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Escudo Cabrero Y Paternoy |
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Escudo Cabrero y Bescos |
En 1492, el Edicto de Granada, expulsó de España a los
judíos que no quisieron convertirse al cristianismo. La mayoría de ellos,
emigró. De los que prefirieron ir a Marruecos, a través de las Islas Canarias,
viajaron, algunos de ellos, acompañando
a Cristóbal Colón, del que se dice que también era judío, a América
Colón entabló relaciones con el
cristiano-judío Santangel, Canciller de
los Reyes Católicos y trató de la financiación del viaje a América con Gabriel
Sánchez, Tesorero Real, pero no sólo trató con los citados, sino que influyó con un grupo de nuevos
cristianos y con el judío Isaac Abrabanel,
que fue Escribano Real y financió los gastos del viaje, sin
intervenir en los dineros de la Corona.
Pero también intervinieron los
aragoneses, como Juan Cabrero y Paternoy, Infanzón proveniente de los judíos, que
tuvo influencia con el Rey Fernando el Católico, del que era Consejero y aportó
dinero junto al judío Santangel, para la
conquista de América. Este Juan Cabrero y Paternoy, colaboró con la Corona Real de Aragón y fue Consejero
secreto del Monarca.
En el siglo XV Martín de Yaso se casó con Isabel de
Paternoy, nieta de don Ciprés de Paternoy, Padrino del Rey Católico y Paternoy estaba
cerca del Monasterio de San Juan de la
Peña. Este Martín Cabrero, casado con Isabel de Paternoy, puso su casa solar en
el pequeño pueblo de Yaso, en las
laderas de la Sierra de Guara. Miguel Cabrero se casó en el siglo XVII, en
Huesca, con la pariente de mi abuela del pueblo de Botaya, al lado de San Juan
de la Peña, llamada Luisa López de Botaya, y vivieron en la casa, en cuyo solar
se edificó, que aparece hoy en el Coso Alto -61, al lado de Santa Ana.
“La familia de los Cabrero y de
los Paternoy, formaron una genealogía en España, que venía desde Juan Cabrero
Paternoy, de cuya compañía no se privó el rey Don Fernando el Católico, pues no
se permitía abandonar su compañía, pues además de consultarle en los diversos problemas de su gobernación, no se apartó viejo y
achacoso de Don Fernando el Católico. No se vio nunca abandonado de la compañía
de Juan Cabrero, porque no lo desamparó en sus horas más tristes, como cuando
tuvo que abandonar el Reino de Castilla a su yerno Felipe el Hermoso, teniendo que
sufrir la ingratitud de la nobleza castellana”.
Vivían judíos por toda Europa, pero, a España, ya llegaban judíos antes de la muerte
de Cristo. Se les daba el nombre de ladinos o latinos y sefardíes. España
estuvo en otros tiempos llena de judíos, y llegó a ser el País del mundo con mayor población de ellos.
El año de 1492, cuando fueron
expulsados de España, se quedaron en ella, los que fingieron convertirse al cristianismo,
pero la mayoría lo hicieron con mucho
cálculo y se casaron con cristianos de
cierta nobleza y otros “marranos” se casaron con parejas de su misma condición,
para conservar oculto su judaísmo. Alguien me contó que en Alquezar, hicieron
amistad judíos con gitanos, por el temor que sentían de perder su vida. Un
judío se casó con una cristiana y llenó su casa de escudos de nobleza, en la
casa en la que vivió muchos años, en un pueblo próximo a Alquézar.
Muchos judíos encubrieron su
condición de tales y ahora, pasados muchos años, ignoran sus orígenes judaicos.
Los judíos por todo el mundo conocido desde viejos tiempos, han sido perseguidos y han tenido
que ocultarse unas veces y cambiar sus nombres y apellidos y emigrar en tiempos
del Viejo Testamento, a Egipto y después a todo el mundo.
Los judíos han pensado mucho, a
través de los siglos, porque para comprobarlo, sólo hace falta darse cuenta de
que son veintitrés los judíos, que han alcanzado el Premio Nobel.
Yo sé de españoles que saben que
han pertenecido al judaísmo y algunos todavía le tienen fe. Por ejemplo yo
tengo parientes de Menorca que saben que pertenecieron a la religión judía y
otros que no saben que pensar, si creer o no en el judaísmo.
A
pesar de su inteligencia, han sido odiados por el pueblo sencillo porque
muchos se han dedicado a actividades prohibidas para el hombre bueno,
como la usura o el préstamo de dinero abusivamente. Esta actividad creó un odio
en los pueblos donde se asentaban.
