lunes, 31 de mayo de 2021

Las tijeretas.-

 





En la clasificación entomológica, la tijereta es un insecto dermáptero, pero  si  además
digo, que se llama forfícula, nadie, me entenderá; por eso tiro por la calle de en medio y la seguiré llamando tijereta. Cuando el pueblo, con su sabiduría basada en la observación la llamó así, por algo sería. Ese algo se ve mirando correr a una de ellas, fusiforme como un pequeño huso, alargada, de color marrón claro y portadora en el extremo de su abdomen de un instrumento de dos hojas, en el que algunos reconocen unas tenazas, pero la mayoría unas tijeras.
En esta discusión estaban el herrero y el sastre de un pueblo y cada cual arrimaba el instrumento a su taller y aquel juraba que eran tenazas y el costurero, más comedido, afirmaba que eran tijeras. ¿Para qué las quiere ese bicho?,gritó el bruto del herrero;¡desde luego que para nada ,ninguno de los dos!,exclamó la señora María.¡Pues no  tiene razón la señora!, añadió un monaguillo pillo pues las ¡quiere para cortar las mininas!. Y un coro de niños empezó a cantar:” ¡ra-ra-ra, suelta la tijereta que te la cortará, ra-ra-ra!. Los niños cogían las tijeretas y las hacían correr por sus brazos y bromeaban sobre sus aficiones cortadoras, pero jamás se supo que  sólo  uno de esos
Cucos, se la cortara a ninguno.
Sin embargo, el mundo de los adultos abundaba más en picardías en lo relativo a las lides del amor y del sexo.
De la misma forma que se rezaba a San Antonio o se preparaba un elixir para obtener el amor de una persona determinada, se usaban conjuros, ensalmos y filtros para romper el amor o impedir su ejecución a una pareja, de uno de cuyos  miembros,  el que los usaba, estaba enamorado y había recibido calabazas. Esta  magia  en Francia se conocía como “denoument de noeuds”, es decir romper los nudos de la pareja víctima del conjuro. En castellano no sé como se llama, pero en el Alto Aragón a esa faena la llaman “incortar”. No sé si se trata de cortar nudos o de cortar otra cosa y si se trata de esto último, nada mejor que un filtro en el que  entren  cortamininas  picados.
Ya ven que no hay nada nuevo bajo el sol  ni  “a media luz los dos”, pues entonces para evitar acoplamientos se utilizaban tijeretas y ahora para cortar fecundaciones, además de “pindoletas”, se usan toda clase de artefactos, artilugios y “artularios”.
Los adultos ya no usan tijeretas para sus pócimas, pero los niños en los pueblos, siguen jugando con ellas y cantándoles sus romances.

domingo, 30 de mayo de 2021

Muralla de Huesca

 



Huesca fue  una ciudad habitada por  los ilergetes, grupo ibérico que ocupaba desde Lérida hasta nuestra urbe y que hablaban el lenguaje vasco-ibérico, como se puede ver al considerar la palabra osca o abertura,que se refiere a la apertura que abre el río Flumen en el Salto de Roldán. Gran número de topónimos son vascos, como Ola,por ejemplo. Se encuentra Huesca en la zona llamada Hoya de Huesca, situada en el Somontano pirenaico.
Está situada en un cerro, desde cuya altura se observa la Hoya. Este cerro está rodeado por el norte por el río Isuela y  por su ribera; por  el resto la rodean   los Cosos Alto y Bajo, que forman el ensanche de la ciudad y la parte que está sobre el cerro se conoce como el Barrio Viejo.
Los ilergetes fueron dominados por Marco Porcio Catón que los incorporó a la Hispania Citerior. Pero Sertorio fue un gran ciudadano romano, que situó su capital en Huesca y trabajó por atraer a sus ciudadanos  y a romanizar a sus jefes íberos. Fue por fin sometida por Pompeyo en el año 72 antes de Jesucristo.
Esta ciudad en aquellos tiempos de invasiones tenía necesidad de levantar una muralla, para defenderla y todavía quedan varios pedazos de ella, muy mal conservados.Parece ser que la muralla no fue siempre establecida en la misma línea,pues del tiempo de los romanos se encuentran restos arquitectónicos ,como por ejemplo en la Diputación Provincial.
Se levantó encima del río Isuela por el Norte y por el Este,viéndose todavía un enorme torreón que si estuviera bien cuidado se podría enseñar a los turistas. Llega esta muralla casi al Coso Bajo, pero antes se ve una torreta o una de sus partes de una antigua puerta de la muralla ,a la que los oscenses llamamos la Porteta.  En este Coso tiene que quedar alguna de las partes de la muralla ,tapada u ocultada por alguna casa. Siguiendo por el Coso Alto se ha descubierto algún resto de muralla en casa de Abarca, encima de los antiguos almacenes de San Pedro y se sabe que en las casas sucesivas también existen restos de la muralla oscense. En la segunda casa, que está en el arranque de la Plaza Lizana, se han descubierto restos, que se han arreglado y más arriba, encima de una Academia de conductores, se ven los muros de piedra. En la Calle de Costa han tirado un almacén ,antigua carretería y se puede observar un trozo de la dicha defensa de Huesca..Más arriba en un edificio público se derribó un trozo de muralla y ya en la cara Norte y cerca de las Miguelas, está a la vista un largo tramo de muro ,en que se puede ver como en su centro ,se observa un trozo de arquitectura árabe.   
Los oscenses han pensado durante muchos años en sus murallas ,pero no han visto que nadie las restaure.Bernabé Morera nacido como Miguel Fleta en Albalate de Cinca y en el año 1852 ,nos recuerda en su poesía a las Murallas, cuando se expresa así: ”Huesca es la Covadonga de nuestra Reconquista,- cercada de cien torres a modo de corona-cinturón de murallas que el tiempo desmorona-y abaten los avances del afán reformista,-presenta todavía  vestigios a la vista-de arcos monumentales que su estirpe pregona”.
Como dice el poeta hasta las ideas progresistas del siglo XVIII ,atacaban la conservación de las murallas.
En tiempos ibéricos ya hubo murallas en Huesca,pero es a partir del año 1002, al morir Almanzor, cuando los moros vieron los intentos de los pueblos pirenáicos de conquistar la ciudad de Huesca.No se tienen noticias de las murallas romanas,ya que la ciudad estaba rodeada de un foso anchísimo,que se extendía al otro lado del río ,allá por la torre que todavía queda y parece ser que la muralla se fue contrayendo alrededor del cerro donde se encuentra el casco viejo.
En la poesía hablan de cien torres en la muralla ,pero parece ser que se trataba de noventa y nueve torreones y para hacer el número cien existía un importante alcázar,donde después edificaron el museo y el seminario.Aquí estuvo la Zuda o residencia del gobernador o Walí.
Estas murallas tuvieron sus puertas,que se usaron siglos después de estas guerras,para cerrarlas durante la noche y evitar los asaltos de los bandidos nocturnos.Alrededor de esas puertas estaban y todavía se conoce alguna de ellas, unas torres o torreones para defenderlas.La puerta que se abría en la Plaza de Lizana se llamaba de “Raman”, la que daba paso al Sur de la ciudad,al comenzar la calle de Ramiro el Monje ,se llamaba de la “Alquibla” y sus dos torres fueron deribadas al empezar el siglo XIX.En  la calle de Mozárabes estaba la puerta del “Alpargán”
Estas murallas árabes causaron trabajos y pérdidas entre los cristianos ,que intentaban trasladar la capital de su reino desde jaca hasta Huesca. Para ello tuvieron que conquistar con Sancho Ramírez como jefe,las fortalezas de Loarre,de
 Alquézar y de Marcuello.Después el año 1085 tuvieron que levantar el castillo de Montearagón.El ataque duró más de treinta meses, y sin ayuda de los castellanos.
Tanto sufrieron los cristianos que Sancho Ramírez murió cuando estaba examinando la muralla,dando a la colina que al Norte está enfrente de ella Pueyo de Don Sancho.
Pero su hijo Don  Pedro I trató de conseguir realizar los sueños de su padre y el año 1096, después de jurar cumplir el deseo de su padre, conquistó Huesca.
Desde entonces la Muralla de Huesca siempre ha sufrido ataques y muy pocas ayudas para su reconstrucción.
Esperemos que se conciencien nuestras autoridades y vayan restaurando poco a poco nuestra gloriosa muralla.   

