domingo, 30 de abril de 2023

La reconquista de Zaragoza

 

                                                           Sancho Ramirez Rey de Aragón.

Era hijo de Sancho Ramírez y Felicia de Roucy y nació probablemente en Hecho (Huesca) en zona entonces netamente euskaldun. A la muerte de su hermano Pedro I, en 1104, fue designado rey. En 1109, habiendo muerto Alfonso VI, el Batallador, alegó su derecho al trono de Castilla y, para evitar la guerra, casó con D.ª Urraca, hija del rey castellano y viuda del conde Raimundo de Borgoña del cual tenía un hijo que había de llegar a reinar en Castilla con el nombre de Alfonso VII.[Catedral de Tudela. Carta de donación de Alfonso el Batallador a la iglesia de Tudela]

En 1110, navarros y aragoneses derrotaron sobre Valtierra a Almuzater, rey de Zaragoza, quien murió en la batalla. En 1111 se exteriorizaron las desavenencias entre el rey y la reina agravadas por las intrigas cortesanas y los intereses políticos. Hacia 1114 el Papa Pascual II anulaba el matrimonio basándose en el hecho de que ambos cónyuges eran biznietos de Sancho III el Mayor. Ese mismo año fue tomada Tudela a los moros, al parecer por sorpresa. Mandaba las tropas el conde Rotrón del Perche, quien fue premiado con el señorío hereditario de la ciudad. La toma de Tudela animó al rey a poner sitio a Zaragoza, cuya conquista ya se había intentado otras veces, y sus esfuerzos se encaminaron en esa dirección.

Entre tanto, la guerra con Castilla continuaba y en 1126 se ve que el rey tenía sus cuarteles en las cercanías de Haro, haciendo frente a D. Diego López (el señor de Vizcaya), que estaba con los castellanos. Estos, en 1117, habían conseguido invadir la Rioja, según se demuestra por una donación que D.ª Urraca y su hijo Alfonso hicieron al monasterio de Santa María de Nájera.

                                                    Alfonso "El Batallador" Rey de Aragón.

En 1118, después de prolongado cerco, fue tomada Zaragoza por asalto -18 de diciembre-. En la empresa colaboraron importantes fuerzas de Bearne, Gascuña y del País Vasco de ultrapuertos, pues en donación que por tal motivo hizo el rey figuran como presentes, D. Gastón, vizconde de Bearne; el conde de Bigorra, el de Comange, el vizconde de Gabarret, el obispo de Lascar, Ojer de Miramont, Arnald de Labedan el conde Bertrand, Ramón de Tolosa y otros.

Fueron los navarros los primeros en entrar en la ciudad, en conmemoración de cuyo hecho y en las inmediaciones del terreno donde se ejecutó, se edificó luego un templo a San Miguel Arcángel, que es llamado San Miguel de los navarros. Desde Zaragoza los vencedores se extendieron, Ebro abajo, hasta las cercanías de Tortosa y también Jalón arriba, en cuya ribera tomaron Rueda y Ricla. También fue reconquistada Tarazona. En 1120 fue conquistada Calatayud, así como Daroca y Molin. Aragón adquirió, así, considerable extensión.

En 1122, dio el rey nuevo fuero de población a La "Puente de Arga, que también se llama de la Reina...". En 1124 se consagró la nueva catedral de Santa María en Pamplona y el mismo año fue fundada la hoy ciudad de Santo Domingo de la Calzada, en las riberas del río Oja, en el lugar llamado Olgabarte y lubarte.

                                                      Ramiro II "El Monje" Rey de Aragón.

En 1126 murió la reina D.ª Urraca y parece que se llegó a un acuerdo entre el rey de Pamplona y Aragón y el nuevo monarca castellano Alfonso VII, apartándose éste de sus pretensiones sobre la Rioja. Así parece confirmarlo una escritura (1127) del Batallador que se refiere a Tudela y que está confirmada entre otros por el obispo D. Sancho, de Calahorra; D. Orielo Garcés, con el señorío de Logroño; D. Fortuño Garcés, con el de Nájera, y D. Lope Íñiguez, en Bureba y Alfaro.

De 1129, es un decreto del rey a los justicias de Tudela que demuestra la servidumbre en que los cristianos tenían a los moros que habían quedado en Tudela: parece que les consentía labrar las que fueron sus tierras, mediante pago de la mitad de la cosecha. Dispuso el rey que también de la mitad que quedaba a los moros se pagaran los diezmos y primicias a la iglesia.

En 1130, viendo el rey que Guillermo, duque de Aquitania, oprimía las tierras de los señores vascos de Ultrapuertos, aprovechó la paz con Castilla (firmada en Tamara, en julio de 1127) y puso sitio a la ciudad de Baiona, la que parece tomó después de un insistente cerco.

Emprende una incursión en Andalucía, entre 1125 y 1126. Se dirigió a la región valenciana y, continuando hacia el Sur, cruzó el Júcar, tomó Alcaraz y entró en Andalucía. En tierras de Córdoba entabló batalla con las tropas musulmanas resultando vencedor. En 1126 Alfonso el Batallador regresó a su reino acompañado por numerosos mozárabes y tras haber conseguido un cuantioso botín.

En 1134 trató de apoderarse de Fraga, pero fue derrotado y sufrió heridas que terminaron por causarle la muerte el 7 de septiembre de 1134. Se sitúa el lugar de su muerte en Poleñino (Huesca).

[Alfonso el Batallador. Zaragoza. Fot. Bernardo Estornés Lasa]

En el testamento que había hecho durante el cerco de Baiona, y que en lo esencial es idéntico al que volvió hacer en Sariñena, legaba el Reino a las Órdenes militares del Temple, del hospital de San Juan de Jerusalén y del Santo Sepulcro. Aragón quedó desorientado ante la extraña disposición testamentaria y los navarros utilizaron esa situación para restaurar su independencia proclamando rey a D. García Ramírez, hijo del infante Ramiro Sánchez. Rey de Aragón fue elegido Ramiro, hermano del Batallador quien fue llamado "el Monje", porque para sentarlo en el trono fue sacado del monasterio de Tomieres.

Petronila​ de Aragón ​ fue reina de Aragón entre 1157 y 1164 y condesa consorte de Barcelona entre 1162 y 1164.​​​

 

sábado, 29 de abril de 2023

 

Jesús Vallés Almudévar y la Guerra Civil


Con mi doble pariente, el sacerdote Jesús Vallés Almudévar, nos queríamos, nos respetábamos a nosotros y a nuestros antepasados. No me habló nunca de los sufrimientos que pasó durante la Guerra Cicil, pero cuando ya le faltaba poco tiempo para unirse “in aeternum”, con su madre y con su hermano, fusilados en Fañanás, con una crueldad salvaje, me regaló un diario personal. En él escribe lo siguiente: “cuando lo leas, te enterarás de hechos de una época de mi vida que no he contado a nadie”. Pero en los ratos en que escribía de su vida, se acordaba de su madre, que era ”una mujer sencilla, todo corazón, abnegada y sacrificada por todos, que regalaba paz a los que estaban con ella. Hacía diez años que había muerto su marido y se había consagrado ella enteramente a nosotros sus hijos. Con una capacidad inmensa de sacrificio”.

Fueron cinco hermanos, el mayor Antonio, el segundo Manolo, “hombre serio y sensato, brazo derecho de su madre y un poco padre de nosotros los pequeños”. Yo tuve la oportunidad de comprobar esta manera de ser, pues cumpliendo el Servicio Militar, me trató como a un hijo suyo y me comunicó que me habían premiado un artículo literario que escribí en el Campamento. El tercer hermano Luis, era “lanzado e ingenuo. Con muchas ganas de vivir la vida, mientras el cuarto hermano José, fue ”el vividor, desprendido, simpático, mentiroso, zalamero, majo”. Jesús, como hermano pequeño, se describe a sí mismo “como el niño mimado, cascarrabias y nervioso, serio y tímido”.

