lunes, 29 de junio de 2020

TANTO MONTA , MONTA TANTO




Estaban dos chicos jóvenes al borde de la acera y a su altura han parado su coche dos jóvenes mujeres. Entre las risas de unas y entre las bromas de los otros, preguntaron la dirección para subir a Jaca y observé que colgada detrás del parabrisas, bailaba salazmente una cuca, como la Cuca Roya que se yergue allá  en la Sierra de Guara. Dieron explicaciones los muchachos, pero no entraron en cuestiones fálicas, porque en medio del falo habían hecho un nudo. Era ese nudo, tal vez, una advertencia a los violadores, un "quereba y no quereba", como cuenta el romance que le pasaba a Marichuana.

Hay acoso sexual a las mujeres por parte de los hombres y ese falo colgante tras el parabrisas,¿no es un acoso a ciertos hombres, atenuado tal vez por ese nudo, o, más provocativo todavía para los que se sienten grandes machos?.

La educación sexual no se ha impartido adecuadamente, pero tampoco nos hemos preocupado del asunto. Para la convivencia y libertad actuales es esa educación completamente necesaria y no sólo ahora, pues ya los viejos pregonaban que el problema de la "yacencia" no tiene enmienda. También cuando alguno, por descuido, llevava la bragueta descubierta, le decían:"La sacristía abierta y el sacristán en la puerta".Otros llamaban a ese sacristán la "escolaneta", y algunos le daban otro nombre que se canta en una jota, muchas veces escuchada y que así reza:"Cuando era chiquitito- me meaba en la cocina- y mi madre me decía:- te cortaré la minina".

Sigo insistiendo en la educación porque como todos los hombres saben y muchas mujeres también, ese sacristán es un malmandado, porque cuando se abre la puerta de la sacristía, ya está  fuera y no siempre para celebrar el rito ordinario, sino si puede, el extraordinario.

Estas cosas las dice el pueblo, pero hombres de la categoría de Alberto Moravia, casado ahora con una tudelana, las confirma con un humor insuperable. Al, o, a lo que nosotros llamamos sacristán, lo bautiza él con el nombre de Carolus Rex, que es, por cierto, un rey totalitario, inoportuno, molesto y comprometedor. Así como los psiquiatras  hablan de la doble personalidad del esquizofrénico, Moravia habla de la dualidad conflictiva del varón, que tiene su discreción, su autocontrol en la cabeza, pero se ve gobernado o dictado por ese Carolus Rex tan sinvergüenza, que cuando se pone excitado no cree ni en el Señor. Moravia inventó la palabra del dictador Carolus Rex, pero el pueblo ya sabía que había un dictador, que gobernaba la escolaneta o la flauta, pues todos nosotros hemos escuchado cantar aquello, que dice así:"Bartolo tenía una flauta con un agujerito sólo y su padre le decía: toca la flauta Bartolo".El dictador se queda con el nombre de padre en este caso, pero con Moravia tomaba el nombre de Rey,  con mayúscula.

¡Pobre futbolista Alexanco!,mira que acusarlo de violador...Si es verdad que las rubias descendientes de las exuberantes mujeres de Rubens se introducían en las habitaciones de los futbolistas cuando se estaban duchando, no me digan que no existe el acoso sexual femenino. El sacristán estaba no con la puerta abierta, sino sin puerta y si además ese sacristán es también el dictador Carolus Rex, pónganse la mano en el pecho y digan lo que hubieran hecho. A no ser que hubieran obrado como Santo Tomás, en caso semejante, es decir lanzándole a la mujer una tea encendida o actualmente el calentador de butano o la lámpara de la habitación. Claro que tal vez, los hubieran conducido a la comisaría.

Si añadimos a estas circunstancias que se trataba de un futbolista español, acostumbrado a aprovechar las opurtunidades de meter goles, llevado por su furia nacional, lo comprenderemos mejor. Al ser declarado inocente todos nos hemos alegrado, porque dicen que si ella se lo montó, que fue un montaje.

A propósito de montajes, hagamos un juicio salomónico, acordándonos del  "Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando", y saquemos la conclusión de que cada uno hizo lo que pudo, aclarando que si   Alexanco salió mal, peor salió Fernando con su reino aragonés, del que salieron más "fornicados".

A la robusta moza rubeniana, si hubieran echado el cerrojo de la ducha, como suele hacer la Real Sociedad con la portería, "pa" días le meten gol.

domingo, 28 de junio de 2020

Pau Casals en el Vendrell

La visita a las Termas de Comarruga, me ha aproximado a un mundo aparte, donde se contemplan paisajes maravillosos en los que junto al mar, se alzan las palmeras, los eucaliptos y unos bosques de pinos, que hermanan el agua de las playas con la tierra montañera. Y sobre aquel paisaje, salta la música que los pájaros lanzan al espacio. Ese mundo se encuentra en esa Vil-lle de Casals, que es como un templo del arte, que te llena de emoción, pues lo mandó construir el violonchelista, en Sant Salvador del Vendrell, como lugar para descansar, cuando retornaba de sus viajes musicales por el mundo. Ahora, cualquier hombre o mujer puede visitar este museo, en que se encuentran la atmósfera familiar, la belleza del paisaje, el sonido musical de los pájaros, que siguen todavía emulando al hombre que llegó a “convertirse en el violonchelista más grande de todo el mundo”. Es que Paul Casals afirmaba que “la música es una lengua universal”, porque desde que siendo niño disfrutaba con su violín, que le hizo un artesano de Vendrell, con una calabaza, llegó a convertirse en un enorme violonchelista. Su padre que era organista del Vendrell, ayudó emocionado, en la construcción del violín, hecho con su colaboración. Cuando uno entra en la Vil-lle, se ve acogido, delante de sí mismo, por un mirador, desde el cual se siente la necesidad, como la sintió Pau Casals, de mirar al mar desde esa parte elevada, a la que se sube por una de las dos escaleras de arquitectura clásica. Todo el mirador está lleno de estatuas, unas clásicas, otras de más actualidad. En el inicio del punto por donde se asciende, está la bella escultura del dios Apolo, que parece gozoso al recibirte. Desde arriba miras al mar, que está allí mismo y cuando bajas, te das cuenta de que todas las esculturas, miran al patio interior de la vivienda de la Vil-lla. Te vas dando cuenta de que ahí están presentes el arte arquitectónico y el escultural y donde todo esto te va llenando el corazón de poesía, como llenó el de Paul Casals durante toda su vida. Cuando entras en la casa donde tanto soñó y descubres su ambiente familiar, la belleza que reinaría en tiempos ya pasados y vas descubriendo los detalles de la emocionante vida del violonchelista, viendo proyecciones de los momentos musicales del artista, de los dedicados a defender la paz y la libertad te das cuenta de la categoría, no sólo musical de Pau Casals, sino de su gran humanidad. Allí se leen folios y cuartillas de grandes hombres de la política, del arte y de su propia familia. En un dormitorio particular se adivina su mística a las artes, pues en él está colgado un cuadro de Nuestra Señora de Montserrat y se encuentra un armario de noble madera, en cuyas puertas aparecen los santos oscenses San Vicente, con una rueda de molino, que le colgaron al cuello, para que se hundiera en el Mediterráneo de Valencia y San Lorenzo con su parrilla, en la que lo abrasaron.
El salón de la casa es un lugar, donde escuchaban la música que hacía sonar Pau, los amigos que lo iban a visitar. Nosotros los visitantes del actual museo, nos sentimos halagados, al escuchar sentados en aquellos sillones, reproducciones musicales. No falta la pintura en el mundo del arte y allí se pueden contemplar cuadros de grandes pintores y al lado del salón de conciertos, se admiran en un templo pagano, en que son varios los frescos, de los que algunos representan el amor, como aquel en que dos duendecillos lanzan sus flechas que enamoran, tal vez a Leonardo y Casimira, otro en que un medio hombre, medio macho cabrío, está tentando las pasiones de otra pareja. Pero aquel gran artista no sólo admiraba y deseaba la bella “vita”, sino que sentía los dolores que las guerras y las injusticias provocaban en el Mundo. Por eso creó en 1926 la Asociación Obrera de Conciertos, años antes de la Guerra Civil. Está muy bien instalada la Villa Casals para mantener y aumentar el arte, que conduce a los hombres y mujeres a servir a sus hermanos, que son todos los que componen la humanidad. Cuando íbamos al Museo, estaban unos cuantos hombres de color, abandonados por la sociedad. Si a Pau Casals le hicieron un violín con una calabaza, ¿no se podría dotar a estos negritos de baratos instrumentos musicales y educarlos para que los pudieran hacer sonar?. En la sociedad antigua se apoyaba a los “músicos ciegos” y en esta se podría ayudar a los “músicos abandonados”.
Pau Casls no abandonó sus vínculos con Cataluña, sino que murió a la edad de noventa y seis años en San Juan de Puertorico, pero actualmente sus restos reposan en el cementerio de Vendrell.

