lunes, 31 de diciembre de 2018

A Rafael Ayerbe.-



Rafael Ayerbe Santolaria (1932-1992). Rayers San nombre artistico.

El ángel Rafael, tu patrono, devolvía la vista a Tobías, que se había quedado ciego. A ti no te hizo tal favor, pero inundó de luz los aposentos de tu alma para que fueses en el suelo, como lo es él en el Cielo, un ángel de la Corte Aragonesa de los niños, con tu ilusionismo y con su ilusión, de los hombres y de las mujeres con tu costumbrismo y de todos, con esos sonidos propios de la jota, con qué cantan y saltan nuestros bailadores, con que brincan nuestros corazones y con qué lloramos nuestros abandonos y con qué exigimos un nuevo Aragón.
¡Qué no ver, viendo el tuyo y qué ver no viendo los árboles del Parque y los bordillos de la acera!. El no ver se resolvía con los muchos lazarillos que,  contentos, honrados y orgullosos, tendíamos al tuyo nuestro brazo y el ver no viendo, cegaba tu interior con luz tan luminosa, que te ceñías un velo en tus ojos del cuerpo para gozar intensamente la luz de la ilusión y de la jota, que en tu interior reinaban.
Cubrías,  como he dicho, tus ojos con un velo y caballero en tu motocicleta, cual caballo mecánico, recorrías las calles con tus ojos medio ciegos y además cargados, incluso en el Lejano Oriente, allá en el Japón, donde colgaban farolillos de colores, que no podían compararse en esplendor con aquellos  farolicos  de ilusión aragonesa, con aquellas sonoras campanetas, cimbalicos,  guitarras y bandurrias que adornaban la “sala buena” del retiro interior de tu alma noble, además de buena.
Aún escucho con tu voz tan clara, tan alegre y tan triste, al mismo tiempo alegre por sentirse aragonesa y triste por ver un Aragón enfermo y esa voz era un soplo que atizaba el calibo de las gentes, que amaban la jota, a las que alentaba para que su canto,  para que su baile se volvieran llamas para todo Aragón.
Dice el poeta que “las ilusiones perdidas, juguetes del viento son; son hojas que se desprenden del árbol del corazón”. Tu fuiste, Rafael, ilusionado, ilusionista e  ilusionador.  Con los pies en el suelo viviste ilusionado y de tu árbol desprendiste ilusiones que espero que no se lleve el viento, sino que las cultivemos para lograr un Aragón mejor. ¡Adiós, Rafael!.

sábado, 29 de diciembre de 2018

RESIDENCIA ANCIANOS DE ANGÜÉS.






Voy con frecuencia a Angües desde Siétamo, pues están ambas Villas separadas sólo por unos doce kilómetros. Se va desde Siétamo a Angüés  por la carretera N-240, que por el Norte, nos mira la Sierra de Guara. Encima de Siétamo, por Castejón, por Arbaniés  y, allí mismo ya te encuentras con el pueblo serrano de Coscullano. Por aquella zona serrana te encuentras con el pueblo de Aguas y más adelante, se observan en la alto de la Sierra,  las  ruinas  de  un  Palacio y de una  Iglesia, que hace siglos prepararon los montañeses para conquistar la Tierra Baja. Debajo de las ruinas del Palacio y de la ermita, se encuentra el pueblo de Santa Cilia, donde  hay  un reino de Buitres, a los que se reparte alimento de restos de matadero.
Después  de Aguas y debajo de Santa Cilia de Panzano, se encuentra el pueblo de Panzano. En este pueblo, cuando estuve en él, de Veterinario Titular, me encontré con mis parientes lejanos, y poseyendo los documentos que lo acreditaban, de Francisco Bescós Claver, pariente mío a través de la familia de mi tío Manuel Bescós  Almudévar, que en Huesca fue Alcalde por 1923 y escritor con el  seudo nombre  de Silvio Kosti.
Estuvieron en Santa Cilia y en Panzano ,la esposa y la hija de Silvio Kosti  (Manuel Bescós Almudévar),a saber  María Teresa con cien años de edad y su hija, también llamada María Teresa, que después de mayores, quisieron conocer las casas y los escudos de su antigua  familia BESCÓS. La hija, con sus estudios y su madre con sus avanzados años, quisieron conocer, los antiguos años de su familia y María Naya Alastrué, esposa de Francisco Bescós Claver y hermana de Antonio Naya Alastrué,   les dio el libro de la vida de la  Madre Pabla Bescós, que fue compañera de la Madre Rafols, fundadora de las Hermanas de Santa Ana. También conoció a la Madre María Naya Bescós.     
Este Francisco Bescós  Claver, esposo de la ya difunta María Naya Alastrué, trabajó de vigilante de la Sierra de Guara y este vecino de Panzano ,Francisco Bescós Claver “y vigilante del Parque de Guara, nos había insistido repetidas veces sobre la convivencia de visitar dos estructuras que creía dólmenes en la partida de Las Lienas, monte de Panzano. Ante el interés de la noticia, el 20 de Enero de 2002, acudimos a reconocerlos J,A. Cuchí y L. Montes junto con el propio Francisco Bescós, que en ese momento nos comentó que I. Aguilera, entonces socio de Arqueo-Expert, los había visitado en su compañía al recorrer uno de los antiguos caminos. I. Aguilera nos confirmó la noticia y el hecho de que estaban ya consignados en el estudio mencionada, al que posteriormente”, hemos tenido acceso en las oficinas del Parque “.
Mi pariente Francisco Bescós Claver, que fue esposo de la buena señora también pariente mía, ya está jubilado, pero siempre está pensando en aquellos monumentos antiquísimos, en cuyo descubrimiento participó hace ya varios años.


Volviendo de Santa Cilia al pueblo de Aguas y siguiendo hacia el Sur, se   llega  a  Labata  y se baja a SIESO  de HUESCA, donde muchos años vivió la familia Almudévar. En Sieso vivieron, por el año de 1.549,  Mosen  SALVADOR Almudévar que fue Beneficiado y Cura de la Catedral de Huesca y su hermano Miguel Almudévar,  que  viviendo en la Casa en ruinas de la Placeta, “se puso de acuerdo con su hermana Violante Almudévar, para que ésta se casara con Miguel CLAVER, alias VALETA, que era de Pueyo, pueblo del Valle de Tena, allá por el año de 1515”. ”Violante Almudévar era de  familia antigua e infanzones notorios de SIESO. Su Casal dice un escritor antiguo, está sito en la Plaza Baja, entre casa de Miguel Almudévar, luego de la familia Claver, y el huerto de Miguel Azara”. Coincide casi la fecha de la boda de Violante Almudévar, con la de su hermano Miguel Almudévar, que se casó en Barluenga. Estos Claver, con uno de los que se  casó  Violante  Almudévar,  más  tarde  los  hizo  parientes  de San Pedro Claver y del Conde de Aranda.
Bajando hacia el Sur se pasa por Casbas, donde todavía queda el apellido Almudévar, presidido todo el pueblo por un Antiguo Monasterio. Más  abajo,  un  tanto  apartado de la carretera y acercándose al río Alcanadre por el Este y por el Oeste, se acerca a la carretera, que nos lleva a Angüés.
Angüés es la capital de aquellos pueblos que se encuentran debajo de Guara. Desde la Gasolinera se contempla con admiración la Sierra de Guara, porque impresiona la vista de una cumbre serrana, que parece dominar aquellos valles, que se deslizan desde su cumbre hacia el Sur, donde nos encontramos.
Han existido personas  que  se  han  preocupado  del  desarrollo  de  la  Zona de Angüés, debajo de la Sierra de Guara. Por ejemplo el Cura Avellanas, que fundó a principios de siglo la Mutua  Ganadera  y  un Sindicato Agrícola, pero tuvo grandes enemigos, que le hicieron sufrir un cruel  atentado. Pero a pesar de este atentado, escribió: “Urge industrializar la agricultura, se precisa que el agua de los ríos, fuentes y arroyos se convierta en carne mediante la praticultura, en leche, en lana, en queso, en cueros, y sobre todo en lo que más que todo eso junto …al pan”.