sábado, 29 de mayo de 2021

Francisco Brines (1.932-2021)

 

                                             


        

                                                      

¿Qué  es  el  hombre ?. Me pregunto, y hoy con la muerte del valenciano Francisco Brines, gran poeta, leo su frase: “Porque el hombre es eso, un tránsito pensante, sensible, que por ahí anda, para perderse en la nada. Viene de una nada para terminar en otra nada. Somos el misterio que existe entre dos nadas”.

Este escritor es el ganador del Premio Cervantes. Nació en 1.932 y ha muerto el 27 de Mayo de 2.021, hace escasos días.  Se ha marchado de este mundo, tal vez el último Poeta, y digo que puede ser el último que se acaba de marchar, “sensible, pensante, que por allí iba andando, para perderse en la vida”. Parece que los Reyes de España estaban pendientes de entregarle el Premio Cervantes 2.020 en el propio hogar del Poeta Francisco Brines, fallecido a los ochenta  y nueve años de edad, en el Hospital de Gandía. La vida le dio escaso tiempo de recibir de manos del Rey de España, el premio Cervantes. Fue Francisco Brines el último superviviente de la generación literaria de los años 50.

Francisco Brines fue  ingresado  en el Hospital de Gandía, un día posterior a aquel en que los Reyes le entregaron el galardón en su finca particular de Oliva (Valencia), escasamente a una semana de recibir su Premio Cervantes.   

Muere el poeta Francisco Brines, el  último  Premio  Cervantes a sus 89 años. Un día después de que los Reyes entregaran el Premio Cervantes  en su hogar. Este poeta fue el último superviviente de la Generación de los Años 50.

Ha muerto a los 85 años de edad el Poeta, al mismo tiempo que se le ha tornado su personalidad en el  Viejo  Cervantes.

Brines se pregunta por el funcionamiento de la vida,  por la belleza del Mundo, pero él que es un enamorado de la belleza del Mundo, se daba  cuenta del contraste entre esa belleza con la fealdad de las tormentas que asustan a los niños  y a los hombres. Pero él que sueña con la belleza de la Naturaleza, porque no comprende “porqué el hombre es eso, un tránsito pensante, sensible, que por ahí  anda para perderse en la nada. Viene de una nada para terminar en otra nada. Somos el misterio que existe entre dos nadas”.  Adopta Brinet la Poesía que encuentra en los pasajes alegres de la vida, la adopta como una religión. Y lo proclama con su poesía  (Aún no, en 1.971). El poemario en el que escribe su ruptura con la fe y ni duda en que el que lo más patente es la desesperanza.

“El poeta se rebela ante un Dios, que ha creado al  humilde  para morir, para el sufrimiento”, que escribe Pedrol. Es aparte de entonces cuando, según el propio poeta “la fórmula del rezo se  hizo verso”. “Brinet emplea el lenguaje   de la  mitología religiosa de  la vida, es decir el engaño de la vida” que para él hace imposible la existencia de Dios, y por tanto la imposibilidad de la eternidad.

Pero la Eternidad está basada en la existencia de Dios y basta contemplar la continuación de aparecer más estrellas “cada día”, que se van extendiendo por el espacio, aunque nuestra mirada humana no alcanza ese inmenso espacio celeste, donde crecen y siguen creciendo las estrellas.  Brinet  no  sabía que esas estrellas eran gobernadas por el Todopoderoso Dios, o más bien no pensaba en los propósitos de Dios y dándose cuenta de su incapacidad para entender el gobierno del Mundo, “el poeta se rebela ante un Dios, “que cree” que ha creado al hombre para morir.   

Pero no es la primera vez que el hombre sufre un fracaso en la Historia de la Humanidad, pues Adán y Eva comieron el  Fruto Prohibido y fueron expulsados del Paraíso Terrenal.

¿Puede alguien oponerse a la Voluntad de Dios?. Todos sabemos que los ángeles malos o demonios se oponen al Señor. Por tanto es posible que algunos hombres, amigos o creyentes hagan caso de El y no crean en la Vida Eterna.

Brinet escribió en Oliva en 1.932 y en Gandía en 2.021 : “Era un pequeño dios: nací inmortal”, instituyéndose dios e inmortal.

Pero en el poema “ La Perversión” cierra su pensamiento con esta frase: “ Ningún hombre es feliz”, incluso cuando sus “cuerpos  se han amado con furia y alegría” porque sus cuerpos sufren una especie de maldición, es decir la Soledad. “En la soledad has escrito estas palabras/ y estás ardiendo:/ húndelas en la oscuridad, la incomunicación, el paso del tiempo que nos desarma y nos envejece”.

En “Noche de la desposesión” apunta: “Inhóspito es el mundo”.

viernes, 28 de mayo de 2021

Onofre Almodóvar o Almudévar y después Almudéver

 

 

Escudo de la Villa de Almudévar.


Escudo casa Almudévar (Sietamo).