sábado, 27 de junio de 2020

Don Jorge Betrán, Practicante de Siétamo, hasta el año de 1.957.




Tenía yo, cuando murió el señor Jorge, veintisiete años de vida y me acuerdo de él con admiración y un gran cariño. Había pasado la Guerra Civil desde el año de 1.936 hasta 1.939, años en que se podía contemplar toda la Villa de Siétamo, convertida en  una  miserable ruina humana y de iglesia, escuela, de viviendas, producida por el odio, entre los republicanos y anarquistas, contra los sublevados, que declararon la Guerra Civil. No fue el patriotismo el que declaró aquella lucha inhumana, sino una política universal, que quiso contemplar a los pobres españoles, asesinarse mutuamente. Hay varios recuerdos de aquella Guerra inhumana, unos recordados por extranjeros del mundo, que escribieron las noticias malvadas de sus voluntarios, en destruir a aquel pueblo sencillo de los españoles. Otros de rusos que soñaban con su revolución, que querían prepararla por todo el Mundo. Otras tropas alemanas que soñaban con crear otra forma de revolución, que llegó a ser combatida por los europeos, ingleses y americanos. Y mientras tanto los españoles forzados a matarse unos a otros, no por su bienestar, sino por un Mundo, que  aspiraba  a  ser   gobernados  por unos, los nazis y otros por los comunistas rusos.