Pasaban el invierno en Huesca, para estudiar y el verano en Fañanás, donde les “gustaba mucho estar…sobre todo los pequeños”, que gozaban de más libertad y lo pasaban muy bien. Describe la “enorme casona, con mil rincones y recovecos siempre nuevos, guardándonos alguna sorpresa”. Tenía tres pisos y en el primero estaba el despacho, el oratorio de nuestro patrono San José. “En el segundo piso estaba la gran cocina, con su hogar de amplia chimenea y enormes cadieras”, estaba la cocina llena de mesas, de tinajas y todos los cubiertos “de cobre relucientes y brillantes, los armarios contenían cazuelas y pucheros”. En el tercer piso y en el cuarto, se encontraban las habitaciones para jugar, los dormitorios, la “masadería”, espadas, sables y bastones, libros, documentos. Graneros y mirador”. “En lo alto se veía la iglesia y se escuchaba el tintineo del yunque del herrero, y un camino de la fuente, para mí, todo poesía. Y su río, el Guatizalema, para esparcimiento y refrigerio en las tardes calurosas”

Después de lo que sufrió con el fusilamiento de su madre y de su hermano, escribió lo siguiente:”Supongo que todo seguirá igual. Yo no lo he vuelto a ver. Por si acaso ha cambiado, prefiero verlo idealizado con los ojos del alma y del recuerdo”. Ya no quiso visitar el pueblo de Fañanás, aunque lo amaba y como él mismo escribe, lo idealizaba.

El 20 de Julio de 1936, ”se masca la paz, la tranquilidad y se tienen ganas de cantar, reír y vivir”. Eran esos los antecedentes, en que su tía Encarna y su hermano José, vinieron de Huesca y no se fueron”, porque parecía que el ambiente político no estaba tranquilo: hay muchos rumores y temores. Parece que se han sublevado en algún sitio unos militares”.

El día 23 de Julio, ”la radio está todo el día en marcha. España está dividida en dos. Radio Barcelona dice: ”Todos los obreros, todos los republicanos, en pie para defender la libertad. ¡A las armas el proletariado”. En tanto el General Mola dominaba en Navarra. El día 26, “Ha venido una señora que está casada en Lascasas y dice que allí mataron al cura, primero lo desnudaron y le cortaron los testículos y después lo fusilaron”. El 29 pasando por la calle, ”El Royo” dijo que ya se había acabado el dar limosna”, que todo era de todos. Y que se acabó de que los señoritos coman sin trabajar, que todos los campos serían de la comunidad y el que no trabajara no comería. Todos reían bulliciosamente”. El 31 de Julio se escuchaba en Fañanás un tiroteo impresionante. Estaba producido por los cañonazos que cañoneaban el pueblo cercano de Siétamo, para seguir siendo bombardeado por la aviación. Le gustaba a Jesús “oír esos pájaros grandes que dominan el espacio”, ”pero oír las descargas sobre Huesca y Siétamo, pensando que mis hermanos y tanta familia y conocidos están allí, aguantando, esperando a que les hieran o les maten sin poder defenderse, sin poder hacer nada”, eso no lo podía aguantar. Entre tanto su madre “se pone a rezar, palidece y tiembla, en un sufrimiento callado e intenso”. Hace coincidir el estado del tiempo físico con la tragedia que se aproximaba, cuando dice: ”El cielo está cubierto de pesados nubarrones de verano y empiezan a caer algunas gotas gordas”.

El día 1 de Agosto, “no trabajaba nadie”, sino que “se pasan el día hablando y discutiendo. Cantan, ríen, gritan y juran por calles y plaza. Tienen pinta de escapados de presidio”. Al día siguiente “se dirigían hacia la iglesia. Gritaban y reían como salvajes…Se han puesto los ornamentos e iban entonando latines con cantos revolucionarios. Uno llevaba la casulla “buena” que el cura guardaba para las grandes solemnidades, la capa pluvial la llevaba uno pequeño y desgarbado que la arrastraba por el suelo”. Fue, al día siguiente, Jesús a ver la iglesia y “un grupo de mujeres lloraba, me pareció que les decía el Señor lo mismo que a las de Jerusalén: no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos”.

Desde el uno de Agosto no escribió ni una línea, porque aquellos días los pasó muy mal y tenía miedo Jesús de escribir lleno de odio y ganas de venganza, ”pero estoy seguro de que eso no agradaría a mamá”. El día 23 de Agosto, llamaron con fuertes golpes a la puerta de casa Vallés y “dos milicianos preguntan por el señorito Luis….Que venga también la madre. Y la madre y el hijo Luis, como hacía ya tanto tiempo que esperaban esta llamada, sin ningún ruido, se marcharon. A Jesús le hicieron abrir todos los armarios, como aquel que busca un objeto para acusar a su madre y a su hermano, Luis, de seres peligrosos; lo llevaron a la casa donde vivían los colonos, que lo acogieron con cariño. Constantemente “quería llorar, llorar, necesitaba llorar...El cuerpo se me quedaba también rígido. No podía doblar las piernas, ”le hacían daño esos ojos de tanto llorar.“Al anochecer del segundo día, la voz inconfundible de mi madre llamó desde el patio…Mamá me hablaba, me acariciaba, me aconsejaba…Nos separaron y mi soledad se hizo más espantosa que nunca”.El día 29 de Agosto, ”en el escenario de la Plaza, el alguacil, llamado Juané, hizo sonar el cuerno y gritando, soltó el siguiente pregón.”De orden del Comité…hago saber…que se va a proceder…al juicio…de la Viuda de Vallés…y de su hijo…que acudan todos al granero …del obispo”. Durante el juicio los acusaron de hacer señales a los fascistas con linterna y no cesaban de escuchar emisoras del bando rival. Las linternas las encontraron en un registro, pero sin pilas “No había amanecido todavía, cuando fueron a por ellos” Subieron a un coche y en “un barranco, entre Bespén y Blecua se detuvieron”. Dicen que el piquete estaba formado por guardias civiles y por dos mozos del pueblo. !Dispararon!. Cayeron. Luis no se movió. Mamá intentó incorporarse, una nueva descarga se lo impidió. Después llegaban los del comité. Rociaron los cadáveres con gasolina y les prendieron fuego. De Blecua fueron unos hombres a enterrar los restos”.

