lunes, 30 de diciembre de 2024

EL RELOJ




Le dedico este escrito al maestro de escuela, que en mi pueblo natal, me enseñó las primeras letras. Yo vivía feliz en mi pueblo, desconocedor de toda malicia. Un día, para mí, un día, no un día determinado del calendario, mi padre me cogió del brazo y me llevó a la escuela. Ese día, que para mí, era como todos, limitado por el alba y el ocaso, resulta que era la fecha, que el calendario señalaba como comienzo del curso escolar. Entonces me enteré de que el calendario era un tirano y no un cartón, en el que San Antonio sonreía a un niño gordito, y donde habían pegado un taco de hojas numeradas. Después de percatarme de esta servidumbre, empecé a notar la del reloj, que desde la torre de la vecina iglesia, me marcaba, cada día, la hora de entrar en la escuela. En ella, me enteré de que cada día tenía uno más y uno menos, en una palabra que los días estaban contados, porque el taco del calendario estaba numerado; cada día se arrojaba un papel al hogar, ardiendo presuroso y se iba tornando el taco más flaco con el paso de los días, como la abuela Juana se secaba con el paso de los años. Y volviendo al calendario, me incorporé al fin, resignado a su tiranía, llegando a colaborar en su dictadura, arrancando yo mismo las hojas y empecé a sentir curiosidad por el otro tirano que me marcaba la hora de entrar en la escuela: el reloj de la torre. Me hice amigo del sacristán, que me subía a la caseta de la maquinaria y allí  en lo alto de la torre, veía el engranaje de las ruedas, escuchaba el tic-tac sonoro y los golpes del martillo en la campana María y me admiraba que la campana se llamase así y de que una de las ruedas se llamase Catalina, como la luna y como una vecina. Me preguntaba como se movía aquel mecanismo y el sacristán me decía que las pesas, con su peso, hacían aquel milagro. El maestro en la escuela nos había explicado que no hay reloj sin relojero ni mundo sin Creador y yo amaba aquel mundo y trataba de relacionar el calendario con los días, las pesas con el peso de los años que hacían ir hacia atrás a los hombres y en cambio el peso de las pesas hacía caminar el reloj hacia adelante. Se mezclaba en mi imaginación la rueda Catalina con la Sra. María y esta con la campana María, el peso de los años de la abuela Juana con el peso de las pesas del reloj, el toque de las doce del mediodía con el paso de ese peso de las pesas del reloj y ese  toque de las doce del mediodía hacía brotar en las gentes sencillas,  el rezo del Ave-María y hacía recordar la mecánica del reloj dirigida por el relojero y el mecanismo del mundo por el Creador. Yo contaba estas cosas al maestro y él sonreía complacido y contribuía con sus palabras a hacerme ver el mundo por su lado amable y placentero.

Recuerdos de tiempos pasados.


 

               Mayte Pérez Consejera de Cultura de Aragón.


He sido convocado a este antiguo Instituto, al que asistieron, siendo niños, muchos oscenses, entre los cuales, se encontraba el hermano de mi padre, José María. Luego fue cuartel y hospital y más tarde fue convertido en Museo. Hoy, me acuerdo de que hemos sido llamados a este Palacio, que fue centro de la Reconquista y en otros de la sabiduría, al  convertirlo en Instituto de la Enseñanza, Hospital y Cuartel. Ahora, cerca del antiguo seminario y vigilado por el busto del Nobel, Ramkón y Cajal, es un Museo Provincial, donde se contemplan y recuerdan la Historia y el Arte de esta Provincia de Huesca. En éste el Rey Ramiro el Monje, mostró a los rebeldes la Campana de Huesca y aquí se escuchan campanas históricas del Alto Aragón y escuchando su sonido, aquí nos presentamos hoy, Mariví y yo, sin olvidarnos de Ramiro el Monje ni de Ramón y Cajal, y hemos sido recibidos, la poetisa Mariví Nicolás, nacida en el año 1939 y yo, para recibir  el galardón “ex equo”, del primer Premio de Literatura Aragonesa,”Chuana Coscujuela”. 

Después de muchos años, me vuelvo a encontrar con Mariví, lejos de Hecho, en que ella, convirtió  su vida en  Poesía, su memoria en Madre y Maestra y se declaró discípula del poeta cheso, Veremundo Méndez. ¡Mariví!:”Has sido como una libélula en Hecho, donde las hierbas son buenas en los prados y en las selvas y las que no son buenas, son bellas. Tu espíritu poético ha flotado por el lugar de Hecho, como los humos que surgen de chimeneas elegantes y gigantes y “prexinan una vida”, cuando la luz s´en ye ida, y la calor, pues sólo restan purnas y purnallos, que cansos,  s‘aposientan”. ”La brasa se apaga y ves con tristeza, sólo la ceniza esparcida en tierra”. ”El humo todo lo impregna y la libélula vuela y se revuela, aquel en el invierno y ésta en el verano, formando parte de la poesía, de tu poesía, que igual que la savia lo hace por los troncos, así circula por tus venas y como “las chispas, plumas y bolisas” brincan de esos mismos troncos, así brotan de tu boca, las palabras altoaragonesas, expresando belleza y dignificando la “Fabla” aragonesa. “Mariví identifica su poesía con la presencia omnipresente de la Luna, acompañada por el sol y las estrellas. Estos seres desde el cielo, le recuerdan la tristeza, la melancolía, la añoranza y los bienes perdidos y sólo la Luna con su brillante fulgor, es como su confidente”.

En el paraíso lingüístico de Hecho, conocí a Mariví y alcancé el “Onso de Plata”, como Premio Literario, llamado “Val d´Echo de 1982”, con la narración de “O ritorno de Chorcher”.                                                           

Pero a mí, además de hablar con Mariví, me tocó la responsabilidad, de presentar en Adahuesca la Obra de “CHUANA COSCUJUELA”, “A Lueca”, ante los habitantes de aquella zona del Alcanadre.

 Chuana, “Naxié  en 1910 en Furnel, Lot et Garonne (Francia), ta do eban íu os suyos pays, feba  ya un póquer de tiempo. A poco de naxer, se´n tornan en ta Aragón y ta o lugar suyo, ADAHUESCA. Astí pasa l´autora os suyos años de nina y rememora tiempos pasatos. La añada 2.000, puyará t´al atro mundo.      

 “Y en iste mundo, cada añada, s´en ricordará, cada begata más, a suya obra “A Lueca”, con os polletes al redol  d´era, que menchaban os granetes de trigo, como agora, con as suyas parabras, nos recreamos  os homes,  leyendo a suya vida”. E ista moceta, filla  de familia tan probe,  nacié en Francia por a emigración obligata dos suyos pays. Pero o suyo pay sintié a necesidad de tornase en ta Adahuesca, pa vivir en a Ermita de Treviño, a d´as Mártires de Huesca Santas Nunila y Alodia, un póquer luen do lugar. Pero al morise o suyo pay, tenié  que emigrar en ta  Barcelona.

