En la Guerra Civil del año 1936, tuvieron los milicianos, anarquistas y compañía, procedentes de Barcelona, la mayor culpa de que medio Aragón quedase destruido, desde Siétamo hasta Belchite.
Tres ciudadanos de Laguarta, en
el Valle del Guarga, al empezar la cruel Guerra por sus crímenes, acudieron a
proteger a Don José, dueño del mejor
patrimonio de Laguarta. Se veían las
cosas mal porque por aquellos pueblos los anarquistas gobernaban y se intuía que si prendían a Don José, inmediatamente lo
matarían. Lo acompañaron en su casa, no sé si dos o tres paisanos de Laguarta,
la noche anterior a la llegada de los que no perdonaban la vida a ningún
ciudadano, que no fuese de sus ideas, porque querían crear un Estado en el que
todos fueran iguales. Claro que eso lo conseguían después de matar a muchos de
sus ciudadanos. El temor a que volviera
el comunismo a matar a multitudes de ciudadanos, es lo que ha pasado en Rusia,
donde los gobernantes comunistas se dieron cuenta de que iban a ser ellos los
zares o emperadores de un pueblo oprimido y rápidamente se quisieron convertir en democráticos.
Los rojos los cogieron presos a
esos dos o tres ciudadanos fieles al Señor de Laguarta, que lo habían
acompañado durante toda la noche y lo encaminaron hacia Jaca. Pero su destino
ya estaba dictado por los que venían de Cataluña, sin afirmar si eran o no eran
catalanes, sino individuos provenientes de la emigración de otros españoles a
su Región. El ochenta por ciento de los catalanes llevan en sus venas sangre de
otras regiones de España y sin embargo muchos los llamaban “charnegos”. Hay
entre los catalanes muchos intelectuales, literatos, grandes comerciantes, pero
líderes políticos, como Ramiro el Monje, no se encuentran muchos. A los dos o
tres vecinos de Laguarta, los llevaron a Gésera, haciéndoles cavar unas fosas
en la tierra para depositar sus cuerpos, antes de ser fusilados. No hizo falta depositar sus
cuerpos en las fosas, porque, cuando acabaron de cavarlas, que supongo no
serían muy profundas, les obligaron a que se metieran en ellas. Aquellos
individuos, que según decían, querían hacer felices a los españoles, no tenían
muchas ganas de trabajar y desde la superficie de la tierra que estaban
pisando, les dispararon con sus fusiles
y poco tuvieron que trabajar para enterrarlos, si no les dieron tierra algunos
acongojados campesinos. Los familiares
de los tres o cuatro vecinos de Laguarta, al acabar la Guerra Civil, fueron a
Gesera, los desenterraron y llevaron los cuerpos a su pueblo natal, Laguarta, y allí siguen descansando. Mataron
a esos tres o cuatro vecinos de Laguarta, por haber tratado de proteger la vida
del Señor o como decían los invasores por haber ”apoyado
a la gran casa”. Por lo visto aquellos
asesinos no querían que hubiese personas distinguidas por su inteligencia y por
sus conocimientos, porque ellos ya tenían abundantes caciques, que con sus
fusiles harían una campaña de igualdad entre los vecinos de los pueblos. En
Ibieca se erigieron algunos caciques y les hacían cultivar la tierra a los
paisanos. Se arruinaron, pero ellos no pegaron ni un golpe en la tierra, sino en los cuerpos de los que mataban con sus
fusiles. Pero como afirmó el herrero oscense “lo malo no desaparece”, porque
después de la Guerra les prohibieron a los vecinos del río Gesera criar
cabras, con las que ellos mismos bebían
leche, hacían quesos y criaban corderos y lechones. Entonces se estaba
industrializando Sabiñánigo y muchos de
sus habitantes, emigraron a esta población industrial. Claro que la crueldad y
la venganza, durante aquella Guerra, se sintió
y se ejercitó por ambos lados, porque en
Loporzano, las derechas hicieron un entierro con la misma proclamación de odio,
que en Gesera. Tenía razón el buen herrero, que proclamó “lo malo no
desaparece”, sino que convive o más bien, va conviviendo.
