jueves, 6 de mayo de 2010

Venta de Ballerías

Siempre me ha llamado la atención la aldea de Venta de Ballerías, que se encuentra, próxima a la carretera, que baja a Sariñena desde Huesca. Después de pasar por Huerto, se desvía hacia la izquierda para ir a Berbegal y en una altura cercana a este desvío, se alza Venta de Ballerías. Tiene, escasamente catorce habitantes y es que sus tierras fueron del Conde de Guaqui y sus habitantes eran colonos de las mismas. Yo conocí al administrador del Marqués, perteneciente a la conocida familia, procedente de Casbas, de los Domingo. Y estuve en distintas ocasiones en su casa, porque mi hermano mayor, Manolo, tenía una gran amistad con el que luego llegó a ser Notario, a saber don José María Domingo. Su hermana Matilde, que más tarde se casó con un Ingeniero Agrónomo de Zaragoza, era y sigue siendo, gracias a Dios, amiga de mi hermana María. Luis Arasanz todavía recuerda con nostalgia las estancias del Administrador en su pueblo, donde, a veces pasaba dos o tres meses. Me decía Luis en lo alto, donde se asienta la iglesia parroquial de Torralba de Aragón, cuando se celebraba la entrega de la misma a sus fieles, después de ser restaurada, que el administrador no era una molestia ni una carga para los vecinos de su aldea, porque pagaba religiosamente su manutención. Pero yo notaba en mi amigo y en su convecino Pascual Ferrer, una especie de tristeza por el abandono de su destruida iglesia allá en Venta de Ballerías, al contrario de la restauración que se estaba inaugurando en la iglesia mudéjar de Torralba, que llenaba de alegría a todos los hijos de este pueblo y de la comarca. Se llena el corazón de melancolía, al escuchar a dos hombres, hechos y derechos y con profunda ilusión religiosa, quejarse forzados por el alegre acontecimiento, de la ruina de la iglesia de su aldea. Tiene Pascual dos hijos y, sin decir nada, adivinas como lamenta el tener que vivir en Huesca, para que puedan asistir a la escuela. Este pueblo no tuvo nunca iglesia parroquial, pero una antigua Duquesa, se preocupó de levantar una hermosa iglesia para atender espiritualmente a los colonos. Aquella iglesia inspiraba gran devoción a los fieles, pero después de entregada por el administrador Domingo a la comunidad eclesial, en lugar de conservarla, se llevaron las tejas enormes, pues debían de ser del siglo XVII y unas piezas pétreas para colocarlas, no me acuerdo dónde me dijo Luis. Cuando venía el Obispo, celebraba la misa en el edificio de la Escuela, ya cerrada hacía muchos años y obsequiaban al Señor Obispo con agradables manjares. Pero sin embargo, no abandonan Venta de Ballerías, aunque no haya obispo ni iglesia, pero mezclan la tristeza de la destruida iglesia con el recuerdo y la realidad alegres de los ratos pasados en ella y les queda el consuelo de haber levantado en el siglo XIII o XIV, una ermita a la Virgen de Puimelero, encima del lugar donde se unen los ríos Guatizalema y Alcanadre y allí acuden todos los años, los vecinos de Venta de Ballerías el día nueve de Mayo, Fiesta de San Gregorio, el día diez van los de Torres de Alcanadre, el quince, día de San Isidro los de Huerto y el Domingo de Pascua, van a venerarla los de Peralta de Alcofea. A esos pueblos del Somontano de Barbastro y de los Monegros, los unía la presencia de un ermitaño llamado Joaquín ,acompañado de su esposa Felisa, que vivían en la vivienda del ermitaño , que todavía se conserva y tenían una huerta a orillas de los ríos y subían cada domingo a Venta de Ballerías para oír misa. Llevaba siempre consigo una “capilleta” con una imagen de la Virgen de Puimelero, que todos los vecinos besaban y echaban una limosna para mantener el culto de la ermita. Ahora están sin ermitaño y no se acuerda de su iglesia, como ellos recuerdan siempre, ni el señor Obispo.

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