lunes, 27 de agosto de 2018

LOS CICLISTAS Y LAS GOLONDRINAS



                                                              

El día 16 de Noviembre del año 1999, por Huesca pasaron los corredores ciclistas, que se encontraban participando en la Vuelta a España. Eran aproximadamente las once de la mañana y yo, en el coche, iba desde Huesca en dirección a Siétamo. Estaba la salida de la ciudad llena de gentes para contemplar y animar a los ciclistas. Los coches iban despacio porque eran de periodistas, de dirigentes de los equipos y de organizadores de la Vuelta, que lo que querían y debían hacer era acompañar a los participantes en la Vuelta. Había personas que querían ver la carrera en el empalme de Quicena, en el de Tierz, en el de Loporzano y en el mismo Siétamo había espectadores y me puse de observador en una ventana, viendo la carretera llena de gente, pasando con frecuencia helicópteros en dirección a Barbastro, pero, en esta observación lo que me llenó de gozo fue el hecho de ver a aquellas golondrinas, que hacía ya muchos días que habían desaparecido de la vista de los habitantes de Siétamo. Había llegado la época de emigración de las golondrinas al continente africano y por este medio mes de  Noviembre, ya no se veían por nuestro Somontano volar las golondrinas, pero en aquellos momentos en que ya habían desaparecido, se volvieron a ver la vuelta Ciclista a España por los cielos de Siétamo,  lo que pareció que también ellas estaban esperando el paso de la Carrera.
Entonces me acordé que el año anterior, ocurrió lo mismo que este año. ¿No sería la causa de este cambio en el viaje de regreso de Europa a las Africas, se  debiera  a  que  el bienestar de algunas de ellas en el Sur de  Francia, las invitara a gozar unos días más en tales tierras?. O tal vez se quedaran algunos días de más, porque estuvieran acabando de criar alguna nidada de sus hijos o porque el tiempo que hacía en en su habitual lugar de refugio veraniego, era todavía agradable, abundando los mosquitos con los que se alimentaban, pero no les quedaba más remedio que empezar su carrera al norte de Africa.
Al poco rato pasaron presurosos los participantes en la carrera ciclista, desaparecieron los espectadores de la misma y tratando de localizar a las golondrinas, ya no las vi más. Los coches de la Vuelta a España hacían sonar sus bocinas, los helicópteros se dejaban oír con intensidad y los  espectadores  gritaban  animando a los valientes de las bicicletas. Estas no hacían ruido como no lo hacían tampoco las golondrinas, con su vuelo más veloz que el correr de los ciclistas.
Durante unos minutos corredores y golondrinas mantuvieron mi ilusión, pero aquello duró esos minutos escasos. Unos buscaban la gloria de la victoria en la carrera  ciclista y por qué  no decirlo y el dinero para resolver los problemas de su vida y de la vida de los suyos,en tanto ellas, las golondrinas hacían otra carrera,esta vez aérea, sin ganas de ganar  a sus compañeras, pero solidarias con ellas. Dicen que también vuelan hacia Africa por la noche y allá llegarán viendo otras tierras y otros habitantes, muchos de los cuales también hacen su “carrera” a través del Estrecho.
Los hombres unas veces gozan cuando ganan, otras sufren cuando pierden o se caen coo nuestro querido Escartín y otros naufragan, pero las golondrinas, aunque también mueren son felices,gozando de dos o tres patrias.  

Mi hermano Luis y José Mª Escartín Solano, nacido en Gerbe




Nacimos cuatro hermanos y dos hermanas en la Villa de Siétamo, muy cerca del Castillo- Palacio de Don Pedro Pablo Abarca de Bolea, Marqués de Torres de Montes y Barón de Siétamo, que por herencia llegó a ser Conde de Aranda. El Conde de Aranda viajó por Moscú, Polonia y en París estuvo pendiente de la política mundial. Se escribía con sus amigos los Azara, del pueblo de Barbuñales, de los que uno llegó a ser Marqués y tuvieron una gran amistad. Estos Azara eran parientes de los Azara de Siétamo, de las que una de ellas, se casó con un Almudévar.  
Un hermano mío por nombre Luis, quiso hacer los viajes de los Azara de Barbuñales y dedicó su vida a navegar por el Mundo. Cuando me contaba las aventuras que vivió en la Guinea Ecuatorial, me llenaba mi cerebro de aventuras, entre hombres de color y españoles aventureros y trabajadores, en medio de unos paisajes bañados por el sol y por las sombras forestales de un País verde, que no solamente es como el trigo verde si no de un verde apasionante.  
En “A Fondura” geográfica creada por el río Guatizalema, cuando corre por Siétamo, enfrente del Mesón, unos señores amigos de mi familia, levantaron una gasolinera, a la que baja cada día Luis, un pastor de las ovejas, que todavía convive con ellas, a desayunar y a leer el periódico. Tiene la Paridera en la parte alta de la Meseta, donde se asienta la Villa de Siétamo, al Norte de la misma, en cuyo extremo Sur se alzaba, cuando yo era niño, el Castillo- Palacio, del históricamente famoso Conde de Aranda. Desde él se divisa “A Fondura” o valle de Siétamo, regada por el río Guatizalema.
Yo, cuando todavía conducía un automóvil, bajaba cada día a reponer de gasolina su depósito y allí me encontraba con el “buen pastor”, que se llama Luis Grasa, con el que nos apreciamos.
 Algunas veces este “buen pastor” y yo nos sentamos a tomar algún café con leche y uno frente a otro, nos miramos desde la Gasolinera, situada en el Valle del río Guatizalema, a la Meseta donde los vivos miran hacia abajo y otros, que yacen en el “Fosal” o cementerio, y miran con sus ojos ya muertos, hacia el cielo.   
En el “Fosal” yace mi hermano Luis acompañado por su esposa Pilar Arnal, y  en  el  Valle, dentro de la Gasolinera, yo encuentro a otro amigo suyo, altoaragonés, nacido en Gerbe o Cherbe en aragonés y que vivió en Quibel, cerca de Ainsa, en el Sobrabe.  Este amigo se llama José Mª Escartín  Solano,  amable  y sonriente, que sirve gasolina a los conductores de la  carretera  N-240 y cuando eleva sus ojos a la meseta, que se encuentra frente al Valle donde se ve el cementerio de Siétamo, donde descansa  mi hermano Luis con su esposa Pilar, se acuerda de su antiguo amigo, conocido por él, en la Guinea Española. 
Era esta Tierra, que tenía un color deslumbrante, verde y que unía los espíritus con la Naturaleza, como buscando un Mundo Feliz.
José María  Escartín  Solano trabajó durante varios años en la Guinea Española con una empresa constructora haciendo carreteras y empresas de construcción en general.
¿ Cómo se encontraba José María Escartín en esta tierra africana de la Guinea?.  Era una Tierra que tenía una vida deslumbrante, verde y que unía los espíritus con la Naturaleza, como buscando un mundo feliz. Formaba parte de varios españoles que trabajaban por el progreso de Guinea. José María tenía una misión importante en el desarrollo del trabajo de los españoles y sufría a causa del clima exageradamente encendido y a veces por la situación política que por entonces imperaba en el Mundo.

sábado, 25 de agosto de 2018

Sentado en un Bar, cuyo terreno ¿perteneció a Aragón?.