Aquel impulso que se dio en la Comarca de debajo de Guara, todavía dura en Sieso, donde todavía se trabaja creando un queso de muy buena calidad y yo subo con cierta frecuencia a comprar ese rico alimento y a contemplar el paisaje de la Sierra de Guara. A esa Fábrica acuden a trabajar personas nacidas en la zona y me parece que está resucitando.
Pero, ¿resucita  la  Comarca  de  Angüés  o muere? Le prometieron el progreso y están consiguiendo el retroceso. Joaquín Costa tiene dedicada la calle Mayor a su ilustre persona, pero ahora, que ya no pasan los vehículos por ella, sino por la Autovía, me acuerdo con lágrimas de Joaquín Costa. ¿Por qué le dieron a la calle Mayor su nombre?, porque por ella había de pasar el Canal de Riegos del Alto Aragón, pero todavía no pasa y el nombre de Joaquín Costa que  por  un  lado,  produce  alegría,  y  en este caso hace llorar a los escasos habitantes de Angüés.
El cura don Julián Avellanas luchó por el agua y Joaquín Costa decía: que  si  en  España hubiera diez o doce curas como él, ya estaría resuelto el problema del agua.



Pero cuando murió el día 11 de Marzo de mil novecientos de 1926, en Barcelona, a los 61 años de edad, vino el fin del Sindicato Agrícola, de la Caja Rural y de  las  Cooperativas  fundadas por él. Luego vino la República y después la Guerra Civil, de 1936, con lo que Angüés, Casbas y el Somontano se quedaron sin defensores de sus aguas y sin agua.
Cuando tuvieron defensores como Julian  Abellanas  y tuvieron fe los de Angüés  en  Joaquín Costa, al que dedicaron una calle, que parece un recuerdo lleno de ilusión en la venida del agua.
Pero ANGÜÉS no ha podido olvidar la Historia de la Sierra de Guara, con sus poblaciones al Sur de  la  misma  y  viendo como han ido desapareciendo las glorias históricas y los trabajos de aquel pueblo honrado , ha fundado una Residencia para que descansen sus, cada vez más escasos habitantes del Somontano de Huesca.
El dueño de esta Residencia, se dio cuenta de que los años que estaban corriendo por debajo del punta de Guara, iban a conducirla casi a su desaparición y quiso que esos paisanos suyos, acompañados por habitantes próximos , tuvieran un fin feliz y levantó aquella Residencia en la han acabado su vida muchos ancianos, entre los que se han encontrado mis parientes, como por ejemplo a mi tía Francheta Almudévar, que dejó a su hija y a su familia una hermosa casa en Ibieca. Recuerdo a mi amigo y compañero el diputado Fajarnés, al que iba a visitar para recordar nuestro tiempos políticos, que acabó en dicha Residencia.
Hoy reside en la misma Antonio Naya Alasrué, cuñado de Francisco Bescós, ambos nacidos en Panzano. Posee un documento en el que pone que una antepasada suya, hermana de Francisca Escabosa Azara, casada a su vez con José Almudévar y Altabás, que llegó a Siétamo desde Barluenga, se casó con el dueño de Casa Naya de Panzano.
Antonio Naya tiene su casa en Panzano, pero vive en la Residencia de Angüés. Cuando quiero verlo me detengo en la puerta del Bar y entro a saludarle. Se alegra como si pasaran por nuestros espíritus, las historias que he relatado en este escrito y entra en mi espíritu una emoción antigua, creada  por  el Señor.
Es Antonio Naya un hombre sonriente y tiene una edad menor que la mayoría de los hospedados en la Residencia.
Canta  jotas que emociona los corazones de los ancianos que le rodean en el  Cuarto de  Estar de la Residencia y aquellos sonidos llenan de alegría nuestro corazones y nos dan esperanza de que un día, vuelva el progreso a esta Tierra, que está vigilada por la Sierra de Guara.

viernes, 28 de diciembre de 2018

¿Existe el tiempo?

Yo, desde luego no lo sé, porque dicen que antes del Big-Ban, no existían ni el espacio ni el tiempo. Ahora, existe el tiempo unido a la materia, es decir que la materia requiere el tiempo, porque al ser creada, es evidente que lo necesita. Pero en el vacío, el tiempo carece de sentido. Estas charlas llevaban entre ellos Carlos Torres con Pepe, matemáticos y astrónomos, haciéndose mutuamente, la siguiente pregunta: ¿puede el tiempo caminar hacia atrás?. Y dice Pepe que teóricamente sí, pero hoy por hoy, no, porque la tecnología que lo aclare se está desarrollando no con rapidez, sino muy despacio. Tal vez pudiera darse el fenómeno en un lejano espacio de tiempo, pero no podemos volver a contemplar nuestro pasado o sea volver a vivir nuestros años jóvenes, como por ejemplo nuestros ocho años de edad. No puede ser, pero Carlos Torres afirma que el tiempo puede caminar hacia atrás, añadiendo Pepe que existen unas partículas elementales, en que el tiempo actúa sobre ellas con más brevedad, en los laboratorios donde se estudian, que fuera de ellos.
¿Para qué sirve esta conversación y los problemas que plantea?. Podemos saber para qué sirve una mesa o un libro, porque los vemos, pero estos problemas son abstracciones del cerebro del hombre, que tiene sed de conocerlos, pero no alcanza a conocer cuántos problemas se le presenten, ni podrá solucionar dichos problemas, aunque teóricamente, se encuentren soluciones. Por ejemplo, para hacer un viaje a otro planeta, hace falta hacerlo rápido. Si un hombre viaja a la velocidad de la luz, los que se queden aquí se harán más viejos, pero el viajero que lo hace a la velocidad de la luz, se quedará igual, con la misma juventud de la que gozaba al salir.
El individuo humano sólo, no tiene sentido, si no es en relación con el Grupo Humano de otros tiempos, de los actuales y de los del futuro y siente una necesidad del tiempo en el Grupo Humano, globalmente unido al Creador, pidiéndole: “Envía ,Señor tu Espíritu y todas las cosas serán creadas y renovarás la faz de la Tierra”.
Y el hombre nota su influencia en la obra de Dios y la siente, porque Einstein tenía miedo, no a nivel individual, sino a nivel de todo el Grupo Humano, de las bombas atómicas que los Nazis estaban fabricando y avisó a Norteamérica, para que frenara la catástrofe. Sabía que quizá no afectase a su temporalidad, pero iba a hacer sufrir al tiempo futuro del Grupo Humano.
Stephen Hawking sentía el miedo, no por sí mismo sino por el Grupo Humano, de que la Tierra se destruyera en doscientos años y advierte a los hombres de la necesidad de buscar otro planeta. Advertía de que la estrella más cercana es Próxima Centauri que se encuentra a 4.2 años luz de la Tierra y se tardaría con un cohete de los actuales unos cincuenta mil años en llegar a ella. De esto se deduce que es necesaria una acción rápida. Einstein nos consuela, diciendo: ”los objetos se aceleran, en el espacio, pero el tiempo se ralentiza alrededor de ellos”. Stephen Hawking sentía que el Grupo humano desapareciera en el tiempo e implora a los hombres que busquen otro planeta en el que pueda seguir el Grupo Humano, pasando el tiempo.
Dicen que si el hombre viaja a la velocidad de la luz, irá sufriendo cada vez menos las consecuencias del tiempo, en tanto los humanos dejados en el mundo irán envejeciendo y repitiendo las palabras de Einstein, veremos como “los objetos se aceleran en el espacio, pero el tiempo se ralentiza alrededor de ellos”. El tiempo existe para los hombres y el “ahora” eterno es cosa del Supremo Hacedor.