Los que, parecía, habían ayudado al fusilamiento de su madre y de su hermano Luis, quisieron sacarlo de Fañanás y lo llevaron al próximo pueblo de Ola, a una gran casa, llamada de Otal. Sus dueños estaban repartidos por el mundo para salvar sus vidas. Allí se dio cuenta de las mujeres que los oficiales traían de Barcelona y sospechaba de todo el mundo. El capitán Moreno le decía que tendría que formarse para el futuro, que tal vez debía ir a Rusia, donde estudiaría, para ayudar al gobierno comunista. El, al ver todo esto, siempre quería volver a Fañanás y un día se subió en el caballo del cartero y llegó el día 11 de Septiembre a Fañanás. El día 13 entraron los rojos en Siétamo y enseguida se organizaron “peregrinaciones” para ver las ruinas de aquel pueblo. Y Jesús que había sufrido las pérdidas de su madre y de su hermano, el día 20 de Septiembre, con trece años cumplidos estuvo en Siétamo”, de donde habíamos huido sus doble parientes. “Cuando llegamos a los alrededores de Siétamo, oímos graznidos de cuervos, que levantaban el vuelo al oír nuestros pasos y volvían de nuevo al festín, después de que habíamos pasado…Había todavía cadáveres sin enterrar, tostando sus huesos ,casi mondos, al sol. Las calles estaban como un museo en día de fiesta…lo recorrían todo, contemplando, preguntando, admirando. Se fijaba en las casa, de las que no quedaba “ni una casa entera…estaban todas comunicadas por dentro por medio de boquetes, hechos por los fascistas para no tener que salir a la calle” evitando que algún proyectil les hiriera o matara… en la iglesia en una de las capillas laterales había una fosa abierta, allí habían enterrado a un sargento de la guardia civil, que se había destacado por su coraje y valentía y del que contaban muchas cosas heróicas”. Lo desenterraron y “lo arrastraron por el pueblo, y lo quemaron en la plazoleta del Castillo, donde todavía se notaba el redondel de tierra ahumada mezcladas con las cenizas de sus restos” Recuerda Jesús que “un enjambre de muchachos, revolvían entre los escombros, buscando cápsulas, balines, trozos de metralla”. No acabaron de recoger todo, porque, cuando ya había acabado la Guerra, allí estaba yo con Rafael de Lasierra, buscando aquellos malditos restos.En el comité exclamó uno se los jóvenes: hay que mandar a trabajar a Jesús, que no queremos mantener vagos. Alguno pensó que podía ejercer el trabajo de enseñar a leer y a escribir a los niños. Así se hizo y Jesús vivió una temporada con ilusión, que le serviría para calmar su soledad dolorosa.El 25 de Enero de 1937, tuvo noticio de sus hermanos, por una carta llegada de Francia. La escribió Conchita y pensó:”No nos va a ir todo mal. Mamá y Luis velarán por nosotros”.El día 23 de Julio, un amigo que había ido a Barbastro, le comunicó a Jesús que su tío Blas lo quería ver pronto. Su tío Blas era el esposo de su tía Carmen, hermana de su madre.”Ha presumido siempre de ser comunista y revolucionario”.”Cuando vivían en Villa Isabel, una tarde de domingo, estábamos mamá y yo de vista en su casa, cuando estallaron dos bombas. Mamá pensando en sus hijos, quiso marcharse enseguida a casa, pero mi tío Blas no nos dejó marchar, dijo que faltaban de explotar todavía tres, pero que no nos preocupáramos porque no intentaban más que asustar…nos acompañó mi tío a casa, no pasó nada, pero yo quedé impresionado pensando que mi tío habría puesto las bombas o era el jefe, pues lo sabía todo. Yo lo he querido siempre, pero no puedo olvidar que si él hubiera intervenido, ho hubieran matado a mamá y a Luis. No me querrá mucho cuando ha tardado un año en acordarse”.El día 23 de Agosto de 1937 escribió:”Estoy en la Montaña, en Broto, hace veinte días que llegué aquí. Al llegar a Broto conociendo a tantos tíos y tías, todos lloraban, menos Jesús ,que no tenía ganas de llorar, como lloraba en Fañanás, donde nunca tuvo apetito como en Broto, donde siempre tenía hambre. El día 30 de Agosto de 1937, hizo un año que mataron a su madre y a su hermano. Es una contradicción; me parece que hace un siglo que sucedió. Y por otra parte me parce que sucedió ayer”. Por el mes de Enero de 1937 , se rumoreaba que “los fascistas” están pegando fuerte”. Sus parientes sentían necesidad de marchar de Broto. El día 29 de Enero marcharon a Villanova, que se encuentra en el valle de Benasque. Por un lado veía que los que habían asesinado a su madre y a su hermano, estaban siendo derrotados, pero por otro, le preocupaba dejar aquel ambiente, de amistades, ahora que empezaba a estar a gusto...”.En Villanova encontró libros, como “El grillo del hogar” de Dickens. El 24 de Marzo, llegó Rafael y dijo que los “fascistas” habían “empezado una ofensiva y que empujan fuerte”. Como “no pueden detenerlos piensan ya en irse a Francia”… Efectivamente el día 26 de Marzo “Rafael se ha ido a Francia. Se han marchado dos coches llenos de jefes”. Jesús al ver estos hechos, estaba “alegre y triste a la vez. Puede que fuese mejor decir: impaciente e intranquilo”. El 29 de marzo salió Jesús a la carretera y escribió:”Está sucísima y hay de todo…sobre todo las cunetas están de miedo, hay gallinas, conejos muertos, encajes, saquetes de almendras, guerreras, alpargatas y botas viejas… fusiles, cargadores con balas en grandes cantidades, bombas de mano”.El 9 de Abril escribía: ”El cañoneo, me parece, no sé si será sólo la ilusión, que se oye más cerca, más fuerte”.El día 15 de Abril se veían subir por el camino, muchos soldados con la bandera que desde siempre había representado a España”, pero enseguida vi a Plácido … y sentí que ya se había realizado el milagro”. Decidieron que después de comer se irían a Huesca con el coche de Plácido el tío José y él “y mandaríamos un coche grande para el resto”. ”¡Qué extraño me encontraba andando solo por las calles de Huesca”. Llegó a su casa, llamó y se encontró con Encarna, una mujer buena durante muchos años, con Margarita y con la nena. Allí se enteró de que a su hermano Antonio lo mataron, ”lo cogieron prisionero y lo fusilaron , ya al comenzar la Guerra, pero se alegraba al ver a “la nenica que estaba preciosa. Tiene la cara redonda y el pelo todo rizado”. Ahora es una señora, con la que me encontré hace poco tiempo y me mandó, cuando murió Jesús unos libros, que guardo en Siétamo. Al final de del diario de 152 páginas, que describe desgracias e historias de los pueblo que tuvo que visitar, escribió:”Parece como si descubriese ahora, de verdad, la guerra y toda su huella. Hasta ahora no tenía más idea que llegar a Huesca, encontrar a mis hermanos, reanudar la vida.La guerra no había sido más que la muerte de los míos, el sufrimiento personal, la separación, la espera”. Parece que se ha olvidado de su crecimiento como hombre, pues le había cambiado hasta el tono de su voz y tal vez, lo dudo, se habría olvidado de las chicas que se enamoraron de él. Acaba el diario diciendo :”Ahora me parece una melonada haberlo escrito y me moriría de vergüenza si lo leyese alguien. Lo guardaré bien guardado”. No contó a nadie los sufrimientos que tuvo, pero a mí, cuando ya los dos éramos mayores, me regaló su maravilloso diario, del que si él se avergonzó, yo me lleno de satisfacción y de orgullo. Ahora me voy a San Pedro el Viejo y me miraré al interior de su torre,en que Jesús, ya sacerdote, puso a la vista del público recuerdos religiosos de la vieja ciudad de Huesca.

viernes, 28 de abril de 2023

Joaquín Costa y la sequia

 

                                                         


El contemplar la triste sequía que invade nuestras tierras aragonesas, me hace recordar  la  FALTA DE AGUA, que con el genio de su temperamento, combatió Don JOAQUÍN  COSTA, como escribe en sus Memorias Juan Carlos Ara Torralba. En aquel mes de Junio de 1.864 no podía adivinar  que se convertiría en adalid del  futuro REGENERACIONISMO, el Genio de Joaquín Costa. Ese regeneracionismo le hizo entrar en el Panteón español de hombres ilustres. Aquellas obras de COSTA, nacen  de la necesidad de ser él necesario para la conversión de nuevo espacio en el aprovechamiento de su Genio. Con estos pensamientos se opone COSTA a “la servidumbre perpetua de la sequía”. La llegada de Joaquín COSTA en la provincia de Huesca, hijo de pequeños agricultores del siglo XIX, revela, “pobrezas, deudas préstamos, ventas, alquileres, trabajos a jornal o buscar a sus hijos como jornaleros.” 

Joaquín COSTA era hijo de una familia pobre, pero tenía una inteligencia que le daba un impulso a su inteligencia para que el agua que bajaba a las Tierra, fecundara los granos de trigo y de las cebadas, para que germinaran aquellas semillas, que robaban la fertilidad de aquellas tristes y secas tierras. Su pensamiento tuvo que buscar el enriquecimiento de esas tierras, para que ascendieran las inteligencias y los trabajos de los agricultores, que estaban inscritos en la pobreza. Y COSTA tuvo que comenzar a trabajar de obrero, como me  han recordado “que trabajó en un castillo llamado de San Juan, Torre con Iglesia que se encuentra entre Huesca y Almudévar”. Aquellos trabajos eran realizados ordinariamente por obreros no especializados, cerca de la ciudad de Huesca. “COSTA, orgulloso e independiente, humilde, pero rebelde, termina repugnando este sistema, en el que se sentía…fatalmente extrañado” y que en las agonías de su relación con CONCHA CASAS, cuyos padres le comunicaron a Costa “que jamás emparentarían con ella por causa de su pobreza”. ”COSTA se quejará amargamente como en la noche del 22 de Noviembre de 1.877: “yo no tengo madre”.

