Viniendo de Navarra a Huesca por
Carcastillo, ¡cuántas Fiestas me he
encontrado en este pue- blo, con sus novillos bravos, corriendo por las calles
del mismo!. Al salir de Uncastillo, se pasa
por Figarol, pequeño pueblo navarro y por Ayera, en Aragón, se sigue
hasta Sadaba. Una vez llegado a Sadaba, un día de fiesta, te encuentras por sus
calles con caballeros que dirigen unos bravos novillos. En las calles
del pueblo no se ven vallas de madera para evitar ataques de los novillos,
porque éstos corren rodeados por caballos, montados y dirigidos por sus
jinetes.
Estamos en la zona
navarro-aragonesa, donde el toro bravo se mantiene por sus montes. Al salir de
Navarra, se observa a la derecha un lugar donde habitan los toros. Se
trata sencillamente de una ganadería de toros, al norte de España,
que en Navarra y Aragón proporciona esos clásicos astados, que han divertido
durante muchos siglos a esos pueblos del norte de España. Se encuentra esta
ganadería entre el navarro pueblo de Carcastillo
y el aragonés de Sadaba. A la derecha de la carretera se ven
las tierras semidesérticas de Las Bárdenas Reales.
Yo en cierta ocasión cuando
volvía a Huesca desde Pamplona, al llegar a Carcastillo, no pudimos pasar por
el mismo pueblo, sino que tuvimos que apartarnos de su núcleo y coger la
carretera que continúa a Sadaba. Parecía que había llegado alguna fiesta de los
habitantes humanos de Carcastillo, con las figuras bravas de los toros navarros
y aragoneses. Parecía que el Señor, en aquellos años de la Creación había
poblado estas tierras con hombres y mujeres con un dominio sobre el mundo y
unos toros, que poseían un deseo de no dejarse dominar por los hombres. Más
cerca de la carretera se ve el pueblo navarro de Figarol, con un fondo en el horizonte de las Bárdenas Reales y más abajo, se luce el pueblo aragonés de Alera. De éste pueblo
conozco un albañil. director de obras, que trabajó en La Paul de mi pueblo,
Siétamo. ¡Qué aragonés tan abierto, que me contó la romería que hacían en su
pueblo, para venerar una ermita y
beber las aguas de una fuente.
Llegamos al aragonés pueblo de
Sádaba, donde en sus calles, cuando llegan sus fiestas se ve una manada de
toros, pero no se encuentra uno con vallas protectoras de sus vecinos. Se ven
en la foto, jóvenes que se agarran a las rejas de las casas, para subiendo por
ellas, salvarse de las cornadas de los novillos.
Estamos en una zona, donde en
lugar de alejarse los navarros y los aragoneses, da la impresión de que te
encuentras en una misma forma de vida.
Porque desde Sádaba se sube a Uncastillo y éste es un caso singular, porque en el siglo XII, entre los ríos Riguel y Cadenas, se alza el Castillo de la Peña Ayllón, en el término municipal de Uncastillo, que se levantó en el siglo XI. Este Castillo de Sibirana, consta de dos fortines paralelos, que se levantaron para la defensa del Islam, y en terreno más bajo y casi arruinada se encuentra, con una belleza singular la iglesia románica de Santa Quiteria.
Porque desde Sádaba se sube a Uncastillo y éste es un caso singular, porque en el siglo XII, entre los ríos Riguel y Cadenas, se alza el Castillo de la Peña Ayllón, en el término municipal de Uncastillo, que se levantó en el siglo XI. Este Castillo de Sibirana, consta de dos fortines paralelos, que se levantaron para la defensa del Islam, y en terreno más bajo y casi arruinada se encuentra, con una belleza singular la iglesia románica de Santa Quiteria.
Allí se encuentra una larga
historia, que el Gobierno de Aragón debía proceder a restaurar esa zona de una
gran belleza y que hasta hace muy pocos años se ha oído hablar el euskera. Por el monte de Salvatierra de Esca, se
encuentra el río Gabarre, nombre usado en Aragón, con muchos otros. Se
encuentran por la provincia de Huesca nombres vascos, como Escabosa, Escanero,
unidos todos ellos al nombre del río Esca. Estos nombres confirman la existencia
del euskera en la provincia de Huesca, como el nombre propio de Huesca, que
llamaron Wolskan.
