San Roman de Morrano (Huesca). |
Es éste, un Señor
del viejo Señorío de Aniés, nacido en el Castillo que se alza en San
Román de Morrano. Ya no se sabe si sigue siendo Señor de Señorío, por ser un
buen número de hermanos y de antecesores, pero conserva las dos Infanzonías
correspondientes a su primer apellido Buil y la segunda que le reconoce como
infanzón del Señorío de Aniés. No se trata de Aniés, el pueblo que está situado
encima de Bolea, sino a un territorio, que tiene que ver con Sieso y con
Morrano. Tiene ya la edad de noventa años, siendo su historia muy larga, pero, él, la alarga más de noventa años, ya que
conoce la antigua Historia de España, sobre todo de Aragón, Cataluña, Valencia
y de las Islas Baleares. Pero no sólo
conoce las conquistas y reconquistas de tiempos pasados, sino que habla de
inventos del siglo diecisiete, de Isaac Peral (1851-1895), inventor del
submarino, idea ya tratada por Julio Verne en “Cien mil leguas de viaje en
Submarino”. Habla también de experiencias
sobre el vuelo de los aviones de Juan de la Cierva (1895-1936), inventor del
autogiro, predecesor del helicóptero. Con sus noventa años de edad, conversa de
todo lo que se le habla con sentido común y guarda libros y documentos, que
sigue leyendo o que él mismo ha escrito o ha dibujado. Alfonso Buil Aniés, es
un inventor, a pesar de tener ya noventa años, pues él inventó el “coche imán”,
del que en España no le hicieron caso, pero que en Alemania, ya funciona. Su
sencillez le llevó, hace ya cincuenta años a comprar los imanes en una
ferretería de Huesca, que todavía los conserva.
Le pasó como a Bello, hermano del
famoso de más de cien años, Pepín Bello, que inventó un arado y cuando ya lo
iba a comercializar, lo fabricaron en Francia. Posee veintiséis patentes de
inventos suyos, creados para la prosperidad y el progreso del pueblo. A mí me
ha enseñado esas papeletas, pero mi cerebro no ha sido capaz de abarcar el
ideario industrial, sobre la creación de
energía eléctrica, a partir del hidrógeno que con su fórmula, se puede
obtener del aire. También posee inventos sobre el aprovechamiento de la fuerza
del agua, que si se ejecutara, sería posible obtener electricidad y formas de
bombeo de líquidos. A parte tiene patentes del sodio, del potasio, del magnesio
y sobre el cloruro de calcio, para obtener hidrógeno de las aguas. Tiene un
invento al que llama la “caja negra”, para aprovechar la fuerza eléctrica del
sol, con lo que se propone, proporcionar calor a las viviendas de los hombres, a
las naves industriales y las granjas de animales. Ahora se ha presentado el
problema de las heces y orinas de los cerdos, a las que se conocen con el nombre
de purín, que por su Ph o acidez, es capaz de abrasar la tierra, que llegará a no
producir nada. Pero me mostró un esquema de eliminación del Ph y si alguien
está interesado, puede preguntarle sobre
el uso de sus fórmulas, a Don Alfonso Buil Aniés. Don Alfonso tiene un cerebro
privilegiado, porque ha creado gran número de patentes de energía renovable y
uno se pregunta de dónde ha sacado este hombre tantos conocimientos. Habla del
carbón, que ya estaba siendo despreciado por la sociedad, que iba cerrando
minas y él ha buscado sistemas para el aprovechamiento de dicho carbón. Ahora
que la sociedad querría eliminar las Centrales Nucleares, se ve la necesidad de
explotar el carbón. Tiene patentes sobre el calcio, el sodio y del magnesio. Y
busca, con la sociedad que lo necesita, el hidrógeno y el etanol, para dar
nuevas fuerzas a la sociedad para encontrar la producción de energía. Hay días
en los que es imposible verlo en Huesca, pues con sus noventa años, se va a Francia
o a Barcelona. Es incansable, pues toda su vida ha viajado por el mundo. Esa
costumbre le viene de su propia familia, pues en la historia de Huesca, un
miembro de la misma, nacido en su castillo de San Román de Morrano, donde nació
Alfonso y que era Dom (domine) Benito Buil, de la orden benedictina, que viajó con
Colón, cuando éste descubrió América. Se enfrentó con Cristóbal Colón, por que
le pareció que el almirante, abusaba de los indios. En Santo Domingo, donde se
conserva la antigua Casa de Colón, que pueden visitar todos los que por allí
llegan, Dom Benito Buil, después de las
discusiones con Colón, tuvo miedo de sufrir algún daño y se marchó a Haití. En
este país residió muchos años y según su pariente Alfonso, puede ser que permanezca
enterrado en el mismo. No se nota en Haití una señal de progreso, sino todo lo
contrario, pero no fue Dom Benito Buil el causante de dicho mal, sino, que más tarde llegaron los franceses y
dedicaron a Haití a establecer esclavos africanos. Parece imposible que Dom
Benito tuviera la desgracia de que su país, por el que tanto luchó, se quedara
retrasado.