Siempre se han dado casos de
astucia y de conocimiento por algunos hombres, que lo que buscan es salvar su vida. En Gesera
moraba una Compañía de “milicianos” para “crear la justicia entre los
habitantes del río Guarga”. Y con su labor de vida para el futuro de aquel
país, un día fueron a Avenilla a refrescar su vida, haciendo felices a los
ciudadanos de la cuenca del río Gesera, matando con su fácil maniobra de
fusilar a la gente, a un hombre. Llegaron a Avenilla y allí encontraron a su
víctima, esquilando un macho. Le dijeron que venían a fusilarlo, y él, con la calma de un gran filósofo, les
dijo:¿me dejáis acabar de esquilar este
macho? y los artistas, queriendo dar
color a un acto tan sublime, le dijeron que sí. Al acabar su esquileo , el que
iba a ser fusilado, les dijo si le
dejaban coger la chaqueta y al recibir la generosa aprobación de los asesinos, entró
por una puerta a un cuarto de su casa, donde estaba colgada la chaqueta, se la
puso y desapareció por otra entrada o salida hacia la vida, escapándose a Jaca.
Como no salía, los milicianos asesinos
le gritaban: ¡ven pronto, que te estamos viendo!, y es que probablemente
tendrían miedo de que si entraban en la casa, alguno de ellos, perdiera la
vida, como no les importaba nada fusilar y mandar al otro mundo al buen esquilador. Era mentira que lo vieran,
porque sólo él era el que vio la libertad y se la tomó. Escuché dos
comentarios, uno de alguien que decía: ¡Qué serenidad la de este vecino de Avenilla!,
mientras otro exclamaba:¡anda , qué bien ha hecho “o” pillo, para salvar su
vida!. Esta frase la pronunció un viejo amigo mío, que no ha querido que le
publique su nombre, porque después de setenta
y siete años de ocurrir aquel suceso, aún tiene miedo. ¡Qué razón tenía el herrero, presente en el
bar, donde estábamos tomando un café, cuando pronunció aquellas palabras, que
dicen: ¡lo malo no desaparece!. Y efectivamente el mal no desapareció en
aquellas luchas, porque en Siétamo, fueron los miembros de las Fuerzas, a
buscar al alcalde republicano, y éste de apellido Artero, al verse frente a
ellos, les dijo: ¡déjenme que suba un momento, que ya bajo!. Ya no bajó más,
porque se fue por el tejado a la calle de atrás y se escapó a la zona roja.
Después de la Guerra Civil, estuvo viviendo en Francia. Cuando llegó la Democracia vino a Siétamo,
donde muy amablemente me saludó y estuvimos un rato conversando. Conversamos muy amables, sin tener en cuenta que si el año
1936 coge a mi padre, hubiera desaparecido y a nosotros los hijos, nos hubiese
mandado a educar a Rusia. Es que el mal nunca se acaba, pero hay casos en que
se retrasan las maldades.
En Cataluña, como en Aragón había
muchos caciques, pero carecían de líderes y en lugar de éstos abundaban los
comerciantes e industriales. Franco, al acabar la Guerra Civil, llamó a los
líderes de Huesca, si de tal forma se
les podía calificar, les agradeció su resistencia heroica y les preguntó qué era lo que
necesitaban para hacer crecer al alto Aragón. Los “caciques” dijeron que
habiendo hecho lo que debían, no necesitaban nada más. En cambio los catalanes
fueron protegidos y comenzó su desarrollo, tanto que enseguida empezaron a
emigrar los altoaragoneses a Cataluña. Y tanto se ha desarrollado Cataluña que
ahora se han olvidado de que su primer Rey fue el aragonés Ramiro el Monje y en
Aragón les parece, que si se quiere unir con ellos, lo acogerán. En el extremo Oeste del Pirineo,
el Pais Vasco se desarrolló también. Y hoy por Irún y por Gerona se comunica
Europa con España, pero con España mientras ellos quieran, porque ahora resulta
que en esas dos regiones, piensan algunos,
ideas separatistas. Aragón tenía comunicación con Francia por Canfranc,
pero aquello se despreció y desapareció,
como se despreció cortar la idea del Conde de Aranda, de acabar la desembocadura
del Ebro en el punto de unión del Antiguo Reino de Aragón. Bien se vale que el
Bearn, siempre se ha sentido unido a
Aragón y parece que está trabajando por reconstruir el ferrocarril, de
Canfranc.
