Conozco a Vicente Lacambra, desde
hace cerca de cincuenta años, cuando yo trabajaba de Veterinario en el Coso
Bajo, frente a la Iglesia de Santo Domingo y él, con su hermano, tenía una
Ebanistería, que limitaba por el Norte con los almacenes Escartín. Fueron ambos
hermanos los que inauguraron en la Zona
Industrial, una moderna Ebanistería. Después de tantos años, he vuelto a
conocer a Vicente, por medio del hijo del
pueblo de Arbaniés, Miguel Ciria. ¡Cuántos años han pasado, desde que estábamos
trabajando en dos edificios vecinos el
uno del otro!. Nos pusimos a dialogar
sobre las actividades preferidas en su vida, a saber la ebanistería y la
apicultura. A mí me dio la impresión de que había sido un hombre feliz en su
vida, buscando el arte en la madera y la felicidad que produce al hombre el
trato con las abejas, unos insectos más antiguos que la existencia del hombre.
Estos insectos que han puesto trabajar,
siendo útiles a su especie apícola, a los
árboles, a las frutas, a las flores y a
toda la humanidad. Su hermano y él, gozaban en su taller, creando el arte en la
madera, imitando a las abejas que con su elaboración de la miel, hacen feliz a
la humanidad. La vida moderna amenaza la existencia de las abejas en su labor
de fecundar plantas en la naturaleza. Son más antiguas en el mundo que la
humanidad, pero en estos tiempos modernos, en que se emplean tantos productos
químicos, podrían desaparecer en cuatro años, todas las colmenas del Mundo, con
lo cual dejarían a los hombres pasando hambre.
Pero Vicente y su hermano, han
vivido de la búsqueda del arte en la madera y gozando de la vida de los
hombres, cuidando sus colmenas.
Yo tuve la suerte de que al
acabar la conversación, me llevara a su nave industrial. Me entró, por un lado,
una gran tristeza, al ver parada su actividad ebanista, porque estaban
esperando sacar todas las máquinas y maderas nobles, para arrendar sus locales.
Me llamó la atención una puerta tallada por su hermano, que en su parte
superior, representaba un conjunto de almendros y en la inferior, olivos, vides y una abeja, que
indica que de las mentes de los Lacambra, surge una comunión entre el hombre y los
misteriosos creadores de la miel, a
saber insectos, como la abeja. Estaba
reflejada en una puerta, recientemente tallada, su labor soñadora de la apicultura,
porque ante la visión de una nave, que estaba en
proceso de cierre, con obras como la puerta enamorada de la Naturaleza, en la
que se unían los vegetales con las abejas para fecundar sus flores y dar
frutos, recordé que aquellos hombres, a saber Vicente y su hermano, no podían
estar tristes, porque, llegaba para ellos una segunda fase en su vida, en la
que siempre, habían soñado. Si, habían soñado en las abejas y en las plantas, y
las habían representado tallándolas en la madera. Con esa actividad de ebanistas, hacían comulgar el arte con la
vida de sus abejas, que con su trabajo, estaban recreando la miel, la
cera, y con su fertilización de las
flores, eran artistas. En esa puerta tallada
por Lacambra, se unían los sentimientos humanos de Vicente y de su hermano, con
la naturaleza de los árboles y las plantas, polinizadas por las abejas.
Van a cerrar la nave industrial
del Polígono de Huesca, pero en ella, ya han tallado esa artística puerta, que la van a colocar en su casa infanzona de
Abiego, donde nacieron, para entrar en esta fase apícola de su vida, que nunca
han abandonado, pero que ahora, su amor al trabajo, a la Naturaleza, al color
azul del espliego en la próxima Sierra de Guara y el verde con sus flores del
romero, les hace soñar, les impulsa a convivir con el mundo de las abejas. Las
abejas no son nuevas en su vida, sino que siempre las han atendido y quieren
cuidarlas mejor, dedicándose totalmente a ellas. Tienen unas cuatrocientas
colmenas, distribuidas por el monte de Abiego, en las orillas del río. ¡Qué monte tan variado rodea
al pueblo de Abiego!.
Si miras hacia arriba, se ve Bierge y se
adivinan los misterios de la Sierra de Guara, con la rusticidad del Barranco de
Mascún. Mi antepasado José Almudévar se casó en Siétamo con una Azara, a saber
Francisca y nacido en Barluenga, formó
en unión de los Azara y los Almudéva la Casa de Almudévar- Azara. Al morir el Conde de Aranda, el Duque que heredó
su patrimonio, le arrendó los pastos de Rodellar y allí subía a apacentar el
rebaño. En ocasiones iba a Sieso y a Casbas, donde todavía vivían sus
antepasados los Almudévar. Vendió ovejas por esos pueblos, en los que quedaban
los apellidos Almudévar. Como en Abiego, donde debajo de la Iglesia Parroquial,
al otro lado de la calle, se ve el nombre de una Almudévar, picado en las sillerías de una casa.