Los judíos de las Aljamas, se
comunicaban por escrito desde distintos lugares a otros. Colón, que fue judío y
descubridor de América, ¡cómo se vio acompañado de los judíos, que con él, marcharon al Nuevo Continente ¡.
Los judíos han sufrido el odio, algunas veces de otros judíos, que ocultan sus
orígenes, como Hitler, que causó la muerte de miles o más bien de millones de ellos,
muchos en campos de concentración. El trató de ocultar su identidad judía. Estando yo
en un Colegio de Escoriaza, en Guipuzcoa, llegó un judío europeo, que debía ser de origen
“marrano”, porque hablaba en castellano, huyendo de Europa, para no ser
sacrificado por algún discípulo de
Hitler. Pidió ser acogido por el Colegio, pero se le dieron algunos bocadillos
y fue despedido.
Caminando por el Coso Bajo, al
lado de la antigua Casa Blecua, antes Banca de Casaus, estaba sentado Abel
Gaeguer. Allí sentado en una escalera que servía de entrada a algún local, esperaba
recibir alguna limosna. Le pregunté que quien era y me contestó que procedía de
Ucrania y últimamente lo nacionalizaron en Israel. Me contó que en Huesca había
visto restos del judaísmo, en Barrio Nuevo, en una antiquísima sinagoga, donde
efectivamente se encuentran esculturas judías,
Nació Abel cerca de Kiev, por los
años de 1950, y cuando yo lo conocí debía tener sesenta y uno. Allí se dedicaban sus
padres a arreglar carros que arrastraban las caballerías. Cerca de Kiev, los judíos tuvieron que salir
de sus hogares y caminar en fila al Barranco de Bali Yar. ”Allí los agruparon
en lotes de diez judíos y fueron obligados a desnudarse y a cavar zanjas en las
que iban a ser arrojados. Fueron los
asesinos, miembros ultra- nacionalistas de Ucrania, en colaboración con
las SS y los asesinados una gran parte de la población judía”. A los seis años,
Abel fue llevado a vivir a Israel. En
este País luchó como soldado y como policía durante catorce años. Aquel hombre que tanto había sufrido en
Ucrania y que continuó luchando durante catorce años de policía, no se sintió
feliz en aquella continuada guerra, que
empezó a sufrir de muy niño y partió para Francia, Inglaterra e Irlanda, donde
ejerció de pastor y allí en Irlanda le pareció ser un pastor de los antiguos en
el viejo Israel, pero, a pesar de tanto sufrimiento, él siguió
esperando en el Señor. Yo bajaba cada día a Casa Blecua para hablar con Abel,
pero un día dejé de verlo y no sé donde está ahora.
En Zaragoza enseña una gran
profesora, que entre otros temas estudia sobre el judaísmo. Se llama
Asunción Blasco, que describe la vida de los judíos en Zaragoza, con gran
exactitud. Escribe sobre dos directivos de los judíos, llamados unos los Alazar y otros los miembros
de la Caballería y además “sobre diversas actividades de los judíos en
Zaragoza, como por ejemplo en préstamos,
medicina, actividades artesanales e industriales, también insisten sobre
el sector textil, comercio de paños y tejidos, tenerías ,metal, madera, servicios
y actividades comerciales”. Habla también sobre los juegos de azar. Asunción
Blasco escribió un libro-disco que hace que el que lo compra, lo lea y escuche
los sonidos de los Romances Sefardíes. Satisface leer o escuchar el apellido de
Asunción, que es de origen judío, pues en algún periodo de la historia pasada,
sus antecesores cambiaron el apellido
judío por el apellido Blasco. Ocurre lo mismo con Bescós, Acín Garcés, Senés,
Puértolas, Bielsa, Escartín, Garcés, Lanuza,
Bielsa, Cabrero y en otros muchos más. Otro apellido que llevan varios
aragoneses, es el Navarro, porque muchos
judíos aragoneses, cuando los expulsaron, fueron a pueblos de Navarra, dejaron su apellido judío y con el apellido
Navarro, regresaron a Aragón, a distintos pueblos como Herrera de los Navarros.
Y este apellido de Blasco me satisface porque
es el segundo apellido de mi abuelo materno Ignacio Zamora Blasco, que quiso
deshacer su apellido judío “López de Zamora”, que probablemente se había ya
transformado de apellido judío en apellido de Infanzón. Sus antepasados, su
apellido judío lo cambiaron en un Escudo Infanzón, con un lobo en su parte más
alta y las barras de Aragón en su parte baja.