No en ye ista, a primera begata, que ritorno  a rendir homenaje a Juana Coscujuela, porque la añada de 1980, en la Iglesia Parroquial de Adahuesca, ante una multitud de oyentes, le hice la presentación de su obra literaria “A Lueca  (A historia d´una moceta d´o Semontano)”, que escribié a o remate de la añada de 1970. Fue este el primer libro que se editó en aragonés del Somontano. La nombraron Consejera de Honor del Consello d´a Fabla Aragonesa y también ganó el Premio Arnal Cavero del Gobierno de Aragón, el año de 1992. Arnal Cavero estuvo de Maestro en Alquézar, muy próximo a Adahuesca, y “como buen Maestro de Escuela de aquellos tiempos, vivía muy cerca del pueblo y describe como el hombre y el medio formaban un ciclo, en el que el hombre se daba a la tierra y  ésta al hombre. De todas formas el hombre se daba todo y la tierra,  al ser pobre, daba lo poco que podía dar. Esta afirmación la demuestra la actitud de Arnal Cavero de poseer un interés especial por la Fabla, que escribe con más fidelidad que López Allué y Salvador María de Ayerbe, ambos relacionados con la tierra próxima a Adahuesca. Del pueblo, también recibimos noticias por vía oral, de aquel género de vida, pero el pueblo escribía poco, porque lo consideraba cosa de oficiales y siente vergüenza de poner de manifiesto lo poco que escribe”. El “Concello d´a Fabla Argonesa”,  dirigido por Francho Nagore, tiene el mérito de haber dado a luz, obras de la Tierra Aragonesa, como las de  José Gracia, y de Cleto Torrodellas, (Ferrero de Estadilla), ambos hombres sencillos”.

Pero, agora, caye uno en a cuenta de que  a nina Chuana Coscuyuela, emprencipié a suya vida, redolando por Francia, donde nacié en 1910; fue también tener que ir a vivir ta Huerta de Vero, dimpués t`al Hospicio de Huesca, pa tenese que ir, mirando una nueva vida, ta Barcelona. Su obsesión ha sido siempre la de volver, heredada  ya de su padre, que regresó de la Guerra de Cuba. Su padre tornó de dicha  Guerra,  pero ella no pudo ya volver a Adahuesca  “con su cuerpo pequeño pero cereño”, pero dejó escrita su obra en la Fabla de su tierra, en  un libro que describe la vida de las gentes de su pueblo”. En Barcelona, donde ha permanecido incontaminada su identidad  somontanesa, con su Fabla, que es el espíritu de un pueblo, y con la que describe la terrible lucha por la vida, que llevaban los hombres, las mujeres y sobre todo los niños y las niñas de nuestros pueblos.” Cuando leí por primera vez “A Lueca”, tengo que manifestar que lo hice de un tirón, cosa que me ha ocurrido pocas veces. Esta obra está redactada con la espontaneidad con que brotan los coscollos en nuestra sardas, con la sencillez de una niña que a los nueve años tenía como únicos compañeros a las ovejas y a los corderos, con la ingenuidad de una personita, cuyo único deseo consistía en ser tratada como “persona con modos”, como decía ella de la educación y con “amorosidá”, como ella llamaba a la amabilidad. Cuando fueron a Francia sin pasaporte, su padre tiraba del ronzal del burro y metidos en las argaderas iban su madre, su hermano Mateo y su hermana Nunileta. Iban a Francia porque en aquel País se comía carne, pizca, como dice Juana, todos los días, pues “todos eran fiesta” y en Adahuesca se comía sólo en las grandes solemnidades. Juana no ha vuelto en persona de Cataluña, pero ha vuelto, con su libro en Fabla Aragonesa. ¡Qué originales hemos sido, cuando los vascos llamaban maketos a los que no hablaban en euskera y los catalanes charnegos a los que no hablaban en su lengua, en tanto nosotros hemos llamado paletos a los nuestros!.

En la ermita del Treviño, en aquellos lejanos años no había luz eléctrica. Esta circunstancia hacía que la oscuridad y la distancia a Adahuesca, hacía que aquellas gentes, oyesen y viesen fantasmas por todas partes. Cuando el padre de Chuaneta, la mandaba a buscar tabaco al pueblo, por la noche, su hermano le decía:”Yo que tu, no m‘en iría, l´atra noite le salió a fulano, de dezaga  d´os pallars, un fantasma que la fue siguiendo más de medio campo. Juaneta para no sentir a os fantasmas, se tapaba as orellas con as manos y correba tot  o que podeba, de cara en ta suya casa”.

sábado, 28 de diciembre de 2024

Los vientos sombríos y los aires alegres.-



Estoy leyendo la obra de Carlos Ruiz Zafón, titulada “La sombra del viento” y no puedo evitar recuerdos de la vida que son como vientos, unos sombríos y otros esclarecedores que me han frotado la sensibilidad a lo largo de los años. Soplaron sobre mí vientos que me traían ensueños de felicidad, siendo todavía un niño, como le ocurrió al protagonista de esta novela con la casi niña, que no veía con sus ojos, a la que durante años de su infancia acompañó, soñando ingenuamente con su belleza y con el amor que le producía su ceguera; tanto la quiso que le regaló el libro de Carax, que había elegido en el Cementerio de los Libros, acompañado por su padre, que le hizo ver su selecto  contenido, del que no quedaban ya tomos en el mundo, sino tan sólo aquel que ahora poseía el niño.

Me impresionó el leer la existencia de dicho cementerio y me acordé de otro fosal, el de la casa en que yo nací, allá en la villa de Siétamo. Siempre me contaba mi padre que en la biblioteca se encontraban numerosos libros; entre los que allí asomaban su lomo, lo hacían unos que estaban encuadernados en pergamino. Se trataba de los Anales de la Corona de Aragón de aquel aragonés cuyos antecesores, como los de casi todos los habitantes de la provincia de Huesca, eran los vasco ibéricos y que se llamaba  Zurita. Para la Guerra Civil, los que en dicha guerra participaron, como los que pertenecían a alguna de las  dieciséis confederaciones y federaciones que a mi pueblo llegaron, cogieron todos los libros e hicieron una hoguera en la que les dieron fin, como parece ser que ocurría en el Cementerio de los Libros.

