Hace ya unos
años le presenté a José María Ferrer Salillas, Licenciado en Historia y en su
pueblo natal, un libro titulado: "Velillas, en el Somontano oscense".
El Sr. Alcalde de esta ilustre Villa de Angüés,
sintió nostalgia de poder escuchar una historia como la de Velilas, pero
que tratase de Angüés y José María agradecido del buen comportamiento que con
él había tenido, le prometió que investigaría datos sobre la historia de Angüés
y, como cumplimiento de aquella promesa, nos vemos todos, ahora, sorprendidos
por la aparición de la misma.
Ya en el
prólogo de la obra Don Manuel García Guatas, hombre eminente en la Universidad
de Zaragoza, escribe: "Es recomendable hacer un alto, por ejemplo, en esa
terraza natural acondicionada de la vecina estación de servicio, desde donde se
puede extender lentamente la vista sobre un paisaje repleto de matices
cambiantes de luces y sombras aterciopeladas o de arrebolados atardeceres por
el horizonte de Torres de Montes y Pueyo de Fañanás".Y es que Angüés tiene
una comarca semejante a la de Siétamo, más bien igual por el Sur, como nos
acaba de dar a entender el Sr. Guatas por medio de la alusión que ha hecho a
los pueblos de Pueyo de Fañanás y Torres de Montes. Y el pueblo de Velillas,
donde nació José María, se encuentra limitando por el Oeste con Siétamo y por
el Este con Angüés .Por el Norte tenemos ambos ayuntamientos la presencia de
Ibieca, con su monumental San Miguel de Foces. (pág. 17). E históricamente es
común la pertenencia al Real Monasterio de Montearagón, dando el autor noticia
de que "puede apreciarse la contribución y poderío del monasterio de
Montearagón" y "se conoce a Marco de Angüés como scriptor en el año
1247, ocupado en extender documentos en magnífica letra carolina".
Estaba
Angüés rodeado de lugares como La
Castena, La Torraza, Mesones, Arnillas y otros, que acabaron con la
desaparición de sus habitantes, debido a la Peste Negra y cuenta el autor,
"casí sin veracidad histórica", lo mismo que se cuenta del término de Abrisén, que pasó a Fañanás y
tantos otros en casi todos los pueblos que quedan en la Provincia, a saber que
"María Lacoma fue‚ la única superviviente de Arnillas y, al quedarse sola,
trató de buscar asilo en los pueblos cercanos; llegó hasta Bespén, donde fue‚
rechazada por temor al contagio, lo mismo que le ocurrió en Blecua y Torres de
Montes. Por fin fue acogida en Angüés, donde vivió asilada en la torre de la
iglesia hasta el final de sus días. Como era ella la única heredera de los
pueblos arrasados por la Peste, quedaron los de Angüés dueños de todas sus
tierras".La verdad es que Angüés luchó siempre por lo que le interesaba y
dicen que se quiso llevar las campanas de Bascués, cuando este desaparecido
pueblo, abandonó su iglesia; la cuestión es que los de Casbas decían :
"los de Angüés, furtacampanas de Bascués".
Pero siguió la
historia haciendo su curso y, al llegar Alfonso XIII, en el año 1906, hace ya
cerca de 100 años, le otorgó a Angüés el título de Villa, con los privilegios
que tal rango lleva consigo.
Pero las
guerras civiles se han ensañado con la parte medio-oriental de Aragón, donde
los muertos, de uno y otro lado, han sido numerosísimos y el despojo de riquezas
del trabajo, de obras de arte, ha llegado a dejar pueblos sin cuadros, sin
libros, sin pinturas en sus iglesias, sin estatuas, sin tallas, llegando a ser
pueblos mártires, a los que no se les ha reconocido nada, no se les ha devuelto
nada, ni nada han reclamado y no se les ha tenido en cuenta para la
modernización de su economía. Yo he estado muchas veces en la Plaza de Garriga
y he visto el Monumento a los muertos de la Guerra Civil, obra de Antonio de la
Sierra Urigüen, que pone de manifiesto que aunque "se puede acabar con la
vida de las personas (base de granito), su pensamiento (lámina de vidrio) es
libre y está por encima de los que intentan amordazarlo". Si, junto
con Siétamo, Angüés fue‚ una víctima de la Guerra Civil, como lo fueron Teruel o
Guernica que, al ser vasca ya ha sacado alguna indemnización, sin darnos
cuenta, que como dice Subías de Lascellas en una carta que me escribió, un cura
desterrado vasco, que estuvo en Lascellas varios años, afirmaba que nuestros
antepasados, hablaban una lengua vasca, a saber el íbero ilergete, que por
desgracia se lee, pero no se entiende en muchas de sus partes. Y todavía se
dicen cuando algún altoaragonés habla en nuestra fabla, palabras vascas.
