martes, 17 de junio de 2025

La bruja Morgana



Julio Caro Baroja en su obra “Las brujas y su mundo”, habla de la diversidad de formas, que a lo largo de la historia, ha adoptado la brujería, entre las que figura la brujería vasca a lo largo del siglo XVI y “los grandes procesos inquisitoriales de comienzos del siglo XVII (como el de las brujas de Zugarramurdi)….. de la persistencia en el siglo XX de ese género de creencias dentro de sectores rurales colindantes con centros urbanos e industriales altamente desarrollados”. El, como conocía muy bien los problemas de su país Vasco, no hablaba demasiado de la brujería en Aragón. Yo, sin haberme dedicado a investigar este problema, he vivido en mi tierra asuntos realmente de brujería, pero no hace falta haber vivido esos problemas, pues basta mirar alguna revista o estudio, para encontrar afinidad entre lo vasco y lo que ocurría en los pueblos vasco-ibéricos que vivían en la provincia de Lérida y en la de Huesca.
En un artículo del Diario del Alto Aragón, del día 10 de Agosto de2004,fiesta de San Lorenzo, la escritora Julia Emperador dice:”Empezamos a subir la suave y prolongada cuesta de Arratiecho” hacia la Caseta de las Brujas…Cuentan que las brujas del valle de Tena fueron muy famosas y en Búbal, en el Museo de Tradiciones, existe una sala dedicada a ellas. Quizá en ese mismo paraje en medio de la naturaleza, se reunían las brujas del valle de Trasmoz, que engañaron a la joven sobrina del cura y surcaban los cielos del pueblo montadas en escobas, o las brujas de Tamariz, llamadas Jina Bardají y Margalida Escuer, que en combinación con los demonios provocaban grandes tormentas, o las brujas de Tella que se reunían y organizaban grandes aquelarres. Todavía se conserva en esa localidad el museo dedicado a la brujería”.
En cualquier lugar de la provincia que uno pregunte, sale saturado de cuentos o historias de brujas. En Julio del año pasado pregunté a un barbastrense y me dijo que hubo una ¿bruja?, llamada Julieta, a la que venían a ver unos habitantes del planeta Venus. En su juventud fue una mujer bella, teniendo relaciones con el conde y con el abuelo de una ilustre familia de Huesca. Me contaba que en Barbastro, salió un escrito en una publicación ya desaparecida ”Zimbel”, allá por los años ochenta y tres al ochenta y cinco. Por las noches llegaban a su casa varias mujeres en un aparato espacial, desde luego mejor que la simple escoba, aparato que fue pintado en un dibujo para una revista, por maría Pilar Chinestra. Las visitantes trataban de convencerla para que se marchara con ellas. A mi amigo le decía:”Quieren que me vaya con ellas, pero yo no quiero ir”. La transvección o desplazamiento de las brujas, es tradición que lo hacían volando en escobas, palos o palas y antes de la Edad Media se decía que lo hacían sobre carneros, machos cabríos, en bueyes, gatos o perros. Parecía razonable que las brujas se trasladaran ayudadas por los demonios como lo hacían los ángeles y los santos en virtud de la gracia del Señor.
Vestía en Barbastro de “clochard”, con su gabardina, sus botas y una boina negra. Era, en resumen, una bruja pobre pero moderna, aunque su historia interplanetaria ya se había dado muchas veces en dicha historia. Yo creo que no era bruja, es decir, que no tenía pactos con el diablo, porque éste, cuando introducía a una mujer en la brujería, le daba ungüento volador y ella les negaba a sus amigas el volar al planeta Venus, que requería haber recibido del demonio ese ungüento a base de manteca de niño, acónito, belladona y cicuta. Estas drogas les daban alucinaciones, entre las que estaba la de volar y flotar por el aire, ya que se sabe que algunas brujas que habían declarado acudir violando a los aquelarres, se sabía que habían permanecido en sus camas durante el tiempo que decían haber estado volando. Además copulaban las brujas con el diablo y de Julieta no se sabe tal cosa, pues parece que lo hacía con el conde y con el señor de Huesca y la Iglesia consideraba a la mujer “moralmente débil y potencialmente pecaminosa”. A sus diecinueve años y en posesión de una gran belleza (murió a los ochenta y pico de años), se bañaba desnuda en la Punta Flecha en la Malinquera del río Vero,donde la veía el padre de mi amigo, que fue un buen Maestro.
En tiempos pasados había mujeres dominadas por la diosa Diana y Julieta tal vez estaba poseída por la diosa Venus. Poseído, poseso o endemoniado es un hombre o una mujer que se siente poseído por un espíritu impuro, que le hace comportarse o decir las cosas, no como él desearía, sino como ese espíritu desea. Pero yo creo que Julieta no llegó a estar poseída por el demonio, sino sólo por el pecado y aún en este tema habría que escuchar la opinión de San Miguel Arcángel, de si hacía el amor por pecar o solamente por amar. Tal vez no tuviera culpa por haber lavado su cerebro con hierbas, que tan bien conocían las brujas al ir a buscar alimento por el monte, donde encontraban también cualidades nocivas como estupefacientes peligrosos. Con algunas aumentaban el deseo sexual, en otros conseguían la impotencia. Así como los cristianos utilizaban la oración, que en ocasiones daba origen a algún milagro, las brujas empleaban la magia. Todavía se venden libros como el de San Cipriano, que tratan de brujería y que fue el que quería quemar en el hogar aquel vecino de Siétamo, Andrés Lobateras, pero no pudo porque se le escapaba el libro por la chimenea.
