miércoles, 29 de junio de 2022

Nocito.-

 


Nocito es un pueblo montañés, cercano a Huesca, pero sin embargo muy alejado de la misma, cuando en viejos tiempos, estaban unidos por la Vía, que pasaba por Santolaria, desde cuya torre se veían, más tarde Huesca, Montearagón y el Pueyo de Barbastro. Por ella se comunicaba Huesca con Francia, pasando por Sabiñánigo, con sus iglesias según Don Antonio Durán Gudiol mozárabe y prerrománico, según otros. La más meridional ofrece todavía a los ojos del que se atreve a pasar por dicha Vía, sus ruinas, es decir las ruinas de Nuestra Señora de Sescún, cuya veneración se ha bajado hasta el pueblo de Santolaria. Por esa Vía pasaban hacia el Sur las ovejas, que en el invierno iban a pastar al Somontano o a la Tierra Baja, y volvían al llegar la primavera hacia la Montaña. Bajaban los montañeses a buscar el aceite y el vino que habían de consumir en sus pueblos nobles de tejas de piedra y llevaban a vender las patatas, que producían en sus tierras para que consumieran los habitantes del Llano.



Pero, ahora, esas vías y caminos, se hacen largos, llenos como están de baches y de grava, pero aún así suben muchos a practicar el turismo y a hacer la Rogativas a San Urbez, para que consiga del Señor que las lluvias rieguen los campos de la Tierra Baja. Cuando uno llega a Nocito y a sus Santuarios, se encuentra en un Valle profundo rodeado de montañas y la que se ve más alta es la Punta de Guara, que en vasco equivale a Gora (arriba), como muy cerca de Nocito se encuentran los restos oscuros y afligidos de Isarre, que en vasco quiere decir algo así como lugar bajo. Abajo (Isarre), se encuentra el bello y casi despoblado Nocito y arriba (Gora), se elevan estáticos los Santuarios de San Urbez y todavía más alta hay una cruz, atribuida al lanzamiento de la vara pastoril de San Urbez. ¡Dios mío, piensa uno al verse en tan fantástico lugar, como vamos los oscenses a Leyre, a San Juan de la Peña, a Aranzazú, a Estíbaliz o cualquier otro lugar sagrado y famoso y  no nos acordamos de estos antiguos santuarios, en que se enterró a San Urbez, que murió en el año 805!.Los restos del santo fueron quemados en otros años, ya pasados, pero se restaura poco a poco lo que queda del arte románico, se acuerda uno de las dos cabezas romanas encontradas por estos parajes y se admira de ver en la pequeña iglesia, adjunta al santuario, a la Virgen del Sol, se excita la devoción al santo al ver sus reliquias, portadas en procesión por los hombres del Somontano y piensa uno que es lo que querrán decir aquellas cadenas dibujadas en la columna de la derecha del altar mayor y si tienen algo que ver con las de Navarra o se deben a un acto valiente de la vida del Santo. Uno piensa, si este lugar sagrado y montañero estuviera cerca de Zaragoza o en alguna otra provincia vascongada, habría carreteras asfaltadas y anchas, restaurantes y alguna comunidad religiosa se ocuparía del culto y de la conservación de estos santuarios. Pero sólo somos cuatro los habitantes de los pueblos de alrededor de Huesca los que tenemos amor a Nocito y a su santo y tenemos fe, pero pocos votos pueden salir de nosotros.

Estoy sentado delante de vosotros en un velador que se encuentra delante de la casa palacio de los Benedet, antigua familia de Siétamo, cuyo heredero ,hoy día se encuentra en Nocito con una cruz que le ha proporcionado mi esposa para hacer compaña a favor de Nocito y de su Santo Patrón San Urbez. Porque bajaba San Urbez a través del Pirineo hasta Siétamo y Ola, a pastorear ovejas, que pastoreaba por el Saso, en una época en que los moros habían invadido España. Era esta zona desde la sierra de Guara, hasta casi la Tierra Baja, como si fuera gobernada por la familia que ostenta el escudo de los Benedet. Frente al bar se exhibe el escudo de Benedet. Escudo noble que gobernó en tiempos pasados toda aquella zona que llego desde Nocito hasta Torres de Montes, antiguo ducado de los Condes de Aranda, que vivieron en Siétamo en el Palacio de dichos Condes y que fue destruido en el año 1936.



El nombre de Nocito, situado en plena Sierra de Guara, está casi despoblado, pero con dos Santuarios que recuerdan la histórica familia de San Urbez. Y la presencia de fieles se manifiesta varias veces al año, cuando sus fieles van a la iglesia y a la ermita de gran belleza de Nocito y allí recuerdan a San Urbez, con el que se unen, a pesar de perder el cuerpo de su Santo Patrón. 


lunes, 27 de junio de 2022

Nibelungos, mitología germana y el Santo Grial.