Pero cuando “entendió COSTA la existencia en tanto que una agonía en su lucha constante por ser y progresar, en alguna de las cartas dirigidas a su hija María Pilar ya adolescente, su padre Joaquín Costa   le daba la bienvenida al “Club de los agonizantes”, del que JOAQUÍN era un socio fundador y presidente vitalicio”. Pero COSTA adquirirá conciencia exacta de su valor cuando progrese en el Instituto de Huesca”. Sin embargo esa vida natural en su provincia, se deshizo en el Golpe de Estado de 1.874, y se encontró “desclasado y descolocado.”.Costa demostró una ingenuidad supina en el cortejo con Conchita  Casas, lo que explica que JOAQUÍN COSTA se encontraba  necesitado de tutela y de desahogos. Parece ser “que Conchita deja de ser un ángel amable, para convertirse en una jovencita coqueta y frívola, que parece jugar con los  sentimientos de COSTA”.

No parece que Joaquín Costa se olvidara de Conchita Casas, sino que yo me enteré que éste se sentaba en la Plaza de Santo Domingo, por la que pasan los coches y carrozas que iban desde Huesca a Siétamo. En este pueblo estaba Conchita Casas en Casa Almudévar de Siétamo, cultivando  su amistad con la familia ALMUDÉVAR y Joaquín COSTA, esperaba que volviera de Siétamo en un coche de caballos, para festejarla. Cuando COSTA se retiró, ya un tanto enfermo a su casa de Graus, interrumpió sus relaciones con los políticos con los que había luchado en la política, pero sólo le quedaron unos escasos empleados de sus actividades políticas y locales en la zona de Graus. Estos fueron principalmente dos, uno el Jefe de los Guardas Sociales de la zona montañesa de Graus, padre de mi lejanísimo pariente Alfonso Buil Aniés. El primero murió  después de COSTA, que lo hizo en 1.913 ó 1.914 y el hijo del amigo íntimo Alfonso Buil Aniés, que ha muerto a los cien años de edad y yo lo fui a despedirse de esta vida, este año de 2.023. Me acuerdo de Joaquín Costa por qué no acaba la sequía tremenda, que hoy amenaza a España.

jueves, 27 de abril de 2023

 

A Maruja viuda de Joaquín

Pertusa ( Huesca ).


Maruja Palacio del pueblo de Pertusa, es una mujer de profundos sentimientos cristianos y por tanto amiga de todos los que con ella han tratado. Con Feli, mi mujer se trató ya hace muchos años en el Colegio de Santa Rosa, donde ambas estudiaban. Al enterarse Feli de que su amiga Maruja estaba pasando unos días en su casa de Pertusa, decidimos bajar a verla para recordar tiempos pasados. La llamamos Maruja, pero su auténtico nombre es el de Ana María y al vernos se inició una conversación en la que hablamos de cuando venía con su marido el bilbaíno Joaquín a Siétamo, donde gozaban  de las flores de los huertos y de los jardines, que estaban al lado de la carretera y admiraban la torre de la muralla del Castillo- Palacio del Conde de Aranda. En cambio, otras veces como el día dieciocho de Abril de este año de dos mil nueve, fuimos nosotros,  a saber mi esposa Feli y yo, los que nos acercábamos a casa Palacio de Pertusa y al venir por la carretera que pasa por Antillón para llegar a Pertusa, quedamos admirados al ver la corriente del río Alcanadre, la piscina sobre el cauce del mismo río, las casas que parecían estar tomando el sol, que desde el Oeste las calentaba y las iluminaba. Al fondo se alzaban altas arboledas de chopos que infundían esperanza en el porvenir de Pertusa. Mi esposa más animosa que yo, estuvo en Bilbao, donde fueron felices Ana María y Joaquín.
Sobre todo se alzaba el templo del arquitecto Herrera, en cuyo tejado descansaban varias palomas blancas, que parecían destinadas a resaltar la belleza de la torre.
Pero lo que no podré olvidar nunca será el pequeño piso con su jardín al lado, del que Ana María goza en Pertusa  y donde pasó con Joaquín los días más felices de su vida.
El día dieciocho de Abril de este año, salí al jardín y éste en plena primavera, había acrecentado su belleza, porque las enredaderas subían por las paredes y los tejos de eterna hoja, con su serenidad y aristocracia, parecía que me pedían que acariciase sus hojas, con mis manos. ¡Qué amante de la Naturaleza es nuestra amiga Maruja!, porque ha colocado conejos, de los que uno duda si son de cerámica, de escayola o de mármol. A ella no le importa el problema material sino la vida natural de esos conejos, lo contrario que ocurrió con un bilbaino, que habiendo sufrido una rotura ósea, al escuchar al médico que sería necesario colocar escayola, esclamó: ¡oiga, a mí me tienen que poner mármol, porque soy de Bilbao!. A ella le impresionaba mucho, además de la Naturaleza, el mundo espiritual, pues además de los conejos tenía colocada una estatua de Santiago de Compostela, que igual que guiaba a los conejos por los montes, la conduciría en sus numerosos viajes por el mundo. Quizá tuvo influencia en sus sentimientos el dibujo precioso de Juan de Latorre, que representa una casa aragonesa, con sus arcos superiores, done nació su querida madre, en Peralta de la Sal.
Al ver dicha casa aragonesa, me fijé en el libro que tenía sobre la mesa, titulado “Razones para la Esperanza” y me acordé de los esfuerzos de Maruja para ayudar a otras personas y observé en el capítulo sesenta y uno, lo siguiente:”Yo aprendí esto del truco, de mi madre, que cuando le pedían recomendaciones, iba y rezaba un rosario por las recomendados”.

No puedo olvidarme de su padre don Enrique Palacio, al que yo iba a visitar a Pertusa, como él siendo cazador,  venía a  Siétamo  y acudía a visitar a mi padre y a mí. Enrique se casó con Asunción Val, que parecía que su madre le había preparado  para que Maruja lograra alcanzar su gran bondad y su caridad cristiana. 

miércoles, 26 de abril de 2023

El ballet de los caballos

 


Ay, cuanto de dolor

Está presente

Al infante valiente,

A hombres y caballos

Juntamente.

En las fiestas de San Lorenzo, se han hecho clásicas las corridas “a caballo”;para mí, éste es el mejor de todos los espectáculos que tenemos ocasión de contemplar. Y por muchos motivos. No hay caballero sin caballo, pues una vez apeado el jinete “motu propio” o ha sido apeado por el noble bruto, se convierte en caminante o peatón.

¡Qué simbiosis hacen caballero y caballo!.Incluso la mitología la ha consagrado, creando la figura del centauro. Los aztecas creían que los jinetes españoles eran un solo ser, con su caballo.

La compenetración entre dos seres vivos(caballo y caballero), para mí constituye una amistad muchas veces superior a la que existe entre dos personas.¡Cómo se unen los dos, caballero y caballo, para defenderse de los embites y ataques del toro bravo de afiladas astas!.Estamos contemplando una posible tragedia; de todas formas tragedia real porque es preciso que uno muera. Pero en tanto se produce la muerte, estamos en el ambiente de un ballet, de una elegancia difícilmente superable. Hasta el caballo tiene elegancia y coquetería, arqueando el cuello y la cola, con las crines trenzadas.

Nunca la máquina podrá superar al caballo. Sería hermoso que la gente pudiera tener caballo, pero es imposible en la vida moderna. En las casas se hacen aparcamientos, pero sin pesebres y a los caballos es necesario darles de comer todos los días. Además el pienso es un problema y caro, pero esto no supone el último triunfo de los automóviles, porque aunque se hacen garajes, no se crean los necesarios, llenando todos los lugares de la ciudad. Sólo beben cuando circulan, pero esa bebida es cara y dicen que se acabará. El “estiércol”sale por el tubo de escape, en forma de dióxido de carbono, etc., y contamina la atmósfera de las ciudades, que se van tornando invisibles.

De todas formas la batalla está ganada, de momento, por las máquinas, que han hecho imposible la convivencia del hombre con los animales. Pero ¡cuidado! porque en esta guerra, las próximas víctimas seremos los hombres. Los hombres, que nos hemos masificado, que hemos sido gobernados por reflejos, ante las mismas situaciones y que nos vamos tornando en máquinas-robots.

Si van desapareciendo nuestros compañeros de convivencia cósmica, es decir los caballos, ya podemos poner nuestras barbas a remojar.

