martes, 31 de agosto de 2021

Nostalgias del ayer. (Antigua Judería-11- 81)

 

 



Cuando, en algunas ocasiones, veo por las calles del pueblo pasar unas personas que lo miran todo, pero se les nota como acosados, pienso que son originarios de allí o de ayer. Raras veces me equivoco. Trato de aproximarme a ellas y cuando se ven acogidas, se abren y me hablan de su antigua casa desaparecida y de sus abuelos. Casi siempre tengo referencias de ellos y al contárselas,  esa apariencia de acosados se transforma en satisfacción y se van contentos del pueblo de sus antepasados. Otros no se atrevan a regresar y mueren con la nostalgia de un pueblo de origen y con la amargura de ser desconocidos en la tierra de sus antepasados.

A unos argentinos les enseñé una fotografía de su madre, que saqué de un viejo álbum y les saltaron las lágrimas. Hay otros emigrantes que se fueron de España hace quinientos años y sus descendientes conservan la nostalgia de nuestra tierra. Algunos se han atrevido a venir a visitar los pueblos de origen y en Fraga concretamente se han presentado sefarditas a conocer personas de su mismo apellido, a las que se declararon parientes. Otros no se han decidido a visitar la tierra que todavía consideran como su patria, a pesar de que algunos conservan la llave del hogar que abandonaron sus ancestros. Sería triste recorrer unas calles de las que ya ha desaparecido su casa; encontrarían en Barrio Nuevo (antigua Judería) unas gentes, que quedarían extrañadas al escuchar su arcaico castellano; se encontrarían como  fantasmas o como espíritus que retornan a visitar aquellos parajes que recorrían en vida.

Yo conocí un sefardita que huía de la guerra europea, sabía hablar once lenguas y era una delicia escucharle su dulce castellano. Parecía un español del siglo XVI que entonces se quedara dormido y despertase en el siglo XX. Le dimos comida y ropa, pero no trabajo para dar  clases  de lenguas, que era lo que pedía. Hizo un paquete con el donativo y para atarlo pidió una “cuerdillita”. ¡Cuantas palabras como esa podríamos  aprender de esas gentes si tuviéramos contacto con ellas!. También sería interesante leer las obras de los sefarditas en otras lenguas ajenas; el castellano lo reservan para la nostalgia. Así ocurre con el último premio Nobel de Literatura, Canetti. Su apellido procede de Cañete, en Cuenca, y es fácil explicarse la  transformación  de Cañete en Canetti, entre otras razones  porque la tilde de la ñ no existe en otras lenguas. Ha reconocido su deseo, muchas veces reprimido, de volver a España. Ahora que ha alcanzado la gloria literaria, tal vez sea invitado a visitar Cañete y vuelva a encontrar personas de su misma estirpe, pero es triste  que  con la masa de sefarditas, que todavía conservan nuestra lengua, no mantengamos ninguna relación humana y cultural.  

El reloj de pared

 




La Fortuna me dio la oportunidad de escuchar a dos amantes, que a pesar de amarse con sus tiernos corazones, daban a la razón la ocasión de crear opiniones y a sus lenguas la de expresar esas mismas opiniones y yo estaba atento a su discusión sobre los relojes de pared o de péndulo. Recordaban, sin duda los viejos relojes que marcaban el tiempo, en sus casas de los pueblos, donde nacieran el uno y el otro y afirmaba uno de ellos, que el armario o caja, que protegía la maquinaría y el péndulo era más delicado que los que ahora se fabrican y el otro exponía su opinión contraria, diciendo que aquellos relojes que traían de Olorón, tenían su nido más sólido que los que ahora les ofrecían en los grandes almacenes.

Yo, entre tanto, pensaba que ninguno de los dos relojes, es decir el antiguo de Olorón o el moderno, que ahora nos ofrecen, tiene madera más fuerte que el otro, pues ambas son procedentes de nogales, de robles o de sabinas, en tanto que otras maderas eran simplemente de chopo y cortadas por el carpintero del lugar.

Pero, independientemente de la calidad de las tablas, ahora su ensamblaje es más encajado, porque el ebanista que arma tales cajas, dispone, indudablemente, de técnicas más modernas, porque el relojero actual coloca sonerías que recuerdan la música de viejos carillones instalados en lo alto de edificios nobles que presiden grandes plazas, como la de San Marcos de Venecia. Las campanadas de nuestras viejas “fustarazas” son más sobrias y recuerdan en la paz de las casas campesinas el paso de las horas, que sin embargo en la ciudad, cuando queremos recordarlas, ya han pasado. No digamos nada de los segundos, que ya no cuentan en la vida humana, en tanto que en la “sala buena”del casal del pueblo, esos segundos cantan su monótono tic-tac, como si ese casal tuviera corazón. Los relojeros antiguos y modernos se dieron y se dan cuenta del paso del tiempo, pues en muchos relojes de péndulo está escrito: ”Tempus fugit”, el tiempo huye. Pero a pesar de su huida, si que tiene corazón el tiempo, por ejemplo el de un amor que muchos hombres y mujeres transmitieron a las paredes de la casa, con sus láminas de santos, de guerreros y guerrilleros, de antiguas fotos de bodas y bautizos, de fiestas populares y de bailes de jota y el del tic-tac, que como un cordial brota del reloj y que a lomos de mulas trajeron los ancestros de Olorón o de Pau. La viuda o el viudo recordaban al escuchar ese tic-tac, las ahora caricias ausentes y las luchas de sus hijos en las capitales, por vivir y por sacar a los nietos adelante.

Aquellas tablas ya sufrieron la injuria del transporte y perdieron su equilibrio por carcomas, desajustes de los muros o alabeos de maderos y de vigas. A veces trajeron solamente la máquina y el carpintero de la aldea fabricó la caja, con aquellos pesados instrumentos o el albañil colocó en un hueco, a modo de alacena, en un rincón de la escalera la esfera, el péndulo y la rueda Catalina, haciéndole el carpintero una puerta, con una ventana esférica, para poder contemplar las saetas y las agujas, que marcaban las horas.

Envejeció el reloj del mismo modo que envejecieron los sucesivos habitantes de la casa y hasta esta casa fue conociendo los achaques que el paso de las horas, que el reloj cantaba y contaba, de segundo tras segundo acompañados por su tic-tac sonoro, que parece mentira que tuviera el poder de acumular años y años, que pasan y que pesan y marchitan, como he dicho, a las personas, a las casas y al aparato mismo, que venido de Francia, se cuartea, se ladea y pierde su equilibrio, para, por fin, enmudecer.

Yo recuerdo, como también ustedes lo harán, la canción que decía: ”Mi abuelito tenía un reloj de pared, que compró cuando él nació…pero un día el reloj, de tan viejo se paró y con él mi abuelito se murió”.

“Tempus fugit” está escrito, como he dicho, en la esfera de numerosos relojes de péndulo y ese mismo reloj demuestra la verdad de tal axioma, porque aquellos relojes, al hacerlos, los pintaban con colores alegres y vivos, unas veces con flores, otras con caballeros y con damas, que soñaban en el amor y hoy sus colores se han vuelto oscuros y descoloridos. Hoy colorean los relojes con barnices, para dar la sensación de que el tiempo no corre y sin embargo, nuestros nietos los verán viejos y sin alegría.