De la misma forma en que ahora, después de tantos años, me acuerdo de las casi niñas de poca más edad que yo y a algunas ya las he visto morir, antes que yo, y  las recuerdo todavía con más cariño; tengo que recordar aquellos libros, para recordar los viejos tiempos que ya, normalmente, sobrepasan nuestra capacidad de recuerdo. ¡Cuánto daría yo por algún tomo de aquellos apergaminados!. Y en cambio el niño amaba su libro y temía que, después de recuperado de la biblioteca de la bella ciega, se lo robaran, cuando otros le ofrecían por él grandes cantidades de dinero.

Al recoger el libro que a la joven había regalado, descubrió cómo estaba en la cama acompañada por su profesor de Música. Prometió no volver a visitarla nunca más y pensó en destruir su bello y codiciado libro, llevándolo al Cementerio de los Libros Olvidados. Cuando el niño hizo sonar el llamador, que representaba en hierro forjado, un diablo, en  el Cementerio de Libros Olvidados, hizo soplar malos vientos sobre él,  ya casi convertido en mozalbete y el llamador con forma de diablo, que yo puse en la puerta de mi casa de Siétamo, lo quité de ella rápidamente, porque vino una niña, llamada Ana María a ver a su amiga  es decir a mi hija Elena y se quedó colgada de uno de sus dedos en aquellas afiladas astas.

 A Daniel que protagoniza la novela, lo llenó de sangre,  una paliza que le dio el profesor de música de la joven, a la que tanto amaba.

No fue Ana María  a buscar ni a leer ningún libro, porque de ellos el único que se acuerda soy yo mismo, no como le ocurría a  Daniel dueño del libro de Carax, que lo forzaba un extraño individuo a que se lo cediera y que olía a papel quemado.

Es que a mí me preocupa el pasado de nuestra historia, del que ya no se acuerda casi nadie y a Daniel le preocupa durante toda la novela, la historia de todos y de todas,  que durante su vida ha conocido y cuya memoria le preocupa y preocupará mientras él viva.

Me ha gustado enormemente lo que le ocurre a Daniel a lo largo de la novela, pero yo después de leerla me tengo que acordar de la doctora Ana, que me recomendó su lectura. Daniel estaba  emocionado de asistir a tantos entierros de libros y de ver pisos abandonados por personas ya muertas hace años, como nos ocurrió a la doctora y a mí, al encontrarnos en el funeral de una persona, que siendo niña, se encontró de repente, con sus padres fusilados. A ella durante su vida la consolaron las Pajaritas del Parque de Huesca, que desde hace muchos años presiden la Glorieta de los niños.

Mantuvimos una breve conversación con la doctora Ana, con su compañera Yerani  y con Elena y  en aquella conversación en la que en breve tiempo surgieron múltiples temas, me recomendó la lectura de “La sombra del viento” y mi hija Elena, que se preocupa por su padre, me compró el libro.

No he acabado todavía de leerlo todo, pero me ha dado luz su lectura para comprender otros problemas, que se plantearon durante nuestra conversación, como por ejemplo el de las mujeres, de las que me pidió mi opinión. Yo ateniéndome a la que dice  el libro “La sombra  del viento”, le contesto con lo que está escrito en él, a  saber : ”Como nos enseña Freud, la mujer desea lo contrario de lo que piensa o declara, lo cual, bien mirado, no es tan terrible porque el hombre, como nos enseña Perogrullo, obedece por el contrario al dictado de su aparato genital o digestivo”. Pero esta referencia alude a algunas de las mujeres, porque las hay que tienen cerebro y corazón y estudian, trabajan al mismo tiempo que cuidan y educan a sus hijos, lo que hace que esas mujeres sean más admirables que muchos hombres. El autor de la novela no puede pasar sin hablar de aquellas mujeres a las que da el calificativo de prostitutas. Cuenta el autor como levaron una de ellas, llamada Rocío a un “abuelico”, que ya estaba próximo a la muerte. Así se  explica : ”La Rociíto concluyó su ritual de amor un rato después, dejando al abuelillo rendido y en brazos de Morfeo. Cuando salimos, Fermín le pagó doble, pero ella, que lloraba de pena ante el espectáculo de todos aquellos desahuciados olvidados de Dios y del demonio, se empeñó en donar sus emolumentos a la hermana Emilia para que les diesen una merienda de chocolate con churros a todos, porque a ella eso siempre le quitaba las penas de la vida, esa reina de las putas”.

Yo después de leer esta “historia”, me acordé de aquella sesión musical que siendo niño, escuché delante de una casa de “mujeres malas”, en la Calle de Pedro IV. Volvíamos unos cuantos niños a la sede de una cofradía, acompañados por el Padre Da Silva y a medida que nos íbamos aproximando a la citada casa, se escuchaban, cada vez con más fuerza, unas canciones que ellas cantaban, acompañadas por el sonido de botellas golpeadas por las buenas “malas mujeres”. El Padre preguntó ¿quién toca y canta esa música? ; nadie le contestó, pero no hacía falta, porque al comprenderlo por sí mismo, sonrió.

La Calle Pedro IV, sale por el norte al convento románico-gótico de San Miguel, que fue fundado por Alfonso el Batallador, Rey de Navarra y Aragón, que conquistó a los árabes la ciudad de Tudela y murió después de ser herido en Fraga. La estatua de esta heroico Rey de Aragón y de Navarra, se alza en la salida de Huesca a Barbastro, debajo del Monasterio de Montearagón, que forma también parte de la Historia de Navarra.

Las monjas de este hermoso convento, me contaron que durante la Guerra Civil, las “malas mujeres”, cuando caían las bombas sobre su calle, recogían a los niños semiabandonados y los alimentaban. Ellas acudían al convento y delante del Cristo, depositaban flores y encendían velas.

El padre de Daniel decía que no creía en Dios, pero cuando se veía apurado a sí mismo o su hijo, le  rezaba.  

viernes, 27 de diciembre de 2024

Imagen cruel del Día de los Santos Inocentes


                                                              Antigua sinagoga de Huesca en Barrio Nuevo.


El día 28 de Diciembre se celebra el cruel Día de los Inocentes, en que ya hace más de 2.000 años que Herodes ordenó darles la muerte en Palestina a esos niños Inocentes, como si fueran esos niños los culpables del Sacrificio de JESÚS. Se entera uno de la existencia de ese cruel Día en el Evangelio de San Mateo, libro que aparece en el Nuevo Testamento, en que se relata la vida de Jesús. Coincidió que unos Reyes de Oriente, a los que todos llamamos los REYES MAGOS, pusieron en conocimiento del Mundo, que habían tenido noticia que iba al nacer el Mesías, que llegaría a ser el rey de Israel y que se veían obligados a acercarse a adorarlo. Herodes el Grande, que era rey de Judea, encontró en esos Reyes Magos la forma de acabar con él, con la escusa de que estaba deseando venerarlo cuando lo que deseaba era matarlo.

