Tuvimos en Siétamo, Rafael y yo,
antes de la Guerra Civil, un maestro poeta, envuelto con prosáico guardapolvo, que guardaba su modesta ropa de
polvos y lodo pueblerino y vivía un poético vivir, que expandía poesía a los
niños campesinos. Hoy, al enterarme de la muerte de mi amigo, que igual que yo,
estaba en los ochenta y dos años, he
mirado en el cuaderno de fotografías, aquellas
en la que el Maestro Don José Bispe, Rafael, yo mismo y todos nuestros compañeros, fuimos
retratados, para contemplar nuestras vidas. Y hoy
he tenido la oportunidad de ver a Rafael con sus cinco años de edad envuelto, como el maestro en su guardapolvos,
y en el tanatorio, he contemplado sus rasgos serenos, pero sin vida. Hay niños
en las grandes capitales, que no conocen al gorrión humilde, al asno ya negro, ya
platero como el que había en mi casa, en el que montábamos Rafael y yo, para
conducirlo a la fuente a beber agua. Esos niños tampoco conocen a la vaca lechera,
ni al pato ni a la oca, ni han escuchado, jamás, el canto del gallo corralero. En
cambio en el corral de mi vecino Rafael, hasta hace poco tiempo, en vida de sus
buenas hermanas Pilar y Josefina, lanzaban sus kikiriquís, unos hermosos gallos
corraleros.
miércoles, 29 de mayo de 2013
sábado, 25 de mayo de 2013
El escracheo,” el esclafar y el escrachar”
Nos ha devuelto la República
Argentina, hermosa y variada en montañas y
llanuras, la palabra escrache o escracheo. Los ciudadanos se han quedado
extrañados al leer y escuchar tal palabra, cuando entre nosotros también existe.
El Periodista Mariano Grondona dice que “el escrache es una agresión física que
no llega a ser cruenta, contra aquellas personas a las cuales sus agresores
procuran menoscabar simbólicamente delante de la sociedad”. Para algunos el
escrache es un acto de violencia, que inclina a perder el respeto a la dignidad
de los escracheados. Sí, hay quienes no
admiten el escracheo, pero es difícil no sentir simpatía o antipatía por el
escrache o por el ofendido en este problema. Dicen que un 78 por ciento de la
gente no ve ninguna acción mala en un escracheo, cuando éste se realice de un
modo pacífico y un dieciocho por ciento cree que su acción es un delito contra
los políticos.
Esta palabra de escrache no se
encuentra en el Diccionario Espasa- Calpe ni en la Enciclopedia de Larousse, como
tampoco se encuentra en ninguno de ellos la palabra esclache o esclachar y sin
embargo se encuentra la palabra escachar. Escachar en Argentina quiere decir
cascar o destripar y en la Enciclopedia Larousse: cascar, aplastar,
despechugar; vulgarmente romper. En el Espasa- Calpe, pone resultados
parecidos, como escachar, cascar, aplastar, despechugar, cachar o hacer cachos y
romper.
Pero en el Diccionario de voces
aragonesas de Don Jerónimo Borau, publicado en la Imprenta de la Diputación de
Zaragoza el año de 1884, escachar quiere
decir despachurrar o mejor aplastar, machucar, chasquear y dejar burlado. Y la
palabra esclafar, que aparece en la página 227 del mismo Diccionario de Borau, quiere
decir machucar, chafar, quebrantar. También se dice esclafar los huevos, por
cascarlos, partirlos o abrirlos. ¿ No está relacionada la expresión popular, que
dice ¡vete a “cascala”, con esclafe o esclache, acción de cascar los huevos y las
situaciones opresoras del pueblo?. Eso de romper o escrachar lo han tenido que
hacer durante toda la historia, pues
basta ver que de las lenguas occitano-
romanas, procede el verbo escrachar. En la lengua francesa, se encuentra la
palabra escrache, que a los franceses, les hacía estar encolerizados contra males
físicos, como el “muermo y la úlcera”, pero otras veces hacía estar rabiosos a
los franceses contra actos humanos, a los que se quería combatir con
imprecaciones medievales. Dicen que hay justicia en el Mundo, pero queda un
gran espacio que la busca y que no la encuentra y por eso hay hombres que
escrachean. Sí, escrachean algunos con Teatro callejero, otros
con pintadas frente a los domicilios de personas egoístas y criminales, aunque
otras veces son búsquedas del arte que no pueden alcanzar los que las pintan.
Arrojar huevos frente a domicilios y
contra individuos que han jugado con el dinero ajeno en los Bancos, teniendo en
cuenta que esta forma de escracheo, ya viene desde siglos, “no se sabe si de
los mismos huevos o de las gallinas”.
