El pueblo de Siétamo ya soñó con regar sus
tierras de labor, con las aguas del río Guatizalema, porque en unos papeles firmados el día veintisiete de Agosto de 1822, se comprometen el Albañil
Pascual Borruel y veinticinco agricultores de Siétamo, en hacer posible el
regadío de este Monte.
“ACUERDO DEL PUEBLO DE SIETAMO PARA REGAR SU MONTE CON AGUAS DEL RIO
GUATIZALEMA.”
Este acuerdo está escrito a mano,
el día once del mes de Enero del año de 1823.
Sale en cuartillas y a pluma escrito,
lo siguiente:
“EN EL LUGAR DE SIETAMO, A ONCE DÍAS DEL MES DE ENERO DEL AÑO MIL OCHOCIENTOS VEINTE Y TRES,
El vecindario de este Pueblo que subscribe para llevar adelante el Proyecto de
extraer las aguas del rio Batizalema y abrir el Canal que las ha de conducir á
este monte; se ha convenido en las condiciones siguientes.
1.ra….. Todos los vecinos deberán
contribuir en proporción del Terreno que
hayan de regar á cuantos gastos se ofrezcan en la indicada operación con
hombres y dinero según las necesidades.
2ª….Para la dirección y
distribución de los trabajos que se requieran en la fabrica ó construcción del
Canal e inversión de los canales que se necesiten y demás atenciones que pida
la obra se crea una Junta compuesta del Señor Retor, el Sr, Alcalde, el Sr.
Síndico Sr. Almudévar, Sr.Cabero, Sr. Labastida, y Sr. D. Vicente Benedet, la
cual entenderá exclusivamente en todo lo Gubernativo, económico y distributivo
de este negocio, así en lo respectivo á los operarios, como con los directores
del agua, debiéndose estar en todo tiempo a sus decisiones.
3ª…. Se pondrá por de pronto á
disposición de la misma Junta la cantidad de cien duros satisfechos por los
vecinos con la insinuada proporción para atender á las primeras necesidades,
llevando cuenta formal de su inversión y recaudación que estará a su cargo para
darla á su tiempo al Común.
4ª…Queda la misma Junta facultada
para tratar con los Pueblos participes
de las aguas así para el tanto que estos deban contribuir, como para el tiempo
que deban disfrutar de aquellas.
Así se acordó y firmaron los que
saben; siendo testigos: Juan Antonio Guallar, Maestro de niños y Ramón Sen
Cirujano- Ambos residentes en este Pueblo.”
“EN OTRAS DOS CUARTILLAS, APARECE EL
“COMPROMISO de PASCUAL BORRUEL, QUE FIRMA CON LOS LABRADORES LA CONSTRUCCIÓN DE LOS RIEGOS DE SIÉTAMO”.
“El abajo firmado me obligo por
el presente á dirigir una acequia para conducir el agua en el monte y termino
de este pueblo, empezando á abrirla desde el enfrente del molino del Lugar de
Castejón de Arbaniés, llevarla por el terreno que crea por conveniente en el
monte de dicho Castejón de Arbaniés, llevarla por el terreno que crea por
conveniente en el monte de dicho Castejón, por la Rambla Carrascal de S.E. por
encima del Torno, o Molino de Aceite de don Antonio Cabero, por detrás del
Corral del Piquero, por Baldecán, a cruzar por una mina, por detrás de la
Fuente Alta; por detrás del huerto de d. Felipe Banzo, por la Costera del Llano
a desaguar al Pendón. Deberá proseguir la acequia por la falda de la questa de
la Morera, Cuesta de Baldedona hasta la Buega del monte del Lugar de Bandaliés.
Se me ha de satisfacer por todos
estos trabajos y se deberán todos los abajo firmados á su cumplimiento obligar;
a saber: En dinero metálico ciento quarenta escudos, ó, libras jaquesas en esta forma
Setenta libras en llegando la acequia a la fuente alta, y los otros setenta
restantes a la conclusión enteramente de la construcción de la acequia, en el
monte de Bandaliés. Además dos caíces de trigo y dos nietros de vino, esto y
durante el tiempo de mis trabajos y siempre y cuando pida la cantidad de estos
frutos, o, porción que me acomode.