¡Qué destrucciones tan miserables crearon en España, de las que yo recuerdo dentro de mi sensibilidad, como en la Villa de Siétamo!.
Era el señor Jorge practicante de Siétamo, hasta su muerte en 1.957 un gran amigo de mi padre Manuel Almudévar Casaus. Era un señor, que practicaba al mismo tiempo que su actividad sanitaria, el oficio de “barbero”. Tenía este señor una personalidad popular de peluquero y barbero, paralela y unida a su profesión de Practicante. Era un señor de gran prestigio entre el pueblo de Siétamo y su personalidad era de un aspecto, que ahora se ha perdido, que vestía su cuerpo con una blusa, de una forma que todavía se ha visto usada entre los que practicaban un oficio distinto dentro de la Sociedad. Recuerdo como el que practicaba el oficio de trabajar el cuero para cubrir a los caballos, a las mulas y a los asnos, que vivía en la calle, también carretera de Huesca, por la que se pasaba cuando se llegaba desde esa capital a Siétamo. Es un recuerdo que lleva consigo a su hija, que tiene cerca de cien años de edad y que ha sido una artista en el corte de trajes regionales aragoneses. Ese señor llevaba unas blusas o capas, que le caracterizaban el oficio con el que trabajaba. Era una ropa igual a la que portaba el señor Jorge, pero tengo una duda sobre el color que llevaban los distintos oficiales, sin recordarlo con exactitud.
Esa forma de vestir, que todavía se ha visto en las ferias de animales, por los tratantes, como mi amigo Escario, tratante en caballerías. Recuerdo a mi amigo en las Ferias de Santander, vestido con una blusa, igual que todos los oficiales de las distintas profesiones. No recuerdo el color de la tela de aquellas blusas, capas o uniformes, si estaba ordenado por las distintas profesiones.
El señor Jorge o practicante y barbero, de Siétamo, se caracterizaba por la siempre característica blusa, con la que realizaba sus distintos trabajos para cuidar su aspecto ante los ciudadanos de Siétamo.
El último hombre que conocí portador de una de esas capas o protectoras del polvo o la sangre que atacaban la limpieza de sus cuerpos, fue el castellano, suegro de don Vicente Benedé, que fue durante años alcalde de Siétamo. Lo conocí en la Torre de Casaus, acompañante del señor Laureano Ciprés, señor de aspecto elegante, que acompañado por el pequeño portador de una de esas blusas de  tratante,  le acompañaba en los tratos que recorría por estas tierras de Huesca.
Yo conocí al practicante, señor Jorge, de una gran personalidad, esos días y meses posteriores a  la  cruel Guerra Civil. ¡Dios mío, que escenario presentaba el pueblo de Siétamo, esos años posteriores a la Guerra!. Mi familia tuvo que huir del pueblo de Siétamo a Huesca, a Jaca, a Ansó y mi padre con mi abuela, estuvieron en la frontera con Francia, donde los carabineros les dijeron que ya no existía el peligro, de ser víctimas de la desgraciada Guerra. Mi familia ya no podía seguir viviendo en aquel desgraciado pueblo de Siétamo, pero mi padre nos llevaba a pasar algunos días en el verano. El ambiente del pueblo era miserable, por las muertes que se habían causado entre “rojos y blancos”.
Pero yo, cuando mi padre me llevaba a Siétamo con mis siete años de edad, yo me sentía feliz, pero muchas otras veces desgraciado, al convivir con los niños de casa Godé , que no tenían ni siquiera pan para matar su hambre. Muchos de sus habitantes vivían miserablemente en aquellas ruinas o en ese camino, producido por la Guerra. El antiguo y noble Palacio o Castillo, donde se habían dedicado a defenderse los “nacionales”, que durante muchos años había sido dedicado a restaurar algún defecto arquitectónico, era una auténtica ruina  y por sus alrededores, estaba el suelo inundado de balines de fusil, que los niños nos encargábamos de recoger, para tener un recuerdo triste de aquella guerra.
En aquella entrada al Castillo, se encontraba un barrio totalmente derruido de viviendas y de casas-nobles, como la de Cavero, y más abajo, ya casi en la fachada norte del Castillo, estaban las ruinas de la casa y el lugar donde se atendían a las personas delicadas. Esta era la vivienda y la clínica del “ Señor Jorge” , con su barbería, pero de aquel edificio, sólo quedaban ruinas, con un pequeño cuarto, en que se encontraba un sillón para atender a los enfermos o los clientes de peluquería. Se subía a sentarse en la silla donde se acomodaba el enfermo y en aquella ruina, resto de la vivienda, barbería y clínica, seguía cuidando entre ruinas la salud de los  hijos de Siétamo. En casa de mis antepasados, estaba una burra torda, que cuando yo iba a Siétamo, nos hacíamos compañeros. Yo la montaba y bajábamos al abrevadero para que bebiera agua. Lo que ocurrió es que ya la tenía harta de tanta agua y un día , me bajó sobre sus lomos al abrevadero, pero al volver, se echó a correr  hacia la era, para comer trigo y en la calle me tiró al suelo, con lo que me hice una herida en la cabeza. Mi padre me llevó a la ruinosa clínica del señor Jorge y éste con un gran cariño me cosió la herida y se quedó contento de que no llorara.
En las fotografías de Siétamo , después de la Guerra Civil , casi lo único que se pueden ver son ruinas, y en los restos de la “barbería del señor Jorge Betrán”, se entraba por una escalera de piedra, que permitía el refugio de un pequeño espacio de una casa arruinada, donde quedaba usable un asiento en que se sentaban los que se iban a cortar el pelo o a afeitar o a sentarse algún herido para ser curado por el Practicante. Todo alrededor eran ruinas causadas por la aviación de los “Rojos”. La barbería del Señor Jorge seguía inspirando el fin humanitario de sus
Ruinas y el señor Jorge me llevó a ella para curar mi herida producida por la caída de que me creó la burreta de mi padre. Pero los niños, seguíamos jugando entre aquellas ruinas que nos rodeaban, y en una ruina de otro edificio, encontramos  en un agujero de la pared, una pistola antiquísima, de luchas antiguas, anteriores a la Guerra  Civil. En la calle que conducía al Palacio, estaba la calle, alfombrada de balines, unos acabados en punta y otros en redondo.
Yo me acuerdo con horror y al mismo tiempo de aquellas correrías que se hacían entre las ruinas del pueblo. Los solares en que estaban situados Casa Cavero, la confitería del panadero y la casa clínica del “Señor Jorge”, se convirtió en una Plaza de recreo, donde todavía, con la presencia del nuevo Ayuntamiento con su fachada a la Plaza Mayor y su parte que mira al Sur. Hoy aquella Plaza deportiva y de recreo, está libre de otras construcciones y uno cuando al Sur de dicha Plaza, se sienta entre los veladores y en la actualidad contempla a los jóvenes y a los niños y niñas, sus juegos que los mantienen alegres, pero yo mismo ,cuando estoy contemplando esos espectáculos, al cerrar mis ojos, recuerdo aquellas ruinas, en que sus habitantes desaparecieron, para siempre.
Su primera pregunta sobre esas desgracias de Siétamo, estuvo muchos años tratando de arreglarlas por la Regiones Devastadas. Yo estuve varios años viviendo y estudiando en Huesca y cuando acabé la carrera Veterinario, realizada  en Zaragoza, fuimos a vivir con mi padre a Siétamo. El Alcalde, entonces señor Ribera, me quiso nombrar Alcalde de Siétamo ,contra mi voluntad, que me vi obligado a aceptar.  Una vez nombrado Alcalde, se realizó la pavimentación del pueblo, con el servicio de agua por las casas y ya no se olvidó el hacer mejoras en los pueblos de Arbaniés, de Castejón y de Liesa. Con esos problemas, no se creó un desarrollo del nivel de vida de sus vecinos, que iban poco a poco, desapareciendo del pueblo, en que cuando estuvo todo él abastecido de Servicios Públicos, comenzó la creación de construcciones nuevas. Entonces quedaron vacías muchas construcciones antiguas, sin vecinos que viviesen en ellas. Por eso, cuando paso por delante de la casa de Betrán, se apodera de mi sensibilidad, su casi eterna vacuidad.
Yo, en aquellos muchos años, recuerdo una Misa en la que se conmemoraba la vida del  Señor Jorge, en  la que estuve presente y tengo gratos recuerdos del hijo del Señor Jorge, que fue padre de ti, Antonio, que conservas en tu corazón el amor al Señor Jorge, hombre bueno y que sufrió aquella Guerra que destruyó su casa, con la barbería, en que me curó la herida, que me causó aquella burra en su carrera.
Tengo un recuerdo especial de tu padre, Policía Armado en Zaragoza. Cuando en cierta ocasión me llevó a visitar en Zaragoza a la Virgen del Pilar, en la Portada del Templo me encontré con el que había sido mi Coronel, durante mi servicio militar, en el Cuartel de Huesca. El entonces responsable del mando en el Cuartel de la  Policía Armada, estaba casado con una pariente kmía y me invitó a visitar la residencia donde tenían en Zaragoza, su cuartel.
Allí estaba el Policía Armado Antonio Betrán, que además de Policía, conservaba le tarea sanitaria de Peluquero en esa residencia de la Policía Armada.
Este fue el último contacto que tuve con el Policía Armado y Barbero, pues no se si fue en la iglesia de Siétamo o fue aquí donde me despedí e este caballeroso hijo de Jorge Betrán.
Siento mucho el no poder suminsitrarte datos de la vida de tu familia, porque aparte de recordar a tu madre y a tu hermana, cada día que voy a una Granja, paso  y me acuerdo de aquel bondadoso Señor Jorge, que por lo menos alegró mi corazón en aquella herida que me causó la caída de la burreta de mi casa.
Es la única fase agradable en medio de aquella destrucción causada por esa triste Guerra Civil.

jueves, 25 de junio de 2020

Almudévar.-



Burtina, nombre vasco-ibérico ,como los nombres de los pueblos navarros de Burgui, Burlada, Burunda y Burutain ,era el que tenía la Villa de Almudévar, antes de que los moros invadiesen la península. Los árabes casi cambiaron las lenguas, la religión y las costumbres, tocándole a Burtina trocar su nombre, para pasar a llamarse Almudévar. ¿Quería Burtina decir Cabeza Redonda, como tantos cabezales o tozales redondos que existen en la provincia de  Huesca?.No lo se, pero el significado árabe de Almudévar es la Redonda, debido a la colina sobre la que se asienta la iglesia de la Virgen, a la que se puso el nombre equivalente de la Corona.