Jesús que estaba en el Mundo, se ve como estaba protegido porque dicen que  un ángel le dijo a San José que escapara con el bebé y su madre a Egipto para librar al Niño de la muerte, que le buscaba proporcionar Herodes. Entre tanto los niños asesinados por orden de Herodes en Belén, fueron conocidos por “Santos Inocentes”, han seguido hasta hoy día considerado por mártires y el Calendario los venera, como los  Inocentes el 28 de Diciembre. No se sabe si fueron poco número de niños los sacrificados porque se calcula si fueron seis o veinte. Es curioso para el hombre ese asesinato de los niños inocentes hace ya 1.500 años, pero sabemos que los judíos se fueron instalando por todo el Mundo y han sido perseguidos por casi todo el Mundo, En Huesca se encuentran todavía dos capillas judías, una cerca de la Catedral y otra en Barrio Nuevo, como ahora se conoce el Barrio Judío de Huesca. Pero se conocen multitud de persecuciones de los judíos por todas partes. En Ucrania ha sido proclamado el líder de los Judíos Volodímir Zelenski, como Presidente. En la tal Ucrania fueron asesinados muchos judíos y el tal Zelenski, goza de la confianza de los Ucranianos. Yo conocí en el Coso Bajo a un judío, nacido en Ucrania y reunido por Israel en Palestina, que después de ser llevado por Israel a Palestina, se lanzó por Europa porque le dolía el sacrificio de sus padres y estuvo una temporada sentado en el Coso Bajo. Soñaba con poder vivir en una casa privada, pero ya no tuve más noticias de él. Hoy se habla de los judíos, pero éste ha sido un problema que ha dominado al Mundo y por eso no nos extraña que en estos días de Navidad, salgan artículos sobre Cristo, sobre los Santos Inocentes y sobre los Reyes Magos. Hoy se celebra el día de los Santos Inocentes.


Antiguas Navidades 


Nacimiento de Jesus por Murillo


El tiempo va pasando y nos vamos olvidando de nuestros antepasados que eran gente sencilla o ilustrada, como por ejemplo de Ana Francisca Abarca de Bolea, que trabajó hace ya cerca de cuatro siglos, es decir en el siglo XVII, en la cultura del pueblo aragonés, en el que no existían todavía escuelas para todos. En el año 1979 se cumplió el tercer centenario de la publicación de un libro, escrito por Ana Francisca Abarca de Bolea, titulado “Vigilia y Octavario de San Juan Baptista”, del santo que anunció la venida del Señor, que en los días de Navidad, tanto preocupa a los hijos de Siétamo.

Hasta hace pocos años se creía que había nacido esta ilustre mujer en el Castillo-Palacio, que se levantaba en esta Villa y que era propiedad de la familia aragonesa de los Abarca de Bolea. La profesora doña Angelines Campo, muerta hace muy poco tiempo, demostró que había nacido en Zaragoza, en 1602. Era tía de Don Pedro Pablo Abarca de Bolea, Barón de Siétamo, Marqués de Torres y  Conde de Aranda, título que heredó  de una noble familia de Epila.  Amaba a su familia, y a su Casa-Palacio de Siétamo, pero tenía casas en Huesca, en Zaragoza y por todo Aragón, pues como dijo su sobrino Don Pedro Abarca de Bolea, Aragón era una nación. Pero no sólo estaba pendiente de los asuntos aragoneses, sino de los de España, ya que participó, siendo muy joven, en la guerra de Italia, fue embajador en Moscú, en Polonia  y en París. ¡Qué tiempos aquellos tan lejanos! pero ¡cómo en las Estados Unidos de América, recuerdan a Don Pedro Abarca de Bolea, porque intervino en ayudarles a conseguir la independencia de Inglaterra ! .

Su tía Ana Francisca buscaba la paz y como descendía de Sancho Garcés, Rey de Navarra y Conde de Aragón, al tiempo que llevaba dos abarcas en su escudo civil, se preocupaba de componer obras literarias sobre la Navidad y de cantar villancicos, acompañados por instrumentos musicales. Su sobrino se preocupó de que lo enterrasen en San Juan de la Peña, pero ella, siendo todavía una niña pequeña, de tres años y medio, ingresó en el Monasterio de Casbas. Ella misma confesaba “el amor que se cobra, a los puestos donde uno recibe la primera enseñanza” Mucho le costó llegar a convertirse en monja, porque estudiaba y consideraba la posibilidad de casarse, ya que los hombres despreciaban la lucidez del cerebro de las mujeres y por eso, en aquellos tiempos, la mujer no tenía conocimientos y la convertían en analfabeta.

“Ella, junto a su candor y espíritu religioso, al tiempo que aumentaba su cultura, pues ella misma se autoeducada leyendo una colección de “libros sagrados, espirituales, historiales y de todo genero de buenas letras, entendiendo el latín como si ex profeso lo hubiera estudiado. Llegó a adquirir la destreza en todo género de música, así de instrumentos como de voz, y   a permitirla en decentes recreos de religión, ya encaminada a sagrados cultos”.Decentes recreos de religión eran aquellos en que hasta el baile se practicaba, como ocurrió en Valencia en 1438, en que para celebrar una fiesta religiosa,”hasta los frailes de San Francisco salieron por las calles saltando y bailando” (La Inmaculada del padre Juan Mir,S.J.,pág.128). Siempre ha inquietado la cultura a los de Siétamo, como preocupó a Ana Francisca. Yo me acuerdo de la Escuela de Siétamo, antes de la Guerra, en que Don José Bispe, los sábados nos miraba la limpieza de nuestras manos y de las uñas para que nos cuidáramos de la limpieza de nuestro cuerpos, en tanto el Cura Don Marcelino Playán, se preocupaba de enseñarnos la Doctrina. De ahí salieron,  no sólo agricultores, sino hombres cultos como el Cardenal Javierre. Escribió Ana Abarca, en la página 48 de “Catorce vidas de santas de la Orden del Cister”: “El estudio y la música hacen admirable consonancia, y más allá de ser esta ocupación tan plausible, es crédito de buen gusto”. Me acuerdo de Mariano Cabrero, padre del sacerdote José María, párroco de Alquézar y también padre del entonces Marianito, que también cantaba en latín, pero ahora que ya jubilado, se ha convertido en Marianaz porque es un hombre al que hay que añadirle el aumentativo aragonés, ya sigue participando en los conciertos y coros que se celebran y cantan en la Iglesia, como lo hizo en vida de su padre el señor Mariano.   Estábamos también los malos cantores, porque Marianito, en el coro, me hacía callar. Allí estaban también, el señor Andrés de Lobateras y otros que “tenían tanto aprecio a esta liberalísima arte, que entre los de Siétamo, el no ejercitarla con particular cuidado se tenía por negligencia,  muy culpable. No aprendían a cantar para vivir desatentos, sino para el recreo del ánimo y alivio de sus mayores ocupaciones y trabajos”. Siempre ha cultivado Siétamo la Música, aún en aquellos tiempos de pobreza, en los hermanos Burgasé, conocidos como “Los Ciegos”, tocaron la música y cantaron por toda la Provincia de Huesca.