La Villa de Almudévar, conquistada por los cristianos a los moros, para entrar a dominar y conquistar Zaragoza, se llamaba antes de la invasión de los árabes, Burtina, nombre vasco –ibérico. Parece ser que los moros la llamaban Almodóbar, que significa El  Redondo o La Redonda.  Se ha mantenido su condición de La Redonda, con la edificación encima del tozal de La Corona, de la iglesia donde  se aposenta la Virgen, que hace rimar la redonda corona de tierra del tozal, con la corona, también redonda, que le colocaron sobre su cabeza, los hijos de Almudévar. Al ser derrotados los moros por los cristianos, éstos honraron a la Virgen, identificando su nombre y su corona con el del tozal, en que edificaron su iglesia.
En una Cruzada promovida   en Toulouse y apoyada por el vasallo del Rey de Aragón, Vizconde de Pau y Señor del Bearn,  a donde se asciende por las Cinco Villas, entre otros pueblos por Luesia, fundado por un Vizconde del Bearn, por Sos del Rey Católico, por Sigüés y por el pueblo navarro de Burgui.  Roma  convocó la Cruzada y se reunieron en Ayerbe, voluntarios del Bearn,  de Vizcaya, de Alava, de Navarra y de la Montaña aragonesa, y conquistaron Almudévar, para llegar después a Zaragoza.
En un escrito, pone que Onofre Almodóvar o Almudévar, fue, según lo alaba Polo en el “Canto del Turia”, un  poeta valenciano.  Fue impresor, que se dedicó a imprimir numerosas obras en valenciano, que él amaba con un fervor enorme y en castellano, lengua en la que escribía con arte. En la BIBLIOTECA VALENCIANA el “Libro Tercero de la ínclita y Coronada Ciudad de Valencia y de su Reyno: copilada por Martín de Vicyana, natural de la Villa de Burriana”, pone que en aquellos tiempos fue “impreso con Licencia de la Sancta Ynquisición”. Al principio del libro, está escrito: “Onofre Almudévar en alabanzas de toda la crónica a modo de epílogo”. Y a continuación sale su famoso soneto, que así dice: “Soneto”: “Armas, hechos, linajes y edificios-de muchos aun presentes y pasados,- de nuestros y de extraños  memorados- las paces, disensiones, y bollicios.-Los grados, dignidades, los oficios-como, cuando y por quien fueron fundados-los tiempos, las mudanzas recontados- vereys sin que verdad salga de quicios.-Dexen pues la lición de historia vana-frecuenten los lectores tal historia- y alaben nuestra patria Valenciana.-Laureen al auctor de fama y gloria-pues la verdad desenterró Vicyana- de cosas tanto dignas de memoria”.
El nombre de Almodóvar, era el que le pusieron los moros a la población de Burtina. Almodóvar, que significa Redondo, de donde sale   La Corona Redonda, que es una corona redonda  geológica, sobre la que se asienta la iglesia de la Virgen de la Corona. Existe en España el apellido Almodóbar, que entre otros posee un gran creador de cine, pero lo posible es que dicho apellido derivase de la Villa moruna de Almodóvar, y que los que de tal forma se llaman, fueran moros huidos  de dicha población, cuando fue conquistada por el rey Alfonso el Batallador. Pero en aquella confusión lingüística, aparece en una Biblioteca Valenciana, el apellido de Almodóvar en el escritor Onofre y otras veces el Almudévar y el Almudéver.
 En aquel complicado mundo por las diversas lenguas que se hablaban en el Reino de Aragón, a saber el árabe, el vasco- aquitano, las diversas formas de aragonés, como el ribagorzano, el lemusín y el castellano,  pone una crítica en la “Biblioteca Valenciana de los Escritores”, sobre los tres apellidos con los que se conocía a ONOFRE ALMODOVAR, y así se expresa en la página 124: “Onofre Almodóvar”, en la epístola proemial de su obra: “Instrucción para saber devotamente oír Misa”, que cita Ximeno, se llama ALMUDÉVAR, de cuya epístola consta que imprimió también algunas Obras de N. Arcis Vynoles, y de muchos otros doctos valencianos……Ximeno, tomo I, pág.158, col.2, le llama malamente ALMODÓVAR, siendo así que en el prólogo que hizo a “Lo Sompni de Joan Joan, y la Brama dels llauradors” de Jaime Gazul, que reimprimió en Valencia 1561…se llama ALMUDÉVER”…
“A Onofre Almudévar lo menciona Timoneda en su “Sarao de Amor” y Gil Polo, en su Canto de Turia, dice con estas palabras: Aquel a quien de derecho le es debido-por su destreza un hombre señalado,- de mis sagradas Nymphas conocido,- de todos mis pastores alabado,- hará un metro sublime y escogido,-entre los más perfectos estimado:-éste será Almudévar, cuyo vuelo- ha de llegar hasta el supremo cielo”.
ONOFRE ALMUDÉVAR es muy digno de alabanza, no sólo por las obras propias que dio a luz, si no también por las ajenas que renovó, como las de Roig impresas en Valencia en 1561, con el elogio en verso que ya produjimos, y el “Procés de les Olives”, y “Sompni de Joan Joan”, etc. “En la misma Ciudad y año: precede un modesto prefacio, que por contener curiosas noticias y elogios de muchos Poetas Lemosines celebrados por Polo, lo pondremos aquí”.
Si, debo poner pequeñas partes de sus obras, unas en valenciano, como ya he puesto  un soneto en castellano. En la página 125 de la” BIBLIOTECA VALENCIANA de los escritores”, obra de Justo Pastor, pone ONOFRE ALMUDÉVER al Lector, un escrito, que  entre otras cosas dice: ”Per hon vos exorte, y tant quant puch encarregue, que torneu sobre vosaltres, y respongan per la vostra honra en no dexar perdre los obres de tant celebres Autors, sino que renovantles, mostreu a les nacions stranyes la capacitat de les persones, la facundia de la llengua, y les  coses altes que en ella están escrites: majorment queus deveu lloar de dos coses: que ella es en sí tan delicada, que aba facilitat se gira y apren quansevol de les altres, y ella de poschs es compresa, sen lo que mes importa, que per la sanctedat del vostre benaventurat compatriota Sanct Vicennt Ferrer, fonch decretada en tal manera, que la estengué per les parts llonginques y remotes, predicnat a estranyes nacions, y de totos clarament ab ella fonch entes”…….San Vicente Ferrer dice Onofre que predicaba en extrañas naciones y en pueblos lejanos, como en pueblos más cercanos, pertenecientes, como Valencia, al Reino de Aragón, por ejemplo  en Graus, donde el Santo dejó un Cristo, que todavía se venera con gran devoción por los grausinos.  San Vicente Ferrer predicaba en valenciano, pero los que lo escuchaban, sólo entendían algo de lo que expresaba, que sin embargo, los llenaba de fe. En Graus concretamente hablaban y todavía lo hacen en el idioma ribagorzano, que aunque se parezca, no es catalán. Como el valenciano, según he oído a muchos hijos de Valencia, tampoco lo es. Me acuerdo de contemplar en Huesca, la televisión valenciana y cuando iba a explicar el tiempo que iba a hacer, lo anunciaba con un cartel, que decía: “L’Orache”, que en Huesca lo pronuncian de esta forma y en Cataluña,  me dijeron que casi no se usaba tal palabra, pero en mi pueblo de Siétamo, a doce kilómetros de Huesca, la gente se decía: “¡ Qué mal orache va a fer!”