viernes, 30 de noviembre de 2018

Equilibrio entre la luz y la oscuridad




A un amigo mío, que nació donde empiezan a elevarse los Pirineos, se le apagó la luz del amor y su ilusión, que expresaba con esta canción: ”Miruflí y Miruflá- se querían casar- y querían vivir, a la orilla del mar”, le desapareció la letra de esta canción de su espíritu y se subió en el corral de su casa, por unas escaleras de mano, y allí se puso a esperar la muerte. Y yo describí la caída de su amor a la vida,  diciendo: “Para los enamorados llegó el fin, cuando quebraron el ciclo de su amor. El hombre vendió todos sus bienes, tomó los billetes y los quemó en el Bar, delante de las gentes del pueblo. El no se quemó, porque no era partidario de interrumpir los ciclos; a él se lo habían interrumpido y simplemente se fue a esperar, en un corral de su familia, se subió por una escalera de mano a un cañizo, clavado sobre unos maderos, cubierto por teja vana, con el horizonte abierto por delante a las diarias puestas del sol, que le producían cierta envidia, porque indefectiblemente, el día cumplía su ocio y él tenía que esperar muchos ciclos, día tras día. Y, como sabía que él tenía cortado su ciclo, esperaba y esperaba el fin del mismo”

La falta del amor, hizo desgraciados a dos enamorados.

En cambio a Josán Rodríguez Zamora, con su segundo apellido, que viene de la Sierra de Guara del pueblo de Zamora, que ya ha desaparecido, pero que queda de segundo apellido en Josan Rodriguez y en Ignacio Almudévar y en muchos más. En algunos de primero.

Al hijo del pueblo, que vivió en un alto gallinero, le vino la parálisis de su espíritu, pero a JOSÁN RODRÍGEZ ZAMORA, las heridas sobre su cuerpo, llenaron de espanto a los que lo recogieron cerca de la Sala de Fiestas, en que el atropello de un coche, quitó la vida a algunos de sus compañeros y dejó el cuerpo de JOSÁN, destrozado, pero su espíritu conservó la fe en su vida. Quizá la sabiduría de sus Médicos, mantuvieron su vida sosegada por un sopor, que le influyeron en su biología, que permitió que aquella fe en su vida,  se le conservara. “Al hijo del pueblo, que vivió en un alto gallinero, la parálisis de su espíritu, provocada por la pérdida de su amor, redujeron su espíritu a la nada. En cambio a Josán,  las heridas terribles de su cuerpo, entre el sopor y el enamoramiento de las cosas de la vida, se la prolongaron acompañadas   “por luces y sombras que iban con él”. “Prefirió siempre Josán ver las cosas buenas que las malas”, que le llevaron al triunfo de su vida sobre la muerte.

Nació Josán el doce de Enero de 1976 en Huesca, capital, pero su familia vivía en Sesa y su madre era de Nocito. Estaban ambos pueblos unidos por el río Guatizalema. Tenía Nocito un territorio en contacto directo con la naturaleza. Tenía el pueblo de Sesa, una parte alta, en que había un convento, en el que en viejos tiempos, veraneaban los seminaristas de la Diócesis de Huesca. Muy cerca de él, se jugaba en el Campo de Fútbol. Cuando se trabajaba en las operaciones de riego del monte de Sesa, una niña, que conmovió a todas las personas de la provincia, cayó en un profundo pozo, que se estaba profundizando y producía lágrimas escuchar sus suaves quejas, con una voz angelical. Acudimos con la Doctora y Diputada Provincial, Doña María Dolores Santamaría y yo mismo a tratar de salvar a la niña, pero nuestro poder humano, era inútil para obtener su salvación. Siempre que paso por Sesa, recuerdo a la niña y a sus padres, llenos de carácter y de bondad.

Escribe Josán de los animales que vivían en Sesa y yo no puedo olvidarme de unos galgos, propiedad de unos labradores del pueblo, que llamaban la atención por su belleza y elegancia. Yo fui en varias ocasiones a una casa- herrería en la que nació el Canónigo Abizanda. Me bajaba desde Siétamo, a orillas del río Guatizalema, el mismo que pasa por Nocito,  por Siétamo y por Sesa, Don José Bara Abizanda, Maestro Nacional de Siétamo. Allí vivía una Maestra Jubilada, tía de Don José Bara.

Era Josán inteligente, “pero dejó de estudiar pronto, porque  pensaba que no era capaz. Más tarde, me arrepentí  muy rápidamente”.

Josán tiene un recuerdo de Nocito, el pueblo de su madre.”Al llegar a Nocito, lo primero era echar la vista a la plaza de la iglesia. Allí siempre había gente, y a vedes te encontrabas con las gallinas de Antonio, Martina y Vitoria, Aquellos tres hermanos me parecían de la familia, ya que muchas veces acabábamos en su casa”. Yo me acuerdo de esos tres benditos hermanos, porque cuando subía a Nocito a vacunar los canes de sus habitantes, el señor Antonio que era el Alcalde del pueblo, me mostraba sus ovejas, corderos y cabritos. Hice una gran amistad con ellos, pero poco a poco, se fueron muriendo.”También comprobaba siempre que bajo el puente, en los huecos de uno de sus ojos, siguieron guardados el cojín y el jabón de mi abuela, esos que tantas veces habían usado cuando bajaba al río a lavar”. El pueblo de Nocito, del que yo era Veterinario, era un paraíso para Josán y lo recordó siempre, incluso cuando bajó a la Tierra Baja, a ganarse la vida y a sufrir un terrible accidente.

Era un mozo inteligente y no quiso estudiar, pero valía para todo, pues ejerció una enorme cantidad de actividades. En el “Programa de fiestas de Nocito”,  escibe: ”hará unos diez años, estaba cortando el césped del jardín, cuando Segundo Nasarre entró a saludarme”. Este buen pastor, entre otras cosas, estuvo en Siétamo, con las yerbas del pueblo arrendadas y tuvimos con él, una gran amistad y Josán, a quien le gustaba tanto escucharlo, porque le hacía reír. Llegó el pastor Marino, nacido en Nocito, que fue amigo mío, porque lo conocí en Bandaliés, donde patoreaba sus ovejas. Como dice Johan :”Marino era otra persona, como Segundo, digna de ser escuchada…Segundo como Marino tenían sus formas de ver muy claras…y eran mis maestros sin darse cuenta”. Ambos han muerto y Marino tiene en el Cementerio de Nocito una Cruz de su familia, hermosa y que da fe.

Una noche, volviendo de una reunión de amigos, entramos en una Discoteca, recién abierta. Estuvieron  allí hasta que cerraron el establecimiento “momento en el que salimos para casa. MIENTRAS LOS CLIENTES NOS DESPEDÍAMOS Y ESPERÁBAMOS A QUE LLEGARAN   LOS TAXIS, UN COCHE SE ABALANZÓ SOBRE NOSOTROS, A MÁS DE  CIEN KILÓMETROS  POR HORA. EN ESTE MOMENTO MURIÓ MI AMIGO JAVI. TAMBIÉN BENITO, UN CHICO JOVEN. VARIAS PERSONAS MÁS FUERON ATROPELLADAS, Y ENTRE ELLAS, ESTABA YO”.

“Ese día supuso un antes y un después en mi vida. ERA LA ENTRADA AL TÚNEL MÁS OSCURO QUE DEBÍA ATRAVESAR. ME ESPERABA UN NUEVO CAMINO, PERO TAMBIÉN UNA NUEVA FORMA DE CAMINAR”.