Por eso, id a contemplar ese espectáculo, que es un retornar hacia un pasado, donde era posible la convivencia :¡si, de hombres y caballos juntamente!.

martes, 25 de abril de 2023

Jueves Santo pero no tanto

 



 Cuentan que en cierto convento, al serle preguntada la hora a algún fraile, éste, invariablemente, contestaba: “Hora de servir a Dios”. Efectivamente tenían razón aquellos frailes; todas las horas son buenas para servir a nuestros compañeros de la vida y santas para servir a Dios, y de la misma forma que todas las horas lo son, creo que también lo son todos los días de la semana, por ejemplo los jueves. Este año he tenido una extraña sensación y ha sido la de parecerme que el llamado Jueves Santo no lo era tanto como lo fuera en épocas anteriores. El día del amor fraterno no tenía mucho de fraterno a nivel nacional, pues en tanto en veintiuna provincias era fiesta, en otras veintinueve era día de labor. Pero ese divorcio del amor, según dicen los periódicos, se hacía desagradable en Madrid, donde “mientras los obreros trabajaban en los andamios y los dependientes en sus almacenes, el madrileño se encontraba con el peregrino, ma1 ejemplo de que la misma Administración que declaró laborable la jornada se ausentara olímpicamente de sus despachos”. En tanto eso ocurría en Madrid, en el pequeño pueblo era más visible el contraste, tal vez por su pequeñez, entre el equipo de albañiles, que empujaban sus carretillos llenos de hormigón y los que, haciendo corrillos conversaban gozando del día de fiesta. La hormigonera giraba y giraba, contrastando su ruido áspero y monótono con el silencio y a lo más un murmullo, que correspondería a uno de los tres días del año de los que antes se decía que relumbraban más que el sol. Sonó en la torre la carraca convocando la procesión. Es ésta una procesión sin espectadores, porque casi todos los vecinos participan en ella. El único paso es viviente, formado por los hermanos Bibián, que les viene por tradición, y por Antonio Grasa. Uno de los hermanos lleva una pesada cruz, los otros dos se colocan uno delante y otro detrás. Los tres llevan túnica con la cara tapada y marcan un paso, que quizá en otros tiempos fuera dirigido a golpes de tambor. Este año, excepcionalmente, hubo un espectador un mendigo, y su presencia y la confusión de su mente contribuyeron aumentar mi sensación extraña. Se santiguó al paso del Santo Cristo, y cuando acabó la procesión se puso a cantar, solo: “Perdona a tu pueblo, Señor...” Y luego, hablándose a sí mismo añadía: “Perdón, ¿de qué, Señor? Tantas andadas, tantas descansadas! Tú has resucitado y estás allá arriba, con el sol, con las estrellas, y con la luna. Pero allí también están los americanos!”: El cerebro del hermano pobre pensaba y estaba perplejo.  Sin querer ser paternalista le di una propina y me dijo: “Gracias, padre”. Yo hubiera preferido que me dijera hermano, Una palabra, por otra parte, con la que antes se sacudían al pobre diciéndole: “Dios le ampare, hermano’. Tal vez me dijo padre, porque en las casas grandes y de muchos balcones los pobres aun esperan limosna por los cojones!, y como le di más de lo que esperaba, se quedó agradecido. Me quedé con ganas de escuchar algún salmo o motete en latín y con alegría he escuchado por la radio el “Pange lingua” y he recordado cómo en la noche de la última Cena, Jesús, sentado a la mesa con los hermanos, se da a ellos con sus propias manos.

lunes, 24 de abril de 2023

Don Juan Gorgues Torrent.-

 

                           
                          

Nació don Juan en Juneda, provincia de Lérida, en 1919 y ha muerto en Huesca a los ochenta y ocho años, en la desaparición casi conjunta de una familia, que enriqueció a nuestra ciudad de sabiduría y de bien obrar. En pocos días, en el mes de Mayo, murieron su cuñado Don Joaquín Sánchez Tovar, gran orador no sólo en el oratorio o en la cátedra, sino también en  el Coso, cuando te encontrabas con él; murió también  su cuñada Doña Carmen Vallés, Farmacéutica que dirigía la Farmacia de la Plaza de San Lorenzo con gran conocimiento y amabilidad y luego,  el día veinte de Mayo, en plena primavera, murió Don Juan Gorgues. Era este señor  un gran Psicólogo, Titular de la Marina, llegando a ser el primer Médico Titular Forense de Huesca.

Como he dicho Don Juan enriqueció a Huesca con su sabiduría, pues fue profesor de la Universidad Oscense, en la que puso un enorme interés y la apoyó,  para que continuasen los estudios universitarios en nuestra capital, sin ahuyentarlos a Zaragoza.

Pero no sólo puso su entusiasmo en la Universidad, sino que cultivó numerosas aficiones, por ejemplo la pesca, pues unas veces subía a Oza, otras a Vadiello y algunas se dedicaba a meditar en Arguis, mientras le picaba algún pez en el anzuelo. En ocasiones formaba parte de grupos de pescadores oscenses, que iban a Santander a pescar salmones. Era un aficionado a las setas, llegando a conocer los boletos de tal forma que hizo anotaciones de gran interés. Su sobrino, Ramón Colom,  ingeniero de la Diputación Provincial, aprendió mucho de Gorgues, porque ya desde niño, lo llevaba a las excursiones de pesca y de recolección de setas boletus, junto con Lorenzo Sánchez Vallés, hijo de Joaquín y de Carmen. Era amigo de todas las manifestaciones de la Naturaleza, en general,  pues fue amigo íntimo de los hortelanos, especialmente de Daniel Calasanz, que es un sabio en conocimientos naturales. Hablaba con él igual que si tuvieran unos ideales comunes, pues a pesar de su temperamento callado, con Calasanz, se reía, hablaba  y meditaba.

Un día en el que yo iba caminando con Roberto Pérez Almudévar, otro gran oscense,que tiene una colección de fotografías sensacional, nos encontramos en un camino, por el que se accede a su huerto, con don Juan Gorgues. Yo observaba como contemplaba las  florecillas, que brotaban por aquellos setos, de las cuales  cogía  algunas con sumo cuidado, para dejarlas secas y para doblarlas, con el fin de colocarlas en sus cuadernos de anotaciones. Parecía estar absorto por su contemplación de la belleza y los colores de los múltiples insectos, que por aquellas flores revoloteaban y se paraban a libar sus jugos. ¿Qué le iba yo a preguntar a un doctor que sin hablar, me estaba dejando absorto de admiración?.

En el entierro de Gorgues, se oía hablar de que era un médico muy desinteresado, porque hacía numerosas visitas a muchos oscenses y no les cobraba nada. Eso comentaban algunas monjas y numerosos paisanos que decían que Gorgues había estado a visitar en varias ocasiones y de forma desinteresada, unas veces a su padres y otras a sus madres.

Era un hombre introvertido, pero su cabeza especialmente pensativa, acuciada por sus conversaciones con personas enfermas de los nervios, siempre dialogaba consigo mismo sobre las vivencia naturales, pero cuando en aquel camino, acompañado por mi primo Roberto Pérez Almudévar y por mí, hablaba, después de haber contemplado los insectos y las flores, sin freno sobre aquellos hexápodos y tetrápodos, que como él,  adoraban las flores.

sábado, 22 de abril de 2023

Las campanas suenan en San Jorge.-

 


Los oscenses aman a San Jorge, lo tienen metido en el corazón, porque la Historia de Aragón nos lo presenta,  como el santo que protege la formación del Reino de Aragón. No hace falta estudiar mucho para que en nosotros se desarrolle ese entrar su figura en nuestras almas, porque todos hemos oído hablar del Tío Jorge y hemos mirado desde la entonces lejana capital el verde Cerro de San Jorge; hemos visto al santero de la Ermita, cuando todavía se elevaba en la cara sur de la Iglesia, su vivienda   y hemos contemplado los pavos reales, que molestos en el Parque por el ruido, se refugiaban en los pinos de San Jorge. Nos acordamos de la procesión o más bien de la “marcha” que hacían juntos el Ayuntamiento con el Clero de la catedral, revestido de sus solemnes ropas litúrgicas, acompañados por los Maceros del Ayuntamiento, con sus pelucas y portadores de sus gruesas mazas; caminaban el día de San Jorge a celebrar su fiesta. ¡Cómo acudían a la misa y a celebrar su alegría, avivándola con sus comidas y bebidas, que animaban con sus acordeones y guitarras! ; cantaban y bailaban mientras sonaban las campanas de la Ermita. 