En el libro "Linajes de Aragón" se escribe que la antigua Burtina, ciudad de los ilergetes, era el lugar de "descanso en el camino que en los tiempos romanos y godos conducía  de Astorga a Tarragona, pasando por Huesca".Con este motivo era una ciudad de gran comercio ,"por lo que al caer en poder de los moros  éstos la trocaron el nombre llamándola Almudévar ,reforzando sus murallas y dando el mayor empuje que pudieron a los mercados".El rey aragonés Alfonso el Batallador se dio cuenta  que para conquistar Zaragoza ,era necesario apoderarse antes de Almudévar, rodeándola de un fuerte ejército que no lograba rendirla, hasta que el Batallador ordenó que se tomara a "viva fuerza pasando a cuchillo a sus pobladores ,poblándola después de cristianos".Buscó ayuda  en las Ordenes Militares ,en los montañeses, en la parte francesa del Reino de Aragón, en los navarros, etc. Después de una conquista tan dura y tan cruel, según la "Enciclopedia Heráldica y Genealógica Hispano-Americana",de Alberto y Arturo García Carrafa, de 1921, "Alfonso el Batallador dio la Bailía de Almudévar a un caballero, que según la costumbre de aquellos tiempos ,tomó por apellido el nombre de dicha Villa, apellido que pasó a sus sucesores...No es posible seguir desde el primero de este apellido la genealogía del linaje, ni siquiera aportar algunas noticias de sus más antiguos varones, por la falta de documentos que la faciliten".No sabemos si dicho caballero era aragonés, navarro, francés o de cualquier otro origen, pero se quedó de Baile en Almudévar, con el apellido de la misma Villa. Después los bailes pasaron a ser alcaldes. Dice  en "Linajes de Aragón" que  "la falta de documentos nos imposibilita seguir la genealogía de este apellido" y que los primeros datos se recogen en la Infanzonía  de los Almudévar de Sieso en el siglo XV, pero mirando documentos antiguos se encuentran datos más viejos que los de la Infanzonía que se conserva de los Almudévar  de Sieso, cerca de Casbas y donde en el siglo XV aparecen dos hermanos, a saber Salvador y Miguel. De esta familia vienen los Almudévar de Casbas,de Castilsabás,de Loporzano, de Barluenga, de Sasa del Abadiado, de Torres de Barbués, de Blecua y los de Siétamo, según las infanzonías.
Pero se encuentran otros Almudévar anteriores a los dichos de la Infanzonía de Sieso, Casbas y Barluenga-Siétamo, por ejemplo en la "Colección diplomática de la Catedral de Huesca",con el número 78º ,el año 1213,la venta por Domingo de Almudévar y Magdalena ,cónyuges, y sus hijos Juan, Gil, Domingo, Pelegrina e Inés de una finca en Tabernas al arcediano Sancho de Aunés y a Juan de Lac ,por 55 sueldos jaqueses. Después el año mil trescientos once el rey concede un molino de viento a Juan de Almudévar, del que dice la Historia que era amigo del rey y portario. Este dato se encuentra en la página 157,del número 38 de la Revista Argensola, del año 1959.
Es curioso observar la cantidad de molinos, que los templarios principalmente, dirigen en Aragón y casi todos ellos movidos por corrientes de agua ,pero en Almudévar , al no correr aguas por su superficie ,había molinos de viento. En la Encomienda del Temple de Huesca, se lee lo que escribió Angel Conte, a saber:"Muy otra es la realidad de Almudévar  y Baibién, donde la ausencia de cualquier corriente de agua impedía la construcción de molinos, y así la villa de Baibién era la única de las que estaban bajo dominio templario en la encomienda de Huesca que quedaba alejada de cualquier instalación molinera hidráulica, lo que obligaría a la molturación con la fuerza humana o animal. Pensar en otras posibilidades como los molinos de viento, no es demasiado aventurado, sobre todo porque parece  haberlos en el siglo XIII en Almudévar, como lo demuestra un documento de 1311 en el que Jaime II concede a censo un molino de viento con la condición de que fuera reedificado, lo que indica que era ya antiguo, si bien no sea posible saber la fecha de construcción".Vemos como coinciden ambos documentos en la donación -venta del molino de viento de Almudévar  a Juan de Almudévar. En el libro del almudevariense  Aliod y de Gabriel Ponce, en la página 48,dicen que el molino de viento lo dio el rey a Juan de Almudévar, que además de portario "era un personaje influyente y cercano al rey".
En el año 1321 y en el mes de Junio, se data el sepulcro de Miguel de Almudévar, como puede todavía verse en la inscripción situada en uno de los arcos del claustro de San Pedro el Viejo de Huesca y existe al lado de ella otra inscripción que dice así: "Domna María ,uxor  Michaelis de Almudévar. Era MCCCVI".
Se habla también de Pedro de Almudévar, miembro de la Orden de Malta, cuya Cruz aparece en el escudo de los Almudévar de color blanco, porque al desaparecer dicha Orden  se le adjudicó a la Orden de Jerusalén la misma Cruz, pero de color blanco.
Dice "El libro de Linajes" y otros que los Almudévar se continúan en la nombrada Infanzonía de Sieso en el siglo XV, pero en el Archivo de Huesca (Jaime Berbegal.1423.Pr=2909,14Vº) habla de Johan de Almudévar de Sieso que con Martín de Lizana, hacen una suplicación al Abad de Montearagón en 1423.
Después de estos datos, sólo me queda pensar que el nombre de Almudévar le pertenece en primer lugar a la antigua Burtina y todos los demás Almudévar, que estamos principalmente en Aragón y algunos en otras partes del mundo, como por ejemplo mis sobrinos del Canadá  estamos orgullosos de  proceder de la noble Villa de Almudévar.

viernes, 19 de junio de 2020

Antepasotismo.-


            
                                             
Todos hemos tenido antepasados y los pasotas han tenido antepasotas. Como ahora somos tantos en el mundo, hay más pasotas que antes, pero siempre los ha habido. Lo que es nuevo es el nombre con que se designa a esos individuos, que como acertadamente dice Ramón Villobas,  intentan vivir de sus padres hasta que puedan vivir de sus hijos.
Aquí, en el Somontano, aquella persona a la que le daba lo mismo ocho que ochenta, le decían que era “un échamene más”. A todo decían que sí. A nadie decían que no, en una palabra,   no daban golpe, no tenían enemigos y se dejaban querer.  Había segundones en las casas “güenas” que conseguían vivir a costa de sus padres, hasta que conseguían hacerlo a costa de sus sobrinos. En este detalle, difiero de José Ramón.  Los tiones  tenían  derecho a vivir, al ser y al haber de la casa, comían lo que les echaban ( quizá de ahí viene eso de échamene más) y tenían un punto junto a la lumbre. Yo conocí a un tión que cogía una escopeta de caza de la casa, se montaba en el caballo de la casa y se lanzaba a cazar al monte. Le seguían los galgos de la casa, disparaba al conejo sin apearse del caballo y si conseguía matar alguno, caso no frecuente, “pasaba” y si no lo cogían los galgos, ahí se quedaba para pasto de las zorras .Estos antiguos pasotas no eran envidiosos y con acertada actitud ante la vida , pasaban por la misma haciendo suya la filosofía de Fray Luis: “Despiértenme las aves con su cantar sonoro, no aprendido; no los cuidados graves de que siempre es seguido, quien al humano trato está atenido”.
Aquellos “poca penas” y creo que eran más felices que los de ahora, pues a éstos en lugar del cantar sonoro de las aves, los despierta el cantar horrísonos de los tocadiscos.                                          A “los mala ganas” de antes no los cuidan los cuidados graves del trato humano, pues como he dicho, no eran envidiosos ni envidiados, pero con los pasotas de ahora todo el mundo se mete y todos tenemos algo que decir de su conducta.
Y para recordar mi teoría de que siempre ha habido pasotismo, recuerden esta copla: ”Yo me llamo “poca pena”, pariente de mala gana, y por apellido tengo, “a yo no me s´en da nada”.

jueves, 18 de junio de 2020

Relación entre Siétamo y Angüés.-



Tengo muchos recuerdos del pueblo o más bien Villa de Angüés. El año de 1.936, Angúés acogió a las Brigadas Internacionales, al proclamarse la Guerra Civil. Angüés es como la capital de unos pueblos bellos e históricos, como Liesa, Ibieca, Casbas con su antiguo y admirable Monasterio, con el pueblo de Sieso muy cerca y la misma Sierra de Guara, con aquel ambiente pacífico, sobre la que cantó poesías la tía del Conde de Aranda, Doña Ana María Abarca de Bolea, poetisa y preocupada por enseñar los caminos conventuales de aquellas, entonces jóvenes que querían ser monjas.   De aquella zona, debajo de la Sierra de Guara, se baja a Angüés y uno sueña con sus antepasados de Casbas y de Sieso, donde vivieron y todavía viven sus familiares menos aquel pariente mío, qué con su casa en Sieso, vive y canta jotas, en la Residencia de Ancianos de Angüés.

