martes, 15 de abril de 2025

 

Escrito a Julio Brioso (CLAROSCUROS)



Y yo, Ignacio Almudévar Zamora, quiero dedicar un recuerdo a Julio Brioso, gran escritor e historiador, publicando el escrito siguiente, que le dediqué, cuando todavía vivía. Se titula JULIO BRIOSO Y MAYRAL que dice así: “Estabas ya, desde casi tu niñez, haciendo la “vigilancia intensiva” de la ciudad donde naciste, es decir de Huesca y de su territorio, porque mostrabas un interés ansioso por estudiar y por investigar su cultura, su historia y ¿por qué no decirlo?, ya que tú me lo dijiste a mí, en la dedicatoria que me hiciste de tu libro “Las calles de Huesca”. Escribiste con tu mano y con tu pluma, ”eres gran conocedor de las costumbres y los “alparceos” y entresijos de nuestra ciudad de Huesca”  y que ahora, recordando tu forma de ser, yo te atribuyo a tí. Esto ocurrió el año de mil novecientos ochenta y siete, en el Prólogo de tu Libro y debajo de una fotografía de un antiguo edificio, lleno de arcos, pusiste: ”El vetusto caserón de la Encomienda del Temple sucumbió víctima del ávido proceso de especulación del suelo” y acompañando a otra magnífica foto de la iglesia de San Miguel, escribiste:” La vieja galera rural ha tenido su cansino rodar junto al puente de San Miguel, ante la hierática mirada de la románica torre de las Miguelas”. Esa vigilancia intensiva hace que tus escritos nos den una impresión realista de los acontecimientos históricos, mezclándonos a los altoaragoneses nuestra historia con nuestros problemas, nuestras creencias con nuestras formas de hablar, con nuestro arte y con nuestras formas privadas y públicas de vivir.
Basta con leer tu escrito sobre la Plaza de San Pedro el Viejo, en la que pone: “La iglesia de San Pedro el Viejo, la más antigua de las que existen en Huesca, hunde sus raíces en la más ilustre y añeja historia de nuestra ciudad”. Y a continuación hablas de un templo pagano, sobre el que se construyó una iglesia visigótica…”que aglutinó  a los mozárabes durante la dominación musulmana…que fue donada por Pedro I al Monasterio de San Ponce de Tomeras, en Narbona, al otro lado de los Pirineos”. Añade que “conoció días de gloria y esplendor, cuando Ramiro el Monje…se retiró allí a pasar los últimos años de su vida en la paz y la soledad del claustro”. Habla de los santos  Justo y Pastor, de San Urbez y de la antigua sacristía de San Ponce. Se recrea describiendo el claustro de San Pedro, que se atribuye “al anónimo Maestro de San Juan de la Peña”, explica como el tema de los capiteles no se refiere sólo a la vida de Cristo y al Antiguo Testamento, sino  que trata de la conquista de Huesca. No sólo habla de las grandes figuras históricas que allí descansan, como Ramiro el Monje y su hermano Alfonso el Batallador, sino que recuerda las reuniones que en San Pedro celebraban los miembros de la Comunidad de Regantes de los Términos de Lunes y Martes y la celebración de las fiestas, que el gremio de zapateros de Huesca, celebraba a San Crispín.
Lo mismo ocurre con la Plaza de Urriés, a la que pertenecieron  los miembros “de la más rancia nobleza aragonesa”, de tal forma que “un  tal Recadero de Urriés entró en España con Carlomagno el año 778” y en tal Plaza “hasta hace unos pocos años hubo unos vetustos locales donde se alojaba la famosa “burreta del Ayuntamiento”, que conducida por el popular Toribio, tiraba de un carrito con un pequeño depósito de agua; en él llenaba el paciente funcionario una regadera con la que iba “rugiando” las calles por las mañanas, para mantenerlas limpias y “escoscadas”. ¡Cómo recuerdo la simpática figura del pequeño y trabajador Toribio, formando su equipo con la  burreta torda, que tiraba del carrico!. Era tan “intensivo” el interés del gran escritor y excelente persona, que se acordaba y me hizo recordar hasta las personas más humildes y conocía y escribía en la lengua de Aragón, como se demuestra en el párrafo anterior. ¡Cómo nos hace vivir la Historia de San Pedro el Viejo, desde que era un templo pagano, hasta ahora en que es objeto de preocupación su restauración!. El que se preocupó tanto de la “visión intensiva de la Historia, de la Fabla Aragonesa, de las costumbres, del arte y del progreso de Aragón, ha sido también objeto del estudio de la separación de su espíritu de su cuerpo, por parte de los médicos, que lo han tenido en la habitación de la UVI, durante siete semanas. Yo pedía al Señor que no se lo llevara si era posible, pero se ha ido a reunir con Don Ricardo del Arco, con Don Federico Balaguer y con Don Antonio Durán Gudiol, pero no sólo con ellos, sino también con aquel hombre sencillo de Puértolas, que un día le hablaba a Julio de la Historia y Julio le escuchaba con un interés “intensivo”.
Su buena madre ha sufrido mucho, pero sus lágrimas están acompañadas por las de muchos oscenses, que están deseando que se recuerde siempre a Julio Brioso  Mayral, al que deberían dedicarle una calle, poniéndole su nombre. 

lunes, 14 de abril de 2025

A Jesús Gota, mi amigo. -


Blecua (Huesca).


Era por los primeros días del mes de Septiembre del año 2003, cuando ¡por fin! fuí a Blecua a visitar a mi amigo Jesús Gota. Habíamos hablado muchas veces en Huesca y en esas charlas descubrí un hombre entero, que sabía de casi todas las cosas que en el mundo se llevan y nos llevan, nos traen y las traemos los hombres en nuestra memoria, en nuestra inteligencia, en nuestras actividades, y en nuestro diario o mejor dicho nocturno dormir, en nuestro caminar y en nuestro diario comer y beber.
Subí por la calle larga, una de las más largas que hay por aquella zona y en lo más alto del pueblo, en una pequeña plaza, estaba su casa, me hizo entrar en ella y quedé admirado ante la enorme biblioteca de sabios libros, que estaban esperando que los cogiera con su mano Jesús, para rellenar su memoria, aumentar su inteligencia y soñar con sus contenidos.
Desde aquella calle tan larga, se apreciaba Berbegal, que por Pertusa se unía a Blecua, para llegar a Huesca (Osca), pasando por Pueyo de Fañanás y por Alcalá del Obispo y desde Lérida (Ilerda), pasando por la Virgen de la Alegría de Monzón se llegaba al dicho y elevado Berbegal.
Alrededor de dicha plaza, se encontraba el antiguo Castillo, con su ermita de Santa Ana, el hermoso pozo, del que Jesús conserva o ¿conservaba? un tubo de arcilla para conducir sus aguas a otros lugares, la Iglesia Parroquial en la que este día 26 de Septiembre, te van a celebrar tus funerales y se encuentra también la Escuela, donde el sesudo maestro Cavero, educó tan bien, a los hijos de este pueblo de Blecua. Para la Guerra Civil, los hijos de Blecua, educados por el Maestro Cavero, respetaron las vidas de sus vecinos, cuando en pueblos próximos, se fusilaban mutuamente.
Me hablaste del camino que de Alquezar, pasando por Angüés y por Siétamo, conducía a Zaragoza, de la ya nombrada Vía  Romana Ilerda-Osca y de la cabañera, que pasando por la ermita de San Gregorio, venía de Siétamo e iba a Armalé. Te escuché cuando me hablabas del museo del carretero, del lavadero, de las cías y de los antiguos pueblos, ya desaparecidos.
Me dejaste unas fotografías y unos planos del cementerio de los íberos ilergetes, situado en tu “demba”, con su vasija en la que colocaban, tal vez, algún alimento para el eterno viaje del difunto.
Hiciste con Claver un trabajo perfecto, trazando planos, cuyo autor fue quizás tu hijo, pero quedaste un poco decepcionado al no hacer nada con la Arqueología altoaragonesa.
No es extraño, por aquello de que “de tal palo, tal astilla”, que tengas un hijo inteligente y una hija, que conoce gran variedad de idiomas, entre otros el chino, pues es profesora de una Universidad en China.
Yo, al verte tan rubio y tan sensato pensé que tendrías antecesores de aquel pueblo godo, igual que tu mujer, que también es rubia. La raza es lo de menos, lo importante es ser hombres y mujeres, inteligentes, con honradez, con amor a la familia y a su tierra.
Hablábamos de los escasos habitantes que quedan en Blecua y ahora pienso que tal vez haya que usar a Jesús Gota como intermediario con Dios, para que vaya Blecua resucitando.