Hablan los libros de la metamorfosis, magia por la cual las brujas se podían transformar en animales y dicen que esa fue una forma de magia de las religiones primitivas, porque aquí parece que tenemos vergüenza de figurar en la historia de la humanidad, pero al leer este pasaje, me acordé del caso que ocurrió en Siétamo después de la Guerra Civil y que todavía hoy recuerda y comenta la gente. Decían que en una casa había una bruja, que asustaba a los que iban a visitarla, pero tenían que marchar horrorizados por el miedo que les producían esos ruidos que hacía sonar la bruja. Entre otros acudieron mi padre y el practicante señor Jorge Betrán y mi padre me afirmó que ellos no se habían dado cuenta de nada.
Y llegó el fin, cuando el mozo más valiente d Siétamo, que había sufrido mucho para la Guerra Civil, vio un gato en la escalera, se sacó el cinturón de gran hebilla que llevaba puesto y golpeó con dicha hebilla al gato en la cabeza. El gato entonces le gritó:”¡pégame más!”, porque si lo mataba quedaría libre el gato de la posesión que lo esclavizaba y pasaría a ser poseso el que lo matara. No quiso darle más y al día siguiente apareció el cura del pueblo con la cabeza vendada.
En mi libro “Retablo del Alto Aragón” y en la página cuatrocientos cuarenta y tres, narro la aventura de un cazador que sorprendió a una bruja, que se había transformado en gato, para acudir a Velillas a maldecir a una mujer preñada para darle “mal dau”, con el fin de que muriera su futuro hijo. En página cuatrocientos cuarenta y dos y en mi conferencia sobre encantos, desencantos y encantamientos, escribo:”Un cazador de Sieso caminaba por el monte, pero aquel día en lugar de ver perdices, conejos o liebres, fue algo insólito lo que divisaron sus ojos: sobre una piedra que marcaba la divisoria entre dos campos se encontraba toda la ropa que una mujer de principios de siglo necesitaba para encontrarse bien arropada. Por su mente pasó el leve encanto de la posibilidad de ver un bello cuerpo de mujer, ocasión tan difícil en unos tiempos en que el sol no era buscado para broncear los cuerpos, sino rechazado por las mujeres que tenían a gala para su piel, conservarla blanca como la leche. Pasó también por su imaginación la sospecha de un crimen ritual, pero no descubrió señales de sangre en las ropas de la pobre víctima.
Optó el cazador por esconderse en una espesa mata de carrascas y esperar a la mujer, que necesariamente tenía que llegar a vestirse. Así obtendría, por un lado, el placer de contemplar lo que nunca había visto y, lo que era más importante entre los habitantes de los pueblos,saber quién era la descocada, para correr a contárselo a sus convecinos. No es esta última apreciación peyorativa o una ceremonia dirigida a los pueblerinos, pues hoy día conozco a caballeros ,ciudadanos y modernos que dicen ¿de qué me sirve yacer con la señora marquesa, sino se enteran todos de que he yacido con la señora marquesa?.Pero volvamos al caso que nos ocupa; el hombre seguía esperando y , estrujando su sesera, pensó en que tal vez las brujas anduviesen por medio. El cazador acordándose de que dichas brujas obraban como poderes del mal, quiso contrarrestarlas con una cruz, colocando una que él siempre llevaba consigo, sobre la ropa femenina. Después de esperar un poco “vio avanzar un gato negro, que se dirigió directamente a las vestimentas pero al llegar a ellas, se mostró inquieto y como no sabiendo qué hacer. Había visto la cruz. El amagado salió de su escondrijo y le habló al gato diciéndole: ¿de dónde vienes?. Le contestó: Vengo de Velillas de dar mal”dau” a una mujer preñada para que aborte. ¿Cómo puedes hacer esas cosas?, le preguntó el cazador, a lo que el gato contestó: es que todos los días he de hacer un mal, porque tengo trato con el demonio. Pues ya puedes volver a Velillas a quitarle el mal a esa mujer y dárselo a la clueca. Así lo hizo el gato, y cuando volvió , el buen hombre quitó la cruz de encima de las ropas, se reconvirtió el gato en mujer,se vistió y se fue.
No me aclaró el anciano de ochenta y cinco años que me lo contó y que todavía vive, si conoció a la mujer y si la vio, pero sí me dijo que al cabo de unos días se enteró que había nacido un niño en Velillas y que la clueca de la misma casa en que había tenido lugar tan feliz acontecimiento, no había sacado pollos.
Todavía sigue la brujería buscando el mal de los hombres. Antonio Bruis, persona noble, se marchó de vacaciones a Brasil y una señora le encargó que le trajera una bruja de trapo, se la trajo muy llamativa y con el nombre de Morgana. Era una bruja de origen portugués, como San Antonio de Padua, al que su buena madre le enciende velas delante de la capilla de nogal, que tiene en el pato de su casa.
El Bien y el mal siguen en lucha, que es distinta a la de antes, porque ese mal tiene oprimidos a muchos a los que prestan dineros para amortizar en treinta años y a otros el consumismo los convierte en esclavos y creadores de riqueza.