Sigfrido


Los nibelungos o nibelungen como los llama la mitología germana, eran una raza de enanos o gnomos,  los cuales con Sigfrido, fueron protagonistas de la Leyenda de este héroe mitológico. Fue un guerrero precoz porque siendo niño, escapó del Castillo de sus padres, anduvo por los montes, hasta que fue acogido por el enano Mimir. Este lo recogió en su fragua, que se encontraba junto a una profunda cueva. En ella los pequeños nibelungos, creaban y tenían depositados sus tesoros de minería y de orfebrería, Un dragón, al que llamaban, Fafnir, era el guardián de sus riquezas.
El enano y nibelungo Mimir, que había sido expulsado del reino subterráneo, quiso formar a Sigfrido, enseñándole las fórmulas de vengador, para expulsar a sus hermanos, los enanos,  del centro de la Cueva.
Sigfrido, cumplió la voluntad del herrero enano Mimir y mató al  dragón Fatnir, clavándole su espada en el corazón. Después se bañó con su sangre, pues el nibelungo, herrero  y enano Minir, le había revelado, que con ese baño se tornaría  invulnerable. Pero tenemos que recordar que una hoja de tilo, pegada en un punto de su espalda, impidió el roce de la sangre del dragón, con todo su cuerpo. Y así quedó en Sigfrido, debajo de la hoja de tilo, un viaje hacia la muerte.
 ¡Cómo se repiten los hechos que hacen que el error, haga fracasar los planes de aquellos dioses o héroes!, porque Aquiles, héroe de la Guerra de Troya, al que llamaban “el de los pies ligeros”, era, como más tarde lo fue Sigfrido,  invulnerable, en todo su cuerpo, menos en el “talón de Aquiles” y Sigfrido también en todo su cuerpo, menos en un punto, que estaba cubierto con una hoja de tilo. El hermano menor de Aquiles lo mató de un flechazo en el milagroso “talón de Aquiles”.
En el pueblo de Castejón de Arbaniés (Huesca), todavía vive un amigo mío, llamado Vicente, que dice poseer una fotografía  de un vegetal, en el que se adivinan enanos y espíritus, que vivían al rededor de la Ermita-Cueva subterránea de San Cosme y San Damián.
¿De dónde ha sacado mi amigo las pequeñas imágenes de enanos y de enanas artistas y elegantes, más agradables a la vista que los que vivían en la cueva, cuidada por el dragón Fatnir?.
No hay que olvidar que los invasores godos, de raza germánica, ocuparon nuestra península y que en los Pirineos entre Navarra y Aragón, quedan individuos rubios, sus descendientes.
Como hemos visto, el enano Mimir, reñido con todos los enanos, quiso formar a Sigfrido, para convertirlo en el notable guerrero que castigara a los enanos. Era famoso el “tesoro de los nibelungos”, del que se hizo dueño Sigfrido, que, mató a los reyes Schilbung y Nibelung y venció al enano Alberich, sacrificando también al dragón Fafnir.
Aprovecharon aquella ocasión los guerreros de Sigfrido, que eran burgundios, para tomar el nombre de los vencidos enanos nibelungos, pero cuando el tesoro estuvo en sus manos,  después de asesinar a Sigfrido, estos fueron los que se pusieron el nombre de nibelungos, que se exhibió y conservó en todos los poemas de la Edad Media.
No es extraño que  algunas escenas de la leyenda, se representaran en una piedra rúnica de la montaña Ramsund, de Suecia en el siglo II. También se representan algunas escenas en el montante de las portadas de algunas iglesias románicas de Noruega y en las miniaturas de un manuscrito del siglo XVI, en Berlín.
Más extraño parece que hayan quedado en el Pirineo y en la Sierra de Guara apellidos como el de “Godé”, que equivale a “Godo” y numerosos rubios en los pueblos de la Codillera Pirenáica,  en una tierra en que dominan los vascones, que son morenos. Pero no es extraño porque hace unos días vi a una pareja de marroquíes, con dos niños completamente rubios. Muchos godos, en la Península Ibérica, se hicieron musulmanes y en la Reconquista fueron expulsados al Norte de Africa. ¿Sabrían aquellos marroquíes que sus cabellos, declaraban su lejano origen germánico?. Los orígenes de este poema de Los Nibelungos, datan del siglo VI.
Sigfrido añadió a la Historia, su mítica leyenda propia, en la que fue  triunfador del dragón y que se apoderó del tesoro de los nibelungos y vivía en Neerlandia y venció a gigantes y enanos. Había entrado en las cuevas de la tierra, pues Sigfrido pudo entrar  debajo de la Tierra, en  donde brillaban las joyas y el oro. Sigfrido decía: “Guerreros, yo he visto los monstruos de tierra y mar, y he matado a Fafnir, el dragón de la noche.¡He llegado hasta el borde del mundo, y en mi reino de niebla, el sol se vuelve loco, y da vueltas, y no encuentra su casa!”.  Los dragones, no se sabe si serían traídas aquí sus figuras, pero estos monstruos, no sólo  aparecieron en Burgundia y en Aragón, con su dragón abatido por San Jorge, sino que son contemplados en las fiestas de los chinos.
San Jorge


 ¿Son las leyendas sueños de los humanos, que les hacen pensar en seres imaginarios, como los enanos con sus tesoros debajo de la Tierra?.
Sigfrido fue hijo del rey Sigmund de Niederland y de la bella Siegelinde. Fue un aventurero precoz porque siendo niño, escapó del castillo de sus padres, anduvo por los montes,  hasta que fue acogido por el  enano Mimir. Este lo recogió en su fragua,  que se encontraba cerca de una profunda cueva. Un dragón  al que llamaban Fafnir, era el guardián de sus riquezas, donde los enanos nibelungos, creaban y tenían depositados sus tesoros de minería y orfebrería. El enano y nibelungo Mimir, que había sido expulsado del reino subterráneo, como he dicho, quiso educar a Sigfrido como vengador de su expulsión del centro de la cueva.
Sigfrido  antes de marchar de la herrería,  le clavó la espada en el corazón del dragón Fatnir, se bañó con su sangre, pues el herrero y enano Mimir, le había revelado, que con ese baño se volvería invulnerable. Pero una hoja de tilo pegada en un punto de su espalda, impidió el roce de la sangre del dragón, con todo su cuerpo.
Es curioso que en Navarra, debajo de la Villa de Estella, se encuentra  la “Villa Romana de Arellano”. En este pueblo, hoy museo en el antiguo templo romano de la ciudad, un sacerdote pagano,  se bañó  con la sangre de un toro, que mataron en un “Taurobolio”. Tiene cerca del dicho “Taurobolio”, dos aras o altares, en los que están gravadas dos cabezas taurinas. “En este templo se sacrificaba un toro y su sangre caía sobre un individuo, como si estuviese  recibiendo un bautismo de sangre, que lo dejaba como un hombre nuevo”.


Es antigua la  tradición de la sangre,  salvando las vidas humanas, pero si entonces la aplicación al hombre de la sangre se hacía de un modo salvaje, hoy se inyecta con jeringuillas dicha sangre, que salva la vida de los hombres.
Pero en los primeros años de la venida al Mundo de Cristo, éste ofreció su sangre a los hombres, bebida en un cáliz, con la que quería redimir el Mundo.
Por eso  del Santo Cáliz, del que se cree que es una continuación del que usó Cristo, figura una reproducción suya, en el altar mayor del Monasterio Viejo de San Juan de la Peña, al lado de Jaca. Allí está con la sangre de Cristo que se guardaba en él,  entre otros lugares,  que recorrió, hasta que lo llevaron a Valencia, donde se conserva.
Queda uno impresionado al oír cantar a los nibelungos el poema mítico medieval, interpretando la música de los tres niveles de la vida humana, en primer lugar el nivel subterráneo donde viven como esclavos los enanos nibelungos. Estos trabajaban día y noche, en el fondo de la Tierra. Eran feos y sucios, pero trabajaban las joyas y crearon el Anillo de Oro. A las cuevas de estos enanos llegó un hombre, llamado Sigfrido, donde luchó y se llevó el anillo de Oro. Y por fin llegó a las alturas del cielo, llamadas la Walhalla, donde habitaban los dioses germanos, como Odín.
Sigfrido, germano, amante de las tierras del Norte, viajó a Islandia, donde vivía la valquiria Brunilda, cuyo padre era un dios y su madre, la naturaleza. No pudo Sigfrido aguantar la belleza de Brunilda y se hizo amante de ella. Durante los días que Sigfrido estuvo con Brunilda, aprendió la ejecución del sexo, con lo cual la princesa fue perdiendo su divinidad y se fue humanizando.
Sigfrido debió darse cuenta de las dificultades de Brunilda y se sintió llamado a las tierras europeas de los germanos y marchó a visitar a sus padres. En estas tierras conoció a Crimilda, hermana de Gunhter, para el cual consiguió la mano de Brunilda, a la que Sigfrido dejó abandonada.
La valquiria Brunilda, se enteró de los nuevos amores de Sigfrido con Crimilda y pensó en la venganza, que llevó a cabo un hermano de Gunhter.