Este apellido venía de la Villa
de Bierge, donde ya constaban sus
portadores en 1495, Johan y Antón de Zamora. Sucesores de estos, pasaron a
Abiego. De Abiego pasaron a Coscullano y constan José Francisco y Demetrio
López de Zamora que en 1801, se les
concedió la infanzonía. Se sabe que los antepasados míos López de Zamora, eran
parientes de los del mismo apellido de Bierge y estaban establecidos en
Bandaliés. ¿Cuál sería el antiguo y judío apellido de los López de Zamora?. No
lo sé, pero en su infanzonía se ve su fe religiosa cristiana, pues hay incluso sacerdotes entre los López de Zamora.
Vivieron al amparo de la Sierra de Guara y al lado de los Vallés, que también
tenían su apellido transformado de la lengua judía a la latina, en Bandaliés,
Coscullano , Ola, Abiego y Bierge. En esa Sierra de Guara existía un judaísmo, apagado o medio apagado, por qué en Yaso, desde 1420, Martín Cabrero, Señor temporal de
Yaso, recibió el privilegio de ser Noble de Aragón, por concesión del Rey
Alfonso el Batallador. Por aquellos años del siglo XIV, eran muy numerosos los
judíos que vivían en el Alto Aragón. Por ejemplo basta mirar el libro de Jaume
Riera i Sans y leer las muertes de judíos, causadas por los “pastorells”
franceses que bajaron desde Francia al pueblo del Sobrarbe, llamado Monclús.
Eran treinta las familias judías que en tal pueblo del Sobrarbe vivían y se
dedicaban a prestar dinero y tales prestamistas, por esta causa, siempre fueron
odiados y envidiados. Sin pensar en la
bondad o maldad del judaísmo, el vicio
de la usura, siempre ha sido odiado. ¿No podían ser las circunstancias de las
dificultades de ganarse la vida los judíos, las creadoras del vicio de la
usura?. No fue la Justicia la que eliminara ese vicio de la usura, pero tampoco
fue la virtud la que evitara el asesinato de treinta y cuatro judíos, sino que
fueron el fanatismo y la intolerancia. Aparecen en un artículo de Jaume Riera,
un cuadro del año de 1320, de unos sesenta judíos, con sus nombres judíos, como por ejemplo el de “Joan
de Montclús, hijo de Juce Gatenyo”, éste muerto y otros que conservaron sus
vidas por renunciar a su fe. Se comprueba con la lectura de esta lista de
judíos, como aparece entre ellos el nombre de Monclús, que todavía se conserva
entre los altoaragoneses.
Se nos han mostrado la avaricia
de los judíos, basada en la Usura, como en el caso de Monclús, pero existe
entre muchos de ellos, una fe en el espíritu de ahorro que deben tener y tienen
los judíos.
En uno de los cuentos, escritos
en Costa Rica después de huir de Polonia, de Samuel Rovinski, se da uno cuenta
de ese espíritu de ahorro de los judíos. Escribe: “Esta gente no ahorra. Sólo
los ricos serán ricos en este país. A
ellos no les hace falta ahorrar. Nacieron ricos, Janche. A los hijos hay que
enseñarles el valor del trabajo. Y del
dinero también. La persona que no trabaja es vaga, inútil, se llena de malos
pensamientos, y codicia el dinero ahorrado por los que sí trabajan.
Pero el afán por el dinero no es
propio solamente de los judíos, porque dice el judío Bartolomé Bennasar, que “la
Inquisición se preocupaba más que de la fe, de obtener riquezas personales de
alguno de sus miembros”
Hemos estado tratando de olvidar
al pueblo judío, cuando en nuestra historia hemos participado de sus cuarenta y
seis libros bíblicos, que van desde el Génesis hasta los Macabeos y hay
veintisiete libros más del Nuevo Testamento. Ya desde que era niño, en
Siétamo,me acuerdo de cuando, al llegar la Semana Santa, gozábamos haciendo
sonar una carracla o una matraca, sin darnos cuenta de que aquellos
instrumentos procedían de los antiguos tiempos del Antiguo Testamento. Estábamos
los niños gozando del placer de hacer sonar tales instrumentos, sin saber que
ya eran utilizados en el Antiguo Testamento, mientras nosotros teníamos
antipatía a los judíos. Muchos de los ciudadanos actuales, sin saberlo, llevan o llevamos sangre de aquellos ciudadanos
judíos.