Poseía su familia varias casas en Huesca, a donde iba con cierta frecuencia a la bulliciosa y ardiente actividad académica aragonesa, donde alrededor del prócer oscense Don Juan Vicencio de Lastanosa, se juntaban Baltasar Gracián, Juan de Salinas, Ustarroz y tantos otros ,como ella misma.

Y yo, como nacido en Siétamo, recuerdo a Ana Francisca de Bolea, cuando veo “el extremo de la meseta sobre la que se asienta este pueblo, que está presidido por el Castillo, que saludaba  la Fondura, que riega la fuente de los seis caños; dicho Castillo-Palacio fue donde nació Ana Francisca. Colgada en una pared yo veía colgada una antigua cuna familiar, donde puede ser que la niña soñase sus primeros sueños”.

Nunca pudo olvidar la “fabla” aragonesa, que escuchó a los empleados de su Castillo. Desde Siétamo a Casbas se ve al Norte la Sierra de Guara, sobre la que escribió una poesía, de la que escribe al llegar el frío invierno: “Mas, ¡ay!, que tu amenidad, hoy se llega a reducir, a verte ajada y marchita por un invierno civil”. Pero luego le dice a la Sierra, que no desespere, que luego vendrá una nueva Primavera:”Muy compasiva te aviso no te procures el fin, que si se ha visto tu oriente, pronto vendrá tu nadir”.

No se olvidaba la poetisa  sietamense  de las distintas conmemoraciones, que se hacían a lo largo del año y escribió “El baile pastoril al nacimiento”, en el que expresa los dichos del pastor Blas:”Dende que ha plegato, lo cuento a os hermanos. Hoy ha nachito en Belén, según el anchel lo dijo, porque habez  paz en a tierra, no en puede sino está Cristo y así sapez que ese Dios, feito hombre, ye tan niño, que entre trapez, dice Lucas, le trovarez escondido”. También escribió “La albada al Nacimiento”, en la que escribe:”Media noche era por filos, las doce daba el reloch, quando ha nacíu en Belén, un mozardet como un sol. Nació de una hermosa Niña, virgen adú que parió y diz que dexó lo cielo por este mundo traidor. A su madre y a Chusepe, pus lo merecen los dos, dársele la norabuena, diste fillo que tenión”.

No hay que olvidar las tradiciones populares, como ocurrió con mi padre, que escribió en los años cuarenta un cuento en fabla, que decía :”María y José marchan de camino-Van con asperanza-De que un ser devino,-Que mora n’a entraña, de ra Virgen pura,-Alcuentre un asilo, palacio u cabaña-Que haga menos dura, ra triste chornada………..Les avisó a ros pastores,- Y ascape fueron llegando-Repatanes y mairales,-Craberizos,vaciveros, - Yegüerizos y duleros-Mocetas dixas que cudian –os pavotes y os verracos-Y mientras filan estambre,- apacientan os rezagos.- todos veneran contentos y todos trayeban algo- Pa ofrecelené a Jesús-Y al mesmo tiempo adoralo.-Trayeban figos de Fraga.- Orejones d’Estadilla- Y pasas d’ixas qu’escaldan-En Lascellas y en Velillas.- Vino de Castilsabás-Y corderotes d’Albero-Billota de Banastás-Y conejos de Pebredo-Tortas d’aceite d’Ayerbe-Turrón guirlache de Jaca,- Castañas de mazapán-Dá zucrería Lasala,-Tortadas de Berbegal-Y pan moreno d’Angúés-Pedos de monja de Casbas.-Juguetes de Bandaliés.-Entre gente tan humilde-Tan humilde como güena.- Quiso el Redentor del Mundo- presonase aquí en a tierra,- Era pa danos ejemplo- Que toda su vida dio-…Y nos llevará t’al cielo”.

Hemos visto como se mantiene y ahora se refrescan las tradiciones de este pueblo con la llegada a nuestras casas, de modernos aragoneses, entre los que se encuentran músicos,”que saben cantar la gala musical a los cielos”.

Pero noté que en el paso de los portadores de la Cruz, en Semana Santa, se han perdido los instrumentos que lo acompañaban, incluidos los tambores, pero el pueblo quiere formarse para acompañar sus pasos con su tan-tarantán-tan.

¡Qué bello es marcharse de un pueblo, que trata de resucitar sus costumbres!.