Hay que rehacer la Historia de los Pirineos





Desde Siétamo, en determinadas circunstancias y sobre la Sierra de Arangol, se ve la cumbre del Turbón, como desde la presa del Pantano de Barasona, se pueden contemplar además del Turbón, Cotiella y otros altos montes. Estas vistas demuestran que aunque, a veces, los altoaragoneses nos creemos lejanos, estamos en la misma zona geográfica. Esta presa se levantó el año 1929 sobre el río Esera, que inundó el pueblo de Barasona y en la superficie del agua, según la plenitud del pantano, se ve asomar la torre de la iglesia. También quedó arruinado el pequeño pueblo de Cancer, a la orilla del Pantano de Joaquín Costa, cuyas aguas enriquecieron a otras comarcas, pero dejaron que los habitantes de Cancer dejaran abandonadas sus casas, entre cuyas ruinas se contempla su iglesia, con el mismo destino que las viviendas. Siguiendo la carretera, a siete kilómetros de Graus, se asienta el pueblo de Pueyo de Marguillén. Según Madoz por los años de 1850 limitaban por el Norte, Barasona y Cancer con Capella. Durante el dominio visigótico a la parte norte de la Ribagorza la llamaban Terra Ripacurciense y a la parte situada al sur, Terra Labitolosana. En el siglo IX, la Ribagorza dependía del Condado de Tolosa. Cuando remataba el siglo, el Conde Ramón I se separó del dominio de Tolosa, creando un condado independiente, con los monasterios de Obarra, Alaón y San Pedro de Tabernas. Ramón II levantó la Catedral de Roda y el rey Sancho Ramírez conquistó a los moros Graus en 1083. Esta tierra de los antiguos vasco-ibéricos se convirtió en una tierra sin fronteras, pues entraron los visigodos, que tuvieron cecas de monedas en Boltaña y Gistain. Después llegaron los romanos, que dejaron Labitolosa en la actual Puebla de Castro. No había fronteras porque era una zona pirenáica, común con el Midi francés,donde llegaron, más tarde los moros. Pero el Pirineo, con sus enormes montañas, que ponían dificultades en el paso por ellas de los hombres, ayudó a que se creasen fronteras. En la Ribagorza lucharon el aragonés, el catalán y el castellano, ya que en Benabarre se hablaba en una forma parecida al catalán y, en cambio en Barbastro, se hablaba el castellano, después del Compromiso de Caspe. En una revista quincenal de 1884, fecha ligeramente posterior a la obra de Madoz, explica como un habitante de Barasona, encontró en el monte de Cancer un relicario de San Bernabé, del que la catedral de la ciudad de Tolosa posee la cabeza del citado apóstol. Esas reliquias eran veneradas desde remotos tiempos. De ellas se escribía en los documentos parroquiales, pero sin expresar el nombre de San Bernabé hasta el año 1777.Pero la revista escribe que “por los años 1580 ya consta en los escritos guardados en el archivo de su parroquia la existencia de las aludidas reliquias de San Bernabé. En un inventario de esta fecha, se lee esto: una arquilla de reliquias sin título ni certeza de ellas”. Un miembro de la casa de Rosico de Barasona, estando labrando, se dio cuenta de que los bueyes al pasar al lado de unos matorrales de boj, uno de ellos doblaba sus rodillas, lo que le hizo mirar la causa de tales reverencias. Encontró una arquilla, con las reliquias citadas de San Bartolomé… Fueron a parar a la iglesia de San Miguel de Cancer”, donde se custodia y recibe constante culto desde una época remotísima”. El Obispo de Barbastro ordenó en 1605 y en 1609 ,que se hiciesen dos llaves,una paral arquilla de las reliquias y otra para la puerta del armario, que guardaba las reliquias de San Bartolomé. ¿Quien fue el que trajo tan preciadas reliquias a Cancer?. Dicen que hubo un esclarecido personaje, nacido en dicho Castillo de Cancer, de donde era Señor, que llegó a ser Gran Maestre de la Orden Militar de San Juan, que sufrió persecuciones y se refugió en su pueblo, donde se conservaban las reliquias, pero ante el peligro que continuaba contra su persona, se refugió por lo más enriscado y fragoso de las montañas pirenáicas”, para pasar a Francia. “Dice Moner en su Historia de Ribagorza que por los años de 1562 era Señor de Cancer D. Juan Nadal de Cervuna, de Fonz”. Pero en los años de 1884, el párroco Sr. Escuer habló con el Señor D.Luis San Juan, vecino de Huesca y Señor de Cancer, le preguntó y el Señor le respondió que “debía existir alguna auténtica (historia) cuyo paradero es desconocido”. La relación de este suceso la hizo el párroco de Cancer en los años de 1884 y se la contó el cura de Barasona, que a su vez la recibió de su tío el párroco de Pueyo de Marguillén, aproximadamente por los años de 1840. De todas formas, siendo Gran maestre de la Orden de San Juan el Señor de Cancer, se explica la posibilidad de la posible venida de tan altas reliquias a la Parroquia de Cancer.Al Señor de Cancer,siendo Gran Maestre de la Orden de San Juan y viviendo en la isla de Malta, le sería fácil conseguir esas reliquias ,por ejemplo desde la isla de Chipre. Cander veneró durante muchos años a San Bartolomé y le pidió que alivira las sequías y las tormentas,celebrando su fiesta el once del mes de Junio de cada años.En la ciudad de Barbastro ,en la imprenta de M. Puyol y España,en Julio de 1858,se imprimieron los Gozos que se cantan en Cancer al glorioso San Bernabé,venerado en la iglesia de Cancer,filial de Pueyo de Marguillén.Dicen así:” En un campo ameno estaba,- entre un verde boj metido,-este tesoro escondido –a quien un toro adoraba; notó su dueño admirado-del toro lo respetuoso.-Del campo el dueño labraba-con dos toros, y advertía-que genuflexión hacía-el que hacia el santo pasaba;llegóse humilde y postrado,-y le veneró dichoso……A Cancer, en cuyo monte-el santo cuerpo fue hallado,-quiso que fuera llevado,-para desde este horizonte,- en donde es venerado,-ostentase portentoso….Quien tus milagrosexacto-decir todos pretendiera,-un infinito quisiera,-de potencia al acto:-por ello es tan admirado tu poder maravilloso.-“ Y terminan así, estos Gozos: “Un San Juan noble es el dueño-de este lugar,quien galante-culto os tributa constante,-de que hace el mayor empeño,-no dejéis,pues, impremiado-corazón tan obsequioso”. Esto lo escribió Roberto puyo de Columa,”siempre admirador de las glorias religiosas de la antiquísima diócesis de Barbatro”

Esta Ribagorza, zona pirenáica, está llena en su historia de su relación con Tolosa, pero aquella región común con los Pirineos, se convirtió en frontera difícil de atravesar, aunque sus habitantes siempre viajaron a la zona de Tolosa o Toulouse. Hay que abrir una autovía por el Pirineo, para no sólo pasar por ella, sino porque su creación sería una recreación de la Historia. Basta recordar a Carlomagno que estuvo en las puertas de Zaragoza y a Roldán ,que llena con su nombre numerosos puntos geográficos de la Pirineos. San Bernabé, el Señor San Juan y Carlomagno ,harán que Tolosa y Zaragoza se abracen con la industria,mientras Graus ,cuide y repare la iglesia de Cancer.