Kafka

Franz Kafka


La memoria de Kafka se iba debilitando poco a poco y sus recuerdos agradables o bochornosos, como el de aquellos días de verano, de bajas presiones, amenazando tormentas, que no acababan de romper, de aquella calorina, que te mantiene bañado en un sudor que no evapora, de horizontes neblinosos y ambiente agobiante, que no tiene fin; sus recuerdos, repito, no acudían a su mente.
Al tiempo que su memoria se mantenía obtusa, el pobre Kafka  escribía :”Soy incapaz de pensar mínimamente  en un futuro”. ¿Qué estaba, pues, presente en el ánimo del escritor?, naturalmente el presente, pero “el presente era tan malo que creí que no me atrevería a abandonarlo hasta que se convirtiera en un presente feliz”.
Yo me pregunto: ¿cómo siendo su presente tan malo no se decide a abandonarlo?; reflexiono sobre nuestro presente y encuentro la respuesta viendo como nuestras gentes en un pasado  próximo, al  llegar la democracia,  exclamaban, con un afán de acción: ¿qué vamos a hacer? Y ahora, resignadamente, sin tratar de huir hacia delante, se preguntan: ¿qué va a pasar?.

En esta pregunta se encierra como una cerrazón al movimiento, una negación  de la dinámica hacia el progreso, un progreso donde estén compaginados el vivir con ilusión y la ilusión de vivir en libertad; un futuro donde desde la profundidad del filósofo se vea posible la boda del existir con la verdad, donde se den el divorcio de la verdad impuesta con el estar y el existir; divorcio que jamás existiría donde se conservaran con naturalidad la verdad y los hombres.

