martes, 17 de junio de 2025

La bruja Morgana



Julio Caro Baroja en su obra “Las brujas y su mundo”, habla de la diversidad de formas, que a lo largo de la historia, ha adoptado la brujería, entre las que figura la brujería vasca a lo largo del siglo XVI y “los grandes procesos inquisitoriales de comienzos del siglo XVII (como el de las brujas de Zugarramurdi)….. de la persistencia en el siglo XX de ese género de creencias dentro de sectores rurales colindantes con centros urbanos e industriales altamente desarrollados”. El, como conocía muy bien los problemas de su país Vasco, no hablaba demasiado de la brujería en Aragón. Yo, sin haberme dedicado a investigar este problema, he vivido en mi tierra asuntos realmente de brujería, pero no hace falta haber vivido esos problemas, pues basta mirar alguna revista o estudio, para encontrar afinidad entre lo vasco y lo que ocurría en los pueblos vasco-ibéricos que vivían en la provincia de Lérida y en la de Huesca.
En un artículo del Diario del Alto Aragón, del día 10 de Agosto de2004,fiesta de San Lorenzo, la escritora Julia Emperador dice:”Empezamos a subir la suave y prolongada cuesta de Arratiecho” hacia la Caseta de las Brujas…Cuentan que las brujas del valle de Tena fueron muy famosas y en Búbal, en el Museo de Tradiciones, existe una sala dedicada a ellas. Quizá en ese mismo paraje en medio de la naturaleza, se reunían las brujas del valle de Trasmoz, que engañaron a la joven sobrina del cura y surcaban los cielos del pueblo montadas en escobas, o las brujas de Tamariz, llamadas Jina Bardají y Margalida Escuer, que en combinación con los demonios provocaban grandes tormentas, o las brujas de Tella que se reunían y organizaban grandes aquelarres. Todavía se conserva en esa localidad el museo dedicado a la brujería”.
En cualquier lugar de la provincia que uno pregunte, sale saturado de cuentos o historias de brujas. En Julio del año pasado pregunté a un barbastrense y me dijo que hubo una ¿bruja?, llamada Julieta, a la que venían a ver unos habitantes del planeta Venus. En su juventud fue una mujer bella, teniendo relaciones con el conde y con el abuelo de una ilustre familia de Huesca. Me contaba que en Barbastro, salió un escrito en una publicación ya desaparecida ”Zimbel”, allá por los años ochenta y tres al ochenta y cinco. Por las noches llegaban a su casa varias mujeres en un aparato espacial, desde luego mejor que la simple escoba, aparato que fue pintado en un dibujo para una revista, por maría Pilar Chinestra. Las visitantes trataban de convencerla para que se marchara con ellas. A mi amigo le decía:”Quieren que me vaya con ellas, pero yo no quiero ir”. La transvección o desplazamiento de las brujas, es tradición que lo hacían volando en escobas, palos o palas y antes de la Edad Media se decía que lo hacían sobre carneros, machos cabríos, en bueyes, gatos o perros. Parecía razonable que las brujas se trasladaran ayudadas por los demonios como lo hacían los ángeles y los santos en virtud de la gracia del Señor.
Vestía en Barbastro de “clochard”, con su gabardina, sus botas y una boina negra. Era, en resumen, una bruja pobre pero moderna, aunque su historia interplanetaria ya se había dado muchas veces en dicha historia. Yo creo que no era bruja, es decir, que no tenía pactos con el diablo, porque éste, cuando introducía a una mujer en la brujería, le daba ungüento volador y ella les negaba a sus amigas el volar al planeta Venus, que requería haber recibido del demonio ese ungüento a base de manteca de niño, acónito, belladona y cicuta. Estas drogas les daban alucinaciones, entre las que estaba la de volar y flotar por el aire, ya que se sabe que algunas brujas que habían declarado acudir violando a los aquelarres, se sabía que habían permanecido en sus camas durante el tiempo que decían haber estado volando. Además copulaban las brujas con el diablo y de Julieta no se sabe tal cosa, pues parece que lo hacía con el conde y con el señor de Huesca y la Iglesia consideraba a la mujer “moralmente débil y potencialmente pecaminosa”. A sus diecinueve años y en posesión de una gran belleza (murió a los ochenta y pico de años), se bañaba desnuda en la Punta Flecha en la Malinquera del río Vero,donde la veía el padre de mi amigo, que fue un buen Maestro.
En tiempos pasados había mujeres dominadas por la diosa Diana y Julieta tal vez estaba poseída por la diosa Venus. Poseído, poseso o endemoniado es un hombre o una mujer que se siente poseído por un espíritu impuro, que le hace comportarse o decir las cosas, no como él desearía, sino como ese espíritu desea. Pero yo creo que Julieta no llegó a estar poseída por el demonio, sino sólo por el pecado y aún en este tema habría que escuchar la opinión de San Miguel Arcángel, de si hacía el amor por pecar o solamente por amar. Tal vez no tuviera culpa por haber lavado su cerebro con hierbas, que tan bien conocían las brujas al ir a buscar alimento por el monte, donde encontraban también cualidades nocivas como estupefacientes peligrosos. Con algunas aumentaban el deseo sexual, en otros conseguían la impotencia. Así como los cristianos utilizaban la oración, que en ocasiones daba origen a algún milagro, las brujas empleaban la magia. Todavía se venden libros como el de San Cipriano, que tratan de brujería y que fue el que quería quemar en el hogar aquel vecino de Siétamo, Andrés Lobateras, pero no pudo porque se le escapaba el libro por la chimenea.
Hablan los libros de la metamorfosis, magia por la cual las brujas se podían transformar en animales y dicen que esa fue una forma de magia de las religiones primitivas, porque aquí parece que tenemos vergüenza de figurar en la historia de la humanidad, pero al leer este pasaje, me acordé del caso que ocurrió en Siétamo después de la Guerra Civil y que todavía hoy recuerda y comenta la gente. Decían que en una casa había una bruja, que asustaba a los que iban a visitarla, pero tenían que marchar horrorizados por el miedo que les producían esos ruidos que hacía sonar la bruja. Entre otros acudieron mi padre y el practicante señor Jorge Betrán y mi padre me afirmó que ellos no se habían dado cuenta de nada.
Y llegó el fin, cuando el mozo más valiente d Siétamo, que había sufrido mucho para la Guerra Civil, vio un gato en la escalera, se sacó el cinturón de gran hebilla que llevaba puesto y golpeó con dicha hebilla al gato en la cabeza. El gato entonces le gritó:”¡pégame más!”, porque si lo mataba quedaría libre el gato de la posesión que lo esclavizaba y pasaría a ser poseso el que lo matara. No quiso darle más y al día siguiente apareció el cura del pueblo con la cabeza vendada.
En mi libro “Retablo del Alto Aragón” y en la página cuatrocientos cuarenta y tres, narro la aventura de un cazador que sorprendió a una bruja, que se había transformado en gato, para acudir a Velillas a maldecir a una mujer preñada para darle “mal dau”, con el fin de que muriera su futuro hijo. En página cuatrocientos cuarenta y dos y en mi conferencia sobre encantos, desencantos y encantamientos, escribo:”Un cazador de Sieso caminaba por el monte, pero aquel día en lugar de ver perdices, conejos o liebres, fue algo insólito lo que divisaron sus ojos: sobre una piedra que marcaba la divisoria entre dos campos se encontraba toda la ropa que una mujer de principios de siglo necesitaba para encontrarse bien arropada. Por su mente pasó el leve encanto de la posibilidad de ver un bello cuerpo de mujer, ocasión tan difícil en unos tiempos en que el sol no era buscado para broncear los cuerpos, sino rechazado por las mujeres que tenían a gala para su piel, conservarla blanca como la leche. Pasó también por su imaginación la sospecha de un crimen ritual, pero no descubrió señales de sangre en las ropas de la pobre víctima.
Optó el cazador por esconderse en una espesa mata de carrascas y esperar a la mujer, que necesariamente tenía que llegar a vestirse. Así obtendría, por un lado, el placer de contemplar lo que nunca había visto y, lo que era más importante entre los habitantes de los pueblos,saber quién era la descocada, para correr a contárselo a sus convecinos. No es esta última apreciación peyorativa o una ceremonia dirigida a los pueblerinos, pues hoy día conozco a caballeros ,ciudadanos y modernos que dicen ¿de qué me sirve yacer con la señora marquesa, sino se enteran todos de que he yacido con la señora marquesa?.Pero volvamos al caso que nos ocupa; el hombre seguía esperando y , estrujando su sesera, pensó en que tal vez las brujas anduviesen por medio. El cazador acordándose de que dichas brujas obraban como poderes del mal, quiso contrarrestarlas con una cruz, colocando una que él siempre llevaba consigo, sobre la ropa femenina. Después de esperar un poco “vio avanzar un gato negro, que se dirigió directamente a las vestimentas pero al llegar a ellas, se mostró inquieto y como no sabiendo qué hacer. Había visto la cruz. El amagado salió de su escondrijo y le habló al gato diciéndole: ¿de dónde vienes?. Le contestó: Vengo de Velillas de dar mal”dau” a una mujer preñada para que aborte. ¿Cómo puedes hacer esas cosas?, le preguntó el cazador, a lo que el gato contestó: es que todos los días he de hacer un mal, porque tengo trato con el demonio. Pues ya puedes volver a Velillas a quitarle el mal a esa mujer y dárselo a la clueca. Así lo hizo el gato, y cuando volvió , el buen hombre quitó la cruz de encima de las ropas, se reconvirtió el gato en mujer,se vistió y se fue.
No me aclaró el anciano de ochenta y cinco años que me lo contó y que todavía vive, si conoció a la mujer y si la vio, pero sí me dijo que al cabo de unos días se enteró que había nacido un niño en Velillas y que la clueca de la misma casa en que había tenido lugar tan feliz acontecimiento, no había sacado pollos.
Todavía sigue la brujería buscando el mal de los hombres. Antonio Bruis, persona noble, se marchó de vacaciones a Brasil y una señora le encargó que le trajera una bruja de trapo, se la trajo muy llamativa y con el nombre de Morgana. Era una bruja de origen portugués, como San Antonio de Padua, al que su buena madre le enciende velas delante de la capilla de nogal, que tiene en el pato de su casa.
El Bien y el mal siguen en lucha, que es distinta a la de antes, porque ese mal tiene oprimidos a muchos a los que prestan dineros para amortizar en treinta años y a otros el consumismo los convierte en esclavos y creadores de riqueza.