Esta venganza consistió en revelar a su ejecutor, el lugar exacto, donde era sensible Sigfrido. Ese lugar era un punto en que le habían colocado una hoja de tilo. Conocido el lugar protegido por la hoja de tilo, en él clavó un lanzazo, que acabó con la vida de Sigfrido. Brunilda se suicidó al día siguiente.
Su rival en el amor de Sigfrido, Crinilda fue desposada con  el rey Etzel (Atila). Más tarde Crinilda mató al mismo Etzel (Atila). 
Wagner, durante veinte años compuso Parsifal, estructurado en tres actos y seis cuadros. En él, se trata del Drama de los Nibelungos y se habla de la vida de los caballeros de la Corte del Rey Arturo y la búsqueda del Santo Grial. Con el Santo Grial explica  las imágenes y los mitos, a través del paganismo de la Walalla  de los celtas teutónicos, a través de los tiempos viejos y más modernos, medievales. Es un símbolo de la vida, esa obra del Parsifal, que le costó unos veinte años acabarla, con el pensamiento, los sentimientos, el amor, la envidia y el oro, representado por el Anillo.
Algunos sólo ven en La Estirpe del  Grial, locuras de los arios germanos, pero no se dan cuenta de las locuras freudianas, sexistas y económicas, de los marxistas. Ambas doctrinas son producto del pensamiento de algunos hombres, como los arios, que revelan una locura alucinante. El hombre no recuerda las épocas lejanas en el tiempo y sueña que viene de dioses extraterrestres y en lugar de pensar en el futuro del hombre, piensa que la raza aria viene de dioses extraterrestres, porque debe de haber algo que se reproduce por la inercia de las leyes del Cosmos.
Wagner expone los recuerdos pasados en siglos, y si el hombre todavía no ha alcanzado la luz para vivir en comunidad y con alegría, seguimos todavía luchando y matándonos unos a otros, como yo pude ver en mi pueblo de Siétamo, donde los numerosos muertos, se repartían por el monte.
No alcanzarán los hombres la idea verdadera de las ideas políticas, sino que seguirán luchando unos contra otros.
El Santo Cáliz, que se alza sobre el Altar del Monasterio Antiguo de San Juan de la Peña, en Jaca, a mí me trae la esperanza de que podremos alcanzar o más bien podrán hacerlo, los hombres de generaciones siguientes.
No se puede juzgar el presente, pues Michel Eyquem de Montagne, dice:”No existe el presente: lo que así llamamos no es otra cosa que el punto de unión del futuro con el pasado”.
Desde luego que no existe un presente digno de respeto por los hombres, pues la sangre se sigue derramando, especialmente por Siria, Mesopotamia y por casi todos los países árabes. ¿Cómo se unen el punto de unión del presente con el pasado?, sino es por las guerras y las muertes, que nos siguen llevando a la vida miserable de la Humanidad, con las continuas muertes violentas de los hombres.
¿De dónde venían y siguen viniendo, esas guerras y esas muertes?.Si, vienen de la vida humana, como la de Sigfrido, que corrió el Norte lejano. “Y a veces llegaban a la costa noticias fabulosas de sus azañas.Y en el Norte lejano estaba Islandia, en medio del Océano y en las rocas más altas de Islandia se veía un castillo. Brunilda era reina de la última tierra. Desde su torre de los acantilados, estaba viendo las olas poderosas, y veía llegar las nubes, que volaban graznando, y veía en las olas los lomos brillantes de las ballenas.”.
“Y esperaba la nave de un hombre rubio y fuerte; el único tan fuerte como ella. Se llamaba Sigfrido. Esto era lo que le habían contado.”
Mientras tanto, por los campos de Europa, galopaban los hunos. Atila, plantaba su tienda entre fuego y cadáveres y gritaba: “Yo soy el azote de Dios”.

Y todo sigue igual, pues “por los campos de Europa, escapan los sirios, los irakíes, los hijos de Afganistán y así como Atila gritaba:”yo soy el azote de Dios”, los centroeuropeos cierran los caminos con alambres de espino, que impiden el paso de los hijos del “Tiempo”. 

domingo, 26 de junio de 2022

Fumando espero

 


El hombre es libre y unas veces fuma y otras deja de fumar. Antiguamente no se aspiraba el humo del tabaco, porque ni se conocía el tabaco ni se sabía cómo quemarlo, aspirando su esencia por la boca. No era preciso utilizar papel para envolver tan aromática planta, porque los indios, fumaban sin papel. No siempre el fumador dispuso de tan delicado papel de fumar, pero eso no fue nunca un impedimento total para quemar tabaco. Cuando yo era todavía un niño, no disponía de tabaco ni de dinero para adquirirlo, pero mi abuela Agustina, tenía un bote lleno de manzanilla, que olía agradablemente y yo me apoderaba de ella y la llevaba al Colegio de la calle de Villahermosa y con algunos amigos, al salir del colegio, la liábamos, no recuerdo si con papel de fumar o con papel de periódico. ¡Qué atracción ejercía el fumar sobre nosotros tan niños!. No lo sé, pero fumábamos con alegría y quedábamos contentos y felices. Cuando Cristóbal Colón descubrió las Américas, no sé si él gozó de los placeres, que proporciona la nicotina, pero lo gozaron aquellos aventureros e investigadores de la vida, en el Nuevo Continente y volvieron a Europa triunfantes, echando humo por sus bocas. Igual que yo me sentía feliz dando manzanilla a mis compañeros de colegio, se han sentido también felices muchas personas, dando un cigarro a un vecino o a un amigo. Estos regalos favorecían la convivencia entre los hombres, pues facilitaban la conversación entre ellos, sin producir envidias ni corrupciones. Pero otras veces el regalo era mucho más crecido, porque, a veces, se le entregaba a un amigo o a un superior del que se esperaba algún don, un hermoso puro habano o a algún municipal una faria, para evitarse alguna multa. Ahora han prohibido el uso del tabaco en oficinas públicas, donde hace unos días, un “gran jefe”, fumaba conversando con un visitante. Cuando yo estaba en un colegio, se aspiraba un verdadero aroma tabaquil, procedente de algún puro y al decírselo a un profesor, éste respondía que no nos preocupáramos, porque la bondad del jefe, no era capaz de recrearse, cerca de los humildes alumnos. Aquel humo parece ser que procedía del cielo.