A quince kilómetros de Huesca capital, se encuentran los Mallos de Ligüerri, el Barranco de Lazas
con sus mallos y las ruinas
de Isarre o de Isuarre. En la reconquista de la provincia de Huesca,
cerca del Pantano de Vadiello, existía un pueblo, ya desaparecido, que tenía el nombre de
Isuarre y hoy queda este nombre por las ruinas. En esa zona abundan los nombres
vascos, por aquella Sierra de Guara. Hubo
quien pidió a Don Federico Balaguer ,historiador oscense y de su Ayuntamiento,
que buscase algún documento, lo que
logró con el encuentro de un papel de la segunda mitad del siglo XVI, de
1567,en el que se prohíbe los comerciantes hacer mercadurías en euskera. Ha
quedado demostrado por la documentación hallada que en el siglo XVII, se
hablaba euskera en Huesca .
Leo en Wikipedia el artículo Euskera en Huesca
que dice: “Así mismo hemos de citar los
cartularios del Monasterio de San Juan de la Peña, importantísimo Monasterio
cercano a Jaca, fundado por el rey pamplonés Sancho III el Mayor, en donde
aparece abundante toponimia vasca, documentado en el Volumen II del “Cartulario
de San Juan de la Peña” del historiador Antonio
Ubieto Arteta en 1963”.
Los ciudadanos nos olvidamos de
lo que pasó en Huesca en el siglo XVI, con la lengua vasca, pero nos damos cuenta que en San Juan de la
Peña, todavía aparece abundante toponimia vasca, que como acabo de escribir,
está documentada en el “Cartulario de San Juan de la Peña” por el historiador
Don Antonio Ubieto Arteta en 1963. Y debajo de San Juan de la Peña se encuentra
el pueblo de Uncastillo, en el cual
todavía se enseñaba antes de la Guerra Civil el vasco a los aragoneses de ese
hermoso pueblo. ¡Cómo se van olvidando las distintas generaciones de la lengua
vasca, tan sonora y tan bella!. Ahora en Aragón se va olvidando su
participación en la lengua vasca y tampoco nos acordamos del progreso material
de las nuevas generaciones.
En la iglesia de Uncastillo, se
encuentran dibujos y escritos en vasco, que se han usado para enseñar tal
lengua a los niños de la localidad y que se ha abandonado tal enseñanza. No se
enterado el pueblo aragonés por la difusión de tal acontecimiento, sino que se
ha ido olvidando poco a poco la vida de esa antigua lengua vasca en Olivito. No
me extraña que ese fenómeno se haya dado en Navarra y en la casi totalidad en
Aragón.
Cuando te vas enterando del
abandono del uso del vascuence en Aragón, da la impresión de que quisieron
desterrarlo de este mundo, sin recordarlo para siempre como parte de la
historia de estos pueblos. Son muchos otros los temas que hay que cultivar para
desarrollar Aragón, pero aquí, en nuestra Tierra, nos hemos olvidado del
desarrollo económico y vemos como muchos de sus pueblos dan la impresión de que
se van acabando.No encontramos el apoyo de otros pueblos de origen vascongado,
ni del Estado Español en la construcción del ferrocarril que por Canfranc,
desenvolvería el desarrollo de Aragón, de cuya historia nos hemos casi olvidado
y nos encontramos como indiferentes ante ese desarrollo.
¡Qué lástima que muriera don
Federico Balaguer y su
discípulo, gran amigo mío Julio
Brioso.!.
¡Qué ejemplo hemos de sacar de
Navarra para alcanzar el desarrollo!. Cuando pasas desde Carcastillo en Navarra
a Sádaba en Aragón, la carretera que une a ambos pueblos no es modélica, pero
es la misma tierra y la misma ganadería de novillos bravos, pero hay ,tal vez
un abandono en Aragón del desarrollo industrial, por el que se lucha en
Carcastillo , ayudado por Pamplona. Pero cuando llega el viajero a Ejea de los
Caballeros, se alegra al darse cuenta del impulso que
esta Villa, puede dar a todas las Cinco Villas.
Pero la principal obra que debe
hacer Aragón consiste en la pobre y renqueante vía férrea, que comenzó hace
muchísimos años.
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