Algunas monedas con dicha escritura se encuentran todavía en esas costeras de
las que habla José María al principio de
su historia. Pero a nuestros pueblos por los que iba a pasar el canal que baja
de El Grado, que hubiera enriquecido sus tierras y favorecido la persistencia y
creación de Industrias, se les desvió dicho canal por Peraltilla y ahora lo
vemos pasar por debajo de nosotros, por Antillón y por Sesa.
Río Alcanadre. |
Los aspectos
hidrológicos(relativos al agua), han sido ricos en "manantiales y cauces
fluviales" pero ¡cuánto han tenido que trabajar los hijos de Angüés para
tener agua, porque a pesar de tener un pozo como el de Blecua, la fuente de
Lavanera, la de la Grava, la del Alcanadre, la de Escario, la de Fierro y otras
más, se han dado muchos años de sequía y escaseaba el agua. Sin embargo Angüés
pudo haber tenido una fuente segura y esa fuente hubiera sido el río Alcanadre,
pero los enormes acantilados del río y su lejanía del pueblo ha hecho que
Angüés viviera siempre el problema del agua, pues no se pudieron sacar acequias
para remediarse y hacer un pueblo rico; pero a pesar de esas circunstancias se
les rompió el canal del que si se hubieran podido sacar acequias para la
agricultura, aguas para regar los prados y para beber el ganado, pero sobre
todo para las industrias de los inquietos hijos de Angüés para fomentar las
cuales, han valido tanto, pero antes de hacer alusión a ellas, conviene hablar‚
de la Mutua Ganadera fundada por el cura de Casbas Julian Avellanas en el año
1912. ¡Cuánta agua, Dios mío!, si , pero cuando llovía, porque en aquellos años
siguientes a la sequía, era patente la escasez de agua, teniendo que ir a
buscarla, allá donde estuviera con cántaros en los hombros, en las
caderas o en las cabezas y el que podía con las “algaderas” cargadas en el
burro, pero era una pena ver a ese río Alcanadre "bastante caudaloso"
y que no experimentaba estiaje importante, sumido en aquellas profundas simas y
tan lejos del pueblo. Pero " actualmente el suministro de agua a domicilio
está garantizado desde el embalse de Calcón: se almacena en el nuevo depósito
elevado, en forma de copa, situado en la calle de Medio. “La traída de agua
desde Calcón a Angüés supuso un duro trabajo para los vecinos del pueblo,
quienes realizaron la instalación de la tubería para la conducción subterránea
del agua con las tradicionales herramientas del pico y de la pala". Calcón, ¡cuantos años estuvo la
obra parada! y los pueblos de debajo de
él, pasando muchos años escasez de agua. Ahora está hecho el pequeño pantano
que escasamente tiene cuatro hectómetros cúbicos de capacidad, con lo cual no
podrían regar desde Sieso hasta Angüés más que alguna pequeña superficie, que
no permitiría cultivos y explotaciones ganaderas como la que hay de vacas en
Sieso o aquí mismo en Angüés, allá en Arnillas.
Para poder
regar hace falta hacer la Concentración Parcelaria y parece ser que aquellos
pueblos del Norte no querían sufrirla por escasez de agua. Parece ser que la
Confederación pensó en darla a Vadiello y es entonces cuando esos pueblos
reaccionaron y parece ser que están discutiendo las normas de la Concentración.
Y , ¿cómo
reavivar la Industria, en un pueblo que la lleva dentro de sus almas y de sus
cuerpos, junto con el comercio, donde no se llega a los cuatrocientos
habitantes?.