¡Qué diferencia de categoría entre las espirales de humo de un habano, que produce “sueños celestiales” y de las que saltan “estrellas fulgurantes”. Al escuchar “Fumando espero al hombre que más quiero”, se da uno cuenta de la unión del humo del tabaco con el placer del amor, cuando se expresa así el cantor o la cantora:”Ver a mi amante solícito y galante,-sentir sus labios, que besa con besos sabios- y el devaneo sutil con mis deseos-cuando sus ojos veo-sedientos de pasión”. Al escuchar:”por eso estando mi bien, es mi pensar un edén, dame un beso de tu boca,-anda que me vuelvo loca,-corre que quiero enloquecer”, pienso si lo que ha fumado el cantor es tabaco nicotinado o más bien cannabis o cocaína.

Pero esta canción, produce recuerdos emocionantes, unos relativos a amor y otros a la paz y tranquilidad que produce el fumar en muchos hombres y mujeres, como dice la letra: ”Tras la batalla en que el amor estalla-Un cigarrillo es siempre un descansillo,- Y aún me parece que el cuerpo languidece-su fuerza y su vigor”.

Si, el humo del tabaco produce pérdidas de fuerza y de vigor, las galaxias en los cielos producen descomunales nubarrones que arrastran el polvo a los agujeros negros. Ya dijo el Señor : ”Polvo eres y en polvo te has de convertir”. Si , todo tiene fin en esta vida y el tabaco “es siempre un descansillo”, porque el trabajo, su pérdida, la vida y el amor producen en el hombre situaciones de nervios y de tristezas, que consuelan con el tabaco. Por eso cantaba la “gachí” : Dame el humo de tu boca, dame que así me vuelvo loca, corre que quiero enloquecer de placer, sintiendo de ese calor, un mundo embriagador,que acaba por prender la llama ardiente del amor.

viernes, 24 de junio de 2022

 

LAS LECHUZAS EN SIETAMO

Me acuerdo de contemplar las lechuzas desde casa  Almudévar  de  Siétamo, asomadas por la noche a las ventanas arqueadas de la iglesia parroquial, y oteando el corral de nuestra casa. Y desde ésta, quedábamos mirándonos nosotros a ellas y ellas a nosotros. Todos los años se repetían estas escenas,  cuando  en  la primavera y el verano, criaban las lechuzas. Pero siempre he sentido el atractivo de las lechuzas, porque cuando en ocasiones, en Huesca escuchaba los sonidos que producían las aves nocturnas y  discretas  en  la bóveda de la Iglesia de los Jesuitas de Huesca, en el Coso Alto, asociaba su recuerdo con las que anidaban en la iglesia parroquial de Siétamo.
La lechuza  es  como un reflejo de la sabiduría, porque es símbolo de la diosa Minerva o Atenea, que ha sido la diosa de la Razón, que procede de la cabeza de Zeus. Es un ave rapaz nocturna, revestida por un plumaje muy suave, que se lo dio la Naturaleza para qué al volar por la noche, no produjese ruidos que molestaran el silencio de la noche.  Su pico es corto y encorvado y mira con unos ojos grandes.
Esta ave nocturna fue respetada por los griegos, pues era serena y observadora y diosa de la sabiduría, la estrategia y la guerra justa. 






La vida  misteriosa nocturna, es la de Buho Real, ave rapaz nocturna dotada de una gran cabeza y con dos mechones de plumas a los lados de su cabeza que recuerdan a las orejas del gato. Su cuerpo es robusto, mezclado de rojo y negro. Representa  la  serenidad, porque siempre está  posado en el territorio de la potencia dominante del mundo. Ahora está sobre el Capitolio de Washington y dicen que ya está mirando el territorio de la China, porque le parece que ya se va a convertir en el país más poderoso del mundo.
 También sale en las leyendas mitológicas el mochuelo de Atenea, ave rapaz nocturna, que se parece a la lechuza y que se mantiene de comer roedores pequeños y reptiles.
Diosa Atenea.

 Ahora se ve una diosa de la sabiduría, que tal vez sea la diosa griega Atenea, acompañada por un búho, con dos plumeros en su cabeza, que recuerdan las orejas de un gato. Su símbolo de sabiduría se extendió por una gran cantidad de culturas.
Pero así como se  ve  en  este grabado  un búho real, al lado de una diosa, en estos tiempos, el búho se exhibe en todos los lugares, que son y que serán dioses del poder mundial. Ahora se ve en el Capitolio de  Washinton  y amenazan con la venida del progreso  del poder chino, hasta hacerse   líder en este nuevo imperio, del mando en el mundo. ¡Cómo mirarán los chinos los billetes americanos con una lechuza medio escondida en los billetes de dólar!
Sólo tenemos que mirar un billete norteamericano de un dólar y veremos un pequeño búho que parece esconderse en la parte derecha de tal billete.
Es una teoría de la vida de los hombres entre las aves nocturnas, pero ellas han influido sobre la vida de los hombres, pero lo que llama la atención en este caso es que también los hombres han participado en la vida de las aves nocturnas.


¿Tenemos los hombres influencias hereditarias sobre otros seres, que nos hacen pensar en una intervención creadora en una evolución común de los hombres con los pájaros nocturnos?. O existe una influencia entre la evolución del pensamiento evolutivo del hombre, con un destino común o una marcha de vida entre él y las aves nocturnas?.
O es que el pensamiento del hombre, depende del poder del dinero, que lo repartían las aves nocturnas y todavía no ha evolucionado esa misión dineraria, ya que el hombre norteamericano todavía, tal vez de una forma escondida, muestra, un ave nocturna, medio oculta en los dólares, que son  su dinero.
¿Es el dinero material un sustituto del alma espiritual, que defienden las religiones!.

LUIS, con su “Yayo”, escribe un cuento de San Jorge.