domingo, 13 de abril de 2025

La familia oscense de los Ponz





La vida nos va echando poco a poco de este mundo, pero cuando  crees que ya no volverás a ver a tus parientes y a tus amigos de tiempos ya pasados, un día,  el menos esperado, te encuentras con alguno de ellos. Por ejemplo, en este mes de Octubre, me encontré con Francisco Ponz González y ¡Dios mío, qué recuerdos trae a mi memoria su presencia!. Yo tenía en aquellos viejos tiempos, unos doce años y estaba de vacaciones y al acabarlas, tenía la necesidad de salir de Huesca, para regresar a Escoriaza, pero un absceso  brotó en la planta de mi pie derecho y me alarmé. Mi abuela Agustina, en cambio, confiaba en  don Mariano Ponz, lo llamó y él, como médico, ya entonces antiguo, vino en seguida a mi casa, sacó un bisturí y me abrió la piel, que contenía la materia purulenta, la hizo salir y me dejó como nuevo, de tal forma que ya no tuve que esperar ni un minuto para marchar al pueblo guipuzcoano, a seguir mis estudios. Don Mariano, en aquellos tiempos en que la elegancia era costumbre de muy pocas personas, él la practicaba, con su semblante, su chaleco, su chaqueta y los limpios zapatos que  soportaban su elegante figura. El sombrero se lo quitaba cuando llegaba al piso del enfermo y se lo ponía de nuevo al marchar. Su rostro era redondo, agradable y sonriente sin reírse con sonoras carcajadas, sino con un saber estar y pasar por la vida agradablemente. Su amabilidad la utilizaba con todos los enfermos que visitaba, pero la estimulaba, al acordarse de que era pariente de mi abuela, pues mi madre ya había muerto.  Yo me marché de Huesca, pero allá en Escoriaza, me acordaba de él  y cuando volvía de vacaciones, iba conociendo a su hijo, también médico y también llamado Mariano Ponz Piedrafita, que llegó a ser Alcalde de la ciudad de Huesca, así como a su simpática esposa Elisa Gonzalez Pedregal, con la que hablaba, cuando la encontraba por la calle o por el Parque: Yo le preguntaba por  su hermano el gran profesor del deporte entre la juventud y también me contaba las aventuras de sus hijos y de sus numerosos hijos y también de sus tres hijas. Me acuerdo especialmente del hermano pequeño, que hacía aventuras prohibidas con los pavos reales del Parque y a veces con las ocas. Me vino a ver en cierta ocasión hablándome de sus estudios. La más pequeña de las hermanas está casada con Abadías,  gran amigo mío, alegre y cuando me los encuentro me lo hacen pasar con gran alegría.

El Doctor Mariano, casado con Elena y padre de tantos hijos e hijas, era un gran amigo de mi cuñado Luis Tesa Ayala y cuñado del José María Lacasa, que también fue Alcalde de Huesca y amante de la música y del canto de la Coral Oscense. Se quedó viudo muy joven y su hijo recientemente muerto, me enseñó los instrumentos musicales, como los pianos, que todavía conserva su señora en el piso, también cerca del Parque. Mariano con su cuidado de la salud de muchos oscenses, de su actividad municipal en el Ayuntamiento, conservó siempre un buen humor. Bastaba ver juntos a él con José María Lacasa y mi cuñado Luis Tesa, para ver y escuchar sus risas,  producto de sus chistes a pesar de los trabajos, que a veces entristecen a los hombres.

Cuando yo tenía treinta años, estuve ejerciendo de veterinario en la Villa de Bolea y allí conocí otro médico, hermano del Abuelo que a mí me operó el pie. Era un señor, ya mayor, grueso, jubilado y que con su bastón se paseaba por Bolea. Tenía una hermana soltera que lo cuidaba y que era la bondad integra. Yo hablaba con ellos y acudí a su casa, donde me  invitaron a comer algunas pastas, acompañadas de buen vino de la tierra. Cuando murió su hermano, ella bajó a vivir a Huesca, colocándose en la Seguridad Social. Guardo de ambos hermanos un grato recuerdo, que  me hace pensar en la marcha desde este mundo al de más arriba. No sólo subieron ellos, sino su hermano Mariano, su sobrino e hijo de éste, de su esposa y de tantos otros, que vivieron en aquel chalet frente al parque donde reinaba la alegría .Ahora no hace falta preguntarle al jardín por todos los miembros de la familia Ponz, porque, sin hablar, sólo con ver su triste vegetación, se humedecen mis ojos. En Pamplona conocí a un miembro de los Ponz, que cuando me operaron,  acudió a visitarme a la Clínica Universetaria, donde él fue un hombre de gran prestigio. Fue compañero del Fundador del Opus Dei. De este hecho hace ya diecisiete años y ya sólo veía a la menor de las hermanas, que con mi amigo Abadías, tienen una casa de recreo al lado de la Ermita de Cillas. Por todos estos recuerdos,  agradecí a un hijo del Alcalde y Físico ósense, que un día del mes de Septiembre, me viniera a ver a Casa Almudévar de Siétamo. Yo me emocioné pero a él, se le puso un velo de tristeza en sus ojos, al recordar a sus antepasados y a sus hermanos. 

A Albert Einstein no quisieron concederle el Premio Nobel.-


El año de 1.912 Einstein anotó la ecuación “E=mc2” que representa la relación entre la masa y la energía como  la base de la teoría de la relatividad. Yo no comprendo el significado de dicha fórmula y desde luego  entiendo  el retraso en la concesión del Premio Nobel, porque hubo incapacidad, entre los que debían comprender la teoría de la relatividad.  Einstein pensó y dijo: “Si yo estuviese equivocado, ¡un solo pensador habría sido suficiente para refutarme!”. 

La humanidad a lo largo de siglos ha adorado al Señor, pero la Sabiduría se ha representado en forma de una Paloma, como explica el evangelista San Mateo (3,16), que  según  él, en el Evangelio, escribe que “Jesús salió del agua; y entonces se abrieron los cielos, y vio el   Espíritu de Dios que descendía en forma de Paloma y venía sobre El”.

La humanidad ha pensado a través de los siglos en dioses, algunos y otros en uno solo, pero la Biblia nos narra situaciones en las que los judíos buscaban a Dios, el Creador, pero uno no se explica el comportamiento humano, que ha seguido durante siglos por distintas tierras y diferentes ideas, porque también trabajaban en medio de los hombres, seres diabólicos opuestos a la justicia y al amor al Creador.

Después  de  que durante siglos, representase la relación entre la masa y la energía, como base de tal Teoría, escribió esta fórmula: “ E=mc 2”, que representa la relación entre la masa y la energía, como base de la  Teoría de la Relatividad.