Estoy sentado con Aurelio frente a un velador del Bar ABBA y él con su interés cerebral, está como otras veces lo ves, leyendo el periódico. Esta costumbre la cultiva todos los días estando en Huesca, en la Montaña o en la Playa de Altafulla en Tarragona.
¡Buena Playa , placer mayor no se encuentra en otra y ya la ha visitado durante muchos años!. Este año, en tan agradable Playa, se dio cuenta de que vendían en ella el “Diario del Alto Aragón”, editado en Huesca. Para Aurelio fue un gran placer, una gran alegría de tal tamaño, que todos los días que pasó veraneando en Altafulla, se vió con una gran alegría acompañado por la lectura del periódico de Huesca, es decir del Alto Aragón. Ya no pensó ni un día más en la Playa , sin tener entre sus manos y delante de sus ojos el Diario de Huesca
Fueron unos días aquellos que pasó en la Playa, lejos y cerca de Aragón, pensando en la salida al Mar Mediteráneo, que a escaso años de la muerte del Conde de Aranda, se le arrebató a nuestra nación o región,  según la opinión de unos y de otros. Le arrebataron sus playas, cuando al poco tiempo de morir el Conde de Aranda, se le anuló a Aragón su salida al Mar Mediterráneo.
¡ Qué bien lo pasaba Aurelio en la playa de Altafulla, muy próxima de lo que fue terreno de Aragón!. Allí gozó de la  compañía  de su familia, del recuerdo de Aragón y con su sonrisa eterna, que le hace feliz.
Ahora ya no nos cuesta encontramos en Huesca, en un Café frente al Sol, recordando los ratos que cada año pasan, en la Costa ,cerca de la cual, el terreno perteneció a Aragón. 

jueves, 23 de agosto de 2018

Recuerdos del artista oscense, José María Lanzarote


Pintado por J.M. Lanzarote

Se nos ha marchado de Huesca el amigo verdadero, José María Lanzarote. ¡Qué apellido tan noble el tuyo, José María!, porque siempre lo he admirado, cuando lo pronunciaban los oscenses o simplemente, cuando tenía la oportunidad de conversar contigo. Pero no sólo te admiré por el bello y sonoro nombre de Lanzarote, Caballero de la Tabla Redonda, sino por tu nobleza que era suave y atraía a las personas que lo necesitaban. El Caballero Lanzarote fue protagonista de bellas aventuras y José María Lanzarote fue el pintor protagonista de miles de cuadros, que representaban la belleza de la Naturaleza con sus paisajes, con la arquitectura y el aire  de las mujeres y hombres ansotanos, con los que substituyó las bellas aventuras de los Caballeros de la Tabla Redonda. Los caballeros eran duros en sus luchas, pero José María, era admirable porque su carácter era suave y atraía a las personas que lo necesitaban.
Yo lo conocí, hace ya muchos, muchos años, en el Taller de Carpintería, cuando tanto se nombraba la Plaza del Justicia, nombre muy aragonés, como áquel con que la llamaba el pueblo oscense, diciéndole La Plaza de los Tocinos. Ese nombre les resultaba a algunos un tanto vulgar, cuando esos animales en esa Plaza, depositados en cajones por los vendedores y sacándolos de ellos los compradores campesinos, gruñían y  les daban alegría y esperanza de que se hicieran bien gordos. Con cariño se los llevaban los compradores, con ilusión de alimentarlos muy bien para que  desde pequeños,  se tornasen gruesos. Porque  aquella alimentación a los tocinicos, iba a ser la base de su propia alimentación, con su rico jamón  y con los guisos sabrosos que prepararían sus esposas en los hogares de sus casas. José María  todos los lunes, en que tenía lugar “La  Feria de los tocinos”,  los veía y escuchaba, desde su taller. A él acudían algunos vecinos de los pueblos cercanos y del mismo Huesca, para que le hiciesen algún mueble de carpintería, como mesas, sillas, para  en ellas comerse  los cerdos, con la comodidad que buscan aquellos que comen a placer.


Yo conocí, no sólo a José María, sino también a su padre, hombre muy simpático y amigo, ya entonces, de mi abuela Agustina Lafarga, viuda del Diputado Provincial Ignacio Zamora Blasco. Lo conoció en un piso del Coso Alto, donde hoy se encuentra el Colegio de Santa Ana, donde Cornelio acudía y más tarde José María, a colocar o a restaurar algún mueble. No es extraño que se trataran con mi abuela, pues en tiempos pasados, cuando todavía vivía mi abuelo Ignacio, que murió en 1914, vivía en una casa encima de la Carpintería de Lanzarote.
Nuestra relación y amistad nos unió en la restauración de muebles, que íbamos a usar en Siétamo. Ahora, cuando contemplo una alacena que José María convirtió en armario, me parece que José María con el armario construido por él, está ofreciendo a los que lo miran, la visión de los escudos de Almudévar y Azara. Pero yo me acuerdo de que el Caballero Lanzarote, fue más popular y mucho más antiguo que los Azara y que los Almudévar.
Se ha marchado José María Lanzarote y ha dejado a su esposa Lourdes , que Gracias a Dios no se queda sola , porque la acompaña   el hijo de ambos, Historiador, que viaja por Roma y por París, de la misma forma que su padre José María Lanzarote, viajó por todo el mundo ,con multitud de cuadros artísticos.   

Homenaje a una Maestra excepcional. (27-XII-2.008)

Escuela de Siétamo.



Dicen ahora, que el mundo está en crisis. Se trata de una crisis económica, que descompone la sociedad, porque deshace los matrimonios, altera el temperamento de los niños, que no confían en nadie, ni en Dios ni en sus padres, que se separan y carecen de medios económicos para criar sus cuerpos y formar sus espíritus. Pero no sólo es la actual crisis la que puede traer malas consecuencias, sino que ya existían y siguen existiendo enfermedades que perturban la vida de los hombres y mujeres. Una de ellas es el Trastorno de las Emociones, que están padeciendo en España unas ochocientas mil personas.
Yo conozco a un hombre del Somontano oscense, que vive soltero y solo, con sus sesenta años. Muchas veces me he preguntado a que causas se deben estas circunstancias. Nos hemos encontrado en una calle de Huesca y hemos entrado en un Bar a tomar cada uno, una pequeña botella de agua mineral y de la misma forma que regando con agua los huertos, nacen y crecen las plantas con las que nos alimentamos, esas pequeñas botellas de agua, con su líquido contenido, regaron nuestras mentes y entramos en conversación. Nuestras palabras, empezaron por las preguntas que le hice sobre su estancia de Maestro Rural en Siétamo, ya hace muchos años y sus contestaciones me fueron llevando a comprender la vida de su hermana mayor, Maestra de gran inteligencia, que según pone en la lápida que tiene en el cementerio, dice: ”María Pilar Ruiz, Maestra Nacional, que dedicó su vida a servir a los demás”. Efectivamente, María Pilar, sufriendo su enfermedad, entregó su persona a servir a los demás, durante treinta y cinco años. Su hermano dedicó su vida a ayudar a su hermana y se ha quedado solo, pero está feliz y desea que las personas sanas no estigmaticen a las personas que sufren Transtornos de las Emociones. La sociedad tiene el deber de ayudar a estas personas, respetarlas y aportarles toda la dedicación y el cariño necesario, para que no sufran soledad en sus vidas, ni sufrimientos, ni desconcierto, sino que se vean felices por el interés que les demuestran las personas que les rodean.