lunes, 16 de junio de 2025

Desarrollo de la mente humana




He escuchado contar los pensamientos de un muchacho que se llama Daniel, que tiene dieciocho años y a cuyos padres conozco e incluso  a su  abuelo conocí,  ya hace muchos años. Lo he visto haciendo sus deberes escolares, a la buena sombra de su madre, que con sus conocimientos y  su gran amor a los hijos, le ayudaba.
Daniel pensaba en los temas que le proponían en el Colegio, pero además con su propio cerebro, se planteaba problemas existenciales, religiosos y humanos. En su clase, ante la explicación de un profesor y a sus preguntas, respondió que él no creía en nada, que por sí mismo no pudiera comprobar con su visión. Por ejemplo no creía en la Creación del hombre por el Señor, porque nació, como todos nacemos, sin una inteligencia desarrollada, que tardó varios años en desarrollarse, hasta que entró en su juventud, que le hacía pensar en los orígenes de la Tierra, de la Humanidad y ¿por qué no? en los animales, empezando por aquel perro tal vez lobo, que acompañaba a sus abuelos en su casa de Banariés.
Sus pensamientos le dan vueltas por la cabeza ante cualquier problema que se le presente en la vida, por ejemplo cierto día le dieron un folleto de  Alcer o Asociación de Transplantes de órganos y él lo leyó y le dijo a su madre, me gusta esta forma de ayudarse los hombres, pero si doy algún órgano, tal vez no sería admitido allá arriba.
Hace tiempo que afirmó que no creía en el Creador, como decían algunos de los sabios que están en los Alpes, vigilando la aceleración de los protones, pero que al mirarlos, les recuerdan el Big-Bang y dicen que su lugar de pruebas es la “pista de Dios”. Igual le pasa a Daniel, que le inquietan los problemas religiosos y está apuntado al Club del Tiempo Libre, en la Parroquia de Santiago y en la Parroquia del Perpetuo Socorro, le atraen los sonidos de las trompetas, como el año pasado le hacían gozar los sonoros golpes de los tambores.
En su cerebro se dan las reflexiones sobre Dios y los hombres, animados por el lenguaje musical de los tambores, las trompetas y las cornetas.

¡ Este muchacho se queda admirado al escuchar hablar de Dios y de los misterios de la vida, con el lenguaje musical, todavía más misterioso, de las notas que hace sonar en los tambores, en las trompetas y en las cornetas que hace sonar en las procesiones!. 

sábado, 14 de junio de 2025

Abubilla o puput.-

 


Yo  tuve  un  purpute  o  porput  como llamábamos en mi pueblo aragonés de Siétamo, a las abubillas. Eran unas avecillas de tamaño semejante a las picarazas o urracas, pero de una elegancia muy superior. Yo a los cinco años convivía en Siétamo, antes de la Guerra Civil con mi vecino Rafael de Casa Lasierra, que me explicaba la vida  de  las  abubillas  o  purputes, como a él le había contado su hermano mayor José, que explicaba que esas hermosas y cantarinas abubillas, no eran aves emigrantes, sino que en invierno se escondían entre las piedras con qué levantaban  los dueños de los huertos y de las eras, para pasar el invierno. Este dato me obligaba a admirar mucho a los  purputes,  ignorando su paso por su escasa vida. Rafael no llamaba abubillas a esas aves tan elegantes y simpátidas , sino que las citaba como putpus  o purputes. Es que mi amigo y compañero de la vida, en aquellos tiempos hablaba en “fabla argonesa” y usó toda su vida,  hasta que tuvo ochenta años, en aragonés. Usaba en su conversación los artículos “o” y “a”, que usaban todos los niños en aquel entonces, convivían y como allí se unían niños de varias zonas de debajo del Pirineo, también los había que usaban como tales artículos. Efectivamente en Siétamo se usaban los artículos “o” y “a”, pero algunos los cambiaban por otros artículos, como “ro” u “ras” y otros usaban los artículos castellanos.
Mi amigo y compañero Rafael Bruis hablaba en aragonés y a las abubillas las denominaba como purputes. En Aragón eran muchas las palabras comunes con el catalán, pero en aquella época en que se llegó a castigar a muchos niños por expresarse con palabras no castellanas, ya se confunde uno con saber cual sería la auténtica palabra aragonesa.
Pero Rafael era amante de aquellos elegantes purputes, tanto que cazaba alguno de ellos cuando tenía ocasión. Se veía encantado al oír aquel put-put tan sonoro y tan solemne en aquellos tiempos veraniegos y crecía su admiración al contemplar alguno de ellos, cuando subido en una pared de piedras, lanzaba su canto al aire de put-put, con su cresta elevada. Conseguido un put-put y viendo mi deso enorme de poseer tal animal, me lo ofreció a mí a cambio de un espejo luminoso que ,de propaganda, me habían regalado a mí los dueños de una Farmacia de Guarda, como la de Llanas. Me aceptó en seguida el cambio del espejo de belleza biológica de bellos colores y canto, que se oía por la naturaleza, por el alegre espejo de propaganda comercial, que donaban los farmacéuticos a sus clientes. Yo creo que eran más eficaces para encontrar la salud de los enfermos, la viva belleza biológica y su contacto sonoro con la alta naturaleza, que el brillo del cristal del espejo.
Yo me apoderé rápidamente del put-put y para que no se enterara nadie de mi familia de mi cambio comercial, lo encerré en un armario de la recocina de mi casa.
¡Cual sería mi disgusto al ver que no comía las migas de pan que yo le daba y que estaba perdiendo su bello aspecto.
Luego me encontré a la pobre abubilla, que se murió y yo me quedé triste de ver mi torpeza para para dar vida a tan bello y sonoro pájaro.
Ahora que ya no se ven ni escuchan en el monte de Siétamo, esas hermosas avecillas, me encuentro con mi dolor aumentado y veo el medio que rodea a dicho monte, más triste que el antiguo, que me hacía vivir con ilusión.    