Con la circunstancia de que para
la construcción de esta Acequia deberán darme y poner a mi absoluta disposición
quarenta hombres jornaleros diariamente y por el tiempo de quatro meses y
medio, hasta llegar a desaguar al Pendón: los meses para franquearme los
quarenta jornaleros deberán contarse de treinta días que se trabaje.
Y para que conste lo firmo en el
Lugar de Siétamo, hoy veinte y siete de Agosto de mil ochocientos veinte y dos.
A todo lo dicho me obligo PASCUAL BORRUEL.
NOTA AL MARGEN
No se le pida el tiempo, al
obligado para la continuación de esta acequia, sino es que emplee todo el que
necesite, quince días más, ni mes menos.
Zenón, Valles Al
“En vista de la antecedente
obligación de PASCUAL BORRUEL, juntos y congregados en la Casa del LUGAR de
este Pueblo, todos los interesados, y que abajo firman; se obligaron, y
comprometieron y obligaron a cumplir en todas las partes y quanto contiene, y
con la circunstancia de que el Ayuntamiento de este Lugar de Siétamo, ha de ser
el que responda de la satisfacción de dicho Borruel contratante del dinero, trigo
y vino porque queda pactada esta construcción.
Se le da facultad a dicho Borruel
para que en caso de enviar algún interesado jornaleros inútiles y que no le
acomoden, los despida y se deberán reponer los que sean sin contradicción ni
escusa alguna.
Y para que pueda servir esta
obligación de Documento suficiente para hacer se cumpla y execute en todas sus
partes que esto contiene, la firmamos en Sietamo, hoy veinte y siete de Agosto
de mil ochocientos veinte y dos”.
A continuación firman los vecinos
de Siétamo.
“Estevan Almudévar Antonio Cavero Zenon Vallés y firma por Esteban Bruis Felipe Banzo
Francisco Morcate Agustin
Calvo. Francisco Bibián Ramón Sipan Antonio Bescos Bicente Benedet Joaquín Soys Antonio Carilla Mariano Arnal Ramon Oliva Juaquin Brabo y firmo por Justo Jiral
Salbio Fabrega Antonio Alfaro, Ramón
Nadal y firmo por Ramón Simón
Zenón Vallés firmo por Josef
Lobaco y por Antonio Lopez Nicolás
Urraca”.
En otro documento:
Varios recibos de la compra de
terrenos necesarios para la ejecución de la acequia de riego:
“Recibo del Alcalde de Arbaniés
Joaquín Catalán de cuatro Duros, recibidos de manos de Josef Isabal de Siétamo.
Arbaniés y Enero a 21 de 1823. Firma Joaquín Catalán, Alcalde”.
“El abajo firmado Digo haber
recibido de Francisco Morcate Diez Duros de Cuenta a la finca vendida para
Cequia de Siétamo. Arbaniés y Febrero a 6 de 1823, Joaquín Catalán, Alcalde.
Son 10 Duros”.
“A Don Estaban Almudébar (año de
1829).Syetamo”.
Huesca y febrero, 4 del 1823.
Muy Sr. Mío Don Esteban. A ya 5
del corriente se yco (hizo) la obra de las sogas A toda perfepción, cuanto
puede ser en mi empleo de cabestrero.
Su peso cinco arrobas y quatro
libras. Su importe quinientos once reales Bellon Cien reales Bellon por otra que asy fue el precio ajustado---dispondrá Vd.
dellas sin dinero y con él.
No ofrece otro Mando Vd. a su amigo que desea
servirle.
Rafael Lopez de Zamora
Son 511 Rvn.”.
Siguiendo la
Historia fracasada del regadío.
Estos son los documentos que
conservó mi padre Don Manuel Almudévar Casaus, en su casa de Siétamo. Al llegar
la Guerra Civil de 1936, se quedó dicha casa, abandonada por la llegada de los,
oficialmente miembros del Ejército Gubernamental, pero según la realidad, ésta,
fue dominada por diversas unidades
anarquistas y sindicalistas. Entraron los “Rojos” en Siétamo durante escasos
días y durante ellos el señor Trisán de Fañanás, que hacía de chófer de los
sublevados contra la República, recogió
los documentos, entre los que se encontraba el proyecto de Regadío de Siétamo
de 1823, que lo entregó a mis primos, dueños de la Farmacia de Llanas.
Allí los guardaron y allí nos los entregaron al acabar la Guerra Civil.