Kafka

Franz Kafka


La memoria de Kafka se iba debilitando poco a poco y sus recuerdos agradables o bochornosos, como el de aquellos días de verano, de bajas presiones, amenazando tormentas, que no acababan de romper, de aquella calorina, que te mantiene bañado en un sudor que no evapora, de horizontes neblinosos y ambiente agobiante, que no tiene fin; sus recuerdos, repito, no acudían a su mente.
Al tiempo que su memoria se mantenía obtusa, el pobre Kafka  escribía :”Soy incapaz de pensar mínimamente  en un futuro”. ¿Qué estaba, pues, presente en el ánimo del escritor?, naturalmente el presente, pero “el presente era tan malo que creí que no me atrevería a abandonarlo hasta que se convirtiera en un presente feliz”.
Yo me pregunto: ¿cómo siendo su presente tan malo no se decide a abandonarlo?; reflexiono sobre nuestro presente y encuentro la respuesta viendo como nuestras gentes en un pasado  próximo, al  llegar la democracia,  exclamaban, con un afán de acción: ¿qué vamos a hacer? Y ahora, resignadamente, sin tratar de huir hacia delante, se preguntan: ¿qué va a pasar?.

En esta pregunta se encierra como una cerrazón al movimiento, una negación  de la dinámica hacia el progreso, un progreso donde estén compaginados el vivir con ilusión y la ilusión de vivir en libertad; un futuro donde desde la profundidad del filósofo se vea posible la boda del existir con la verdad, donde se den el divorcio de la verdad impuesta con el estar y el existir; divorcio que jamás existiría donde se conservaran con naturalidad la verdad y los hombres.

lunes, 16 de junio de 2025

Desarrollo de la mente humana




He escuchado contar los pensamientos de un muchacho que se llama Daniel, que tiene dieciocho años y a cuyos padres conozco e incluso  a su  abuelo conocí,  ya hace muchos años. Lo he visto haciendo sus deberes escolares, a la buena sombra de su madre, que con sus conocimientos y  su gran amor a los hijos, le ayudaba.
Daniel pensaba en los temas que le proponían en el Colegio, pero además con su propio cerebro, se planteaba problemas existenciales, religiosos y humanos. En su clase, ante la explicación de un profesor y a sus preguntas, respondió que él no creía en nada, que por sí mismo no pudiera comprobar con su visión. Por ejemplo no creía en la Creación del hombre por el Señor, porque nació, como todos nacemos, sin una inteligencia desarrollada, que tardó varios años en desarrollarse, hasta que entró en su juventud, que le hacía pensar en los orígenes de la Tierra, de la Humanidad y ¿por qué no? en los animales, empezando por aquel perro tal vez lobo, que acompañaba a sus abuelos en su casa de Banariés.
Sus pensamientos le dan vueltas por la cabeza ante cualquier problema que se le presente en la vida, por ejemplo cierto día le dieron un folleto de  Alcer o Asociación de Transplantes de órganos y él lo leyó y le dijo a su madre, me gusta esta forma de ayudarse los hombres, pero si doy algún órgano, tal vez no sería admitido allá arriba.
Hace tiempo que afirmó que no creía en el Creador, como decían algunos de los sabios que están en los Alpes, vigilando la aceleración de los protones, pero que al mirarlos, les recuerdan el Big-Bang y dicen que su lugar de pruebas es la “pista de Dios”. Igual le pasa a Daniel, que le inquietan los problemas religiosos y está apuntado al Club del Tiempo Libre, en la Parroquia de Santiago y en la Parroquia del Perpetuo Socorro, le atraen los sonidos de las trompetas, como el año pasado le hacían gozar los sonoros golpes de los tambores.
En su cerebro se dan las reflexiones sobre Dios y los hombres, animados por el lenguaje musical de los tambores, las trompetas y las cornetas.

¡ Este muchacho se queda admirado al escuchar hablar de Dios y de los misterios de la vida, con el lenguaje musical, todavía más misterioso, de las notas que hace sonar en los tambores, en las trompetas y en las cornetas que hace sonar en las procesiones!. 

sábado, 14 de junio de 2025

Abubilla o puput.-

 


