viernes, 22 de marzo de 2019

Pablo Neruda (2ª Edición)




La vida me va resultando como un espectáculo en el que ya de niño veía en mi maestro revestido con un guardapolvo, con sus gruesas gafas y su boina, que casi nunca se quitaba y luego con otros niños hacíamos barro orinándonos en la Tierra y creábamos huertos imaginarios.
Empezaba a ver la vida en los “cucos” encontrados en el campo de Las Valles, que envolvía  en  mi  pañuelo,   que  guardaba  en los aparejos de  la  burreta   torda de mi casa. Aquellos días en que fui montado en la burra, ocurrió  la  muerte  de  un  compañero  de  Escuela y empecé a ver lo contrario a la vida, como la muerte, al  pensar en el cuerpo de un muchacho que se agarró a un camión con su bicicleta y lo aplastó.
 Bajo la Lonja de la parroquia, estaba depositado el cuerpo del muchacho, en tanto dentro de la iglesia, se celebraban sus funerales. Estaban los fieles dentro de la iglesia y el difunto, en la Lonja dentro de su fúnebre caja, bajo los arcos de piedra  y un joven, ante mi curiosidad, la abrió y una moza me levantó y vi su figura  yerta , pero bella, extrañamente después de muerto con unos ojos totalmente abiertos.
De esas contemplaciones de hechos cotidianos o, según Unamuno “intrahistóricos”, antes de cumplir los seis años, pasé en un instante a verme introducido en los hechos históricos de la Guerra Civil. Un día, que sería por el mes de Julio o de Agosto, un cañonazo sonó cerca de mí y  a  continuación no cesaron de oírse los tiros de los fusiles y los traqueteos de  las ametralladoras.
A mi padre le pidieron las llaves del sótano del Palacio del Conde de Aranda, para meter en él a los detenidos, pro mi padre se negó porque aquel lugar le parecía tenebroso y cruel. Luego el Jefe de zona, le dijo que se fuera a Huesca con su familia y tuvo que ir por la provincia de Huesca  hasta  Zuriza, con intención de pasar a Francia. No hizo tal emigración, pero de acuerdo  de como  otros,  por ejemplo Pablo Neruda hizo viajes más atractivos y curiosos por todo el Mundo.
Cien años se han cumplido del nacimiento de este poeta  y cerca de setenta hace que  fuimos con mi familia en peregrinación por Huesca, Jaca, Ansó  y Zuriza.
Por aquellos años de mil novecientos treinta y cuatro estaba Neruda en Madrid, donde parecía que  el  ambiente  olía a la próxima Guerra Civil, que cuando llegó le hizo escribir:” Creo que esta época va a ser revalorizada históricamente en forma independiente a las pasiones políticas. Y va a asumir una categoría que hasta ahora no se reconoce…porque tuvo tales dimensiones  que  fueron….sumergidas en la sangrienta guerra que conocemos, que naturalmente los españoles no se han detenido todavía en el examen de sus pérdidas y de sus valores”.
Los hechos que durante ella ocurrieron, tocaron su corazón de poeta, lo que le llevó a repetirse: “Creo que esa época va a ser revalorizada históricamente en forma independiente a las pasiones políticas” y se dio cuenta de que España podía “sentirse orgullosa de aquella época” del 27 y sintió el dolor de la muerte de aquel Miguel Herrnández, que “hasta entonces era un genial aprendiz de poeta”; tuvo que llorar la muerte de Federico García Lorca, que “era uno de los poetas más extraordinarios… en que está unida toda la vida  física y biológica con los menesteres del alma y de la poesía”.
El concepto que Neruda tenía de España iba unido a la amistad con sus poetas y no es un recuerdo ”  como el que aparece en 1.935, cuando, cuando publicó su obra “Residencia en la Tierra”, en la que escribe las experiencias que había visitado en sus misiones diplomáticas en Ceilán, Birmania y llegando a ser cónsul en Colombo y en  Singapur. El mundo musulmán y el hindú le inspiraron versos que recuerdan la geometría musulmana a la que podemos admirar contemplando los mosaicos de sus mezquitas, incluídos los mudéjares que están r2evistiendo algunas capillas de nuestra capital oscense.
Neruda al escribir su memorial de la Isla Negra, hace un canto al “desencanto” de todo lo humano, deja sólo la ilusión de los árboles, los ruidos que producen los insectos en la selva y el ruido inmenso de la  Naturaleza, lo que hace que en él no permanezca la verdad del hombre y no mezcla “la vida física y la biológica con los menesteres del alma y de la poesía”, como él mismo escribió que hacía García Lorca. Neruda recuerda las batallas de los indios chilenos o araucanos y le lleva a cantar la gloria de Alonso de Ercilla, pero se abstiene de cantar esa gloria del vencedor español y canta el heroísmo de los araucanos.