Reconoce sus dolores, cuando dice.”Ninguna de las lesiones que he sufrido, como la falta de piernas o la ceguera, es comparable para mí con lo trágico y amargo que me resulta sufrir por amor”. Josán reconoce que su mayor sufrimiento le viene por la falta de amor, que él padeció en algún momento. Yo me acuerdo de aquel amigo mío de una Sierra cercana a Nocito, al que se le prohibió el amor, como dice la canción: “Miruflí, Miruflá se quería casar y quería vivir a la orilla del Mar”. Su “orilla de la vida fue un gallinero al que se desterró y en él se puso a esperar la muerte. ¡Miruflí, Miruflá!, ¿qué pasará?.

Pero, para Josán el amor es la solución de la vida en las personas, “y por eso se enamoran quienes son naturales y ante todo sencillos y viven felices en medio de las catástrofes diarias”.

Josán ama y es amado y es ciego y carece de sus dos piernas, pero acompañado por el amor , es feliz. He de adaptarme a “un cuerpo realmente nuevo, porque pienso que las únicas heridas han estado en la parte externa de mi persona. Mi interior no ha sido dañado, sino que ahora es mucho más fuerte. Me siento mejor al valorar todo lo que me rodea, y agradezco el hecho de no necesitar nada.Todo está en mí para ser feliz y disfrutar de cada instante, y lo mismo EN EL ÚLTIMO ALIENTO, DISFRUTARÉ DE LA MUERTE”.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Antonio Segalés Alegre, catalán-español, que aumentó la riqueza en el Paraguay.




La vida de Antonio es la vida de un español, que viene, a través de los siglos, de los iberos, de los fenicios, de los griegos, los romanos y los cartagineses, también de los bárbaros y de cuantos hombres han pasado por sus tierras. La Península Ibérica tiene la forma de un enorme barco y en Cataluña se encuentra la proa, que era como una llamada a los que navegaban por el mar Mediterráneo, para comerciar con los peninsulares de Iberia. Al Sur de Cataluña desemboca y desembocó el río Ebro, que llega y que siempre lo ha hecho través de Aragón.
Los catalanes, siempre han viajado por el mundo y estuvieron en las guerras del Mediterráneo, y otras veces, cuando las viñas murieron por la Filoxera, aquellos catalanes trabajadores, levantaron huelgas y marcharon en gran número a las Américas, donde hicieron la Gran Colonización  de   España, por  ejemplo   Don Antonio, hombre moderno, ha creado una gran riqueza en el Paraguay.
Ha sido este señor dotado de gran capacidad de trabajo y de un espíritu intelectual y espiritual exuberantes, pues basta leer sus escritos y recordar sus conversaciones pasadas, para quedar admirado de la nobleza de su corazón y de la generosidad de su espíritu. Lo conocí cuando iba a  visitar  a la familia del  sietamense  Avelino Zamora. Porque Antonio Segalés Alegre amaba en su trabajo a los que le acompañaban en el mismo, y los que hemos conocido a Avelino Zamora como lo hizo don Antonio Segalés, éramos amigos suyos, porque era un hombre amante de sus compañeros, de un trabajo, honrado y servicial. Es curioso como un hombre creador de empresas grandes, era al mismo tiempo un hombre de una delicadeza exquisita con los obreros que trabajaban con él en sus labores. Ya no trabajaba con continuidad en la creación de intereses, pero su corazón conservaba el amor que había tenido a sus empleados y no podía menos que ir a recordar la Fábrica de Harinas, y a los  hombres  que  habían sacado adelante el “pan nuestro de cada día”. ¡Cómo influyó en su carácter el tiempo de ocho años, dirigiendo la Fábrica de Harinas en el corazón del Somontano, (desde 1941 a 1949) de Siétamo!. Durante esa época creció en su corazón el amor a este pueblo.
En una carta, que me mandó desde Barcelona, el día 1 de Febrero de 2.011, me comunica: “Cada vez me resulta más atractivo dirigirme a mi amigo de Siétamo, que me estoy permitiendo calificarlo como “enciclopedia de todo lo que atesoran las tierras oscenses y muy en especial tanta incidencia han tenido en mi larga y diversificada vida, en dos Continentes.”
El mismo amor de Antonio  Segalés  empieza, como en todos los hombres, por sus seres más próximos, que se lee con estas palabras que  escribre : “Os damos gracias con mi esposa, por haber recibido tan amistosamente a nuestro nieto Javier. Os podemos asegurar que el cariño que le habéis dado, servirá para acrecentarle el valor de los días que ha vivido entre los aragoneses”.
Hemos hablado del trabajo que Antonio Segalés realizó desde el año de 1941 hasta el de 1949, en la Fábrica de Harinas de Siétamo, en que creció el amor a este pueblo. Es dicha fábrica un edificio levantado por mi abuelo Manuel Almudévar Vallés y su cuñado Bescós, padre del escritor Silvio Kosti, a orillas del río Guatizalema, en un paisaje que por el norte se  estaba tornando en Sierra, debajo del pico de Guara, en que la Naturaleza con sus jabalíes, raposas, liebres y conejos, todas las noches vivía bajo la luz de la Luna. Alguna noche clara observaba aquellos animales y gozaba de aquella Naturaleza feliz.
Pero después, en su última carta escribe de América  y  le  veo  informado de lo que son aquellas tierras productoras de alimentos básicos. Y se acuerda Antonio del Paraguay que vivía buenos tiempos  de  expansión  (10%-12%),  y   es un País con una población de algo más de seis millones de habitantes. Esta carta que está fechada en 2.011 nos dice que el año pasado, sus exportaciones de soja, maíz y carne, han alcanzado para alimentar 35 millones de bocas. ”La  empresa de mi  hijo  Jorge,  entre  sus muchos pedidos ,tiene que instalar 7 básculas para grandes camiones; es una gráfica referencia!.”
¡Cómo conecta en el cerebro, la diferencia entre el movimiento de transporte entre el del Paraguay y el de la provincia de Huesca! Porque  escribe : ”esta  carta se ha estado retrasando porque entre otras cosas del diario quehacer, me he quedado horas “enganchado” con los trenes, con toda la gran historia de Canfranc. Cayó en mis manos un precioso libro, riquísimo en fotografías: CANFRANC EL MITO, editado por Pirineum en diciembre de 2.005. Seguro que debes conocerlo”.  Es curioso que un catalán de actividad internacional, se tomara, en esta fecha un interés tan grande por la historia del CANFRANC. No es extraño que Antonio Segalés sufriera por la parálisis del ferrocarril de Canfranc.
¿ Cómo   se dio cuenta Don Antonio Segalés Alegre de que además de la existencia de los cruces a Francia de Port Bou y de Irún, estaba la estación ferroviaria de Canfranc, paso a Europa, siempre despreciado?. Tenía una idea en su cabeza de ver “enganchados” los trenes tan necesarios para transportar los productos agrarios por Canfranc, porque se acordaba entre otras cosas de “La empresa de mi hijo Jorge, entre sus muchos pedidos, tiene que instalar siete báscula para grandes camiones”. ¡Cómo se daba cuenta Don Antonio de como trasladar los productos agrarios desde Paraguay a Europa  y  de  ésta  a España y viceversa!.¿Era sólo el interés monetario, sino también su amor a Aragón y Cataluña que le llenó su corazón de “aquel precioso libro, riquísimo en fotografías, Canfranc y el mito, editado por Pirineum, en diciembre de 2.005”.
Y hay que hablar del Paraguay, me dice Antonio Segalés y ”hablando de libros, quiero que sepas que del Paraguay, desde la llegada de Félix de Azara,  y de todo lo posterior a la independencia (1811), poseo una colección como pocas, enriquecida gracias a una original herencia, que me llegó sorpresivamente”.
Hemos visto como Antonio Sauras, pasó a vivir desde Siétamo a Paraguay durante varias décadas, donde transcurrió la vida de aquel hijo de Barbuñales el sabio Félix de Azara. Me encontré con Antonio Sauras, en Octubre del año 2.005 en la Plaza Mayor de mi pueblo. Nos alegramos mucho por volvernos a encontrar en pleno Somontano ,después de tantos años vividos por él en Paraguay. Venía de Madrid, donde había participado “en unas ponencias relacionadas con el gran somontanés, Félix de Azara, ilustre hijo de Barbuñales”,cerca de Siétamo. Mee preguntó, porque supongo que se acordaría de haberlo escuchado a alguien, si en mi casa éramos parientes de  Félix de Azara y yo le respondí que, todavía se conserva en ella un escudo en la puerta de un armario , que es  el escudo de los Azara, junto al escudo del apellido Almudévar. Entonces le recordé que también estaba el símbolo de los Azara, en la capilla de la iglesia, fundada por uno de ellos y que se introduce en mi casa, pero que quedó destruída en la Guerra Civil. En la vida del Conde de Aranda se lee que era muy amigo de los Azara de Barbuñales y en el Libro, escrito por BARDAJÍ, se ve como los Azara, cuando iban a Huesca, entraban a visitar a los Condes de Aranda.
Antonio parece que pinta el paisaje de la tierra natal de Azara, cuando escribe:”El paisaje del Somontano, de este a oeste,desde Barbastro hasta Huesca,casi no ha cambiado. Félix de Azara y la gente de su tiempo viieron la Sierra de Guara como telón  de fondo invariable… por las noches de invierno teníamos concierto con los aullidos de los taimados zorros que iban bien alimentados, porque sobraban liebres y conejos”. Perro Félix de Azara en Paraguay, no dejó de utilizar toda su capacidad de admiración para contemplar en dos meses  “ la bahía natural del gran río, en que se había emplazado la capital de Nuestra Señora de la Asunción”.
Tenemos los oscenses que leer los libros que exponen las teorías y descripciones de Fálix de Azara y subir a la Catedral, para visitar su tumba en la Capilla de sus amigos, los Lastanosa,con el fin de acercarnos a su figura,como hizo hace escasos días mi amigo Antonio Segalés, acompañado por sus compañeros de curso ,que salieron fotografiados en el Diario del Alto Aragón. Y quiero añadir copiada su frase siguiente:” De todo esto, y del mal panorama que nos ofrece la  “España plural” o “la España zapatera” con 17 insostenibles autonomías, podríamos hablar un buen rato”.
No había acabado todavía su ilusión por ver a toda España, pues escribió: “ Nos ilumina el proyecto de organizar un paseíto por la zona de Huesca, Somontano y la Jacetania.Veremos si llegado Abril, cuando cantan los “porputes”, cuando da vida ver las sementeras  un año más…Venir a darnos un abrazo que formaría parte del programa”.
“Agradeciendo tu carta y su acompañamiento de atractivos escritos de la acreditada   “marca Almudévar”, plácenos mucho con mi esposa, enviaros para Feli y para ti, nuestros sinceros afectos”.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Horrible y verídico suceso