La parte más alta ve como el río Alcanadre baja hasta Angüés y bajan sus aguas muy profundas, que en tiempos pasados, era difícil bajar desde Angüés a buscar agua al río Alcanadre, agua de la que  Angüés  no se aprovechó en la Historia. Sigue la Carretera Nacional-240, que viene desde Barbastro hasta Huesca, pasa por toda la villa de Angüés, y después de pasar por Velillas, llega al río Guatizalema, que es como un hermano del río Alcanadre. En la Guerra Civil cayó  Angüés  en las manos de los “rojos”, pero Siétamo tuvo que sufrir la destrucción y la muerte causada por la guerra antes de rendirse a las “Milicias Rojas”.
Pero Angüés, pasada la  Guerra Civil ha sido la capital de aquella zona desde la Sierra de Guara hasta la Carretera General 240. Sigue esta carretera por Siétamo, donde se dio una lucha cruel entre las fuerzas anárquicas y los paisanos, que querían conservar, su trabajo y sus costumbres. Allí luchaban los “rojos y los blancos”, dejando su monte con montones de cadáveres, repartidos por aquella tierra. En aquella lucha convirtieron a Siétamo en una ruina, que a los niños no les quedó otra solución, que  recoger  balines  por el suelo y amontonarlos.
Los tiempos han cambiado y la zona de Angüés, al llegar la emigración a las ciudades y la construcción de la Autovía, que desde Huesca conduce a Cataluña, se ha encontrado aislada en ese Somontano con el Monasterio de Casbas y la Sierra de Guara.

Pero la vecindad de   Angués con Siétamo no se ha acabado, porque yo voy, con cierta frecuencia al pueblo de Sieso, donde vivieron mis antepasados y subo a Santa Cilia de Panzano y a Panzano, en los cuales viven ciudadanos con el apellido Bescós, del cual desciende Manuel Bescós Almudévar, que fue Alcalde de Huesca y gran escritor.
Un día de estos, conducido en su coche por mi hijo Manuel Almudévar, nos encontramos en Angüés con un antiguo amigo, llamado Pablo, casado con la hija del abuelo llamado Víctor, al que conocí hace muchísimos años, con el que nos veíamos con frecuencia en los Almacenes Escartín de Huesca. Víctor nos invitó rápidamente a su casa. Esta era una casa, que guardaba los muebles antiguos, colgados con sumo cuidado en la paredes de un cubierto y allí, me recreé con aquellas canastas, que en otros tiempos soportaban los asnos, para transportar verduras y mercancías, Aquellas paredes estaban cubiertas de flores y de cuadros, que a lo largo de sus vidas habían acumulado en las paredes de  aquel  maravilloso “cuarto de estar”, donde recordaban tiempos pasados. A mí me hicieron sentar en una silla, porque se dieron cuenta de la torpeza de mis piernas. Allí quedé sentado junto ante la figura de una “choliva”, que parecía que estaba escuchando nuestra conversación y ni reía ni lloraba, sino que estaba como observándonos a la familia de Víctor, de su esposa y de su hijo, que me impresionó su interés por nuestra conversación, y yo me lo miraba y él me correspondía con su mirada y con el silencio de su pico. Pero yo no pude guardar silencio ante una imagen de aquella lechuza, que miraba constantemente y me hacía pensar en sus ideas silenciosas y calladas. Mi hijo nos sacó una fotografía a ambos al lado de un ramo de flores y entonces yo,  me sentí feliz y empecé a preguntar a nuestro amigo Pablo, que me reveló una respuesta que había permanecido callada desde hacía tal vez siglos. Yo le pregunté: ¿porqué colocaste a la lechuza en un lugar tan bello y tan apetecido para gozar de él?.
Víctor me contestó qué en aquel cuarto de estar, criaban las golondrinas y cantaban y subían y bajaban, pero a él y a su familia le impedían dormir sus siestas y entonces pensó que colocando en el centro de aquel salón, un ave nocturna, huirían las golondrinas amanes de la luz del día.
Víctor,  un hombre sencillo, que conoce la naturaleza, usó para que respetaran su paz, a una lechuza, que le ha hecho feliz su estancia en su cuarto de estar.    

miércoles, 17 de junio de 2020

La Urraca es un ave triste e inteligente.



Tengo ya muy cerca de los noventa años, y me acuerdo de las picarazas, como las llamaban en mi pueblo, hace ya cerca de noventa años, en que se ha sucedido la Paz, la Guerra, las tristes etapas que consigue llevar los males consecuencia de las guerras, para pasar por el Franquismo y llegar a la Democracia. Y yo con mis penas y apuros que da la vida, he estado siempre preocupado de la vida de esas aves, que son de las qué con más inteligencia, viven desde mi niñez, anterior a la Guerra del año de 1.936, en Siétamo. Conseguí con mis cinco años, que el hermano mayor de casa Lasierra, me proporcionara una cría de urraca, a cambio de un espejo de propaganda que me habían  regalado  en  la  Farmacia de Llanas de Huesca. Yo la quería, pero no supe superar las dificultades, que me proporcionaba la cría de aquella joven ave, que no supe dónde colocarla.

Pero, a pesar de las dificultades que me proporcionó su crianza, la coloqué en una gran recocina, que todavía sigue medio abandonada, al lado del Hogar. Allí tardó escaso tiempo en morir, cuya muerte me anunciaba la multitud de muertos humanos, qué en mi pueblo, iban a producirse por la Guerra Civil. La muerte de esta urraca o picaraza, dolía, porque dicen que es uno de los animales más inteligentes que existen. Investigaciones recientes que el tamaño de su  encéfalo, es como el de los orangutanes, chimpacés y seres humanos. Ya, de niño se comentaba que era capaz de mirarse en un espejo, pues en cierta ocasión escuché como se habían encontrado en sus nidos, pedazos de espejo, que había recogido la picaraza en la calle o en algún huerto. El antiguo filósofo Ovidio escribió en sus  Metamórfosis, que las urracas son capaces, como otros córvidos, de reconocer la identidad de personas a nivel individual. Tiene un aspecto elegante, pero  además, que cuando la ves desde lejos, no puedes apreciar, que además de poseer esos dos colores, cuando la observas al sol, en su lomo aparece un hermoso color, que puede transformarse en un verde Viridiana. Yo como ya he escrito un poco más arriba, me decían los hermanos del vecino que me cambió una joven urraca por espejos, que les apetecen a ellas y se llevan a sus nidos.

