En estos tiempos
es tan fácil quedarse corto como pasarse. El que se queda corto en arrancar,
con su coche, a la salida de una gasolinera y en horas punta de circulación,
tarda en salir una hora, con la correspondiente bronca de los claxons de los
que esperan detrás. El que se pasa un stop o un semáforo en rojo expone a los
demás a graves peligros y a él mismo a esos peligros y al de quedarse sin
carnet. Hoy he tenido necesidad de acudir a una de esas múltiples oficinas, que
pese a la proverbial amabilidad de sus empleados, constituyen muchas veces un
vía-crucis para gentes sencillas y a veces no tanto, como ya hace muchos años
nos explicara el gran Larra en su «Vuelva Vd. mañana». Caminando por el largo
pasillo, contento por haber sido bien atendido en mi gestión, he pasado de
largo la puerta de salida, que estaba cerrada y me han gritado: Eh!, ¿dónde va?
Los reflejos de la persona que me reprochaba, corregía o interrogaba, fueron
rápidos y rápida mi reacción de regreso a la verdadera salida, al buen camino,
pues yo también había caído en la cuenta de mi error Le contesté: Perdone,
señora, yo no tenía ninguna mala intención, ya me conocen su esposo y su
hermano, simplemente me he pasado. Me acorde de aquel, que habiendo sido
acusado de rojo, exclamó : ¡ Oiga que tengo una tía monja! Un pasota no hubiera
contestado, un grosero hubiera dicho: ¡ Tóqueme «as garandoletas!, una
perfectista hubiera reclamado mejor señalización, como en esas oficinas
inglesas en que un cartel reza «exit». Todo quedó bien, pues al explicar que me
había pasado, las dos señoras con sentido del humor, se echaron a reir. Ahora
dicen que van a hacer la reforma administrativa, no creo pasarme si pido que
señalicen las oficinas, con lo cual evitarían al ciudadano algún sofoco y a los
funcionarios el ingrato papel de hacer de gendarmes. Me temo que aun así se
crearan situaciones como la de aquel que ante una puerta en la que pone “tiren”
-se herniará de tanto- empujar. Perdonen las señoras si me he pasado, de todas
formas, la advertencia que se me hizo ha creado en mi la inquietud de saber qué
hay detrás de la "Puerta" a la que equivocadamente me dirigía; ¿será
un sancta-sanctorum, habrá un tesoro, o simplemente alguna tía en pelotas?.
viernes, 16 de agosto de 2024
Pasarse de largo
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