Libro San Cipriano en las ferias de Huesca.

Ocurrido en la Montaña con una suegra que leía el Libro de San Cipriano y tenía tratos con el maleficio.
“Ahora van cambiando los temas que el pueblo usa para divertirse y para sufrir. Son numerosas y variadas las películas que puedes obtener al adquirir el periódico diario. Son películas en colores, que tratan  del  amor,  del odio, de la Paz, de la Guerra y de tantos temas que divierten tu vida o la hacen sufrir. Pero antes, en que el cine fue primero mudo y luego en el Colegio, ese silencio lo convertían en sonido musical, que nos alegraba a los niños, al ver las figuras de los artistas y escuchar aquella música, que animaba nuestros corazones.
Estaba la sociedad en una época en que se estaba pasando de los papeles, que vendían algunos ciudadanos en las Ferias a los clientes, que se divertían con ellos, pues eran esas cuartillas   precursoras   del  Cine Mudo. Yo me acuerdo de contemplar algún cuento o historia antigua e incluso compré la papeleta titulada “Ilustre y verídico suceso”, que he guardado durante muchos años en distintos armarios.
Hoy me he encontrado uno de esos folios, y quiero marcar la evolución de esos papeles escritos con historias y cuentos antiguos, hacia el Cine, primero mudo y luego espléndido de color y de sonido. Y recordando esos folios y  pasé después a contemplar el Cine Mudo, en el Colegio de San Viator, que ocupaba el antiguo Palacio de los Duques de Villahermosa. Ahora compro películas, que las venden unidas a los periódicos, en los Kioscos.
Tengo muchos años y me acuerdo de la convivencia del Cine Público, con los sencillos folios de papel, que vendían en las Ferias.”

El Horrible y verídico suceso, que he encontrado en un armario, se expresa así: Santo Cristo de la Seo- Santa Inés y Santa Blasa- danos fe para contar-una tremenda desgracia- que el Martes de Carnaval-ha ocurrido en la Montaña.
Vivía un esquilador—que el señor  Cosme  se  llama,-con su mujer y su suegra,-cinco chicos, la cuñada, un tocino con perdón ,- y una  burrica  preñada.
Según  dijendas  del pueblo-era la suegra muy mala- y hasta se corrían voces,- aunque no es cosa probada,-que el Libro de San Cipriano leía por las mañanas,-que al infeliz de su yerno-lo incorporó por tres semanas- y que tenía escondido en un cañuto de -plata-un lagarto de tres codas- y un  zapo  de siete patas.-
A fuerza de brujerías-era un infierno su casa- y a todas horas tenía-el marido y la  cuñada,- los críos y la mujer-y hasta la burra gramaba.
El Martes de Carnaval-se fue el yerno de lifara, y con el Juez y el Albeitar-se comieron una craba-y se bebieron dos nietros-de clarete de Lanaja
Regreso a su domicilio-cuando ya rayaba  el  alba,- tan zorro que al  pobrecico -no le tenían las garras.” el pelo se me eriza.

Se preparaba la suegra para hacer la matacía, y el caballero lleno de agua-en el calderillo hervía.
El Esquilador  entonces,-cutio, cutio, se le arrima, cogió a la suegra del moño y sin decir buenos días, la capuza en el caldero, revuelta con las morcillas.
La suegra daba unos chilos- que desde Marcén la  oían,- con aquel estrapalucio,-se levantó la
 Familia, y aclamándose a los Santos, acudieron en camisa, y por cierto que enseñaban las roñas de las rodillas.
Estando en estas, un humo-que de azufre parecía-como la boira de preta-se puso por la cocina.
El esquilador les dijo: ya está  la  suegra  cocida;-ya no incortará  a denguno -ni habrá en esta casa riñas.
Agarró las estenazas,-las metió en el agua hirviendo,-se  sapartan las cadieras,-se vulcó todo el caldero-y en vez de salir la suegra,-como se pensaba el yerno,-le salió una cergallana-que medía cinco metros- con las patas como un onso,-la boca como el infierno,- los ojos como tizones- y la boca como un perro.
Al ver aquel espantajo-se aclaman todos al cielo- y las voces de “Socorro”-se oían por todo el pueblo,-acudieron los vecinos- con jadas, horcas y aperos;-pero la fiera que echaba hasta por los ojos fuego.-a todos los acomete-con mucha furia y veneno-y en menos que canta un gallo-se comió a la hija y al yerno-a los chicos, la cuñada,-al Alguacil, al Barbero, al Alcalde, al Sacristán y al Secretario del pueblo.
Aquí termina la historia, de este terrible  suceso,-Dios nos libre de las suegras y también de los calderos. AMEN.
El prior de San Garapasio ha concedido 50 días de abstinencia de agua a todos los que con mucho fervor canten este verídico romance.
Huesca: Imprenta de T. Blasco, a cargo de F. Delgado.
“Aquí se acaba la historia de este horrible libro de San Cipriano, que proporcionaba tratos con el maleficio, pero que me ha servido para recordar el caso que ocurrió en mi pueblo de Siétamo, supongo que sería en la misma época que  pasó  y  en que cuenta “Horrible y verídico suceso”, un cuento popular.
Un señor agricultor y muy buena persona, que vivió hace ya muchos años en mi pueblo, tuvo un Libro de San Cipriano. Algunas veces se sentaba al lado del Hogar y se ponía a leer alguna noticia o meditación, pero en cierta ocasión le entraron en su cuerpo y en su alma, algunas preocupaciones, que le hicieron pensar en los pecados que aquel Libro le inspiraba y decidió quemar ese libro, que no era sólo de santos, sino también de brujos. Una noche, estando en el hogar, lo echó por la chimenea del hogar, para que se abrasara dicho libro. Él  pensó que aquellos papeles, se quemarían y sus cenizas se irían por la chimenea.
Pero al echarlo al hogar, el aire caliente lo empujó hacia arriba y lo sacó por la chimenea al espacio. Mi amigo no entendió la marcha del Libro de San Cipriano y se quedó confuso.
Mi amigo, cuando iba por los caminos a sus campos, miraba hacia arriba, a un lado y a otro, peo nunca supo donde se habría escondido su abandonado Libro.