He hablado,
siguiendo a José María, del cura de
Casbas, Julián Abellanas, que fundó a primeros de siglo la Mutua Ganadera, pero
además fundó también un Sindicato Agrícola en el que en la Junta local de
Siétamo figuraba como secretario mi padre Manuel Almudévar. Tuvo el Mosen
grandes enemigos, pues sufrió un atentado del que se salvo y se le hizo un
homenaje en Graus, pero él siguió postulando en su periódico: "Urge
industrializar la agricultura; se precisa que el agua de los ríos, fuentes y
arroyos se convierta en carne mediante la praticultura, en leche, en lana, en
queso, en cueros, y sobre todo en lo que vale más que todo eso junto...en
pan". El, como veis, luchó por el agua y Joaquín Costa, a quien Angüés
tiene dedicada una calle, decía de Don Julián Abellanas, que si en España
hubiera diez o doce curas como él, ya estaría resuelto el problema del agua;
pero cuando murió el 11 de marzo de 1926,en Barcelona a los 61 años de edad
vino el final del Sindicato Agrícola, de la Caja Rural y de las Cooperativas
fundadas por él. Luego vino la República y después la Guerra, con lo que
Angüés, Casbas y el Somontano se quedaron sin defensores de sus aguas y sin
agua. Cuando tuvieron defensores como Julián Abellanas y tuvieron fe los de
Angüés en Joaquín Costa al que dedicaron una calle, que parece un recuerdo
debido por el pueblo a Joaquín Costa y un olvido traidor de Zaragoza al
Somontano, se esperó en la llegada del agua, pero después ya se habló poco de
la misma, cuando tuvieron que ir a buscarla cada día. Se olvidaron del agua de
la misma forma que se dejaron de las cofradías, después de la Guerra. Porque
Angüés tuvo también, además de la riqueza agrícola y ganadera, una fábrica de
lejía, otra de gaseosas y sifones, una tejería, la fábrica de harinas de Guiral
y la industria artesanal. Si hubiera habido agua abundante, esta industria
hubiera progresado, habiendo podido subir el agua por medio de la energía
eléctrica, del río Alcanadre. Pero
todavía quedan procedimientos para que no falte agua en la zona de Sieso,
Angüés y Torres de Montes, porque me dijo Don Federico Balaguer, que había
editado el proyecto de Albasini en la Revista Argensola y le habían reñido
enfadados. Y esa solución de Albasini está basada en corregir esas
depresiones del río, haciendo, más arriba, una pequeña presa en Pedruel y
haciendo bajar el agua del río Alcanadre, por la ladera de la Sierra donde se
encuentra Santa Cilia de Panzano, hasta uno de los dos afluentes del Alcanadre
que dan sus aguas a Calcón, con lo que la poca agua de este pantano se
convertiría en la necesaria para regar mayores zonas y ¡que se enteren en Huesca!, si hiciera falta
se podría derivar agua a Vadiello, con lo que a Huesca, no podría faltarle
agua, como le pasa a Zaragoza que se va a convertir en Zaragón y Huesca se
está convirtiendo en Huesqueta.
Es interesante
el Plano Urbano de Angüés en que aparecen la Iglesia parroquial, la Casa
consistorial y varias casas infanzonas, además del Barrio Morisco. La Parroquia
se utilizó durante la Guerra Civil como garage y almacén, por lo que no quedan
las imágenes de los santos, pero persisten pinturas de franciscanos, de
ángeles y de flores, que estimulan la piedad de los asistentes a la
iglesia. En cuanto a las casas infanzonas me ha llamado la atención la Casa de
León Benedet, en la calle Salillas, con un escudo cuartelado, en cuyos
cuarteles aparecen en el primero la flor de lis, en el segundo las cuatro
barras de Aragón, un castillo en el tercero y un lobo rampante en el cuarto. Me
alegro enormemente de este encuentro, pues los Benedet de Siétamo constituyen
una antigua familia, con Vicentes y Domingos, perteneciente a los Benedet, con
su escudo, que tanto habían buscado. Dice José María en el libro: "El
apellido Benedet de Angüés viene de uno de los hijos del matrimonio formado por
Domingo Benedet, que se casó en Siétamo con Gracia Viñuales. Fruto de este
matrimonio fueron tres hijos, uno de los cuales llamado Vicente Benedet, se
trasladó al pueblo de Angüés, donde se casó y tuvo que probar su infanzonía en
el año 1611".De esa casa vinieron muchos hombres notables como el célebre
jurista Esteban Benedet y Luesia, además del general Mariano Bernardos y
Benedet". La casa de León Benedet
Mur es el típico modelo de casa de labrador de la época con un buen
patrimonio. Su fachada es de volumen alargado, construída una buena parte de la
misma a base de ladrillo y con una portada en arco de medio punto de doveles
lisos. Conserva un portón de madera en el que aparece grabada una fecha que se
corresponde con el año 1833 y que puede hacer referencia al momento en que se
sustituyó el antiguo portón por el actual". Al leer este texto pregunté al
mayor de los Benedet de Siétamo, y me dijo ser cierto todo lo que José María
Ferrer dice en el libro.
