sábado, 27 de abril de 2024

Miguel Ruiz Orús, Maestro en la Escuela de Siétamo

 


Me he encontrado, paseando por el Parque de Huesca, con mi antiguo amigo Miguel, al que conocí, cuando ejercía de Maestro Nacional en la Escuela de Siétamo. Hablé con él, incluso en el camino que une Fañanás, con Siétamo, donde coincidíamos cuando yo iba a ver si colgaban aceitunas, en las ramas de  las oliveras. El iba andando desde Fañanás  a la Escuela de Siétamo, donde lo esperaban los niños para aprender la “sabiduría”,  que les hacía ver Miguel en la Naturaleza y en los Libros. Ya Miguel, cada día, en el camino, observaba dicha Naturaleza que mostraba la corriente del río Guatizalema, la presa que desviaba el agua del río para regar los campos de Fañanás. Desde el nivel del río, subía por el camino a la meseta, donde se cultivaban almendros y olivos y casi nunca se encontraba con campesinos o con cazadores, con los que entrar en conversación. ¡Qué espíritu tan amante de la Naturaleza, tenía Miguel, cuando los olivos y los almendros, le hacían reflexionar sobre el aceite , que producían aquellos olivos y que su suave aceite, curaba las heridas de los hombres, ayudaba a lavar los ojos de los que sufrían en ellos, hacían gustoso el pan tostado que “untaban”, con dicho milagroso líquido. Por fin era utilizado en las iglesias, para limpiar los cuerpos y las almas.

Por otro lado, las almendras, alimentaban a los campesinos, que con algún trozo de pan, masticaban y comían, gozando de un sabor encantador y antiguo. Cuando las cascaban, sus cáscaras  servían para encender los hogares y sus frutos se tostaban, para fabricar almendras tostadas de un sabor de lo más agradable. En Navidad con sus almendras creaban un turrón muy sabroso y si estas se molían, se formaba una pasta con la que se fabricaba el turrón de mazapán.  Así los hombres, mujeres y niños, se ayudaban  a vivir con el aceite  y con el turrón de las almendras.

Caminaba el maestro de Fañanás por los montes de este pueblo y por los de Siétamo, para llegar a la Escuela, donde su meditación sobre las almendras y los olivos, le quedaba su espíritu limpio y “pensante”, como el corazón de un Filósofo Clásico, del que decían, que tenía “Mens sana in corpore sano”.

Una vez en el Colegio, se encontraba con los niños, de los que recuerda, en aquellos viejos años, su inteligencia y su bondad.

A veces acudía a sus clases el Mosen Don Alejandro  Tricas de Nueno y allí,  explicaba a los niños las oraciones que les harían ser felices y a veces trataba de consolar sus penas.

Miguel enseñó Matemáticas, Historia, Lengua y las maravillas de aquellos montes de Fañanás y de Siétamo, en que además de llenar los olivos de aceitunas y los almendros  de almendras, les explicaba a los niños las cualidades del aceite de oliva y el placer de los turrones de las almendras.

En aquellas cabezas infantiles, se mezclaba la Ciencia de los Sabios, con la Ciencia que los campos han dado a sus hijos, por esos mundos de Dios.

viernes, 26 de abril de 2024

Fumar o no fumar

 



Bajaba cierto día por las escaleras amplias de un edificio oficial y al llegar a uno de los vestíbulos de cualquiera de sus pisos, desde los que se penetra en alguna de las múltiples oficinas, acogidas por la gran casa, encontré a un viejo amigo que en ella trabajaba; me llamó la atención su actividad, que consistía en pasear con sus pies, con su mano acercar un cigarrillo encendido a su boca, por la que lanzaba olorosas humaredas y para otros, malolientes expulsiones de tabaco quemado.

Me llevé una sorpresa al contemplar el cambio de las modas y de las costumbres durante el no muy largo viaje que voy haciendo por la vida, pero comprendí lo que dicen las revistas o la televisión sobre lo molestos e incluso perjudiciales para su vida y para las ajenas, que resultan los fumadores.

Yo, bromeando le dije: ¡ay que ver, cómo antes era el ser fumador un orgullo y ahora, van y te despachan!.Pero él se acordaba de la canción que decía: “fumar es un placer, genial, sensual”,”fumando espero al hombre que más quiero” y él sin esperar a nadie o más bien a algún ciudadano que fuese a verlo para arreglar un documento, estaba contagiado por esa espera amorosa y esperaba, necesitaba esperar. Y ¿a quien esperaba?