Esa huida del tiempo de los viejos, casi ha desaparecido porque están en el camposanto y ya casi nadie se acuerda de ellos, pero tal huída es más notoria para el hombre y la mujer actuales, en que el reloj los tiraniza y ni siquiera les permite dar una pausa a su correr; no damos tiempo al tiempo, no le dan tiempo al hombre, aunque a la gente joven se le da todo un tiempo, que no es acompañado por sones de relojes, sino por ruidos engañosos de máquinas de juego y del tin-tin nefasto resultante del choque del dinero. Todo lo traducimos a dinero por aquello de que el tiempo es oro.

Aquellos relojes de pared, para encerrar el reloj de péndulo, se visten de muchas formas y son partidarios del amor. Tal vez, por eso, discutían sobre ellos los dos enamorados y es que fijándose en sus cajas, se da uno cuenta que las hay con unas curvas, que son iguales que las caderas de mujer, en cambio hay otras que poseen una forma rectilínea, como si de hombres se tratara y el ritmo que marcan con su péndulo, acompañado por ese ir y venir, se acompasa al ritmo de los corazones de los hombres y mujeres. ¡Oh Tempora, o mores!,¡oh tiempos, oh, costumbres!, porque en aquellos antiguos tiempos, las costumbres cultivaban el amor y hoy, en estos tiempos, en las calles de las ciudades grandes, los corazones van despendolados.

Acompasemos nuestras vidas al ritmo que nos marca el tiempo y no pensemos que a la muerte nos conduce, porque no existiendo para Dios ni pasado ni futuro, porque para El, todo está presente, nos haremos presentes eternamente.

Leyendo, conversando y meditando al compás de nuestros viejos relojes de pared, nos sentiremos acompañados en el camino que nos conduce a un presente inacabable.

Escrito sobre la Guerra Civil del nonagenario Víctor Esteban.-

 

                                                                                             Retascon.

Escribe Don Víctor Esteban la memoria de su vida, para las personas “que le quieren” y  que muchas veces recuerda la historia violenta de la Guerra del año 1.936 y yo, nacido en   Siétamo a doce kilómetros de Huesca, me quedo impresionado de aquella época en que se hacía correr la sangre de los españoles. Pero fue la Guerra Civil, la que más le ha hecho pensar, y que estalló cuando tenía ocho años de edad. Y me ha hecho recordar también en la que ocurrió en toda España, concretamente en Siétamo y Huesca. Cada día, disminuyen los recuerdos de aquellos trágicos tiempos en que se destruyeron numerosas obras, que se han ido reconstruyendo en la Península de España, pero sobre todo se mataron numerosísimos hombres amantes de la Paz, cuyo recuerdo va, con los años aflojándose en nuestras ciudades y pueblos. Por eso cuando mi yerno Santiago, fue a visitar a su madre, en el pueblo zaragozano de Retascón conversó con el anciano Víctor Esteban, y éste, cerebro pensador y de gran memoria, le dio a leer un cuaderno escrito a mano, donde narraba, entre varios temas guerra de su vida, la crueldad de la Guerra Civil del año de 1.936. La impresión que me causó el relato de la Guerra Civil en el pueblo de Retascón lo presento acompañado por la Guerra en Siétamo. Primero escribo la Guerra que pasó Retascón, narrada por el abuelo nacido en este pueblo, y luego pasaré a describir lo que ocurrió en Siétamo y Huesca. Comienza el anciano Víctor Esteban escribiendo :”Nací en Retascón ( Zaragoza) el día 16 de Octubre del año 1.928, por lo que cuando escribo esto, tengo 92 años cumplidos. Mis padres fueron. Joaquín Esteban y Saturnina Esteban, que a pesar de tener los mismos apellidos, no eran familia. Mi padre procedía  de Tornavilla y mi madre de Retascón. Cuando estalló la Guerra yo tenía 8 años y recuerdo que una mañana del mes de Agosto, estaba sentado encima de la burra y mi madre me estaba metiendo en el serón, el almuerzo y el agua, para que la llevara a la era, pues estábamos trillando y de repente oímos un ruido ensordecedor que procedía de un avión grande que volaba muy raso, pues iba perseguido por dos cazas, que le estaban dando alcance y justo atravesar las casas del pueblo, soltó las dos bombas que llevaba para quitarse peso y volar más rápido, que explotaron en el campo, haciendo dos enormes agujeros en la tierra…

Una vez, vinieron al pueblo para estar de retaguardia, muchos soldados y muchos que eran italianos y dormían en los pajares de las eras, pero comían en la Plaza. Los chicos estábamos alrededor, esperando que terminaran de comer, para ir a fregarles los platos de aluminio al pilón y nos daban cigarrillos de tabaco, que guardábamos en nuestras casas y dábamos a nuestros hermanos. Sucedió que un día, en uno de esos baches de tierra, que había en la Plaza, estaba lleno de agua o de gasolina; unos chicos decían que era agua y otros que gasolina. Rápidamente para salir de dudas, uno de los chicos, que se llamaba Raimundo, encendió una cerilla y la echó dentro del agujero. Fue tal la explosión y llamarada, que los soldados entraron en pánico y con mantas y capotes, lograron apagar el fuego…

He dicho que los soldados dormían en los pajares de las eras; pero no así los jefes, estos dormían y comían dos en las casas más pudientes y uno en las restantes. La Guerra duró tres años, desde 1.936 hasta el 1.939. Casi todos los mozos del  pueblo, fueron a la  Guerra y cuatro más haciendo la mili después de terminada. Debo decir, que durante a Guerra, murieron dos personas del pueblo, que eran hermanos y se llamaban Pedro Pérez y Juan Pérez; este era fraile.El pueblo de Retascón estuvo toda la Guerra en zona nacional y no llegaron a entrar los rojos”. A Víctor Esteban le afectó el dolor de la Guerra  Civil, pero lo superó porque en sus escritos sigue hablando de sus múltiples actividades en la vida, incluso en sus años en que ya había cumplido los noventa.

  

                                                                Ruinas de Siétamo.