En los siglos numerosos por los que ha pasado el hombre, ha ido progresando el cerebro de los Hombres y San Agustín, todavía en época romana ya meditaba sobre Dios. Escribió: “En el principio hizo Dios el cielo y la tierra, más la Tierra era invisible, e incompuesta y las tinieblas estaban sobre el abismo, sin conmemorar que día hiciste estas cosas. Así lo que entiendo yo ahora a causa de aquel cielo, es cielo intelectual, en donde es propio del   entendimiento conocer las cosas  aquel cielo, es cielo intelectual, en donde es propio conjuntamente y no en parte, no en enigma, no por espejo sino totalmente, en visión, cara a cara, no ahora esto y luego aquello, sino lo  que hemos dicho: conocimiento simultáneo, sin vicisitud alguna de tiempos; y así lo entiendo también a causa de la “ tierra invisible e  imcompuesta”, sin vicisitud alguna de tiempos, la cual suele tener ahora un ser, luego otro, porque  lo que no tiene especie alguna no puede ser esto o aquello”. 

Y dice San Agustín que todas las cosas que Dios quiere, las quiere de una vez “quiere lo que quiere de una vez y …siempre”, porque todo lo que es mudable no es eterno.

San Agustín ya admitía que sería difícil concretar la Teoría de la relación entre la Masa y la Energía, e decir “E=mc2” con base en la Teoría de la Relatividad”. Se explica esta expresión fuera de la vida de  San Agustín, en aquellos años en que en el Norte de  Africa no había todavía  telescopios ni adelanto en la investigación.

San Agustín de Hipona, era un teólogo  y escribió en los años de 397 y 398 después Cristo , sus confesiones.

Durante siglos  no se presentó la relación entre la masa y la energía, que durante siglos representase dicha  relación. Como base de tal teoría, Albert Einstein escribió  esta fórmula: “E=mc2”, que representa la relación entre la masa y la energía, como base de la Teoría de la Relatividad.( Y hasta el año1.905 destacó la fórmula de la Teoría de la Relatividad, el efecto foto- eléctrico y otras contribuciones dio a la física moderna, respecto a la concepción del tiempo, la gravedad y la conversión de la materia en energía ( E=mc2).”

Hay quien niega la fe en Dios de Einstein, pero en diversas ocasiones habló de su creencia en Dios. porque se daba cuenta de que “ Dios no juega a los dados con el Universo”.

San Agustín que escribió en los años de 397 a 399 , no podía hacer las experiencias que en siglos posteriores pudieron hacer Galileo, que escribió: “La filosofía está escrita en ese gran libro del Universo, que se está continuamente abriendo  entre nosotros, para que lo observemos”. “ Hicieron entrar a Galileo en la cárcel, pero él , pensaba “e pur si mueve”.

Más tarde hemos visto como Higgs ha hecho parcialmente visibles las partículas de Dios  o botones del mismo Higgs, en el Túnel de Francia y Suiza.

Pero el científico más famoso del siglo XX, por formular la Teoría de la Relatividad en 1.905,el efecto fotoeléctrico varias aportaciones a la física moderna, relacionadas con la concepción del tiempo, la gravedad y la conversión de la materia en Energía (E=mc 2), es Albert Einstein.

sábado, 12 de abril de 2025

Conversaciones en Montearagón



Los Amigos de Montearagón han celebrado igual que todos los años, el primer domingo de junio, un acto de reclamación para que el antiguo castillo- monasterio, sea restaurado. He subido a la altura para colaborar con sus componentes en el logro de dicho fin y me he encontrado en ella, con muchos oscenses y con hijos de varios pueblos del Somontano. Hablé con muchos de ellos, pero el que más me impresionó con sus palabras, fue Enrique Arizón, Ingeniero Industrial, al que hacía ya muchos años que no veía porque trabajaba ocupando un alto cargo en la Hacienda Nacional y que ahora ya está jubilado. Jubilarse y venirse con su esposa  Emilia a Huesca, ha sido todo uno, porque él que toda su vida había estado soñando con Huesca, donde su familia tenía y creo que todavía es suyo el Velódromo, en el que en tiempos pasados se celebraban carreras de velocípedos. Yo me acuerdo de haber estado en el entonces ya viejo Velódromo con su primo Maito  Mallén Campaña y de haber visto algún velocípedo, que ya no se podía usar  y alguna rueda enorme, que correspondía a la rueda delantera de uno de esos velocípedos. Me dice José Enrique que en una ocasión se empleó el terreno en campo de fútbol, pero más tarde se convirtió en un campo de cultivo de cierta droga, porque unos delincuentes saltaban las paredes y cultivaban dicha planta. Ahora parece que en un edificio ya de aspecto ruinoso se arreglan instrumentos metálicos.
Pero José Enrique creo que de estas cosas se enteraba de tarde en tarde, ya que no tenía tiempo de ir a ver dichos terrenos. El se acordaba más de su vida de niño y de joven, cuando estudiaba en el colegio y me contó que alguna vez subía al Castillo-Monasterio, donde se encontraba la iglesia convertida en paridera, con su suelo lleno de estiércol con una altura cercana al metro y estaban las ovejas con sus corderos, que daban señales de asustarse, al igual que los pastores, que cuando los veían llegar daban muestras de mal humor. José Enrique tendría por aquellos años de 1945, unos dieciséis o diecisiete años e iba a ver no se sabía si al Señor o las ovejas, acompañado entre otros por Carlos Albasini y por Desi. Penetraban por todos los lugares anejos a la iglesia y por el interior de la torre, entró él en cierta ocasión en el púlpito, que por cierto me dijo que entonces a pesar de las ovejas y de los pastores, estaba más bonito que hoy en día. Una vez en el púlpito se sintió orador y exclamó en latín:”¿Quosque tandem, Catilina,abutere pacienciae nostrae?”,  que en castellano equivale a decir :¿Hasta cuando, Catilina, seguirás abusando de nuestra paciencia?.¡Dios mío, que sensibilidad tenías dentro de tí, que comunicabas a tus amigos en aquellos momentos de juventud!, ¡cómo sabías que aquella situación era el reflejo de una degeneración de la historia aragonesa!.En el momento que me explicabas tu actuación en el púlpito, estábamos en medio de aquel brillante Castillo-Monasterio, levantado en el siglo XI, unos diez o doce años antes de la conquista a los moros de la ciudad de Huesca en 1096 y sentía conmigo el consuelo de ver arreglada la iglesia, donde se dijo una misa y cantó un grupo de joteros de la Estirpe de Aragonia, dirigidos por mi amigo Julve, que con sus voces nos llegaban al alma  y allí estaban los Amigos de Montearagón, reclamando una resurrección de los edificios que tienen comidas sus piedras y en su mayor parte ruedan esas piedras por los suelos.
¿Quién es la Catilina antiaragonesa que cuando se echaron  los frailes del convento, hizo que algunos de ellos huyeran descolgándose con soga por las ventanas?.  Pero no fue sólo esta la labor que realizaron ,porque en mi pueblo de Siétamo vivió de ecónomo no sé si fue un abad o un fraile de dicho convento, que dejó en casa de una señora un relicario que parece ser contenía sangre de Cristo. Pero aquella Catilina hizo que el que compró el Monasterio lo saqueara de sus ornamentos, libros  y joyas sagradas para después prenderle fuego, de lo que se conserva un cuadro del que sale un humo escandaloso. Era escandaloso, porque mi padre me decía que cuando quemaron Montearagón, hasta Siétamo llegaban “las fumatas”. Altoaragonesas, ¡qué paciencia!.

jueves, 10 de abril de 2025

De cómo San Francisco de Asís “predicó a los pájaros y mantuvo inquietas a las golondrinas”.