 



Luis estaba en su casa, en la plaza de la Inmaculada, y por el balcón veía una ermita o pequeña iglesia toda pintada de blanco. Se ve un tanto alejada, desde el piso que habitaba y se daba cuenta de su altura, un tanto lejana. Desde una  ventana de su cuarto piso, contemplaba una hermosa ermita, encima de un tozal, todo vestido de verde por estar plantado de pinos. Entonces Luis me preguntó que era lo que había en aquella ermita y yo le dije : allí encima de esa colina o tozal, ofrece la contemplación mística de San Jorge, montado a caballo, que está dentro de ella.
 Y entonces me volvió a preguntar: ¿quién es San Jorge ?, y yo le respondí. Es un santo que durante su vida en la época romana, fue guerrero, montado sobre un caballo. Pero este soldado oriental, que era un oficial en el ejército romano, con la fama de su santidad y de su antigua lucha guerrera, se convirtió en santo protector de Oriente y de Occidente. Fue tan famoso que dicen que fue un guerrero que ayudó a los cristianos de Huesca o de Aragón en la batalla del  Cerro de su nombre, que convirtió a Huesca en la capital de la libertad del Reino Cristiano de Aragón.
Luis Manuel y sus dos hermanas  Marina y Natalia  y sus primos hermanos Ignacio , Luis y María, conocieron desde ese piso de la Plaza del Teatro Principal, en un observatorio en que veían la Sierra de Guara ,que une y que separa a los Pirineos de la Tierra Baja. Y desde el piso situado en el mismo lugar , donde antes se encontraba el  Teatro Principal, pudieron ver mis nietos la unión de los Pirineos con la Tierra Baja. Desde la altura de aquel piso, observaban el Cerro de San Jorge, coronado por la bella Ermita dedicada a este Santo.
Desde lo alto de la casa,donde radicaba el Teatro Principal, se miran al Cerro de San Jorge, coronado por una blanca ermita, y sus laderas mostrando  un verde pinar, plantado a principios del siglo XX. La altura del  Cerro le ha dado una situación estratégica, tanto que fueron los romanos los que lo fortificaron y el Rey aragonés, construyó una fortaleza para vigilar a los musulmanes, que hizo se llamara a este lugar  como “El Pueyo de Don  Sancho”.  Este Cerro de San Jorge es un lugar que hace soñar a los oscenses como una aproximación al cielo, por su altura, por el deporte del Fútbol , que ha hecho soñar a los oscenses que San Jorge los ha elevado a primera división. Se respira en ese Cerro la pureza que los pinos, que dan una gran salud al ambiente.Es un lugar bendito para pasearse por él y para mantener la afición al deporte. San Jorge, gran militar del  Ejército Imperial en la Capadocia, que hoy es Turquía,vivió entre los años del 270 y el 303 y su conocimento lo hizo patrono en Italia, Inglaterra ,Grecia , el Reino de Aragón e incluso la isla de Malta.
Pero en Huesca su Fiesta tiene un espacio extraordinario, que este año lo he visto con menos peregrinaciones de alegría dirigidas  a San Jorge. Hace muy pocos años se veían y se oían voces y notas musicales por el Parque, por el que pasaban grupos de jóvenes, que iban al Cerro a cantarle a San Jorge. Hoy en día hay menos jóvenes y sus familias se los llevan de viaje ensa días de fiesta. Antes,cuando llegaba san Jorge y a celebrar el Día de San Jorge,se llenaban los accesos a su Ermita de jóvenes que subían a venerar  y a celebrar su recuerdo en aquel Cerro de su nombre. Se veían por el Parque subir jóvenes y niños, llenos de alegría y algunos hacían sonar guitarras u otros instrumentos musicales y almorzaban por el camino a San Jorge, y bebían vino que les alegraba el corazón. Si subías al Cerro de San Jorge, oías a los y a las jóvenes, cantar y alegrar los corazones de los oscenses. Se veían pavos reales en los grandes árboles de la carretera de Zaragoza y oías los sonidos que lanzaban dichos animales y observabas alguno que celebraba el día su Patrono ,irguiéndose y levantando su bella cola ,que extendían por el aire.
En lo alto del cerro y dentro de la Ermita con sus arcos de un gótico tardío, se veneran en él a San Lorenzo y a San Vicente, que son venerados como patronos de Huesca y acompañados dicho patronos por San Orencio y Santa Paciencia,acompañados por el santo y noble guerrero , luchando con un dragón.
En  la Guerra Civil dicen que subieron a lo alto del Cerro los que estaban intentando conquistar Huesca y a sus pies estaban sus defensores, con algunos soldados y militares, ocupando un hexágono defensivo, que duró muchos años y que se desmontó cuando se urbanizó el monte de la Torre Casaus y se  construiyó  debajo del mismo, el Hospital de la Seguridad Social, porque  a la guerra siguió la paz.
Y hablando con mis nietos les enseño a mirar el paisaje que desde el tejado del edificio de la Plaza de la Inmaculada, y se contempla, al recrearse con el Parque Municipal, el Pabellón de Deportes adjunto y pasando a la Calle de San Jorge, se llega al Cerro del mismo Santo, a cuyos pies se alza el Hospital ,que se acuerda de la salud de todos los oscenses.
 Mi tía Luisa, Penélope  para los leñadores, era amante de observar los ruiseñores en las yedras del jardín de la Torre de Casaus  y aseguraba que,  según opinión del gran pintor Zuloaga, las puestas del sol del Cerro de San Jorge, eran las más bellas en variedad de colorido de toda España. No tengo noticia de que llegara  a conocer a tan eximio pintor; tal vez escuchara esa opinión de boca de su primo Don Manuel  Bescós Almudévar (Silvio Kosti), pintor,  además de escritor y rico en relaciones humanas de todo tipo.
De todas formas, no creo que se sacase la opinión de la manga, pues las mangas, por sí solas, constituían en aquellos tiempos una cuestión de moral conflictiva y que hacía que las pobres modistas unas veces tiraran de ellas para arriba, y otras para abajo. En aquellos tiempos, la moral se calibraba , se ponderaba escrupulosamente, y por tanto, el dejar al descubierto  unos centímetros más o menso de tejido epitelial de las extremidades superiores, constituía materia de consulta en el confesonario.
En cuanto al tejido epitelial de las extremidades  inferiores, más vale no “meneallo”,  porque mi tía, se levantaría de su tumba para amenazarme como a los leñadores que talaban los corpulentos  y copudos árboles de la carretera de Zaragoza. De esta anécdota le vino que su sobrino y primo mío José Antonio, la llamara Penélope por mal nombre; si se mete uno a redentor, sale crucificado.
¡Pobre tía Luisa, amante de la naturaleza y de la belleza visual y auditiva!. Tenía una borrachera de belleza ambiental cuando,  a la puesta del sol refulgente, se unía la frondosidad de aquellos enormes árboles y, sobre ellos, el “triunfo de los pavos reales”, que con su rueda erótica, competían en color con el ocaso. Aquellos pavos reales fueron uno a uno, aplastados  por el tráfico en aumento de los vehículos de motor; los enormes árboles, cuya tala  no pudo evitar mi tía, cayeron estruendosos, víctimas de la sierra también de motor. En cambio su prima la escritora María Cruz Bescós, consiguió que se respetase el Plátano de Indias gigante,  que todavía se alza frente a la puerta de su casa.