En Siétamo fue todo el pueblo que sufrió lo más cruel de la Guerra Civil. Siétamo está  unos once kilómetros de Huesca capital y tuvo que detener el avance de los miembros de varios sindicatos obreros, como la UGT,CCOO,USO y otros organismos sindicales, que se gobernaban por la propia iniciativa de los obreros que luchaban, como ellos decían por la Democracia. Los que dirigían la lucha por parte de los rojos, eran en Siétamo, componentes de los sindicatos obreros. No debían ser demócratas pues en Ibieca, formaron un pueblo colectivo, a los que dirigían milicianos, con su pistola colgada de sus cinturones, después de huidos los que temían su   fusilamiento. No era esa una situación democrática, pues los sindicatos creaban ambientes dictatoriales como el de ibieca y los empresarios en el reinado de Alfonso XIII, que contrataban “matones” para matar a sindicalistas y trabajadores. Durruti, fue el jefe de los obreros que se estableció en Casa Almudévar de Siétamo y desde allí dirigía la guerra que intentaba crear el mando de los obreros en la Sociedad. Murió en Madrid, después de ocupar su despacho en casa Almudévar de Siétamo, en 1.936. Era sindicalista y revolucionario-anarquista. El dirigió el poder de los “rojos” en Siétamo, fue requerido para luchar en Madrid, donde murió, no se sabe bien de todo, lo que causó su muerte. Esta situación violenta en Siétamo, condujo a su destrucción y ahora he encontrado también las anomalías que ocurrieron en Retascón,  gracias a la lectura de lo que allí ocurrió, me ha hecho recordar la tragedias que ocurrieron en Siétamo, que quedó lleno de muertos y barrios destruídos.


lunes, 30 de agosto de 2021

En la Ermita del Viñedo, ha cumplido noventa años la señora Consuelo

 

Pero su muerte ha tenido lugar a los 99 años.





En la soledad en que dejaron a Cristo en su crucifixión, estaban tres piadosas mujeres para aliviarla, acompañándole y dándole consuelo. Estas eran la Virgen María, la Magdalena y  María de Cleofás. Y después de veinte siglos, eres tú, Consuelo la que te has dedicado a acompañar a la Virgen María. A lo largo de la Historia del Somontano, ha habido numerosos intentos de eliminar de sus gentes el nombre de Cristo y han desaparecido las monjas del Monasterio de Casbas, debajo de la Sierra de Guara.  En él fue Abadesa Doña Ana Francisca Abarca de Bolea y  escribió los siguientes versos:”Ya se ha despertado Guara, ya se ve a medio vestir,- previniendo tocas largas por la muerte del  abril”.  Más tarde fue también Abadesa, la tía del Cofrade de la Virgen del Viñedo y actual vecino del Batán de Los Molinos de Sipán, José Buil, que de niño acudía al Monasterio para ayudar a las monjas, igual que las tres santas mujeres acudieron a consolar a Cristo.   Y José Buil acudía, no a hacer turismo, sino a trabajar en obras de reparación de los objetos con los que preparaban los suspiros de monja, que le indicaba su tía,  la Abadesa. Y así como las tres piadosas mujeres acompañaban a Cristo, Consuelo, nacida en Castilsabás, se dedicó a acompañar a la Virgen del Viñedo y a colaborar con ella. Y siguieron su ejemplo muchos cofrades de la Virgen, como José Buil, acostumbrado desde niño a ir a apoyar a la Virgen de Casbas, acudió a trabajar por la cercana Virgen del Viñedo, su  madre espiritual. En dicha Cofradía se ocupa, entre otras cosas  “del buen vino que se llevan los que a esta feliz Ermita del Viñedo, acuden”. 
Si porque a ella han acudido desde su fundación numerosos Cofrades de los pueblos del Somontano, pues las romerías, unían a sus pobladores, unos desde la Almunia, en que los miembros de casa Martinete, obsequiaban a todos los vecinos con tortas de anís o de aceite. Acudían al Viñedo como he dicho, dos veces los habitantes de la Almunia, una vez el ocho de Diciembre y otra el uno de Mayo, acompañados por los fieles de doce pueblos del Somontano. Allí se cantaban jotas y canciones, como aquella que dice así: ”Santolaria está en lo alto, Castilsabás más abajo y la Virgen del Viñedo, en medio del olivar”.
Si por el Este se acabó la vida religiosa del Monasterio de Casbas, por el Oeste abrasaron el Monasterio de Montearagón. De este enorme Monasterio nació la artística,  pero pequeña Ermita de la Virgen del Viñedo. Fue  construida en 1728 y como escribo en mi artículo sobre dicha Ermita:   ”está construida con piedra de sillería y en la parte alta con ladrillo. El campanario está cubierto, no con líneas rectas, sino con una graciosa curva y debajo de la ventana donde suena la campana,  se encuentra el reloj de sol, aunque en este lugar parece que no corre el tiempo”. Y la prueba de esta afirmación la vemos todos los que a esta Ermita acudimos, en su “santera” Consuelo, que con sus noventa años, parece que está llena de juventud. Así como el reloj de sol no corre para la Ermita, parece ser que tampoco lo hace para la Ermitaña, que siempre la vemos igual de joven, de alegre, simpática y sonriente.  Ya lleva Consuelo Miranda, que fue esposa de Pablo, nacido como ella, en Castilsabás, madre de un hijo y de dos hijas, abuela de varios nietos y bisabuela de sus biznietos, cincuenta y ocho años y en Enero va cumplir cincuenta y nueve. 
  