miércoles, 22 de agosto de 2018

A Don Antonio Segalés, (doce de Octubre de 2.011)




Querido amigo Antonio, que me escribes desde la gran capital mediterránea Barcelona y yo me pongo a contestarte mirando a la Fábrica de Harinas de Siétamo por encina de la cual puedo   ver la Sierra de la Carrodilla, más allá de la cual se encuentra Lérida y más allá preside, como acabo de escribir, la gran capital mediterránea de Barcelona. Desde la ventana por la que contemplo el oriente de Aragón gozo en el verano, del viento de la “marinada”, que refresca muchas noches el caluroso ambiente de los días. No está lejos el mar Mediterráneo, pues en línea recta yo creo que nos separan menos de doscientos kilómetros. Las carreteras con sus  curvas,  alejan  Siétamo de Tarragona, como ahora están trazando sobre el terreno la Autovía Lérida- Pamplona y yo creo que la distancia quedará un tanto rebajada.
No se verá desde la Autovía la Fábrica de Harinas, pero desde esta ventana, por la que se miraba el constructor de ella, mi abuelo Manuel Almudévar Vallés, yo, hace ya muchos años que me miraba ese tejado de tejas elegantes, en el que se podía leer desde lejos: Molinos Ylla. Por el sur, pasa el camino que fue la Vía Romana que conducía a Alquezar. Por el Norte sube buscando la corriente del agua del río Guatizalema, una acequia hecha por mi abuelo, toda ella adornada de árboles, para aportar al Molino la fuerza necesaria para moler. Por el Oriente se ve el Monasterio de El Pueyo y debajo de  él,  en  Barbuñales nació tu admirado Félix de Azara, pariente mío, como se ve en el escudo de armas, que junto al de Almudévar, está tallado en el armario del salón de mi casa. Aquel tejado de la harinera era como un monumento alzado al cielo, para recordar inquietudes pasadas y vidas humanas de molineros, muleros, con carros de trigo y de gentes, como tú.
Antonio Segalés, que dirigiste el funcionamiento de esa fábrica, antes de marcharte a América. Allí conviviste entre otros muchos, con Avelino Zamora, ya difunto y al que venías a ver  en Siétamo, para recordar tiempos pasados.   Pero tú mismo dices, aquel tejado noble de la Harinera ha caído o lo han tirado y aquel recuerdo se está convirtiendo en una profecía oscura del porvenir que nos espera o más bien nos está ya desesperando.
Como afirmas en tu frase: “Bajo aquel techo, viví unos años,  que  en el transcurso del tiempo, no solamente, los recuerdo  sino que los revalorizo, por lo mucho que me instruyeron sobre lo que es el poder de la mente”. Efectivamente, nunca podrás olvidar aquellas gentes, pues no estaban contaminadas y vivían una vida natural, preocupadas por su trabajo, por sus huertos, por la caza de conejos y perdices, por coger olivas y por tener satisfecha a su familia. Tú te acuerdas de aquellos viejos maestros, como yo me acuerdo de mi abuelo Manuel Almudévar Vallés, que compró cerca de donde hizo nacer la acequia, una parcela que le suministró las piedras con las que adornó las orillas y los azarbes de la acequia. Ahora, por el camino de la Fábrica voy alguna vez de peregrinación a la parcela yerma y le dedico un recuerdo a mi abuelo y a los  que con él, trabajaron en la construcción y en la molienda durante tantos años.
Si Antonio Segalés tiene que agradecer a Aragón sus enseñanzas, mis antepasados los Zamora del siglo diecisiete, iban a vender desde Huesca, los productos de su industria a Barcelona. Al llegar al río Cinca, tuvieron que cruzarlo a nado. Estuvieron a punto de ahogarse, pero dicen que los salvaron las oraciones que dirigieron a su tía la Venerable Madre Berride.
Siento mucho tu malestar al enterarte de la pérdida de un tejado que en sus tiempos lo cubrió, pero más, tal vez lo sienta yo, porque veré como, poco a poco, se va desmoronando la Harinera que construyó mi abuelo. Comprendo totalmente tu tristeza “por el hundimiento de aquel   bonito tejado”  y  yo  a  este  recuerdo añado el de aquel fraile o sacerdote que para la Guerra Civil, llegó  al terreno de la Fábrica, enrolado en las fuerzas republicanas. Le mandaron gritar viva el ateísmo y él  gritó : Viva Cristo Rey. Allí mismo encima de la   Fábrica lo fusilaron y allí está enterrado tal vez abrasado, como acompañando con su cuerpo a los que trabajaron tanto en la Harinera para conseguir “El pan nuestro de cada día”.
Antonio Segalés, que dominó el castellano y el catalán y tiene una escritura elegante, de la misma forma que estudió castellano y catalán y recreó al hombre con ambas lenguas, fue un hombre que  vivió  el  trabajo  y  buscó  como  hicieron los españoles antiguos, el bienestar y la cultura de todos los ciudadanos. Y  es   que  no  sólo se conformó con el trabajo, sino que cultivó el espíritu. Basta leer la carta que me escribió el 10 de Octubre de 2.011, que se expresa así: “Estimado  amigo: Van pasando los días de nuestra ya larga existencia, nadie nos puede quitar el caudal de todo lo cosechado. Nuestro Félix de Azara y también Miguel Servet, seguro que disfrutaron con este estilo de existencia, llegando a la conclusión de que una vida llena, con abundante aventura, le saca tiempo a la muerte.
Quiero pensar que todo lo tuyo va marchando, y desearía que aquella discutida justicia que se aplicó   en   Almudévar, se repita si hace falta, pues Ignacio Almudévar Zamora, hay uno sólo en toda la provincia de Huesca.
Siempre que he tenido ocasión, he resaltado que el sabio Miguel Servet, habiendo nacido en una zona aragonesa bilingüe, dominó el castellano y el catalán, y se ejercitó en el conocimiento del griego, del hebreo y de otras lenguas. Me place hacerte llegar este interesante artículo de Gregorio Morán, que nos ilustra sobre la sabiduría y el firme carácter ¡bien aragonés!, que heredó aquel hijo ilustre de Villanueva de Sigena.
Tu amigo catalán, que el destino le favoreció con muchos años de vida en Siétamo, antes de marchar a Paraguay, recibió como Servet la gracia del bilingüismo, sumando otras muchas enseñanzas y experiencias.
Amigo Ignacio, te pediría noticias vuestras ¡ya ves, muchas  noticias!.  Te ruego quieras aceptar nuestros afectos, de mi  esposa  y  míos,  para  Feli  y para  ti.
Te manda abrazos Antonio Segalés”.
Nos demuestra Antonio Segalés la sensibilidad de su corazón catalán, pues después de vivir ocho años de vida en Siétamo, antes de marchar a Paraguay, “recibió como Servet la gracia del bilingüismo, sumando otras muchas enseñanzas y experiencias”.
Servet, aragonés nacido en Villanueva de Sigena en 1511 en una zona dominada por el castellano y el catalán, en situación de carencia de estudio de su desarrollo por parte de las autoridades aragonesas. En mi pueblo natal, Siétamo, casi todos sus vecinos, en el año de 1936, hablaban el castellano mezclado con el aragonés e incluso había individuos que casi toda su lengua era la Fabla Aragonesa. La Fabla era perseguida en casi toda la provincia, de tal forma que ahora, en gran parte de Aragón, todavía queda algún individuo que usa habitualmente los artículos O y A, Ro y Ra.
En Cataluña y en parte de Aragón, se sigue hablando la antigua lengua, hermana del catalán, y en tanto en Aragón se ha ido perdiendo en muchas zonas la fabla pariente del catalán. En Siétamo, se expresaban en Fabla Aragonesa los Moreta, los miembros de la familia Lasierra y muchos otros, pero ahora, se oye a un joven, cuya madre es de Nocito, pueblo en el que murió San Urbez, expresarse muchas veces con palabras aragonesas. Ahora es posible oírnos a un señor, que cuando viene a su casa de Siétamo y a mí, expresarnos en Fabla Aragonenca.
Leyendo el artículo de Gregorio Morán en la Vanguardia del día 8 de Octubre de 2.017, se encuentra uno con el siguiente texto: “Miguel Servet fue un tipo  que nació en 1511 en zona aragonesa bilingüe, que dominaba por tanto el castellano y el catalán, que convirtió en expertísimo conocedor del griego y el hebreo, que hablaba francés, porque estudió allá, que manejaba el italiano porque había viajado a la cuna del mundo renacentista y que escribía en latín, la lengua franca de la época…..Lo que me fascina es el personaje. Su arrojo, su inteligencia, su cultura, su curiosidad científica-durante años se le atribuyó el descubrimiento de la circulación de la sangre, un hallazgo inconmensurable para su época…..pero lo que más conmueve, lo que proyecta la sombra de Servet hasta hoy mismo es que mientras recorría la ciudad de Ginebra, encadenado y destrozado, tras dos meses de cruel encarcelamiento, en un par de ocasiones se paró la comitiva para preguntarle si se retractaba. Un intelectual de, en 1553, con 42 años recién cumplidos, en la flor de la vida intelectual y humana, respondió algo tan insólito como “NO”. Añade don Gregorio Morán que es de admirar como “un hom2bre exento de todo fanatismo, defendió el derecho a discrepar hace 500 años”.
Mi amigo Antonio Segalés,  en una carta, me escribió: “Van pasando los días de nuestra ya larga existencia; nadie nos puede quitar el caudal de todo lo aprovechado. Nuestro Félix de Azara y también Miguel Servet, seguro que disfrutaron con este estilo de existencia, llegando a la conclusión de que una vida llena, con abundante aventura, le saca tiempo a la muerte”.
Y es que Antonio Segalés, nacido en Cataluña, vivió en la Villa de Siétamo durante ocho años dirigiendo una Fábrica de Harinas. De allí marchó a Paraguay, y gozó en su rústico ambiente de la Naturaleza y escuchó al señor Avelino Zamora, nacido en Siétamo, hablar en su Fabla Aragonesa, que conservó hasta su muerte. El Señor Segalés  no olvidó jamás a Avelino y cuando volvió del Paraguay, donde creó una magnífica finca agrícola, acudió a Siétamo a visitarlo. Entonces conocí al Señor Segalés y no puedo olvidarlo, cuando lo observé desde una ventana de mi casa, por la que se contemplaba su inolvidable Fábrica de Harinas.
En Cataluña se reacciona con fuerza para revitalizar el catalán, cuando en Aragón, casi  destruyeron el aragonés en las mismas escuelas. Donde en alguna de ellas se ponía a los niños con las manos en altocuando equivocaban el aragones con el castellano.
En Huesca, aproximándose a Cataluña, él conocía la Casa de los Azara, y le llamaba la atención el carruaje que los Azara, usaban para ir a Huesca, y que paraban en Siétamo, para visitar a Don Pablo Abarca de Bolea, con el que el Marqués de Azara tenía una amistad muy sincera.
Al Señor Antonio Segalés, le daba curiosidad la tumba que en la Catedral de Huesca, en una capilla subterránea, descansa el sabio Don Félix de Azara y que me manifestó deseos de darle una sepultura, que diera al pueblo un recuerdo más vistoso.
 Don Antonio Segalés se hizo mayor en años de vida y no pudo participar en los homenajes que cada año se le dan a Félix de Azara.
Hemos llegado a unos tiempos en qué en Cataluña, se está llegando a situaciones que pondrían dificultades en el uso del castellano, pero en Aragón ya se han usado sistemas que en muchos pueblos se ha ido expulsando el aragonés. La lengua castellana uniría a los aragoneses y catalanes, pero no impediría una convivencia fraternal entre todos los españoles.
Don Antonio Segalés, catalán y ciudadano español ama a Cataluña, a Aragón y no sólo a toda España, sino que tiene en el Paraguay descendientes catalanes, españoles e hispano americanos.