viernes, 13 de junio de 2025

“Stabat Mater…”

 


Yo tengo en mi casa heredada de mis antiguos viejos, una imagen de la Virgen Dolorosa y la prisa y la prosa de la vida han hecho que pasara a su vera muchas veces, sin mirarla. Siete puñales clavados soporta su corazón y lágrimas que no salen de sus ojos por haber llorado tanto,  los tiene rojizos, tristes, a punto de llorar sangre, por la sangre derramada de su Hijo, en su Pasión y en su muerte. Cuando vienen mis sobrinos y otros niños  a sus juegos infantiles con los míos, se impresionan y preguntan y se inquietan y al fin confiesan amor a la Virgen Dolorosa. Al ver la impresión que causa a los viejos y a los niños,  al llegar Seman Santa, le rezo un Ave María por las personas que sufren. Otras veces me pregunto si avanzado el siglo veinte, no resulta folklórico, tener esa triste imagen. Pero hay hechos que a diario los padecen gentes buenas de las que nadie se acuerda y los que alcanzaron fama como Paquirri y Pantoja;  pero sientes recordando que la vida sigue siendo como un valle de lágrimas.¿No habéis visto la pasión que ha sufrido el gran torero,  que le ha llevado a la muerte?.

 Me he acordado de    Virgen cuando estaba “juxta crucem lacrimosa”, al ver a Isabel Pantoja junto a la tumba llorosa del hombre, que tanto amaba. Dice el canto litúrgico de la Virgen Dolorosa: “atendite et videte si est dolor sicut dolor meus”  (atended y mirad si existe algún dolor, como el mío) , pero al ver a la Pantoja que a su boda con Paqurri fue llevada por seis blanquísimas yeguas blancas como la nieve pura, al ver, digo a la Pantoja toda vestida de negro, transida por el dolor de multitud de puñales dentro de su corazón, he visto una nueva Pasión, con un dolor semejante al de la Virgen que tengo heredada de mis padres.

¿Es folklórica mi Virgen?. Las escenas de la muerte de un torero tan sereno, de una mujer tan suficiente y de un pueblo, que vive en el siglo veinte, tal vez sean folklóricas como la Virgen que tengo. Sigue existiendo el dolor, sigue existiendo el toreo y sigue existiendo un pueblo, que siente como sintieron sus padres y sus abuelos. Voy a seguir conservando mi Virgen Dolorosa, que ha actualizado la folklórica, la triste Isabel Pantoja.