Dicen en la Argentina que el
escrache, es un procedimiento del pueblo, para pedir la justicia, cuando ésta
no se hace o por descuido o por imposibilidad de hacer una condena de un
delito. Una Agrupación llamada Hijos, lanzó este lema: “Si no hay justicia, hay esclache”
Algunos definen el esclache o
escracheo como una demanda popular, contra personas que han cometido
violaciones de los derechos humanos o que están hundidas en la
corrupción. Para llevar a cabo esa demanda, se realiza a veces con sentadas, canciones
o pintadas, frente al domicilio particular e en lugares públicos. En Huesca, en
la cuesta que sube a la Catedral, para la Fiesta de San Lorenzo, un grupo de
amigos demandan al Ayuntamiento, no sé
si será contra la supresión de la circulación por ciertas calles o por
cualquier otro motivo.
En España los afectados por la
rotura de sus hipotecas, defienden el escrache como una pacífica forma de
protesta por no hacer caso los poderes Político y el Bancario, a las personas
que se han hipotecado con sus pisos. Los políticos que tienen la obligación de
buscar el bienestar y la justicia, iniciaron la concesión de créditos para que
el pueblo comprara pisos y después, al llegar la crisis, ¿cómo no adivinaron la
llegada masiva de las hipotecas?. El periodista y escritor Isaac Rosa dice: “los
antidesaucios no han empezado por los escraches, sino que antes de llegar hasta
aquí, han ido subiendo todos los escalones previos: confianza en el sistema (
que los dejó tirados), denuncias en los juzgados (pero la ley hipotecaria los
desampara judicialmente), peticiones a los gobernantes (oídos sordos), manifestaciones
(ignoradas o reprimidas), paralización de desahucios (recibiendo a cambio más
policía)…….y ahora, después de consumir todos los cartuchos anteriores, el
escrache.
Está este mundo confundido con el
escrache, el escracheo, el escachar y todas esas palabras con el mismo
significado, cómo está confundida la política con la justicia y la hipoteca.
viernes, 24 de mayo de 2013
SABIÑANIGO
Existen
Autonomías, como la vecina Navarra, que en tiempos constituyó con Aragón un
sólo Reino, que se ha preocupado del desarrollo uniforme de todo su territorio.
Parece ser que ahora los hombres buscan desarrollar su vida en enormes núcleos
humanos, como por ejemplo en la descomunal ciudad de Méjico, que cuenta con
dieciocho millones de habitantes, en la de Madrid donde una huelga de la
aviación civil, crea enormes problemas para entrar o para salir de ella.
También en Aragón contamos con Zaragoza, a la que ya llaman muchos Zaragón.
En Navarra se
busca el reparto de la industria por las diversas comarcas de Tudela, de
Estella, de Tafalla, etc.,etc.,así como la distribución de los riegos. Aquí en
el Alto Aragón, en cambio, disminuye la población activa en Huesca y en
Sabíñánigo. Sabiñánigo era, cuando conocí su existencia, un pueblo minúsculo,
en aquellos tiempos de la Guerra, cuando, estando en Jaca, íbamos a la Cantera
para ver, con tristeza como venían refugiados de tal pueblo, que huían de la
zona en que esa guerra hacía la vida imposible. Pero pasó el conflicto, durante
el cual se construyó la carretera de Monrepós, que tal vez ahora, se convierta
en autopista Lérida-Pamplona, y empezaron a establecerse industrias y la
emigración, al mismo tiempo que marchaba a Cataluña o a Madrid, acudió también
a Sabiñánigo; vinieron andaluces con el fin de constuir los canales para las
Centrales eléctricas, que se quedaron a vivir allí y reforzaron el núcleo del antiguo
"Samianigo". Y es que tal pueblo, ahora una pequeña ciudad, empezó a
mostrarse como centro de comarca y ¡Señor, qué comarca! nada menos que la del
Serrablo, pues a su alrededor estaban aquellos pequeños, pero hermosos pueblos
con sus iglesias románicas de los siglos X al Xll, de un estilo que parece
exclusivo de esta zona, a saber el Mozárabe, según unos o Serrablense, según
otros. Allí se encuentra la ermita de San Juan de Busa, las iglesias de Satué,
Isún, Larrede, oliván, Susín…Javierre, cuyo templo lo transformaron en el siglo XVll. Se instaló el Museo, sede de todos los
elementos de vida y de trabajo antiguos y que fueron utilizados por los viejos
habitantes de Sabiñánigo y de su zona. Al mismo tiempo la gran industria subió
el nivel de vida de la nueva pequeña ciudad, ayudando a los jóvenes a alcanzar
títulos, que habrían de ser útiles a las fábricas de su pueblo natal, pero que
han sido provechosos para las de otros lejanos lugares.