A Pepe Larruy


A Huesca vienen pocos escultores a exponer sus obras; no vienen los que utilizan la piedra como material que compone sus figuras, alguno acude a exponer sus trabajos de hierro y muy escasos son los escultores que acuden a que los oscenses contemplen sus labores de madera. Si alguno llega por estos lares, la crítica lo suele poner bien unas veces, mientras otras lo elevan al coro de la gloria. Siempre destaca algo de sus obras, pero en general, sin llevarle la contraria al citado crítico, me resultan sus apreciaciones indiferentes.
En cambio, hace no mucho tiempo, se nos murió un imaginero oscense, que no se ha hecho famoso en Aragón, pues casi nadie dijo algo ni de su vida ni de su muerte ni de su obra; se trata para unos de Pepe, para otros de Larruy, para algunos de Pepe Larruy, pero para mí hay que hablar de Don José Larruy, gran escultor oscense. Vivió en la calle del Ciprés, donde tenía un bar, frente al que se encontraba su taller. Cuando querías, unas veces verlo a él y otras ver la forma como producía sus obras, entraba en el taller y al verte Pepe te saludaba con todo cariño con su clara voz, que le salía de debajo de su poblado bigote y adornaba su gruesa cara sonriente, presidida por su nariz algo aguileña. Motivos de conversación sobraban con sólo mirar las paredes llenas de catedrales oscenses, de ingenuas vírgenes, de severos al tiempo que misericordiosos Cristos, de joteros o danzantes alto aragoneses ejercitando sus, al parecer locos movimientos, metidos como estaban y todavía están, en trozos de madera, en cuyos relieves se inspiraba para tallarlos. Recuerdo como en el Pregón de la Semana Santa, que pronuncié en Huesca el año de 1988 hacía un recuerdo al entonces, todavía viviente pepe Larruy, donde decía:”Recuerdo entre los restauradores a un imaginero Larruy, autor de tantos bustos de ingenuidad medieval, al tiempo que profunda. Es una muestra de cómo la imagen subyace en nosotros y en su caso la plasmaba en la madera, y otros hombres la colgamos en el cuello, en la pared o la plantamos en las alturas de los montes”.Las imágenes de madera no se hacen para colocarlas en tales alturas, pero hay figuras de madera de Larruy en las altas paredes de la iglesia de Loreto.
Casi todas las obras que se llevaban sus clientes, se quedaban sin firma, como las que yo tengo, pero sé de algunos que le llevaron alguna figura a los talleres para que esculpiera su firma, lo hacía inmediatamente. Sus gustos eran sencillos, pues por las tardes solía ir a trabajar una huerta que tenía cerca de la ermita de Salas. Un alcalde oscense se portó muy bien con él y por cierto con la ciudad de Huesca, porque le dio trabajo en el Ayuntamiento ,dejándonos las imágenes que hoy presiden, al tiempo que adornan la iglesia de Loreto, la del Profeta Elías en el Convento de San Miguel y los báculos de nuestro Señor Obispo y el del Cardenal Javierre.
¡Pepe ,pocos te han nombrado, pocos han escrito sobre tí, pero allá, en el otro mundo, serás con tu eterna ingenuidad, un hombre ,un artista feliz, que de tus obras de arte se acordará Huesca cada vez más, obras que esculpías allá donde viviste, en la calle del Ciprés, como ahora descansas también cerca de los cipreses de la carretera de Zaragoza.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Tierra de San Urbez, con sus colaboradores los Villacampa


Laguarta ( Huesca ).


Este mes de Diciembre de 2015, me ha llevado mi hijo Ignacio  a  recordar el pueblo de Laguarta, donde vivieron los Villacampa, hijos de la nobleza, de la defensa militar de la tierra, de los cultivos, de la ganadería y de la devoción a San Urbez, santo  que nació en Burdeos, el año  setecientos dos.  Y en esta tierra de los ríos Ara, Guarga y Guatizalema, fue San Urbez, un pastor de almas y de ovejas, después de haber sufrido prisión en una Guerra, el año de 717, entre los “galaicos” y los bordelenses  de Burdeos. Son dos territorios  fronterizos la Aquitania del Midi francés y las tierras del río Gállego, Gallego, Galico y según otros Galáico,que nace en la misma actual frontera entre Francia y España. Por ese camino pasó ,años más tarde el Emperador Carlomagno, que fue por Roncesvalles, por Hecho y por el Pirineo, a conquistar Zaragoza a los árabes. Queda en Zaragoza el Palacio árabe de La Aljafería,como queda en Oloron, en la entrada a la su Catedral, una pareja de robustos moros de piedra,aguantando a los cristianos .  San Urbez, muchos años antes,   estuvo tomando parte en la Guerra en que Aquitania, que también era invadida por los árabes, hasta que murió en Nocito,  a los cien años cumplidos. Los galigos ,que habitaban las tierras del río Galligo,  no pudieron ser los habitantes de Galicia, sino los habitantes de la ribera del Río Galáico o Gallego, que desde Francia baja hasta el Ebro.
Al salir vivo de dicha Guerra, marchó a Alcalá de Henares a recoger las reliquias de San Justo y de San Pastor, que fuero veneradas en Nocito y también salvó la cabeza de Santa Orosia, que es otra figura del Pirineo. El año de 1937, contemplé en Jaca la procesión, a la que asistían fieles  desde Yebra de Basa, para venerar a esta Santa. Recuerdo como el Señor Obispo, presidía el acto, sobre una pequeña capilla elevada sobre el suelo, que más tarde hicieron desaparecer. Allí traían personas  psíquicamente lesionadas, que recibían la bendición del Señor Obispo y con mi padre nos encontramos a su  primo hermano jacetano, que antes había sido Alcalde de Jaca, es decir a Don Paco Ripa Casaus.  En aquellos  años de la Guerra Civil,  nos  proporcionó,  en Jaca, mantas para evitar el frío, ya que éramos los miembros de la familia Almudévar de Siétamo, unos refugiados.
San  Úrbez, desde que cumplió 30 años, hasta los 50, estuvo pastoreando ovejas por Vió,  el Serrablo y los Valles de Ara.”Al parecer, por el año de 740 pastoreaba un numeroso rebaño de ovejas en el Cañón de Añisclo,  donde habitaba la Cueva de Sastral  y recorrió posteriormente los lugares de Sercué y Vió, alcanzando gran fama, ya que se preocupaba, no sólo de las ovejas, sino también de los espíritus de las personas.
San Urbez entró por los Pirineos y siempre cuidó el ganado lanar en lugares pintorescos. Pues tuvo un amor a este territorio  al que su estancia en él,  le hizo recibir  el nombre de                       Territorio  Urbeciano.  Dicen que el origen de San Urbez es francés, que nació en Burdeos el año 702. Unos informaron  que luchó en las tropas bordelenses, no   contra los gallegos, sino contra los Galáicos, que habitaban las riberas del río Gallego o Galáico  en el año de 717, y también está escrito, que luchó con las tropas de Aquitania contra los moros, por el año de 731. Fue cogido prisionero por los árabes,  pero una vez liberado, fue a recoger los restos de los Santos Justo y Pastor, a Alcalá de Henares. Y esos restos se encuentran hoy en día en la capilla de San Pedro el Viejo de Huesca, en que se venera a ellos  y a San Urbez.  Dicen que también influyó en el rescate de  Santa Orosia, otra figura gigante de las Montañas  Pirenáicas.
Pero su vida se desarrolló, a continuación de alcanzar los treinta hasta los cincuenta años de edad,  pastoreando por los Montes Pirineos, desde Vió y los valles de Ara y el Serrablo.  En la Iconografía de los santos aragoneses, en el Vol.II, y página 9, pone que “Al parecer, por el año 740 pastoreaba un numeroso rebaño de ovejas en el Cañón de Añisclo, donde habitaba la cueva de Sastral y recorrió posteriormente los lugares de Sercué y Vió, alcanzando gran fama. Pasó después a Albella y Planillo y con su ganado obró prodigios, como fue atravesar un gran torrente con un cayado, rebaño inclusive. Este milagro lo exageraron diciendo que sobre un bastón, pasaron sobre el río, Él mismo San Urbez y sus ovejas. Algo extraordinario hizo, pasando aquel río.  Cerca de este lugar  construyó una ermita y decidió ser anacoreta, llegándose para ello a los Valles del Serrablo,  a LAGUARTA y de allí a la Cueva de Saliellas, en Ceresola”.
 