Habla de los
materiales empleados en la construcción, destacando el ladrillo, que se
fabricaba en el pueblo, sigue con todos los materiales que se usaban en el
Somontano, diciendo del sillar que
"se traía piedra de las canteras existentes en otros pueblos, como
Siétamo, Ayera, Sieso, etc."
Supongo que lo
referente a juguetes estará aportado por María Angeles Abió Zamora, y me
llama la atención la coincidencia de sus letras con las de los juegos a los que
yo, de niño jugaba en Siétamo, como "Al mango la jada que viene cansada de
trabajar, pegar sin reír, pegar sin hablar, pegar una patada en el culo, y escapar
a jugar".Dice el libro :"Los chicos acostumbraban a recoger litones,
y una vez comidos, empleaban sus huesos como proyectiles de un disparador...
que era una caña hueca". En cierta ocasión me publicaron en el Diario del
Alto Aragón un artículo sobre litoneros
y litones. Recibí un mensaje
consistente en un enorme puro y unos litones envueltos en papel de plata, con
unas buenas palabras. Me lo mandaba uno que había jugado y gozado con los
litones, era de Angüés y se trataba del Doctor Don José Mateos Coronas, que me
ha revelado algo de lo que en la Historia de Angüés se trata. En la próxima
edición de la misma, debíais colocarle entre los personajes relevantes de
Angüés, entre los que ya habéis colocado los autores a los Benedet, al último
de los cuales Mariano Bernardos y Benedet, que llegó a General y se retiró
aquí, a Angüés, donde protegía a los niños que pescaban en la balsa y eran
denunciados, pero él se preocupaba de que no les pasara nada, porque la balsa
era de ellos y no de los forasteros que venían de fuera. Murió en
1963,ocupándose de la traída de agua de Calcón y de la reparación de la torre
del templo parroquial.
Al final dela
Historia de Angüés se citan las fiestas civiles, como la del Arbol y las
religiosas entre las que se encuentra la de San Urbez, cantándose en la mañana
de su fiesta, por las calles: "Hoy gran fiesta celebra la Iglesia, a Urbez
los devotos con gran devoción, porque siempre que pedimos agua Dios la da
abundante por su intercesión".En esos años de sequía iban los de Angüés a
Nocito a hacer rogativas, tantas veces como fuese preciso, hasta que se
producía la lluvia.
Acabamos
la Historia de Angüés con un tema, el de la sequía que ha dominado a lo largo
de su presentación, que me lleva a recordar uno de los papeles más significativos
que representó Montearagón a lo largo de
siglos y era el de las rogativas que, sacando a San Victorián en las
procesiones, conseguía que lloviera, pero ahora va a ser el pantano de
Montearagón, si lo hacen, el que sustituya aquella tarea tan pesada de las
Rogativas. Esta solución que parece ser va a encontrar Huesca para su comarca
de la Hoya, en la cual nos han metido a los del Somontano hasta el Alcanadre,
más para dar solución a sus problemas pero no a los nuestros, ya la he
propuesto para la Comarca de la que es capital Angüés y consiste en la
sustitución de las Rogativas en Nocito, en las que cantaban:"Agua pedimos,
San Urbez-aunque no la merecemos,-que, si por merecer fuera,-ni aún el agua que
bebemos",por poner en práctica el Proyecto de Albasini, es decir desde
Pedruel a través de Santa Cilia de
Panzano, llevar las aguas del Alcanadre al Pantano de Calcón. Igual que
denunciaban a los niños de Angüés por pescar en su balsa, riñeron a Don
Federico Balaguer por publicar el proyecto de Albasini y es que tener tanta
humildad como se expresa en la copla antedicha : "Agua pedimos, San
Urbez,-aunque no la merecemos-que, si por merecer fuera,-ni aun el agua que
bebemos",nos ha hecho ser el objeto, no sólo de España .sino de Zaragoza y
de Huesca.
Sería una
solución difícil, como la del desvío de la carretera, pero los pocos que
quedais en esta zona, tenéis que seguir la palabra de Mosen Julián Abellanas,
cuando daba tanta importancia al pan, como cuando vuestros antepasados, en
Nocito, cantaban:
"Los campos
piden la lluvia;
si no, se van a
secar.
El niño dirá
a su madre:
! Tengo
hambre!.!Quiero pan!".
No hay comentarios:
Publicar un comentario