La historia de la vida del hombre, narra épocas de desorientación de muchos de esos hombres, que lo llevaron a hechos detructores, como el Diluvio Universal. Entonces el hombre con la Gracia del  Señor, en el desembarco del Arca de Noé, organizó la vida honrada, hasta que volvió a caer en la vida deshonrada y así ,dentro de la libertad que el Señor dio al hombre, caía unas veces en el orden de los humanos, como cuando Noé se puso borracho, bebiendo el jugo de las viñas  y otras en la descomposición de la honestidad, que seguía creciendo en numerosos de sus miembros. Hay que tener en cuenta que su “borrachera”, fue involuntaria. Las fechas en que se escribe sobre el Arca de Noé, son variadas, por  ejemplo   los escritos del Pseudo-Filón de Alejandría, ya pertenecen al año 70 d. C. y en ellas, aparece que doce hombres fueron arrestados por negarse a poner ladrillos, pero Dios termina protegiéndolos y eran Abraham, Lot y varios compañeros. Por fin se salvaron Abraham, Lot y varios otros príncipes ya que Dios terminó protegiendo  a Abraham.   


El hombre se dio cuenta de su debilidad e intentó crear la enorme Torre de Babel, al darse cuenta  de  que  por su descomposición moral, podía ser otra vez castigado con otro Diluvio Universal. Las excavaciones arqueológicas, no descartan que existiese una escalera en forma de “T”, por un lado y por otro una escalera en espiral, como Herodoto escribió. Aquella obra daba al Monumento el significado de que aquella Torre, ofrecía una “puerta del sol o entrada en el cielo” o un lugar de comunicación entre lo divino y lo terrenal.   
El Génesis no comunica al hombre, ninguna opinión sobre la destrucción de la Torre de Babel, pero los hombres que estaban aguantando una mezcla de lenguas entre los constructores, dejaron de construir la Torre entre el mundo y el cielo y se dispersaron por el Mundo. Pero hubo otras noticias en el Libro de los Jubileos y en otros escritos, como la destrucción de la Torre por el viento, por el fuego y por la erosión de la  atmósfera.
Pero, toda la Tierra hablaba la misma lengua y el Señor dijo: ”Pues descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se extienda la guerra contra los habitantes de los cielos los unos con los otros”.

Sin embargo “los enemigos de Dios, quisieron hacer la Guerra contra los habitantes de los cielos”. (Sefer ha-Yashar, Noah).
¿Fueron estas multiplicaciones de las lenguas, un voluntad divina para que se extendieran los hombres por el Mundo?, que han ocasionado su  ocupación de todo su  mapa mundial.  En el Libro de los Hechos de los Apóstoles, se cita la sabiduría del Espíritu Santo y el milagro que produjo el Pentecostés del  ”hablar en lenguas”. ¿Fue el idioma latino un objetivo para que se entendieran todos los hombres rezando en el mundo, o la Torre de Babel en ruinas, ¿es una imagen del hombre caído de la gracia?.
En su libro de 1,918, un antropólogo James George Frazer, buscaba la similitud entre la historia del   Viejo Testamento, como  el Diluvio y leyendas indígenas de todo el Mundo. Compara la historia de un pueblo Lozi en que sus miembros malvados, construyeron una enorme Torre de antenas para perseguir al  Dios-Creador.
Esta búsqueda del Dios- Creador bueno, unas veces que se acordaban de Dios en el Diluvio Universal y otras cuyos miembros malvados odiaban a ese Dios Creador, llevaba consigo la lucha entre el Bien y el Mal.
Como se ve, leyendo las Escrituras, y leyendo las historias  en el Mundo siempre han luchado el Bien y el Mal, incluso en el mundo africano, pero hoy se sigue combatiendo entre el  Dios Todopoderoso y el Mal, protagonizado por el Infierno.
Abramos libros en cualquiera de sus fechas y nos encontramos “De como San Francisco de Asís, recibió el consejo de Santa Clara y del santo fray Silvestre de predicar para convertir a mucha gente, y de como constituyó la Tercera Orden y predicó a los pájaros y mantuvo quietas a las glondrinas”. Cuando salió de camino vio a las aves y escuchó San Francisco por los árboles a las aves que cantaban y emocionado por su belleza se puso a predicarles. Las avecillas emocionadas escuchaban y cantaban admiradas de San Francisco, que les mostraba como las quería. Esta escena del concierto musical de las golondrinas, yo no la vi entonces, pero a cualquier hora de esta vida subo a la Ermita del Viñedo, al pie de la Sierra de Guara, en los arcos del claustro, están cuando llega la primavera, cantando a la Virgen. Allí están “las avecillas en esos arcos y comienzan a abrir sus picos, a bajar los cuellos a extender las alitas y a inclinar  reverentemente  las cabezas hacia la tierra”. Y uno recuerda a San Francisco de Asís cuando allá por los montes de Italia, hizo cruces en el cielo para que alegrasen el firmamento, arrancando su vuelo desde los alrededores. También los frailes franciscanos se fueron por todo el Mundo a predicar la Cruz de Cristo, sin ninguna propiedad en  el citado Mundo, “debían confiar su vida a la Divina Providencia”.
Y siguen alternando los hombres una fe en Dios con la avaricia, lujuria, ira y pereza, con políticas ateas y enemigas de la Providencia, sustituida en otras ocasiones en momentos de piedad y de Fe.
Cerca de mi pueblo Siétamo, nació tres años antes que yo, es decir el año de 1.933, dos años después que yo mismo, el Sacerdote Misionero Claretiano en la ciudad altoaragonesa de Barbastro, Gabriel Campo Villegas. Yo nací el año de 1.930 en Siétamo, por el que se circula desde Huesca hasta Barbatro, capital en que vino al mundo el escritor Claretiano.
Yo, el año de 1.936, en que empezó la Guerra Civil vivía con mis padres, hermanos y tíos en Siétamo. Vivíamos en Paz en esta villa hasta que un día, al volver de mis juegos infantiles por las calles de Siétamo, al llegar a casa, me encontré con mi padre en la puerta de nuestra casa y cuando este hombre empezaba a corregir mi abandono, se oyó en el interior de ella, un ruido enorme, producido por algún cañonazo. Entonces mi padre nos convocó a todos los miembros de mi familia y nos introdujo en la adjunta bodega de la iglesia, que se encuentra al lado. Esta primera explosión la produjeron “los invasores” al medio día y nos introdujeron a todas las familias próximas en un sótano de la iglesia. En aquella bodega de la iglesia se oían constantes bombazos, pero mi tía Luisa salía hasta nuestra casa y volvía con alientos para los horrorizados vecinos y para nosotros, que cogía en la despensa de nuestra casa. Por la tarde cuando ya el sol aflojaba su luz, bajamos a la carretera donde un camión nos trajo a Huesca. En Huesca a mi padre y a mi pequeño hermano Jesús, les entró por una ventana una bomba, que no les hizo daño. Entonces con el horror a la Guerra nos fuimos a Jaca y de allí a Ansó. Pasados unos larguísimos años, nos llevó mi padre a Siétamo y al arreglar la destruída iglesia, los religiosos claretianos, colgaron en la pared del templo, un retrato de un mártir claretiano, nacido en Siétamo, del que quisieron devolver el recuerdo de un santo hijo suyo.
 Hace ya muchos años que he visitado la capilla claretiana de Barbastro, donde han sacado recuerdos pictóricos de los mártires de dicha Orden Religiosa, que sus miembros han difundido por los lugares donde nacieron aquellos mártires. Los religiosos me mostraron aquellas reliquias claretianas y uno se subleva contra la crueldad de aquellos “milicianos crueles”, que se hicieron dueños en Barbastro de la vida y de la muerte. Los Beatos Mártires Claretianos de Barbastro son los  cincuenta y un misioneros claretianos, martirizados y asesinados por milicianos anarquistas al principio de la Guerra Civil.
Hay que añadir a los mártires claretianos a dieciocho Beatos Mártires Benedictinos de Barbastro.
 El frente de Guerra iba desde Barbastro por Siétamo a conquistar Huesca, que sufrió una terrible Guerra, pero  los “anarquistas y sus campañeros”, se quedaron en Siétamo al que destruyeron y convirtieron la ciudad de Barbastro en una ciudad de mártires.
En la renovada iglesia de Siétamo se encuentra un cuadro con el retrato de un hermano claretiano, que trajeron a este santo lugar, los claretianos de Barbastro.
 Gabriel Campo Villegas, claretiano e ilustre profesor, que vivió aquellos años de la Guerra Civil, escribió recuerdos de esa guerra lamentable, pues dicen que Barbastro fue una ciudad en la murieron por causa de la misma un número casi incontable de unos partidos y de otros. He estado visitando el Convento  y  me han enseñado los respetables restos mortuorios de los Claretianos asesinados.
Hemos visto la historia de los hombres justos, perseguidos por el Mal, desde tiempos del Diluvio Universal, pasando por San Francisco de Asís, en la Edad Media hasta que el año de 1936, en la Guerra Civil desde Barbastro hasta Siétamo, al lado de Huesca, corrió la sangre derramada.
Siguen existiendo la Paz y la Guerra y roguemos que no se vuelvan a encender las llamas de las guerras asesinas.