martes, 27 de noviembre de 2018

Palacio de Oriz y pobreza turística




La aldea de Oriz, está casi despoblada, pues en Diciembre del año 2001, vivían en ella trece personas. De su  alta Edad Media, aparecen documentos de 1223 y de 1280. Se encuentra esta histórica población en el Valle de Elorz y pertenece al Ayuntamiento de Noain.Cuando se sale de Noain hacia Zaragoza, a la izquierda se divisa sobre  un altozano un gran Palacio del siglo XVI, con la iglesia medieval si se tiene en cuenta su estructura y su torre campanario, que fue restaurada en 1667. A continuación, en línea recta,  se divisan  unas antiguas viviendas, ya con un aspecto viejo, por su antigüedad,  que parecen estar deshabitadas.

Es pequeña la población, pero tiene un aspecto histórico y artístico, por su parroquia restaurada entre otros por el señor Jesús Eslava, en que gastaron unos veinticinco millones de pesetas, trabajando sus vecinos personalmente. Pero lo que más destaca es el Palacio  de Oriz, que fue reconstruido durante el Renacimiento , en el siglo XVI, por el Bretón, apellidado Cruzat,  que tenía un pariente que era Capitán,  que luchaba con Carlos V , en los Paises Bajos, contra los protestantes. Era un hombre con inquietudes artísticas, porque al volver de la Guerra, llenó su Palacio de pinturas murales, con las que quería recordar la lucha de los españoles, concretamente los de Oriz, contra los protestantes y dejar  un recuerdo histórico a los navarros y a todos los españoles. Con sus pinturas conservaría el orgullo de sus victorias guerreras en los Pasíes Bajos-

El palacio comenzó a brillar en los primeros años del siglo XV, pues lo mismo el Príncipe de Viana y de los Reyes de Navarra, tomaron el Palacio como lugar en que hacer posada. Pero cuando tuvo lugar la anexión de Navarra a Castilla, este Palacio se muestra como un lugar de la familia de los Cruzat y se dice que en 1593, reposó en  él, Felipe II.

Pero cuando uno ha visto a lo lejos un Palacio de categoría histórica, siente la necesidad de ir a gozar  y contemplar sus glorias artísticas e históricas. Ante su fachada, pero también por sus lados y por su parte posterior, se da uno cuenta de que se trata de un edificio espacioso. Su parte inferior está fortalecida por una pared de piedras de sillería y sobre ellas está levantado con ladrillos de arcilla Se nota la desaparición de cuatro torres en sus esquinas y de un paso de ronda. En la parte más alta del edificio se ve un moldurón, que soportaría ese paso de ronda, como una galería de arquillos. Debajo del  moldurón  aparecen ventanas arqueadas, como si se tratase de un edificio de arquitectura aragonesa. Se da uno cuenta de que en su parte superior faltan cuatro torreones,  que le daban elegancia al Palacio. Donde acaba el moldurón  de piedras de sillería,  se contemplan pequeños espacios de aleros de madera, que continúan por todo el resto del  tejado,  lateral y posterior. En el tercer piso hay una ventana cegada, que es muy posible correspondiera al escudo familiar, que a mí me extrañó no encontrarlo.

Todas sus ventanas están protegidas por rejas de hierro forjado, pero tiene cuatro balcones en su fachada. Esta magnífica obra impide, que los corazones tengan añoranzas pasadas, de unos tiempos tan lejanos , porque en lugar de lamentar la sangre de los muertos y de los heridos en los Paises Bajos, la señora de la casa adorna todos los balcones y ventanas con cortinas de encajes de bolillos  y en los balcones  ha puesto un jardín florido de macetas, que imprimen de alegría  los corazones. En la parte baja de todas las fachadas se acercan al suelo las aspilleras, todas ellas iguales , menos una que se exhibe detrás, que tiene una forma original. Esta nueva señora del Palacio Oriz, es una rival estupenda del Capitán Cruzat , pues si ella ha adornado el exterior, él adornó el interior del Palacio con las pinturas grisáceas de la lucha en los Paises Bajos con los protestantes. En el interior se subía a los pisos por una escalera de grandes dimensiones, y estaban adornadas las paredes con imágenes de armiños , que eran un adorno heráldico de la familia Cruzat. Había también guirnaldas y medallones,  pero eran maravillosas las pinturas  murales. Hoy no se pueden contemplar porque las trasladaron al Museo de Navarra.

Hay  en  aquellos  murales  multitud  de guerreros  luchando,  pero hoy en día en Oriz sólo quedan unas cuatro o cinco personas,  que son tan valientes como aquellos guerreros que luchaban en los Países Bajos, pero estando situados en medio de una zona industrial próspera, tienen malos servicios, incluso de comunicaciones. Esos servicios serían útiles para el turismo, que enorgullecería a los navarros y aprovecharía a los vecinos de Oriz.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Cabañuelas en el centro de España y Témporas en el Norte.