En mi libro “Claroscuros” pone que mi tía Luisa, que vivía en la Torre de Casaus, debajo de la Ermita  “aseguraba que,  según la opinión de Zuloaga, las puestas de sol del Cerro de San Jorge eran las más bellas en variedad de colorido de toda España”… “ Tal vez escuchara mi tía esa opinión de boca de Don Manuel Bescós  Almudévar (Silvio Kosti), pintor y además de escritor y rico en relaciones humanas de todo tipo”. Sigo diciendo en mi  libro : “¡Pobre tía Luisa!.Tenía una borrachera de belleza ambiental cuando,  a la puesta de un sol refulgente, se unía la frondosidad de aquellos enormes árboles y , sobre ellos, el triunfo de los pavos reales que , con su rueda erótica, competían en color con el ocaso. Los pavos reales fueron uno a uno, aplastados por el tránsito en aumento de los vehículos de motor; los enormes árboles de la carretera, cuya tala no pudo evitar mi tía, cayeron estruendosos víctimas de la sierra también de motor. En cambio, su prima María Cruz Bescós consiguió que se respetase el plátano de Indias gigante que aún alza su mensaje frente a la puerta de casa de Villamayor”.

No se pueden ver ahora los encendidos colores de los que habló Zuloaga, porque la contaminación ha aumentado  con la circulación de vehículos y con las alta chimeneas que por ahí lanzan sus humos al aire.

Pero ayer, día veintiuno de Abril del año 2006, se vivía en San Jorge una fiesta que conmovía los corazones, porque se oían continuamente los sonidos claros de sus campanas, que hacían sonar los jóvenes y niños, que continuamente entraban en la Ermita, subían a su espadaña y batían las campanas, que recordaban el triunfo del bien sobre el mal ,en lejanos tiempos, porque las laderas estaban verdes como prados y en su hierba se sentaban los jóvenes, que comían y cantaban; bandas de música alegraban a los hombres y mujeres, que bailaban; en  las mesas con sus bancos de cemento se aposentaban las familias, que no sólo comían ,sino que jugaban a las cartas y escuchaban el continuo sonar de las campanas.

Cuando me  fui,  al llegar a la vía del tren, volví la cara y vi como cerca de la torre de San Jorge se alzaban las copas redondas de unos grandes pinos y me recordaban el pasado, pero entre aquellos pinos ascendían paralelos a la espadaña de la Ermita, algunos cipreses, que me hacían pensar en el porvenir de Huesca. Me pareció que vendría un buen porvenir, porque todavía las campanas de San Jorge resonaban  con alegría, con claridad y con dulzura. 

viernes, 21 de abril de 2023

“Así fue”…narración histórica de Antonio Trisán Viñuales y Jesus Vallés Almudévar- (Segunda parte)

 


Pero en los recuerdos de aquella Guerra salvaje, destacan con los Trisán de Fañanás, los de su paisano Jesús Vallés Almudévar, que con sus catorce años empezó a escribir el diario de su vida. Era paisano de Antonio y de Francisco Trisán Viñuales y era doble pariente mío, porque el apellido Vallés de Castilsabás, lo llevaba mi abuelo detrás del de Almudévar y es en ese retrato, el que se fijó Antonio Trisán en su visita a nuestra casa. El apellido de Almudévar,que era el de su madre,  la hacían prima hermana de mis antecesores de Siétamo. Este Diario lo conservó el sacerdote Jesús, durante toda su vida y pocos meses antes de morir, me lo entregó, para que recordara con él,  las miserias de aquella Guerra Civil. A él mismo, en  Fañanás, se le llevaron a su madre y a su hermano,  de unos veinte años, a Bespén y al lado de la carretera, los fusilaron. 

El día treinta y uno de Julio de 1936. Luis desde Fañanás y yo en Siétamo, escuchamos un tiroteo imponente.”Era por Siétamo, pero parecía que estaban a cien metros. Han tirado muchos cañonazos seguidos y desde arriba se veía la polvareda que levantaban. Después ha pasado la aviación. Han dado unas vueltas por encima de Siétamo bombardeando y luego se han ido hacia Huesca”. Yo en los mismos momentos que Luis observaba como bombardeaban en Siétamo, pues fue este día el que me hizo escuchar los ruidos de la Guerra, fui introducido en la bodega de la iglesia vecina, con todos los vecinos y familiares míos. Allí estuvimos muchas horas, mientras lloraba mi amigo Rafael y mi tía Luisa, hermana de mi padre, iba a casa para traer alimentos para los acogidos en dicha bodega. Ya bastante tarde, del día 18, se dejaron de escuchar las explosiones y bajamos a la carretera, donde un camión nos recogió y nos llevó a Huesca, como  refugiados. Jesús, el día siguiente, dos de Agosto, escribió en su Diario: ”Ha corrido la noticia de que había caído Siétamo”. Nosotros fuimos  a alcanzar la libertad, pero Jesús, escribió el día 7 de Agosto:” Hablan de libertad y no puedes hacer ni decir nada de lo contrario que ellos quieren”.”Se oyen muchos cañonazos”. El día 18 de Agosto , escribió Jesús: “Mi hermano Luis cada día está más inquieto y preocupado aunque trata de disimularlo, con chirigotas y con buen humor…Hace ya unos días que no duerme en casa. Cree que es la hora en que van a buscar a las víctimas y le asusta que lo maten por la noche…Mamá pasa las noches en vela pensando siempre lo peor  y no descansa hasta que no lo ve de nuevo en casa. Los veinte años de mi hermano Luis le harán estar tenso y cualquier golpe de viento moviendo las ramas de los árboles (tras de los cuales se esconde), le hará sospechar que lo han descubierto y van a por él… El día 23 de Agosto, dos milicianos preguntan por el señorito Luis. Bajó mi hermano rápidamente.-Que venga también la madre.”

Se pasaron unos días terribles, pues la madre, le decía a Jesús:”Se valiente, cuídate y come mucho. Ten confianza y esperanza que todo acabará bien. No olvides que hay Providencia…Sí, mamá y hay un Dios…”. El día 29 de Agosto “En el escenario de la plaza irrumpió la figura menuda y vivaracha de Juané,  el alguacil. Dejó oír el sonido chillón de su trompeta-cuerno y a continuación, con su voz más vibrante, cantó su pregón:-De orden del Comité…hago saber…que se va a proceder… al juicio… de la Viuda de Vallés…y de su hijo…que acudan todos al granero…del obispo…”.

“Del juicio sé que fue una farsa más, tal vez un juego, una diversión, aunque lo hicieron con visos de seriedad…  Se les acusó de hacer señales con linterna al frente “fascista”de Siétamo…Salieron testigos que declararon haber visto una luz en una ventana, no sabían si era de vela o de linterna. Las pruebas, unas linternas sin pilas, que encontraron durante un registro. El abogado “defensor” se negó a defender a Luis. Dijo que no tenía defensa posible. En cuanto a mamá, cuatro, cuatro tópicos vulgares le sirvieron para salir del paso y dar la cosa por resuelta. Los condujeron a una casa extrema del pueblo, cerca de la carretera y dejaron a unos cuantos guardias civiles custodiándolos”. Dijo Jesús que quería estar con ellos, pero se lo “impidieron”. Pero luego le dieron un permiso para permanecer una hora con su madre y con su hermano.”Estaban sentados en un patio pequeño, la puerta abierta…Los guardias civiles en la calle charlaban amigablemente al mismo tiempo que los custodiaban sin dejar el fusil de las manos, leyeron el permiso del comité y me dejaron pasar. Me senté en las rodillas de mi mamá, abrazados muy estrechamente”.Su hermano “Luis le afeaba el que estuviera encima de mamá. ¿No te da vergüenza tan grande como eres ya?. ¡Serás toda la vida un mimoso, un crío!”. Luis, a pesar de su juventud, tenía un pensamiento realista y en lugar de sufrir, ”hablaba, medio en broma, medio en serio de la muerte. Total, hay que morir de una vez. Pues, cuanto mejor de un tiro sin guardar cama, sin enfermedad, sin fiebre, sin sufrir; un salto y a la eternidad, a gozar de Dios. Pero yo que había sido siempre su confidente, al que contaba sus amores, sus proyectos, sus ilusiones, sus sueños, sabía que amaba la vida y que de esta manera se despedía de la luz y del sol que en aquellos momentos se ocultaba en aquel atardecer de agosto; del cacareo de las gallinas que “escarvaban”  allí cerca, de las golondrinas de su chillido agudo, que jugaban a  “encorrerse”  rozando casi la calle, dando sus vueltas rápidas allí mismo, a dos pasos, ante nuestros propios ojos, y que daban al mismo tiempo una mezcla de melancolía, de paz y añoranza”.