. Al acabar el escrito en valenciano,  Onofre, saluda a sus lectores con la palabra VALE, que quiere decir  que gocen de buena salud. “Don Juan Antonio Mayans, Canónigo de Valencia, sujeto literato, en varias ocasiones aseguró llamarse Almudéver nuestro autor, y si la última e , la mudó en a, en la referida epístola, sólo fue por querer castellanizar el apellido”. Pero Don Juan Antonio Mayans se equivocaba, porque los antepasados de  Onofre, venían del Bearn y tenía parientes en Zaragoza. Además amaba a la lengua valenciana, relacionada con el lemosín que de Francia llegó y enriqueció el valenciano. A su antepasado que seguramente venía también del Bearn, lo nombró el Rey Bayle de Almudévar, al Vizconde del Bearn lo nombró Señor de   Zaragoza y Onofre, con su lengua se encontraría feliz y contento en Valencia. Los valencianos al pronunciar el apellido Almudévar, cambiarían la a, en e, como les ocurría con palabras valencianas como “obres”, que era como pronunciaban la palabra obras y con el apellido Sorribas, que en Huesca pronunciaban de esta forma y en Cataluña, lo transforman en Sorribes.  No tenía Onofre ganas de castellanizar el origen de su apellido,  cambiando la a, por una e; la cambiaban cuando pronunciaban el apellido Almudévar, que se convertía en Almudéver, que siguen siendo el mismo apellido, como lo es también el de Almodóvar. En el libro valenciano “Notas al canto del Turia”, dice en la página “162.,l.3,(1) ALMUDÉVAR (ONOFRE). Este Poeta fue contemporáneo de Polo. (1) Llámase  Almudéver y Almudévar indistintamente”. Esta afirmación está hecha por un valenciano.
 Los cristianos  llamaban Almudévar al antiguo pueblo de Almodóvar y el Rey,  al nombrar Baile al parecer a un caballero del Bearn, le dio el nombre del pueblo, del que lo hacía Baile. ¿Por qué supongo que mi antepasado en nuestro apellido, aplicado por el Rey de la Villa de Almudévar, tuviese sentimientos españoles, tomando la iniciativa en la conquista de Almudévar y de Zaragoza?; tanto es así que en Zaragoza nombró el Rey de Aragón al Vizconde o Señor del Bearn, Señor de la Ciudad conquistada. Miembros de la familia del Bearn, fundaron en la Provincia el pueblo de Biel, en el camino que desde el Bearn baja a Zaragoza y del pueblo de Buil, con uno de sus apellidos. Pusieron de Bayle en Almudévar a un seguramente bearnés, que se nombra en la Infanzonía de los Almudévar, y de Zaragoza nombraron Señor a Gastón IV del Bearn. Conquistaron Zaragoza el año 1.118 y tardaron por otras causas en apoderarse de Valencia, hasta el año 1238. Parece ser que hay relación entre el habla que usaban aquellos bearneses con el lemosín y la “fabla”, aragonesa en la que todavía escriben en la revista de Almudévar, alguno de sus hijos. Yo puedo hablar un poco en “Fabla aragonesa” y tengo un libro publicado en dicha “fabla”, que se titula “Beyendo chirar o sol”, pero no sé nada de si el lemosín influyó en la formación del valenciano; sólo sé que en la página 423, en la que pone:”Almudévar es muy digno de alabanza, no sólo por las obras propias que dio a luz, sino también por las ajenas que renovó, como las de Roig, impresas en Valencia en 1561, con el elogio en verso que ya produximos, y el Procés de les Olives, y Sempre Joan Joan, en la misma ciudad y año, a que precede una discreta prefacción, que por contener curiosas noticias y elogios de muchos POETAS LEMOSINES, celebrados  por Polo, lo pondremos aquí”. Pero entonces parece que el tiempo corría muy poco, pues de la misma forma, que en Ayerbe se unieron las tropas del Bearn, para seguir la llamada del Papa, para conquistar Almudévar, Zuera y Zaragoza, cuando se conquistó Valencia, también acudieron los bearneses.
 Yo no sé valenciano, pero me parece que debe existir también algo común a lo largo de la Edad Media, entre el Lemosín y el Valenciano, aunque haya “poca filiación filológica entre el limosín” y la lengua de Valencia. Alguien define la lengua lemosina como: un dialecto de la lengua de Occitania”. En el libro de “La Diana enamorada”, escrito por Gaspar Gil Polo, pone “En los pasajes que se han puesto en Lemosín, se hallará alguna diversidad en la ortografía, nacida de las mismas que hay en las varias ediciones y copias de que nos hemos salido  y alguna vez se ha puesto ñ por ny, que en Valenciano tiene una misma pronunciación”. Por este comentario se adivina que al  Valenciano empezaron a llamarlo Lemosín. Y no es extraño, por tanto que Onofre Almudévar, conservara un recuerdo  lejano en el tiempo, del Bearn, porque se ve la continuidad de los Bearneses en Huesca, en Zaragoza y en Valencia. Zaragoza fue conquistada en 1118 y Valencia en 1238. La familia de Onofre subiría al Bearn con frecuencia o pasaría temporadas en alguno de los pueblos que habían fundado los bearneses; no se sabe, pero en la Biblioteca del autor Gregorio Mayans se lee que un hermano de Onofre Almudévar, que tenía una profesión en relación con la construcción, vivía en Zaragoza.
En 1238, ¿acudiría el padre de Onofre a conquistar Valencia?. Es de suponer que se acercaría al cerco desde Zaragoza, pero es posible que viviera en algún pueblo valenciano,como Manises conquistado por  los cristianos antes que Valencia, pues se sabe que El Vizconde del Bearn parece ser que fundó tres pueblos, también en el que sería pueblo valenciano, como los había fundado en Aragón. Manises era una alquería mora y en 1238 fue donado a Artal de Luna,que lo vendió en 1307 a Pere Boil o Buil, que venía del Bearn y se convirtió en la Baronía de Manises. Este Boiñ o Buil, había fundado en la actual provincia de Huesca, el pueblo de BUIL. Pasaron muchos años desde que los voluntarios que iban a conquistar Zaragoza, se reuniesen en Ayerbe, el año 1118, hasta que volvieron a hacerlo en  Valencia el año 1238, donde se unieron  aragoneses, catalanes, navarros, occitanos e incluso ingleses.
Allí se quedaría a vivir y nacería Onofre, que amaba la historia de Valencia, primero por haberla vivido. Este amor le llevó a escribir el siguiente soneto: ”El lustre de linajes escogidos-de la ciudad y reyno de Valencia-su antigua prosapia y descendencia- al parangón de estraños muy subidos.- Los títulos y nombres conocidos-por hechos de grandísima excelencia-la renta, y vasallos, la eminencia-injusta era tenerlos escondidos-Vicyama sin que más aquí lo alabe-por tu milicia antigua ha descubierto-estos indicios do sacan tall tesoro.- Ilustrísimo Duque pues os cabe ser uno-y principal deste concierto-de quilates que por Vos suba a tesoro”.
En la página 419 de “Notas al Canto del Turia”, vuelvo a repetir  lo siguiente:”Pag.162.l.3.(1) ALMUDÉVAR (ONOFRE). Este Poeta fue contemporáneo de POLO”. En el bajo de la hoja, pone “Llamase Almudévar y Almudéver indistintamente”.
Queda claro que los apellidos Almodóvar, Almudévar y Almudéver son el mismo sobrenombre. La forma valenciana Almudéver es muy frecuente en Valencia, de donde se extendió por las Islas Canarias, por Francia y por otros muchos países. El apellido Almudévar lo llevan varios ciudadanos canadienses. Yo tuve un escudo de Almudéver, que perdí y recuerdo que era casi igual al del pueblo de ALMUDEVAR, como el escudo del apellido que se extendió por Aragón y que se exhibe en Siétamo sobre la puerta de mi casa.
Para recordar estos acontecimientos históricos, podían subir por Zaragoza,Almudeveres y Almudévares, por Almudévar y siguiendo el Canal,  por Sos del Rey Católico, por Biel , por Sigüés y por el pueblo navarro de Burgui, al solar del Bearn, que tanto influyó en la formación del Reino de Aragón y de Valencia,
  