Ahora toda España está asustada
por el movimiento de independentismo en Cataluña, pero Aragón, que ya lleva
perdida parte de su población, no ve posibilidad de unir la Industria de
Toulouse con la de Zaragoza. En Cataluña no tienen líderes y en Aragón, si nos
olvidamos del Conde de Aranda, nacido en Siétamo y que quiso desembocar la
navegación del río Ebro, en el Mediterráneo. Después vino el grausino Joaquín Costa, y ya casi no quedaron intelectuales,
que se acordaran de comunicar Zaragoza
con Toulouse, por medio del Pirineo.
Esforcémonos en comunicar España,
Africa, Valencia, Castilla, Extremadura, etc.,etc por el Pirineo Aragonés,
porque se formará el Núcleo Industrial Zaragoza- Toulouse. Si el Gobierno
Catalán pide al resto de España que arregle su economía, los aragoneses debemos
pedir la Tercera Autovía, que no la queremos sólo para nosotros, sino para toda
España. No es soñar el deseo de esta
solución, pues ya Carlomagno, pasó por el
Pirineo a Zaragoza y se llenaron sus montañas de Saltos y Pasos de su general
Roldán.
¿Qué Democracia constituía España, en el Valle
del Guarga, con aquellos que buscaban la libertad de su población con sus
fusiles?. Y los enemigos respondían con
otros fusiles a los que venían de Cataluña y nadie sabía de donde procedían.
¿Qué disciplina imponían a sus guerrilleros?. ¿Dónde estaban los líderes y dónde permanecen
a hora mismo?.
En la Cataluña pura había muchos caciques, pero también carecían
de líderes y de grandes dirigentes
políticos, pero en cambio, abundaban los grandes comerciantes e industriales.
Al llegar épocas de asesinatos, todos se callaban o se escondían y con sus
cuentas de comerciantes e industriales, no podían hacer resistencia a las dictaduras
de los fusiles, ni al cultivo colectivo de la tierra, como ocurrió en Ibieca, ni
al racionamiento completamente libre, que redujo el pueblo a la miseria. Aparece en una fotografía el gran político de
Cataluña Companys, caminando al Castillo –Palacio de Sietamo y ¿qué es lo que
quería?, acordarse del Conde de Aranda u olvidarlo. ¿Es un gran líder o es un
cacique? Con su traje impoluto, su sombrero de ala, su pañuelo colgado en el el
bolsillo pectoral, su calzado perfecto va caminando rodeado de anarquistas, de
labradores sin camisa, de mujeres y de niños a los que les habían ofrecido
caramelos para que le acompañaran. ¿Daba la impresión de ser un cacique o un líder político?. Así nos dejaron el
Castillo- Palacio abrasado y deshecho y casi a todo el Pueblo de Siétamo, que llegó a
ser un conjunto de ruinas, de un tamaño, exagerando la magnitud, mayor de las ruinas del pueblo de Belchite. También
a él lo fusilaron los franquistas, pues parece ser que aquella Guerra fue un
suceso salvaje.
Hay quien piensa que los
empresarios catalanes, que abundan tanto en su País, debían frenar las ideas
separatistas. Pero ellos no responden con claridad, porque, como en aquellos
tiempos de la Val del Guarga, serían aplastados por ese viento salvaje, que
derribó una Central Nuclear, en el Japón.
Querido Ignacio:
ResponderEliminarComo siempre diciendo lo que piensas y que muchos no se atreven a decir , es una delicia leer tus artículos y saber que sigues en la brecha sin desánimo.
Un abrazo de tu amigo Rafael desde Javea
Apreciado Rafael; He leido tu comentarto de los fusiles del río Guarga y aparte de agradecerte,tus ánimos por atreverme a decir verdades en mis artículos, me he llenado de alegría al comprobar que tú, te encuentras vivo y supongo que lleno de salud.Te ruego que me escribas sobre tu vida, para que yo recuerde nuestras aventuras en común, para dar a conocer la muerte del sacerdote, en la finca de las Valles de Siétamo.
EliminarUna maravilla leer sus escritos!
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