La garza o urraca, en una ópera de Rossini “ladra”, y en la famosa aventura de Tintín, titulada “Las joyas de la  castafiore), se representan las joyas como espejos que después de robados, guarda en sus grandes nidos. Rosini dice que “ladra”, pero no es ese sonido el que produce la urraca, sino que más bien suena un sonido, que no es un canto, sino que suena como una carraca.
Yo observo a la urraca, unas veces desde el balcón de mi casa en el Parque de Huesca, como avanza dando pequeños saltos, sobre el suelo buscando su alimento, pero después de observarla sobre el suelo, se lanza a las alturas para manifestarle a un milano, que con la amplitud de sus alas, va inspeccionando, desde el cielo los movimientos de algún ave, que busca cazar algún pájaro para alimentarse. Con una velocidad asombrosa  la urraca se desprende del suelo del Parque y se lanza volando con una gran rapidez al encuentro del milano. Comienza con rapidez el espectáculo de observar como la urraca, busca siempre ponerse en el ambiente  aereo  por encima del milano. Este intenta colocarse por encima de la urraca, y ésta elude uno posición inferior en el aire y se contempla una lucha deportiva entre ésta y la picaraza. Cuando ésta se cansa de “torear” al milano, se lanza en un vuelo rapidísimo fuera del cielo de lucha, no como un rival que huye de la lucha entre ambas aves, sino como un juez del cielo, que parece se lanza a la expulsión del milano, que quiere eliminar a otras aves, a a  las que la urraca quiere defender.
La picaraza o urraca, sufre las tristezas de la vida, mirando como el Milano persigue a otras aves y vuela en libertad desde el suelo de los parques hasta el alto cielo, donde provoca al milano Su color es blanco y negro, con unos trazos azules, que la hacen solar en la ibertad. Sueña con la libertad porque le atraen las cosas que brillan.  Ve la luz en los espejos en que se mira y dedica sus altos vuelos buscando al Milano ,para que deje libres a los otros pájaros.

jueves, 11 de junio de 2020

Las “calés” por Santa Agueda.-


                   
Ermita de las Mártires, donde se celebra el día de Santa Agueda.
  

Huesca femenina y acompañada en este día de la Santa, por el  sometido sexo masculino,  ha ardido en  fiestas  de recuerdo y de amor a Santa Águeda, que murió con los pechos cortados. Ahora,  después de siglos, las mujeres la recuerdan unas veces, por medio de la oración, otras por los bailes de todas las mujeres e incluso de los  hombres y ambos sexos se recrean con los pasteles de las  “tetas cortadas”. Tales “tetas cortadas” las presentan en este día, con un arte que brota de los corazones de las mujeres y también de los hombres, para consumirlas y recordar con placer el sacrificio de Santa Águeda. Aquí,  en Huesca, en la Ermita de las Mártires pasan los fieles a besar una teta o pecho de plata, que allí se conserva. Dice San Agustín en la “Ciudad de Dios” que “si en algún momento los dioses de la Ciudad Terrenal, esclavizan a los ciudadanos de la Celestial por la necesidad de bienes perecederos, los fieles ya tienen su paz en la esperanza cierta”, como demuestran el día de Santa Águeda con su fe, su devoción y su amor a las Santa del Señor. La mujer siempre se ha creído igual al hombre, pero las dificultades económicas, entre otras muchas, le impedían hacer las labores del sexo contrario, pero el día de Santa Águeda, vemos como en nuestros pueblos el alcalde le entrega la vara de mando a una mujer y esta preside la vida del pueblo durante todo el día de la Santa. Por la tarde celebran un baile las mujeres, que en ocasiones permiten participar a los hombres, pero siendo ellas las que se adelantan a sacar a bailar al que ellas prefieren.

Aquí en Huesca, un grupo de chicas, unas casadas y otras solteras, entraron  en una sala en que se celebraba un baile en honor de Santa Águeda y vieron que toda ella se encontraba llena de hermosas y morenas mujeres, unas jóvenes con su mata de pelo suelta y las mayores con unos peinados moños. Eran bellas con unos ojos negros, que no daban tristeza sino que repartían la luz de la alegría entre todo el público que allí había acudido. Se escuchaban  rumbas, “cante jondo”, coplas andaluzas y gitanas y ellas parecía que los átomos eléctricos movían sus piernas, sus brazos, su abdomen y su tórax, mientras arrojaban por sus ojos la emoción de quien se siente feliz. Un guapo gitano de la raza calé, se colocó al lado de las niñas “payas” y todas las miradas de  las  calés, se dirigieron sin sonreírse,  no se sabe si hacia ellas o hacia su deseado gitano. Las “payas” iniciaron su retirada y al decirles el gitano que parecían Marquesas, una de ellas le contestó: ¡tú si que pareces un auténtico Rey!. Se le notó en su cara una satisfacción enorme y ellas se fueron pacíficamente.
Es que todas las razas que están en España, acuden a esta sala, pues aquel día de Santa Águeda, estaban por allí unos cuantos “poni payos”, como  llaman los calés a los latinos o hispanoamericanos que son de baja estatura, como los potros “ponys”, pero que a pesar de su escasa altura entonan hermosas canciones hispano americanas.
Se fueron marchando por las calles del centro de Huesca, aunque a alguna de ellas, la tuvieron que llevar al “Más allá “ de la ciudad, como llaman al Barrio que está más allá del Tanatorio.


lunes, 8 de junio de 2020

Dicen, Sras. y Sres., que despedirse es morir …


       
                                            
Dicen, Sras. y Sres., que despedirse de la Alcaldía es morir un poco y tenía razón el primero que lo dijo,  porque  el adiós último, va precedido de múltiples adioses; aunque el adiós que tan amablemente, hoy me decís, quiera Dios que podamos intercambiarlo entre nosotros muchos años, pues no consiste en un adiós definitivo. Nos veremos debajo de  la  garrofera, contemplando el paso de los forasteros, en las fuentes, la de los siete caños y en la fuente vieja y moderna, sombreada, sombreada por copudos chopos; caminaremos juntos, muchas veces a la Cruz de San Pedro para pedir el agua, seguiremos unidos en la Cruz que el Jueves Santo, nuestras sufridas gentes  llevan sobre sus hombros y al son de las campanas tristes alguna vez y alegres en las Fiestas, rezaremos a una en nuestro templo. Subiremos al Saso y a la Sarda, bajaremos al río y a los huertos. Nos veremos en Liesa, en Castejón de Arbaniés, en Monflorite y Huesca, nos diremos adiós y cada vez que lo digamos, habremos muerto un poco, pero digámonos adiós, que nos hará más dulce y llevadero, ese llegar al Adiós Definitivo.
Por todo eso, os agradezco vuestra despedida y aunque resulte nostálgico, es dulce como es dulce la morriña galáica, la saudade portuguesa y la “crosira” aragonesa, porque si bien es cierto que me voy, “me voy, pero no me voy”, es decir que  aunque me voy, no me marcho.
Más triste está el puente, porque despide de continuo el curso de las aguas y él se queda eternamente.
Siétamo es el puente de esta vida y nosotros el agua y pasaron por él nuestros antepasados amigos y vecinos, pero tenemos suerte de estar en la badina, hasta  que  llegue  la  riada de la muerte. Comamos como pasta el ganado en sus orillas, bebamos como las golondrinas lo hacen con su rasante vuelo, cantaremos igual que canta el grillo y las ranas en verano; nadaremos como las madrillas y los barbos, porque jugaremos como juegan las polletas de agua y las verdes libélulas; trabajemos que es el sino que nos dio el Señor, y entre tragos, comidas, diversiones y trabajos, digámonos adiós.