El no lo debía saber, pero tal vez, estuviera expectante de la felicidad que todos los hombres y mujeres necesitamos. Y a esa necesidad se le añadía otra que era una dependencia que en su interior se había creado y que le hacía sentir ese “placer genial, sensual”, que trataba de sustituir esa busca de una felicidad humana que lleva consigo la filosofía de la vida, por otra, que le hacía suicidarse poco a poco. Se van los fumadores inmolando y tal vez sacrificando a sus compañeros, lo que me hace recordar a los que se queman en solitario y otros llevándose por delante a todo bicho viviente.

Yo también he sido un fumador suicida y a veces perjudicando a otros con los que estaba trabajando o pasando el rato. Me acuerdo de toser después de echarme un cigarrillo o una faria y del mal rato que pasaba el alcalde de Tamarite en una sala, que estaba como una niebla espesa y maloliente de humo de tabaco y que tenía que respirar forzosamente.

Si “fumar es un placer genial, sensual”, mayor es el bienestar que siente el que sin fumar respira profundamente y goza de la vida. Todos esperamos la felicidad, como lo hacía la mujer que cantaba “fumando espero al hombre que más quiero”, pero no es el fumar ningún substituto del amor a otros seres humanos.

jueves, 25 de abril de 2024

La razón y la sinrazón

 



La razón hace funcionar los ordenadores, no su propia razón de la que carecen esos maravillosos aparatos, descendientes de las simples plumas, primero de las aves y más tarde de las plumillas metálicas, sino de la razón de los hombres a los que devuelve el Espíritu Santo, los frutos de la oración a El dirigida:   “Envía,  Señor, tu Espíritu y todas las cosas serán creadas y renovarás la faz de la Tierra”.
Se agotó  el continente de tinta negra, en la que se mojaban, yo no sé si mi razón no conoce cómo el automático ordenador, hacía que esas letras salieran escritas sobre un folio. ¿Cómo iba a saber tales operaciones ,que a mi corta razón le parecían obras de brujas, después de ver ,simplemente mojar las plumillas  en los tinteros, para transcribirlas al papel, durante multitud de años?.
Mi razón me movió a buscar un nuevo aparato contenedor de tinta negra y fui al Almacén y Comercio, donde, mostré al buen joven que atendía amablemente a los clientes, dicho contenedor de tinta, ya vacío. El, siguiendo los impulsos de su razón, me sacó una cajita, en la que estaba escrito el mismo número que en el aparato que yo le llevaba. Yo contento como un niño corrí a colocarlo en el lugar que le correspondía en el Ordenador. Pero la razón del mismo le impidió, que la escritura se gravase sobre el folio. No hice más experimentos, tal vez por sentirme incapaz de comprender el adelanto que han dado los hombres en escribir con ordenadores en lugar de con plumas. Pero la razón de mi sinrazón se sublevó y corrí al Almacén a pedir explicaciones,  que yo no podía comprender. El joven vendedor tan razonable, comprendió que yo no había probado los distintos mecanismos por los que  podría haber conseguido conmover la razón del Ordenador. Pero allí hubo una confusión muy humana porque la razón de la sinrazón, que a su razón,  razón se le hacía, luchaba con mi sinrazón, que también quería convertir en razón, aquella razón tan simple que no podía convencer a la razón del Ordenador. ¿Cuál fue esa sinrazón ?.  Sencillamente, el peligro que vio el vendedor en que yo le pidiera la devolución del coste del contenedor de tinta   y yo me vi con mi orgullo caído, por negar la razón comercial del vendedor, que unía a la razón de conocer el Ordenador,  su profundo conocimiento de la técnica comercial, yo no sé si más razonable, pero desde luego más práctica.
Desde luego la vida moderna complica las cosas corrientes del convivir diario, pero, desde luego el vendedor tenía razón, porque al volver a mi casa, hice lo que me dijo, el que espero que sea mi amigo, y surgió triunfante la razón del Ordenador, al escribir con claridad, obedeciendo las órdenes del vendedor. 

miércoles, 24 de abril de 2024

A Peña Guara (26 de Enero de 1982)



Cañon de Añisclo (Huesca).