El pueblo se
está envejeciendo cada día más y luego tendrá que venir Labordeta a
cantar su canción que dice así: Regresaré a la casa-la casa de mi padre-abriré
las ventanas-y que la limpie el aire-que limpie la esperanza-que arrastre los
recuerdos-y arranque de los muros -los retratos ya viejos.
No nos quedará
más remedio que recitar los versos de Rubén Darío, cuando así se lamentaba:
¡Juventud, divino tesoro, ya me voy para no volver, cuando quiero llorar no
lloro y a veces lloro sin querer!.
¡Qué lástima
que en Aragón,no se abrieran comunicaciones con Francia!. Se han abierto en
Vascongadas y en Cataluña, pero en el fiel Aragón, se ha cerrado el paso por
Canfranc. Cuando Sabiñánigo fue una auténtica explosión de la industria, que si
se hubiera abierto un gran paso entre Francia y España, igual que Carlomagno ya
llegó hasta Zaragoza, se hubiera hecho una realidad el círculo industrial
Zaragoza, Toulouse y en medio Sabiñanigo.
jueves, 23 de mayo de 2013
Caballerizas
En los cortijos andaluces y un
poco alejados de ellos, para evitar el olor que producen
el estiércol y la orina de los
caballos, se encuentran las caballerizas. En Huesca hacia el noreste del cerro
de las Mártires Santas Nunila y Alodia se alzan las caballerizas de varios
gitanos oscenses. No son elegantes como las de los señores andaluces; son como
chabolas, delante de las cuales se hallan los corrales, delimitados por
delgados troncos de madera. Se
encuentran dichas caballerizas o cuadras, debajo de otro cerro en cuya corona
se encuentra un saso aragonés o llanura, en donde está enclavada una grande y bonita casa de un elegante gitano, que tiene también su propia
caballeriza. En ella encierra caballos de montar y de raza pesada, que tienen
como destino el matadero. En los días de Semana Santa se le ve andar pos las
calles de la ciudad por las que pasan las procesiones y es que está vigilando a
sus caballos, que forman parte del inicio de la procesión, con los soldados
romanos, que los montan. En distintas jaulas encierra, además de sus gallinas,
a sus numerosos y “chulapones” gallos de pelea, con los que en ocasiones,
cuando los oscenses están un día de fiesta por las playas, por los pueblos o
por la Montaña, ellos hacen luchar a sus pollos con otros que traen los gitanos
desde los lugares donde moran. Allí echan apuestas, toman sus cafés y consumen
algún bocadillo. Y cuando el sol se esconde, entran algunos en su casa, en la
que presidía la abuela cuando todavía vivía y era objeto del respeto de todos
los gitanos, y al entrar se ponen los visitantes a cantar y a bailar coplas
gitanas, acompañadas por el sonido de sus palmas.
Parece que no tienen grandes
conocimientos religiosos, pero sus escasas ideas las tienen muy arraigadas. Un
día pasaba por el Monasterio de la Asunción, cuya iglesia está casi siempre
cerrada, pero aquel día que se veía abierta, entré dentro y me encontré los
bancos todos llenos de gitanos, entre los que se hallaba el elegante dueño de
los caballos. Le pregunté que era lo que hacía en el templo y me contestó que
todos los años iba a rezarle a la Manjarí, como los gitanos nombran a la Virgen
María.
Entré un día del mes de Marzo,
cuando empieza la Primavera, en la caballeriza o conjunto de cuadras de los
gitanos oscenses y allí estaban varios de ellos, a los que saludé; los que no
me conocían no me contestaron, pero los conocidos se alegraron mucho.Unos
estaban sacando el “fiemo” de las cuadras y había uno ya mayor que estaba
acompañado por un joven gitanico y por un elegante caballo hispano-árabe, que
habían hecho correr sujeto con una larga cuerda y sudando como estaba, no
paraba de relinchar como llamando a sus compañeros de cuadra. Por lo que pude
apreciar quería el Curro vender el caballo y tenía necesidad de conectar con el
que se lo había de comprar, pero como manejaba, igual que yo, bastante mal el
teléfono inalámbrico, le pidió al muchacho que lo llamara. Así lo hizo el
muchacho y cuando contestó, habló con él y allí se quedó esperando a que
llegara. Le dije: ¡qué cariño les tienes a los caballos!, y él me contestó : ¡ay sí, porque los quiero
como si fueran parte de mi familia!