Yo  tuve  un  purpute  o  porput  como llamábamos en mi pueblo aragonés de Siétamo, a las abubillas. Eran unas avecillas de tamaño semejante a las picarazas o urracas, pero de una elegancia muy superior. Yo a los cinco años convivía en Siétamo, antes de la Guerra Civil con mi vecino Rafael de Casa Lasierra, que me explicaba la vida  de  las  abubillas  o  purputes, como a él le había contado su hermano mayor José, que explicaba que esas hermosas y cantarinas abubillas, no eran aves emigrantes, sino que en invierno se escondían entre las piedras con qué levantaban  los dueños de los huertos y de las eras, para pasar el invierno. Este dato me obligaba a admirar mucho a los  purputes,  ignorando su paso por su escasa vida. Rafael no llamaba abubillas a esas aves tan elegantes y simpátidas , sino que las citaba como putpus  o purputes. Es que mi amigo y compañero de la vida, en aquellos tiempos hablaba en “fabla argonesa” y usó toda su vida,  hasta que tuvo ochenta años, en aragonés. Usaba en su conversación los artículos “o” y “a”, que usaban todos los niños en aquel entonces, convivían y como allí se unían niños de varias zonas de debajo del Pirineo, también los había que usaban como tales artículos. Efectivamente en Siétamo se usaban los artículos “o” y “a”, pero algunos los cambiaban por otros artículos, como “ro” u “ras” y otros usaban los artículos castellanos.
Mi amigo y compañero Rafael Bruis hablaba en aragonés y a las abubillas las denominaba como purputes. En Aragón eran muchas las palabras comunes con el catalán, pero en aquella época en que se llegó a castigar a muchos niños por expresarse con palabras no castellanas, ya se confunde uno con saber cual sería la auténtica palabra aragonesa.
Pero Rafael era amante de aquellos elegantes purputes, tanto que cazaba alguno de ellos cuando tenía ocasión. Se veía encantado al oír aquel put-put tan sonoro y tan solemne en aquellos tiempos veraniegos y crecía su admiración al contemplar alguno de ellos, cuando subido en una pared de piedras, lanzaba su canto al aire de put-put, con su cresta elevada. Conseguido un put-put y viendo mi deso enorme de poseer tal animal, me lo ofreció a mí a cambio de un espejo luminoso que ,de propaganda, me habían regalado a mí los dueños de una Farmacia de Guarda, como la de Llanas. Me aceptó en seguida el cambio del espejo de belleza biológica de bellos colores y canto, que se oía por la naturaleza, por el alegre espejo de propaganda comercial, que donaban los farmacéuticos a sus clientes. Yo creo que eran más eficaces para encontrar la salud de los enfermos, la viva belleza biológica y su contacto sonoro con la alta naturaleza, que el brillo del cristal del espejo.
Yo me apoderé rápidamente del put-put y para que no se enterara nadie de mi familia de mi cambio comercial, lo encerré en un armario de la recocina de mi casa.
¡Cual sería mi disgusto al ver que no comía las migas de pan que yo le daba y que estaba perdiendo su bello aspecto.
Luego me encontré a la pobre abubilla, que se murió y yo me quedé triste de ver mi torpeza para para dar vida a tan bello y sonoro pájaro.
Ahora que ya no se ven ni escuchan en el monte de Siétamo, esas hermosas avecillas, me encuentro con mi dolor aumentado y veo el medio que rodea a dicho monte, más triste que el antiguo, que me hacía vivir con ilusión.    

viernes, 13 de junio de 2025

“Stabat Mater…”

 


Yo tengo en mi casa heredada de mis antiguos viejos, una imagen de la Virgen Dolorosa y la prisa y la prosa de la vida han hecho que pasara a su vera muchas veces, sin mirarla. Siete puñales clavados soporta su corazón y lágrimas que no salen de sus ojos por haber llorado tanto,  los tiene rojizos, tristes, a punto de llorar sangre, por la sangre derramada de su Hijo, en su Pasión y en su muerte. Cuando vienen mis sobrinos y otros niños  a sus juegos infantiles con los míos, se impresionan y preguntan y se inquietan y al fin confiesan amor a la Virgen Dolorosa. Al ver la impresión que causa a los viejos y a los niños,  al llegar Seman Santa, le rezo un Ave María por las personas que sufren. Otras veces me pregunto si avanzado el siglo veinte, no resulta folklórico, tener esa triste imagen. Pero hay hechos que a diario los padecen gentes buenas de las que nadie se acuerda y los que alcanzaron fama como Paquirri y Pantoja;  pero sientes recordando que la vida sigue siendo como un valle de lágrimas.¿No habéis visto la pasión que ha sufrido el gran torero,  que le ha llevado a la muerte?.

 Me he acordado de    Virgen cuando estaba “juxta crucem lacrimosa”, al ver a Isabel Pantoja junto a la tumba llorosa del hombre, que tanto amaba. Dice el canto litúrgico de la Virgen Dolorosa: “atendite et videte si est dolor sicut dolor meus”  (atended y mirad si existe algún dolor, como el mío) , pero al ver a la Pantoja que a su boda con Paqurri fue llevada por seis blanquísimas yeguas blancas como la nieve pura, al ver, digo a la Pantoja toda vestida de negro, transida por el dolor de multitud de puñales dentro de su corazón, he visto una nueva Pasión, con un dolor semejante al de la Virgen que tengo heredada de mis padres.

¿Es folklórica mi Virgen?. Las escenas de la muerte de un torero tan sereno, de una mujer tan suficiente y de un pueblo, que vive en el siglo veinte, tal vez sean folklóricas como la Virgen que tengo. Sigue existiendo el dolor, sigue existiendo el toreo y sigue existiendo un pueblo, que siente como sintieron sus padres y sus abuelos. Voy a seguir conservando mi Virgen Dolorosa, que ha actualizado la folklórica, la triste Isabel Pantoja.