domingo, 19 de agosto de 2018

El gato sobre los hombros de una joven




Paseando entre las ajardinadas balsas del Parque de Huesca, paisaje en el que se contemplan los cisnes negros, los patos grandes y pequeños, unos volanderos y otros que no saben volar , pero nadan con más facilidad que las canoas, y que conviven con los niños. Los ánades al verlos llegar a las orillas, con sus cuellos parece que los saludan, como pidiéndoles que les echen algunas migas de pan. Pero hoy, al mismo tiempo que observaba este juego de la Naturaleza entre los niños y los patos, he contemplado un espectáculo maravilloso. Sí, maravilloso, porque cerca de las balsas ornamentales, alrededor de las cuales, cada día varios gatos abandonados, esperan que alguien les dé de comer, pasó una jovencita de unos veinte años, que no sólo amaba la Naturaleza, sino que se identificaba con ella. Y ¿cómo?, pues sencillamente porque pasaba airosa, con su hermoso cuerpo juvenil y su amoroso aprecio a la paz de los seres de la Naturaleza, y además se identificaba con ella, llevando sobre uno de sus hombros un gato rubio, con su collar y una campanilla, para conocer siempre su presencia, cuando en su casa, se esconde debajo de los sillones y de las camas. Me fijé que al gatico le faltaba la mitad de su cola y al preguntarle la causa de tal pérdida, me dijo que lo encontró  en la calle cerca de su casa, atacado por un cruel perro, que le mordía de tal forma que le hizo perder su rabo. Sabina que así se llama la joven, amante de la paz, cogió el gato y tanto lo contempló, que lo ha convertido en su compañero, con el que pasea por el Parque. En tiempos de los faraones, adoraban a los gatos y ahora Sabina es el trono amoroso de un gato rubio.   