Yo me fui y al llegar a la
carretera que está debajo de las cuadras, oía cantar con una enorme energía, a
una multitud de gorriones.Miré hacia arriba y sobre unas zarzas los vi como
estaban cantando felices y yo creo que lo hacían porque estaba llegando la
Primavera. ¿Porqué se reunían en tal lugar los pardos pajaricos?,
sencillamente porque, como yo
había visto minutos antes, alrededor de los corrales había montones de cebada
de la que se alimentaban y bebían en las bañeras que habían puesto para darles
a agua a sus caballos. Asocié enseguida aquella banda de los gorriones a las
“cuadrillas” de gitanos, que como ellos viven inocentemente,confiando en la
naturaleza y en la solidaridad que entre ellos se tienen. Hace falta que no
sean discriminados y que acudan a los trabajos, en los que podrían salir de esa
situación de discriminación, para ser libres, como los pájaros.
martes, 21 de mayo de 2013
Romería a San Urbez de Albella y de Planillo
El sábado dieciocho de Mayo, he
llegado con mi familia, a Albella, a la que se acude desde Sabiñánigo por Fiscal y al pasar hemos contemplado el
río ARA. En Albella, pueblo rodeado de montañas, que se han vestido de pinos y de robres, en
tanto con tan poca población, se van arruinado diversas ermitas. Pero en este
día de romería se encuentra el pueblo de Albella lleno de aragoneses,
habitantes de los valles del Guarga, del Aragón y del hermoso río Ara, que
estaban esperando acompañar a San Urbez, patrono del Agua de la Montaña, en una procesión. Acompañamos al santo con
una gran bandera de color rojo, de enorme tamaño, y le cantaban al santo una
multitud de mujeres y de hombres hasta la Ermita, donde se celebran los actos religiosos de dicha
Romería, en honor del santo altoaragonés. Al acabar la misa, el sacerdote, que canta como los ángeles, dió a besar a los
peregrinos, una reliquia de San Urbez. Dentro de la pequeña Ermita, en la que
no falta ningún detalle, porque de la reducida espadaña, cuelga una sonora
campana, también pequeña como la Ermita, pero que resuena en aquellos valles y
montañas, aumentando el amor de aquellas sencillas gentes, venidas de cercanos
pueblos y de lejanas ciudades. Una vez dentro del templo, se contemplan los
altares, con la imagen del Santo presidiendo el retablo del Altar Mayor, y a
sus lados, con figuras labradas en
antiguas maderas, en la que se ve al
santo luchar con el oso y en otra con el demonio. Se complacen los visitantes
contemplando el Coro y las ingenuas pinturas que adornan los muros y las
bóvedas de toda la Ermita. Para la Guerra Civil no se destruyeron los objetos
litúrgicos, como hicieron en Nocito, donde abrasaron hasta los restos de San
Urbez. Los fieles subían a la Ermita cantando,
acompañados por el saxofón de un excelente músico de Tierrantona y de una amabilísima
señora, que hacía sonar el bombo, de
cuyo son parecía que hasta las montañas se alegraban .El sacerdote celebró la
misa, predicó palabras piadosas y también hizo sonar su melodiosa voz y al salir, en el pórtico cantaban antiguas canciones
dedicadas a San Urbez, los romeros de Nerín. Unas piadosas mairalesas, en el exterior de la Ermita repartían trozos
sabrosísimos de una torta montañesa y en el interior distribuían tortas enteras
a los cofrades de San Urbez.
Después, al retirarse los participantes en la procesión
y en la misa, prepararon sabrosas comidas en casas particulares, como las que
ofrecieron los hermanos Ceresola a los peregrinos, en sus renovadas salas.
Ricardo Lardiés Viñuales cofrade del pueblo de Buerba, nos echó una bendición
antigua que decía :”A San Urbez bendito, San Justo con su Pastor y a san
Veturián Abado, que nos conserven los frutos de esta tierra y nos aumente los
del alma, si es la voluntad de Dios”.
Al acabarse los festines, subimos
a una casa vecina, propiedad de los
Cebollero, en la que se inició el baile, que confirmó la alegría de hombres y
de mujeres. Llamaba la atención el suelo de la sala, que era de una belleza
superior y antiquísima, formado por guijarros de piedras de grava del río Ara. Había
allí numerosos corazones de hombres y de mujeres, que creyeron que se apoderaba
de ellos una nueva juventud, que les pareció que daría esperanza a sus
corazones en un porvenir mejor.
Yo, concretamente, sentí una gran
satisfacción al llegar a Albella, por la
nueva carretera de Sabiñánigo a Fiscal y contemplar aquel paisaje hermoso que
rodea a San Urbez.
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