Pero al fin se apoderaron los “Rojos” de Siétamo y Durruti, ocupó Casa
Almudévar, al lado de una ventana que se
asomaba a la Plaza Mayor de Siétamo, hasta que fue llamado a la Capital de
España, donde murió, como una víctima más de aquella salvaje Guerra.
La Guerra es sinónimo de Muerte,
que sacrificó en Madrid a Durruti y a
Siétamo, lo convirtió en un inmenso Cementerio, donde dicen que “descansaban”
unos blancos y otros de color rojo, pero no sólo morían los de color político,
sino el pueblo inocente, que amaba el trabajo y la paz.
Basta abrir los ojos para ver la
destrucción, la huida de los sirios de su Patria y la muerte, que acaba con
miles de vidas.
Ahora, en Siria, mueren los seres
humanos, y entonces en el año de 1833 en la Primera Guerra Carlista, en
Siétamo, se desaparecieron las obras, algunas, antes de empezarlas, como las
“Obras del Pantano de Vadiello”, con el que se regaría el Monte de Siétamo. Ese
Riego ya quedó destrozado cuando en 1832, José Borruel con los vecinos de
Siétamo, hicieron el Proyecto, que acabamos de leer y el escaso pueblo que
todavía vive, se acuerda de aquellas aguas de riego, cuando canta:”Los señores de Siétamo pusieron el monte en
Huerta, y “pa” la Virgen de Nuca pasa el agua por la acequia”. ”Ay , que me
mojo” “Almudévar y Cavero, se pusieron los primeros; lo tuvieron que dejar
porque se acabó el dinero” y brotaban las quejas del pueblo, cuando gritaba:
“ay, que me mojo!. Estas coplas son el escaso recuerdo de aquel fracaso, que
sin corregir, todavía dura en este pueblo. Ahora no ve pasar el agua por la
acequia y se les moja el alma, no con agua, sino con su escasez. También “lo
tuvieron que dejar, porque se acabó el dinero”.
¡Como nos hacen oír estas jotas,
la pre destrucción, que sufrió Siétamo, con la Primera Guerra Carlista por los
años de 1833 y siguientes!. Si, fue la primera destrucción de los riegos de
Siétamo, a la que siguieron, el cambio de destino de las aguas del pantano de
Vadiello,de las orillas de Guatizalema a la Ciudad de Huesca, porque el destino
del Pantano de Vadiello, como dice Julio
Alvira Banzo, para San Lorenzo, el Ingeniero Joaquín Cajal Lasala, firmó el
proyecto del Pantano de Vadiello, el cuatro de mayo de 1911. Como he escrito el
ingeniero “Cajal Lasala planteaba un embalse
de 10 Hectómetros cúbicos de capacidad,
destinado al riego en 22 municipios de la cuenca del Guatizalema, con una
población (entonces) en torno a los 8.000 habitantes, desde que el río
abandonaba las sierras exteriores, hasta
el azud de Abrisén”. Justo cuando se acaba el Monte de Siétamo, se encuentra el
Azud de Abrisén. Ese proyecto, hoy año de 2.016, ya tiene más de cien años. Y
el proyecto que hizo el Albañil Borruel en 1.823, ya va cumplir doscientos
años.
Por Ley de 5 de Febrero de 1943,
fue incluido entre las obras a realizar
en la Cuenca del Ebro, dentro del Plan de Obras Públicas de 1939. Por fin, la
Presa de Vadiello fue construida por la empresa Hemalsa, para entrar en sevicio
el año de 1.971. Puede recoger 16 Hectómetros Cúbicos. El destino del Pantano
de Vadiello es el riego de más de 2.000 hectáreas y el suministro de agua
potable a la ciudad de Huesca.
Se pudo realizar en 1823 el riego
del Monte de Siétamo, pero si la Primera Guerra Carlista, impidió regar el
monte de Siétamo, la construcción del Pantano de Vadiello, volvió a dar la negativa
a esta villa, de regar su monte, porque en la construcción del Pantano, se
volvió a dejar a Siétamo sin agua. Los escasísimos habitantes de Siétamo
ignoran el fracaso de la construcción de los riegos de Siétamo. Pero tienen en
sus memorias, esas coplas, que, antes, les salían de sus gargantas, cuando
cantaban:”Los señores de Siétamo-pusieron el monte en huerta, y “pa” la Virgen
de Nunca- pasa el agua por la acequia”. Y las causas de esa ruina, las
proclaman cundo siguen cantando:”Almudévar y Cavero,- se pusieron los
primeros,-lo tuvieron que dejar –cuando se acabó el dinero”.