miércoles, 15 de agosto de 2018

Los hijos de mi hermano Luis y de Pilar Arnal

Mi hermano Luis Almudévar,  que ejerció durante varios años, de Capitán de la Marina Mercante, navegó por los mares, de puerto en puerto, como se expresa en su artículo “Divagaciones Toponímicas”, cuando escribe: ”Entre los países árabes que he visitado por razón de mi profesión, se cuentan entre otros, Mauritania, República del Sahara, Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Arabia Saudita, Kuwait, Irak,  Yemen….En todos ellos llamaba la atención mi apellido y aprovechaba la circunstancia para preguntar, en todos los ambientes, cuál  era su significado”. Identificaban la palabra Almudévar de su apellido con la árabe Al-mudafar,  Almudévar y Almodóvar, que  equivalen al alto tozal, que se alza en la parte más elevada de la Villa, donde ahora se contempla  un santuario cristiano y en tiempos de los árabes, se alzaba un castillo guerrero. A su pregunta sobre el significado de su apellido:  ”Las respuestas coincidieron casi todas, en lo referente a Al-Mudafar, cuya traducción en los distintos países,  ha sido: El Conquistador, El Dirigente, El Vencedor, El Victorioso, El Ganador, El Jefe, El Desenvuelto, El Hábil, El Astuto, El que esclarece, El que desenreda, El que resuelve rápidamente las cosas, El que se defiende…..”
Almudévar, el Castillo - Fortaleza que cumplía  todos los adjetivo, que cita mi hermano, traducido al castellano, quiere decir El Redondo. Así lo llamaban porque en su cima, está situado el santuario de la Virgen de la Corona, en un tozal circular, y por ser circular, llaman a dicho tozal la Corona. ¡Con qué facilidad se traduce la palabra árabe a una castellana, pasando de Tozal Redondo,  a ser más tarde la Corona Redonda!.
Escribe Luis que  “es mejor echar a volar la fantasía e imaginar que Al-Mudafar, musulmán o cristiano…. que fue fundador de la Ilustre Villa que lleva su nombre, la única relación que tenía con “El Redondo” era la forma de sus “atributos”.
La Historia va aclarando que uno de los conquistadores de la Villa de Almudévar, no era moro, porque era bearnés, región francesa del Midi, donde están situadas las ciudades de Pau y de Olorón. Los bearneses sentían un gran amor a los Pirineos y a las zonas del Sur, donde fundaron numerosos pueblos, como Santa María de Buil. Se pusieron de acuerdo con los vascos, los navarros y los aragoneses y se juntaron en Ayerbe, para conquistar Zaragoza. Pero antes tuvieron que conquistar Almudévar, con la cual tuvieron conversaciones, pero los musulmanes eran muy valientes y negaron toda colaboración con los ejércitos cristianos. Estos se vieron obligados a asaltar la Villa y acabaron con el poder musulmán. Aquí se ve como a “Uno” de los bearneses, que conquistaron Almudévar y en tal Villa, lo nombraron Bayle, que tenía como afirma Luis, “atributos” de la misma forma que el Tozal Redondo, donde colocaron la Virgen de la Corona.   
Casi son exactas las formas del escudo de la Villa de Almudévar, con las del mismo escudo del bearnés, al que llamaron Almudévar  y que tenía sus “atributos” redondos como el Tozal Redondo, desde donde preside la Virgen de la Corona.  Y de esos “atributos” de un bearnés, que acabó como Bayle de la Villa, en que nació Pedro Saputo, personaje de gran sabiduría, creado o descrito por el turolense Braulio Foz, en 1844, vino al mundo Luis Almudévar Zamora. Nació Luis, en Casa Almudévar de Siétamo, hijo del caballero Manuel Almudévar Casaus y de la bondad enorme de Victoria ( López de ) Zamora. Desde Siétamo se divisa la Sierra de Guara, con el pueblo bañado por el sol en la ladera de dicha Sierra, llamado Santolaria o Santa Eulalia la Mayor. Y  un poco más al Sur, se divisan Arbaniés y Castejón. De la Casa Calvo de Santolaria venía tal apellido y de Arbaniés y de Castejón, eran los apellidados Arnal. De orígenes tan próximos, se enamoraron Luis Almudévar Zamora y María Pilar Arnal Calvo. Los escudos de armas llevan significados históricos y Luis tenía en la casa de Siétamo, en la que nació, las Barras de Aragón y María Pilar en un escudo de su apellido Arnal que se exhibe en Los Molinos de Sipán, además de las mismas, cuatro Barras, aragonesas, comunes con las de Valencia, Baleares y Caraluña, se ven volar siete abejas, pertenecientes al  “Arnal”, que da su nombre a los Arnales. Este escudo, como escribo en el Ultimo Molinero “parece no ser de armas, sino de paz, porque en él, están representadas en piedra, un “arnal” o colmena, de donde salen unas abejas, que reparten el polen por las plantas herbáceas y los árboles frutales”. Este escudo se halla en Los Molinos de Sipán y en él se encuentra una bordura de plata con el lema “Circum longe”. Alrededor de este escudo, se divisan lejos de él, los numerosos Arnales, que están instalados por España y América. Esta expresión de los lejanos alrededores del apellido Arnal,  admite  que los de Luis Almudévar, esposo de María Pilar Arnal,  abarcan todas las costas mediterráneas, atlánticas y americanas, como dice el escudo de Los Molinos de Sipán: “Circum longe”.
María Pilar y Luis, en ocasiones, viajaron en los barcos, pero al nacerles sus hijos  Luis, Marina y Natalia, vivieron en Bilbao, mientras Luis daba vueltas por los mares. El amor de Luis a su esposa Pilar y a sus hijos, el pequeño Luis, Marina y Natalia, hizo que se pusiera a dirigir un puerto deportivo en Bilbao. En tal circunstancia íbamos a verlo a él,  a su esposa Pilar y a sus hijos Luisito. Marina y Natalia. Fuimos al Puerto y trabajaba con los yates e incluso con las grúas. Pero el lema del escudo de los Arnales, repetía constantemente “Circum longe”, que en castellano dice: “Que tus alrededores se encuentren muy lejos”. Y así ocurrió, porque, estando yo en Huesca, me enteré por la radio que alguien había colocado una estruendosa bomba en el Puerto de Recreo de Bilbao. Inmediatamente llamé por teléfono a Luis y éste se quedó  absorto,  porque todavía no se había enterado de la catástrofe. Efectivamente fue una catástrofe para Bilbao y para Luis  mismo,  porque con la ruina causada, tuvo que volver a navegar, por los mares del Mundo. 

Ya lo decía el escudo de María Pilar Arnal:” Circum longe” o que nuestros límites estén muy lejos. Efectivamente el Capitán de la Marina Mercante,  tuvo que volver a navegar, separándose de su esposa y de sus hijos. He leído una poesía del “Centro  Virtual Cervantes”, escrito por Ricardo Nieto, que me ha hecho recordar los momentos de tristeza, que pasarían Luis y Pilar , acompañados por su hijo el pequeño Luis y sus dos hermanas Marina y Natalia.

 Así está escrita la dicha poesía, que dice: ” ¡Señor! Hoy o mañana…El barco está ya listo- y sólo espera tu orden para poder zarpar;-las gentes del contorno anímicas se han visto-cogiendo de la playa-las redes y las velas, tendidas a secar.- ¡Señor, cuando tú quieras!...¿ a dónde irá la nave?- Lo ignoro, mas tus brazos abiertos siempre están!-Luché, sufrí. Mi vida fue igual a la del ave-errante y solitaria-que cruza por las olas que vienen y se van.- ¿ A dónde?... ¿A la lejana estrella que titila-en el espacio inmenso?... ¿Al sur o al septentrión? “
Llega la poesía a un paraje en que expone el dolor de su marcha, ¿a dónde?: ”No sé, mas mi esperanza en ti , se halla tranquila:-yo sé que he de encontrarte-en medio de la nube o en la constelación.-Azul el mar tranquilo; azul también el cielo;-la lona empieza a inflarse con un breve rumor…-¡Señor, cuando tú quieras, agitaré el pañuelo-a los que deja el barco-sobre la playa negra del mar y del DOLOR!.
Cuando Luis volvió a navegar por los lejanos mares, María Pilar y sus tres hijos, estuvieron unos días en el Pantano de Yesa, y allí acudimos Feli con nuestros niños a levantar sus corazones.
En aquellas altas laderas, se acomodaban María Pilar y mi esposa Feli y allí mirando las aguas del pantano, recordaban aquellas más lejanas,  por las que estaría Luis navegando. Los entonces, todavía niños, distraían el tiempo, cada uno a su manera. Luis observaba las culebras que le inspiraban pensamientos misteriosos y comparaba la vida oculta que arrastraban con la que él, miraba y miraba el “circum longe”, por el que tendría que correr su vida.