miércoles, 9 de abril de 2025

¡Pobre Antonié!









Alonso ,Alonso-mira que t’arrempujo y te tiro a un pozo”.

Esta canción, la cantaba un andaluz, que estaba labrando en un cortijo. A Antonié no hizo falta tirarlo a ningún pozo, pues él mismo se tiró por su propia voluntad. ¿Estaría loco?,no simplemente era pastor y según el Evangelio, si un pastor pierde una oveja, deja las otras noventa y nueve y va a buscar la perdida. Claro que en este caso no se trataba de una oveja, pues era un carnero ,es decir un macho. El Evangelio y la poesía bucólica, son muy feministas en cuestión de ganado lanar; siempre hablan de las pacíficas y blancas ovejas, pero no recuerdan nada a los carneros o mardanos. Hago esta salvedad para tratar de introducir a los mardanos en su lugar, pues también ellos tienen los derechos del ganado lanar.

En el monte hay un pozo cerca de un camino, sin brocal ni nada y el pobre mardano fue a asomarse y cayó dentro del pozo como un sapo. Antonié , buen pastor, como el del Evangelio, sin encomendarse a Dios ni al diablo, se tiró dentro del pozo para sacar al carnero. Decía que no le había empujado nadie, pero reflexionando, veo que le empujó su propio sentido profesional. Pero bueno , le pregunté ¿para qué te tiraste en el pozo?, ¿no sabías que tú vales más que el mardano?. Me contestó, creo que sí pero como era del montañés de Salinas de Jaca…

¡Pobre Antonié!, porque si hubiera sido suyo el carnero, lo hubiera dejado ahogarse, pero como era de propiedad ajena, su amor propio lo empujó a hacer lo que no hubiera hecho por sus propios intereses. El buen pastor da la vida por sus ovejas, pero ¡mira que darla por un mardano o carnero ¡,siendo además de otra persona. Lo peor fue que después no podía ni sacar al mardano ni salir el mismo del pozo.

¡Escucha Antonio!, ¡pues ya las habrás pasado bien negras!. Calla, me respondió ,que nunca he visto un porvenir más negro. Era ya casi por la noche y el pozo estaba negro , además de por la falta de luz, porque recibía el agua las filtraciones de las heces de los cerdos, de la granja de al lado. Empezaba Antonié a subir y las paredes del pozo se caían, como el trigo cuando los niños suben por sus montones en las eras, para la trilla. Antonié tenía mucha pena por mí mismo y por el mardano, que “esberrecaba” con agonía y también me preocupaban las ovejas que encima del pozo se habían quedado solas , sin pastor. Me hacían casi llorar los perros pastores que se miraban desde el borde del pozo con ojos tristes. Parecía que iban a llorar. Cuando vio que le fallaban sus fuerzas, empezó a gritar y entonces acudió el granjero de la vecina granja. Este llamó a otros y entre todos lo sacaron a la superficie. Cuando me vi en tierra firme, grité ¡gracias a Dios ¡.Pero el granjero dijo: mejor que les des las gracias a los tocinos ,que estaban hartos, porque si llegan estar ayunos,¡para días salís del pozo!.Contestó Antonié de Rafaeler: de todas las formas ahora veo el porvenir más claro y aunque no llueva no me lamentaré, porque si he salido de este baño de estiércol de cerdo, igual saldré de las polvaredas de las sequías.

El granjero había echado el pienso a los cerdos el domingo por la tarde y el pastor iba cuidando el ganado lanar el mismo domingo también por la tarde. Ciudadanos, ¿cuántos hombres quedan en España de esta condición?. Pocos y en los pueblos. Todos sabemos nuestros derechos, pero ¿nuestros deberes?.

PROCURA DE JOHAN D'ALMUDEVAR.-



Día dos del mes de Diciembre del año predicho calendato Osce etc. de que yo Johan D'Almudévar mercader e ciudadano Osce de mi cierta ciencia etc.

no revocando etc., fago et constituo que procuradores míos, a saber es a Pedro D'Almudévar mayor, Pedro D'Almudévar menor, menor de días y Miguel Calvo labrador mozo mío por Bartolomeu, Johan Carreters, e Beltrán carretero habitantes en la ciudad de Huesca, Johan Benito y Guillén de Molivana, carreteros, habitantes en Villanueva de Gallego, Pedro de San Miguel, matanegno mercaderes Beltrán de Cancer, notario y Tristán de Calasanz y mercader habitante en Zaragoza, y a Domingo de Asín, notario y Salvador Verdaguer habitante en Balbastro, absentes etc., a todos ensemble a cualquiere de ellos por sí, etc., procurar por mí et en nombre mío la letra testimonio y si quieren franqueza, etc. a cualesquiere peageros et vendedores de las rendas et diciembre, a jurar en casa mía etc., et a facer sobre aquellas cartas de recuestas y protestas, etc. y a sustituirme en una o más día dos procuras ad lites et todas, etc. pertinentes, etc. sub obligacione etc., fiat large Testigos: maestre Ramón de Santa María tapinero et García Aguirre, pellicero. Vocación De seguir la tradición Y perpetuar mi abolengo.                                                                                                                           

                                     COMENTARIO:_

“A continuación yo escribí lo siguiente: no sé en qué  año escribieron este Documento, pero éste estaba en el archivo de Casa Almudévar de Siétamo. Está escrito con las siguientes palabras: ”día dos del mes de Diciembre del año predicho (calendato OSCE) en que yo escribí: ”PROCURA DE JOHAN D´ALMUDÉVAR” y lo fechan el “Día dos del mes de Diciembre del año predicho”, pero se abstiene de escribir el año. Para mí es una  dificultad concretar el AÑO en que fue escrito este documento, pero yo creo que algún historiador podrá aclarar esta fecha, entre otras cosas por la vocabulario de años pasados.