jueves, 12 de junio de 2025

Sefarditas en Huesca


Siempre, desde niños, se nos han contado los actos malos que cometieron algunos individuos de otras religiones, como aquel, en que unos moriscos le robaron a la Virgen de Bureta, que se venera en el pueblo de  Fañanás , un retablo , con el fin de cortar en una acequia  el agua, que bajaba por ella. En aquellos tiempos en que la cultura era un bien escaso, era difícil que se entendieran cristianos, judíos y musulmanes. Mi padre Manuel Almudévar, me contaba hechos que ocurrieron en la historia, por ejemplo el de un altoaragonés, natural de un pueblo del Somontano y apellidado Palacio,que llegó a ser Diplomático y estando en El Líbano, se le acercó un joven muchacho, que vendía tortas de Ayerbe, nombre tan español como su origen en algún horno, en este caso de Ayerbe. Era un judío sefardita ese que coincidió con Palacio de Berbegal y proveniente de Huesca. Ahora quedan pocos porque han sido perseguidos, refugiándose algunos en el estado de Israel.
En 1492, fueron expulsados los judíos de España, pero  aunque no nos hayamos dado cuenta, muchos emigraron a América, como españoles que eran, otros fueron a Portugal y muchos se convirtieron o lo simularon y la gente los llamaba conversos. La religión judaica es el origen de todas las confesiones fundadas en la Biblia, es decir el cristianismo y la religión musulmana, pero ello no impide que haya gente mala en todas las religiones, que impide su entendimiento. Pero los hombres unidos en la creencia en un Dios Ünico, debían pensar que “ Las espadas se transformarán en rejas de arado, las lanzas en podaderas, y no se enseñará ya más el arte de la Guerra”. En cambio, la gente influida por las enseñanzas que recibía, llamada “judiada”, a la acción realizada contra alguien, como por ejemplo el lucro excesivo de un dinero prestado. Quedaron muchos judíos en España y en Huesca, pues se encuentran apellidos como Salomón o Israel , que proceden  de ellos. En nuestra capital bautizaron en 1106,en la Catedral, a un gran filósofo y escritor judío, nacido en Andalucía, que se convirtió al cristianismo y pasó de llamarse Moisés Sefardí a Pedro Alfonso de Huesca. El Alfonso lo tomó de su amigo el rey o emperador aragonés y gran oscense Alfonso el Batallador. Han pasado muchos siglos y todavía mi abuela Agustina Lafarga, me decía que en  Barrio Nuevo, antiguamente la Judería , había una Sinagoga, ya abandonada. Ahora en lugar distinto al que se creía, ha aparecido un local, en el que se trabaja haciendo fotocopias y se ven distintos capiteles, en los que se aprecian cepas de vid, con sus ramas y sus hojas. Pero en una calle que acaba en la Plaza de la  Catedral, hay una casa en la que está abierto un estanco y me enteré que en los bajos de dicha casa, ha salido otra Sinagoga. Le pregunté por ella a Jesús Benito, que era su dueño y me dijo que había capiteles y otros aditamentos sagrados para hombres talmúdicos y me prometió que me mostraría dicho local. Lo encontré otro día y se lo recordé y él, con gran generosidad me contestó que subiera al Estanco de la Catedral y se lo dijera a la dependienta. Esta, con gran amabilidad, preparó un foco de luz y me enseñó toda la  Sinagoga. A la altura de calle se encuentra un arco de herradura y una columna con un capitel que no es cristiano ni pagano, es simplemente una columna con un capitel geométrico y más adentro hay una sala con dos arcos, también de herradura y en un lado hay una pila redonda de piedra. Bajando por una escalera, colocada en un hueco de la pared  se encuentra otra pila, pero está montada con varias piedras y tal vez puesta en la entrada de la parte baja de la Sinagoga, tal vez para lavarse, como dice el salmo:”Lavaré mis manos entre los inocentes” o tal vez para depositar el Talmud, que se guardaba en lugares, como si fueran sagrarios , porque lo utilizaban para leer textos sagrados. Una vez abajo ,contempla uno varias bóvedas con arcos ojivales,es decir como si sus puntas, fuesen puntas de flecha. Hay cuatro pequeñas salas abovedadas y no se observan objetos judaicos , porque los judíos fueron expulsados en 1492,es decir hace unos cuatrocientos años.  Jesús Benito y su esposa Isabel Pertusa están orgullosos de su sinagoga y querrían verla restaurada, próxima a la  Cristiana Catedral y a la antigua Mezquita, a la que dicen pertenecía parte de la torreta, donde están las tumbas de los hermanos Lastanosa y de mi pariente Azara. No fue ésta, la primera vez que estuve en el Estanco de la Sinagoga, sino que hacía ya muchos años, entré en él y le pedí un paquete de tabaco a la anciana madre de Jesús Benito, pero al mirar la cartera para pagarlo, no la llevaba;  entonces le dije a la buena señora : dejo aquí el tabaco y ya vengo con el dinero necesario para pagarlo, pero ella, que no me conocía, me lo hizo llevar sin pagarlo y diciendo que ya lo pagaría cuando quisiera. La sinagoga me ha hecho recordar a aquella amable persona. Huesca es un maravilloso museo, porque al lado de San Jorge se encuentran los restos del cementerio judío y otro que al que llamaban el Fosalé en Barrio Nuevo; además se pueden ver columnas y arcos de una Sinagoga, pero en la parte alta de la Ciudad de Huesca,viejo se concentran los restos históricos, que comprenden desde los vaco-ibéricos, en el solar de los Templarios, pasando por los romanos, con el mosáico romano del Ayuntamiento, siguiendo por los árabes con sus murallas y por los judíos, que conservan todavía,sin saberlo sus descendientes, una hermosa sinagoga. Todos estos restos se encentran entre numerosos monumentos arquitectónicos  cristianos como la Catedral o San Pedro el Viejo. Si un sefardita de los que todavía quedan en Israel, oyese la palabra Sefarad, equivalente a España y viese las fotos de las sinagogas de Huesca, sus ojos se llenarían de lágrimas, mientras nosotros estamos como olvidados de todos los monumentos, que permanecen en Huesca. 

Aún nos quedan las ranas


 La Grenota.

No sé que tiene la rana, tan verde tan simpática, que cantando su cu-cú a las orillas del agua, hacía que el caballero con su capa y su sombrero, se descubriera ante ella. También se enfadó la rana, cuando pasó una señora, que iba comiendo “esquerola”; cuando le pidió una hoja, no la quiso dar; la cogió del moño y  la  echó a rodar.La llaman “grenouille” en Frania y en nuestras tierras oscenses la llamamos la “grenota”. En Ayerbe, no hace mucho, jugaban a la “grenota”; era una rana de hierro, de hierro de fundición y la pintaban de verde, dejando abierta su boca por la que echaban distantes, unos discos metálicos, que a fuerza de entrar en ella, le despintaban el rojo de sus fauces y su lengua.Las ancas de nuestras ranas son un plato muy sabroso y prestan su agilidad a los músculos humanos y hay quien dice, por aquello de que  “a veces las ranas se vuelven peces”, son útiles al hombre político, para sus metamorfosis.No conozco de este anfibio propiedades curativas, basadas en sus órganos, ni glándulas endocrinas, pero es notorio a las gentes que influye  en la curación de golpes, roces y heridas, que se producen los niños. Invocaban a la rana, aquellas viejas de antes, cuando los niños lloraban, aquejados por sus males, con esa copla sencilla que a todos enamoraba: ”Cura, cura, mal de rana, si no te curas hoy, te curarás mañana”. El mal seguía su curso, esperando ese mañana, pero los lloros cesaban como por arte de magia.¡”Siña” Concha, ”siña” Concha, cuantas veces me cantaste esta coplilla, que reza: ”cura, cura, mal de rana!. Ha llegado ese mañana, un mañana muy lejano y aún me acuerdo de tu canto, y me sirve de consuelo y me ayuda a curar otras heridas, que no se dan en la piel, sino más bien en el alma.Las pobres ranas se acaban,  las que en las balsas saltaban, las que en el río croaban, amantes de los pobres renacuajos, “los cabezudos del agua”.El sapo canta el cro-cró y la rana su cucú. El sapo, más egoísta, está cantando ese cro, que es como un yo monótono, pero la rana amorosa, siempre está diciendo tú. Cuando llegue la calor, acude al oscurecer, bajo los cielos nocturnos, tachonados por estrellas, a escuchar en el ranero de juncos y de espadañas, el cu-cú, cu-cú de miles de verdes ranas, que es como un himno sencillo, que le canta a la esperanza. 

miércoles, 11 de junio de 2025

Ana, la “libre pensadora” o la “hippi” aristocrática




He estado leyéndole a Ana, los sufrimientos, que durante la Guerra Civil, pasó en Lérida y en Tarrasa, su madre, Doña Carmen, que ya está en los ochenta y cinco años de edad y que me ha contado, durante estos días, con gran sentido del humor, en las termas de Comarruga.  Ana, que es hija de Doña Carmen y que había venido a buscarla,  desde Lérida,  me ha cortado para aclararme la idea que me había formado, sobre las aventuras de su madre. Y me ha dicho, al leerle la marcha de las dos niñas de catorce y de doce años, sobre los peldaños por los que se subían a los vagones del tren, contándome  a su vez, que su madre también subía a los vagones de mercancías y abría sus compuertas y rajaba los sacos de carbón o de alimentos, para que la gente necesitada, pudiera recoger carbón para calentarse, y habas o habichuelas, para poder comer. ¡Dios mío!, esta Ana, mucho más joven que las personas mayores que acudimos a las Termas de Comarruga, también tiene conocimientos sobre lo que pasó el pueblo en esa Guerra Civil. Pero ella piensa y reflexiona sobre la actitud  humanitaria de su madre y te abre el pensamiento sobre el papel protector de la mujer hacia sus hijos, hacia su esposo y no sólo hacia ellos, sino hacia toda la sociedad, como deduce de  la labor distribuidora de calor  para las cocinas y para las estufas, y de calorías para los cuerpos. Actuó su madre abriendo las puertas de los vagones y rajando los sacos; estaban abriendo y repartiendo  amor a sus prójimos. Pero la mujer, al acabar periodos oscuros, abre sus pensamientos libremente para repartir la felicidad entre los espíritus de los hombres, como se ve claramente en el comportamiento de Ana, con los hombres y mujeres, que acuden a lavar sus cuerpos con las aguas medicinales de Camarruga.  A todos los escucha, a todos les hace caso y procura distraerlos en las  sesiones de baile, en las que ella misma baila con soltura y con una gracia, que llena de alegría los corazones de los, que hoy día, renuevan su vida con el baile; no como antes  cuando tenían que ir a buscarse el pan de cada día.
Lleva a sus “protegidos” a la Vil-la de Pau Casals, donde les hace gozar del arte, les recuerda aquellos ya viejos cuartos de baño, que a mí me producen tristeza, pero casi todos, el ver la bañera y los grifos de Paul Casals, les alegra los corazones y les da esperanza de un futuro grato. Un futuro del que hablaba Pau con “el lenguaje universal” de la música del violonchelo. Pero Ana no sólo goza con los bosques, los pájaros cantando, sino que me ha hecho reflexionar sobre la actitud de varias mujeres, durante su larga vida, que calladas  y con humildad, hicieron que Pau Casals fuera como un rey del violonchelo, y al mismo tiempo acogido por los reyes y políticos del mundo.
Estoy convencido de la inteligencia de Ana, que pensando libremente, llega a la conclusión de llamarse a sí misma, la “librepensadora”.Pero su pensamiento no le da un aspecto de mujer sabia y retraída en sus reflexiones, sino que siempre está acompañada por una actitud sonriente, acogedora e incluso bailadora y es que es una fémina, es una dama moderna y eterna.
Parece ser Ana, una explicación de la oración bíblica, que así reza :”Envía, Señor , tu Espíritu y todas las cosas serán creadas y renovarás la faz de la Tierra. Es como si su espíritu o su inteligencia estuviera todo el día, buscando la creación del bienestar de los cuerpos de las personas mayores y el arte para sus corazones, Así ella busca la renovación de la faz de la Tierra.
Yo,  Ignacio Almudévar, veo a Ana, como una figura librepensadora y aristocrática, al mismo tiempo, pero un hijo suyo, la ve como una “hippi aristocrática”. Es joven el muchacho y tiene razón en llamar a su madre, la “hippi” en inglés, porque cuando baila en la sala con la nariz roja de un payaso, como tal se identifica.