Debajo del reloj de sol y “A continuación del pórtico de la iglesia con bancos de piedra a sus dos lados, se abre un a modo de claustro, en cuyo interior han colgado las golondrinas unos dieciocho nidos, porque en el claustro han hallado la paz”, como  encuentran esa misma paz, los que suben a ver y a rezarle a la Virgen del Viñedo. “Dentro de su pequeño volumen, da la impresión de ser un enorme Monasterio dedicado por el pueblo del Somontano a la Virgen del Viñedo”. Parece que la limpia devoción del pueblo del Somontano, ha hecho de esta poco voluminosa Ermita, una sucesora del enorme Monasterio de Montearagón, en un todavía más enorme Monasterio, dedicado por el pueblo del Somontano a la Virgen del Viñedo, que se encuentra, presidiendo el altar mayor en un magnífico retablo, reconstruido por el notable artista, Julio Luzán. En las paredes se encuentran pintadas dos santas mujeres, una Santa Lucía y otra Santa Bárbara, que  hacen compañía a la Gran Señora y humilde Madre de Cristo, que también acompañó a Jesús Crucificado. Uno se conmueve al contemplar los cuadros que se exponen dentro del pequeño, pero, como he dicho enorme “Monasterio del Pueblo”. En uno de ellos se encuentra la letra de un romance, que cuenta los milagros de la Virgen y en otro, escrito en Fabla Aragonesa, narra diversas circunstancias de la iglesia. Este es un detalle que del que nadie ha pretendido hacer propaganda, sino que salió, ya hace muchos años de los cofrades de la Virgen del “VIÑERO”. Da que pensar este detalle, porque nunca había visto en una iglesia, escritos en Fabla Aragonesa. Pero no me extraña que en la Ermita de la Virgen del Viñedo, ”Monasterio del Pueblo”, se halle un cuadro escrito en su propia fabla o lengua. En el cuadro de los milagros de la Virgen del Viñedo, falta uno, pues para mí, lo fue, el milagro que ocurrió el año de 2010, en el empalme de la carretera de Loporzano con la carretera nacional 240. En ese punto chocamos, sin hacernos daño ninguna de las personas, que íbamos en los dos coches. ¿Qué ocurrió?, sencillamente el famoso Doctor Don Luis Chiva, cuyas teorías expone a cualquier hora por medio del ordenador, residente en la Capital de España, subía por el Estrecho Quinto, acompañado por su esposa y sus numerosos hijos y yo bajaba con el cofrade de la Virgen del Viñedo, Joaquín Borruel y con mi nieto Pablo, de venerar a esta Virgen y de conversar con Consuelo, la Santera hoy homenajeada, que me prometió rezar para que no me ocurriese ningún daño. Tuvimos un pequeño roce y al parar al lado de la carretera, dio el Doctor Chiva, gracias a la Virgen de Torre Ciudad, a la que iba a venerar. Allí estaba el milagro, pues a los dos peregrinos nos protegió la Virgen. Al  Doctor Chiva por su defensa del nacimiento de los niños, para que las madres no aborten y a mí, más pecador porque la acompañante de la Virgen del Viñedo, me había encomendado a ella. Como también es un milagro el tiempo, que parece ser que no pasa por el Monasterio del Pueblo, sino que allí siempre reina la paz. Cuando alguien le pregunta a Consuelo que si pasa miedo, aparentemente sola, ella siempre contesta que  no, porque no está sola, sino que así como ella cuida a la Virgen del Viñedo, ésta siempre la acompaña.  Pero ¡Consuelo, tú!, siempre te sientes acompañada, no sólo por la Virgen, sino por todos los cofrades de la Ermita, que a rezarle acuden y que durante más de cincuenta y ocho años, has recibido a los peregrinos que a rezarle a esta Virgen, acudían. Y después de oír y cantar la misa y de rezarle oraciones a la Virgen, gozan de la alegría, con la que cantan, acompañada de almuerzos y estimulada por los tragos de vino, que producen en la viña propia y por el que consigo traen,  de los pueblos vecinos.
En un artículo que escribí sobre la Ermita del Viñedo, expongo: ”Por un corto camino, pero con un encanto especial por los ramajes y sombras por ellos producidas, se llega, como en otros tiempos llegarían las caballerías  cargadas de sacos de olivas, a molerlas al Molino. Entrar en este edificio, te hacía sentir admiración por  los hombres trabajando, para obtener el aceite de oliva y te emocionaba el sentimiento producido por el trabajo excesivo de aquellas gentes, que dormían en el mismo local, para no perder un minuto de tiempo. Allí están los algorines o depósitos de olivas de Pedro Calvo de Santolaria, de mi pariente José Vallés de Castilsabás, de Juan Ordás y de varios otros dueños del Molino,  que en aquellos tiempos lejanos, constituían una Cooperativa.“Estos  dueños del Molino, lo dieron a la Ermita, donde convivían el  sentimiento religioso y el amor al trabajo. Allí se encuentra todavía el “redol”, al que una caballería le hacía dar vueltas a la piedra, muela o “roello”,  que hacía brotar el orujo, separado por las esteras, que colocaban para después sacarlas, someterlas a presión y obtener el aceite. Llama la atención la Prensa de Libra que de madera tiene unos catorce metros y que con el trabajo de los molineros aceiteros presionaba para que saliera el aceite. En aquel enorme madero, uno de aquellos molineros escribió lo siguiente: ”si es que logro con tesón, darle al madero función, como salida de un pobre, he de dar gracias a la Madre de Dios”.En este Molino trabajaban y oraban los vecinos de aquellos pueblos, pero la pobreza que causó la Guerra Civil, hizo que como en todo el Alto Aragón, emigrara un sesenta por ciento de su población, lo que ha hecho que Castilsabás y su ermita, quedara casi despoblada. Pero ese “casi despoblada”, lo ha combatido Consuelo, que no ha querido nunca abandonar a esta Virgen y a su hermosa tierra. Su permanencia ha estimulado entre los altoaragoneses, el amor a la Virgen y el recuerdo de aquel Molino, que en viejos tiempos los hombres de aquella tierra, creasen una Cooperativa Aceitera. Igual que las golondrinas ponen los huevos en el claustro de la ermita, aquellos, ya difuntos señores, crearon la idea que ahora se está realizando en otras zonas de España. Y esta idea, la he visto en tierras navarras de Tudela, donde en doscientas hectáreas de tierra han creado un Cooperativa, dedicada a la producción de aceite de oliva. Aquí ya casi no queda nadie, pero los que quedan, son devotos de la Virgen, disciplinados y trabajadores. Aunque esos hombres y mujeres, no ganasen dinero  al principio de esta obra, a la larga resolverían el problema que ha producido el abandono de Ermitas y Molinos.   
 
Pero, si volvieran los hombres en forma de cooperativa, a hacer funcionar el Molino, igual que cada primavera, vuelven las golondrinas a colgar en el Claustro, sus nidos, unos dieciocho,  que con su dulzura, alegran con sus cantos agudos, el ambiente de aquel lugar, volvería el amor al trabajo de aquellos antiguos habitantes del Viñedo. Se encuentran las golondrinas, a la entrada de la oficina turística, como si ellas fueran atraídas por la Virgen,  por su ermita, por la Sierra que corta los soplos del cierzo, por el sol  y por Consuelo, que encima de ellas, vive, reza, sueña y atiende a sus visitantes, entre los cuales acuden sus nietos y biznietos, a verla los domingos. Tal vez alguno de esos nietos, se acuerde de la poesía de Bécquer, que poco más o menos, así recita:”Volverán las oscuras golondrinas-en el claustro sus nidos a colgar,-y otra vez, con el ala en tus cristales-jugando llamarán”, pues se acuerdan de ti, al contemplar la Ermita y la bendita casa, donde tú moras, ¡santa Santera del lugar!. Como dicen otros versos: “Las golondrinas se van volando-se ve van muy lejos y se llevan su canto,-las golondrinas se van volando-mientras la tierra se va enfriando”, pero tú no te vas, porque la Virgen que se encuentra al pie de Castilsabás no te ha abandonado jamás y tú la quieres tanto y te hace tan feliz, que mientras vivas, estarás con ella. Las golondrinas se van porque llega el frío del invierno, pero volverán, en el claustro de debajo de tu casa, sus nidos a colgar, porque no pueden abandonaros a la Virgen y a ti, como tampoco pueden abandonaros los Cofrades, que tuvieron que emigrar, pero sienten la necesidad de volver a rezarle a la Virgen, de hablar contigo, ¡Consuelo!, y de hacer funcionar una cooperativa del antiguo y bello Molino. Esa idea la llevan los Cofrades en su mente y en su corazón, porque ya hace años, alegran los corazones de los fieles, con vino del Viñedo, producido por ellos. ¡Consuelo, tú vas a vivir todavía muchos años y todos te deseamos que veas  la comunión que existe entre tu Virgen del Viñedo y su Molino!

domingo, 29 de agosto de 2021

Las libélulas

 





En las riberas de los ríos y entre los carrizos, las cañas y los sauces vuelan las libélulas; a veces se posan sobre algún nenúfar del estanque, pero la libélula marividiana, más inquieta que otras, vió en el tronco podrido de un álamo viejo, una objeto como un paraguas blanco; se ponía sobre él y su tacto era suave y grato su olor, pero cuando estaba de ellos gozando, se abrió en el sombrerillo del hongo, pues hongo era, que no paraguas, como una ventana y asomó por ella un enano o un gnomo. La libélula voló y el enano se encerró, pero desde entonces los vuelos lúdicos se tornaron en vuelos de curiosa observación; vio a otros gnomos que venían a visitar al del río y cuando llegaron, les siguió y siguió tras ellos hasta la Montaña, pues montañeses eran y vio como sus casas fungiformes, tenían aspectos variadísimos y el blanco de los hongos de chopo se convertía en arcoíris de sombrerillos, de tejados de las casas de los “nanetes” de Hecho y de los follets de Benasque; se paraba sobre los tejados, les hacían cosquillas o “morisquetas” con sus extremidades y ¡venga a echar esporas! . Las libélulas, como ésta, tienen hijos muy guapos, muy listos y muy “volanderos” y ¡claro!, la “lula” le avisó  a su hijo,y éste hizo un trabajo tan brillante, que en Holanda, verde como Echo, pero llano como la palma de la mano, se enteraron y le querían dar un premio.