miércoles, 25 de diciembre de 2024

Manolín Abad, se entrega al Gobierno en Casa Almudévar de Siétamo



Manolín Abad o Abbad, nació entre 1815 y 1.818 en Huesca y  llegó a dirigir  a un grupo de rebeldes combatientes republicanos aragoneses, a los que se conocía por Partida de las Cinco Cinco Villas.
Junto a la Ermita, a la que ahora han dado un aspecto más cuidado en el Tozal de las Mártires, donde se alza dicha Ermita y donde cada año se celebran actos litúrgicos, que recuerdan a las Mártires Nunila y Alodia. Hay un recuerdo ferviente y cariñoso de esas dos mártires, hijas de un jefe moro, cuyas dos figuras están representadas sobre el Pórtico de la Ermita y reproducidas en las paredes de la escalera, que asciende a lo alto del antiquísimo Monasterio de Alquézar, lo que pone a Huesca y a Alquézar como partes, donde se desarrolló la santa vida de estas Mártires.
Anexo a la Ermita se halla el medio olvidado  cementerio  de  Huesca, donde se llevaron a cabo las humillaciones y asesinatos de hombres y mujeres.  Unos eran grandes dirigentes, otros presidentes, otros demócratas y algunos fascistas absolutos. La evolución del pensamiento de los hombres, ha caminado por distintos caminos, unos seguían  a  los  enemigos,  como  los  cristianos,  que  en  muchas ocasiones, en lugar  de  mostrar  sus cruces en son de Paz, luchaban con sus espadas. Los musulmanes  en Jerusalén luchaban y sometían a todos los cristianos y ahora, en el siglo XX, los judíos recobran el dominio de gran parte de Palestina.
El Señor ha dado la libertad de pensamiento a los hombres, pero éstos no aceptan más que sus teorías particulares y las conciencias de los ciudadanos obedecen a las teorías de sus pensamientos y de sus pensadores. Es difícil unificar un espíritu de Paz entre los hombres. Y se siguieron llevando a cabo las vejaciones y asesinatos de hombres y mujeres antifascistas en unos lugares y de fascistas en otros lugares o en los mismos.
 Y allí, en medio del cementerio, testigo por sí mismo de la barbarie de la guerra, frente a la ladera que mira al Norte, se levanta un monolito, que erigieron en 1885, que nos recuerda a Manolín Abad, soñador de una República  justa y de los defensores de la I República española, y fusilados en 1848.    
Manolín, el oscense, soñaba con un gobierno justo y organizó una Revolución Oscense, para implantar en España un Gobierno Republicano.  Parece que el rebelde Manolín soñaba con una Justicia, que gobernara en España, pero como son tantas las justicias que sueñan muchos hombres,  cada uno según su forma de pensar, otros soñaban con perfeccionar las mentes, unas veces totalitarias y otras dictatoriales, y de esa variedad de pensamientos, surgían aquellas guerras civiles, que traían la muerte a muchos idealistas, como lo era Manolín.
Los hombres recitaban el Padre Nuestro, diciendo: ”Padre  Nuestro que estás en los Cielos….. Hágase tu Voluntad, así en la Tierra como en el Cielo”. Pero luego lo que buscaban era su propia voluntad y parece que coincidían en pedirle “El Pan nuestro de cada día, dánosle hoy”, pero lo que el hombre ha hecho desde la prehistoria hasta la actualidad, ha sido buscar el pan nuestro de cada día para unos y dejar a los otros sin ese pan.  La Voluntad de Dios creó al hombre Libre, pero esa libertad no ha buscado la Libertad de la Humanidad, sino la libertad de los hombres que se sintieron libres por sí mismos y a través de sus Dirigentes.
El Señor quiere que el hombre sea libre y que busque el cumplimiento de esa libertad y el bien de todos los hombres. Pero el hombre hace sus guerras libremente y convierte a la humanidad a través de los siglos, en unas continuadas guerras entre los humanos.
Esta guerra por crear en España una República en los años de 1873 y 1874, desde el día 11 de II de 1873, hasta el 29 de Diciembre de 1874, que dicen se proclamó por la abdicación del Rey Amadeo de Saboya. Manolín fue fusilado el 5 de Noviembre en las  Eras de  Cascaro, al fin de la calle del  Desengaño. Tuvo lugar este fusilamiento 82 años antes del sacrificio de Gabriel y Galán.
Junto  a  la  Ermita a veces un tanto descuidada, que se levantó hace siglos, en el Tozal de Las Mártires, se encuentra el cementerio viejo de Huesca, donde se realizaron las vejaciones y asesinatos de hombres y de mujeres oscenses , unos fascistas y otros antifascistas. Y al entrar en el cementerio, en su ladera del Norte, se alza un  Monolito, que levantaron el año de 1885, como un homenaje de recuerdo a Manolín Abad y a algunos de sus compañeros, defensores de la I República, fundada en 1848.
Manolín Abad era un oscense, nacido entre 1815 y 1818 en HUESCA y fue el líder  de  un  grupo   de  luchadores aragoneses republicanos.  A su grupo lo llamaron luchadores republicanos aragoneses, que se dieron a conocer como Partida de Cinco Villas, que se levantó contra la Monarquía. El día 26 de Octubre de 1848.  Se  levantaron  contra dicha Monarquía y asaltaron el citado  Cuartel y se apoderaron de dinero, armas y caballerías. Sin  producir  víctimas,  emprendieron una marcha, sin posible retorno. Tomaron el camino de Huesca por Rivas, Luna, Bolea y Ayerbe. Llegaron a Huesca el día 30 de Octubre, perseguidos por las Tropas del  Rey.  En Huesca liberaron a los presos políticos y se desplazaron a SIETAMO y en esta Villa, seleccionaron el Castillo del Conde de Aranda, entonces propiedad de la  familia   Almudévar  de SIETAMO.
Se atrincheraron en el hoy arruinado Castillo- Palacio  y  acabaron tratando su rendición, pero esas condiciones de  rendición fueron  traicionadas,  antes de firmarlas  por los representantes de Isabel II.
Detenidos los integrantes de la tropa republicana, los trasladaron a Huesca.
Pero mi padre me contaba los hechos ocurridos entre Manolín Abad, originado en una casa infanzona, de la parte oriental de la provincia de Huesca y los infanzones de  Casa Almudévar de Siétamo. Se habían refugiado los republicanos en el Castillo-Palacio del Conde de Aranda, entonces propiedad de Casa Almudévar y el General Anglés decidió que no iba a cumplir lo pactado con los republicanos, que permanecían en el Castillo de Siétamo. Manolín se refugió en Casa Almudévar, que eran Infanzones y mi bisabuela, le aconsejó  que  por la puerta falsa, que se abre por el Campo de Valdecán, huyera al campo libre. Pero Manolín no quiso abandonar a los numerosos soldados que le habían seguido. Pero “llegando a Siétamo buscando el asilo foral de la noble Casa Infanzona, de los Almudévar, cuya señora le aconsejó que huyera por el Valdecán”. No quiso Manolín traicionar a sus seguidores y cuando llegó el oficial a prenderlo, mi bisabuela lo cogió del brazo y lo sacó a la Plaza, donde se lo entregó al  oficial del Ejército, diciéndole: Estamos en una casa infanzona y le pido que no lo sacrifiquen. El Oficial le contestó con mucha educación y le dijo a mi antepasada, que no se preocupara , que procurarían no hacerle ningún daño. Se habían ya terminado las ventajas que tenían los Infanzones y lo único que pudo hacer es tratar de que lo perdonaran. En Casa Almudévar eran nobles Hidalgos y Manolín Abad o Abadd, lo era también de la parte oriental de la Provincia. Aquello antiguos derechos de los infanzones o nobles sin título, ya estaban terminados.
Una vez detenidos los componentes de la tropa republicana, los trasladaron a Huesca. Manolín Abad y siete de sus lugartenientes, fuero muy pronto fusilados, el día 5 de Noviembre.  Dos días después, tras un cruel sorteo entre los republicanos detenidos, fueron fusilados otros  seis  miembros  republicanos,  destinados  entre  las tropas de Manolín. De los demás, quedaron algunos pocos en libertad. Pero la mayoría fueron embarcados en el  Puerto  de  Valencia, con destino a Filipinas.