Los Almudévar vinieron del Vizcondado de Pau, pequeña región francesa del Midi, fronteriza con Aragón, al que se entra desde el Norte de los Pirineos en el Sur español por Canfranc. Esta región francesa tuvo una gran unión con el Reino de Aragón, Tanto es así que cuando se adoptó conquistar Zaragoza, cruzaron hacia el Sur muchos hijos del citado vizcondado. En el Pilar de Zaragoza está enterrado Gaston, Vizconde de Pau en el Rosellón, que luchaba en la península ibérica por su reconquista. Consiguió que a su lucha se le diese el título de  Cruzada   Su fin era conquistar Zaragoza, pero se vieron detenidos en la población mora de Almudévar. Tardaron años en conquistarla y adoptaron el nombre de Almudévar, extendiéndose por el Alto Aragón, por Zaragoza y por Valencia. En Valencia el apellido Almudévar se extendió, con distintas formas de pronunciar su apellido, porque unos lo llamaban además de Almudévar, cuando otros  le decían Almodóvar y otros  Almudéver. Estas dos formas de identificar Almudévar, se inician en Valencia. Desde Ayerbe, donde se unieron soldados, unos de lengua bearnesa, otros limusina y otros de Fabla aragonesa e incluso del vasco.

 En 1.118 bajaron a sitiar  Zaragoza y la conquistaron. Entonces los Almudévar de origen en el Vizcondado de Pau, iniciaron una vida en la Península Ibérica y se extendieron por Aragón y por Valencia, donde las lenguas eran distintas pero todas venidas del Condado de Pau, llegando en Valencia a convertirse el apellido Almudévar en otras formas, como no sé si sería la limosina o la bearnesa. En este escrito encontrado en nuestra casa de Siétamo, aparecen Don Pedro Almudévar mayor y Pedro D’Almudévar menor, que recorrían con espíritu comercial desde Huesca, Villanueva de Gállego y Zaragoza y Barbastro. En esta ecrito aparecen como testigos: maestre Ramón de Santa María, tapicero et García Aguirre. Pellicero.

lunes, 7 de abril de 2025

Cañonazos en Siétamo, durante la Guerra Civil (3ª Parte)

 


Pasa a describir la invasión de la Casa de los Almudévar de Siétamo,diciendo:” se han desbordado las pasiones en esta casa solariega, tiene pinta de casa patricia, solaz de mayorazgos y refugio de los pobretes. En la antigua fachada, un escudo tallado en piedra con las armas de los Almudévar, familia linajuda del Alto Aragón. En el patio ya lleno de tropas, algarabía debida al vino noble que los combatientes han encontrado en un torreón de lo que fue castillo del Conde de Aranda, y que el abuelo de esta casa tenía en estima. En el primer piso, muebles, ropas y vajillas en revuelta confusión. No ha quedado alacena ni arquimesa sin abrir.



¡Han pasado los bárbaros!.
Restos de lo que fue comedor familiar; dos pequeños rimeros con libros vacíos; estos sobre la mesa medio abiertos, medio rotos: Galdós, el Duque de Rivas, Rubén…por el santo suelo.
Un solo volumen ha quedado en el “Epigramas” de Silvio Kosti con una dedicatoria magnífica del  autor. Reza así: “Al ilustre tío Manuel, Mayorazgo y jefe de mi estirpe”. Silvio Kosti.

Contiguo al comedor, profanado con latas de sardinas y panes de munición, que fue el festín de la horda, hay una sala amueblada con gusto. Entrando se ve una foto de un caballero de unos sesenta años, de buen aspecto. No puede ser otro que el abuelo al que alude Kosti. Así lo proclaman su aspecto noble y su bigote blanco y legendario”. ¡Cómo coinciden Ramón J. Sender y Antonio Trisán Viñuales en la descripción de mi abuelo Manuel Almudévar Vallés!. ”¡Una casa que tiene historia de siglos, destruida  en pocos minutos!”. Antonio Trisán Viñuales describe todavía libros, muebles y cuadros de los que había, según mi padre, pues yo me acuerdo de muchas cosas, pero no recuerdo detalles. Cuando los guerrilleros sindicalistas entraron de nuevo en Siétamo, acabaron por destruirlo todo, tanto en nuestra casa, como en la iglesia, donde quemaron todos los retablos con San Pedro y con la Virgen y en la Plaza derribaron la columna que exponía la Cruz a todo el mundo. Pero al mismo tiempo desruyeron casas enteras, dejando sin vivienda a muchos hijos de Siétamo.

“¡Ah , si el abuelo volviera por aquí (murió en 1930) y viera todo esto!. Sus manos patricias que empuñaron la esteba en su mocedad” le hubieran recordado las Guerras Carlistas, que impidieron la puesta en regadío del pueblo de Siétamo, como la Guerra Civil acabó con la producción vinícola.”, con la que acabaron bebiéndosela y derramándola por los suelos a base de tiros de fusil. “¡Una casa que tiene historia de siglos, destruída en pocos minutos!. Hay un piano con la tapa levantada y sobre el atril, música de Strauss: un vals vienés. El último Corsario. He aquí una de tantas incongruencias de los hombres. Por un lado, la horda destrozando la poética quietud de esta casa…Y otro bárbaro, enamorado de la música, arrancando al piano las voluptuosidades de este vals cien por cien!.

No hay un armario sano. Ni un vaso, ni nada a excepción de esta habitación que permanece sin destrozos. Ya al  salir, en una rinconera magnífica, hay abandonado un estuche de pintura, con su paleta, sus colores y sus pinceles.Pues bien, aprovechando este mensaje, un “focín” como se dice en Aragón, pintó en el tocador de puro estilo español antiguo, sobre la luna, las letras de rigor U.H. P.Muy bien,  muy bien…Yo opino que sí, que debemos unirnos, hermanos proletarios, pero no para esto sino para hacer el bien y conseguir la mayor cultura general.Salgo y cierro la puerta. Lo único que ha quedado intacto, no debe verlo nadie. Además está dentro vigilante desde su marco, el lejano abuelo, el jefe de la estirpe de los Almudévar.

Tomo como recuerdo el volumen de Kosti y salgo a la calle…El vino se nota en el ambiente. Cantan esos soldados esas melopeas de los que ya están en el límite de sus posibilidades alcohólicas”. Como dice Antonio Trisán, en un torreón del Palacio, había envejecido un buen vino. Efectivamente según me dijo mi padre eran unos seiscientos mil litros los que se encontraban en la Bodega, fruto del cultivo de viñas del Somontano. Se ha dado un crecimiento en esta tierra en la producción de vino, pero en Siétamo, ya no quedan, prácticamente viñas. Esas bodegas fueron con  mucho placer, encontradas por “rojos y blancos”, que como cuenta Antonio Trisán se lo bebían hasta emborracharse. Con esa sensación se olvidaban de la sangre constantemente derramada por sus compañeros y por sus rivales. “El vino se nota en el ambiente. Cantan los soldados esas melopeas de los que están en el límite de sus posibilidades alcohólicas”…Algunos piensan “mañana hemos de enterrar nuestros muertos en el cementerio del lugar”. Si, acostumbrados a ver brotar la sangre de sí mismos y de sus compañeros, la hacían brotar a tiros de las pipas y toneles de la bodega, hasta que ya no quedó ni una gota de vino, como había dejado de brotar la sangre “ de los que hemos de enterrar…en el cementerio del lugar”.

Qué sensible fue Antonio Trisán a la destrucción de España, pero con qué cariño llegada la noche,  “abro la cabina de mi camión y hago de ella, juegos del espíritu. Esta noche perfumada, sobre estas ruinas, sobre estos muertos, arrullados por las emociones, es para mí, con su único asiento, una alcoba nupcial”. Aquella noche era perfumada porque “llegan del campo con la humedad de la noche, aromas de heno y de flores, como un canto de vida y esperanza”. En su cabina, ya de noche, con su  cabeza abajo,  recuerda su  “nido, allá en el cercano pueblo natal ( de Fañanás), también saqueado, está vacío”. ¡Qué buenos sentimientos demuestra este autor, cuando se acuerda de su casa de Fañanás y cuando se lamenta de que su esposa ignore donde se encuentra”.