SE HIZO EL AÑO 1730 POR ORDEN DE
DON JOSE PAUL Y ABIEGO Y ALMUDEVARY DOÑA JOSEFA PUYUELO FERNANDEZ DE HEREDIA.
Al ver el comportamiento de mi
antepasado José Almudévar y Altabás, nacido en Barluenga y casado con una Azara
de Siétamo, se da uno cuenta, de que en
esta zona geográfica de Adahuesca, Bierge y Abiego con su vecino pueblo de
Azara, de donde vinieron los Azara de Siétamo y de Barbuñales, era un Somontano
de Guara. A parte de las pinturas históricas, que se dan en esa Sierra, en la
Historia, proliferan los hombres sabios, como Don Pedro Blecua y Paul (1746-1829),
pariente sin duda de Don José Paul y Abiego y Almudévar, que figura en la
lápida, que se encuentra frente a la Iglesia Parroquial y colocada en el año de
1730. Fue un notable Geógrafo y Académico de la Real Española de la Historia y
que también escribió la “Descripción topográfica de Huesca y su Camino” en
1794.
El señor Don José Porta Conte, un hombre de una
gran inteligencia, unida a una humildad y generosidad,en aquel medio sublime,
en que se abraza la sierra de Guara con los ríos Formiga y Alcandre y que fue alcalde de Abiego, ya pensó en regar
su monte, “pues como decía “siña” María Mora, una anciana de Siétamo, que murió
casi centenaria, que San Joaquín de Abiego estaba muy bien “adotau”, pues los
que fabricaron su imagen, gastaron no sé cuantos cahices de yeso en modelarlo. Un
cahiz tiene ocho fanegas, una fanega tres cuartales y un cuartal cuatro
almudes. Calculen cuantos almudes de yeso entraron en la imagen de San Joaquín.
Esto me hace recordar que de la misma forma que el santo está bien dotado de
yeso, el señor Porta, está muy bien dotado de fósforo en su cerebro, de donde
salen las ideas a cahices y yo me veo obligado a declarar que si no riegan en
Abiego, no es por sus vecinos. Y si ahora, en que se habla tanto de riegos, yo
pienso: si con una simple tubería sube el agua a las casas de Adiego, ¿por qué
no ha de llegar el día en que el agua, a través de canales, llegue a regar
vuestros campos?”. Además se podrían regar otras zonas del Somontano, porque de
la misma forma que donde antes se levantaba una pequeña ermita, hoy se yergue
un soberbio edificio de sillería a San Joaquín. Y allí sigue el magnífico
pueblo de Abiego, que por medio de Porta ha luchado por obtener el agua virgen
del Alcanadre. Con su iglesia parroquial en la parte alta, en otros tiempos
mezquita, siendo un maravilloso acceso a Alquézar, pensando en utilizar las
aguas del Alcanadre para regar el Somontano oscense y su Tierra Baja, es todo
él, una reclamación de Aragón de los adelantos que conviertan esta tierra
abandonada, en un País, comunicado con Francia. Nos recuerdan esta parroquia,
ese monasterio de San Joaquín, ese río profundo, rico en aguas, que España
tiene olvidado a Aragón, porque lo han dejado separado de Europa, con la que ya
Carlomagno intentó unirnos. Pero España ha fomentado los separatismos de Vascongadas por Irún y Cataluña por Gerona,
olvidándose de una tierra como Aragón, que ha dejado a Zaragoza, capital de
Aragón, lejos de Canfranc. Zaragoza
puede llegar a ser el centro geográfico, para unir a España con Europa, como
Abiego es la puerta de entrada por Alquézar, Sieso, Casbas, Bierge en la Sierra
de Guara, ofreciéndonos, al mismo tiempo
aguas abundantes, para el desarrollo de Aragón. Hemos visto como limita Abiego
con la Sierra por el Norte, con el Monasterio de San Joaquín por el Sur y por
el Este, acoge al Somontano de Barbastro y por el Oeste al de Huesca.