Interior Cueva de Sastral (Huesca).
San Úrbez, a lo largo de los años, fue bajando acompañando ganados, desde la Cueva de Sastral hasta Laguarta, hermoso pueblo, de bella arquitectura, donde siglos más tarde, se instalarían  los miembros de la familia Villacampa, que tienen  sus fachadas llenas de escudos, incluso en la Iglesia Parroquial.  Pero Laguarta es un pueblo pequeño del Valle del Río Guarga, a veintiséis kilómetros  del Puente sobre dicho río, en la carretera que conduce del Monrepós  a Sabiñánigo.   Su carretera es una “ese de curvas”,  pero de buen pavimento, y que ofrece paisajes de bosques,  a las orillas del río Guarga.  A unos diez kilómetros de Laguarta, se encuentra un desvío a unos dieciséis kilómetros, para entrar en Ceresola y tan sólo a unos trescientos metros se encuentra la Cueva de Saliellas  de Ceresola.
Hay entre Laguarta y la Cueva de Salillas de Ceresola, una diferencia enorme. Laguarta  está construida   por la familia Villacampa, de poder económico, político y militar.  Y en la Cueva se ve el aprovechamiento por gente religiosa, como escribe Carreras, en su obra realista que …”habiendo San Urbez,  llegado a los montes y soledad venturosa del río Guarga,  reconociendo sus riscos, encontró en ellos, una muy grande y espaciosa Cueva o gruta, muy capaz para cuanto podía desear; la cual está dentro del término y  Pardina de Salillas y  oy  es la dicha Cueva Hermita, en donde ay un Retablo muy decente del Glorioso  San Urbez,  y en él están colaterales los dos santos Niños  Mártires  Justo y Pastor, y de lo antiguo ay en dicha Hermita y Cueva una reliquia de San Urbez..”.
En esta Cueva, se encuentra además de la ermita, una paridera, donde se encerraban las ovejas, que San Urbez cuidaba, con un piso bajo, desde el que ascendía el calor a un piso superior, donde dormía San Urbez y algún pastor que le acompañaba.  Por encima les protegía el arco de piedra, natural que cubría,  la ermita y la paridera. De este arco natural se desprendía una cascada de agua, que yo no pude ver, porque  en aquellos momentos reinaba la sequía. En la Cueva y Ermita ,se ve el cuidado del espíritu, con la pequeña capilla, acompañada por el cuidado de los cuerpos humanos, por aquella paridera, en la que recibían calor , San Urbez y sus compañeros y alimentos  por medio de la carne de las ovejas y corderos.
Dicen que no se sabe el motivo por el que la propiedad de tan santo lugar, pasó  de los Villacampa  de Laguarta a Juan Domingo de Ceresola,  a cuya familia pertenece actualmente este lugar sagrado. En el libro “A pies descalzos” de Oscar  Ballarín y Arturo González, en cuya  financiación intervino mi hijo Ignacio Almudévar Bercero,  pone:”Está claro que casa Juan Domingo tenía relación familiar con casa Villacampa, ya que en la casa, aunque el escudo que preside la fachada parece ser de los Allué, hay también un escudo inconfundible de los Villacampa, si bien muy dañado por  los ocupantes del pueblo en la Guerra Civil”.  Es muy probable que el cambio de propiedad fuera un asunto  entre parientes  “ya que históricamente se invitaba a las Romerías al amo de casa Villacampa”. Don Domingo de Ceresola es citado en documentos antiguos, entre los primeros infanzones medievales del Valle del Guarga. Se guarda un escudo en madera, de Villacampa, dentro de la casa de Juan Domingo Ceresola. Yo creo que con estos datos se puede dar por seguro que  los actuales dueños de la Cueva de San Urbez en Ceresuela,  eran parientes con los Villacampa de Laguarta.
En Laguarta se queda uno admirado de la arquitectura, los escritos sobre la sillería de los Palacios construidos por los Villacampa, con la exhibición de escudos de armas de varios miembros de las familias que componen la de los Villacampa. Así como San Urbez se defendía del hambre y del frío, en su humilde paridera de debajo de Ceresola, los hermanos Villacampa defendían los campos,  los ganados, los caminos,  las romerías y las cosechas de cáñamo, que por Laguarta y comarca, producían, para armar los barcos del Imperio Español. Enfrente de su casa, se rezaba por el bienestar de aquella zona ,en una iglesia románica, llena de escudos sepulcrales de los Villacampa y de sus colaboradores.
El árbol genealógico de esta familia explica como “la ampliación de esta casa fue realizada por  Don PEDRO VILLACAMPA Y MAZA DE LIZANA, que obtuvo ejecutoria de Infanzonía en 1545. Casado con Jerónima Villacampa, inició la construcción de la nueva ala en 1616 y murió ese mismo año. Le sobrevivió su esposa, que falleció en 1647”. En el Arbol Genealógico de los Villacampa, figura en primer lugar Jordán Villacampa y Puértolas, casado con María Garcés (Heredera de Casa Garcés) ; en segundo puesto aparece Pedro Villacampa y Garcés,que se casó con Juana de Espés y el tercero Pedro Villacampa y Espés,casado con MARÏA  MAZA DE LIZANA.
De esta pareja nace Don PEDRO VILLACAMPA Y MAZA DE LIZANA, con ejecutoria de Infanzonía en 1595.Fue el primer Señor de Artosilla, Inicio la construcción de la Casa en 1616. Muere ese año”. Todavía siguen viviendo los nobles de apellido Villacampa, pero el pueblo de LAGUARTA, ya casi despoblado, se encuentra a 26 bkilómetros del puente sobre el río Gaurga,en la autovía en construcción que va desde Monrepós  a Sabiñánigo,encontrándose a medio camino entre Sabiñánigo y Boltaña.
Llama la atención el noble aspecto de este elegante edificio, construido como Casona de los Villacampa, a lo largo de los años. Por todas las caras de este edificio se contemplan los blasones de las familias que compusieron ese apellido y por todas las ventanas aparecen escritos picados en las piedras de su sillería.
Poniéndome a contemplar dicha casa-palacio, se observa a la derecha, un torreón del siglo XVI, en el centro una ampliación y al fin, en la parte más baja, se ve la segunda  ampliación en la robusta torre y parte más alta, en la puerta de entrada, por la que se accede a la puerta de entrada, que muestra  un dintel monolítico en que se lee:”Año 1542”.
El  segundo edificio, levantado en el siglo XVII, se empezó a edificar el año de 1603?.   El tercer cuerpo de la Casona, se edificó según expresa  la puerta en la fecha de 1658.
A parte de los 13 escudos de armas que aparecen en los muros de la Casona y frases filosófico históricas,  como la siguiente:”Cuando en mi vida obré, nunca me vino a faltar el deseo de acertar”(Cosme Damián Villacampa, Señor de Fanlillo fecit).  En las jambas de una ventana pne: “La limosna abre los cielos”. Pero no pone por las paredes solamente la historia y la fe, sino que escribe sobre las desgracias,  como en esta inscripción:”Jesús, María y Joseph. El  año  1687, llegó la plaga de la langosta en la tierra llana y en estas montañas, don Jerónimo Villacampa Mz de Lz( Maza de Lizana Fecit)”.
Pero los Villacampa no sólo se ocuparon del orden público, en aquellos tiempos de bandolerismo, de participar en la Guerra de la Independencia como General, uno de ellos,Don Pedro Vallacampa y Maza de Lizana, del que escribió mi amigo  BASO ANDREU, como General y héroe de la Guerra de la Independencia. También se ocuparon de la arquitectura, de los nobles escudos,  y también se preocuparon de la producción de lino y de cáñamo, pues en el siglo XVII aumentará en Aragón su producción, para fabricar el cordaje para la Armada Real. Ignacio de Asso dice: ”El cáñamo más estimado se produce en la ribera del Guaraga, cuyas aguas tienen la propiedad de blanquear el cáñamo y la ropa, cuando se emplean en coladas.Se ha observado que el cáñamo del Guarga, después de enríado,  queda más blanco que el de otros territorios…” .