                            
Ahora estamos los ciudadanos pendientes del tiempo que va a hacer y observamos los pronósticos   de  los  “hombres y mujeres del Tiempo”.
Las Cabañuelas consisten en unos    cálculos,  en  los  que  a base de observar ciertas variaciones atmosféricas, se pronostica el tiempo de cada uno de los meses del año o del siguiente verano.
Si ahora se preocupan la Radio y la Televisión de los cambios atmosféricos, los judíos en su festividad de los Tabernáculos, recordaban los años que pasaron, caminando por el desierto, huyendo de la esclavitud egipcia. En aquel desierto cayó el maná, sobre la arena desértica. En la ciudad de Toledo, el año de 1020, en un documento “se menciona que los judíos colgaban cien cabañuelas en su barrio en memoria de los años que pasó el pueblo judío vagando por el desierto de Sinaí”.  La enorme cantidad de judíos que vivían en España, hizo que los pronósticos referentes al tiempo, en la península Ibérica, adoptaran el nombre en español de término Cabañuelas, para referir el tiempo atmosférico.  Pero en el título pongo que las Cabañuelas se usaron en el centro de España y las Témporas en el Norte. Este término de Témporas tiene la misma raíz latina que el tiempo. Es una palabra que quiere decir que anuncia las predicciones a un plazo largo y que también indica profecías por estaciones del año.
Los horóscopos eran el resultado de la observación de la Naturaleza, para enterarse del porvenir de los fenómenos atmosféricos.
A mí me envió, un señor, un posible Horóscopo o una Cabañuela o una Témpora, no sé si hecha por  él  o  más bien recogida  de  lo  que en tiempos pasados, se  preocupaban  los ciudadanos del tiempo atmosférico. Es un escrito, del que no he podido enterarme de la fecha de su redacción.
 Dice lo siguiente. “Pronosticación natural, por observación de los 12 primeros días del mes de Agosto con respecto a los doce meses del año siguiente.
Varios críticos han observado, que todas las mutaciones, que se notan en los 12 primeros días de Agosto  en cualquier año que sea, se notan después en todos los meses del año siguiente con la proporción, que les corresponde. Esto es, a proporción de la estación, porque si se miraran absolutamente como todos los días de este mes suelen ser calurosos, habríamos de decir   lo  mismo de todos los meses del año, lo cual es un absurdo. Y así se han de entender con proporción, de suerte que una mínima mutación en los primeros días del mes, insinúa grandes mutaciones para los primeros meses del año, que  son  Enero, Febrero y Marzo, y aun Abril, porque esos meses regularmente admiren grandes mutaciones.
Supuesto esto: observarás el temperamento del PRIMER  DÍA DE  AGOSTO. Si fuere húmedo, lo será también, el primer mes del año, que es Enero.
Si fuese enjuto o seco el mismo juicio, has de formar de dicho mes. Y lo mismo si fuere vario.
Y la misma regla, guardarás en los 12 días y 12 meses siguientes. Sin que el día 8, que corresponde al propio mes de Agoto estorbe la pronosticación del año siguiente.
En  los  años de los 80, ( no aclara el escrito si se trata de 1.880 o de una fecha posterior) en que nos hallamos, el tiempo atmosférico ha sido como se sigue:
Día 1º. Nieblas  y  principios de tronada. Ambiente húmedo y algunas lluvias.
Día 2.- Tronó  pero no llovió. Febrero más húmedo y lluvia.
Día 3.- Tronó y llovió algo en pocas partes. Marco muy revuelto, y harto lluvioso.
Día 4.-Por la mayor parte sereno. Lo mismo de Abril.
Día 5.- Húmedo. Mayo lluvioso.
Día 6.-Tempestuoso. Junio lo mismo.
Día 7,-Muchas                        .Julio muy lluvioso.
Día 8.-Sereno y  fresco . Agosto no muy caluroso, pero poco húmedo
Día 9.-Muy caluroso y sereno. Septiembre
Día 10.-Nebuloso, airoso y opaco, pero poco húmedo. Octubre buenas esperanzas, pero pocas aguas ¿o sí?.
Día 11.- Aire de poniente frío, nubes de color de plomo, y revuelto por la mañana y por la tarde aire   regañón.”
Pero yo, hace ya unos quince años, copié un pronóstico del tiempo, que en lugar de pronosticar con datos del mes de Agosto, lo  pronostica  con datos orientativos, desde el día 13 del mes de  DICIEMBRE, DIA DE  SANTA LUCÍA: con lluvia, sol, buena tarde, que se darán en el próximo mes de Enero.
 El día 14 de   del mes de  Diciembre, se pronostica sol y buen día para el mes de Febrero.
El día 15 de  Diciembre sale el día nublado y cae llovizna, en el mes de Marzo.
El día 16  del  mes  de  Diciembre, sale nublado, y luego hace buen día y por la tarde sol, en este día del mes de Abril.
Viene a continuación el día 17 de  Diciembre,  en que hace buen día, sin frío. Niebla y lluvia para el mes  de  Mayo.
El 18 de Diciembre  da lluvia, sol y cierzo en el mes de Junio.
El 19 de  Diciembre da heladas con sol en el mes de Julio.
El 20 de  Diciembre, anuncia buen día, hielo, tiempo arañado y luego lluvia y sol, para Agosto.
El 21 de  Diciembre  niebla  cerrada y sol por la tarde, referido al mes de Septiembre.
El 22 hielo y sol en el  mes  de  Octubre.
 El 23 Se ve sol entre nubes, señaladas para el mes de  Noviembre.
El 24 de Diciembre se ven nubes y sol. Por la tarde cierzo en el mes de Diciembre.
El día 25 de Diciembre, DÍA DE NAVIDAD, hay descanso para el pronóstico.
El día 26 . Buen día, nublado, lluvia, sol y cierzo. Diciembre
El día 27.-Hielo, nieve, nubes, cierzo frío. Noviembre.
El día 28.-Hielo, sol, buen día, cierzo. Octubre.
El día 29.-Hielo, sol, buen día, cierzo. Septiembre.
El día 30.-Hielo, sol, buen día, cierzo. Agosto.
El día 31.-Sol, cierzo, buen día. Julio.

 Desde el uno de  Enero, pasa cada día desde el mes de Junio con buen día, cierzo al mes de JUNIO.
El día 2  de  Enero, hay cielo raso, cierzo frío y representa al mes de MAYO.
El día  3  de  Enero hay cielo raso, hielo, cielo arañado, cierzo en Abril.
El día 4 de Enero.- Hielo, cielo arañado. Buen día y señala el mes de Marzo.
El día 5 de  Enero. Nieve, hielo, lluvia. Nieve el resto del día en el mes de  Febrero.
El día 6 de  Enero. Nieve, hielo, frío, cielo arañado. Por la tarde el sol. Mes de Enero cabañuelas o témporas, de las que estoy escribiendo, pero el hecho misterioso es que el día diez de Octubre de este año de 2.018, ocurrió el fenómeno, que dio lugar a la invasión de hormigas en el pueblo de Siétamo y la pedregada, que cayó en su parte alta, que mira a Montearagón, haciendo desaparecer a casi todas las hormigas.

No     si   la Negra Tormenta que cayó sobre el monte de Siétamo, el día DIEZ de OCTUBRE de este año de 2.018, se puede relacionar con la Cabañuelas o con las Témporas, pero yo no pude menos  que  relacionarla  con  su comportamiento con miles y miles de hormigas. Antes de caer el agua y de convertirse en una mala tormenta de granizo, que dejó en el monte del  Carrascal con  un aspecto de un color blanco miserable. En todo el mundo se dan fenómenos atmosféricos, pero, en cada región se extienden las Cabañuelas y las Témporas por extensiones menores de unos ochenta kilómetros. En la parte media y baja del Monte de Siétamo, cayó una fuerte lluvia, que hizo desaparecer casi absolutamente  la  multitud  de negras  hormigas. Estaba Vicentico Benedé  cuidando las ovejas en el monte de Valdeona, bajo un cielo morado, que parecía prometer una cruel pedregada.