En una emisión de la revista
judía “Confidencial”, dice que para Florentino Portero “es difícil entender la
cultura española, sin conocer antes el
judaísmo”, “que es uno de sus pilares”.
“Es difícil entender el
cristianismo sin conocer sus puntos comunes con el judaísmo”, sentencia
Portero, profesor de Historia
contemporánea y conocedor de Sefarad. Basta con contemplar en Huesca, la Procesión del Viernes Santo, en la que salen los Profetas y las Sibilas.
“¿Nos hemos olvidado de nuestros
antepasados, los judíos?. Tal vez sí, porque, como escribí en mi artículo “
Sefarditas de Huesca”, en que “mi padre Manuel Almudévar, me contaba hechos, que ocurrieron en la
pequeña historia. Por ejemplo el de un Diplomático aragonés, natural de un
pueblo del Somontano, Berbegal y apellidado Palacio, que estando en el Líbano, se le acercó un
joven muchacho, que vendía Tortas de Ayerbe, nombre tan español como su origen, en algún horno, en este caso de la
Villa de Ayerbe”.
“¡Qué tristeza sentirían los
judíos al ser expulsados de Sefarad o España y qué alegría sentiría el Diplomático Palacio, al ver y escuchar a
este joven sefardita originario, con casi seguridad de Ayerbe. Se recuerda más
por el mundo que por la península el recuerdo de los judíos, porque por aquí,
ya casi nadie se acuerda del pueblo judío, si no es en su papel político por el
mundo”.
Pero “en una emisión de la
revista judía “ Confidencial”, pone que
para Florentino Portero “es difícil entender la cultura española, sin
conocer antes el judaísmo”, “que es uno de sus pilares”. Hay que repasar un
poco la vida de los Cabrero de Yaso, para darse cuenta de lo que trabajaron por
España y América, hombres de origen judío.
El médico y farmacéutico Miguel
Ribera del Pueyo, me dijo que es pariente de Martín Cabrero, Señor de Yaso, que
fue ennoblecido por el Rey Alfonso V, el Magnánimo y que en 1420 se casó con
Isabel de Paternoy, nieta de Don Ciprés de Paternoy. Fue este hombre de raza
judía , padrino del Rey Fernando el
Católico. El pueblo de Paternoy, el primer Abad del Monasterio de San Juan de
la Peña, llamado Paterno, lo fundó el Abad Paterno, muy cerca del Monasterio de
San Juan de la Peña.
El caballero Don Martín Cabrero, abandonó
el judaísmo y lo ennobleció como
Infanzón, el Rey Alfonso V en 1420. Se casó con Isabel de Paternoy, nieta de Don
Ciprés de Paternoy, padrino del Rey Don
Fernando el Católico. Al cambiar de judío en Infanzón se procuró un escudo en campo de sinople, una
cabra de plata; bordura de oro, cargada
de diez escudetes de gules, con el jefe de plata. Añadió al escudo su esposa
Isabel de Paternoy, un ciprés.
Fueron diecinueve el número de
generaciones de Cabrero que mantuvieron su residencia en YASO Y TODAVÍA EL
NÚMERO DIECINUEVE, Pedro Cabrero Ferrer, tuvo que probar su Infanzonía.
Su hermano Domingo Cabrero
Ferrer, natural de Yaso, se casó con
ISABEL BESCÓS, apellido muy frecuente es esa Sierra de Guara. El escudo de los
Bescós está unido al de los Cavero de Yaso y el escudo de los Bescós se
conserva en Santa Cilia de Panzano, en casa de mi amigo, Gonzalo Bescós, de los
que por cierto, ya éramos parientes los Azara, una de las cuales estaba casada con mi antepasado Almudévar. Cuando fui a
Santa Cilia a ver a Bescós, me hizo leer el Libro de la Infanzonía de dicho
apellido. Por los pueblos cercanos, como Bastaras y Panzano, quedan y de Bastaras
se fueron parientes de Gonzalo con su
mismo apellido de Bescós. Todavía se declaran parientes de Manuel Bescós
Almudévar, que en 1923 fue alcalde de la ciudad de Huesca.y escritor de libros
y más conocido por SILVIO KOSTTI.
El ingeniero Bescós Lascorz, con
mi abuelo Manuel Almudévar Vallés hicieron un canal para llevar el agua del río
Guatialema a la fábrica de Harinas que construyeron en Siétamo. Se casó Bescós
con una hermana de Manuel Almudévar y tuvieron un hijo, SILVIO KOSTTI.