A la Doctora Salgado, que dirige la Rehabilitación del Hospital Provincial de Huesca


 

Yo conocí a la Doctora Salgado en su Despacho cuando me recibió amablemente para iniciar un curso de rehabilitación, después de una quiebra, que sufrí en mi brazo derecho. Cuando esperaba, leí en un Cartel de Normas a seguir en el Centro, un folio en el que ponía: ”Muere lentamente quien no viaja-quien no lee- quien no escucha música- quien no halla encanto  en sí mismo”. Nada más empezar la lectura de estos versos, miré en la parte baja del folio para conocer quien había sido su autor y quedé encantado al ver que era Pablo Neruda un poético pensador. Al entrar a ser reconocido por usted, ¡doctora!,  tuve la impresión de que iba a ser rehabilitado en mi cuerpo y en mi espíritu, porque, sin darme cuenta, estaba siguiendo la poesía de Neruda :”Muere lentamente –quien se transforma en esclavo del hábito-repitiendo todos los días los mismo senderos- quien no cambia de rutina- no se arriesga a vestir un nuevo color- o no conversa con quien desconoce”. Yo tal vez llevado por la afirmación del poeta, conversé con la doctora, que escuchaba sonriente.

Empezaron el curso de rehabilitación,  para alejar de mi vida ese morir lentamente y al buen sanitario Javier Lera, tal vez movido por ese espíritu poético, le regalé mi libro

“Retablo del Alto Aragón”. Tal vez comentara sobre él con la Doctora, que dijo le gustaba el libro y yo le regalé otro. Tendido en la camilla en la que Javier me ayudaba a renovar mi vida, acudió usted a comunicarme que su buena madre, que según el poeta no muere lentamente, “porque lee”. Le había comunicado que conocía algunos protagonistas del libro “Retablo del Alto Aragón”, y que, tal vez, conversaría con alguno de ellos, en su mundo interior.

Yo quedé encantado de sus breves palabras, acompañadas por su sonrisa, que busca la vida,  y te prometí que le iba a regalar otro libro,  porque el primero su madre lo merece y en este segundo, le explico los motivos de que te dedicara este libro, ya que me admira que una persona como usted, entregue sus conocimientos y su vida en rehabilitar la salud de los hombres y de las mujeres. Este comportamiento me recordó el artículo que aparece en la página cuarenta y tres del libro, en que hablo de un drogata y “al estrechar su mano ya he notado que se acabó la fuerza de su mano  derecha…..   era difícil hablar con él, a pesar del esfuerzo que yo hacía para ser correcto y agradable e incluso lenitivo para el mal que, sin duda le aquejaba”. “Yo le daba la razón a pesar de que a la mía, sinrazones parecían las que a la suya, razones se le hacían”.

¡Doctora Salgado, guardemos el optimismo de la vida, aunque seamos polvo y en él nos hayamos de convertir, porque la vida por algo existe y hay que cuidarla y conservarla el tiempo que podamos!. Usted es vida y a la vida propia y a la de todo el mundo,  la dedicas.        

Luis Garay, extremeño, que vive en Siétamo.-


 
                                         
Luis Garay de apellido vasco y nacido en Extremadura, conoció hace pocos años, a los burros o asnos, animales humildes de carga, de acarreo y portadores en la Montaña de los corderos, que iban pariendo las ovejas. Los burros bajaban a los corderos, que iban pariendo las ovejas, pues los bajaban, sobre sus costillas a las Parideras, pues las ovejas que los habían parido, les daban la leche de sus mamas, para alimentarlos.
En mi casa de Siétamo, antes de la Guerra,  teníamos una burra torda, que se empleaba para subir agua de la Fuente pública, pero yo cultivaba su amistad, montándome en ella y cabalgar o más bien, dirigirla por las calles y sobre el monte, hasta que un día, en que ya la había hecho bajar a la Fuente, al subir hacia la Plaza Mayor, protestó de mi abuso sobre ella y echó a correr hacia la Era, donde estaban trillando y ella quería mascar granos de trigo.  Además ya estaba harta de que la obligara a bajar a la Fuente, a beber y a beber continuamente agua. Al subir corriendo por la cuesta que sube a la Plaza Mayor, me caí al suelo y me hice una pequeña herida  en mi cabeza. Tuve que subir a la medio destrozada barbería por la Guerra Civil, en la que  el practicante y además barbero, me cosió con un punto, la piel rasgada. ¡Cómo recuerdo a ese caballero barbero y practicante de curar las , que nos producíamos los hijos del pueblo!. No olvidaré, mientras viva, al Señor Jorge revestido con una blusa oscura, que con todo cariño, me cosió la pequeña herida.

Eran los burros, animales solípedos de tamaño menor que el de los caballos, pero eran aprovechados por el hombre para descargar sus faenas sobre sus tan buenos animales. Los pastores que subían a la Montaña con sus ovejas, llevaban cargados sobre sus costillas, los objetos, que luego necesitaban para cocinar sus alimentos y las bebidas que necesitan para refrescar sus comidas. 
Escribiendo sobre burros o asnos ,tengo que expresar que esos animales eran de un tamaño menor que el de los caballos, pero eran animales muy útiles al hombre para cargar en ellos arena en las orillas de los ríos, con arena sobre sus lomos y al subir a la llanura, escasamente podían llevar sobre sus lomos la arena. Al subir a la llanura, escasamente podían subir y sus dueños les gritaban ¡arre burro! , al mismo tiempo que les golpeaban sobre sus lomos con sus largas varas, para que hicieran esfuerzos enormes, para subir la arena, para construir las obras a las que estaba dicha arena destinada.
Un señor , al que llamaban Pepe, me dijo que cuando hacía el Servicio Militar por el año de 1.950,veía al amo de los asnos, que contemplaba para ver sacar arena del río, que necesitaban para construir una carretera hasta Almazán. Han pasado unos ochenta años y proliferaban los asnos, porque era grande el desnivel de esos terrenos y por tanto era muy difícil transitar por ellos, en las orillas del Duero, por la orografía del terreno.
Fernando Moreu de Robres, me contaba que el que construía la línea eléctrica que iba dese Poleniño hasta Zaragoza, le suministraba la arena con doce burros, que tenían que caminar sobre la Sierra. Hace de esto ya unos quince años y ahora suministran la arena por medio de helicópteros. Pero este Fernando Moreu de Robres, me dice que ahora crían cerdos y cuidan el pasto de algunas ovejas por la Sierra de Alcubierre.  
¿Se van a quedar los pueblos sin habitantes y Zaragoza y otras ciudades ,congestionadas de población?.