Se hizo un agitar de alas de las libélula y de las aspas de Molino,  de las amanitas  faloides y de los boletus edulis, salieron los gnomos, gritando:¡Hurra, hurra!.Y yo me quedé admirado, al tiempo que esclamaba: ¡Ay que jodese!.

sábado, 28 de agosto de 2021

Lorca y su poesía

 




A García Lorca, que nació el año desastroso para España de 1898 y murió, fusilado, el año de 1936.
Mes de Junio, el de la siega de 1936, en Siétamo. Yo tenía cinco años.
Salía el sol por el Oriente,
Brillaba  el horizonte y el cielo estaba azul,
los  hombres vestidos con la pana
y  armados con sus hoces
segaban,  segaban y segaban...
Mirábame   hacia el monte y se veía,
Una  enorme ventana
Con  la Sierra en el Norte, como fondo,
Olivos  al Oeste y al Oriente el Pueyo  de Barbastro,
y delante los campos amarillos, amarillos...
A caballo en la burra torda me llevaron a los segadores,
Que  segaban, segaban y segaban las mieses amarillas,
E, ingenuamente como niño, seguía yo
El movimiento de los pequeños animales;
Cacé un insecto verde y lo guardé, envuelto en mi pañuelo;
Lo miraba abriendo mi moquero, y lo cerraba,
Hasta que vi en él un color verde,  como de sangre verde
Del verde y misterioso insecto, que sangraba verde
En el pañuelo, el cual abandoné manchado de color,
De color verde, de sangre verde y me fui a casa,
Sin pañuelo, porque mi corazón latía, latía, repitiendo:
"! Verde,  que no te quiero verde!, !verde, que no te quiero verde!"
Un segador encontró el pañuelo verde
Y  "¡verde que te quiero verde!",
Lo trajo hacia mi casa, donde parece
Que también sonaba, "!verde que te quiero verde!".
Mes de Julio de 1936.-
Ahora ya quiero al verde, porque "Mi manzano
Da  a lo verde sus brazos" (Huerto de Marzo de García Lorca"
Pero en el mes siguiente, el mes de Julio, nos esperaba
El cambio del color verde al rojo y al azul. 
El rojo era de sangre humana, y muchos se ponían a gritar:
"! Rojo, que te quiero rojo!".
Otros gritaban lo contrario : !Azul que te quiero, azul!".
Como en una olla hirviente por el calor del mes de Julio,
Se impusieron los dos colores, el rojo y el azul.
El rojo acechaba al color azul y el de color azul,
Acechaba al color rojo.
Y los pañuelos y camisas, antes blancas,
Iban tomando el color rojo de la sangre humana,
Porque los hombres y mujeres,
Se mataban y se odiaban.

La luna miraba extrañada la siega
Que hicieran los segadores del pueblo,
Y quería el color de las mieses amarillas
Y el color anaranjado de las naranjas y las flores
Y el verde de los prados, de las vegas de los ríos,
Y del insecto verde al que ahora, ya no encuentro,
Pero amo, porque he vuelto a amar su color verde.
Y "En las gentes iban", escribe Federico
"Las gentes iban a lo verde,
El otoño venía
Amarillo de estrellas,
Pájaros macilentos
Y ondas concéntricas.
Sobre el pecho almidonado,
La cabeza!. Párate,
Corazón de cera!.
Las gentes iban
Y  el  Otoño  venía.

Yo no soy andaluz, soy aragonés pero admirador del genio de los andaluces, que están siempre en contacto con la Naturaleza como pasa en Jaen, donde "sobre el olivar se vio a la lechuza volar y volar, entre los olivos los cortijos blancos", y a Córdoba la canta Federico García Lorca en su Canción del jinete, diciendo :"Jaca negra, luna grande,-y aceitunas en mi alforja.-...Por el llano, por el viento,-jaca negra, luna roja.-La muerte me está mirando -desde las torres de Córdoba. "Sevilla, la Reina mora sobre las orillas del Guadalquivir a cuya torre de la Giralda canta Gerardo Diego : "Giralda en prisma puro de Sevilla,-nivelada del plomo y de la estrella,-molde en engaste azul, torre sin mella,-palma de arquitectura sin semilla". En el último terceto alude a los  árabes, que formaron y forman parte de Andalucía, al decir: "Resbala el tacto su caricia vana.-Yo mudéjar te quiero y no cristiana. Volumen nada más: base y altura". Y ¿qué pasa con Huelva?, pues sencillamente Pedro Salinas nos hace soñar con el Parque de Doñana, allá  en Huelva, cuando dice de los pájaros: "Y son ellos,-fatal plural inmenso, como el mar,-bandada innúmera, oleaje de alas,-donde la vista busca y quiere el alma-distinguir la verdad del solo pájaro,-de su esencia sin fin, del uso hermoso?.-
Y a Cádiz, ¿"quién podría  cantarle mejor que Rafael Alberti, en su tierra nacido? y poeta de sus mares, como cuando dice así:"!Si yo hubiera podido, ¡oh Cádiz! a tu vera,-hoy, junto a tí, metido en tus raíces,-hablarte como entonces,-como cuando descalzo por tus verdes orillas-iba a tu mar robándole caracoles y algas!. Y es Federico García Lorca, quien canta, en la Baladilla de los tres ríos a Granada, diciendo: "El río Guadalquivir -va entre naranjos y olivos.-Los dos ríos de Granada-bajan de la nieve al trigo...Guadalquivir, alta torre-y viento en los naranjales,- Darro y Genil, torrecillas-muertas entre los estanques. "Y Federico García Lorca, que fue profeta de su muerte, lo es en esta poesía de Málaga, de su condición turística: "Suntuosa Leonarda. -Carne pontifical y traje blanco,-en las barandas de Villa Leonarda.-Expuesta a los tranvías y a los barcos.-Negros torsos bañistas oscurecen-la ribera del mar. Oscilando-concha y loto a la vez-viene tu culo- de Ceres en retórica de mármol."