Por tercera vez se perdió la
oportunidad de aprovechar los 209´96 hectómetros cúbicos “que entre el
Alcanadre y el Ara suministran para la Hoya de Huesca-Somontano de Guara”. En
la “Propuesta de Estudio de la Nueva Zona Regable Hoya de Huesca-Somontano de
Guara”, Carlos Albasini Martínez, era partidario de la “construcción de doe
embalses,uno ya proyectado en el río Ara,el de Janovas, y otro nuevo,en el río
Alacanadre,que denominamos el embalse de Pedruel.
Desde este embalse, a través de
túneles, sale el agua al río Formiga, cerca de la carretera de Panzano a
Morrano.
Estas obras se han frenado, pero
como dice Albasini: “la provincia de Huesca debe tener una preferencia absoluta
para utilizar en su beneficio, sus propias aguas”.
El río Ara en Jánovas, tendría
ahora dificultades para crear un pantano, pero la parte norte del Rio Guatizalema, para
regar el monte de Siétamo, tendría suficiente agua con la del Alcanadre, retenida
en Pedruel. Los pueblos desde Aguas hasta Siétamo y sus vecinos del Azud de Abrisén, volverían a
vivir, pues se están muriendo.
No les ha faltado a los
aragoneses empeño en convertir sus secanos en regadíos, pero no sólo han sido
fallos económicos, sino los fallos políticos, los que trajeron la Primera
Guerra Carlista, que destrozó el Regadío de la Villa de Siétamo. El segundo
fallo de este riego se debe a la Guerra Civil Española de 1936, que mandó a
Huesca Capital, el agua que se esperaba, ya hacía muchos años, que regara el
monte de Siétamo. ¿Cuál fue la causa de
la falta de riego, por la pérdida del embalse de Jánovas y el agua del embalse de Pedruel, del río Alcanadre?.
Escribe Carlos Albasini “Dos ríos ricos, ayudan a un río necesitado de
auxilios: no deja de ser un símbolo aleccionador”. Es decir que los ríos Ara y
Alcanadre podían suministrar agua suficiente al Somontano, desde Aguas hasta el
monte de Siétamo, en el principio del monte de Fañanás, en el azud de Abrisén.
Desde 1832 hasta el año actual
del 2016, se intentó regar el monte de Siétamo, tres veces y todavía no se ha
conseguido nada.
En Valencia se producen
manifestaciones para que se permita regar su tierra, y en Aragón, no
conseguimos regar el Somontano de Huesca, que ya está casi despoblado. Piden
agua los hortelanos del Mediterráneo y los aragoneses quieren que en primer
lugar se rieguen sus tierras.
En España se han fomentado las
autonomías, hasta convertirlas en países independientes. Para ello dicen que
hay que conducir las aguas que nacen en el interior del Pais, a climas
mediterráneos, donde la producción de frutas y verduras será enorme. Y así se
quiere convertir a España en un territorio, pobre en su interior y de
brillantes países independientes en sus costas. A Aragón, muy pocos años
después de la muerte del Conde de Aranda, se agregó a Cataluña la desembocadura
del Río Ebro y Aranda la quería, como capital del antiguo Reino de Aragón.
Joaquín Costa soñó con un Aragón
regado y gran productor de alimentos, pero sigue la política, impidiendo el
desarrollo de esta Región y al mismo tiempo no permite que se enriquezcan otras
zonas, como Valencia y otras.
Desde 1823, tres etapas se
distinguen en la anulación de los riegos del SOMONTANO, pero ahora siguen
dándose las dificultades para que Aragón prospere, dentro del mapa de España.
Carlos Albasini Martínez, en su
“Propuesta de Estudio de la zona regable Hoya de Huesca-Somnotano de Guara, escribe:
”Tenemos un patrimonio hidrológico que hay que aprovechar en beneficio de
Aragón en cuanto sea posible, por sistemas antiguos o por sistemas nuevos, buscando
siempre la mejora social. Creo que los países con gran futuro no son los
productores de petróleo, sino los poseedores de agua. Hay que aprovechar el
agua y si no lo hacemos, no nos quejemos de que oros quieran hacerlo”.