Escudo de los Villacampa en Laguarta (Huesca).

Don Manuel Gómez de Valenzuela, comenta en un artículo de la Casa Solariega de los Villacampa  que : “El estado de conservación de la casa es hoy lamentable”. Pero en la visita que he realizado con mi hijo, me he dado cuenta de que se trabajado, después de los años cuarenta en su conservación, pues merece la pena conservar esta noble casa, con sus figuras artísticas y heráldicas, que tantos recuerdos históricos conservan de Aragón, ya que es una de las obras del Pirineo aragonés que recogen más belleza y más señorío.  Hay que conservar toda su estructura y toda la belleza, para conservar los recuerdos de la Historia de Aragón y de España.
Cuando pasamos a contemplar su arte, yo me quedé admirado del revestimiento del piso bajo de  la robusta torre, construida con grandes sillares y provista de gruesas rejas de hierro. Se cierra con un dintel monolítico con una inscripción que dice “Año 1542”. El suelo del patio está vestido con pequeños  guijarros, que forman un dibujo que eleva la imaginación de aquellos guijarros a la de piedras ornamentales.
La carretera que va desde la autovía que va de Huesca a Sabiñánigo, al llegar al puente sobre el río Guaraga, se desvía hacia Boltaña.  Al abandonar la autovía en construcción que sigue a Sabiñánigo, se acaba una enorme circulación de automóviles y camiones, que, por la noche, iluminan el ambiente de la carretera y ensordecen con los ruidos de de sus motores el sonido de sus bocinas. Pero al torcer hacia Boltaña, en el Serrablo,se circula con una paz casi absoluta y sin embargo es preciso circular  con una velocidad moderada, porque esa carretera está  construida , parece que imitando el cordón de un trompo, que lleva su dueño en el bolsillo. Pero el cambio es histórico, ya que la gran cantidad de pueblos que vivían, unos al Norte de la Carretera y otros al Sur, casi todos han desaparecido, para engrandecer la antigua aldea de Sabiñánigo,  convertida hoy en una ciudad industrial. La mayoría de los viajeros que suben al Norte de la Provincia, tienen su faena a desarrollar en la Industria y los pocos que marchamos hacia la Ermita  San Urbez de Ceresola, al tiempo que paridera de ganado lanar, a punto de extinción, subimos con devoción a rezarle a San Urbez y a considerar la labor de trabajo y de paz de los hermanos Villacampa en el Pueblo de Laguarta.
Nocito (Huesca).


Esta carretera divide la parte norteña de la tierra en la que se santificó San Urbez, de la sureña, en que fue consagrado Obispo, tal vez en el pequeño Monasterio de San Martín de la Val Donsera. Según nos han transmitido nuestros antepasados, San Urbez oyó comentarios sobre la santidad  del Monje San Martín, que servía al Señor,  junto con sus hermanos, en medio de la soledad de la Valdonsera. Está San Martín de la Val de Onsera  cerca del pequeño pueblo, cercano a Huesca capital,  a la que servía el agua para su consumo, San Julián de Banzo. Allí se encontraban los frailes, acompañados,  a veces, por osos pardos, como lo hicieron, en otros tiempos en  Albella y Panillo.  En el retablo de la Ermita de San Urbez de Albella, se contemplan labrados en madera, osos pardos.
La carretera o autovía que sube a Sabiñánigo, separa las actividades materiales ,necesarias para la humanidad de las antiguas llamadas espirituales, que siente el hombre, pensando en la vida espiritual unida a la material de los hombres ,cuando cuidaban las ovejas y oraban en aquellos montes inmensos.  
Existe el mundo industrial en Sabiñánigo,  pero no olvida el mundo espiritual , con Santa Waldesca y San Urbez y en Sabiñánigo se acuerdan de aquel dicho, que así se expresa: “A Dios rogando y con el mazo dando”. Forman su Ayuntamiento, la Industria y los recuerdos religiosos, que nos hacen pensar en una vida eterna.
Esa Carretera que desde el puente del río Guarga hasta Boltaña, divide el escenario de la vida de San Urbez,en dos zonas, una la norteña en que se encuentran Vió y el Sastral, por el valle de Ordesa, más abajo se encuentra el pueblo de Albella, junto con el de Panillo. Este pueblo sirvió de unión entre los Pirineos y Huesca, donde bebimos el agua de San Julián, al lado del Monasterio en que vivió San Urbez,  es decir el de la Val de Onsera.
Esta carretera paralela al río Guarga divide la tierra de San Urbez en dos partes, una al Norte, donde se encuentran el pueblo de  Albella,  junto al de Planillo, que  están situados en la parte Norte de la carretera paralela al río Guarga, encima de la Sierra de Portillo.  Desde Siétamo se ve la Sierra de Guara desde el Sur, pero desde cerca de Albella, se ve la cima del Norte de la misma Sierra. En la bajada hacia el Sur, en la Paul de Abellada o barranco de  Abellada ,que es el  mismo río Guatizalema que pasa más abajo por  Siétamo, muy cerca del pueblo de Ola, donde apacentó San Urbez las ovejas. Un antepasado mío de apellido Escabosa de Ola ya nos transmitió la devoción a San Urbez. En el mismo Ola,en un período de sequía con su vara pastoril, abrió un manantial por el que todavía baja agua hasta Ola e incluso en tiempos pasados ,se llevó al Campo de Aviación de Monflorite.  En Casa de Otal , tienen en sus cuadras una losa de piedra, sobre la que San Urbez, poniendo alguna piel de oveja, dormía. Desde Ola se asoma la Sierra de Guara, por donde baja el agua del río Guatizalema.
Ermita de San Urbez en Albella y Planillo (Huesca).