Concepción Guarga de Ola

 



Cuando voy al pueblo de Ola, que está situado muy cerca de Siétamo, a la derecha de la carretera que baja desde Siétamo hasta Caspe, veo una noble casa, toda de piedra y que está datada en mil seiscientos ochenta y cinco. Se trata de Casa Guarga de Ola, a la que tantas veces me he mirado, para recordar a los Guarga de Ola, entre los que se hallaba mi tía Concepción, del mismo apellido. Este apellido tiene unos orígenes antiquísimos, pues es el nombre de un río que nace en la Sierra de Gallardón y desemboca cerca de Caldearenas, en el río Gallego.¿Quién se acuerda de los habitantes de tal Sierra?, como ¿quién recuerda a los Guarga de la casa del mismo nombre?.Sin embargo yo tengo presentes en mi memoria a los Guarga de Ola, porque Concepción Guarga fue pariente mía. ¿Quien se acuerda de los Guarga?, pues son los mismos Guargas , que todavía están en este mundo y luchan por la conservación de su apellido.
Pero no sólo tenemos que pensar en el futuro, sino también estudiar el pasado y antes de llamarse la casa de Concepción, casa Guarga, se llamó Casa Aysa y este nombre se cambió no por abandono de los Aysas , sino porque en una de sus generaciones tuvo como heredera a una mujer, que se casó con un Guarga. Esta familia levantó la casa en una de cuyas fachadas pone la fecha de 1685 y creó una casa de los Aysa, que en lengua vasco ibérica quiere decir “buen pasar o bienestar” .
Manuel Almudévar Cavero de Siétamo tuvo cinco hijos, a saber cuatro hermanas y un hermano, llamado José María, que se casó con una hija de Casa Sipán de Siétamo y tuvieron una hija, a la que llamaron Pilar y de apellidos Almudévar Sipán, A esta Pilar la conocí yo en mi casa de Siétamo, porque frecuentaba nuestro hogar, donde recuerdo como en cierta ocasión se cayó muy cerca del fuego, pero no se hizo nada. Se reía con su pañoleta atada sobre su cabeza y con largas sayas. Este hecho ocurrió antes de la Guerra Civil, cuando yo tenía unos cinco años. Vivía ya viuda en la casa de su padre José María Almudévar en Siétamo, pero iba por Lalueza donde tenía familia y ayudaba a sus primas a resolver sus faenas domésticas. Se casó con un Narbona y tuvo un hijo que se llamaba José María Narbona Almudévar. Este se casó con una mujer de casa Guarga de Ola, es decir con mi tía Concepción y tuvo un hijo llamado José María Narbona Guarga, que estudiaba en el Seminario y que murió en la Guerra Civil, sin que nunca se supiera donde fue enterrado y una hija, llamada Pilar Narbona Guarga, que se casó con un catalán, hombre simpático y trabajador, que se llamaba Chaume Vilaseca.
Esta casa ha tenido varios propietarios, siendo el primero con el apellido Aysa, del que figura el escudo en su fachada con cuatro cuarteles en uno de los cuales hay tres angelicos, en otro un castillo, luego las cuatro barras de Aragón y por fin un brazo con una llave en su mano. Es curioso ver como casi todos los altoaragoneses somos más o menos parientes, porque en la Infanzonía de mi apellido sale en la letra G, Miguel Joseph Almudévar de Sieso, que se casó el año 1706, con Ana de Aysa. Este escudo, que preside la fachada de casa Guarga es el mismo que se encuentra en la fachada de la casa Aysa de Huesca, con una diferencia, que consiste en que en el escudo de Ola, se descuelgan dos rasgos esculpidos que representan “ramas bastardas del Rey de Aragón”.
Después casa Aysa pasó a llamarse casa Guarga, porque, como he escrito antes, no les nació ningún hombre, sino una hija, que se casó con un Guarga. Siguió gobernando la casa la sangre de los Aysa, aunque sin ese apellido, sino el de Guarga.

Después vino el apellido Guarga . No sé cuantos años hace del cambio de apellido, porque el vecino de esta casa, llamado Fernando Catevilla murió hará unos tres años (estamos en el año 2008) y siempre había conocido que tal casa estaba habitada por los Guarga, hasta que pasó a llamarse Casa España, cuyo dueño fue el señor Salanova, amigo mío. Ahora la ha comprado un señor de Huesca, que la ha arreglado y ha respetado su antiguo estilo. Ahora es propiedad dicha casa del señor oscense Lafarga, que hace que llamen a la famosa casa, la de Lafarga. No importa este cambio de nombre pues Lafarga ha reconstruido toda la casa con gran gusto y con cariño, con lo que ha conseguido que casa Aysa, siga siendo la casa del “bienestar” en nuestra primitiva lengua vasco-ibérica”, a pesar de que faltan unas enormes y bellas puertas, que se llevaron cuando la casa estuvo vacía, antes de comprarla el señor Lafarga.
Se encuentra dicha casa con su fachada mirando al Oeste, en un callejón estrecho y al otro lado de la casa se encuentra un viejo cementerio, donde sólo se conservan dos cruces que presidían otras dos tumbas. Una de ellas tiene tallada una calavera, con dos huesos cruzados debajo de ella y la otra, debajo de la cruz está representado un ciervo; en medio ha desaparecido la piedra o el mármol en que estaba escrito el nombre del difunto, pero debajo aparecen dos letras, una la L mayúscula y otra, me parece que la R, también mayúscula y entre ellas está tallado un arado de aquellos en que se enganchaban las caballerías una al lado de la otra, con un largo madero en medio. Es curioso que ese arado aparecía ya en tumbas ibéricas y tal vez fuese la tradición que llevaba a los picapedreros a seguir poniendo como algo sagrado un arado, que el hombre utilizó durante siglos para trabajar la tierra. En una casa próxima, llamada Casa Baylo, se conservan las armas de Lalaguna, que según dijo el señor Fernando Catevilla, era el que estaba enterrado debajo de la sepultura citada. Ese arado parece ser que manifestaba la fe y la dedicación de aquellos caballeros a la agricultura. Por la cara Norte de la casa se levanta de una altura notable una pared, con una puerta falsa de hierro y dentro de tal puerta se encuentra un antiguo corral, hoy día convertido en un jardín que recuerda los jardines de un antiguo convento, que en lugar de tener un claustro tiene una alta “tiña” o cubierto de elevados pilares de piedra.