El ocaso sigue cada día  teniendo lugar, y seguirá mientras exista el sol, pero su colorido espectacular y cambiante se ve oscurecido  y como emborronado por el humo que vomitan las altas y negras chimeneas que por aquella zona proliferan. Me queda el consuelo que tantas veces, y en plan irónico, se aplican las gentes entre ellas: ¡ya vendrá el verano para que no se eleven esos humos negros, que velan la hermosura de nuestras puestas de sol en el Cerro de San Jorge!. Las más bellas de España.

miércoles, 22 de junio de 2022

Las campanas suenan en San Jorge.-

 

Los oscenses aman a San Jorge, lo tienen metido en el corazón, porque la Historia de Aragón nos lo presenta,  como el santo que protege la formación del Reino de Aragón. No hace falta estudiar mucho para que en nosotros se desarrolle ese entrar su figura en nuestras almas, porque todos hemos oído hablar del Tío Jorge y hemos mirado desde la entonces lejana capital el verde Cerro de San Jorge; hemos visto al santero de la Ermita, cuando todavía se elevaba en la cara sur de la Iglesia, su vivienda   y hemos contemplado los pavos reales, que molestos en el Parque por el ruido, se refugiaban en los pinos de San Jorge. Nos acordamos de la procesión o más bien de la “marcha” que hacían juntos el Ayuntamiento con el Clero de la catedral, revestido de sus solemnes ropas litúrgicas, acompañados por los Maceros del Ayuntamiento, con sus pelucas y portadores de sus gruesas mazas; caminaban el día de San Jorge a celebrar su fiesta. ¡Cómo acudían a la misa y a celebrar su alegría, avivándola con sus comidas y bebidas, que animaban con sus acordeones y guitarras! ; cantaban y bailaban mientras sonaban las campanas de la Ermita. 

En mi libro “Claroscuros” pone que mi tía Luisa, que vivía en la Torre de Casaus, debajo de la Ermita  “aseguraba que,  según la opinión de Zuloaga, las puestas de sol del Cerro de San Jorge eran las más bellas en variedad de colorido de toda España”… “ Tal vez escuchara mi tía esa opinión de boca de Don Manuel Bescós  Almudévar (Silvio Kosti), pintor y además de escritor y rico en relaciones humanas de todo tipo”. Sigo diciendo en mi  libro : “¡Pobre tía Luisa!.Tenía una borrachera de belleza ambiental cuando,  a la puesta de un sol refulgente, se unía la frondosidad de aquellos enormes árboles y , sobre ellos, el triunfo de los pavos reales que , con su rueda erótica, competían en color con el ocaso. Los pavos reales fueron uno a uno, aplastados por el tránsito en aumento de los vehículos de motor; los enormes árboles de la carretera, cuya tala no pudo evitar mi tía, cayeron estruendosos víctimas de la sierra también de motor. En cambio, su prima María Cruz Bescós consiguió que se respetase el plátano de Indias gigante que aún alza su mensaje frente a la puerta de casa de Villamayor”.

No se pueden ver ahora los encendidos colores de los que habló Zuloaga, porque la contaminación ha aumentado  con la circulación de vehículos y con las alta chimeneas que por ahí lanzan sus humos al aire.

Pero ayer, día veintiuno de Abril del año 2006, se vivía en San Jorge una fiesta que conmovía los corazones, porque se oían continuamente los sonidos claros de sus campanas, que hacían sonar los jóvenes y niños, que continuamente entraban en la Ermita, subían a su espadaña y batían las campanas, que recordaban el triunfo del bien sobre el mal ,en lejanos tiempos, porque las laderas estaban verdes como prados y en su hierba se sentaban los jóvenes, que comían y cantaban; bandas de música alegraban a los hombres y mujeres, que bailaban; en  las mesas con sus bancos de cemento se aposentaban las familias, que no sólo comían ,sino que jugaban a las cartas y escuchaban el continuo sonar de las campanas.

Cuando me  fui,  al llegar a la vía del tren, volví la cara y vi como cerca de la torre de San Jorge se alzaban las copas redondas de unos grandes pinos y me recordaban el pasado, pero entre aquellos pinos ascendían paralelos a la espadaña de la Ermita, algunos cipreses, que me hacían pensar en el porvenir de Huesca. Me pareció que vendría un buen porvenir, porque todavía las campanas de San Jorge resonaban  con alegría, con claridad y con dulzura. 

Biografía de Baltasar Gracián.-

 



Baltasar  Gracián, es  un  escritor  aragonés.-Nació en Belmonte, en la comarca de Calatayud el 8 de Enero de 1.601.  Y uno se inflama de la cultura aragonesa, cuando se acuerda de su destino a Huesca desde 1.636 hasta Agosto de 1.601. Su estancia en Huesca fue como una reunión de sabios, en el actual Coso Alto, porque en un lado del  actual Coso Bajo en la calle, se encontraba la lujosa residencia de los Lastanosa  y la parte que indica la subida a lo alto  hacia arriba, donde en su cima se encuentra la Catedral la  Residencia de los Jesuitas, donde residió Baltasar Gracián.  Y al otro lado del Coso Alto, huyendo de la  gran colina, aparecía la Residencia con su enorme Jardín que se introducía en el actual parque oscense. Era una Residencia ajardinada  y  en su interior llena de maravillas históricas, como una colección de monedas ibéricas, que todavía no se podía interpretar su letra ibérica.

Era su dueño Don Vicente Juan de Lastanosa, más joven que el jesuita Baltasar Gracián, que resultó ser gran publicador de sus obras.

Era Don Vicente Juan de  Lastanosa  un hombre sabio, que se preocupó toda su vida de la belleza de los jardines, que favoreció la publicación de las obras de Baltasar Gracián, que reunía  en  esa maravillosa residencia, con jardines que llenaban de belleza el paisaje. Reside y  llenaba su residencia con colecciones de objetos curiosos, antiguos y sobre todo se preocupaba de estudiar libros en su rica Biblioteca, en un lugar bendito , frente a la  Compañía de Jesús, donde residía el Jesuita Baltasar Gracián.

