lunes, 12 de marzo de 2012

Mónica y la sequía



Mónica escribe en el ABC, unos mini-artículos, que hacen pensar a la mente sobre las personas que “con las prisas, las caras”, que muestran,  fijándose en ellas, se entera de que aquella persona que ha pasado a su lado, tiene que correr en la vida y aquella otra que la sigue, demuestra con su cara unas veces alegre y otras triste, la existencia en el interior de los seres humanos, unas veces de alegría y otras de tristeza. Las fachadas de los edificios, que van dejando atrás los caminantes, levantan preguntas sobre la arquitectura de los grandes edificios y otras sobre el problema de aquellos que están callejeando, en sus chabolas. Cuando vuelve al campo se encuentra “con los narcisos florecidos, sabiendo que el cielo y las palabras están en todas partes. A veces piensa en el futuro y sueña: cuando llegue la primavera, ”olerá a Mayo”.
Pero el viernes, 9 de marzo de este año de 2012, escribe con brevedad, pero con un dolor inmenso, sobre la CRISIS y comunica la frase de Joaquín, muy preocupado: Los daños son ya irreversibles en la mayor parte de los cultivos de invierno y lo más probable es que en secano no se siembren los del verano. Y acaba Mónica diciendo: ”La sequía. Pero Dios mío, ¿también el cielo?.   

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