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Manuel Besccos Almudévar (Silvio Kosti). |
Por cierto que Manuel Bescós e
Ignacio Zamora Blasco, venían de los judíos y sin embargo Manuel Bescós de
olvidó de sus consanguíneos, los Bescós de la Sierra de Guara, pero estos no se
olvidaron de su genealogía y de su religión,”porque la Madre de la Comunidad de
Santa Ana, discípula de la Madre Rafols, fundó en Panzano un Colegio, para
educar niñas de ese territorio. Aquellas niñas se dieron cuenta de que la vida
no es solamente materia, sino también espíritu, como se dieron cuenta también
los hijos de Silvio KOSTTI”.
Silvio KOSTTI, se olvidó de la
religión judía de su familia en otros
tiempos y de la cristiana en su periodo de vida. Escribió “Las tardes
del Sanatorio” en que “canta la renovación del Hombre de Neandertal en esta
Tierra…y saca escenas pornográficas y actos de “vulgar erección de cornamenta
en el Doctor Cornelius Korner, por el chófer Jhon a su esposa Zoe”. Fue
excomulgado” “Pero sus hijos…le hicieron darse cuenta de que la vida no es sólo
materia, sino también espíritu”.
Silvio Kostti se olvidó de la religión
judía y de la cristiana y escribió “glorias de luchas armadas en mundos
imaginados por su mente”. La Madre Pabla Bescós, Hermana con la madre Rafols en
la Comunidad de Santa Ana, pensaba en la educación cristiana de las niñas, siendo
como los Bescós, descendiente de Judíos.
El número XIX de los Cabrero de
Yaso fue Pedro Cabrero Ferrer y tuvo un hermano ,llamado Domingo “segundón de
la casa Cabrero de Yaso.Este Domingo Cabrero no quería en aquellos años de 1750
a 1793,proclamar en su escudo, solamente a los CAbrro y a los Paternoy, sino
que el escudo puso en el segundo cuartel, “el corazón de los Bescós,
sosteniendo una Cruz”.
Y mi abuelo Ignacio (López de)
Zamora, venía del linaje aragonés de Bierge, y tenía por escudo los cuatro
bastones de gules de Aragón y brochante,
sobre el todo, un león de oro. Pero a él no le parecía bien presumir de tal
escudo, porque él creía que era judío y, al parecer lo ocultaba o no nos hemos
enterado sus descendientes de que alguien pudiera saberlo y se lo comunicara.
Cuando se quitó parte de su
apellido “López de”…. abandonó también el escudo de los López de Zamora, del
que ya no se vieron más en su domicilio. Vivió en la Calle de San Martín o de
Los Tocinos, bajando a la Plaza de San Martín. Los judíos cambiaban su nombre
con mucha facilidad y mi abuelo, cambió su apellido y no ha llamado la atención
de la gente, pues los López de Zamora de Bierge no lo han cambiado.
En una revista publicada por Internet, pone
“Ignacio Zamora Blasco ( 1861-1914),
propietario y político oscense que en 1914 era uno de los principales
contribuyentes en la Capital, había estado con los Posibilistas de Camo, desde 1887. Diputado Provincial entre 1892 y
1900 y también en 1913.”.
Su cultura la cultivó apuntándose a la
Enciclopedia Hispano- Americana, que mi familia todavía conserva en Casa
Almudévar de Siétamo. Pero la religión cristiana no la cultivó, porque cuando
se casó con mi abuela doña Agustina Lafarga, fueron de viaje de novios a Madrid
y allí estuvieron un mes. Cuando llegaba una fiesta de precepto, mi abuela iba
a Misa, pero mi abuelo Ignacio, la acompañaba hasta la puerta de la iglesia,
pero no entraba en ella. Era un hombre que respetaba a su prójimo y compró un
conjunto de Instrumentos quirúrgicos, para que los utilizaran en el Hospital.
Murió, pero su esposa, entregó dichos
instrumentos al Hospital de la Diputación provincial de Huesca, de la que era
Diputado. Estando enfermo, le dijo a su esposa, que había entrado en tratos con
los dueños de una mina, que estaba en la provincia de Huesca y que no pudo explotar. Tengo que enterarme de
qué mina se trataba.
Parecía su vida un sufrimiento ,
pues al morir, alguien de Huesca le colocó en su cabeza una “kipa”, especie de
bonete, que empean los judíos de todo el Mundo, para proteger su mente y
venerar al Señor.