Barquito regalado por Marina a su tío Ignacio.
Marina mostraba su nombre a las aguas del pantano, diciéndoles que irían a parar como su nombre, el suyo propio, en los mares. Marina fue inspirada por el Señor porque le agradaron y todavía le gustan los cuentos. En el libro “El cuento contao”, que Marina me regaló el mes de Octubre pasado y que me dedicó con la siguiente frase: “A mi querido  tío Ignacio, el mejor contador de historias  que conozco” y ella , que con su marido Gabriel, se dedica a la formación de los niños, ha leído en el  libro, que me regaló, lo siguiente: ”En clave simbólica seguramente nos encontraremos con la advertencia a los niños de que algún día tendrán que salir de la protección de los padres, por las razones que sean; esto es, se trataría de prepararlos contra el miedo a sus adultos. Esta sería la función social y psicológica del cuento (Rodríguez Almodóvar, 1990). Natalia no ha tenido miedo a sus mayores, sino que los ha amado, tanto, que parece ser que el Señor se lo ha agradecido, dándole a ella y a su marido  Juanma,  un hijo y una hija. El mayor se llama Teo  (el nombre de Dios) y ella Emma.
Contemplar la vida personal de Natalia, ha  contribuido a compartir mi vida con la de mi hermano Luis y la de su querida esposa María Pilar, con la alegría que les produjeron sus hijos Luis, Marina y la eterna compañía de Natalia. Porque su compañía no les faltó nunca, cada vez que fuimos o ellos vinieron a sus orígenes, ella con su figura anatómica igual a la de María Pilar y con su eterna sonrisa, endulzaba la vida de sus padres y aliviaba la soledad,  que en muchos casos se apoderaba de su madre. Cuando más me impresionó su persona, fue cuando fuimos a visitar a María Pilar, cuando ya estaba cerca del “Circum longe” de la vida. María Pilar sabía que iba a morir y sin embargo se esforzaba en estar con la alegría que produce la salud,  y en hacernos pasar a  Feli  y a mí, un período de su transición agradable  y Natalia se preocupaba de que su madre fuera feliz, y que nosotros no sufriéramos ningún disgusto. María Pilar, quiso salir con nosotros, pero no pudo superar sus sufrimientos, y vivimos con un dolor interno en nuestros corazones. Luis no estaba en Bilbao, ni Marina, ni Luisito que estaba en Inglaterra, practicando el inglés, pero Natalia era para su madre, todos los amores que le iban a faltar en sus últimos momentos.
Nosotros nos fuimos a Huesca y a los pocos días tuvimos que volver a participar en el funeral de María Pilar. Yo estaba en la iglesia, acompañando a su triste esposo Luis, y me llamó la atención la presencia de numerosos fieles, entre los que se encontraba la hermana de Palacio de Pertusa.
Aquel hermoso piso de Bilbao, me pareció que se quedaba triste y con soledad y todos los miembros de esa familia tan feliz, pensaron en vivir rodeados, no importaba si de una lejana tierra. Luis pensó en vivir en su tierra natal y con su hija Natalia vinieron a vivir a Huesca. No estaba sólo,  sino que le hacía compañía su hija Natalia y él se dedicaba a colocar símbolos de la navegación en pequeños armarios con un cristal delantero, para poderlos contemplar.     Construía barcos, que cuelgan por diversas habitaciones familiares,  pero hay uno que cuelga  en un Restaurante de Huesa, delante del mostrador del bar, que con su sencillez, alegra el corazón del que lo ve. No podía ya hacer de capitán en ningún barco,  pero soñaba con ellos y los construía. Incluso sintiendo dolor cuando también él,  como su esposa María Pilar, sentía que se aproximaba el dolor de la muerte. Tenía muchos amigos, que lo hacían feliz a él,  como él mismo los hacía a ellos y cocinaba preparando meriendas sabrosas, cuya preparación había aprendido en los barcos en el curso de sus viajes.


 En Siétamo encontramos soldados de plomo, ya medio destrozados, por el juego y por el tiempo y Luis cogió uno de ellos y ahora está montando su caballo, en una vitrina o pequeño armario expositor. Escribía artículos, como aquel, en el que aludo, al apellido Almudévar, que están llenos de  humor, acompañados por una gran humanidad
Cuando murió María Pilar, sus restos incinerados fueron llevados al Cementerio por su hijo Luis, acompañado por toda la familia. Cuando fue Luis el que marchó al “Circum longe” de la vida, se incineró también su cuerpo y en el panteón de los Almudévar de Siétamo, permanecen juntos gozando del descanso eterno.
Luis el hijo mayor de la pareja, marchó de Bilbao a Málaga, donde vive feliz y trabajando y me dijeron que cuidaba pequeños reptiles, en su casa. Marina, casada con el buen Gabriel, vive en Zaragoza, donde se preocupa de la educación de los niños, manteniendo un recuerdo sagrado de sus padres, pues me regaló ya hace años, un pequeño barco de vela, que conservo junto con el soldado de plomo, que arregló su padre.  Natalia, que mientras vivió su padre,  en Huesca, no lo abandonó,  hizo como los demás hermanos, es decir el “circum longe”, marchándose a Madrid y después de casada con el buen Juanma, se trasladó a Barcelona,  donde trabaja de abogado con su esposo,  también abogado. Cuando va a Alicante,  a convivir con la familia de Juanma, los niños gozan, unidos a sus abuelos, de su clima y corren por debajo de los naranjos.
Natalia y Juanma, han tenido un niño y una niña, que igual que Natalia quiso hacer felices a sus mayores y a sus hermanos, ahora está gozando con su marido, tratando de hacer a sus hijos, completamente felices. Y felices los contemplé en la última visita que nos hicieron en Siétamo, porque con un temperamento equilibrado y un buen humor constante, me hicieron identificarlos con su madre Natalia y con su padre Juanma, y recordar el temperamento de sus abuelos.
Teo, es un nombre griego, que recuerda la presencia de Dios, porque se da uno cuenta de su discreción, su simpatía y su sociabilidad, porque enseguida se pone a jugar al fútbol con sus compañeros. Ama a los animales, lo que recuerda a su tío Luis, que ama a los reptiles y a los pájaros. Parece mentira que un niño tan sólo de unos cuatro años, sea tan feliz en la Naturaleza.