jueves, 27 de mayo de 2021

El Paseo de la Alameda, hace ya muchos años.

          


    
             


Por el sol saliente rodea a Huesca la Isuela, nombre de un río con reminiscencias ibéricas, hoy el río pudiera ser llamado la Cloaca, que lanza emanaciones putrefactas.

La Isuela era un río; yo me acuerdo de pescar con caña en él y tenía a sus orillas un paseo: La Alameda. Sigue la Alameda al río desde el Puente de San Miguel y hasta el otro puente que cruza cerca de Santo Domingo. En medio está el Puente del Diablo, pues en esta tierra nuestra, santos y diablos se mezclan en místicas peleas, orgías y romerías, tal como Goya las pintó en sus aguafuertes. Lame el río la Alameda por su ribera izquierda y por la derecha se alzan las murallas romanas y moriscas. A la izquierda de la Alameda se eleva el Pueyo de Don Sancho, la Ermita de las Santas Nunila y Alodia  y el cementerio donde reposa Manolín Abad. Alineados los álamos formaban la Alameda, que era el Paseo elegante de Huesca. Allí, a la sombra de los pópulos albus y tremulus, las señoritas de blancas pamelas, botines de cañas finísimas y mirada picaresca, paseaban su porte y temblaban sus corazones de amor,  por primera vez.

Florinda con sus amigas llegaba a la Alameda por el puente de Santo Domingo, después de haberse tomado su horchata de trufas, para iniciarse en las lides del amor.

De Flora decían que si había pasado o no el puente del Diablo a altas horas de la noche. Tal vez se la quiso “llevar al río creyendo que era mozuela” o tal vez tuvieran que ver “las lenguas de doble filo”, pero “nadie supo de fijo saber” si en alguna torre, Flora había comido churros con chocolate. Tuvo lugar un duelo bajo las Murallas para aclarar el honor de Flora y los álamos que eran los únicos que sabían la verdad, estiraban sus copas, curiosos. Por el puente de San Miguel, cruzaba Floripondia, que bajaba de la calle La Malena con su corte ruidosa, porque se iban a las choperas a beber cazalla y ron. Las choperas son las Alamedas, pero en basto y en ellas no hay que guardar etiquetas para beber en sus fuentes, ni para folgar en sus sombras.

Floripondia  guisaba, Floripondia cantaba, alcahueteaba  y engordaba y los días veintinueve de cada mes, una vela encendida le ponía a San Miguel. ¿Qué hace San Miguel a la orilla de un río?, porque San Miguel Arcángel es más propio para un monte altivo. Pero ¡oh paradoja!, tiene un puente alado  y entrañable donde los soldados rompen el paso marcial al pasar y debajo el puente es como una cueva, más propia de San Martín. Allí se alojan gitanos y gitanas. Encima del puente un azud retiene la corriente, para desviarla hacia el Almériz. En el remanso se mira la luna blanca y en ese remanso se reflejan las caras negras de las gitanas y las caras tordas de burros y de mulas. Pasa de noche Don Pepe, caballero en su jaca castaña por encima del puente, ladran los perros, se inquietan las bestias y para calmarse beben el agua de la “badina”, se mueve el agua, riela y ríe la luna en la cara del río, la gitana se mueve, brilla el blanco de sus ojos negros en la enramada. La jaca vuelve por el camino de las tres cruces y tres sombras se confunden en una. Yo les he preguntado a los peces del río, a los chopos del soto y a la luna lunera. Los ladridos del perro se los llevó el aire, a los peces de plata se los llevó el agua, las hojas del chopo se fueron con el Otoño, pero siempre ha existido una respuesta de gitanillos rubios. ¡Cuántas cosas pasaban por el puente y la alameda, por el río y el puente, por el puente y la Ermita, por la Ermita y las eras, por éstas y la cuevas!. Se oía un silbar de sílfides en el río( hoy léase ratas),de silfos en los chopos, de flechas de sátiros, de ságitas de Cupido y de arcos matadores, como el que hirió a Don Sancho .¡Alameda, hoy te recuerdo, pero no te reconozco!.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 

miércoles, 26 de mayo de 2021

El cielo llora.(16-III-2004)-

  

                                                      El Bosque del recuerdo.