 Nuestro Pirineo es el más agreste de toda la cadena que también recorre el Sur de Francia, Navarra y Cataluña. Las puntas de nuestros picos recuerdan la agresividad de las astas del toro, del macho de lidia, en contraste con las montañas navarras y sobre todo las de la Cerdeña, tan idílicas donde pastan las vacas mansas. Pero dentro de este inmenso templo natural, hay, como lo había en el de Jerusalén, un  Sancta - Sanctorurn, un lugar, en este caso un valle (una val), que condense en él toda la belleza salvaje de nuestra montaña: es el Valle de Añisclo”. Por él discurren, profundas, unas aguas incontaminadas, las del río Bellós, donde brincan unas truchas con una raza (iba a poner personalidad, si los peces la tuvieran), que no tienen el resto de los salmónidos que por otros cursos navegan. Állí, en constante lucha biológica, las persiguen las nutrias (fuinas). En los árboles hacen sus equilibrios las ardillas (esquiruelos), que parecen decir burlonamente a los turistas: ¡rabia, rabíña, que como una piña que tiene piñones y ‘tú no los comes! Debajo del pino, trapecio de la ardilla, hoza el jabalí de corvos colmillos (catirons) y se recrea en el placer de comer estas multiformes y policromos. Este santuario también tiene su santo y muy aragonés: San Urbez que recorrió todo el Alto Aragón, llegando hasta Ola, a diez kilómetros de Huesca. Cuando nuestro santo, pastor de oficio, llegó con su rebaño al Cañón de Añisclo, profundo y estrecho, tendió una vara entre ambas orillas, a modo de puente y pasó por él y pasaron sus ovejas. En la entrada del Valle, se encuentra la fuente de la Salud, donde tantos enfermos de toda España van a buscarla con fe, para Curar su alma, reumas y otros males. Yo creo, que sólo con el ejercicio que hacen para alcanzar el agua milagrosa y la respiración de un aire tan puro, se curan. ¿Váis a consentir los de Peña Guara y los montañeros, que profanen el Sancta - Sanctorurn de nuestra raza altoaragonesa, con la derivación de sus aguas, ‘dixandoa val ixusta como o desierdo d’os Monegros”?


martes, 23 de abril de 2024

¡Mambrú se fue a la Guerra!, y siempre tendremos más guerras.

  


Yo nací antes de la Guerra Civil, y tal vez los niños de Siétamo, tuviésemos un aviso profético  de que no faltarían nunca guerras en este Mundo. Cantábamos la canción que así se expresa: “Mambrú se fue a la Guerra, Mambrú se fue a la guerra, no sé cuando vendrá”. No he podido desde 1930 hasta el año actual de 2015, olvidar ni la letra ni la música de esta canción infantil. ¿Cómo iba despreciar la realidad de las guerras, escuchando la canción   de la Guerra de Mambrú, cada vez que me daba cuenta de que explotaban la Guerra de 1936, la Europea ,la Mundial y las que todavía no han acabado?. Teniendo en cuenta de que casi cada día estallan otras, no nuevas, sino envejecedoras  de la vida humana   Yo inocente niño con mis cinco años, estando sentado en el hogar  de Siétamo, escuchaba las conversaciones de mi tío José María, que acompañaba sus palabras, con gestos airados, imitando la cara airada de Musolini, como las que  exhiben los fundadores de  las guerras. En la Escuela Nacional cantaba con otros niños y niñas aquella canción guerrera que se expresaba  así: ”Mambrú se fue a la guerra, qué dolor,  qué dolor, qué pena. Mambrú se fue a la guerra, no sé cuando vendrá, ay, ay, ay, qué dolor qué pena, no sé cuando vendrá. Vendrá para la Pascua, qué dolor,  qué dolor,  qué pena, si vendrá para la Pascua o por la Trinidad.  La Trinidad se pasa, ¡qué dolor, qué dolor,  qué pena!, la Trinidad se pasa, Mambrú no vuelve más”.

Estaba la gente esperando noticias de nuevas guerras y por el camino vieron llegar a un paje y le preguntaron qué  noticias traía y él con su dolor,  siguió cantando el romance, en el que decía:  “Que Mambrú ya se ha muerto, que dolor,  que dolor, que pena, que Mambrú ya se ha muerto y lo llevan a enterrar, que do-re- mi, que do-re- fa, lo llevan a enterrar”.