 El cielo se obscurecía y Vicente aterrado, dirigió sus ovejas al Carrascal de Casa Almudévar, llenó su espíritu de terror y las ovejas se sintieron apedreadas. Las ovejas al colocarse debajo de unas carrascas, se salvaron, pero su pastor se sintió aterrado por la obscuridad de aquellas nubes de un color negro.
Cuando paró la “pedregada” y  se  iluminó  el  ambiente,  se  vio  el pastor sorprendido por un ambiente de un blanco terrible, que brotaba de aquellas partículas de granizo, que cubrían el terreno. Apoderado del terror pasado en aquel terreno de Valdeona,  bajó inmediatamente con su coche a buscar a mi hijo Manolo y a mí mismo, para enseñarnos el terreno apedreado, que era terrible. Mi hijo Manolo sacó unas fotografías del horrible ambiente de Valdeona, que le proporcionó la tormenta.
Recuerdo que antes de la maldita tormenta, proliferaban por todas las calles del pueblo de Siétamo, las hormigas, pero al acabar su labor destructora, casi desaparecieron todas, menos un escaso número de ellas, una  hembras con alas y otras fuertes como si fueran luchadores humanos, que yo he recogido en ese círculo de cristal,  representado en el artículo.
¿Quién nos dará explicaciones del fenómeno que ocurrió, apareciendo todo el suelo de las calles de Siétamo con una invasión de hormigas, como despistadas, sin saber qué hacer, que casi fueron totalmente desaparecidas, después de la “milagrosa” lluvia que cayó aquella noche?.  Wikipedia escribe que “para predecir el fenómeno atmosférico, el experto se basa en indicadores como las formas de las nubes, la dirección del viento, las características del Sol, la Luna, las estrellas, la niebla, el rocío de la mañana, el Arco iris o el granizo”.
También podemos encontrar motivos, como la caída de la lluvia, la aparición que ocurrió en Siétamo  de  hormigas, unas aladas y otras sin alas y el comportamiento  de muchos animales como el orejeo de las caballerías, el baño de las palomas, el gallo cuando se pone a cantar durante el día y entre otros los gatos que saltan o se lavan su cara. No olvidemos a las personas, que cuando va a cambiar el tiempo, les duele alguna vieja cicatriz.
En nuestro   País, suele haber algún experto en cabañuelas, pues   es frecuente en el campo, encontrar agricultores y pastores, que gozan echando cálculos en las cabañuelas.
En España los expertos en cabañuelas, que suelen ser hombres del campo, como pastores o labradores, recurren a la observación del tiempo en los primeros dás de Agosto, para adivinar qué tiempo hará los 24 días de Agosto, enterándose de qué tiempo hará en los venideros doce meses. Los pastores y los agricultores, que ya son escasos en el campo, me gustaría seguir su habilidad en el descubrimiento del porvenir del tiempo, pero yo no me encuentro con el conocimiento suficiente, para saber hacerlo.
Existen multitud de personas que creen con gran fe en las lejanas cabañuelas , que nos dejaron nuestros antepasados Y para utilizar sus resultados, se apuntan las mutaciones del Tiempo,en    los doce primeros  días de Agosto.Y después de estos doce días, se apuntan invirtiéndolos, de manera que una serie corresponda a los meses de Enero a Diciembre, del año inmediato y otra a los de diciembre a enero del mismo año. Luego se mirará si hubo acierto en los pronósticos.
Unas veces los que estudian las cabañuelas del tiempo , aciertan, pero otras se equivocan, pero los hombres tenemos necesidad de que existan estos juegos de adivinanza.
Y eso de creer y dudar de los resultados del trabajo con las cabañuelas, es confiar en lo desconocido, que es una virtud, que ayuda a nuestra fe, como demuestran los amigos de las cabañuelas.
En la Cabañuela escrita hace años por mí, hace ya muchos años, el día 25 de Diciembre, Fiesta de Navidad, puse: hay descanso para el pronóstico. Es decir que nos importaba más el Nacimiento de Cristo, que el resultado que diera la Cabañuela.

jueves, 22 de noviembre de 2018

La máquina de vapor o el malacate.-


He vuelto a estar en el Castillo de San Luis. La primera vez, como veterinario a visitar la granja de conejos, que allí tenía  la señora Visitación, esposa del señor Bernardo,           que estuvieron en dicho “castillo” durante quince años. Allí vivía el abuelo de Santiago, mi yerno. Este había recogido en su niñez dos cuervos, que parecían negros, pero en realidad eran de un color azulado, con reflejos de colores irisados  en su plumaje. Hacían una vida libre, pero acudían a dormir al “castillo” y se apreciaban mutuamente  con la familia.  Cierto día un visitante alcohólico se enfadó, en uno de esos ratos de convivencia y los cuervos se lanzaron sobre él. Aquellos cuervos hijos de la Naturaleza sólo querían el orden y el progreso de los hombres. Aquel “castillo” tenía que ver mucho con el vino, pero con un vino que hiciera aprovechar los alimentos que el hombre comía,  pero no aprobaba escenas como la de Noé, cuando perdió por un rato, la razón. En el fresco ambiente de aquel patio se respiraban recuerdos del año 1882 en que, una vez establecido el Barón Guy de Contenson,  en el “castillo” de San Luis, lo bautizó con  el nombre  del patrono de su hijo,  San Luis. Conocedor de las tierras de Huesca, quiso aprovechar el placer que producía en Burdeos y en París el buen sabor del vino español y pensó en producirlo y en facilitar las comunicaciones por ferrocarril entre Huesca y Canfranc, que parece que se duda de su nacionalidad española, cuando los motivos de tales dudas están más  en Irún y en Gerona. Entonces se exportaba gran cantidad de vino a Francia. Por Siétamo pasaba un carro adaptado a llevar toneles de vino. Era de Casa Borau de Torres de Montes y está representado en un cuadro en el bar del Mesón, ya cerrado, con comentarios míos. Me contaba el difunto Borau, que cuando llegaban a la frontera, encontraban los franceses aquel vino tan fuerte, que tenían que retirarse y añadirle agua. En aquellos tiempos mi abuelo Manuel Almudévar de Siétamo, producía enormes cantidades de vino que guardaba en una bodega, granero y almacén, que había sido del Conde de Aranda, del que tratan de confundir la propiedad sobre su corral y terreno de sus alrededores. Son tantos los motivos del olvido de nuestro pasado, que añadiendo la Guerra Civil y en ocasiones la Dictadura, que han hecho perecer honor y propiedades de honrados hombres. En aquellos tiempos el Barón Guy de Contenson, trajo de Inglaterra dos locomóviles, que consistían en dos máquinas de vapor, que puestas a una distancia conveniente, arrastraban por medio de un cable un arado de vertedera. Trajo además el Barón a Thomas Noddings, como maquinista especializado en tales máquinas. Más tarde fue contratado por el Conde de San Juan, siendo asesinado en 1890. Yo recordaba que en el Cementerio Civil había una tumba de un inglés, allí me dirigí y contemplé una tumba de Mr. Thomas Nodding, fallecido en 1890. El señor Oliver, Conde de San Juan, perdió su finca en año 1895, por una deuda al Banco Hipotecario de España. En una fotografía de 1883, al lado de un arado de Oliver, aparece un labrador completamente vestido de aragonés, con su cacherulo incluido, pero a pesar de eso, han seguido acabándose los labradores. Aunque ellos también han luchado con el malacate, que es un cable tirado por motores eléctricos o sistemas hidráulicos con el que se arrastran cargas, como me contaba que hizo Torres de Ibieca para arrancar carrascas en un bosque que iba a cultivar. Yo no sé si tiraba de los cables con motores o con caballerías. La Duquesa de Medinaceli daba un banquete en honor de Oliver, Conde de San Juan y el Rey le recibía en audiencia privada, mientras el Barón de Contenson veía a Huesca a cien kilómetros de Francia y murió sólo siete años antes de inaugurarse la Vía internacional por Canfranc. Ahora ha entrado en el “castillo” mi amigo el varón, con minúscula, como yo, Luis Acín, al lado de la Autovía Mudéjar, que va a Francia. ¡Qué los cuervos irisados, hijos de la Naturaleza, te den suerte para que dicha autovía se abra a Francia, donde un aragonés como tú, tal vez pueda redimir a Aragón, más que el Barón de Contenson!.

martes, 20 de noviembre de 2018

Víctor Périz Pérez, hombre con educación eterna.