La humanidad quiere vivir y se levanta cada mañana para ganar su pan de cada día y la imaginación le ha trabajado desde siempre para conseguirlo. Basta ver, cuando recorres las orillas de los ríos aquellos molinos viejos, donde el molinero trabajaba para que los hombres pudieran comer pan y torta en sus fiestas y conseguía que sus hijos subsistieran. Existían plazas, mesones y mercados y viajaban en carros, en caballos, en asnos y caminando y emigraban a buscar ese pan por otros horizontes, pero las escuelas no eran abundantes y la incultura llevaba a muchas personas a convertirse en celestinas, pillos, busconas y rufianes, creando el mundo del hampa. El fanatismo originaba las luchas, las muertes y se quebraban las honras y se trataba de limpiarlas con sangre y con engaños y crímenes.

En mayo de 1864, mi pariente Valero Almudévar, cuyo padre natural de Loporzano, había emigrado a Madrid y allí estudió la carrera de Magisterio. Al acabarla sintió la necesidad de promover la cultura en su provincia de Huesca y pidió al pueblo de Castejón de Sos, a donde se dirigió desde Huesca por Barbastro y Graus; añade Valero en sus Memorias de un Maestro de Escuela: “Desde este punto encontramos un camino tan áspero, que se hacía imposible transitar por él en carruaje”. Después de unos años volvió a Madrid, donde todavía viven  sus descendientes. También tengo familiares en Argentina y en Canadá, como muchos otros españoles los tienen en Cuba, en Venezuela o en Filipinas.

Ahora sigue siendo Madrid un punto al que acuden de todas las provincias españolas, como acudió el padre de Valero y de casi todos los países del mundo y muy bien comunicado.

Cada día van a la capital, los hombres y mujeres que van a buscar su pan con el trabajo; unos son españoles y otros extranjeros. Viajan en aquellos ferrocarriles los estudiantes que van a las Escuelas y a las Universidades. La enseñanza se ha extendido, pero siguen existiendo los fanatismos y el día once de marzo de este año de 2004, ese fanatismo ha vuelto a cometer un terrible acto de terrorismo, que ha causado doscientos muertos.

Ha quebrantado el subsistir de esas familias que buscaban su porvenir en Madrid y ha hecho que todos los españoles sensatos lloraran de dolor porque les dolía hasta el alma y se han lanzado a manifestarse espontáneamente, por las calles de nuestras ciudades, en las que caían las lágrimas del cielo en forma de lluvia. Algunos que acudieron a manifestarse con sus paraguas, los cerraron y se unieron al dolor de la Naturaleza, mojándose con sus lágrimas, ante el salvaje comportamiento de los fanáticos, que dan la impresión de no ser humanos.

 

martes, 25 de mayo de 2021

La noche de San Juan.-

 



A lo largo del año se suceden los días y las noches, que luchan entre sí, ganando en general el día a la noche, porque durante el día se trabaja y por la noche se va de juerga. Pero hay periodos nocturnos, que caracterizan varias fechas del calendario, como la de San Juan, la de San Fabián y San Sebastián, la de Animas y las dos noches cercanas entre sí, como son la de Navidad y la Noche Vieja, en las cuales el pueblo las vive y apoya sus significados y en ellas triunfa el bien. Hoy un soriano de costumbres muy parecidas a las de los aragoneses de la zona del Moncayo, cantaba: "Mañanitas de San Juan-mañanitas sanjuaneras-que antes de salir el sol-La gente en la calle espera", canción que se canta para San Juan, que además de promover la belleza de la noche, casi la más larga del año, la sed del agua, que mana proveniente del invierno en las fuentes de los pueblos y el placer de respirar el rocío nocturno, alude a la gente, al pueblo que "en la calle espera". La gente, el pueblo en tal noche rinde culto al agua, porque ha llegado el solsticio estival, lleno de magia entre los paganos y de devociones cristianas,  como hemos podido ver en lo que ocurría en la ermita de Cillas.  No sólo acude el pueblo oscense, sino también el pueblo de las Cinco Villas, llega a tal lugar a rendir culto al agua, por medio de San Juan Bautista, que recuerda a todos su bautismo,  cuando se sanjuanan, cuando se curan por medio del agua de San Juan. Dios mío, que ilusión tiene el pueblo en esta noche, pues en mi pueblo la gente recoge las "manzanetas de San Juan", chiquitinas y royas y tan buenas de comer. Recogen las flores de los tilos y se remojan en la fuente pública, armando "chabisque" e incluso algunos se meten en la pila, como lo hacía Trullenque. Algunos más exquisitos se beben el rocío, que como perlas acuosas está  colgado de los pétalos de las flores. El escuchar las "Mañanas de ilusión- mañanitas sanjuaneras-Que antes de salir el sol-La gente en la calle espera", te hacen creer que el agua tiene virtud y verdaderamente algo tiene el agua cuando la bendicen y,  más ésta  bendecida por San Juan,  "que hace que antes de salir el sol -la gente en la calle espere". En los Pirineos predomina lo mágico y recuerdan a una especie de Hadas, a las que llaman "as moras de os ibons", que dicen se aparecían  a los de Sallent. Guardaban el agua para hacer la aspersión sobre los enfermos humanos y animales y se preveía el uso del agua para apagar el fuego.

En esta noche de San Juan hemos rendido culto al agua, pero en la de los santos Fabián y Sebastián, se rinde culto al fuego, pues mientras dura el sol, los niños y mozos de mi pueblo se dedicaban a recoger fajos de leña y tozas, por las casas. Con ellos preparaban una gran "ripa", a la que prendían fuego cuando llegaban las sombras nocturnas. Me acuerdo, cuando era pequeño de ver saltar a los mozos por encima de las llamas y de un mozo, que se ponía sobre sus hombros un niño "ancoliquetas", y se paseaba sobre las brasas, levantando chispas, pero sin quemarse los pies.

Se arremolinaba la gente alrededor de la hoguera y corría la bota de mano en mano, hasta que se armaba una porque el pueblo en sus peticiones de agua para regar, no ha sido escuchado y el mismo se ha olvidado de sí mismo, cuando caminaba por las brasas. 

Organizaban una gran algarabía, al comenzar todos a gritar entusiamados: ¡Viva San Fabián y San Sebastián!.En el silencio de la noche retumbaba la voz del pueblo y lo escuchaban la silenciosa "choliva", mientras algún gorrión o alguna chirla se lanzaban al vacío.

lunes, 24 de mayo de 2021

Sentado ante un velador del Bar Galileo.-

                                   

   


                                        

 Estoy sentado ante un velador en la entrada del Bar Galileo. Tengo noventa años de edad, y ante mí pasan hombres y mujeres de edades avanzadas. Y  a  medida  que  también  pasa  el tiempo, aumentan los pasos por delante del velador, que yo ocupo, de personas de distintas edades  que van a comprar al Supermercado próximo. Pasan también personas llenas de juventud, vestidos con uniformes deportivos, que caminan al próximo Campo Deportivo.