A Mambrú, el querido Mambrú, ya “lo llevan a enterrar, que do –re-mi, do-re fa, ya lo llevan a enterrar”, ”en caja de terciopelo, y tapa de cristal. Que do-re-mi.que do-re- fa, y tapa de cristal”.

En mi pueblo los niños estaban alegres, cantando tan triste canción y comenzaban a morir los niños y los mayores, al estallar la Guerra Civil. Y son muchos los muertos, de los que unos treinta,  tienen sus nombres esculpidos en una lámina de mármol, en el pórtico de la iglesia. Faltan otros tantos en el mismo portal, pensando todos, a su manera, en un mundo justo,  pero todos haciendo la guerra. Cientos de cadáveres quedaron repartidos por los campos.

“En Huesca conozco a un enterrador, que amaba,  con locura,  a un nieto suyo y por eso, al darse la fecha de que el niño hubiera cumplido cuatro años, fue al cementerio y le llevó un pájaro de colores, que compró en una juguetería. Al llegar, con la comitiva familiar al frente del nicho y  mostrarle el pajarico, otro pajarico vivo, se puso a cantar sobre una rama próxima. Mi amigo, el enterrador de las manos duras, sintió reblandecerse su corazón al escuchar cantar al verderol y de sus ojos salieron lágrimas de felicidad”.



¡Qué bien representa “Mambrú se fue a la guerra” la vida alegre de los políticos, que entristece  la triste de los guerreros,  y que necesitan los niños cantar la gloria guerrera de los que como Mambrú, van a la guerra!. Sí, porque con la música, lloran y se alegran al mismo tiempo, cantando la diaria historia de los hombres. Tenemos como los pajaricos del cementerio en que trabajaba mi amigo, el enterrador del cementerio de Huesca, una sensibilidad, que nos hace cantar la muerte de los vivos. Al escuchar al verderol, se reblandeció su corazón, hasta derramar lágrimas por sus ojos.

¡Qué sensibilidad tenía el corazón del que creó cantando “Mambrú se fue a la guerra”, porque los  pajaritos del cementerio, como el verderol de Huesca, “detrás de la tumba, ¡qué dolor ,qué pena!, y detrás de la tumba, tres pajaritos van. Do-re- mi-do-re-fa, tres pajaritos van. Cantando el pío-pío, ¡qué dolor, qué dolor, qué trío!, cantando el pío. Pío, cantando el pío–pa. Qué do-re- mi, qué do-re-fa, cantando el pío –pa.

LA PAZ, el sueño de la paz, ha tratado de calmar los ardientes deseos de odio y de guerra en el Mundo. Por eso el romance de “Mambrú se fue a la Guerra”, sigue conmoviendo sobre todo a los niños, que no quieren guerra. Es un romance, que se compuso después de la batalla de Malplaquet (1709), que se llevó a cabo, durante la Guerra de Sucesión española, entre ingleses y franceses. Murió el inglés  John Churchill, duque de MARLBOROUGH, que equivale al nombre de Mambrú, en español. “La música de Mambrú se fue a la guerra”, parece ser antiquísima ya que dicen que proviene de la música árabe, que trajeron los Cruzados. Dicen que del pueblo llegan las canciones a los nobles y en este caso, que a una nodriza de un delfín de Luis XVI, la escucharon éstos y pasó luego a oírse por todo el Pais. Se empezó a cantar en Francia,  Inglaterra y España y luego  se cantó  en América, desde Méjico, pasando por Centroamérica, por la República Dominicana, por Colombia, llegando a propagarse por la Argentina.

En el Uruguay, en el año de 2003, los artistas de ese Pais Rubén Rada y Horacio Buscaglia, buscando la Paz, como siempre la había buscado el “Mambrú se fue a la guerra”, escribieron lo siguiente: “Mambrú no fue a la guerra”. ( ¡Oye Mambrú!-No vaya a la guerra.- ¿pa qué  va a ir allá? , ¡y quédate aquí con nosotros de fiesta!”. Y entre otros deseos, manifiestan, que:  “Mambrú no fue a la guerra-porque no quieren odiar….a mambruces, mambrucitos, -porque sean diferentes y no piensen igual.La Paz es como un beso de mamá y de papá.Es un juguete nuevo, un gol de media cancha, en las vacaciones y la Navidad. La paz es una casa, que vas a estrenar. La paz es tu sonrisa y la de los demás. ¡¡¡La Paz somos nosotros que vamos a cantar!!!.”