Almería, la provincia más seca de toda Andalucía, donde como dice Federico en su poesía "La luna asoma": "Nadie come naranjas-bajo la luna llena.-Es preciso comer-fruta verde y helada". Siendo la más  árida, es hoy un enorme huerto bajo plásticos y regado por el agua de profundos pozos. Almería ha sabido pasar de la soledad  al gazpacho. 

viernes, 27 de agosto de 2021

La materia y el espíritu

 


Contemplando la Sierra, que nos guarda del frío que viene del Norte, me doy cuenta de todas las cimas, que en ella se suceden y que nos indican a los hombres que tenemos, no sólo la materia, sino el espíritu, que, muchas veces, desconocemos y despreciamos. Pero la noche del día dieciséis del mes de Enero del año pasado, en este Restaurante “El Faro de Sepes, se celebró la “Fiesta del tocino solidario”, conjuntamente, por los Hermanos de la Cruz Blanca, representando al espíritu y por el “Faro de Sepes”, haciendo gozar al pueblo de la materia de un tocino, cerdo, cochino y marrano. En aquel salón-comedor se unieron la materia y el espíritu, recordándonos a los allí presentes que hay que trabajar para la renovación de la Tierra. Sí, porque allí dominaba el espíritu del amor entre los hombres y mujeres de este mundo, porque se repartían entre los comensales y entre los miembros de la familia que crearon aquellos sabrosísimos platos, no sólo sonrisas, sino deseos de ayuda mutua. Los “camareros” no vacilaban en servir a los que pedían “pan, vino o tocino”, igual que los que gozaban del paté, de los “calamares” de cerdo o del jamón o de las migas, plato humilde y con sabor divino. Les ayudaban a alcanzar los platos, las fuentes y los vasos, a través de aquellas mesas, en que se habían unido los colaboradores de los Hermanos de la Cruz Blanca, como Jesús reunió a los apóstoles en la mesa de la Sagrada Cena. Después de la cena, sorteaban regalos de distintos orígenes y todos se alegraban y reían ante los premios que se iban concediendo por sorteo a los asistentes y muchas veces, éstos demostrando una gran solidaridad, entregaban su premio a la “Hucha” de los Hermanos de la Cruz Blanca. Entre los premios figuraba un magnífico pavo, que había regalado uno de los que trabajan en el “Faro de Sepes”, de los que cría en Monflorite y el comensal premiado, lo regaló a los administradores de la “Hucha”, para ayudarles a repartir el “pan con el sudor de su frente”. Se veía ese amor al trabajo, pues un hermano de la Cruz Blanca, cuando había que entregar un saco de pienso compuesto a uno de los premiados, lo levantaba con sus fuertes brazos, se lo cargaba sobre sus hombros y lo llevaba a la entrada del comedor, para que el premiado no tuviera que esforzarse. Hace ya bastante tiempo, mi amigo Sergio trajo de Madrid una hucha-cerdo de hierro. Representaba un cerdo, pero con alas, pues el autor quería hacer ver la virtud espiritual del ahorro, unida a la realidad material del cerdo. Estaban representados en la figura de esta hucha, el espíritu de los Hermanos de la Cruz Blanca de recoger la materia suficiente para dar de comer y proporcionar una vida agradable a todas las personas, despreciadas por la sociedad y esa materia estaba representada por el cerdo. Todavía quedan hombres y mujeres que en los pueblos, poseen una hucha para pasar el invierno, que es el cerdo, al que sacrifican en el Otoño y consumen durante el Invierno, con su carne, sus jamones, las tortetas y las morcillas. En esta Fiesta del Tocino Solidario, el cocinero del Faro de Sepes, nos ha hecho experimentar el paso de la materia al espíritu, por medio de las tostadas de paté casero, las de tocinico salado, el lomo de cerdo con salsa de manzanas y mostaza y jamón fresco asado al horno. Al consumir las migas me acordé de pedir: “El pan nuestro de cada día, dánosle hoy”. Esta oración evangélica, hace ver al Hermano Javier, subdirector de la casa de los Hermanos de la Cruz Blanca, pensando que todos los hombres y mujeres formamos parte de una enorme familia, porque en el periódico “Huesca y la Hoya”, dijo: ”somos una familia numerosa”. El jueves por la tarde entré con un amigo, en la Residencia y allí acudían muchas personas a saludarnos y a vernos. Uno se emocionaba ante ese recibimiento y pensaba como en el Padre Nuestro, pedíamos el pan de cada día, pero uno piensa que no se debe pedir para nosotros mismos, sino para todos los seres humanos. Cuando veo al Hermano Javier me doy cuenta de cuánto ha luchado él con los otros Hermanos de la Cruz Blanca, para levantar ese auténtico Hotel para los pobres. Y pienso también en la caridad de tantos cristianos que han aportado aquello qué han podido, para lograr esa feliz estancia de los necesitados, en la Residencia, donde algunos pintan o fabrican velas y hacen gimnasia, alimentándose como dignos hijos del Señor.

Por eso, por el amor a nuestros prójimos y nuestro respeto a los Hermanos de la Cruz Blanca, hemos acudido a esta cena en que han colaborado los dueños y personas de este Restaurante, para mostrarnos solidarios con ellos, para que no se cansen de su esfuerzo y nosotros mismos nos animemos a luchar por los necesitados, y más en esta época de crisis que estamos sufriendo.

Todo es necesario, la materia del tocino, con el que nos alimentamos y el espíritu de los hermanos de la Cruz Blanca junto al de los asistentes a esta cena, impulsados por la caridad y la justicia.


jueves, 26 de agosto de 2021

Pensar.

 



Son las cuatro y media de la noche y  estoy pensando,  con mi cerebro, sobre  cuanto  puedo alcanzar con mi forma de pensar. No sé qué límites,  si  los   tiene,  el  alcance  de    mi  pensamiento. El pensamiento de nuestros cerebros tiene un límite con la muerte, ya  que al morir, acabamos de pensar. ¿Es que el pensamiento no se acaba con nuestras vidas, pues parece que unos hombres de distintas generaciones, siguen dando vueltas en su cerebro a lo que ya pensaron sus antecesores?. ¿Somos temporales en nuestra vida o toda la humanidad tiene un pensamiento común, que hace de dicha humanidad, un ser que da a los hombres, una unidad en su existencia y que hace prosperar al hombre primitivo en su creencia en una aproximación a la divinidad?. El pensamiento en su conjunto está formado por millones de cerebros humanos, que constituyen un único pensamiento universal que trasciende de las vidas humanas particulares. El pensamiento en Dios está extendido por toda la Humanidad, pero ¿puede un hombre absorber la idea de un Dios Todopoderoso?. Si, yo creo que el hombre tiene una doble vida, pues puede seguir pensando en el cielo o pensar únicamente en la vida del dinero, del placer o de la ambición.

Se encuentra el hombre vivo en medio del Mundo y piensa en su origen y en su destino por él mismo y después de su vida ¿qué vendrá?. Está el hombre con su cuerpo material vivo y espera su muerte y entonces ¿qué vendrá?. Y están los cementerios y los montes y el fondo del mar, llenos de restos de cuerpos humanos, aunque los hombres se empeñan en enterrar a los muertos. Entonces me pongo a pensar en la voluntad de Dios sobre si las culpas consideran vida de nosotros,  los hombres, y me acuerdo del ”De profundis clamavi ad te, Domine;-Domine exaudi vocem mean.-Fiant aures tuae  intendentes-In vocem  depreciationes meae.

