Ermita Santa Lucia de Ayerbe (Huesca). |
Yo conozco a un
ayerbense, al que muchos conocen con el nombre cariñoso de Chan, pero que en su
Carnet de identidad, está identificado
como Angel Laiglesia. Lleva fuera de Ayerbe, casi medio siglo, pues estuvo en
Zaragoza durante quince años y lleva ya en Huesca unos veinte. Pero tal número de años, no le han hecho
olvidarse de su Villa natal, sino que le han convertido en un aragonés puro,
pues no puede olvidar la Cafetería Pompeya, al lado del Corte Inglés, en la que
se puso a trabajar a los quince años, durante otros dieciséis. Conoce Zaragoza
como conoce a Ayerbe, pues en el río Gállego, se bañó durante varios veranos y
volvió a ver el mismo río en el Término de Zaragoza. Nació en una casa al lado
de la del Curandero de huesos “Beatriz”, que tenía por verdadero nombre el de
Salvador. Le tenía Angel un gran cariño y lo respetaba por sus conocimientos y
sus curaciones. El curandero lo quería mucho a él y a su familia y de ese trato
salió un muchacho muy educado.
Ya se encontraba
bien, viviendo en la gran capital de Aragón, pero un año subió a Huesca, para
trabajar durante las fiestas de San Lorenzo, enamorándose de tales Fiestas y de
su Patrono, el oscense San Lorenzo. ¡Cómo no se iba a
enamorar de San Lorenzo , de sus Fiestas y de los oscenses tan entusiastas,
animando a los danzantes!. El tiene una enorme atención a los clientes que
entran en el Bar Oscense, pero al pasar la procesión acompañando a San Lorenzo
, por delante de las vidrieras , no podía dejar de mirar tal espectáculo, pues
la Procesión ,bajando desde la Catedral a la Basílica del Santo , pasa todos
los años por delante del Bar Oscense. El no podía dejar de exclamar: ¡Viva San
Lorenzo!. Al acabar las Fiestas, no pudo volver a Zaragoza, porque le
ofrecieron trabajar en ese Bar, casi en
las Cuatro Esquinas, donde se daba cuenta de la proximidad de su pueblo de
nombre vasco –ibérico y de las ermitas que se elevan en el mismo. La más alta
la de San Miguel, que vigila todo el pueblo desde una gran altura. A veces iban
a la Ermita de Nuestra Señora de Casbas, pero de la que más recuerdos
agradables le quedan, es de Santa Lucía, cuya ermita se encuentra al lado de un campo
de su familia. Donde más se divertía era en la romería que hacían los devotos
de San Pablo a una ermita, que está situada en el término de Barbanés. Allí los numerosos
romeros de todo el pueblo, almorzaban ,comían y bebían y cantaban.
A mi lado, cuando
escribía la romería a San Pablo de Ayerbe, estaba el cantante Carlos Romero y
con una dulce música y con su voz entonada, se puso a cantar:”Van subiendo los
mozos-con los corderos al hombro-Sube la gente contenta- a la Fiesta de San
Pablo-Y la gente por los prados, - no dejaban de bailar-mientras oían guitarras-
y bebían vino del lagar.”
Allí, en el Café-
Bar Oscense se encuentra, para mí eternamente, el aragonés Angel Laiglesia,
sirviendo a sus numerosos amigos que constantemente llegan a consumir y a
saludarlo.
Muy bonito
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