jueves, 12 de junio de 2025

Sefarditas en Huesca


Siempre, desde niños, se nos han contado los actos malos que cometieron algunos individuos de otras religiones, como aquel, en que unos moriscos le robaron a la Virgen de Bureta, que se venera en el pueblo de  Fañanás , un retablo , con el fin de cortar en una acequia  el agua, que bajaba por ella. En aquellos tiempos en que la cultura era un bien escaso, era difícil que se entendieran cristianos, judíos y musulmanes. Mi padre Manuel Almudévar, me contaba hechos que ocurrieron en la historia, por ejemplo el de un altoaragonés, natural de un pueblo del Somontano y apellidado Palacio,que llegó a ser Diplomático y estando en El Líbano, se le acercó un joven muchacho, que vendía tortas de Ayerbe, nombre tan español como su origen en algún horno, en este caso de Ayerbe. Era un judío sefardita ese que coincidió con Palacio de Berbegal y proveniente de Huesca. Ahora quedan pocos porque han sido perseguidos, refugiándose algunos en el estado de Israel.
En 1492, fueron expulsados los judíos de España, pero  aunque no nos hayamos dado cuenta, muchos emigraron a América, como españoles que eran, otros fueron a Portugal y muchos se convirtieron o lo simularon y la gente los llamaba conversos. La religión judaica es el origen de todas las confesiones fundadas en la Biblia, es decir el cristianismo y la religión musulmana, pero ello no impide que haya gente mala en todas las religiones, que impide su entendimiento. Pero los hombres unidos en la creencia en un Dios Ünico, debían pensar que “ Las espadas se transformarán en rejas de arado, las lanzas en podaderas, y no se enseñará ya más el arte de la Guerra”. En cambio, la gente influida por las enseñanzas que recibía, llamada “judiada”, a la acción realizada contra alguien, como por ejemplo el lucro excesivo de un dinero prestado. Quedaron muchos judíos en España y en Huesca, pues se encuentran apellidos como Salomón o Israel , que proceden  de ellos. En nuestra capital bautizaron en 1106,en la Catedral, a un gran filósofo y escritor judío, nacido en Andalucía, que se convirtió al cristianismo y pasó de llamarse Moisés Sefardí a Pedro Alfonso de Huesca. El Alfonso lo tomó de su amigo el rey o emperador aragonés y gran oscense Alfonso el Batallador. Han pasado muchos siglos y todavía mi abuela Agustina Lafarga, me decía que en  Barrio Nuevo, antiguamente la Judería , había una Sinagoga, ya abandonada. Ahora en lugar distinto al que se creía, ha aparecido un local, en el que se trabaja haciendo fotocopias y se ven distintos capiteles, en los que se aprecian cepas de vid, con sus ramas y sus hojas. Pero en una calle que acaba en la Plaza de la  Catedral, hay una casa en la que está abierto un estanco y me enteré que en los bajos de dicha casa, ha salido otra Sinagoga. Le pregunté por ella a Jesús Benito, que era su dueño y me dijo que había capiteles y otros aditamentos sagrados para hombres talmúdicos y me prometió que me mostraría dicho local. Lo encontré otro día y se lo recordé y él, con gran generosidad me contestó que subiera al Estanco de la Catedral y se lo dijera a la dependienta. Esta, con gran amabilidad, preparó un foco de luz y me enseñó toda la  Sinagoga. A la altura de calle se encuentra un arco de herradura y una columna con un capitel que no es cristiano ni pagano, es simplemente una columna con un capitel geométrico y más adentro hay una sala con dos arcos, también de herradura y en un lado hay una pila redonda de piedra. Bajando por una escalera, colocada en un hueco de la pared  se encuentra otra pila, pero está montada con varias piedras y tal vez puesta en la entrada de la parte baja de la Sinagoga, tal vez para lavarse, como dice el salmo:”Lavaré mis manos entre los inocentes” o tal vez para depositar el Talmud, que se guardaba en lugares, como si fueran sagrarios , porque lo utilizaban para leer textos sagrados. Una vez abajo ,contempla uno varias bóvedas con arcos ojivales,es decir como si sus puntas, fuesen puntas de flecha. Hay cuatro pequeñas salas abovedadas y no se observan objetos judaicos , porque los judíos fueron expulsados en 1492,es decir hace unos cuatrocientos años.  Jesús Benito y su esposa Isabel Pertusa están orgullosos de su sinagoga y querrían verla restaurada, próxima a la  Cristiana Catedral y a la antigua Mezquita, a la que dicen pertenecía parte de la torreta, donde están las tumbas de los hermanos Lastanosa y de mi pariente Azara. No fue ésta, la primera vez que estuve en el Estanco de la Sinagoga, sino que hacía ya muchos años, entré en él y le pedí un paquete de tabaco a la anciana madre de Jesús Benito, pero al mirar la cartera para pagarlo, no la llevaba;  entonces le dije a la buena señora : dejo aquí el tabaco y ya vengo con el dinero necesario para pagarlo, pero ella, que no me conocía, me lo hizo llevar sin pagarlo y diciendo que ya lo pagaría cuando quisiera. La sinagoga me ha hecho recordar a aquella amable persona. Huesca es un maravilloso museo, porque al lado de San Jorge se encuentran los restos del cementerio judío y otro que al que llamaban el Fosalé en Barrio Nuevo; además se pueden ver columnas y arcos de una Sinagoga, pero en la parte alta de la Ciudad de Huesca,viejo se concentran los restos históricos, que comprenden desde los vaco-ibéricos, en el solar de los Templarios, pasando por los romanos, con el mosáico romano del Ayuntamiento, siguiendo por los árabes con sus murallas y por los judíos, que conservan todavía,sin saberlo sus descendientes, una hermosa sinagoga. Todos estos restos se encentran entre numerosos monumentos arquitectónicos  cristianos como la Catedral o San Pedro el Viejo. Si un sefardita de los que todavía quedan en Israel, oyese la palabra Sefarad, equivalente a España y viese las fotos de las sinagogas de Huesca, sus ojos se llenarían de lágrimas, mientras nosotros estamos como olvidados de todos los monumentos, que permanecen en Huesca. 