Y en un estribillo, van cantando: “¡¡¡ Mambrú, Mambrú no fue a la guerra!!!. ¡¡¡Mambrú quiere la Paz!!!. ( Oye,Mambrú!.Tú si que lo sabes todo,¡eh!¡Suéltame la paloma!) “..

lunes, 22 de abril de 2024

Las lecciones de Avelino.-

 

                                             Fabrica fabrica de harinas de Siétamo en 1953

El día nueve de este mes de Enero del presente año de 2008, recibí una carta de un catalán, llamado Antonio Segalés, que ha colaborado en la formación de la Hispanidad, siendo un gran conocedor del altoaragonés Don Félix de Azara. Me escribía lo siguiente: “ Días pasados, llegó a mis manos, su bien documentado escrito, que empezaba con su lamento(qué es el mío también),de que van desapareciendo nuestros pueblos…. y le estoy agradecido por haberme notificado que Avelino se nos iba”. Hace ya muchos años que trabajó como fabricante de harinas en la Fábrica de Siétamo, que levantó mi abuelo el siglo pasado y allí conoció a Avelino, que toda su vida laboral la pasó en dicha Fábrica. Después Antonio se marchó a Paraguay y ahora vive en Barcelona, viajando con frecuencia a dicho país hispano-americano, a recordar a Félix de Azara. Pero también se acuerda de  Avelino Zamora, al que venía a visitar a Siétamo con alguna frecuencia;  por eso cuando se puso grave, yo le avisé y cuando murió,  acudió al entierro una hija suya acompañada por su marido.  Yo conocí a Don Antonio en una de esas visitas que hacía a  Siétamo,  para hablar con Avelino y recordar aquellos años en que fue feliz en  nuestro Somontano. Recuerda el amor que  tuvo una galga con un raposo y que dio a luz un cachorro híbrido, pero se acuerda más de los hombres y mujeres que con él trabajaban a las que llamaba “gentes de buen proceder”.

Vean como se acuerda de amigos viejos,  como Avelino Zamora y del más reciente  Gregorio Castellón de  Villanueva de Sigena. En su carta escribe así: “Hace dos años, cuando menos lo esperaba, allá en Villanueva de Sigena, encontré a un nuevo amigo.¡Qué grato recuerdo el de aquel día, en que en plácida hora mañanera, Gregorio nos dio su amistad, dándonos incluso la entrada en su casa!.

Otro hombre del Somontano, Avelino, apreciado ciudadano de Siétamo, que hace pocos días ha dejado este mundo, me dio también desde nuestra y austera juventud, ejemplos de buen proceder y de amistad de calidad auténticamente aragonesa. ¡Gracias Avelino!, tu  proceder, tus buenas lecciones, llegaron a muchos. Quisiera poder pregonar en todas direcciones y a plena voz, que con nuestros Gregorios y Avelinos, el trato entre los humanos, alcanzaría niveles de sentimientos, que llenarían mucho mejor los días de nuestra terrena existencia”.

Yo iba con frecuencia a consultar a Avelino, a su casa de la Calle Alta sobre distintas fases de la historia de Siétamo. Allí, en medio de un ambiente agradable, conversaba con él y con su buena esposa Dolores de Germán. A veces me acordaba de su eternamente sonriente madre y a cualquier hora me encontraba con alguna de sus cuatro bellas hijas, con sus nietos y en ocasiones con sus esposos. Si no estaba en casa, es que se había bajado con su moto al huerto, que no ha dejado de cultivar hasta pocos días antes de su muerte. No podía dejar su huerto y por eso cuando Antonio Segalés lo invitó a pasar unos días en su casa de Barcelona, tuvo que decirle que no podía. ¡Allá arriba estará Avelino, gozando de la frondosidad del Huerto Celestial.