Forma esa sección Norte de la casa, un ángulo recto con su fachada y en el punto donde tiene el vértice dicho ángulo se encuentran dos arcos de piedra, de los que uno mira al Norte y otro al Oeste. En ese cubierto se halla un abrevadero de piedra y al otro lado una entrada al cubo donde se preparaba la cosecha de vino y encima de él, pone Año 1685. Estas dos fechas, la de casa de Sieso y la de casa Otal, nos recuerdan el cambio de vida que ocurrió en nuestras tierras de Aragón, porque en 1613, fueron expulsados de ella, los moriscos, todos ellos de religión musulmana, pero casi todos ellos de sangre celtibérica. En Ola y en Olivito vivían muchos de ellos y todavía se puede ver el recuerdo que dejaron en la fuente, donde se conserva un arco de herradura, creado por los moros, que demuestra su presencia. En la fachada principal lucía con orgullo un balcón de hierro forjado, que desapareció cuando casa España todavía no se había convertido en la actual casa del oscense Lafarga, que no tuvo nada que ver con la desaparición del balcón. En escaso pedazo de pueblo se hallan restos arquitectónicos, porque además de los del cementerio y de casa Guarga, se encuentra un edificio, hoy bodega de Otal de Ola, que era la casa donde se partían los diezmos y primicias. Detrás de la pared Sur del cementerio, se halla la iglesia parroquial, en la que se venera a San Urbez, santo aragonés del siglo octavo, que estuvo de pastor en Ola y que hizo manar una fuente en su Señorío. Los libros no dicen nada de la relación de dicho santo con el pueblo de Ola.
Me acuerdo de Concepción Guarga, que era una señora de una dignidad enorme y siempre la conocí vestida de luto y con su mantilla con un libro de misa o de devociones, cogido con su mano, iba a misa a la parroquia. Se veía que había nacido en una casa, que estaba delante de un cementerio y con un corral, que a mí, ahora, me parece un jardín conventual. He hablado del parentesco entre los altoaragoneses y con esta idea, me encontré en un despacho de Abogado a una bella joven abogada, que se parecía a Concepción Guarga y efectivamente eran semejantes, porque además de su digno aspecto, me dijo que se llamaba Guarga y que su origen estaba en Casa Guarga de Ola. Resulta curioso o digno de meditación el ver a la joven con un elegante ropaje de color negro, como si fuera de luto, pero que producía, no tristeza ni lágrimas, sino una alegría espiritual, ligada a nuestra tierra.

Concepción Guarga Panzano nació el cinco de Abril del año mil ochocientos ochenta y ocho, en casa Guarga de Ola..Era hija de Don Miguel Guarga Mur y de su esposa Doña Concepción Panzano López.En la Escritura de división de un patrimonio entre los vecinos de Ola, ante el Notario Don José Delfín Piniés y Cambray, del seis de Octubre de 1898, “ponen primer lugar a Don Miguel Guarga Mur, su esposa doña Concepción Panzano López y su hijo Don Miguel Guarga Panzano,soltero”. Este Miguel Guarga Panzano era hermano de Concepción Guarga Panzano y otro hermano se llamaba Rafael, otra hermana fue María ,que se casó con Buisán, otra Ramona, casada con un maestro de apellido Nieto. Al hijo de Buisán lo conocí y tuve amistad con él. Siendo yo todavía un niño lo vi vestido de soldado de aviación y se trataba mucho con su prima Pilar.
En la escritura sale en tercer lugar, Doña Ramona Guarga Sieso, viuda de Don Manuel Guarga Mur, hermano de Miguel Guarga Mur, padre de Concepción y heredero de Casa Guarga.En décimo noveno lugar aparece Don Vicente Guarga Aisa, casado con Doña Pabla Fondevila Zamora. Este Don Vicente Guarga Aisa, procedía de Casa Aysa.

Cuento post-Navidad


 




En estos días de Navidad, me acuerdo cada año de mi hermano Luis Almudévar, Capitán de la Marina Mercante y de su esposa, María Pilar Arnal, que tuvieron a su hijo Luis Manuel y a sus hijas Marina y Natalia, a los que educaron y que son los tres felices en este mundo. Natalia continúa el espíritu de su padre, con el niño Teo, que ha tenido con Juanma, y que es inteligente y se mira al mar. Su madre le leerá el cuento de post-Navidad y él se acordará toda su vida de su abuelo.
Este cuento, que viene a continuación es el que escribió mi hermano Luis en las Navidades del año 1980, mientras navegaba desde la Guinea a España.
-Cuento post-navídad
En recuerdo de un cuentista navideño: mi padre.
Veinticuatro de diciembre. -Nochebuena de un año cualquiera,
en el Atlántico Sur. Un barco navega, rumbo a España,
con 19 hombres a bordo. Sol de justicia y cuarenta grados a la sombra.
El cocinero da los últimos toques a una sabrosa cena. Al crepúsculo,
los pilotos hacen sus cálculos de situación observando las estrellas.
Los navegantes tienen algo de Reyes Magos ,ya que después de
veinte siglos siguen las estrellas para llegar a su destino.
Todo- está a punto. El “viejo”- (irónica, cariñosa y tradicionalmente
al capitán se le llama el ’viejo’, independientemente de su edad),
preside la mesa, toma un aperitivo y se dirige al puente de mando
haciéndose ‘cargo de la navegación y dejando a sus 18 hombres
enfrentados con la cena.
El barco no debe detenerse -en su camino y el “viejo” pasará toda
la noche de guardia para que los tripulantes puedan disfrutar
tranquilos, de su fiesta.
La noche es larga y en la soledad del puente va recordando
lejanas Navidades familiares. La radio le acompaña y, según
va bajando el nivel de las botellas, va aumentando la alegría
en el comedor. Pronto llegan al puente los ecos de canciones
de casi todas las tierras de España: hay vascos, gallegos, asturianos,
andaluces, catalanes, canarios y, alguno, de secano, como el “viejo”.
Cada uno las canta como sabe y puede. Al final todos se
ponen de acuerdo y entonan el “Noche de paz”
y el “Asturias, patria querida”. A la madrugada va apagándose
el bullicio hasta que, al fin, se hace el silencio. La gente está
cansada y tienen que enfrentarse, al día siguiente, con su dura
jornada de trabajo.
Pasan los días y, en febrero, el buque llega a su destino.
El “viejo” es recibido por su familia con los brazos abiertos,
prepara un sencillo Nacimiento, adorna su casa con motivos
navideños, compra provisiones para una buena cena, villancicos,
los regalos comprados en exóticas tierras en sus envoltorios,
al pie del Belén...
A pesar de todas las tradiciones, aquel año de gracia cualquiera,
en el hogar del capitán, Jesús nació en febrero.
Luis ALMUDEVAR ZAMORA.
(En la mar, Navidad de 1980).

CAROLUS REX Y LAS MUJERES

Estaban dos jóvenes varones al borde de la acera y a su altura, han parado su coche dos jóvenes mujeres. Entre risas de unas y entre bromas ...