miércoles, 24 de marzo de 2010

La boliviana

He conocido como camarera de un Bar de la Hoya de Huesca, a una muchacha boliviana, que se llama Claudia. Nació en el centro de Bolivia, en la ciudad de Cochabamba, capital de una hermosa zona, que se encuentra debajo de unos parajes, que se asientan en Los Andes, como son La Paz y Oruro. Así como en la Región Andina se encuentra en unas alturas, aproximadas a los tres mil metros de altura, donde las temperaturas son muy frías, la zona de Cochabamba está debajo de los Andes, siendo su temperatura media de unos quince a veinticinco grados. Nació Claudia en la capital Cochabamba, a la que llaman Ciudad Jardín, porque en sus campos se crían rosas de todas las formas y colores, frutos de todas las clases, menos los tropicales, y se elevan ante los ojos de sus habitantes elevados árboles. Se dedican a la agricultura y a la ganadería, donde no nieva nunca y no sufren el frío ni el calor, que quema los rostros de las personas. Pero dentro de la enorme extensión de su País, resultan diferentes todas las zonas, porque ella se acuerda de haber aprendido las diversas características de Bolivia, en la televisión y en las Escuelas, que en Cochabamba, no faltan. Coinciden sus relatos con cada zona, porque dice que en la andina son indios aymarás, quechúas y de otras razas y visten con ropas originales, que además están elaboradas para guardarse del frío. Llevan, lo mismo las mujeres que los hombres e incluso los niños, unos sombreros, heredada su forma, de los antiguos colonos españoles, cubren su cuerpo y encima de todas sus ropas, se colocan unas mantas, con una apertura por la que introducen sus cabezas y las mujeres llevan multitud de sayas para evitar el frío. Viven de la agricultura y de la ganadería, de la primera sacan una especie de patatas, a las que llaman los chuños, de color oscuro, que se congelan , pero los recogen y los guardan como aquí guardamos las patatas. Tienen un sabor delicioso me dice Claudia y los mezclan con toda clase de guisos. De la ganadería obtienen vicuñas, alpacas y llamas, que todas ellas producen una especie de lana, con la que fabrican telas, aprovechadas para combatir el frío. Comen carne de las llamas, que según la chica, es deliciosa. Como me ha explicado viven indios en los Andes, mestizos en Cochabamba, como ella misma, porque al preguntarle por sus apellidos me dijo que son Salvatierra y Pérez. En la zona de los Valles del río Paraguay, dice que habitan algunos individuos de raza morena, que los trajeron en otros tiempos como esclavos. El Conde de Aranda, nacido en Siétamo, pidió al Gobierno español que les diera la Independencia a estos países, pero se les negó. Si España hubiera intervenido en una independencia pacifica, en lugar de revolucionaria, hubieran podido darle a Bolivia, un trozo de mar, para poder hacer sus importaciones y exportaciones, que hubieran causado un mayor desarrollo en el País. Claudia se diferencia de los españoles actuales por su color aceitunado con unos bellos ojos, pero su lengua es igual que la nuestra, quizá más bella y sueña con ir con sus padres a Cochabamba a visitar a la Virgen de Orcupina, que se apareció en una roca, igual que a mí me entran ganas de ir a ver a la Virgen del Pilar, cuando voy a Zaragoza.

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