guardaba a su nieto, como si fuera una paloma más de las allí acudían a comer y es que el niño corría y corría entre ellas, pero sin ninguna intención de asustarlas ni de hacerles daño, sino como aquel que se siente parte de la banda de palomas, ya que se cruzaba entre ellas y ellas, nada asustadas, pero prudentes, se apartaban de sus pies y trataban de separarse de ellos. El niño estaba gozando de la naturaleza y de vez en cuando escapaba a saludar a un grueso árbol, que estaba un poco apartado de las palomas y se apoyaba en el tronco, desde sus pies hasta su nariz y parecía que se estaba comunicando con él. No sé lo que le diría, pero después de haber escuchado al árbol, echaba a correr , como si fuera volando, porque extendía sus dos brazos y con los dedos de sus manos, como si fueran las alas de una paloma, los abría y los cerraba, como hacen las mismas palomas cuando vuelan, que abren y cierran sus alas.
Al abuelo le entraban las ganas de cantar:”vuela, vuela palomita, vuela, vuela al palomar”, pero era el niño el que estaba diciendo, sin palabras, a las palomas; “ no os vayáis, que os quedaréis solitas, que yo os quiero acompañar".

El Instituto Ramón y Cajal, por los años cincuenta

Me he acordado del Instituto Ramón y Cajal de Huesca, al hablar con un amigo de mi hermano Jesús, con el que juntos estudiaban. He reflexion...