domingo, 7 de junio de 2020

“La flauta mágica”, ópera de MOZART.-




Cuando uno escucha la “Flauta mágica”, Opera de Mozart, le  da  la impresión de encontrarse en el mundo de los sueños. Y no sabe uno si ese mundo que se representa en la “Flauta mágica”, expresaba   su   vida, porque  compuso  su  obra,  en  los  últimos días de la misma, en 1.791, escasos días ante de su  muerte.
Su vida, estaba llena, como la de todos los hombres de problemas existenciales, pues su vida estaba plena de amor, de libertad y de sueños con esa libertad, de la hermandad entre los seres humanos, y  su espíritu artístico, concretamente de los sonidos musicales, que encierran en sus bellos sonidos los problemas de la vida de los hombres, que son belleza espiritual que, hacen gozar a los cuerpos y a los espíritus de un placer divino que ya dejaron de escuchar y  dejaron  de hacerlos sonar, con sus cuerpos enterrados en los cementerios. En cambio, nosotros seguimos escuchando el Requien de Mozart en cualquier momento. ¡Qué triste que el mismo Mozart no pueda escuchar tan emocionante música, que define la muerte de seres humanos, con un poder divino que les salía de su genial cerebro o más bien de su espíritu!. Esa música, ahora, la escuchamos los humanos en el mundo, pero Mozart, desde su tumba, no la oye. Ahora Mozart no oye esa música, pero los hombres que ahora la escuchan, han escrito “ríos de tinta” con el fin de explicarse el sentido de aquellas bases de su obra, que la produjo con su inspiración musical sublime, pero el comentario que más ilumina, es cuando Tamino, desesperado,  exclama:”¡ Oh, noche oscura!, ¿Cuándo vas a desaparecer?.¿Cuando voy a encontrar luz en las tinieblas?” y el coro contesta: ”PRONTO, PRONTO  O  JAMÁS”.
Esa vida es trágica, porque se encuentra con la “noche oscura” y Mozart se pregunta:¿Cuándo vas a desaparecer, cuando vas a encontrar luz entre las tinieblas? Y el coro contesta:” PRONTO; O JAMÁS” y los que estaban meditando en la palabras desesperadas de TAMINO, se preguntan desesperados “¿Cuándo vas a desaparecer?, ¿Cuándo vas a encontrar luz entre las tinieblas?. Mozart  piensa  deseando  dicha luz y el Coro contesta “PRONTO o JAMÁS”.
Esa contestación, lo sumerge profundamente en las tinieblas, pues se encuentra con Pamina, hija de la Reina de la Noche, y está secuestrada por un demonio. Le pide a Tamino que la rescate. “Después de esto, la Reina se retira entre las montañas y el día se hace de nuevo”. “La Reina de la Noche y Monostatos son expulsados y se los traga la tierra. Sarastro convoca el reino de la luz y el reino de la verdad”. “En el coro final se canta la belleza y la sabiduría que han sido coronadas para siempre en aquel bello lugar”.
En esta obra  triunfaron  sobre el mal Tamino y Pamina, que se unieron fueron felices.
En estas locas aventuras, estamos los ciudadanos emocionados por la MÚSICA, que hace que esa emoción llene de placer nuestros espíritus. Esa música, ahora los humanos la escuchamos en el Mundo, pero Mozart desde su tumba, no la oye. Escuchamos esa “Flauta mágica”, ópera de Mozart, nos sentimos felices, en un ambiente de sueños.

jueves, 4 de junio de 2020

El marco de Graus.-


Si alguien mira, a través del marco de una ventana, al exterior, verá un paisaje, a veces rústico y a veces urbano. Si se trata de una vista campesina tendrá la oportunidad de observar la primavera, el verano, el otoño y el invierno y en lugar de disfrutar de un cuadro eternamente inamovible, el marco de su ventana le ofrecerá una naturaleza viva, en el vuelo de los pájaros, en el tremolar de las hojas de los árboles, en el correr de las aguas, al tiempo que escuchará trinos, susurros y rumores.

Esa misma variabilidad que “da Naturalidad al ambiente urbano de Graus”, enclavado con la cortesanía de su Plaza Mayor, con la noble arquitectura adosada a la montaña de Santa María, con su paseo de amplitudes de futuro, presidido por Costa por un lado y por San Miguel por otro, enclavado digo urbanísticamente en una tierra de olivos típicamente mediterránea, todavía en la puerta de los alpinos Pirineos, que por aquí vierten sus caudalosas aguas, que tanto hicieron meditar a Costa y puerta semicerrada, ¿hasta cuando?, todavía a la “douce France”.
A sus ventanas se asomaron sus hombres y mujeres y enmarcados por ellas vieron cuadros dinámicos de fiestas, de tristezas de entierros, de alegrías de bautizos, de sucesos políticos y guerreros y algunos evocarán con simpatía ocasiones como la feria de caballerías que el veintinueve de Septiembre, san Miguel, se celebraban.
A Graus se desplazaban desde Huesca, Teruel y Zaragoza los tratantes con sus blusas y sus barras; aquí cargados de billetes escondidos en sus bragueteras, tetillas, fajas y faltriqueras, llegaban Fau, Castor, Losfablos y León Belío, para comprar las bestias que de Chistau, de Chías, La Fueva y Las Paules, bajaban los recriadores.
Compraba Roquefort de Zaragoza mulas enormes a Marcial Ríos de Benasque y a Antonio Tramidad de Castejón de Sos. Era el mejor ganado el que traían de esos pueblos y de el Run, el de Anciles y el de Eriste y hasta llegaban de allá, de Vidaller, en tierras catalanas.
Los de Teruel, de tierra austera y fría compraban los machos romos, burdéganos, burreños o burreros criados a su vez en tierras duras de la Fueva.
Merodeaban en torno a bestias y a tratantes los compradores, comisionistas, curiosos y gitanos, que se encargaban de endosar a los ingenuos y a los pobres, las mulas más taradas por un aire o por el asma. Había aquellos que ¡todo por la patria!, se llevaban por salvarla y “jorobaban” a sus soldados las mulas bravas, resabiadas y traidoras, conocidas como “guitas”.
Caminaban acolados en reatas cientos de bestias con su corte de mozos y tratantes aviados con alforjas y botas que paraban a los escasos conductores de coches que pasaban, para darles un trago de buen vino.
Todo era fiesta, Graus era una fiesta y se llenaban los hoteles de Lleyda y Samblancat, las fondas de Maella, Ainés y casa Peperillo; se hospedaba la gente también en casas de particulares y dormían incluso en los pesebres y pajeras. Llegaban las mujeres del amor, se llenaban los cines y en alguno se veían hojas de parra  en los espectáculos de revista y varietés. Pero la carne reina no fue la de mujer, sino la del ternasco, cuyas costillas asadas a la brasa se consumían con fruición. Almorzaban, ya temprano, sopas de ajo o bacalao para empezar y acababan con los clásicos huevos fritos con chorizo y longaniza o con tortilla de patata. En las comidas eran reyes con las costillas de ternasco, los pollos corraleros, sin hormonas, adornados con el color de los tomates y de los pimientos.
Me contaba Carletes, que acompañó tratantes a lo largo de su vida, todo lo que yo les he contado a ustedes.

Fumar o no fumar

  Bajaba cierto día por las escaleras amplias de un edificio oficial y al llegar a uno de los vestíbulos de cualquiera de sus pisos, desde l...