¡Señor escucha mi voz!-¡Que tus oídos atiendan-la voz de mis súplicas!. Si las culpas consideras, Señor,-¿Señor, quien resistirá?-Porque hay gracia en ti,-Y por tu ley, te busco, Señor.-Mi alma aguarda en su palabra;- Esperas mi alma en el Señor.- Más que los centinelas, la aurora- aguarda Israel a Yahveh,-Porque en el Señor hay misericordia,-y en El habita la total redención.- El redimirá a Israel- de todas sus culpas”.

Este Salmo aparece en la Biblia y me explica su lectura mi ignorancia de la Sabiduría de Dios, pues el hombre es un ser mixto, es decir que está compuesto por materia simple, como la carne y por su Alma, que es un espíritu. Muerto el hombre, ya no piensa, pero su espíritu, su alma sigue amando a Dios y no tiene medios para aclarar a su cuerpo de la Otra Vida espiritual.  


Me he fijado en una medalla, que representa a un Angel Custodio, delante de un niño, con una atención a él, que nos recuerda la vida humana, material y espiritual y la angelical, que está sirviendo a Dios en el Cielo y en la Tierra. ¡Oh, Angel Custodio, que es un espíritu que el Señor ha creado para guardar a los niños y a los mayores de los peligros del Mal!. Me acuerdo cuando en mi niñez rezaba diciendo: ¡Angel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día!. 

Hay  Versículos en la Biblia, sobre el cuidado de los  Ángeles, que ayudan a la gente. Uno de ellos en el Salmo 91:11, dice: ” Pues El dará órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos”. En el Apocalipsis 22:9 dice: ”Entonces caí a sus pies para adorarle y me dijo: No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús; adora a Dios. Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.

La Biblia es el libro más leído por la Humanidad y el hombre ilumina su cerebro con su lectura. Intenta comprender su esperanza con su lectura y yo pido, qué pensando en los cadáveres de los hombres, nos ilumine, si es su voluntad, sobre la Resurrección de los muertos.

miércoles, 25 de agosto de 2021

Fumando espero



El hombre es libre y unas veces fuma y otras deja de fumar. Antiguamente no se aspiraba el humo del tabaco, porque ni se conocía el tabaco ni se sabía cómo quemarlo, aspirando su esencia por la boca. No era preciso utilizar papel para envolver tan aromática planta, porque los indios, fumaban sin papel. No siempre el fumador dispuso de tan delicado papel de fumar, pero eso no fue nunca un impedimento total para quemar tabaco. Cuando yo era todavía un niño, no disponía de tabaco ni de dinero para adquirirlo, pero mi abuela Agustina, tenía un bote lleno de manzanilla, que olía agradablemente y yo me apoderaba de ella y la llevaba al Colegio de la calle de Villahermosa y con algunos amigos, al salir del colegio, la liábamos, no recuerdo si con papel de fumar o con papel de periódico. ¡Qué atracción ejercía el fumar sobre nosotros tan niños!. No lo sé, pero fumábamos con alegría y quedábamos contentos y felices. Cuando Cristóbal Colón descubrió las Américas, no sé si él gozó de los placeres, que proporciona la nicotina, pero lo gozaron aquellos aventureros e investigadores de la vida, en el Nuevo Continente y volvieron a Europa triunfantes, echando humo por sus bocas. Igual que yo me sentía feliz dando manzanilla a mis compañeros de colegio, se han sentido también felices muchas personas, dando un cigarro a un vecino o a un amigo. Estos regalos favorecían la convivencia entre los hombres, pues facilitaban la conversación entre ellos, sin producir envidias ni corrupciones. Pero otras veces el regalo era mucho más crecido, porque, a veces, se le entregaba a un amigo o a un superior del que se esperaba algún don, un hermoso puro habano o a algún municipal una faria, para evitarse alguna multa. Ahora han prohibido el uso del tabaco en oficinas públicas, donde hace unos días, un “gran jefe”, fumaba conversando con un visitante. Cuando yo estaba en un colegio, se aspiraba un verdadero aroma tabaquil, procedente de algún puro y al decírselo a un profesor, éste respondía que no nos preocupáramos, porque la bondad del jefe, no era capaz de recrearse, cerca de los humildes alumnos. Aquel humo parece ser que procedía del cielo.

¡Qué diferencia de categoría entre las espirales de humo de un habano, que produce “sueños celestiales” y de las que saltan “estrellas fulgurantes”. Al escuchar “Fumando espero al hombre que más quiero”, se da uno cuenta de la unión del humo del tabaco con el placer del amor, cuando se expresa así el cantor o la cantora:”Ver a mi amante solícito y galante,-sentir sus labios, que besa con besos sabios- y el devaneo sutil con mis deseos-cuando sus ojos veo-sedientos de pasión”. Al escuchar:”por eso estando mi bien, es mi pensar un edén, dame un beso de tu boca,-anda que me vuelvo loca,-corre que quiero enloquecer”, pienso si lo que ha fumado el cantor es tabaco nicotinado o más bien cannabis o cocaína.

Pero esta canción, produce recuerdos emocionantes, unos relativos a amor y otros a la paz y tranquilidad que produce el fumar en muchos hombres y mujeres, como dice la letra: ”Tras la batalla en que el amor estalla-Un cigarrillo es siempre un descansillo,- Y aún me parece que el cuerpo languidece-su fuerza y su vigor”.

Si, el humo del tabaco produce pérdidas de fuerza y de vigor, las galaxias en los cielos producen descomunales nubarrones que arrastran el polvo a los agujeros negros. Ya dijo el Señor : ”Polvo eres y en polvo te has de convertir”. Si , todo tiene fin en esta vida y el tabaco “es siempre un descansillo”, porque el trabajo, su pérdida, la vida y el amor producen en el hombre situaciones de nervios y de tristezas, que consuelan con el tabaco. Por eso cantaba la “gachí” : Dame el humo de tu boca, dame que así me vuelvo loca, corre que quiero enloquecer de placer, sintiendo de ese calor, un mundo embriagador,que acaba por prender la llama ardiente del amor.

martes, 24 de agosto de 2021

 

MONTEARAGÓN Y EL FUEGO



"Traducido de la Fabla Aragonesa al Castellano".