Y Neruda se concentra en la recolección de todas las cosas que encuentra y de otras que pierde,como yo al ensuciar mi pañuelo aquel insecto con su “sangre” de color verde,tiré dicho pañuelo, pero un segador, un hombre  integro, me lo trajo luego a mi casa, Yo en las más cercanas salidas de mi pueblo, recogía también “esquilas con su cañabla”, caracoles, botes de farmacia,insectos, aparejos de caballerías, candiles de aceite y abarcas. Pero Neruda además se recogía lupas, mascarones de proa.
Isla Negra, donde se oyen y se ven las olas poderosas del Oceano  Pacífico. Allí contemplaba sus objetos, lo que tal vez le impedía subirse a hablar con el Creador. En los libros de Neruda  de los que dispongo, trata poco del hombre y mucho de las mujeres, recordando sus contactos con  ellas, con contactos como estos: “Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos.-te pareces al mundo en actitud de entrega”. 
El nombra el alma de García Lorca, pero no recuerda demasiado el alma humana, porque tal vez, como hombre criatura de Dios, obedece tan sólo a su fisiología particular, propia de su cuerpo. El tampoco cita mucho a los animales, pero canta la madera, el fuego, a la lluvia, al aire, al tomate, a la zanahoria y a la alcachofa, en las que ve las formas humanas de un guerrero.
Dios hizo bella la naturaleza humana y Neruda encontró belleza en la materia, pero su espíritu le hizo  surgir  esa belleza de la materia , pero se olvidó del alma, que es espíritu. Tal vez no se acordara demasiado del  “Padre Nuestro”, cuando dice : “santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino”. No es extraño que Neruda cuando llegaba el ocaso se asomaba hacia el océano y hacia los Andes y veía el grandioso espectáculo del crepúsculo: “grandioso hacinamiento de colores, rep2artos de luz, abanicos inmensos de anaranjado y escarlata”. Yo desde nuestra casa de Siétamo ,veo por el Norte Fraixinito o Fraxineto, el pico y el tozal de Guara, que nos separan el Somontano de la Montaña y tengo , como Neruda colgadas las abarcas, los cepos y los hierros del caldero del hogar, donde los campesinos se unían alrededor del fuego y contaban sus trabajos y sus aventuras con el uso de los cepos. También están presentes en mi mente los recuerdos de mi hermano Luis, el marino, como mapas y cartularios y de mi hermano el pequeño Jesús, que estuvo cerca de San Juan de la Peña muchos años.
Pero así como yo me he amado con mis padres y con mis hermanos, Neruda no amó a su padre, lo que le llevó a cambiarse su apellido paterno de Reyes por  el  que  le dio la fama de escritor,  a saber el checo Neruda.
Neruda, al llegar el ocaso se  asomaba  hacia el Océano y hacia los Andes y veía un crepúsculo lleno de “grandiosos hacinamientos de colores, repartos de luz, abanicos inmensos de anaranjado y de escarlata”.
¿No tendría Neruda algún proceso psicológico, al ver tales maravillas, que lo llevaría a olvidarse de su padre y de  su  apellido?.
El poema diez de su obra “ Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, en su final dice hablando del Crepúsculo: ”siempre, siempre te alegras de las tardes- hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas”, como si ese crepúsculo le borrase la idea de Dios.
Hay quien asemeja a Neruda con Picaso, pues ambos dedicaron parte de su arte a Stalin. Neruda le cantó con su poesía y Picaso le ofreció un retrato. Ambos fueron premiados por la Unión Soviética con el premio de la paz. Parece que Neruda no amaba a Dios, porque tuvo un compromiso pol2ítico con el paraíso comunista y esa poesía política fue la peor de Neruda, que se olvidó del amor de Dios.
Neruda quiso tener un compromiso político con el paraíso comunista y esa poesía política es lo  peor de la obra de Neruda.  Parece mentira que un poeta como Neruda,cantase la belleza de la Naturaleza creada en este mundo, no por la política del paraíso soviético, sino por algún  Ser superior a la naturaleza humana. No logró Neruda, tan poético en sus cosmologías, salir de un fin vulgar, con sus panfletos, que él quería convertir en divinos.
No hizo Neruda como Sastre, también comunista, que  al estar próximo a su muerte, escribió “He luchado denodadamente por un mundo en el que no me gustaría ser ciudadano”, pero Neruda, quizá inspirado por la poesía, dio un nuevo cambio, volviendo a la poesía dedicada a los objetos corrientes, a esas vulgares cosas que tienen, muchas veces, la virtud de devolver la alegría perdida.
Pero siempre me acordaré del poema número veinte, que dice así: “Puedo escribir los versos más tristes esta  noche.- Escribir, por ejemplo : La noche está  estrellada- y tiritan azules los astros, a lo lejos”- El viento de la noche gira en el cielo y canta.-Puedo escribir los versos más tristes esta noche.- Yo la quise, y a veces ella también me quiso”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Teodoro García, el “mainate” de la Sierra

  He asistido al funeral de este hombre, con una personalidad de hombre trabajador, sensato,  de buen humor,   amante de su familia, y de lo...