Si, pero su aspecto es aristocrático, por su elegancia y por sus reflexiones de una mujer “librepensadora”. 

lunes, 9 de junio de 2025

Ruidos y silencios


¿Quién  me presta una escalera
Para subir al madero,
Para quitarle los clavos
A Jesús el Nazareno? (Saeta popular)
Los andaluces cantaban y todavía cantan esta saeta, que es una bella muestra de su sensibilidad ante el sufrimiento, en este caso de Jesús el Nazareno. También en nuestros pueblos existía esa sensibilidad, pero en lugar de inquietarse por quitarle los clavos, les preocupaba más liberar de la corona de espinas, la cabeza de Jesús; tal vez los altoaragoneses, acostumbrados al amable  abrazo del  cacherulo, no soportaban  ver el tormento causado por por el cruel abrazo de las espinas y en lugar de cantar ese deseo, atribuyeron a las golondrinas la piadosa costumbre de despojar al Crucificado de tan bárbaro cacherulo. Nuestros niños tenían como una de sus diversiones preferidas, coger  nidos de toda calse de pájaros, pero siempre respetaban los de las golondrinas. Nuestro pueblos nos enseñaron ese respeto y siempre causaron las golondrinas en nosotros, una veneración religiosa.
Hay otras diferencias más notables, entre el norte y el sur de España, en lo que se refiere a la Semana Santa. En Andalucía las procesiones son más pomposas, las flores adornan los pasos y parecen mitigar el dolor, incluso el de la Dolorosa, las vestiduras de la imágenes son lujosas y brillan las joyas en ellas. Aquí las procesiones son más severas, como si consideráramos más el dolor y la muerte que los andaluces, tan vitalistas, que parecen intuir con clarividencia el triunfo sobre la muerte, la Resurrección, en medio de una primavera exultante. Pero también tenemos diferencias entre la del Santo Entierro de Huesca y las que recorren las calles de nuestros pueblos, cuya escasa población no les permite poner pasos espléndidos de arte, pero costosos para los cofrades, más numerosos en la capital.
Hay lugares donde el único paso no es tal, sino una representación viva de Jesús con la Cruz a cuestas, en que el portador va vestido de nazareno, con la cara tapada e inclinado hacia delante por el peso del leño; va descalzo y en sus tobillos se atan pesadas cadenas que  arrastraban por el suelo lleno de guijarros, hace algunos años. A su lado van otros dos nazarenos, que cogen cada uno una soga atada a la Cruz. Marcan un paso rítmico en medio de un silencio impresionante, pero no total, pues al sonido metálico de las cadenas se unen los de las matracas y caarracas, más el que producen  los grillos que parecen,  en la noche, unirse a la celebración. Las estrellas titilan en el cielo y en las  barandas de los balcones, mediante dos placas metálicas, se prenden faroles, dentro de cuyos cristales brillan tímidas y vacilantes las llamas de las velas. Esto ocurre entre otros pueblos en Siétamo , en Colungo y en Campo, haciendo notar que en Colungo  portan un estandarte altísimo y que en Campo las mujeres portan en una “peaina” a la Virgen Dolorosa. En las torres de las iglesias sustituyen el doblar de las campanas con sus tañidos por el girar de la manivela de la matraca con sus percusiones o roces con sonido de madera. Los niños estaban antes bien provistos de matracas, que resonaban por nuestros pueblos con el mismo tipismo que,  aún ahora, resuenan los tambores en Teruel. Las había de martillos, de uno o de varios, que percutían sobre una tabla; las había con una a modo de estrella de madera, sobre cuyas puntas giraba una lengüeta que las golpeaba, produciendo su consiguiente sonido; otras consistían en dos placas también de madera, unidas en un extremo con una bisagra, que se golpeaban entre sí. Toda la Semana Santa estaban en marcha y en el Oficio de Tinieblas, se emulaban los niños en hacerlas sonar, en tanto los mayores golpeaban los bancos con las manos, los bastones o lo que bien les venía. En Huesca, en el Vía Crucis de Salas, el que no tenía carraca, cogía un cajón de aquellos de tan buena madera y con un palo lo “trucaban firme”. ¿Cómo  no se les ocurrió lo de los tambores igual que en Teruel?.
Me acuerdo de que en mi pueblo, el Viernes Santo por la mañana y antes de la ceremonia por la que el sacerdote comulgaba con la Sagrada Forma del Monumento, los niños íbamos “a matar al diablo” con las matracas, al tiempo que gritábamos: ”A matar al diablo, que está en el estanco, el mundo de rodillas, a romperle las costillas y viva el Monumento que está Cristo dentro!”. Algunas veces un chico se vestía de diablo con cuernos y todo y ¡pobre de él!, que en ocasiones se llevaba alguna pedrada.
Ahora, con las vacaciones, muchos no consideran la Semana Santa, pero de vez en cuando alguno sufre su pasión particular por un hijo muerto contra un árbol, no el de la Cruz ”in quo Cristus pependit”, sino en otro cualquiera, convertido a su vez en Cruz.
Machado añade a la saeta que encabeza el artículo, algunos versos más, como el que reza ”¡Oh, no eres tú mi cantar!, ni quiero, a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar!”.
Algo así debió sentir la periodista Mariuca Lomba, cuando en la “Nueva España” del 21-III-1985, escribía: “¿Por qué el despliegue  de gentes, flores, funerales de despedida a siete jóvenes muertos y no se hace en la misma proporción para recibir a los dos que regresan con vida a sus hogares?”.
Cristo resucitó y nos dijo que amemos como hermanos a los que viven, que será el mayor provecho que podamos sacar de la Semana Santa, pues los muertos están ya en el seno de la Dolorosa y en el Reino de Dios.