Fuentes de Marcelo y Jara,
Ruinas de Montearagón,
Sierras de Gratal y Guara,
Huesca de mi corazón.
Todos los días contemplo las ruinas de Montearagón.  Sí, todos los días las veo, porque todos los días, las miro. Desde niño le preguntaba a Huesca, a Loporzano y a Siétamo, que forman parte de la Tierra de mi corazón, quien fue el que le prendió fuego a este Monasterio, que mira al cielo. Todos me respondían que el comprador del expropiado Monasterio, le prendió fuego y las llamas de tan amado monumento, que miraba y siguen sus ruinas mirando al cielo, en una enorme hoguera, subían danzando hasta el cielo. Danzaban no en forma de Jota, sino en un dance diabólico hasta el cielo. Todas  las cimas de las Sierras de Gratal y de Guara, estáticas contemplaron el fuego rodeado de horribles manchas de humo. Se veía la tenebrosa luz de sus llamas desde Huesca, por todo el Abadiado, como me contó mi padre, nacido el 28 de Febrero de 1885, al que se lo había contado su padre.   
El Abad se quedó,cuando ya era viejo,secularizado en Siétamo,hoy capital del Arciprestazgo de Montearagón. Después de muerto dicen que se aparecía a la gente desde una ventana de Casa Lobaco.Los tirantes y el rosario del Abad se conservaron  hasta el año de 1936,en casa Almudévar del pueblo.¿Fetichismo?. No, yo creo que era por agarrarse a un pasado, a las raíces de un Aragón que en cien años ha perdido su sentido histórico y su personalidad.Una señora,llamada de apellido Ballarín,tenía en su casa unos relicarios, de los que uno decían que contenía sangre de Cristo; no se  si la contenían o no, pero se puede saber porque los tienen los herederos,que los guardan en un pueblo , próximo a Siétamo.
Muerta la Abadía,muerto el Abad, el Abadiado caminó también hacia la muerte. El esqueleto del castillo- monasterio se resiste a caer, parece no ceder pero , ¿hasta cuando?.
Cuando la Desamortización de Mendizábal, Huesca perdió la oportunidad de rescatar Montearagón, en tanto que Barbastro se esforzó en conservar el Monasterio del Pueyo, de donde los benedictinos se marcharon, pero vinieron frailes de otra orden. ¡Qué lección, qué vergüenza para Huesca! nos dio Barbastro en aquella ocasión,recuperando el Monasterio del Pueyo. Con muchos motivos, la zona donde se asienta dicho Monasterio, se sigue llamando el Somontano de Barbastro.
Los frailes de Montearagón huyeron, descolgándose por una soga y buscaron acomodo e otros lugares. El Abad estuvo de ayudante del párroco de Loporzano, hasta que se quedó a vivir en Siétamo, alguno de cuyos habitantes todavía se mira a la ventana, que se orienta al Este en casa de Lobaco,con la lejana esperanza de verlo asomado a ella.
El comprador del Monasterio subastado, se vendió lo que pudo y después le prendió fuego. A este hombre los labradores de aquellos montes, pudieron  llamarlo : “aliagueta, encendallo”. Los somontaneses de Montearagón, deseaban al comprador incendiario del Monasterio “un grano tan grande como de Huesca a Loporzano”
Castillos en el aire ,dice el refrán que hacemos los españoles, pero los que tiene sus cimientos en nuestra  tierra, los dejamos caer. Un día y no fue un sueño, vi el castillo de Montearagón, volando por el aire, la niebla rastrera llegaba  justo debajo de sus muros y por algunos momentos creí en milagro.Pero cuando volví a la realidad, deseé que las boiras se lo llevaran para quitarnos esa vergüenza.
¿ Cuando se empezará de verdad la reconstrucción de Montearagón?. Hoy muchos dicen que estas cosas son tonterías caras, porque no son rentables. Si el Castillo-Monasterio estuviese en Cataluña, donde se mira la rentabilidad, ¿estaría así?.
Pero parece que los oscenses han cambiado de opinión y piensas que el Castillo de carácter a la Comarca, a Huesca y a Aragón y se han unido para reconstruirlo, labor que ya empezaron, pero que ha parado. Si estuviera reparado el Castillo- Monasterio, como los frailes plantarían árboles en sus laderas.
Si ahora las ruinas muestran historia con su elevada presencia, ¿qué enseñarán el día que Montearagón esté reconstruído?.

Entonce dejará de ser “lastimosa reliquia solamente de su invencible gente”.

lunes, 23 de agosto de 2021

 

Grecia, de la belleza a la pobreza



En uno de estas días en que se habla tanto, de la pobreza del País, que  tanto  le hace sufrir, después de tanto pensar, filosofar, de crear historias mitológicas  de los dioses del Olimpo, de las musas, de los  divinos hombres y caballos, de los legendarios centauros, al mismo tiempo, que  los  minotauros,  ahora los griegos tienen que pensar en el nivel de vida, que es el problema que preocupa  a los  ciudadanos,  en los tiempos modernos.
La cultura de Grecia ha sido un modelo para los pueblos, a medida que iban ascendiendo en su nivel de vida. Desde la Filosofía de Aristóteles hasta el deporte de las Olimpiadas, han inquietado los espíritus y los cuerpos de los ciudadanos.
Hoy he entrado en un local, dedicado  a sacar fotocopias. Al entrar en él, a la izquierda del mostrador, colgaba  un cuadro de gran belleza. Representaba esa belleza de la cultura griega, con un edificio, mutilado por los siglos, a las orillas  del mar Egeo, que con sus ondas baña aquel paisaje. Debajo de esa arquitectura, que exhibe la antigua belleza de Grecia, aparecen los capiteles, unos dóricos, muy sencillos,  otros jónicos y debajo de ellos, los un tanto rebuscados  capiteles  corintios. Al lado de esta exposición arquitectónica, hace  sonreír  al que contempla esta visión, una rosa de color sonrosado, que parece adornarse a sí misma con pequeños ramos de rosal. Aquel ramo se unía con su atracción  natural, con la arquitectura creada y  levantada, ya hace siglos, por los griegos.
 Han pasado los siglos y las invasiones turcas  y las guerra europeas, han casi destruido el clasicismo helénico. Al mismo tiempo la vida moderna ha buscado el bienestar, destruyendo  el capital  moderno,  como el tiempo con sus guerras, destruyó casi su arquitectura.
En la parte inferíos del cuadro, se muestra una jaula de perdiz, con la que el antiguo pueblo cazaba las sabrosas perdices. Esta jaula representa  la modesta economía de los griegos unida a la ganadería y a la pesca y a su lado gira alrededor de sí mismo un ramo de un bello vegetal, que ha perdido la frescura de la rosa, que representa la frescura de la vida del hombre.
En el ángulo derecho e inferior del cuadro, de una maceta brota una planta de bellas flores, que ha perdido su frescura y a su lado hay una corona tal vez real, que en su desaparecido cerebro portador, vivió la belleza de la Arquitectura griega, de sus naves comerciales y de sus filósofos.
Ahora permanece, quieta, tal vez esperando que de una fuente artística, con sus dos asas laterales y la superior de su cubierta, sean abiertas por el pueblo griego y salgan de ella, las viejas virtudes de ese  pueblo,  que fue sabio.
La parte inferior del cuadro, muestra un texto latino, en el que, en cierta fase, se lee :” Quam rationem  eleganter  explicat  Philo in libro de mundi oficio, ubi  sic ait : ut igitur  convivadores nupcias  ad  coenam  vocat”. ¡Que el mundo moderno que se está formando en Europa, llame a Grecia a su Gran Cena!.

La razón y la sinrazón

  La razón hace funcionar los ordenadores, no su propia razón de la que carecen esos maravillosos aparatos, descendientes de las simples plu...