“Un guardia se acercó a nosotros. ¡Es la hora, tendrán que despedirse!.

Un abrazo apretado, en grupo, los tres juntos. Un “hasta mañana”, musitado casi sin voz y eché a correr, calle abajo, sin volver la cabeza, sorbiéndome las lágrimas”.

Jesús experimentó, en su espíritu joven, la muerte de su madre y de su hermano Luis, él que tanto amaba la luz y el sol, que gozaba de contemplar las gallinas escarbando y de seguir el vuelo rápido de las golondrinas, se encontraba en el encuentro entre la vida y la muerte “en un barranco, entre Bespén y Blecua”.  Si. “Aquí. El piquete lo formaban unos guardias civiles cobardes más que asesinos y dos jóvenes del pueblo. Dispararon . Cayeron. Luis no se movió. Mamá intentó incorporarse, una nueva descarga se lo impidió.

Después llegaban los del comité. Rociaron los cadáveres con gasolina y los prendieron fuego.

En Blecua (pueblo en el que no fusilaron a nadie), fueron unos hombres a enterrar los restos”.En Blecua ejerció el Maestro Cavero, pariente de los Caveros de Siétamo y enseñó la paz y no la guerra. En Fañanás la autoridad estaba en posesión de un analfabeto.

Están madre e hijo, enterrados en el cementerio de Huesca, pero Jesús, sacerdote de la Parroqia de San Pedro el Viejo también de Huesca, colaboró con los arquitectos medievales, en la Torre de tal iglesia, al crear en ella  un cementerio o más bien un lugar que mira al cielo. Él fue el cementerio –cielo de sus difuntos durante toda su vida, porque consagró su vida al sacerdocio, para estar unido a su madre y a su hermano y en su piso tenía todos los escudos de sus antepasados, que los tenía unidos a la vida de su madre y de su hermano con la vida superior del cielo. La Torre de San Pedro el Viejo, le hizo recordar las alturas del cielo y si van ustedes por allí, verán cómo están sus muros con santos enmarcados y objetos litúrgicos que hacen mirar hacia arriba y tratar de ver en lo alto a la madre y al hermano de Jesús Vallés. Yo cuando paso por San Pedro el Viejo de Huesca, entro en su Torre, que me recuerda a los mártires de la Guerra Civil.

miércoles, 19 de abril de 2023

“Así fue”…narración histórica de Antonio Trisán Viñuales y Jesus Vallés Almudévar- (Primera parte)

                                                                        Fañanas (Huesca).


Yo , me acuerdo de la Guerra Civil, pero no necesito escribirla , porque ya lo hicieron otros, como los Trisán de Fañanás y mi doble pariente Jesús Vallés Almudévar.

Los hermanos Trisán Viñuales del pueblo de Fañanás, que limita al Norte  con Siétamo, estuvieron luchando en la Guerra Civil del año de 1936. Y fue la Guerra, no entre dos países distintos, sino entre los mismos españoles, que se conocían, como Antonio Trisán, se puso en contacto con amigos de la Cruz Roja, que hizo posible la liberación del “hermano republicano”. Lo mismo pasó entre los hermanos Buil Aniés de San Román de Morrano, que uno estuvo de oficial con los republicanos, en Barcelona y Alfonso Buil con sus trece años, acompañado de su  padre, cultivando la tierra en San Román,  encima de Casbas. El hermano republicano salvó la vida a sus hermanos  de la Sierra de Guara y estos la salvaron a vecinos de Casbas, pues Alfonso Buil estaba estudiando para ser sacerdote jesuita, en Huesca, de donde se subió a San Román, pueblo de su familia, que fue dominado por los gubernamentales y los sindicatos anarquistas.

 El hermano de Antonio Trisán, Francisco, gran amigo mío, que vivió después de la Guerra Civil en Fañanás, conducía un camión del Ejército de Huesca y que llegó a Siétamo, después de que el Teniente de la Guardia Civil Manuel Lahoz, que dirigió las tropas durante la noche y la madrugada del día 29 de Agosto, consiguiera provocar la retirada a aquellos sindicalistas,  unidos al Gobierno, que habían ocupado las primeras casas de Siétamo. En su llegada a Siétamo, entró en Casa Almudévar, de donde habíamos escapado a Huesca, toda la familia, acompañados por otros muchos vecinos del mismo pueblo. En mi casa se dio cuenta de la soledad en que había quedado, y, en lugar de recoger cuadros u otros objetos de valor, en un saco introdujo todos  los papeles antiguos,  como escrituras y documentos relacionados con el Conde de Aranda y las distintas familias de Siétamo, como la de los Azara, Benedé y varias otras. Llevó Francisco Trisán el saco a la Farmacia de Llanas, donde vivía casada, mi tía Pilar Almudévar. Y gracias a mi futuro amigo, pues yo tenía cerca de seis años, he podido, con la colaboración de mi padre Manuel Almudévar Casaus, recordar, tiempos pasados de la historia de Siétamo. Pero yo no sé si Francisco Trisán hizo él solo o en compañía de su hermano Antonio, la visita a nuestra desierta casa  Almudévar, pero  creo que la harían unidos, contando después,  cada uno de ellos, sus recuerdos y sus impresiones. El día 29 de Agosto de 1936, los sindicalistas unidos a los gubernamentales, entraron en Siétamo, donde sólo ocuparon las primeras casas. Pero los sublevados, volvieron a conquistar el pueblo y éste no cayó en poder total de los gubernamentales, a los que gobernaban los anarquistas,  entre otros. Durruti que se buscó un despacho en mi casa, donde estuvo poco tiempo, por acudir a Madrid, donde murió.

 Francisco Trisán Viñuales estaba casado con una hermana de Ciria de Arbaniés, con el que yo, tenía   amistad.

 Al hermano de Francisco, el escritor Antonio Trisán Viñuales, no he tenido la suerte de conocerlo, pero en mis manos cayó su libro “Así fue…No sucumbí” y en él leí, lo mejor que se ha escrito sobre la Guerra en  casa Almudévar, en toda mi vida. Dice así:”En la Plaza (de Siétamo), hay una casa señorial saqueada y una iglesia. Esta ha sido como todas, el blanco de las iras; en su portal queda un parapeto de sacos; en el interior dos cadáveres de los últimos defensores.

(Hay que recordar que estos hechos ocurrieron en la reconquista de Siétamo el 28 y 29 del mes de Agosto de 1936). Por todo el pueblo, la legión con sus cantos y sus disputas. En el centro de la Plaza está el monumento obligado a estos pueblos del Alto Aragón: La Clásica cruz de piedra con su escalinata. Recostado en ella, Gibbs y su pipa…

Mientras la tropa vivaquea alegremente, me dedico a dar un vistazo por la casa y por la iglesia, que parecen más castigadas. La capilla es pequeña, de un estilo indeterminado……Hay dos imágenes, patronas del lugar. La primera representa a San Pedro; es una talla corriente, de proporciones naturales, vestido de Obispo, con las clásicas llaves del cielo.

Ilustre portero que has de visar nuestro salvoconducto, cuando emprendamos el último viaje ¡Hossana, ¡Hossana!. Acuérdate de este soldado que mientras el resto de sus compañeros bebía y comía en un festín bárbaro sobre las ruinas de tu lar, sintió la dulce necesidad de penetrar en los misterios de tu arcano.

La otra imagen es una virgencita de rostro regordete y lleva un Niño Jesús muy diminuto entre sus brazos. Tiene un nombre evocador, hermoso: ¡La Virgen de la Esperanza!.