domingo, 8 de junio de 2025

Zapatero remendón



Me he acercado a una zapatería, donde apañan o arreglan los zapatos, sandalias e incluso zapatillas. El zapato con que calzaba mi pie derecho, tenía una rotura en los hilos que lo tenían completamente abierto, y ahora, me acudían pensamientos de deshacerme de él y naturalmente de su compañero “zapatil”, que todavía conservaba su fortaleza,  para defenderme a mí,  como caminante, del frío,  del calor, de los golpes que generalmente, con el tiempo, se convierten en callos. He llegado a la zapatería y el buen zapatero, me ha dicho que tendría que dejar el zapato en su taller, para poder arreglarlo y entregármelo, por la tarde. Yo me había despojado del zapato herido o enfermo y lo había depositado en el mostrador de la Zapatería. Dejé pasar a dos o tres señoras, a alguna de las cuales, en el acto les reparó el calzado que le llevaba para arreglarlo. Por lo visto, era un señor sensible, que le producía una pena, dejarme abandonado y ensartando un trozo de hilo en su máquina de coser, en pocos segundos, me dejó mi zapato nuevo.
Yo pensé, este señor no debía haber sido zapatero remendón, sino un político, dedicado a gobernar a su prójimo o próximo, porque demostró sensibilidad, tratando de eliminar molestias en sus clientes, que es este caso serían sus gobernados. No sería como ahora son muchos políticos, que miran sus propios intereses, despreciando la sensibilidad del pueblo gobernado. El zapatero también miraba sus intereses, que consistían en mantener a su esposa y en educar a sus hijos, pero no soñaba con obtener pingües beneficios para comer opíparamente o beber vino o licores, como lo hizo Noé, el del Arca. Y de acuerdo con lo que necesitaba para ser feliz,  sin abusar de nadie, me cobró una cantidad tan pequeña, que uno se quedó más feliz por su económico precio, que por el buen aspecto de su zapato. Tanta era su honradez y su generosidad, que a una señora, que le llevó una zapatilla, para hacerle una mejora, no le cobró nada. Pero hubiera sido un político amante del prójimo, porque al entregarme mi zapato, acercándome su mano, me dijo: ahí tiene mi mano para levantarse de la silla, porque si se apoya en esa tabla, tal vez se caiga.
Yo me sentía feliz de tan agradable comportamiento y ya me marchaba, cuando el Político en que se había convertido el Zapatero remendón, me recordó que en la silla me dejaba una bolsa, que contenía una máquina eléctrica de afeitar, que venía de arreglar, después de pagar un buen precio.¿Por qué no elegimos políticos como el zapatero, que además de ser amables, gobiernan la economía con honradez y hacen ver al pueblo un porvenir próspero?.

Las murallas del Coso Bajo de Huesca



Se encuentran esas antiguas murallas, en la parte posterior de los que fueron Almacenes Escartín,  pero no se trata tan sólo de  murallas, sino que allí, saliendo de ese solar, hacia el Norte y hacia  el  Este,   se encuentra un Teatro Romano.  Están ambos, Teatro y Muralla frente a la  Plaza de Santo Domingo.  Hoy esos Almacenes, se han transformado en un Bar y en una Sala de Fiestas, actuales por sus funciones y en romanas, por su origen y por su belleza, como si el tiempo no corriera. Están ambos diciéndole  al hombre que la vida pasa, pero sigue viviendo generación tras generación y   los hombres, no han podido levantar una denominación más bella y más real, de esa carrera del tiempo, pues  la llaman   “Bendita Ruina”. Pero ha tardado mi amigo Bene Ollés, unos dos mil años en devolver a  aquellas murallas, la alegría que manifestaban los romanos, antes de que se fueran escondiendo   las mismas, con la edificación y apoyo  en ellas, de   locales, donde se vendían alpargatas, cuerdas, talleres de reparación y venta de armas, como la armería de Riba y alimentos de huerta, para que los consumieran las distintas generaciones de oscenses que por al lado de esas murallas, pasaban.
Yo mismo, gracias a la amistad con Angel  Escartín, comerciante en el edificio que se encontraba y se encuentra en el seno  de dichas murallas, me coloqué de Veterinario en aquel Comercio Agrícola –Ganadero, que había fundado  mi  amigo. Él, heredó el local de una clínica veterinaria  de su padre, Don Manuel Escartín, que durante muchos años, como un buen veterinario, arreglaba los cascos de las caballerías y operaba sus defectos, colocaba herraduras nuevas y a veces castraba algún  caballo o potro  joven.
Yo, trabajé con Angel  Escartín en aquellos Almacenes, que recordaban una feria agrícola-ganadera, porque allí entraban continuamente, agricultores y ganaderos, que venían de los pueblos, de los alrededores de Huesca e incluso montañeses y  somontaneses.   Angel Escartín era la figura que presidía aquella procesión continuada de clientes, como  participábamos, todos los oscenses, en la  veneración de las figuras de las procesiones de Semana Santa, enfrente de los almacenes. 

Durante la Semana Santa, íbamos a Santo Domingo, casi todos los habitantes de Huesca,  a besar los pies del Cristo de la Santa Cama. Cristo tenía el rostro, como transmitiendo tristeza a los que íbamos a visitarlo. Los soldados romanos custodiaban a Cristo y en los Almacenes, era Angel Escartín, el que con su sonrisa, complacía  a los compradores y con su conversación, hacía felices a los campesinos, que ahora, a mí,  al menos, me parce que ya no existen. Encima del almacén vivían sus hermanos Jesús y María Cruz, que cuando bajaban a la tienda, Jesús alegraba con sus bromas a las clientas, alegrándose él mismo  con ellas, tanto que   a mí mismo me  hacía sonreír. Hace no mucho tiempo me despedí de María Cruz,  en la Residencia de Chimillas.  Doña Anita, la esposa de Don Angel era y sigue siéndolo,  de una belleza tranquila, amable y cariñosa con todo el mundo. Todavía está gozando de muchos años de vida, que el Señor le va regalando. Con su bondad amaba a todos los que trabajábamos en los almacenes y adoraba y cuidaba a su querido esposo,  Angel Escartín.
Mi trabajo en aquellos almacenes, consistía en que los animales, propiedad de los clientes, gozaran de buena salud, con los machos, caballos y mulas, que labraban sus campos. Cuidaba también del caballo de montar,  de don Manuel, el Señor de Chimillas, al que los gitanos, cuando pasaba por el puente del Isuela, lo saludaban. También procuraba que lus vacas no sufriesen mamitis,  que estropearan el buen sabor y la sanidad de la nata, que ellas producían. Llegaron las granjas de pollos y las de producción de huevos y aquel ambiente parecía que la vida se multiplicaba y se alegraban los granjeros y los comerciantes, con el pueblo que consumía pollos y huevos. De aquella empresa tengo que recordar a muchos compañeros y compañeras, que me ayudaron a convertir en alegre mi vida. El administrador principal era don Julio Casbas y el hombre de trabajo manual más simpático y honrado Antonio, que se  crio  en el Convento de Santa Teresa y allí murió y el hoy periodista, Luis García, que en aquellos tiempos recogía mis escritos, en un trozo de saco de papel, y lo escribía  a máquina, para publicarlo en el Periódico.
 Pero yo,  no veía las murallas que protegían la parte posterior y lateral  de aquellos Almacenes, que ahora exhiben, la belleza de su antigua  arquitectura,  oculta durante muchos siglos. Sin embargo, ahora, en el mismo Coso Bajo, se lee el título del  Bar actual y antiguo Teatro Romano, que no está totalmente restaurado y por las noches, da espectáculos, que divierten a los actuales vecinos de Huesca, igual que entonces, daban en ocasiones, diversión a los entonces oscenses. Ese título es, en latín, ”Bendita Ruina” o “Ruinas benditas”,  como quien alaba  la  misión secular de alegrar a los hombres, con su trabajo , sus  juegos y los lejanos recuerdos  del pasado y con cierta tristeza, pensar que ya murieron.  Han pasado los años, para que la familia Ollés,  renovara la misión de aquel Teatro. Compró los Almacenes Escartín,  mi amigo Bene Ollés y lo restauraron su hijo Miguel,  acompañado por Esther, que es una restauradora genial. Tal vez la protegiera en sus estudios el “Genius Loci” o  espíritu del lugar  del Teatro Romano. 