En  el  palacio  de  Don  Vicente  Juan  de  Lastanosa, hacían consideraciones científicas con su hermano, que está enterrado con él en la  Catedral de Huesca. Tenían amistad con el hermano de  Vicente Juan de Lastanosa, con el canónigo Manuel de Salinas  y con la Monja de Casbas doña Ana Francisca de Bolea, cuyos padres  que pasarían algunos años en ser  antecesores, de los  Condes de Aranda, y Ustarroz historiador e incluso aristócratas como los que más tarde serían tales condes.

Baltasar Gracián fue destinado al Colegio de Huesca, donde hizo su vida desde 1.636, hasta agosto de 1.639. Para su inteligencia con este destino hubo un aumento de su producción de  obras  literarias.

El Héroe se editó en Madrid el año de 1.639, y según su  hermano Felipe, que se hallaba en la Corte, “sabemos que Gracián estaba al tanto de esta edición”. El se puso a cuidar a un niño “ que se decía había salido de la Compañía”, hijo de un fraile de la Compañía y “Gracián temía ser enviado a Tarazona e intentaron trasladarlo a la provincia  de Castilla”.

En 1.640, Gracián publicó su segunda obra: “El Político don  Fernando el Católico”, en una época en que llegó la invasión francesa a Monzón. Se dedicó durante la guerra con los franceses a ser confesor en la Batalla contra los franceses.

Baltasar Gracián, que amaba a Aragón con todo su espíritu, se acordó del Rey de España, cuando se casó con Isabel  Reina de Castilla, que al morir ésta tuvo que abandonar el trono de Castilla y se volvió a Aragón, al lado de San Juan de la Peña. Allí unió su soledad con un Bescós del  pueblo en la Sierra de Guara, en Bastaras, y éste, que respetaba la doctrina judía, se quedó en ese pueblo para acabar sus días. Allí cerca de San Juan de la Peña, mantenía conversaciones con el judío Bescós, con el que se amaban intensamente. Cuando murió el Rey Fernando el Católico, volvió el judío Bescós a Bastaras en la Sierra de Guara, donde había nacido. Este pueblo se encuentra en la Sierra de Guara, al lado de Santa Cilia de Panzano y de Panzano, en los que abunda el apellido Bescós, donde murió el amigo judío de Fernando el Católico. Fernando el Católico fue despreciado por Castilla al morir Isabel la Católica y este Rey de Aragón se fue a vivir cerca de San Juan de la Peña, con su amigo el judío Bescós.




 Estas tierras ya cercanas a Francia, tienen como principal lugar donde vivir, la ciudad de Jaca, donde viven muchos chesos y ansotanos. Allí conocí al padre de Miguel y a su madre y el marido cultivó un trozo de tierra debajo del Monte Oroel, donde pasaba muchos ratos trabajando y mejorando el camino de este ascenso a la Peña. Mariano era trabajador y con una afición perpetua de cultivar tierras montañesas. Está  finca muy cerca de Jaca, a la que ve  desde  dicha  ciudad y más al  Sur  se contempla una enorme y bella Montaña pirenaica, que se llama  la Peña Oroel.

 Así como a mí me gusta contemplar la figura con sotana de Baltasar Gracián, el padre de Miguel tenía una gran amistad con un sacerdote jacetano, que alababa al Señor en la Catedral de Jaca, que yo había visto merendar en el huerto de Mariano. Y en dicha antigua iglesia, la más antigua Catedral de España, el sacerdote amigo del padre de Miguel, a  saber  Mariano celebró unos funerales por él, en que se cantaron cantos fúnebres y se rezó por su alma. Allí, en   esa  antigua  y hermosa Catedral cantaron sus amigos y su esposa Miguelita  por Mariano, como ya tuvieran costumbre de hacerlo en otros  entierros.                                                                                                    

Yo ya no pude asistir al funeral de Mariano, porque ya no puedo movilizar mis andares, pero tengo un recuerdo en la Guerra Civil, en que entramos en la Catedral de Jaca y una vez dentro de ella, se escucharon terribles bombazos de la aviación y mi madre horrorizada, se tiró al suelo debajo de un banco, del que salió sin sufrir ningún daño. Me acuerdo también de oír asistiendo a un acto religioso, de cantar ¡Virgen Santa, Madre mía, luz hermosa, claro día!.

Me he acordado de la triste ocasión que pasó Jaca en el año de 1.936 con aquellos bombardeos y hoy que desde entonces han pasado muchos años, vuelven a la familia de Miguel, recuerdos tristes, concretamente el entierro de su buen padre.

 Todos los ciudadanos tenemos que sufrir en la vida y así como “el itinerario de la vida comienza en la primavera de la niñez y el estío de la juventud, para convertirse en juiciosa, cortesana filosofía en el otoño de la varonil edad, y desembocar en el invierno de la vejez y la muerte”. Igual que como dice Baltasar Gracián en el texto de su libro que el itinerario de la vida comienza en la niñez, para acabar en el invierno de la muerte, así le pasó al señor Mariano. Esperando que el camino de la vida, llegara,” Gracián recibió por el año de 1.658, una represión pública, con ayuno a pan y agua, y se le destituyó de  la  catedra de Escritura, y fue enviado al pequeño colegio de Graus, por orden del padre Piquer”. 

En fecha posterior predicó, pero un superior siguió ordenando la vigilancia de su persona. Y Gracián murió en Tarragona y es posible que fuera enterrado en la fosa común de los jesuitas del colegio. En cambio  Mariano, fue feliz trabajando en su finca a la que subía , cerca del Monte Oroel, que le ha dado felicidad, durante muchos años.