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Monasterio San Joaquin Abiego (Huesca) |
¡Qué nombre ibero ilergete tiene
Abiego, que no procede del árabe, sino de aquellos antiquísimos siglos
ibéricos!. Tiene Abiego, palabra
ibérica, el nombre de la “profundidad del río Alcanadre”, que tomó el pueblo
para recordar a ese pueblo, que con su existir callado, representa el
desarrollo de nuestra tierra. El
pariente señor don José Porta, de Vicente Lacambra, es un poseedor de la belleza, porque de su
mente nació la bella imagen del edificio del Ayuntamiento de Abiego,de donde
fue alcalde desde 1979 hasta el año de 1991, y de ella surgió también la
fórmula para subir de la “profundidad” del río Alcandre, el agua que estaba
esperando una gran extensión de Aragón. ¡Qué grandes obras se han realizado en
su taller artístico de Abiego, para adornar los aleros de hermosos edificios!.
Yo conocí al artista, “ingeniero
de obras para el pueblo” y varón siempre sonriente, que me llevó en cierta
fiesta a pronunciar mis palabras en la plaza Mayor de Abiego. Tenía un carácter
bondadoso y unido a su esposa, que era la amabilidad personificada, me hicieron
feliz en Abiego. Era un hombre generoso, pues tuvo la oportunidad de heredar un
buen patrimonio en Ibieca, pero el que ha sido feliz en Abiego, hizo que lo
heredara mi tía Francheta Almudévar, nacida en Barluenga y casada en Castejón
de Arbaniés, sin participar ni un
céntimo, en esta operación.
Va pasando el tiempo y su querida
esposa, se marchó de este mundo, donde José Porta Conde, luchó por un mundo
feliz en Abiego y en todo Aragón y ahora desde allá arriba, quizá haga recordar
a los políticos, la necesidad de fomentar el desarrollo, que soñó su esposo en aquel pueblo real y simbólico de Abiego.
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Abiego (Huesca). |
Es Abiego, como ya he dicho, la puerta
en el Sierra de Guara y alrededor de ella, se encuentran los ríos Vero, que
pasa por Alquézar, el Isuala, que
discurre por Bierge, el Calcón y el Formiga, que llega a las proximidades de
Abiego. Además de los numerosos monumentos próximos, pues hay que recordad que
Abiego es la Puerta del Parque Nartural de la Sierra y los Cañones de Guara, en
su entorno se encuentran los yacimientos de icnitas, de huellas fósiles de
treinta y tres millones de años, como el yacimiento de la Fondata. En él, se
pueden ver huellas marcadas hace ya muchísimos siglos, por Anoplotherium, con
pequeños dos pequeños dedos. Bajando
al río Alcanadre, se queda uno
impresionado al ver el puente romano y el medieval, con un arco ojival.
¡Dios mío, qué historia tan vieja
ha pasado por Abiego, pero que no hay quien la destruya, porque los hermanos
Lacambra, no pueden pasar viviendo ausentes de su monte!. Hemos visto como
proliferaban animales prehistóricos por esos lares, pero entre otros se
encontraban las abejas, insectos, que vinieron al mundo antes que los hombres.
Si ahora desapareciera la humanidad moriríamos los hombres de hambre y ellos lo
intuyen, porque aunque no han ganado dinero con la miel que producían,
encuentran a estos insectos necesarios en la vida y quieren llenar el monte de
Abiego de abejas, que recuerden tiempos pasados y den tiempos futuros a la humanidad.
En el pasado ya se luchaba por el consumo de
miel, pues en 1776 el matrimonio de Mateo Escabosa Azara y se su esposa Rosa
Sipán, levantaron un juicio contra José Almudévar y María Francisca Escabosa
Sipán, que se acabó con la entrega por “su madre María Azara, nuestra madre y señora…los doce
Basos de Abejas o Colmenas, que por la
misma Escritura de Dotación me mandó y señaló”.
Hasta mi familia han llegado líos
con la miel de sus abejas y ahora serán los hermanos Lacambra los que tendrán
que seguir luchando con sus numerosas colmenas, porque quieren hacerlas
trabajar incansablemente y evitar que la humanidad se quede sin el beneficio
que las abejas producen en las plantas con la fertilización.
Pero todavía no ha terminado la
lucha de los hombres por su permanencia en este mundo, porque éste, sin la
polinización de las plantas, acarreará el hambre a toda la humanidad y ésta
puede llegar a desaparecer en cuatro años. La contribución de las abejas en la
fecundación del mundo vegetal, es admirable, pues su trabajo con la aportación de polen de
unas plantas a otras, asegura la permanencia de numerosas especies vegetales.
Entre ellas se encuentran los arboles frutales, la alfalfa, el trébol, las cucurbitáceas como los melones,
etc., y otras muchas, incluida la vid.
En el mundo hace falta el agua y
las frutas y Abiego con el río Alcanadre, siguiendo las ideas de Costa, puede
regar toda la provincia de Huesca y sus hijos, entre los que se encuentran los hermanos Lacambra, liberar a las abejas
de la muerte.