 No es extraño que al “Genius Loci” o Genio del Lugar, le sucediera algún  Angel de la Guarda, porque el hombre siempre ha creído en seres inmateriales,  que los han apoyado  en sus pensamientos.  Y muy cerca del Teatro Romano, se encuentra la Iglesia de Santo Domingo, donde proliferan en la Semana Santa los Romanos,  con sus caballos, sus Pasos  Religiosos,  en que,  en alguno de ellos se alza un  Angel de la Guarda, como guardaba el Teatro Romano, el “Genius Loci”. Pero Santo Domingo es una iglesia  construida   en el Renacimiento  y hubo otra más antigua, en los confines del  Teatro Romano. En la muralla, se ven todavía los agujeros en la piedra, que apoyaron los maderos que guardaban a Santo Domingo. En una viejísima fotografía se ven soldados romanos de la Semana Santa, donde en otros tiempos estaba la iglesia de Santo Domingo,  apoyada en la Muralla  Y allí estaban tomando algún alimento,  animado por algún trago de vino, que les apoyara en su misión de solemnizar las procesiones.
Hoy, los Ollés,  han remozado el recuerdo de los viejos edificios y murallas de hace XX siglos. Al entrar por el Coso Bajo en el Bar, se adivina al fondo, el antiguo Teatro,  a su derecha se encuentra un muro romano, que formaba parte del Torreón, ya caído,  pero  del que se ve su base, con claridad, en este siglo XXI, en que aún se conserva. Era uno de los casi cien torreones, con que contaba la muralla. Hoy sólo queda uno,  frente al Convento de las Miguelas, que parece haber sido edificado por los cristianos,  ya que su sillería no es tan voluminosa como la que colocaban los romanos.
En el siglo I,  nace el Teatro Romano, que   conectaba con la muralla. Su construcción en diversos puntos de España, se extiende durante el tiempo que duró  la gran cultura romana.  Vespasiano, en el año 72 a. C., mandó construir el Coliseo más grande del Mundo, como fue el Anfiteatro de Flavio. Con ese Anfiteatro los emperadores se ganaban el aprecio de los ciudadanos, ante los espectáculos culturales y también, ¿por qué no decirlo?, de la presentación de espectáculos,  a veces morbosos y otras, sangrientos como las luchas de los gladiadores y el cruel sacrificio de los esclavos por las fieras, que se guardaban en los túneles del Anfiteatro. Los romanos cultivaban una civilización hedonista y los Coliseos o Teatros Romanos, cumplían la misión de distraer y divertir al público. El genio de Roma, pensaba de ese modo, para que el pueblo sin trabajo, mantuviera la Paz. Ahora hay que cambiar las ideas de los gobernantes para hacer feliz al pueblo, mirando  una parte del  resucitado Teatro de Huesca, pues el resto del Teatro, está escondido bajo las casas que rodean la muralla. En el Teatro creado por Ollés, se exhiben espectáculos que fomentan el amor y no el odio. Por ejemplo, en la Sala Genius, que pretende ser el Teatro, se presenta el libro: ”Amor blanco, roto”, los Boleros con humor del  Grupo Maracaibo, Fiestas del Carnaval y multitud de espectáculos de música y de humor.
En Huesca hay cientos de iglesias, ermitas, ruinas, algunas  resucitadas como Bendita Ruina, pero nadie podrá decir que ha visto la Osca romana, si no admite haber contemplado su Teatro Romano. Para contemplar aquel Teatro,  echará visiones oscuras en la muralla,  intentando contemplar una visión clara de todo el Teatro o Anfiteatro. Pero el que mira los restos enterrados, sólo logra ver   una visión oscura del Teatro o Anfiteatro, cuyos restos están enterrados en varias casas vecinas, por delante y por detrás, como en casa de Sopena, en la misma calle que sube por frente a la antigua Santa Rosa,  hasta el Bar Taurino, que se encuentra hacia arriba, con sus restos romanos debajo de su pavimento.
 Pero fueron los Ollés con Esther, los que han abierto con claridad la visión del Teatro Romano, pero  ahora,  Huesca tendrá que esperar a que se siga investigando el Anfiteatro o el Teatro total.
Pero ya tenemos un modelo de amor al pasado, para que siga influyendo en la actualidad y en el porvenir de los ciudadanos oscenses. Este modelo ha luchado y sigue haciéndolo,  para presentarnos a los oscenses, un todavía incompleto Antiteatro romano o Teatro Romano, porque el modelo de creación de Miguel Ollés y de Ester Abadía, directora de la restauración de los lienzos,  se queda parado,  en el reciente descubrimiento de parte del Teatro Romano, en fincas que lindan con los antiguos Almacenes de Angel Escartín, por ejemplo en la finca posterior de la Calle Canellas, número 5.
En la parte trasera de antiguos Almacenes de Escartín,  se da a uno cuenta de la interrupción del Teatro, en la casa del mismo Coso Alto, 79. La  muralla, que marca el fin y el principio del Teatro Romano,  tiene unos cuarenta metros de longitud.   Alcanza en algunas partes una altura de seis metros. Esa fuerte muralla, resiste la presión que  se da entre los edificios de la Calle Peligros, que también contiene restos romanos y la delantera, usada ahora, como Teatro Romano, en la que se encuentra la muralla, en la parte  posterior  del antiguo local de Escartín en el Coso Bajo.
No se encuentra la pureza absoluta de la arquitectura romana, porque hubo tiempos en que se construyó y  otros en qué  se reconstruyó la muralla por los árabes en el año de 875. En la Guerra entre los dos cristianos, dirigidos por dos Pedros, uno el aragonés Pedro IV y el otro Pedro III,  de Castilla, derribaron partes de la muralla y fue necesario reconstruir partes de la misma.  
Con este actual e improvisado Teatro Romano, se ha preocupado Miguel Ollés de la reconstrucción de ese maravilloso Anfiteatro  Romano, imitador del Coliseo Romano, pero ahora están paradas las obras físicas, aunque los cerebros de los técnico arquitectónicos, están pensando en dar soluciones a la  reconstrucción total del Teatro Romano. El cerebro de Miguel,sueña con la terminación de las obras en aquel Teatro Romano, y ha encontrado el nombre del Teatro ,llamándolo “Bendita Ruinas” o benditas ruinas, que protegidas por un “Genius”,quiere convertir aquel espacio en accesible al público, para que en Huesca hay “ un punto de encuentro para unir inquietudes y servir como soporte para cualquier iniciativa de carácter social, cultural y turístico en la ciudad de Huesca y su entorno”.
Del  Coliseo Romano, salieron los Teatros  Romanos de Caesaraugusta y de Osca, ambas ciudades importantes  en el Imperio Romano. En Huesca además de la Universidad Sertoriana, apareció el Teatro Romano. En su muralla, sobre unas enormes rocas naturales, se elevan  sillares, unos romanos y otros árabes, pero bajando por una apertura se alcanza un largo pasillo, que pude ser que acogiera  a las fieras que tal vez se exhibieran,  en diversos actos hedonistas.  Durante la Guerra civil, lo usaron los vecinos del Barrio, para refugiarse de los bombardeos, con que se atacaba a la ciudad de Huesca. Muy antiguos tienen que ser esos pasillos o enormes celdas, pues en sus techos brotan  y han brotado unas, tal vez estalagmitas, que en aquella paz de siglos posteriores al imperio romano, siguen, aunque muy lentamente  creciendo. Dicen del Coliseo Romano (80 d. C.), nombre dado  por el constructor Flavio, que para albergar los espectáculos de gladiadores,   tenía un hipogeo, que era un complejo de túneles y mazmorras. En ellas se alojaban,  por poco tiempo,  pues los esperaban la muerte, los esclavos  y animales salvajes. Allí se exhibían luchas entre gladiadores, carreras de caballos y tiro de pequeños coches y caza de animales o venatorio. En Huesca, no sé si actuaban los gladiadores, pero  había animales salvajes, que abundaban más que en Roma, y éstos eran los toros de lidia. Cerca está la Plaza de Toros, que no se usaba como tal en aquellos tiempos, pero sí que había un local,  donde se guardaban toros para el cercano, no sé si  Anfiteatro o Teatro.    Este se inauguró en el siglo primero,  al mismo tiempo que el Anfiteatro de Zaragoza o Caesar Augusta, en el que podían entrar seis mil espectadores. Fue el emperador Tiberio el que se ocupó de su construcción. Dice la Historia que ambos anfiteatros, el de Huesca y el de Zaragoza, fueron construidos simultáneamente.
Atravesando el pasillo subterráneo, o pasadizo o mazmorra primitiva, se llega a un lugar donde se encuentra una escalera metálica. El Coliseo Romano consta de cuatro pisos y el de Huesca, yo no sé  cuántos,  pero desde luego más de uno. Y de la misma forma que en Roma, empleaban ascensores,  no de los actuales, para subir y bajar de un piso a otro. Allí donde han colocado la escalera, habría algún sistema de subida y bajada.
La cabeza de Miguel Ollés , le da vueltas continuamente, sobre el trazado arquitectónico de la obra romana, pues de vez en cuando  llegan noticias nuevas sobre él. Hace no mucho tiempo se han descubierto en la Calle Canellas, nº 5,nuevas ruinas del Teatro Romano, que dan esperanzas al espacio del número 79, del Coso Bajo de Huesca, de formar con esas ruinas el auténtico Teatro Romano de Huesca.
El “Genius Loci” o Genio del Lugar, protege en ambiente de la entrada de Huesca por la carretera de Barbastro. Se encuentra primero con  el Teatro Romano, la Iglesia de Santo Domingo y la antigua del mismo santo en el Teatro Romano. En la Plaza de toros, existía en tiempos del imperio romano, un lugar donde se guardaban toros, para en alguna ocasión, luchar con ellos o en el Teatro o en los campos vecinos. 