Este señor, apellidado Périz, nació en Bolea, en su casa, llamada Casa Périz. Su padre era miembro de Casa Lample de Bolea y su madre tenía su origen en Sierra de Luna, pueblo por el que se pasa al otro lado del Gállego, yendo hacia Navarra.
En Bolea vive y vivió en la Calle de la Fuente, en el número 11 y esta casa natal está junto a la conocida Casa de Garcés. En esta Casa de Garcés,  conocía a dos amos, cuando yo ejercía de Veterinario en la noble Villa de Bolea. Uno de ellos se llamaba Jesús y el otro Félix. Jesús estaba casado y era el “dueño mayor de la casa”. Yo, con 29 años estaba de Veterinario en Bolea y tenía una gran amistad con sus dueños. Una hermana de  Garcés  se casó con un Guardia Civil, cuya amistad conmigo duró varios años, pues un día pasó sobre su moto por el pueblo de Siétamo, y se paró en la carretera para saludarme. Tengo un recuerdo de la calle de la Fuente, que  además  de  recibir  sus aguas, se exhibía una antigua iglesia, muy cercana a las casas de Garcés y de Périz.
Yo, cuando ejercía mi profesión en Bolea,  no  recuerdo  haber  estado  en  casa Périz, pero hoy día 16 de Noviembre de este año de 2.018, me he encontrado en Huesca con el señor Víctor Périz y Pérez, habiendo llegado a cumplir yo mismo ochenta y ocho años de edad. Yo, ya tengo una edad, que se está saliendo de la vida humana en este mundo. Pero los recuerdos que la vida que me ha dejado de aquellos pueblos, como Bolea, me hacen despedir de esta vida humana, con cariño. Sí, yo estuve de Veterinario en Bolea cuando tenía veintinueve años y hoy, en que me he encontrado en Huesca con el señor Víctor Périz  y Pérez,  me encuentro cargado de años, pues he cumplido ochenta y ocho.
Le he acompañado a la Oficina de Forestales para rellenar un impreso, en que se pide   la petición de que le concedieran el favor de poder quemar los restos de una poda de árboles.
Se ha quedado Víctor muy satisfecho de reconocerme y le he acompañado al Gran Chalet, donde trabajan los Forestales. Quería Víctor pedir un permiso para hacer desaparecer unos restos de matorral y le he acompañado a dicha Oficina.
Le han entregado el permiso de dar fuego a esos restos forestales y al marchar me ha contado Víctor sus experiencias recibidas en el Servicio Militar. Ahora ya no existe un Servicio Militar Obligatorio, pero Víctor me ha confesado que guarda una gran experiencia de dicho Servicio. Ahora ya no existe Servicio Militar Obligatorio, pero Víctor me ha confesado, que él guarda una gran experiencia del mismo.
Las enseñanzas que recibió Víctor, fueron unas grandes experiencias, que le han sido útiles para toda su vida. Le enseñaron lo que debía respetar de la Sociedad y cumplir el deber de sus obligaciones ciudadanas.
Su comportamiento se lo enseñaron en el Cuartel con gran educación, que le inclinó a cumplirlo con la misma  educación  y exacto cumplimiento.
Cuando Víctor tenía necesidad de comunicar algo a sus superiores, se dirigía a su oficina y llamaba con los nudillos de su mano derecha y con la izquierda cogía el picaporte para abrirlo. Cuando le daban permiso para entrar en la oficina del Oficial, abría la puerta, la empujaba y entraba dentro. Al entrar decía: ¿da usted su permiso,  mi  capitán?. Y   al  recibirlo  decía, mirando frente a frente con los dos brazos en posición de firmes: ¿da usted su permiso para entrar?. Al recibir el si, le comunicaba lo que le habían mandado y al acabar, inclinaba su cabeza, como haciendo un gesto de despedida y exclamaba: ¡A sus órdenes, mi capitán!.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Funes en la Calle Pedro IV de Huesca.

Iglesia de la Malena o la Magdalena.

                               
Miguel tenía ochenta y siete años y vivió al lado del Bar Funes.  Palacín, fue el dueño de tal Bar  Funes, que se encontraba casi por la mitad de la Calle de Pedro IV. A dicho Bar acudían clientes que iban a visitar a las hermosas mujeres, que ofrecían mediante el pago de ciertas cantidades de dinero, la belleza de sus cuerpos. Miguel que era amigo mío, con una notable diferencia de años, que me hacían respetarle y dedicarme a escuchar sus testimonios de la vida en ese lugar. 
La calle de Pedro IV fue, ya hace muchos años, una calle alegre. Se accedía a ella subiendo por la Plaza de Lizana y al acabar dicha Plaza, por su lado izquierdo, se comenzaba un largo recorrido, que acababa por debajo del antiguo Palacio, hoy Museo Provincial de la ciudad de Huesca y   hace  muchos  años  era Instituto de Bachillerato de la Provincia de Huesca, donde estudió mi tío José María, hermano de mi  padre. Hoy cuando se visita dicho Museo, se encuentra el sótano, dotado de arcos medievales, donde se cortaron las cabezas de los nobles de Aragón, por orden del Rey Ramiro el Monje, que parece que fue despreciado por varios nobles, cuando fue llamado para ser Rey de Aragón a un Convento francés. Por debajo de su recorrido se encontraba la Muralla de la Ciudad de Huesca y por arriba se alza la Catedral y diversas calles y  callejones,  que   van  descendiendo  su  nivel,  hasta  que  se  encuentran  con la citada Muralla, a través de la Calle de Pedro IV.  
Arrancaba la Calle de Pedro IV, como he dicho de la Plaza de Lizana, por la que era necesario pasar, para bajar desde la citada Calle de Pedro IV al Coso Alto. A el Bar que está asentado en dicha Plaza y hoy llega hasta el Coso Alto,  iban  diariamente  mi tío José María que se juntaba con un señor, que fue varios años matarife en el Matadero de Huesca, con el apodo, soportado con gran orgullo,  de El Jetudo. Era un hombre que se sentía orgulloso de su persona y cuando hablaba, lo hacía con una dignidad, que le hacía sentirse orgulloso de sí mismo. Con frecuencia se juntaba con mi futuro compañero Veterinario, él digno señor Veterinario, que murió más tarde de Titular del pueblo de Murillo de Gállego, con el que me unió siempre una gran amistad. Como con otros conocidos oscenses, personas llenas de dignidad, que cuando bajaban las mujeres, que residían en diversas “casas públicas” de la Calle de Pedro IV y que pasaban caminando, por la Plaza de LIzana a cruzar el Coso Alto, para llegar pasando por Barrio Nuevo, al Instituto de Higiene. Los hombres que estaban en el Bar de la Plaza de Lizana, salían al pórtico del Bar-Restaurante, atraídos por el sexo y la belleza de esas “mujeres públicas”, para contemplar su belleza y el atractivo aspecto de esas mujeres. Los compañeros del “Jetudo”, contemplaban su belleza atractiva, pero no decían nada, porque el viejo matarife, les gritaba, cuando pasaban delante de la puerta del Bar y sonreían con paciencia, como sintiéndose culpables de la situación “despectiva” del “Jetudo” por la falta de dignidad “que la vida proporcionaba a esas mujeres, dignas de  respeto,  a pesar  de dedicarse a una vida pública, obligadas por la miseria económica de la vida, que tenían que soportar”.
¡Qué humillación tenían que pasar aquellas buenas mujeres, en su “procesión” desde sus casas o ¨templos del placer” hasta el Instituto de Higiene, al lado del Parque, para recibir una “vacunación sanitaria” de sus  cuerpos!.
Pero esas mujeres, que vendían su amor a los hombres que subían a la calle de Pedro IV, además, celebraban en sus casas de amor, festivales alegres, cuyos  cantos  festivos  oímos en la calle, cuando veníamos unos Congregantes Marianos por ella desde el Convento de San Miguel, al lado del río Isuela. Aquellas mujeres públicas, tenían la costumbre de crear recreos de cantos de amor, para que cuando pasasen los “hombres machos” por la calle, se conmovieran por esos cantos y acompañados de música, atraerlos a sus “casas donde tanto se amaba”. Aquel día en que varios muchachos volvíamos de la Iglesia de San Miguel, presididos por un jesuita portugués, al pasar por delante de una “casa pública”, nos quedamos admirados por el agradable sonido, procedente de unas botellas, colocadas colgando de unos hierros y unas más o menos cargadas de agua, según la nota que tenían que emitir. Una meretriz dotada de dos palos golpeaba con ellos aquellas botellas, que sonaban divinamente, interpretando la música que se repartía por el ambiente, por toda la calle. El resto de mujeres que tenían un sentido artístico, cantaban del amor, que había de enamorar aquellos corazones.
 El Padre Jesuita buscaba en aquel paseo la pureza de espíritu de aquellos jóvenes, entre los que yo me encontraba, pero la “carne enemiga de las almas”, se ofrecía a esos jóvenes y el Padre Jesuita, siguió con su rostro sonriente y rodeado por los niños que iban con él de excursión y se puso a rezar un Ave-María, por la pureza de sus discípulos y por una nueva vida para las que hacían sonar el instrumento musical, arreglado por sonoras botellas de cristal, con cantidades diferentes de agua en su interior, para que sonasen las diversas notas de la escala musical.