Su hermana es todavía más niña y posee un nombre de origen germánico, que forma parte de otros, como el de Ermenegilda. Hubo una reina inglesa, que se llamó Emma. Este nombre que tiene un poder universal, como el que poseen las palabras “Circum longe” del escudo de su madre y en las palabras que su abuelo Luis, cuyo apellido Almudévar, en los países de origen árabe, quiere decir el conquistador, el dirigente, el vencedor, el victorioso, el ganador, el jefe, etc., etc. Tiene el nombre de Enma un significado inmenso, pero yo creo que no es un poder terrenal, sino un poder social, amistoso, que conmueve los corazones, como lo hace el de su madre Natalia.

lunes, 13 de agosto de 2018

LANUZA




Lanuza no es sólo una palabra, sino que fue ya hace muchos siglos, una población viva, muy viva, que llegó a tierra darse por muerta con la creación de un Pantano, de esos que matan la Montaña para que la Tierra Baja se enriquezca con los riegos y se ilumine con la energía eléctrica. Cuando subía al Sanatorio de Panticosa, pasaba por mis ojos la visión maravillosa del pueblo de Lanuza y a sus pies ,bañándolos, la acompañaban las aguas del Pantano, que no recuerdo si eran verdes o azules, pero lo que llamaba mi atención ,era que estaban claras. Entonces la población había desaparecido, porque les habían expropiado sus tierras y sus casas. Sus  habitantes se habían repartido por todo el mundo, unos fueron a Huesca y otros a Zaragoza ,donde eran conocidos y ellos mismos se identificaban ,con una gran dignidad, con el apellido Lanuza, el mismo que el nombre del pueblo, ya desde antes de Felipe II. Este condenó a muerte al Justicia de Aragón, sin juicio. Don Juan de Lanuza, porque de Lanuza era el origen de su familia  y  al ser conducido a su ejecución exclamó: “Traidor no, mal aconsejado, si”. Lo mismo ocurrió con todos los habitantes de Lanuza, que fueron víctimas del Pantano de su mismo nombre y hoy, por propias ideas y habiéndoseles devuelto sus casas, las han restaurado, empezando por la Casa de Dios, es decir su Iglesia y hacen que aquel territorio tan hermoso sea cuna del turismo de la Montaña.
Todavía recuerdan la antigua casa de los Lanuza, que hoy, después de experimentar las modificaciones que lleva la ausencia de tan noble familia durante tantos años y que ha sido sustituida por otros “lanucinos” y a la que todos conocen como Casa del Rey.
Los últimos días que permanecieron en Lanuza, bailaron su dance, como haciendo participar en  su  despedida  lo más sagrado que tenían y que sería de distinta forma a la que en años anteriores habían bailado, porque en esta ocasión, los dances iban acompañados de lágrimas. Pero gracias a Dios, no fue aquella la última vez que se danzó el dance de Lanuza,  ya  que  Angel Pérez Ventura me dijo: el día 22 de mayo es la Fiesta Pequeña de Santa Quiteria y se ha vuelto a bailar el antiguo dance o “paloteo”, que con el choque de sus palos “,manejados por los “churdos” o hijos fieles de Lanuza, golpean en la sensibilidad de todos los corazones de los que asisten a ver este baile y a escucharlo. Esta vez no lloraron los danzantes, sino que su corazón estaba alegre, viendo resucitar las ruinas de las casas y de las costumbres de su pueblo.
Fue la iglesia parroquial la primera casa que reconstruyeron los vecinos de Lanuza, poniendo sus esfuerzos físicos, su dinero y principalmente su corazón. Me lo enseñó mi amigo Angel y comprobé como habían colocado un retablo, con esculturas antiguas en su parte alta y procedentes del pueblo de las Cinco Villas, conocido por Erla. En el Coro llama la atención un trozo del antiguo retablo de la misma iglesia, enmarcando una silla de madera, en la que se sentaba el párroco, cuando los fieles cantaban en algún día de fiesta, las Vísperas. Dicha silla fue devuelta voluntariamente por el dueño de un Hotel de la próxima estación de esquí del Formigal.  
Un veraneante de Sallent, que era catalán, sacó una campana que tocaba las horas del reloj de la torre, cuyo nombre era Orosia, colgando sogas  del  campanario  y el señor Paniciello, como se llamaba el catalán, al enterarse de que se iba a recuperar el pueblo, entregó voluntariamente la campana, que primitivamente procedía de una vieja y desaparecida ermita.
¿Cuándo volverá a tañerse la “campaneta” y  cuando  volverán los vecinos de Lanuza a escuchar su bello sonido?.
De la iglesia nos condujo Angel al “Hotel La Casueña”, construido por sus hijas e hijos en el antiguo edificio donde se alojaban sus ganados. Tuve que marchar enseguida de tan hermoso lugar, donde el descanso se inicia en el mismo momento en que penetras en él, ya que al llegar a su portal de yerros  forjados, contemplas la elevada iglesia y al fondo la Peña Foratata, que parece indicar a los hombres la dirección del cielo.  








jueves, 9 de agosto de 2018

Caballos, caballeros y Paco Giral


El hombre siempre ha tenido en su amor al arte, la necesidad de representar a los animales, por ejemplo los ciervos y caballos en las paredes de las cuevas primitivas. En ellas se ven muchas veces mezclados unos y otros, pero así como el hombre ha evolucionado, lo mismo ha ocurrido con el caballo. Aquellos que aparecen en la pintura prehistórica, recuerdan los caballos medio enanos, como los gallegos o los navarros  del Pirineo, pero ¡qué pronto aparecieron los caballos elegantes!, como  se ven éstos en relieve, en las monedas  ibéricas. Por toda España acuñaron monedas en las que están representados “juntamente” caballeros sobre sus caballos y en otras los caballos con sólo su elegante figura. La figura de estos caballos no es rectilínea como la de los ingleses, sino curvilínea,  como se puede ver al contemplar una moneda de Wolskan, es decir de Osca o de Huesca o una de Arsaos, pueblo que no se sabe si estaba en la actual Navarra o en el Alto Aragón; es  igual porque ambos territorios eran vasco –ibéricos y para ello basta ver la figura de aquel caballero empuñando su espada, sobre el caballo curvilíneo, que se diferencia sólo del oscense, en que éste es portador de una lanza en lugar de una espada. En ambos caballos son curvos sus cuellos, con la crin peinada y recogida, con sus colas largas y elevadas en su arranque, no como los caballos ingleses, por ejemplo. Se observa una cabeza más voluminosa en el caballo de Bascunes o Pamplona , que en el de Wolskan o Huesca. Forman figuras elegantes con sus redondeadas ancas, sostenidas por sus patas traseras, con sus corvejones y sus cascos asentados en el suelo, en tanto que sus patas delanteras se elevan cuando el caballo parece que avanza para lanzarse a atacar a algún enemigo o cuando salta, como se ve en algunas monedas.  Pero estas figuras de caballos están presentes en las monedas de Jaca, de Egea, de Zaragoza, de Lérida, de Tarragona y también en las de la soriana  Agreda y en las de Guadalajara.
Pero no se interrumpió con los íberos la representación de los caballos como  obras de arte, pues basta mirar a  Grecia y a Roma, para encontrarnos en una cerámica ateniense, un grupo de caballos, tirando de un pequeño coche, dirigido por un cochero con las riendas en su mano y que dan la imagen de un gran dinamismo. Llama la atención el esfuerzo del autor para acoplar el dibujo a las formas curvas del vaso. Esta vasija es de unos quinientos años antes de Cristo. Llega a tal extremo el amor al caballo, que  aquellos clásicos  crearon el centauro, ser mixto con cuerpo de caballo y medio cuerpo de hombre, desde la cintura. En el Arco del Emperador Constantino, ya de religión cristiana aparece un caballo montado por su caballero, en una escena de caza. La Edad Media representa caballos incluso en los capiteles románicos de San Pedro el Viejo y en uno de ellos aparece montado en su caballo el Rey Pedro I, conquistador de Huesca, del que algunos dicen que era Constantino. En el Gótico, con su expresivo humanismo, asoma  la estatua ecuestre de San Jorge, esculpida en 1235, en la catedral de Bamberg. Aquí, en Aragón aparece San Jorge, desde la elevada ermita hasta el convento de San Miguel. En la corte de los T’ang aparecen pintores, que a la vez son “poetas, eruditos, músicos y calígrafos” que pintaron caballos con su silla y sin jinete, sobre seda. Leonardo hizo unos dibujos de un caballo, para levantarle un monumento a Ludovico el Moro, con diversas posiciones de su cabeza, sus patas y su cola, que da la impresión de que es un caballo andante, con una dignidad inmensa. Y sigue la Historia representando caballos y caballeros, desde el Emperador Carlos Primero  de España hasta el Conde de Aranda, en un retrato pintado por Goya y que se conserva en el Museo de Huesca.
Llegamos a los tiempos modernos y aparecen colecciones de escenas de caza sobre el verde de los prados de Inglaterra, en que los caballos longilíneos, con sus colas cortadas y rodeados de perros de caza, van montados por caballeros con sus levitas o al menos lo parecen, rojas y sus sombreros de copa, que los conducen. En casa Cabero de Berbegal, sus dueños me enseñaron bellos cuadros de caballos, que no eran precisamente ingleses.
Paco Giral, oscense, ama a los caballos y siente las llamadas del arte, que le impulsan a representarlos, para gozar de su belleza y adornar los muros de los edificios. Produce alegría el hecho de contemplar, como no se ha agotado el arte en el mundo, porque a los caballos de las Cuevas de Altamira, han seguido multitud de países y de escuelas y nuestro artista ha recogido la inquietud secular de los artistas, amigos del caballo y nos hace recordar tiempos pasados, en que yo con el mío, de los que ya quedaban pocos, cabalgaba por el monte de Siétamo. Ahora son numerosos los caballistas y caballeros y Paco Giral es el artista que a todos los representa.