 Esta Tierra de San Urbez, está nutrida de lugares para los eremitas y los ascetas,que vivían en cuaevas,en las que oraban y alababan a Dios, pero en tiempos de los visigodos aparecieron los Monasterios. En esta época apareció o más bien se ocultó el Monasterio de la Val de Onsera,y que está próximo a San Julián de Banzo, en el Ayuntamiento de Loporzano. En el siglo V ,San Martín de Onsera fue un lugar donde las anacoretas ,se dedicaron a orar, pero cuando llegó Carlomagno a España ,influyó en la vida monástica de Navarra, Aragón u Cataluña.San Urbez llegóa a Monasterio de San Martín y fue ordenado sacerdote y la ermita de San Martín se convirtió en un Monasterio,que influyó en la vida de otros monasterio , como el de San Ginés de Isarre,en el monte de Santolaria,en San Urbez de Nocito y en San Cosme y San Damián.
Es este lugar de San Martín impresionante, pues en él vivía osos ,igual que en la Ermita de Albella ,se contempla a San Urbez, amansando un oso.
El Monasterio de Nocito en aquellos tiempo antiguos, fue adquiriendo una buena arquitectura y convirtiéndose en un hermoso lugar, perteneciente a la tierra de Huesca y San Urbez fue al acabar su vida de cien años en Nocito. Su cuerpo se conservó incorrupto hasta el año de 1936, en que fue abrasado  por la Guerra Civil.
Pero esta santo , cada día es más admirado por los aragoneses y más  amado, pues si antiguamente se hacían peregrinaciones, ahora con amor y respeto  “muchos aragoneses, recorren unos ciento cincuenta kilómetros desde Añisclo hasta Huesca, pasando por YERBA, Vió, por la ermita de Albella, por el santuario de Nocito, para llegar a la capilla de San Urbez, donde  consideran  al Santo, San Justo y Pastor”
Pero en estos tiempos en que el pueblo de Albella,  está casi despoblado es preciso recordar y homenajear a sus fieles habitantes, tan amantes de San Urbez. Yo ,recomiendo a los aragoneses que suban a venerar a San Urbez y a homenajear a los habitantes de Albella y de Portillo , pues allí en su capilla ,se guardan las duras túnicas ,con que se abrigaban sus hijos , apoyados en sus bastones, para recorrer y mantener unidos a los hijos de San Urbez, En el escenario de la santa vida de San Urbez,estaban al Norte de la carretera desde el puente de Monrepós a Boltaña y subían a la Alta Montaña de Yerba y vió y bajaban ,pasando por Ceresola, al lado de dicha carretera, al Monasterio de Nocito.
Llegaron los años cuarenta y cada vez tenían más dificultades para hacer su recorrido y ahora, los que quedan han cumplido su vocación  de amor a San Urbez y no sé si queda algún caminante y peregrino de los que veneraban a nuestro Santo.
Quiero dedicar un homenaje a mi amiga, la oscense Teresa Ramón,que vive en Barcelona, porque ha despertado en mí un amor a San Urbez, escribiendo:”Los monjes de San Martín- en Urbicio se miraban-y con Urbez, como monje, el Monastero  ganaba. –Montes y valles vivían al amor de sus palabras, las fieras le obedecían y los hombres la admiraban.-Con insinuantes canciones-el  Airal  le reclamaba- y le ofrecía el cobijo-en su desértica entrada,-Gentes buenas de Nocito- bebían sus enseñanzas;  gentes buenas de Nocito- tejían una mortaja- para envolver el ocaso- de la estrella centenaria.-Los Santos San Justo y Pastor- a San Urbez daban guardia”.
Este San Urbez ha sido un precedente de Joaquín Costa, pues si aquel  hacía rogativas para provocar la lluvia, Joaquín Costa con su amor a Aragón y su espíritu de sacrificio, ha ido multiplicando los pantanos, canales y acequias por Aragón.

Nació San Urbez en Burdeos y le pidió al Señor la vida para Aragón. Ha venido Costa para ayudarle en el riego, pero hace falta que surjan otros españoles que unan, como quiso hacerlo Carlomagno, a Aragón con la Aquitania. Entonces fracasó el celo de Carlomagno. Pero ahora hace falta que la labor del ferrocarril canfranero, una a Europa con zonas de hombres heroicos como los peregrinos  de la Tierra de San Urbez. Es posible ,porque en ella surgió la ciudad industrial de Sabiñánigo, que fomentará la riqueza industrial  con la física y espiritual de los aragoneses.

jueves, 20 de diciembre de 2018

La belleza y la bondad por un lado y por otro, la muerte.