Tengo recuerdos de la virtud y del pecado, desde el gran templo de San Miguel, ya al lado del mismo río  Isuela, que ya hace muchos años que pasaron los tiros de la Guerra de 1936. En ese templo se unían las “pecadoras con las monjas y con los niños”, pues aquellas, que “trabajaban el pecado en calle Pedro IV deseaban abandonar su vida  pecaminosa,  las monjas rezaban para que las vecinas que iban a refugiar sus cuerpos y sus almas a la bendición del Arcángel San Miguel, en adelante pensaran sólo en su espíritu y los niños seres inocentes, espero que siguieran siéndolo  toda su vida”. Entonces, igual que ahora, por la vida corrían el Bien y el Mal y aunque ahora han, al parecer, desaparecido, siguen ambas conductas, que no desaparecen. Pero las Monjas, en los claustros de San Miguel Arcángel, se apoyan en él y siguen procurando que las personas que seguían la  conducta  diabólica, sigan el ejemplo de San Miguel y rechacen la conducta dirigida por el diablo. El Convento de San Miguel, sufrió los destrozos de la Guerra Civil y se valieron de su amor al Señor, para sufrir esos destrozos materiales y aguantar la penitencia, que les hizo pasar hambre, frío y otros dolores aumentaron la penitencia, en favor de otras, que encontraron más pronto el bienestar. Pero de la misma forma que las “mujeres que vendían el placer con la música que hacían sonar en la Calle de Pedro IV”, Las Monjas no dejaron ni un día de  Guerra  ni  de  Paz,  de cantar los Salmos  Bíblicos, por medio de cuyos sonidos  solemnes,  pero con la  música  de  las  botellas, colocadas por las mujeres públicas,  sonreían al Señor y animaba a sus jóvenes seguidores a seguirle con alegría, escuchando los salmos que hacían sonar las Monjas del Convento de San Miguel.   
Pero no fue sólo aquella música humana, la que sonó en la Calle de Pedro IV, sino que en ella se veían unas ruinas de una iglesia, que los vecinos de su barrio, lucharon por dignificarla. Así lo hicieron y un día que pasé a su lado escuché la música religiosa, que me llenó el corazón de alegría. Entré dentro de las ruinas mejoradas de ese templo y escuché “música celestial” que producía en mis oídos un amor al Señor. Observando los numerosos oyentes de aquella música, vi multitud de amigos, entre los que se  encontraban  Don  Julio  Sopena  en compañía de su esposa, que cantaba las glorias del cielo y otros oscenses conocidos , que unas veces cantaban y otras escuchaban.
Saliendo del Convento de Monjas de San Miguel y cruzando  la  carretera  que rodea a la antigua ciudad de Huesa, asentada sobre una zona montañosa, a la izquierda se alzan casas más modernas y a la derecha se encuentra una escuela infantil, atendida por las monjas de Santa Ana. Un poco más arriba, están los restos de una iglesia, que ha sido en parte reparada y en la se celebraba un acto litúrgico, al que asistía Julio Sopena, cuya esposa,  hija del Señor Porta de Abiego, cantaba la Liturgia Católica. En aquellos restos de iglesia, olvidados hasta entonces por los cristianos de Huesca, reinaba un ambiente litúrgico, donde los fieles oscenses, recordaban el catolicismo, que parecía ya pasado y se escuchaban los cantos litúrgicos, que ya dejaron de escucharse hacía cientos de años. 
 Una calle une la prolongación del Coso Alto, frente a los salesianos, con la Calle de Pedro IV, a la que se sube por medio de unas escaleras. Allí había un Lavadero Público en que se han construido casas nuevas y detrás de ellas asomándose a los recreos Salesianos, están los estanques de piedra, en que acudían las lavanderas a lavar la ropa. Cuando por habernos expulsado del número 61, del Coso Alto, hoy de Santa Ana, nos fuimos a Siétamo, yo acudía a ese Lavadero con la ropa familiar que usábamos en Siétamo, para que la lavara una buena señora. Esto duró poco tiempo, pero yo no puedo olvidar esos recuerdos.  No puedo olvidarlos porque cuando voy por delante   del patio de recreo del Colegio de los Salesianos, me miro las escaleras por las que se sube a la Calle de Pedro IV  y  veo las reliquias del Lavadero, y tengo que recordar, como iba a dicho Lavadero, para empezar una vida distinta.
 Aquella Calle de Pedro IV, era vivida por discípulos de Cristo, a cuyos restos de iglesia todavía se veneran y por los seguidores de la “carne”, que acudían a desahogar sus cuerpos con aquellas buenas y pobres mujeres. Por esa calle se veían los hombres, paisanos, militares, solteros, casados y viudos, que entraban en el Bar y muchas veces acababan su visita en las casas de mujeres.
En esa calle se vivía pensando en las almas y en los cuerpos. Por un lado, en tiempos pasados, se escuchaban la Salve y el Ave María, en la que fue bella  iglesia  del  Barrio y se oían también cantar los cánticos que recordaban los placeres carnales, en aquellos instrumentos musicales, que con botellas, hacían sonar aquellas mujeres, que no podían comer, sino se entregaban a satisfacer el placer a aquellos hombres, que tenían necesidad de obtener el amor.
Me contaron que dos niños, llenos de curiosidad, y que vivían en aquel pasaje, donde la libinosidad,   gozaba  de la libertad, pero que no habían sido educados en el amor puro ni en el amor buscado.
Por la falta de formación, tenían curiosidad de enterarse por sí mismos de la vida de aquellas a las que sus madres, llamaban “malas mujeres” y de aquellos hombres libidinosos y se decidieron a entrar en una de esas casas, a las que algunos llamaban de prostitución. En un momento de descuido de la vigilancia de las dueñas de la casa, penetraron en ella y se ocultaron debajo de una de las camas de prostitución.
Tuvieron que pasar muchos ratos  malos,  escuchando  ¡los  ayes ¡  y los suspiros de la pareja que se acostó sobre ellos, y al cabo de cierto tiempo, cuando la pareja aparentemente feliz, se marchó, los dos muchachos escaparon de aquel rato tan deseado por la pareja, que se acostó encima y tan aborrecido por los dos muchachos, que recibieron una lección de moral, que les hizo aborrecer una experiencia tan sin sentido.                          


Rebrota en el mundo la Peste Negra.-

        ¡Cuantas pestes ha sufrido la Humanidad, a las cuales, han llamado Peste Negra!. Un equipo de investigadores ha extraído el genoma  ...