San Lorenzo unos siglos después de nacer en Loreto




A tres kilómetros de la capital de Huesca, en su Hoya se encuentra el Santuario de Loreto. ¡Cuántos siglos han pasado desde que San Lorenzo, naciese en el lugar sobre el que se alza el Santuario dedicado este santo oscense y universal!. ¡Cuántas veces he subido a saludar y venerar a este santo tan amado por los oscenses y por toda la Iglesia Católica!. Unas veces caminando por el camino, en el que se encuentra, frente a la Torre de Farina, del que siempre fuimos amigos mi tío José María y yo mismo. La proximidad de la Alberca de Loreto daba al subsuelo de la finca agua abundante y era curioso, ver regar por aspersión, las fincas de su propiedad, vecinas de dicha Alberca.
Al lado del camino, frente a la Torre de Farina, se alza un pequeño y bello monumento, hecho por el arquitecto Farina, padre de mi amigo. Al pie de dicho monumento dedicado a San Lorenzo, se contempla un montón de guijarros de piedra, que cuando pasan por delante del monumento, los van lanzando desde el camino al piadoso monumento y ya llegan a formar un gran montón de “zaborros”. Los que podemos afirmar que son peregrinos al Santuario de Loreto, yo no sé  porque,  para lanzar la piedra, se miran  al  lado contrario de la parte delantera del monumento y dicen que si aciertan un lugar próximo al mismo, el Santo bendecirá a los fieles, que lanzan los zaborros.  Más cerca de Huesca, por el camino de tres kilómetros, que la separa del Santuario, hay unos huertos regados con agua de pozo, uno de los que pertenece a la Profesora Pilar Godé. La gente sube a Loreto a venerar  a San Lorenzo, a contemplar la hermosura de su Santuario, a gozar de las aguas de la Alberca y a observar la belleza de las diferentes aves, que nadan y crían en ella.  A un lado del Santuario, en el antiguo Convento, viven los dueños de él y de muchas de las fincas que cultivan.
Fue un acierto traspasarles aquel local , que garantizó el cuidado de la Iglesia y ha permitido que todavía los oscenses podamos venerar y contemplar todo el Santuario de Loreto.
Los agricultores y devotos de San Lorenzo son la familia MARCUELLO, que ahora viven en Huesca, pero MARCUELLO está siempre pendiente del Santuario de Loreto.
Mi hermano Jesús posee cerca de Loreto una finca , que cultivan los Marcuello y cuando estos trillaban, iba yo cuando me llamaban. ¡Qué buenas personas eran los Marcuello, pues además de hacerme pasar u día agradable, me invitaban a comer. Si alguno de los que les ayudaban, hacía alguna observación, uno de los que ayudaban a realizar la faena de la recolección, había uno de los ayudantes que decía: ¡parece mentira que haya uno que quiera privarle de comer!.
¡Cuánto ha vivido la familia de Marcuello la vida de este Santuario¡. Me acuerdo de cuando iba a ver las faenas de la trilla, que la hermana soltera del hermano mayor de Marcuello, que buscaba la llave de la Iglesia y me abría su puerta para que contemplara ese santiario. Desde luego que no estaba en muy buenas condiciones, pero la tía del actual dueño Marcuello, sufría al ver la amenaza que la antigua y monumental obra, estaba sufriendo.
El agricultor y Ermitaño del Santuario, vive en Huesca, pero se le ve poco por ella, pues él tiene en su corazón el recuerdo de Loreto y su amor a la tierra.
Este Santuario,en lejanos tiempos fue una  Villa llamada Loret, dicen que en el siglo II,vivían en ella San Orencio y Santa Paciencia, padres de San Lorenzo y de San Orencio. En el siglo XII, dependía de Montearagón.
A raíz de la batalla ganada por Felipe II a los franceses, este Monarca,dicen que quiso construir un Monumento a San Lorenzo, porque ese fue el día de su triunfo y construyó ese edificio de Agustinos Calzados en 1594. Es una construcción Herreriana, que se pensó hacer en Loreto, lo que fue El Escorial.
En el monumento en que se amontonan piedras, esperaba  Santa Paciencia a su hijo Lorenzo.
En distintas fechas se celebran dos Romería a este  Santuario, UNA EL DÍA 1 de Mayo y otra, que es conocida como la  Romería de los Siete Lugares, a la que acuden Cuarte, Banariés, Huerrios, Alerre, Chimillas, Banastás y Yéqueda,el segundo Domingo de Mayo.
Estos días antes de llegar la Fiesta de San Lorenzo, me ha llevado mi hijo al Santuario de Loreto y allí antes de comenzar los actos religiosos, estaba un eterno pergrino de Torralba de Aragón con un anciano sacerdote, que fue Capellán del  Ejército y mientras llegaban constantemente peregrinos, un Coro Musical dirigido por una señorita, ensayaba sonidos musicales, que conducían mi mente al recuerdo de San Lorenzo.       

Rebrota en el mundo la Peste Negra.-

        ¡Cuantas pestes ha sufrido la Humanidad, a las cuales, han llamado Peste Negra!. Un equipo de investigadores ha extraído el genoma  ...