¿Cómo me enteré de este dato de
su judaísmo?. Murió mi abuelo en 1915 y mi abuela en 1956. Por tanto mi abuelo
murió en 1915 y mi abuela unos cuarenta años después. Y fue un entierro el que
me reveló que el difunto se conservó judío, desde mil siescientos noventa, en
que su familia se cristianizó, y ya la habían sido sus antecesores desde
lejanos tiempos.Yo nací en 1930, mi abuelo en 1915 y mi abuela en 1956, e hizo
falta que pasaran cuarenta y un años, para que en una tumba me enterase de que
mi abuelo se creía judío.Y tuvieron que transcurrir años sin cuento, para que
yo pudiera ver a mi abuelo, con el que iban a enterrar a mi abuela. Apareció su
cuerpo y su cabeza estaba casi reconocible, para que alguno que lo hubiera
conocido vivo, lo reconociera. Me llamó la atención una especie de bonete, con espacios vacíos entre sus
estructuras, que cubría su nuca y parte de su cabeza. Me estaba fijando en ella
y el enterrador, buscando espacio para mi abuela Agustina, movió su cuerpo y aquel
bonete, que era una Kipá judía, cayó desde su cabeza
al fondo del ataúd. Había asistentes al
entierro de mi abuela con mi abuelo, pero no pude saber quién era un señor mayor, que me dio el pésame y yo
pensé que era algún pariente lejano de mi abuelo.La kipá es como una bóveda del
cerebro, que guarda la doctrina de los judíos. Las hay de diversos colores,
pero el más serio es el negro.
¿Quién iba a pensar sobre la fe
de Don Ignacio Zamora Blasco,que en su historia aparecen sacerdotes como el cura
de San Julián de Banzo, don Manuel Aznárez López de Zamora, que hacía pasar las
vacaciones en su casa, a mi madre y a mi tía Eugenia y que sigue enterrado en
la iglesia de San Julian de Banzo?.
Mi abuelo Ignacio López de Zamora
estudió para Abogado y dejó en casa,varios libros de Derecho.Antes de casarse
mi abuelo,vivió con su tío Don Benito Zamora y Coronas, que murió en 1891.Se
observa como tío y sobrino dejaron a un lado el apellido de López de
Zamora,para convertirlo solamente en Zamora.
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Fray Benito Zamora y Coronas. |
Se preocupaba mi abuelo del
Santuario de San Cosme y San Damián,donde su tío. Primeramente fraile Carmelita
Descalzo,dirigió el culto en este Santuario, durante treinta años. Pero también
le preocupaba la salude del Pueblo,como demostrño entregando al Hospital de Huesa,
instrumentos quirúrgicos para salvar la vida de muchos oscenses.
En casa de Ignacio Zamora se
guardaba la imagen de la Madre Berride, que se ha sometido a Roma para ser
canonizada. Esta Madre Berride no le quitó a mi abuelo su creencia en el Judaísmo.
Ignacio Zamora encontraba la
cultura española difícil de entender sin contar con el judaísmo. Ignacio
conocía el cristianismo, pero no comprendía que el judaísmo fuera totalmente
diferente del cristianismo Dios eligió al pueblo de Israel para que fuera un portavoz
de una Alianza. Y Jesús lo comprendió,viniendo al Mundo predicando la doctrina
del Amor, de la Caridad, la misericordia,fundando el Cristianismo.
Los judíos, en cambio esperaban
que el Mesías librase a los judíos de los Romanos.
Había llegado el momento de la
unión de los cristianos con los judíos, pero éstos no reconocieron la Doctrina
de Cristo, porque pensaban en hacer caer al poder de los romanos y los
cristianos buscaban el perdón de los pecados de todo el Mundo.Los que no
creyeron estas ideas, se quedaron en judíos,con el Antiguo Testamento y la
Doctrina de Jesús estña en el Nuevo Testamento. ¿Cuáles serían las ideas de mi
abuelo de la diferencia entre los bienes materiales y los espirituales?. No se
sabe.
Cuando los Reyes de España, visitaron la Sinagoga de
Madrid el 31 de Marzo de 1992,Don Juan Carlos afirmó que Sepharad había dejado de ser una nostalgia para
convertirse en un hogar en el “no debe decirse que los judíos se sienten como
en su propia casa, porque los hispano-judíos están en su propia casa”.
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Libro procedente del Monasterio de San Juan de la Peña. |