Por  un  lado me admira la belleza, que si va unida con la bondad de los hombres y mujeres, queda mi sensibilidad embaucada por ambas circunstancias. Pero no siempre he navegado por la vida por ese éxtasis, sino que me he visto, ya de niño, en muchas ocasiones apurado por la falta de mi madre, que nos dejó a seis hermanos y hermanas, sin su apoyo sentimental.   Gracias a Dios  que  mi  padre,  que  tuvo  que  quedarse  aislado  del cariño de mi difunta madre, nos amaba intensamente a sus seis hijos. Y me acuerdo intensamente de su amor a nosotros, cuando celebrábamos las fiestas de nuestro pueblo y las de Semana Santa en Huesca y en Siétamo, en que nos  hacía  partícipes  de  la  alegría  del  pueblo  en  ocasiones  y  en  la  tristeza, que causaban, por ejemplo el derrumbe de aquella casa, que cayó al suelo, sin “ningún aviso previo”. ¡Cómo se alegró de que a sus habitantes no les causara ningún daño aquel derrumbamiento   o   muerte de esa casa,  devolviendo  a  sus  inquilinos  con  alegría, al encontrarse vivos!.  Y tuvo que influir en proporcionarle a esta familia otra vivienda, que los hizo, por lo menos durante un tiempo felices. Después de la Guerra Civil, era casi todo el pueblo una ruina de casas en el suelo. Mi madre no podía aguantar aquellas ruinas en las que tenían que vivir los hijos de Siétamo. Pero mi   padre  no  pudo  evitar, después de la Guerra Civil, el recordar las gentes de su Tierra cuando hablaban todavía en Fabla Aragonesa y su recuerdo lo transmitió a los aragoneses en dicha lengua, pues yo todavía escuché a mis vecinos de Siétamo hablarla y más todavía mi padre, que escribió en Jaca, un Cuento de Navidad, en Diciembre de 1936. Cuando volvimos a la Tierra Plana, ya no pudimos volver a Siétamo, porque mi pueblo lo habían dejado destruido y en el  año  que  llegamos  a Huesca, mi padre nos escribió en Fabla Aragonesa, un Cuento de Navidad, que varios años se ha escuchado en vísperas de esta fecha, en el Convento de San Miguel.
Mi madre sufrió del corazón y mi  padre  con  su  esposa  enferma  y  pendiente  de  sus  seis  hijos e hijas, confiaba en que el Señor prolongara la vida de su esposa y madre de sus seis hijos, y para darnos alegría a su esposa y a nosotros, sus hijos. Una Noche Buena, en la cena familiar, nos leyó ese cuento de Navidad, que todavía, muchos años después de su composición, se   publica  y  lo  recita  para  Noche  Buena,  en la Iglesia tan antigua de San Miguel y a las hermanas, que nacieron en zonas lejanas de la Lengua Aragonesa, les conmueve sus corazones.   
 En aquella época de la Guerra Civil, estaba toda mi familia unida por el amor entre mi padre y mi madre y el de todos los hijos e hijas. Nos quedamos a vivir en Huesca, para que todos los niños pudiéramos estudiar y evitar las ruinas de mi pueblo y de mi casa.  Además   vivíamos con   mi   abuela  materna  Agustina   Lafarga   y de su hermana Rosa, que nos estimulaba en el trabajo. Pero poco tiempo duró la felicidad de mi padre, de mi abuela y de los seis hijos que habían traído al mundo mi padre con mi madre Victoria, pues en 1.943, se volvió a marchar al otro mundo esa madre, tan amante de sus hijos.
Estaba  un  día jugando  haciendo luchas libres con mis dos pequeños hermanos Luis y Jesús. Luchábamos practicando la lucha por el suelo, llegándonos a enfadar, y de repente mi hermano Luis, gritó al sentir un fuerte golpe:  ¡ay mamá, mamá, mamá!, pero ese grito a su madre , le recordó el dolor que le causaba el pensar que no acudiría y rápidamente se incorporó y se quedó como un hijo sin madre. Aquel recuerdo de nuestra madre le hizo olvidar de la lucha infantil y buscamos otro entretenimiento pacífico.
Seguimos estudiando y creciendo en esta vida, y Luis que tenía un ánimo de hombre deportivo, era alegre y con sus amigos hacía aparatos de radio, por medio de las cuales, atraía los sonidos por trozos de galena, le comunicaban las noticias del mundo.
Estuvo conmigo en Zaragoza en el Colegio Pedro Cervuna, donde él empezó a estudiar Medicina y yo Veterinaria. No era Luis amigo de estudiar dicha Carrera y acabó el Curso con malas notas. Pero él era amigo del Mundo  y  en  Barcelona  estudió  Náutica  Mercante, acabando su carrera y poniéndose a correr los mares del Mundo. La galena de su  amigo  Oliván  despertó su curiosidad por lo que ocurría por el Mundo y su estancia en Barcelona, le llevaba al Puerto, donde trabajaba para ganar algún dinero  y satisfacer su curiosidad de lo que ocurría viajando por los Mares del Mundo.
Luis en  su  casa Almudévar de Siétamo, en un armario aparecían el escudo de su apellido y el de Azara de Siétamo, procedente de Barbuñales, y al enterarse de las aventuras de varios hombres de este apellido, quiso hacer los viajes que hicieran ya hacía muchos años los Azara, y quiso dedicar su vida a viajar por el Mundo.
Cuando me contaba las aventuras que vivió en la Guinea Ecuatorial, me llenaba mi cerebro de aventuras que vivió  en   ella  y me llenaba el cerebro de aventuras, unas veces entre hombres de color y españoles aventureros y trabajadores, en medio de unos parajes bañados por el Sol y por las sombras forestales de un  País verde, porque no solamente es como el trigo verde, sino de un verde apasionante.
Pero, un día me encontré en la Gasolinera con José María Escartín Solano, que estaba destinado a trabajar en la distribución de gasolina a los conductores. José María me explicó como había trabajado durante varios años en Guinea Ecuatorial, con una empresa constructora, haciendo carreteras y empresas de construcción en general. ¿Cómo se encontraba José María Escartín en esa tierra africana de la  Guinea  Ecuatorial?. Era una tierra que tenía una vida deslumbrante, verde y que unía los  espíritus  con  la Naturaleza, como buscando un mundo feliz. Formaba parte de varios españoles que trabajaban por el progreso de  Guinea. José María tenía una misión importante en el desarrollo del trabajo de los españoles y sufría a causa del clima exageradamente encendido y a veces por la situación política que por entonces imperaba en el Mundo.
Se encontró José María en el Puerto de Guinea, con mi hermano Luis, Capitán de la Marina Mercante, pues en esa Tierra no había ninguna fábrica que permitiese el progreso de la misma.
 Era Luis el Capitán de un Barco Mercante, en el que traía mercancías y   materiales   de construcción, porque en esa Tierra se estaba progresando. Allí hicieron amistad José María con mi hermano Luis, pues ambos eran españoles y concretamente de la provincia de Huesca. Se sintieron amigos al encontrarse en aquella tierra verde y soleada y José María le informó rápidamente de la vida en la Guinea. Llevó a Luis en su coche al interior del País, explicándole las novedades, que se podían apreciar en el interior de tan pequeña como hermosa Tierra.
En uno de aquellos viajes que mi hermano Luis realizó por aquella hermosa tierra, se encontró en un pueblo, que ya había dejado de ser asistido por los misioneros de la iglesia Católica, pero aquellos guineanos, conservaban un pequeño un pequeño edificio religioso en el que guardaban los objetos litúrgicos, que en otros tiempos habían utilizado en la celebración de ceremonias religiosas. ¡Qué pena les causó a los guineanos, comprobar la ausencia de sacerdotes católicos, que usaran esos objetos litúrgicos, con cierta  frecuencia!. En su interior conservaban vivo el amor a esas ceremonias litúrgicas, que presididas por misioneros llenaban de alegría sus corazones. Pocos españoles llegaban por aquel pueblo, de tal manera que al ver a mi hermano Luis, asociaron su persona con un blanco cristiano. Inmediatamente le pidieron que celebrase algún acto religioso con los instrumentos litúrgicos que ellos guardaban en su pequeña población. Mi hermano les dio explicaciones, rezó con ellos alguna oración cristiana, con lo que les consoló el dolor de sus corazones y se marchó.
Cuando Luis me contó esta aventura espiritual, no quería llorar, pero se le notaba tristeza en su rostro.
Después de una época en que gozó de su jubilación, murió en Huesca y con la compañía de su hijo y de sus dos hijas, lo llevamos enterrar al “fosal” de Siétamo, en compañía de su tambiés difunta esposa, María Pilar Arnal.
Cuando antes iba a echar gasolina en la gasolinera de Siétamo, miraba al Norte de la carretera,  hacia arriba, por donde asoman los cipreses que en el Cementerio lo custodian.
Ahora, cuando vamos con mi hijo, para que le eche gasolina a su coche, me encuentro con José María Escartín, que atiende los trabajos que requiere la Estación Gasolinera, ambos recordamos a mi difunto hermano y amigo suyo Luis, que él ha hecho que lo recordemos en su descanso.

San Urbez o SANTURBEZ desde Villalangua

  La vida de San Urbez se ha venerado en el Alto Aragón y se venera hoy en día, pero desde aquellos años en que los moros, invadieron nuestr...