El pobre sabio y escritor, pensó en profundidad en sus numerosas obras literarias, que ha dejado a la humanidad durante su vida y no se sabe  donde  está enterrado.


martes, 21 de junio de 2022

El jabalí ibero


 


En La Península Ibérica, habitaron los iberos libres, desde el siglo VI a. C. hasta los siglos de la romanización durante los siglos III y I a. C.
Fueron los Iberos un conjunto de pueblos, que vivieron en la costa del Mediterráneo, la zona Sur, central y el Este de la   Península Ibérica, organizados en tribus, compuestas por guerreros, campesinos, artesanos, comerciantes y esclavos. Recibieron el nombre de iberos o íberos, nombre derivado del Río Ebro.
A partir del año 2.000 a. C., llegaron los celtas, que sin escribir libros literarios pronunciaban hermosos versos, que les hacían recordar su existencia a gusto, como pueblo libre y conquistador. Han llegado hasta nosotros recuerdos transmitidos por tradición oral, pero la cultura de los celtas o “godos”, fue extinguida por los romanos desde César Augusto y más tarde por los moros y cristianos. Basta leer la persecución que sufrieron los godos en Navarra y el Pirineo aragonés. Sabían escribir en griego y en latín, pero prefirieron dejar, la crónica de su existencia por vía oral, en hermosos versos. Los celtas, cuando llegaron a la Península, se instalaron en viviendas separadas de los poblados ibéricos. Pero cuando llegó a la península la invasión de los moros, pasaron a ser un pueblo, discriminado, como se ha comprobado al ver en Navarra y en Aragón a los antes elegantes y presumidos “godos o agotes”, discriminados y despreciados por los primitivos habitantes.
Los íberos vivían en territorios poblados de jabalíes, que por un lado los alimentaban y por otro, les daban la muerte con la Triquina, parásito que sufrían.
Dependía su vida de la carne de los jabalíes y su muerte, en muchas ocasiones les venía porque la Triquina  Spiralis , que parasitaba la carne de dichos animales, que ellos comían estaba infestada por esos parásitos. Los ìberos y los celtas  veneraban a  los jabalíes y por este motivo, los íberos hacían estatuillas de los jabalíes.  con material de bronce, como la que se ve en el artículo, que vds. están leyendo   y los celtas les cantaban: “Llevamos la fuerza del jabalí y la sabiduría del unicornio”. Los druidas eran una categoría de gran influencia entre los celtas, porque sabían leer en griego y en latín, pero ellos elegían recitar por vía oral unos bellos poemas, que narraban la existencia de sus miembros.


Barco Fenicio.

Los fenicios siguieron el ejemplo de los alfabetos fenicio y griego y escribían cartas comerciales, monedas, piedras de cerámica y láminas de plomo, sobre las cuales escribirían esas cartas comerciales. En el siglo I a, c., por influencia de los romanos, comienzan a desaparecer el alfabeto y la escritura fenicias. Se grabó una gran cantidad de monedas, como la navarra y la oscense, que he visto en Pamplona y en Huesca, pero el Emperador Claudio ordenó por los años 39 y 40 d. C., que se suprimiesen en las monedas grabaciones ibéricas y se permitiesen las romanas. El arte es de una calidad artística, influenciada por el arte griego y la cultura fenicia, que por cierto navegaba el Mediterráneo con suma facilidad.
La cerámica es lo que da más abundancia en la cultura ibérica. Entre piezas escultóricas han llegado a nosotros La Dama de Elche, que ha dado pie a dudas sobre su origen. Luego la Dama de Baza, la Bicha de Balazote, etc., etc. El pueblo ibero era alegre y optimista, porque manejaba toda la orfebrería, como anillos, pendientes y multitud de objetos, que creaban en oro, en plata o bronce, como el pequeño jabalí, cuyo nombre titula este artículo. Así como los íberos eran optimistas, porque manejaban todo lo material, los godos en lugar de crear arte, lo vivían y lo soñaban y decían: “Llevamos la fuerza del jabalí y la sabiduría del unicornio”. Los druidas, el escalón de mayor poder entre los celtas, prefirieron dejar por la vía oral, en versos hermosos, la relación de la existencia de su pueblo. Y su historia gloriosa, se deshizo al llegar la invasión de los moros y aumentar la soledad de su sociedad, por el abandono de los iberos. Ya vivían solos y apartados de los íberos, porque hasta sus residencias las edificaban apartadas de las ibéricas y se consideraban como los que tenían más inteligencia y más poesía en sus mentes. Los íberos eran felices y cazaban los jabalíes, a los que dedicaban estatuillas y los celtas los consideraban como dioses, como fuentes de la vida, como creían al verlos excavar el manantial de la Tierra.
 Los celtas admiraban a los jabalíes, porque continuamente estaban excavando la tierra, como aquel que busca un nuevo manantial, pero que no lograron aclarar el misterioso fondo de este planeta. El jabalí hacía pensar en la importancia del jabalí en el mundo mitológico, como en el religioso. Una demostración de esas ideas se ve en una iglesia de Betanzos, en Galicia, en que aparece un símbolo, que recuerda el cristianismo, es decir un jabalí, muy bien reproducido, debajo de una Cruz.
Jabalí en la iglesia de Betanzos.

Llegó la invasión árabe y los godos que ya se consideraban un pueblo selecto, que no se trataban con los miembros de otras razas, se encontraron con su desprecio y abandono de los demás pueblos. Pío Baroja escribió que los agotes, miembros de un pueblo maldito, mostraban su estilo germánico con sus cabellos rubios. Y yo, en las calles de Huesca, he visto una familia marroquí, con unos hermosos cabellos rubios. Pero ahora se encuentran muchos españoles y especialmente aragoneses y navarros, con sus pelos rubios. A partir de la Catedral de Jaca, se extendió por la sociedad un crismón románico, usado por los “agotes” en la construcción de iglesias románicas. Estaban discriminados por la sociedad, pero eran inteligentes, tanto que fueron creadores de templos románicos en el Camino de Santiago. Los agotes, que durante su gobierno de la Península estaban llenos de orgullo, al ser vencidos por los moros, estaban obligados a mantener una endogamia absoluta, pues tenían que entrar en la iglesia por una pequeña puerta, que les hacía entrar agachados. Y de la misma forma que cuando ellos tenían el poder, vivían apartados de otros ciudadanos, al ser invadidos por los moros, se vieron apartados por los demás habitantes. La escritora, ya fallecida Nieus L. Lascorz, escribió la historia de los agotes de la Val  de  Gistau.
En este escrito se ve el amor de los habitantes de la Península a los jabalíes. Los Íberos los amaban y se alimentaban con su carne y los celtas los adoraban y los amaban.
Así ha seguido, durante siglos la historia de los distintos pueblos que la poblaron, que la invadieron y que han luchado entre ellos, hasta estos momentos
Unas veces fueron intelectuales y poetas, otras trabajadores y creadores de arte y unas veces han olvidado sus fablas y en otras se enseñan y en toda ella  se estudia el inglés, para vivir en un mundo unido.

Fumar o no fumar

  Bajaba cierto día por las escaleras amplias de un edificio oficial y al llegar a uno de los vestíbulos de cualquiera de sus pisos, desde l...