De vez en cuando levanto la mirada del papel que voy escribiendo y a mi lado contemplo una pareja de edad avanzada, que por cierto hace ya mucho tiempo que al dar las diez de la mañana, se sientan frente a un velador del Bar Galileo y con placer,  miro  como  desayunan con gran apetito.

La ciudad da marchas mañaneras, unos clientes sobre las ruedas de su coche, otros caminando por la calle. Todos con sus bocas tapadas por pañuelos de distintos colores.

Hay mañanas que el sol no ha enviado todavía sus rayos a los que ya muy pronto, se han acomodado en algún velador. Si la mañana es fresca el que va a desayunar, se abriga con su chaqueta, pero a los escasos instantes, ya luce el sol y goza recibiendo sus calientes rayos.

En tanto van pasando por delante de la mesa en que yo me he acomodado, paisanos y paisanas, unos con sus bolsas de compra, que se dirigen al Supermercado cercano, en tanto que otros vuelven del mismo, con sus bolsas llenas de productos, que han comprado para consumirlos. Otros pasando al lado del velador que yo ocupo, entran dentro del Bar, algunos a hacer su consumición y otros, sentados alrededor de su velador, hablan del negocio que esperan hacer durante todo el día, en tanto otros hablan de los medicamentos que en Farmacia van proporcionando a los que los necesitan. El más sonriente de los clientes, toma su café y explica a sus compañeros de mesa, lo bien que el día anterior, lo pasó en la finca, que en el  monte  de  Bolea  tiene próxima a un Santuario. ¡ Qué recuerdos me proporciona esa finca norteña de Bolea, a la que yo llegué a caballo desde una aldea al norte de la Sierra, donde vacuné un rebaño de ovejas!.  Aquel pueblo no tenía carretera que lo uniera con Bolea y hoy existe una nueva ruta, que conduce  por  la Montaña a Arguis.

Unos clientes, como estos que los domingos van a Bolea, conversan sobre sus viajes, sus aventuras y se ríen de lo bien que lo pasan, en esa ruta montañesa, pero  otros,  van a este Bar, para tomar algún café o a almorzar algún sabroso bocadillo. 

Yo suelo estar sentado junto a un velador, pero si entro dentro del Bar y veo a un señor retirado, que creó hace años un Comercio para vender herramientas, que se empleaban en los talleres o en las casas privadas. Es un señor elegante y de muchos años, que toma su café y lee las noticias que expone en el Periódico. Yo cuando comencé a labrar la tierra de Siétamo, iba a comprarle herramientas para cuidar los tornillos de mi tractor y ahora se alegra de hablar conmigo y me dice que los escritos que yo le dedico, se los lee a un alumno que estudió conmigo, cuando éramos jóvenes en el Colegio de San Viator. Es curioso que un señor ya mayor, se alegre de leer mis escritos e incluso hace unos días, al marchar del Bar, se detuvo a mi lado para recordar con cariño mis comentarios.

Yo, sentado en mi mesa, saludo a los clientes del Bar Galileo e incluso una señora culta y elegante, me regaló el día de su Santo, unas “pastas floras” riquísimas. Allí sentado en tu sillón, recibes noticias de clientes e incluso alguno de ellos, me demanda algún artículo sobre el comercio, la literatura y la alegría que produce su lectura. Cuando acabo de tomar mi café, me marcho a otro lugar y dejo a mis compañeros gozar de sus consumos, deseándoles un feliz provecho para sus cuerpos y espíritus.

Son variados los clientes que se sientan dentro del Bar y allí, con recogimiento conversan y consumen las bebidas que pidieron y llevan conversaciones,  unas veces sobre sus negocios, sobre la consumición que hacen que recreen sus paladares y aumenten su amistad o su amor.

En los veladores en que toman el sol, unas veces se ríen algunos clientes de los chistes que el “gigante” les cuenta y mi amigo el gigante, no acabaría de consumir cafés. En otros, señoras y señoritas hablan de las modas que dirigen su vestimenta agradable y dialogan sobre sus trabajos en clínicas o en comercios y siempre se ríen y a veces es tanta la amistad que las une, que hay veces que hablan varias señoras o señoritas al mismo tiempo.

Son muchos y optimistas los que dentro del Bar consumen y conversan, pero cerca de la entrada en el Bar, los  consumidores  dan  noticias  y se saludan con los que delante de ellos , circulan por la acaera, al lado de los veladores, en que los clientes, conversan y saludan a sus amigos, que circulan por la acera, en que se alzan los veladores.

Cuando uno acaba de tomarse su café con leche con pastas o con su bocadillo, se marcha a trabajar, a comprar o a pasear por la ciudad.

Ambos dueños, cuando están presentes me dicen adiós y la bella camarera, sonriente me despide también con un ¡adiós!.


domingo, 23 de mayo de 2021

Les Souffleurs.-

 

     
En el parque de Huesca, los Soufleurs.                                        

Esta dulce  mañana de principios del Otoño, me he encontrado con un grupo, ¿de qué?.  No lo he sabido hasta que me han invitado a sentarme sobre uno de los hermosos bancos de mosaicos árabes, dentro de la Rosaleda del Parque, en la que todavía lucen unas rosas amarillas y otras rojas.

Iban damas y caballeros vestidos de negro y con unos tubos, en sus manos, también negros, con los que apuntaban al cielo, otras veces a algún compañero o compañera, de tal forma que parecían representar un ejército en que sus miembros, se dominaran unos a otros. Pero no era así, porque me invitaron a sentarme en uno de los  citados bancos y pusieron en comunicación los tubos negros, desde las bocas  de unos pregoneros y pregoneras a los oídos de los demás.

En un momento dado un caballero me abanicó con un abanico también negro y ante tal signo, se pusieron en mis oídos sus palabras a través de los tubos. ¿Qué decían?. Eran auténticas poesías que hablaban de amor, lamentándose de la desaparición de las manos que acariciaban al que recitaba la  poesía.  Et toujours, avec ses parapluies ouberts, regardaint sur le ciel, quand une dame disait : siempre hay que apuntar hacia la luna porque, aún en caso de fracaso se llega a las estrellas. Si el hombre siempre las ha mirado y aspira a llegar a ellas, como ya ha  llegado a la Luna y está estudiando la forma de llegar a Marte.

