martes, 23 de julio de 2013

La Alberca de Loreto

 
Iglesia de Loreto (Huesca)

El día cuatro de Febrero de 2008, fiesta de la Candelera, después de haber contemplado en Huesca capital, cientos de figuras, que celebraban los Carnavales, fuí a recordar tiempos pasados, en que acudíamos los colegiales de San Viator a la Ermita de Loreto y después a estudiar el conjunto de las aguas, las cañapitas y las múltiples aves que por allí volaban, nadaban y se alimentaban Así como durante el desfile unos iban vestidos de payasos o de guerreros y otras de bailarinas o de brujas, en las aguas de la Alberca unos eran patos o ánades con colores azules y verdosos, con sus cortas patas en que sus dedos se unían por una delgada película de tejido epitelial, en cambio otras eran pochas, kque adornaban sus cabezas con un color blanco y otras pochas africanas que exhibían el color rojo. Igual que en el Casino de la Plaza de Zaragoza, se elevan  delante de sus puertas unos miradores para contemplar y presidir la marcha carnavalesca, en la alberca han elevado un mirador de madera para que los aficionados gocen viendo los juegos de las aves, que a veces se sumergen bajo la superficie del agua  y escuchando sus cantos de amor y sus, a veces extraños ruidos, como se pueden escuchar también,  cuando pasan los carnavaleros. Estos son obra de la imaginación de los hombres y mujeres y la belleza de las aves es obra de la Naturaleza. Mirando al Norte se ven las Sierras de Gratal y la de Guara, ésta con dos cumbres,  una el tozal de Guara con 1017 metros de altura y un pico más al Este, que no llega por muy poco,  a los dos mil metros y al mirarlo se acuerda uno del río Alcanadre, del que vendría el agua para Huesca y para el Somontano. Parecía que la Sierra quería participar del gozo de los hombres y mujeres, que estos días de atrás  se han pintado sus caras con pinturas de colores festivos y ella, es decir la Sierra se ha pintado con el color blanco de la nieve y en su cima más alta, parece que una nube en forma de cúmulo, quería posarse como un gorro de un carnavalero y ante  aquel esfuerzo por unirse la Montaña y el cielo, el cielo y la tierra, pensaba uno en el paso de los hombres por la tierra para subir arriba. Están la sierra de Gratal y la de Guara separadas por el majestuoso Salto de Roldán, general de Carlmagno, que es como la puerta abierta para pasar de la Montaña a la Hoya de Huesca. Pasaron muchos montañeses, pero no dieron abasto para la creación de muchos pueblos, pues, desde la Alberca se adivinan en el horizonte, detrás de una serreta plantada toda ella de molinos de producción eléctrica, el monte de Torresecas y más abajo el de Orús. Más cerca se ven puentes por los que desde hace poco tiempo, pasa por debajo de ellos el tren que nos llevará a Canfranc. Por el Sur se asoma una pirámide de color blanco, que parece presidir la Universidad Laboral y ante aquel espectáculo de Montaña, de Tierra Baja, de la Alberca que conserva las formas de vida bellas y antiguas, se ven al Este altas casas de la ciudad de Huesca, que tiene tan cerca de sí misma este paraje natural,  que hace pensar en la Historia  pasada y en el brillante porvenir, que obtendrán nuestros jóvenes con sus estudios, debajo de la blanca pirámide, cerca de la cual ya se han instalado las investigadoras industrias de Walqa.
Esa historia pasada vio la grandeza del paisaje y pensó que igual que Guara luchaba con las nubes del cielo, para cubrir su cima, un ser humano como San Lorenzo merecía que Felipe II, le levantase el monumento que luego se creó en El Escorial. Guara quería portar un gran sombrero y el poder le apartó la nube de su cima. No se construyó un monasterio gigante en el lugar donde San Lorenzo había vivido con su familia y dicen que a causa de  la escasa resistencia del subsuelo, donde se encuentra la  Alberca de Loreto.
Sin embargo al contemplar la fachada del Monasterio de Loreto, queda uno impresionado al ver su figura que parece predecir la futura historia de Huesca, con la estatua de San Lorenzo que, en una capilla mira hacia Walqa y hacia la nueva vía del ferrocarril, que ha dejado abiertas nuevas puertas, como la del Salto de Roldán, para que Huesca se acerque y se una con Cuarte, con Banariés y Huerrios y San Lorenzo continuará protegiendo a los oscenses, como protegió a los pobres en Roma y así como pasó por Salto Roldán el Santo Cáliz hacia San Juan de la Peña, pasaremos los oscenses y todos los españoles por el ferrocarril hacia Europa. Entre tanto ahí quedará ese parque natural de la Alberca con sus ánades, sus pochas y los bellos somormujos, que contemplarán nuestros descendientes.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Fumar o no fumar

  Bajaba cierto día por las escaleras amplias de un edificio oficial y al llegar a uno de los vestíbulos de cualquiera de sus pisos, desde l...