Aún nos quedan las ranas


 La Grenota.

No sé que tiene la rana, tan verde tan simpática, que cantando su cu-cú a las orillas del agua, hacía que el caballero con su capa y su sombrero, se descubriera ante ella. También se enfadó la rana, cuando pasó una señora, que iba comiendo “esquerola”; cuando le pidió una hoja, no la quiso dar; la cogió del moño y  la  echó a rodar.La llaman “grenouille” en Frania y en nuestras tierras oscenses la llamamos la “grenota”. En Ayerbe, no hace mucho, jugaban a la “grenota”; era una rana de hierro, de hierro de fundición y la pintaban de verde, dejando abierta su boca por la que echaban distantes, unos discos metálicos, que a fuerza de entrar en ella, le despintaban el rojo de sus fauces y su lengua.Las ancas de nuestras ranas son un plato muy sabroso y prestan su agilidad a los músculos humanos y hay quien dice, por aquello de que  “a veces las ranas se vuelven peces”, son útiles al hombre político, para sus metamorfosis.No conozco de este anfibio propiedades curativas, basadas en sus órganos, ni glándulas endocrinas, pero es notorio a las gentes que influye  en la curación de golpes, roces y heridas, que se producen los niños. Invocaban a la rana, aquellas viejas de antes, cuando los niños lloraban, aquejados por sus males, con esa copla sencilla que a todos enamoraba: ”Cura, cura, mal de rana, si no te curas hoy, te curarás mañana”. El mal seguía su curso, esperando ese mañana, pero los lloros cesaban como por arte de magia.¡”Siña” Concha, ”siña” Concha, cuantas veces me cantaste esta coplilla, que reza: ”cura, cura, mal de rana!. Ha llegado ese mañana, un mañana muy lejano y aún me acuerdo de tu canto, y me sirve de consuelo y me ayuda a curar otras heridas, que no se dan en la piel, sino más bien en el alma.Las pobres ranas se acaban,  las que en las balsas saltaban, las que en el río croaban, amantes de los pobres renacuajos, “los cabezudos del agua”.El sapo canta el cro-cró y la rana su cucú. El sapo, más egoísta, está cantando ese cro, que es como un yo monótono, pero la rana amorosa, siempre está diciendo tú. Cuando llegue la calor, acude al oscurecer, bajo los cielos nocturnos, tachonados por estrellas, a escuchar en el ranero de juncos y de espadañas, el cu-cú, cu-cú de miles de verdes ranas, que es como un himno sencillo, que le canta a la esperanza. 

La bruja Morgana

Julio Caro Baroja en su obra “Las brujas y su mundo”, habla de la diversidad de formas, que a lo largo de la historia, ha adoptado la brujer...