 

domingo, 21 de abril de 2024

Cardús y el agua.-




El Domingo 24 de Octubre de 1976,Don José Cardús Llanas escribía en Turismo Altoaragonés ,en el periódico Heraldo de Aragón ,un artículo titulado :El Molino Viejo de Siétamo. En él dice entre otras cosas “Aquí ,en Siétamo nace un vallecico  muy bonito en forma de triángulo .Uno de los lados ,el norte ,está limitado por unos tozales  que van desde el caserío del pueblecito que estamos visitando hasta la actual fábrica de harinas, con vida pujante en la orilla izquierda del Guatizalema.
Desde Siétamo y desde la nueva harinera parten lomas a los lados del río ,convergiendo en las cercanías de Fañanás.
A este valle siempre le llamé yo “La Val de Siétamo”.La gente le llama de antiguo “A Fondura de Siétamo”. Fondura , hondura, que concretamente está dentro del plan de riego de Vadiello,  pero... 
El caso es que a “Fondura de Siétamo” no se riega, a pesar de que un río “muy majo”pasa por ella , y mientras se está madurando el que parte  de las aguas que pasan “por las narices de Siétamo” sean trasvasadas a Barcelona.(No se trasvasaron a Barcelona, pero sí ,a Huesca).
Repetimos :”A Fondura de Siétamo no se riega”.¡Si el canal de el Grado ,que atraviesa
la carretera N-240 por Peraltilla, hubiera seguido su curso hacia Huesca...!.
El plan más antiguo fue promovido por los vecinos de Siétamo .Se empezó a trabajar en la roca ,cerca de Arbaniés , para labrar la acequia  con que convertir en huerta “A Fondura”.
Almudévar y Cavero fueron los promotores de estos afanes, pero ...se acabó el dinero y con el desencanto nació el apodo “¡Me mojo!” y esta copla: “Los señores de Siétamo-pusieron el monte en huerta,-y “pa” la Virgen de Nunca –baja el agua por la acequia”.
En la Plaza del pueblo, hace muchos años ,tuvo lugar este diálogo:¿Quién ye ese mocé que monta a yegua de José María Almudévar?.Es un sobrino de Doña Pilar Almudévar, la que está casada en Huesca. Ese “mocé “ era yo .Después de tantos años pasados, remuevo viejos anhelos del pueblo que tanto quise u quiero ,pidiendo para él la acequia  con que regar “a Fondura”.
Este artículo publicado en el año 1976, lo guardé en un libro de mi primo Pepe Cardús
y he tenido la suerte de encontrarlo, en unos momentos en que los riegos de Aragón y de Siétamo  están siendo objeto de la inquietud  de todos sus habitantes. Es una satisfacción para mí comprobar como el pueblo de Siétamo  ha conservado sus “viejos anhelos.....pidiendo para él la acequia con que regar”,pues ha sido el primer pueblo del Somontano y casi de la propia Hoya de Huesca ,que ha llevado a cabo la Concentración Parcelaria, totalmente necesaria y exigida para poder ser puesto en riego.
Los pueblos se están despoblando y es nuestra obligación crear estructuras que los hagan renacer y la principal es el agua ,que si la logramos será no sólo para la agricultura, sino también para la Industria ,pues hay que pensar en levantar una zona industrial ,cerca de la Autopista que se va a crear .
En cuanto al suministro ,ya se ha aprobado tomar el agua del río Guatizalema ,para la instalación de conducción de agua para Siétamo y otros pueblos hasta el aeropuerto de Monflorite. Esperemos que se realice pronto ,para que no pasemos   apuros los habitantes de Siétamo.
Ahora se ven desaparecer muchos pequeños pueblos ,pero los de Siétamo no queremos desaparecer ,como lo hicieron ,alrededor de él muchos otros como Olivito ,Abrisén, Castellazos y Santa Engracia y algunos un poco más lejos como Quinto ,La Ripa Alta y la Ripa Baja y para evitar la desaparición hemos de luchar ,en primer lugar por las aguas, que las hemos ya pedido para el riego y que servirán también para la Industria, porque hay que crear una zona industrial ,cerca de la autopista que van a construir de Lérida a Pamplona.
Y no es nada raro luchar por la industria en un pueblo que tuvo Fábrica de Alcohol  y de Harinas y donde de han dado todos los oficios antiguos de Aragón ,como “arnalero” o mielero,”pelaires “ o colchoneros .”mondongueros “,”zucreros “ o pasteleros ,”caveros”,
que hacían caveras para sacar carbón,”esparteñeros “ o teleros e incluso algo parecido a los banqueros ,como los “cabaleros “ o caudaleros.
Quedarán pocos labradores en Siétamo ,pero sus habitantes podrán ganarse la vida con dignidad y vivir a gusto y en armonía .

Miguel Ruiz Orús, Maestro en la Escuela de Siétamo

  Me he encontrado, paseando por el Parque de Huesca, con mi antiguo amigo Miguel, al que conocí, cuando ejercía de Maestro Nacional en la E...