El amor a la historia de España y
a su propia familia, le ha movido a recorrer toda América, desde la Patagonia
hasta el Canadá. Ha encontrado americanos con el apellido Buil, en Méjico, en
Estados Unidos, en Chile y fue el mismo Don Alfonso Buil, nacido en San Román
de Morrano, el que corrió la Patagonia hasta el Canadá. En Chile, concretamente,
descubrió y conversó con varios chilenos, apellidados como él, es decir Buil. Algunos
se emocionaron, porque, aunque políticamente, se ha hecho muy poco por la
hermandad entre los españoles y los americanos, éstos hablaban de España como
de la Madre Patria. No me extraña esta actitud de los sudamericanos, cuando
Alfonso Buil, quedó admirado de ver Catedrales de gran valor arquitectónico,
como palacios, Universidades, Colegios, edificios del Gobierno en Méjico con
los Ayuntamientos maravillosos, construidos por arquitectos españoles y mano de
obra, que ya habían levantado templos maravillosos, antes de la llegada de los
españoles. Me he acordado cuando hablábamos de Chile, como en este País Andino,
trabajan clérigos de San Viator, que por cierto el hermano Ramón Arizón Duch, compañero
mío infantil en el Colegio de San Viator de Huesca, murió hace poco tiempo, cuando
iba a fundar otro Colegio.
A Alfonso con sus apellidos Buil,
el primero y Aniés el segundo, le viene el de Buil de la vecina Francia, con
rasgos de común historia de Aragón con el MIDI, tierra bella y poética, con
lenguas como el occitano semejantes a la “Fabla” aragonesa. El primer Buil que
vino a España, vivió al principio en Puigcerdá, pasando luego a Huesca,
fundando el Castillo de Santa María de Buil, cerca de Ainsa y después varios
pueblos, entre los que se encuentra Biel, en las Cinco Villas, luego pasó a
Luesia, cerca ya de Navarra. Este Buil tuvo dos hijos, de los cuales el
segundo, se quedó en Francia y fundó el Condado de Foix, encima de Navarra, en
la misma frontera, en pleno MIdi. El señor Buil, del que hay que recordar el
nombre, estuvo, como he escrito en el Alto Aragón y en Puigcerdá, donde dicen
que murió. Como Aragón y Cataluña estaban unidos para conquistar Valencia y las
Islas Baleares, se puso al servicio del Rey Don Jaime el Conquistador y tuvo
mucha influencia en Valencia. El Rey quiso expulsar a todos los moros, pero
Buil, el francés, le aconsejó que los dejara, porque eran expertos en oficios, en
artes y sobre todo el riego de aquellas tierras, productoras de naranjas. Tuvo
el francés las mismas ideas humanitarias que Dom Benito Buil en la República de
Santo Domingo. Por la antigua Vía Romana, que va desde Huesca a Alquézar, al llegar a
Ibieca, se pasa por la iglesia de Foces, con pinturas románicas, cuyos dueños
los Señores de Foces, influyeron entre otros temas, en la arquitectura de la
Catedral de Valencia.
El apellido Buil se extendió, a
parte de los que quedaron en Francia, por todo Aragón, Navarra,Cataluña y
Baleares. Pero, como hemos visto Alfonso Buil Aniés encontró, en América,
hombres con el apellido Buil. Hemos
comentado el apellido Buil, pero el segundo, Aniés, lo poseían los que eran
Señores de Aniés. Tenían su sede en un castillo que todavía se conserva en San
Román de Morrano. No hay que confundir este Aniés, con el que se encuentra
encima de Bolea.
Desde Sieso y Casbas se ve sobre
un cerro, la aldea de San Román de Morrano y desde ella, una hermana de Alfonso
veía el Monasterio de Casbas, del que llegó a ser Abadesa.
Mis antepasados los Almudévar, de
Sieso, poseían su casa infanzona, al lado de varios edificios de Claver, de
cuya failia salió el jesuita, que se santificó en América del Sur. Violante
Almudévar se casó con un Claver, de los cuales una hija se casó con el Barón de
Siétamo, del que desciende el Conde de Aranda. Este Conde ya propuso al Rey
crear en América, países libres asociados con España. Don Alfonso Buil y Aniés
es pariente lejano de los Claver de Sieso. Don Ignacio Claver fue en la
provincia de Huesca, Jefe de Forestales y en Madrid, Director General de
Agricultura, que apreciaba a los Buil de San Román, porque aparte de ser parientes lejanos, cuando subía
a Sieso, se acercaba a verlos. A veces
organizaban cacerías, sobre todo de perdices.
Este Alfonso Buil Aniés, con sus
noventa años, parece que tiene una inteligencia brillante, y uno se lo explica
al ver aquel pequeño pueblo, que parece que ha bajado de la Sierra de Guara y
se ha puesto a observar la Tierra Plana y ha corrido medio mundo, pero, cuando
está en su domicilio, lee libros, que hablan de la energía y de los
procedimientos, que buscan la obtención del
agua,
del carbón, del hidrógeno, del purín y en tantos otros materiales, que
Dios ha creado. Se le puede aplicar a Alfonso, la frase bíblica, que dice: “ Dios
hizo al hombre a su imagen y semejanza”, con lo cual declara el Señor al hombre,
como Rey de la Naturaleza. Lo que pasa es que no cultivamos nuestros cerebros,
como Alfonso Buil de San Román de Morrano.
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