Se han salvado del sacrificio sacrílego; así lo demuestran esos jarrones de cerámica pintarrajeados, llenos de rosas y de albahaca que son ofrendas de mozas, mayoralesas y casaderas.

Penetro en la sacristía, las ropas del culto están tiradas por el suelo. Alguien buscó el eterno tesoro del cura rural. ¡Error de cálculo!. Sólo había ropajes litúrgicos: capas pluviales de más vista que valor y un “cepillo” con un poco de dinero, contribución de los fieles para las “ánimas del purgatorio”, como reza la inscripción. Tesoro, ¡ja...ja…ja¡.  A lo sumo un mezquino paraíso de calderilla.

Hay una penumbra suave; tan suave que no he visto al entrar un charco de sangre negra al pie del altar mayor. Un defensor herido se debió arrastrar hasta aquí en un supremo esfuerzo. ¡Ya no estaba el héroe tan lejos de su Dios y de su gloria!.

Yo, pensando en la religiosidad  de mi madre que no sabe donde estoy, mascullo una plegaria a esta imagen lugareña, que debiera ser en estos días tristes y solemnes, nuestra dulce patrona: ¡La Virgen de la Esperanza!.

Sin la esperanza, el mundo: ¿Qué sería?.

Se han desbordado las pasiones en esta casa solariega; tiene pinta de casa patricia, solaz de mayorazgos y refugio de los pobretes. En la amplia fachada, un escudo tallado en piedra con las armas de los Almudévar, familia linajuda del Alto Aragón. En el patio ya lleno de tropas, algarabía debida al vino noble que los combatientes han encontrado en un torreón de lo que fue castillo del Conde de Aranda, y que el abuelo de esta casa tenía en estima. En el primer piso, muebles, ropas y vajillas en revuelta confusión. No ha quedado alacena ni arquimesa sin abrir.

¡Han pasado los bárbaros!.

Restos de lo que fue comedor familiar; dos pequeños rimeros con libros vacíos; éstos sobre la mesa medio abiertos, medio rotos: Galdós, el Duque de Rivas, Rubén…por el santo suelo.

Un solo volumen ha quedado en el estante: Los “Epigramas” de Silvio Kosti con una dedicatoria magnífica del autor. Reza así: “Al ilustre tío Manuel, Mayorazgo y jefe de mi estirpe. Silvio Kosti.

Contiguo al comedor, profanado con latas de sardinas y panes de munición, que fue el festín de la Horda, hay una sala amueblada con gusto. Entrando se ve una foto de un caballero de unos sesenta años, de buen aspecto. No puede ser otro que el abuelo a que alude Kosti. Así lo proclaman su aspecto noble y su bigote blanco y legendario. ¡Ah, si él volviera por aquí y viera todo esto!. Sus manos patricias que empuñaron la esteba en su mocedad, hubiera retorcido el gaznate a la canalla.

¡Una casa que tiene historia de siglos, destruida  en pocos minutos!.

Hay un piano con la tapa levantada y sobre el atril música de Straus: un vals vienés.”El último corsario”. He aquí una de tantas incongruencias de los hombres. Por un lado, la horda destrozando la poética quietud de esta casa…Y otro bárbaro, enamorado de la música, arrancando al piano las voluptuosidades de este vals cien por cien.

No hay armario sano. Ni un vaso, ni nada a excepción de esta habitación que permanece sin destrozos. Ya al salir, en una rinconera magnífica, hay abandonado un estuche de pintura, con su paleta, sus colores y sus pinceles.

Pues bien, aprovechando este mensaje, un “focín” como se dice en Aragón, pintó en el tocador de puro estilo español antiguo, sobre la luna, las letras de rigor .U.H.P.

Muy bien, muy bien…Yo opino que sí, que debemos unirnos, hermanos proletarios, pero no para esto sino para hacer el bien y conseguir la mayor cultura general.

Salgo y cierro la puerta. Lo único que ha quedado intacto, no debe verlo nadie. Además está dentro vigilante desde su arco, el lejano abuelo, el jefe de la estirpe de los Almudévar.

Tomo como recuerdo el volumen de Kosti y salgo a la calle. Sigue la alegría. He de buscar a mi mascota, a mi viejo compañero”.  

¡Cómo describe Antonio Trisán Viñuales esas melopeas de los que están en el límite de sus posibilidades alcohólicas!. Los Almudévar eran productores de vino y en el palacio del Conde de Aranda, encerraban unos seiscientos mil litros. Como es lo que pasa en las luchas, que beben los hombres, porque quieren hacer huir el dolor que producen las muertes y aumentar su valor para seguir luchando.

Antonio Trisán describe con realismo  que:  “el vino se nota en el ambiente. Cantan los soldados esas melopeas de los que ya están en el límite de sus posibilidades alcohólicas.

Encuentro al viejo algo mareado. La faja le cuelga hasta el suelo y se apoya en su fusil como en un cayado. Al verme intenta justificarse.

--Pero, ¿También, usted abuelo?

--Mira, hijo… comer,  beber y…nada más.

--Ya, ya, me sé de memoria la canción-le digo mientras lo siento en la cruz de la plaza.

Ya es tarde, las ocho de la noche. Brillan las estrellas intensamente y del campo llegan con la humedad de la noche aromas de heno y de flores, como un “canto de vida y de esperanza”.

Es la naturaleza, pródiga, embriagadora, que me dice al oído: ¿Qué culpa tengo yo de vuestras locuras?.

Efectivamente…Ninguna.

Ronca el viejo, feliz en su borrachera y siguen los cantos un buen rato. Al fin, todos se cansan y se tumban como pueden y en donde se encuentran.

Para algunos, esta noche ya es la última que  viven al raso…

Mañana hemos de enterrar nuestros muertos en el cementerio del lugar.

¡Victoria!, ¡Victoria…!. Eres la deidad suprema que reinas sobre todo y sobre todos…Hasta sobre los muertos. Y tu hálito da vida a las nuevas generaciones, que oirán hablar de estos sacrificios, como de un cuento de Grimm…

Abro la cabina de mi camión y hago de ella y con ella, juegos del espíritu. Esta noche perfumada, sobre estas ruinas, sobre estos muertos, arrullados por las emociones, es para mí, con su único asiento, una alcoba nupcial.

Nuestro nido, allá en el pueblo natal (el inmediato Fañanás), también saqueado, está vacío”.

¡Cómo quería Antonio a su esposa. Basta leer estas frases suyas, cuando dice ”Comemos en paz de Dios. Tengo ganas de echar la siesta en mi cama. ¡Dormir en cama!, parece un sueño…Veo a mi mujer feliz. ¡Qué lejos están las trincheras!”. En la página 65 y 66, de su libro, “Así fue… No sucumbí”, dice: “Soy de por aquí y ese paisaje me es familiar”. Cuenta los hechos de la Guerra en Siétamo, que son impresionantes e igual que él, los sentía fuertemente,  yo también,  porque mi padre me contó la muerte de un soldado de dieciocho años.”Todo un poema. De dolor, desde luego. Aparecen muertos y más muertos, que el enemigo tuvo en la retirada… Un buen mozo de dieciocho años arrastrado a esta locura de la Guerra Civil”.

El autor de este relato de la Guerra Civil, declara en  el prólogo de la obra, con letras mayúsculas.”COINCIDE LA TERMINACIÓN DE ESTA NOVELA CON EL FIN AL DE AÑO 1937”. Lo publicó en 1987, en Gráficas MAPA, S. C.-Calle las Fuentes, 4. BARBASTRO.

Antonio Trisán Viñuales, fue un Maestro altoaragonés jubilado, que como él mismo escribe:”he pretendido reflejar la vida en las trincheras, en el frente de Huesca”. Como Maestro tuvo una conciencia limpia, amante de la sencillez y enemigo de la violencia. Se vio envuelto  en la aventura de la muerte física de los cuerpos humanos y en la muerte de la vida pacífica y trabajadora del pueblo. Ha vivido, después de jubilado en Esquedas, y ahora podemos meditar sobre su visión de una vida humana pacífica  y justa.

Miguel Ruiz Orús, Maestro en la Escuela de Siétamo

  Me he encontrado, paseando por el Parque de Huesca, con mi antiguo amigo Miguel, al que conocí, cuando ejercía de Maestro Nacional en la E...