Al día siguiente escribe: ”Recorro las afueras. Hay que ir con precaución porque hay bombas sin estallar”. Qué razón tenía, porque estos días de Septiembre de 2012, todavía se va encontrando alguna, después de setenta y ocho años. ”Aparecen muertos y más muertos, que el enemigo tuvo en la retirada; algunos adoptan dentro de las acequias posiciones inverosímiles: en actitud de saltar, en posición supina, cabeza abajo, incluso derechos, levemente recostados en un talud…presencio la inhumación de uno de ellos, va vestido de azul, tendrá unos dieciocho años. A su lado una carabina Winchester, una mochila con equipo de sanidad, un pan y un poco de embutido. Entre las ropas, una libreta sindical y unas monedas”.

“Arriba, en el antiguo palacio del Conde de Aranda, los soldados preparan otra vez los parapetos porque se teme la contraofensiva”.Efectivamente volvieron a atacar y se apoderaron otra vez de Siétamo, porque el día doce de Septiembre se retiraron los nacionales al Estrecho Quinto. Si estaba destruido el pueblo en el primer ataque o conquista por los rojos, ¿cómo estaría después de la segunda ocupación?. Antonio Trisán dice: “se ven mejor los efectos de la lucha pasada. Se distinguen los tejados despanzurrados, los cables de conducción del fluido eléctrico cortados por las balas, las pantallas de alumbrado público, están perforadas. Puertas y ventanas llenas de aspilleras. En una casa que da a la carretera, hay sobre el  balcón un parapeto improvisado hecho con colchones; detrás de ellos, una máquina abandonada, cuyos servidores huyeron en el último momento. La calle sembrada de tejas, de alpargatas, de casquillos de fusil, de latas de conserva”.     

A Antonio Trisán Viñuales le impresionó la dedicatoria a mi abuelo, del libro Epigramas, por Silvio Kosti y a mí, me impresiona la dedicatoria que escribió Antonio que dice: ”Esta novela habla de guerra, anhelando la Paz: que encuentres esta última en el único lugar donde creo podrás hallarla. En el interior de tu propia alma”.   

domingo, 6 de abril de 2025

Cañonazos en Siétamo, durante la Guerra Civil (2ª Parte)

 


Siguiendo por la  Calle Alta, se llega a la era, donde en el pajar, destruido por los cañonazos,  en la parte también oriental de ve en lo alto de la pared otro círculo obra también de la artillería. A mi hijo en el campo, llamado Valdecán, le salió una bala de cañón del siete y medio, que los técnicos de la Guardia Civil, se llevaron, junto con otra bala encontrada en la balsa de la Huerta del Conde de Aranda y la de la pared de la Iglesia, en el corral de mi casa, que cierra el acceso a este proyectil. Estos jóvenes de Casa Gabardilla, José Angel y Jorge, son jóvenes y no estuvieron en la Guerra , pero se acuerdan de ella, por habar tenido que reparar los destrozos producidos por esa Guerra tan cruel, por la explosión en su huerto de un bala de cañón y hoy las dos balas de cañón encontradas en casa de su madre y hermanas, de apellido Palacio. Si tomas parte en una conversación con los pocos hijos de Siétamo que van quedando, uno te recuerda el gran proyectil artillero que encontraron en el chalet del francés Antonio Bergua y otro te cuenta de la bomba encontrada en la partida agrícola de Olivito.

Gracias a Dios esos hallazgos no han producido muertos después de la Guerra, pero José o Pepe Ferrando, siendo un niño todavía, manipulando una bomba de mano,  encontrada en la ruinas de casa de Cavero, le explotó y le dejó sin tres dedos en una de sus manos. Allí los niños, buscábamos balines de las balas de fusil, de lo que yo tanto me acuerdo y que mi primo de Fañanás, cuando subió a Siétamo a lamentar su aspecto de pueblo destruido, escribió de los niños buscando balines.  A Pepe lo nombraron cartero del pueblo y alguacil,  más tarde. Todavía vive, pero su silencio hace recordar, sin comentarios, los crímenes de esa Guerra.



El periódico La Vanguardia de día 29 de Septiembre de 1936, en la página 14, escribe: ”Han proseguido esta tarde, con gran intensidad los ataques de nuestra aviación y artillería contra Estrecho Quinto y Montearagón”. Estaban los nacionales rodeados por los gubernamentales desde el 29 de Agosto de 1936”. La historiadora Carmen Nueno Carrera, escribe que el Montearagón fue asaltado por los milicianos anarquistas, pues sus defensores estaban casi muertos de hambre y que “había un cañón pesado, que probablemente databa del siglo XIX”. Sender escribió que los cañones disparados por los nacionales, destruyeron Siétamo, pero el 29 de Agosto de 1936, no fue posible lograr esos éxitos con un viejo cañón del siglo XIX. Pero los guerreros de los sindicatos tampoco debían tener muchos y buenos cañones, sin embargo Orwell, escribió que “el general que mandaba las tropas del gobierno, dijo alegremente: ”mañana tomaremos café en Huesca”, pero  más serio fue lo que dijo sobre la artillería,:”no sé qué importancia hubiera tenido la captura de Huesca, pero seguro que se hubiera podido tomar en Febrero o Marzo, disponiendo de “artillería adecuada”. A finales de Junio se inició el gran ataque a Huesca, claramente por motivos políticos, para dar una victoria al Ejército Popular y desacreditar a la milicia de la CNT”. Y sigue Orwell escribiendo.” Un número de hombres que estuvieron en el ataque de Huesca, me aseguraron que  el General Pozas había retenido a sabiendas la Artillería, para conseguir que murieran el mayor número de posible de tropas del POUM, seguramente es verdad, pero muestra el resultado de las campañas, como la llevada a cabo por la prensa comunista”. Pero se fueron enriqueciendo las baterías de cañones rusos de 75 mm. “que disparaban desde muy cerca de nuestra retaguardia….y detrás de Monflorite había dos cañones muy pesados que disparaban muy pocas veces al día”. Aquí repite la historia de la escritora Carmen Nueno  Carrera,que decía que en lo alto de Montearagón,  antigua fortaleza medieval, los milicianos del gobierno la habían asaltado, encontrando un solo cañón pesado del siglo XIX.  Estas notas sobre el resultado de las campañas, las escribió Orwell a finales de Abril de 1937, antes de su marcha  a Barcelona, de donde se escapó de España por el peligro que corrían los anarquistas por parte del comunismo.

A medida que avanzaba la Guerra Civil, iban aumentando el número de cañones y de tanques provenientes de Rusia, pues los rusos se cobraron todas sus aportaciones con el oro del Banco de España, que se llevaron a Moscú y del que ya no se ha sabido nada más.

En Ibieca, pueblo muy próximo a Siétamo se preparó una sociedad, en la que trabajaban todos los que fueron dueños de la tierra y los partidarios de la revolución se dedicaban a gobernar los que nunca habían trabajado, según aseguraban ellos.” A medida que la columna de Durruti avanzaba, como en las de la CNT, se iban formando colectividades campesinas que abolieron la propiedad privada, el dinero y el asalariado. Esta legislación, el haber facilitado al Ejército su labor y la pronta aportación de cañones, poniéndolos en lucha, tal vez hubieran hecho que el gobierno ganara la Guerra Civil.