Pero el espíritu de los oscenses ha amado siempre el Teatro y frente a Santo Domingo y debajo del nº 79, de la “Bendita Ruina”, en el siglo XVI, se fundó el “Corral de Comedias”, en el que se representaban obras hasta de Lope de Vega. Yo me acuerdo de la Posada de Laviña, en cuyo corral se representaban las comedias. En sus cuadras, con mi padre, cuando veníamos de Siétamo a Huesca, encerrábamos a la burreta torda, que teníamos desde antes de la Guerra Civil.
En el ordenador, en “Bendita Ruina” se lee: “El concepto de “Genius Loci” hace referencia al espíritu protector del lugar y es heredado de la cultura romana. Lo podemos entender como la atmósfera del lugar, las  preexistencias  ambientales y la memoria colectiva…Artistas y escritores a lo largo de la historia han encontrado inspiración en los lugares y han explicado el fenómeno, tanto en el arte como en la vida cotidiana, cuando se han referido al paisaje o a los ambientes urbanos”.
En aquellas antiguas fechas en que los romanos, enseñaban en los Teatros la cultura hedonista, buscaban  para el pueblo el placer y la ausencia de dolor y ahora Miguel Ollés, busca que el pueblo tenga “iniciativas de carácter social, cultural y turística en la ciudad de Huesca y en su entorno”.
Basta mirar a los primitivos romanos del Imperio que buscaban el hedonismo

Y los miles de soldados romanos, que han acompañado las procesiones de Semana Santa, queda claro que también ellos gustaban de echarse en aquellos días un buen almuerzo,  acompañado de un buen vino. 

sábado, 7 de junio de 2025

Fumando espero




El hombre es libre y unas veces fuma y otras deja de fumar. Antiguamente no se aspiraba el humo del tabaco, porque ni se conocía el tabaco ni se sabía cómo quemarlo, aspirando su esencia por la boca. No era preciso utilizar papel para envolver tan aromática planta, porque los indios, fumaban sin papel. No siempre el fumador dispuso de tan delicado papel de fumar, pero eso no fue nunca un impedimento total para quemar tabaco. Cuando yo era todavía un niño, no disponía de tabaco ni de dinero para adquirirlo, pero mi abuela Agustina, tenía un bote lleno de manzanilla, que olía agradablemente y yo me apoderaba de ella y la llevaba al Colegio de la calle de Villahermosa y con algunos amigos, al salir del colegio, la liábamos, no recuerdo si con papel de fumar o con papel de periódico. ¡Qué atracción ejercía el fumar sobre nosotros tan niños!. No lo sé, pero fumábamos con alegría y quedábamos contentos y felices. Cuando Cristóbal Colón descubrió las Américas, no sé si él gozó de los placeres, que proporciona la nicotina, pero lo gozaron aquellos aventureros e investigadores de la vida, en el Nuevo Continente y volvieron a Europa triunfantes, echando humo por sus bocas. Igual que yo me sentía feliz dando manzanilla a mis compañeros de colegio, se han sentido también felices muchas personas, dando un cigarro a un vecino o a un amigo. Estos regalos favorecían la convivencia entre los hombres, pues facilitaban la conversación entre ellos, sin producir envidias ni corrupciones. Pero otras veces el regalo era mucho más crecido, porque, a veces, se le entregaba a un amigo o a un superior del que se esperaba algún don, un hermoso puro habano o a algún municipal una faria, para evitarse alguna multa. Ahora han prohibido el uso del tabaco en oficinas públicas, donde hace unos días, un “gran jefe”, fumaba conversando con un visitante. Cuando yo estaba en un colegio, se aspiraba un verdadero aroma tabaquil, procedente de algún puro y al decírselo a un profesor, éste respondía que no nos preocupáramos, porque la bondad del jefe, no era capaz de recrearse, cerca de los humildes alumnos. Aquel humo parece ser que procedía del cielo.

¡Qué diferencia de categoría entre las espirales de humo de un habano, que produce “sueños celestiales” y de las que saltan “estrellas fulgurantes”. Al escuchar “Fumando espero al hombre que más quiero”, se da uno cuenta de la unión del humo del tabaco con el placer del amor, cuando se expresa así el cantor o la cantora:”Ver a mi amante solícito y galante,-sentir sus labios, que besa con besos sabios- y el devaneo sutil con mis deseos-cuando sus ojos veo-sedientos de pasión”. Al escuchar:”por eso estando mi bien, es mi pensar un edén, dame un beso de tu boca,-anda que me vuelvo loca,-corre que quiero enloquecer”, pienso si lo que ha fumado el cantor es tabaco nicotinado o más bien cannabis o cocaína.

Pero esta canción, produce recuerdos emocionantes, unos relativos a amor y otros a la paz y tranquilidad que produce el fumar en muchos hombres y mujeres, como dice la letra: ”Tras la batalla en que el amor estalla-Un cigarrillo es siempre un descansillo,- Y aún me parece que el cuerpo languidece-su fuerza y su vigor”.

Si, el humo del tabaco produce pérdidas de fuerza y de vigor, las galaxias en los cielos producen descomunales nubarrones que arrastran el polvo a los agujeros negros. Ya dijo el Señor : ”Polvo eres y en polvo te has de convertir”. Si , todo tiene fin en esta vida y el tabaco “es siempre un descansillo”, porque el trabajo, su pérdida, la vida y el amor producen en el hombre situaciones de nervios y de tristezas, que consuelan con el tabaco. Por eso cantaba la “gachí” : Dame el humo de tu boca, dame que así me vuelvo loca, corre que quiero enloquecer de placer, sintiendo de ese calor, un mundo embriagador,que acaba por prender la llama ardiente del amor.

La bruja Morgana

Julio Caro Baroja en su obra “Las brujas y su mundo”, habla de la diversidad de formas, que a lo largo de la historia, ha adoptado la brujer...