Dicen que el cielo está lleno de agujeros negros y por ellos desaparecerán aquellas estrellas que contemplaban mis amigos, cuya amistad nos ganamos mutuamente en escasos minutos.

Hoy día las artes y la poesía no proliferan en el Mundo, pero estos amigos de Les Souffleurs son poetas y poetisas vivientes, aunque van vestidos de negro.¡Tal vez lamenten con ese color con que en Europa se han vestido los sacerdotes cristianos,  la posible desaparición de las estrellas, como desaparecieron las manos de la persona amada!.

sábado, 22 de mayo de 2021

Al Doctor D. Carlos Tordesillas.

 



Yo, no soy sabio, pero me han dicho otras personas conscientes de que el Doctor que trata mis años de vejez, es un Docto Sabio. Gabriel García Márquez, que murió en 2014, escribió:” El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado en la soledad”, pero esa soledad es el abandono del hombre viejo por los suyos, ya difuntos y el Doctor, al que me atrevo a llamar amigo mío, no quiere dejar al hombre en su soledad. Y me pregunta cosas de la vida ordinaria, como en qué día de la semana nos encontramos y yo, que ya no me preocupan, las actividades de cada día, no le sé responder, en que día, si lunes, martes o miércoles nos encontramos. Esa situación mía de ignorar en que día nos encontramos, al Doctor le preocupa y a mí me somete a una situación de “despiste en la vida”. ¿Se trata realmente de un despiste o de una falta de preocupaciones por los problemas de la vida, en que uno se da cuenta, de que se  está  acabando?.

Hay ocasiones en que yo acudo a su despacho, para que me dirija por el camino de la vida y yo acepto mis terminales ocasiones de prolongar mi vida y el Doctor juicioso, prudente, entendido, intelectual, sabiendo que todo tiene fin, se empeña en hacer durar mi vida con conocimiento. Yo sé que no se quedaría su sabiduría satisfecha de ver a un hombre, con su cuerpo todavía vivo, pero con un espíritu muerto.

Yo, como veterinario, cuando veía a un hermoso caballo, con su vida perdida, convertido en un cadáver, me encontraba sólo en el mundo, y mi amigo el Doctor, cuando me ve perdiendo el significado de las palabras, parece empeñarse en que vuelva mi memoria a hacer de este hombre una persona, que se vaya prolongando por el calendario de la vida.  

Me acuerdo del caballo del Doctor Tordesillas, al que contemplé en mi pueblo de Siétamo, montado por él mismo. Iba con varios caballistas, haciendo una excursión desde Huesca. Abrevaron sus caballos en el  abrevadero  de  Siétamo y estuve unos momentos conversando con él, que estaba montado sobre su caballo, despejando su espíritu de los trabajos de medicina semanales. Me alegré de ver al Doctor Tordesillas sonriente, montado en su caballo y recordé cuando me veía a mí mismo, montado en otro caballo alazán, que ahora no podría montar con tranquilidad.

En  Agosto  de 1978, en mi artículo:” El ballet de los caballos”, introduje un antiguo verso, que así canta: “Ay, cuanto de dolor-Está presente- Al infante valiente, - a hombres y a caballos, juntamente”. “Ahora el Doctor Tordesillas, unas veces juntamente y otras separadamente, sufre los dolores de su caballo y los de sus clientes, pero no puede disimular el gozo que le produce, montar a su caballo” y añade “la compenetración entre dos seres vivos (caballo y caballero), para mí constituye una amistad muchas veces superior a la que existe entre dos personas”.

Parece que el Doctor, que es un caballero y su caballo, en la “Plaza de la Vida”, se unen amistosamente, para defenderse de los ataques del toro bravo, que parece identificarse con la “Patología negra que ataca al Doctor Tordesillas y a su amado caballo”, que es el negro toro.

En la arena de la Plaza de Toros y en la arena de la Vida, el Doctor y su caballo, se unen para defenderse del Toro Negro, portador de las heridas y de la muerte, que puede provocar al Caballo y a su Caballero, las enfermedades y la muerte. “Hasta el caballo tiene elegancia y coquetería, arqueando el cuello y la cola, con sus crines trenzadas”.    

Pero el Doctor Tordesillas, estuvo en el pueblo de su mismo nombre y no amaba el trato que en dicho pueblo vallisoletano, le daban a un toro, sacrificándolo en público, para divertirse. En sus fiestas, al Doctor Tordesillas, no le gustó esa falta de respeto al “Juramento Hipocrático”

“Este Juramento es un catecismo del ejercicio de la Medicina, que ha sido respetado por el Universo a través de cien generaciones”. Dice este Juramento: “Para el tratamiento me inspiraré en el bienestar de los enfermos, en lo que yo pueda y sepa, jamás en daño suyo, ni con mala  intención”. Y en el Capítulo 5, dice: “Pura y santamente viviré y ejerceré mi arte”.

Este Juramento de Hipócrates en favor del tratamiento amoroso a las personas, el DOCTOR TORDESILLAS lo extendía a los caballos, que con su nombre, forman con el hombre la unidad de los CABALLEROS.

El Doctor Tordesillas sigue cabalgando y yo voy  por la “Plaza de la Vida” y él se da cuenta de que poseo un desplazamiento lento, pero progresivo del cerebro, que afecta poco a poco mi memoria, mi capacidad intelectual e incluso mi comportamiento con él, que es un Doctor que piensa en el comportamiento del enfermo, ”para que su tratamiento se inspire en el bienestar de los enfermos, en lo que él pueda y sepa, jamás en daño suyo, ni con mala intención”.

En cambio yo, con mis ochenta y siete años, tengo un  trastorno   progresivo de mi cerebro, que afecta a mi memoria, a mi capacidad intelectual y ya habrá quien juzgue mi comportamiento.

Pero el Doctor Carlos Tordesillas se ha dado cuenta de que la “ribastigmina”, acompañada de otras fórmulas químicas, bloquea esas enzimas, ayudando a que aumente la acetilcolina en el cerebro, que afecta poco a poco, la capacidad intelectual, la memoria y el comportamiento.

Es un sabio Doctor Don Carlos Tordesillas y su sabiduría me transmita confianza en una larga vida, pero cuando me acuerdo del romance medieval , que dice: ”Ay, cuanto de dolor- Está presente- Al infante valiente,- Y a hombres y caballos, juntamente”, le deseo al Doctor Don Carlos Tordesillas, que siga siendo feliz, prolongando la vida de los hombres, y contemplando la vida de su caballo.

¡Mambrú se fue a la Guerra!, y siempre tendremos más guerras.

    Yo nací antes de la Guerra Civil, y tal vez los niños de Siétamo, tuviésemos un aviso profético  de que no faltarían nunca guerras en ...