“Fue angustiosa la situación de los sitiados en Estrecho Quinto y Monte Aragón” anuncia la Vanguardia y cuenta unas historias que yo conocía, pero que me satisface verlas en periódico de aquellos años de 1936. Dice el periódico que trescientos hombres y unos cien vecinos de Siétamo, permanecían aislados al aire libre, en lo más elevado del Estrecho Quinto, pasando hambre hasta el día 29 de Agosto de 1936. Entre ellos estaba, que yo me acuerdo de ellos, el Doctor Coarasa, que salvó a una niña de Casa Sipán y se la entregó a su madre, dueña de dicha casa. El Coronel Villalba, coronel de Barbastro, cuyo comportamiento fue con cierta frecuencia favorable a los sublevados, escribió una carta al comandante nacional Carlos de Ayala,  jefe de la posición. Dice la prensa: “un enlace salió rápidamente de Siétamo, para dar cuenta de este diálogo al Coronel Villaba… la carta salió de Barbastro a Siétamo y una mujeruca de ese poblado la hizo llegar a manos de los rebeldes… La vieja avanzó con su bandera blanca por la carretera, hasta llegar a nosotros. Entregó la carta a un soldado, éste se la dio a un alférez; el alférez la puso en manos del capitán Ramón Mesa, que fue quien leyó la carta y la rompió después. Al aventar los pedazos de papel, le oí comentar. ”Mientras quede aquí un fusil, los rojos no entrarán en Estrecho Quinto”….   “ Muchos  campesinos viven ya a la intemperie , y a esa larga lista de víctimas habrá que añadir los trescientos soldados y los cien vecinos de Siétamo que viven en Estrecho Quinto unas horas de pesadilla bajo la metralla de nuestros cañones… Sigue nuestro ataque de artillería y aviación”. “ A media mañana la aviación rebelde voló encima de nuestras líneas y lanzó paquetes de periódicos, principalmente de “El Noticiero de Zaragoza”. Hace dos o tres días que la aviación enemiga parece que está falta de municiones y se dedica a lanzar papeles, que no producen ningún efecto entre nuestras fuerzas”. Tal vez fuera cierto que los nacionales carecían de bombas para atacar al enemigo, pero siendo así, poco daño podrían causar en Siétamo lo aviones nacionales. El día doce de Septiembre se retiraron los nacionales de Siétamo y se posicionaron en el Estrecho Quinto. De aquí el día treinta del mismo mes, se retiraron en medio de dificultades a Huesca. Con ellos marchó la “mujeruca” que provista de una bandera blanca llevó desde Siétamo al Estrecho Quinto la carta del Coronel Alonso de Barbastro. Habla “El Noticiero” de la señora Concepción Ferrando Periga  como de una mujeruca, cuando era una auténtica señora, humilde económicamente pero trabajadora. Nosotros la llamábamos “Siña Concha”, con un gran cariño y confianza, porque ella era, antes de la Guerra Civil, la que nos cuidaba a mis hermanos Luis, Jesús y a mí mismo. Yo tenía cinco años, cerca de los seis y ella me gritaba: “Hijo mío, ¡ladrón!, tú tendrás cien años de perdón”. Por lo que se deducía de que aquí en España, ya había muchos que aspiraban a ser ladrones de gobierno y me gritaba : “¡ Inacier, tu serás ladrón de gobierno!”. No lo consiguió, pero veía un buen porvenir en esa profesión, pues hasta los rusos se llevaron el oro de España. Era una mujer de un físico de baja estatura y ligera de paso. Iba vestida, hasta que se murió, con unas sayas que le llegaban a los pies y su cabeza estaba siempre protegida por una pañoleta. ¡Qué bien desfilaría desde Siétamo por la carretera, hasta el Estrecho Quinto, con su paso ligero con su bandera blanca!. No volvió a Siétamo hasta que no acabó la Guerra Civil y en Siétamo, tenía una pequeña casa, con su corral en el que criaba gallinas y conejos chinos. Más de una vez nos invitaba a merendar a su sobrino, que de niño estuvo de corneta en la Legión y que se retiró en Huesca. Cuando volvimos a vivir en Siétamo, ella vivía con nosotros,  hasta que se fue a casa de mis parientes los de la Farmacia y a última hora se refugió en las Hermanitas de los Pobres. Allí iba yo a verla y me cogía de la mano y no la soltaba. Ya nos había salvado la casa de un incendio, para dar cobijo a Durruti y ahora le dolía tener que separarse de mí. Yo creo que algún día nos volveremos a ver en la otra vida.

En el libro de Antonio Trisán Viñuales,  titulado “Así fue…No sucumbí”, este señor de Fañanás y conocido por mi familia, igual que su hermano José María, fue conductor de un camión de los nacionales, en la primera reconquista de Siétamo a los “rojos” y cuenta muchas cosas de las que allí sucedieron. Fue esta reconquista de Siétamo en los primeros días de Agosto de 1936 y en ella participó Antonio Trisán Viñuales y su hermano José María, con el que durante bastante tiempo después de la Guerra Civil, cultivamos una buena amistad. Ambos hermanos sintieron necesidad de entrar en casa Almudévar, abandonada por todos los hombres y mujeres. José María al ver tantos cuadros,  muebles y libros, se dio cuenta de que lo mejor que podía rescatar a mi padre, serían las escrituras. En un saco las introdujo todas desde el siglo XVII y las llevó a la Farmacia de mis parientes los Llanas Almudévar de Huesca. Gracias a José María Trisán, puedo transcribir historias y planos del proyecto de riegos de Siétamo con el río Guatizalema. No se pudo realizar la obra de regar el monte de Siétamo,  porque otra guerra de los Carlistas, anterior a la del 1936, lo impidió.  

Antonio Trisán, en su libro, escribe: ”En la Plaza hay una casa señorial saqueada y una iglesia…que en su interior se ven dos cadáveres de los últimos defensores. Por todo el pueblo, la legión con sus cantos y sus disputas. En el centro de la Plaza está el monumento obligado en estos pueblos del Alto Aragón: la clásica cruz de piedra con su escalinata”. Esa Cruz todavía nos reúne muchas tardes a sentarnos en las escaleras pétreas, pero la columna que se eleva,  ya no es de piedra, porque la reconstruyó el pueblo con ladrillo, ya que en su segunda entrada en Siétamo, la derribaron. “mientras la tropa vivaquea alegremente, me dedico a dar un vistazo por la casa y por la iglesia, que parecen más castigadas…hay dos imágenes, patronas del lugar. La primera representa a SanPedro, es una talla corriente, de proporciones naturales, vestido de obispo con las clásicas llaves del cielo…..Ilustre portero que ha de visar nuestro salvoconducto, cuando emprendamos el último viaje. Acuérdate de este soldado que mientras el resto de sus compañeros bebía y comía en un festín bárbaro, sobre las ruinas de tu lar, sintió la dulce necesidad de penetrar en los misterios de tu arcano. La otra imagen es una Virgencita...que tiene un nombre evocador, hermoso:¡la Virgen de la Esperanza!....Hay una penumbra suave, tan suave que no he visto al entrar un charco de sangre negra la pie del altar mayor. Un defensor herido se debió arrastrar hasta aquí en un supremo esfuerzo. ¡Ya no estaba el héroe ta lejos de su Dios y de su gloria!...Yo pensando en la religiosidad de mi madre que no sabe donde estoy, mascullo una plegaria a esta imagen lugareña …nuestra dulce patrona: ¡la Virgen de la Esperanza!. Sin esperanza el mundo ¿qué sería?.”

  Escrito a Julio Brioso (CLAROSCUROS) Y yo, Ignacio Almudévar Zamora, quiero dedicar un recuerdo a Julio Brioso, gran escritor e historiado...