sábado, 27 de diciembre de 2025

Cuento post-Navidad


 



En estos días de Navidad, me acuerdo cada año de mi hermano Luis Almudévar, Capitán de la Marina Mercante y de su esposa, María Pilar Arnal, que tuvieron a su hijo Luis Manuel y a sus hijas Marina y Natalia, a los que educaron y que son los tres felices en este mundo. Natalia continúa el espíritu de su padre, con el niño Teo, que ha tenido con Juanma, y que es inteligente y se mira al mar. Su madre le leerá el cuento de post-Navidad y él se acordará toda su vida de su abuelo.
Este cuento, que viene a continuación es el que escribió mi hermano Luis en las Navidades del año 1980, mientras navegaba desde la Guinea a España.
-Cuento post-navídad
En recuerdo de un cuentista navideño: mi padre.
Veinticuatro de diciembre. -Nochebuena de un año cualquiera,
en el Atlántico Sur. Un barco navega, rumbo a España,
con 19 hombres a bordo. Sol de justicia y cuarenta grados a la sombra.
El cocinero da los últimos toques a una sabrosa cena. Al crepúsculo,
los pilotos hacen sus cálculos de situación observando las estrellas.
Los navegantes tienen algo de Reyes Magos ,ya que después de
veinte siglos siguen las estrellas para llegar a su destino.
Todo- está a punto. El “viejo”- (irónica, cariñosa y tradicionalmente
al capitán se le llama el ’viejo’, independientemente de su edad),
preside la mesa, toma un aperitivo y se dirige al puente de mando
haciéndose ‘cargo de la navegación y dejando a sus 18 hombres
enfrentados con la cena.
El barco no debe detenerse -en su camino y el “viejo” pasará toda
la noche de guardia para que los tripulantes puedan disfrutar
tranquilos, de su fiesta.
La noche es larga y en la soledad del puente va recordando
lejanas Navidades familiares. La radio le acompaña y, según
va bajando el nivel de las botellas, va aumentando la alegría
en el comedor. Pronto llegan al puente los ecos de canciones
de casi todas las tierras de España: hay vascos, gallegos, asturianos,
andaluces, catalanes, canarios y, alguno, de secano, como el “viejo”.
Cada uno las canta como sabe y puede. Al final todos se
ponen de acuerdo y entonan el “Noche de paz”
y el “Asturias, patria querida”. A la madrugada va apagándose
el bullicio hasta que, al fin, se hace el silencio. La gente está
cansada y tienen que enfrentarse, al día siguiente, con su dura
jornada de trabajo.
Pasan los días y, en febrero, el buque llega a su destino.
El “viejo” es recibido por su familia con los brazos abiertos,
prepara un sencillo Nacimiento, adorna su casa con motivos
navideños, compra provisiones para una buena cena, villancicos,
los regalos comprados en exóticas tierras en sus envoltorios,
al pie del Belén...
A pesar de todas las tradiciones, aquel año de gracia cualquiera,
en el hogar del capitán, Jesús nació en febrero.
Luis ALMUDEVAR ZAMORA.
(En la mar, Navidad de 1980).

viernes, 26 de diciembre de 2025

CUENTO DE NAVIDAD ( Escrito por Don Manuel Almudévar Casaus.-)

 



Es noche de Navidad,

Caminando un peregrino

Llega a una noble ciudad

Que es final de su camino

Y vagando por buscar

Refugio y alojamiento

Por fin lo logra encontrar,

Con un gran contentamiento

En un lugar que es modelo,

Bendecido por seis niños,

La abuela con sus cariños

Marca el camino del cielo,

Toma asiento junto al llar

Desentumece sus miembros

Y después de descansar,

envuelto por sus recuerdos

Se pone triste a pensar.

Con curiosidad los niños

Rodean al peregrino,

Y entre ruegos y cariños,

¡Cuéntanos de tu camino!

Le dicen al buen viajero.

Por la faz del caminante

Cruza sombra de un dolor,

Recuerda en aquel instante

El hogar que con horror

Dejó en escombros y humeante.

 

Ofreciendo a Dios su pena

Sin más hacerse  rogar

Su voz dulcemente suena

Y así comienza a contar:

Caminando, caminando

Por la senda de la vida

Jirones  me voy dejando

Del alma triste y dolida,

Cuesta abajo, hacia la muerte

Voy marchando

Y experiencia me van dando

Los vaivenes de la muerte

Rememorando mi hogar,

Que dejé deshecho y roto,

Me va dando por pensar

En lo lejano y remoto

En la infancia que dichosa

 

 

Y feliz con mis hermanos

Regía la santa esposa

De sentimientos cristianos,

Del padre que por hidalgo

Era cristiano y austero

Y por cristiano e hidalgo

Era también caballero,

Juventud que presto pasa

Mientras tenía ilusiones

Iba aprendiendo lecciones

Del gobierno de mi casa

Y cuando la misión tengo

Por deber y vocación

De seguir la tradición

Y  perpetuar  mi abolengo

Encuentro ayuda y consuelo

 

                                               En santa niña de ayer,

Que hoy es trasunto y modelo

De la perfecta mujer;

Dios bendijo nuestra unión

Regalando a nuestro hogar

Seis frutos de bendición

Que si llegan a lograr,

Con cariño y sumisión

Seguir  el recto camino

De los que fueron y son,

De este humilde peregrino

Serán orgullo y blasón.

Es el cuento relatado

Mi cuento de Navidad

Que otros años he contado

Muy lejos de esta ciudad,

En el lugar sacrosanto

De nuestros antepasados

Hoy envuelto en luto y llanto,

Por unos seres malvados

Que siembran duelo y quebranto,

En los campos asolados;

Pero Dios que da las penas

Por purificar las almas

Consuela a las gentes buenas

Consuelo me ha dado a mí

Al poder tender las alas

Y estar  esta noche aquí.

 

Jaca-Diciembre de l936

jueves, 25 de diciembre de 2025

Cuento de Navidad por Manuel Almudévar Casaus

 


 

Cuento de Navidad por Manuel Almudévar Casaus


A MIS HIJOS.-

Quiero esta noche, tratando el asunto con todo el respeto, cariño y veneración que merece, hacer mi cuento de Navidad, valiéndome del lenguaje vulgar, que se hablaba y todavía se habla, cada vez con menos extensión, en los pueblos de este Alto-Aragón; y al mismo tiempo que rendir tributo de devoción y recuerdo al Niño Jesús, introduciros de este modo, con éste y otros casos, al conocimiento de algo sobre las costumbres, lenguaje y modo de ser del País que os vio nacer; pues se da casi siempre el caso, que uno sepa de las costumbres, carácter y hasta modalidades del lenguaje de los Andes, del Congo o del Hinmalaya, valga por ejemplo, y no conozca nada de lo que un erudito llamaría Folklore local o características de su País.

Así pues, sin más pretensiones, y a modo de familiar y honesto ofrecimiento, os ofrezco con mi paternal cariño y bendición, el siguiente relato en prosa rimada.

Los pastores del abuelo, narraban bellas leyendas, y hoy noche de Navidad, os referiré‚ una de ellas.

Era por derecho y costumbre, el sitio del Mayoral, un puesto junto a la lumbre, a la entrada del hogar.

Y desde allí con decires de cadencias ancestrales nos narraba efemérides y cuentos de Navidades. 

Quiero emplear el lenguaje que el Mayoral empleaba, en recuerdo y homenaje a la traición pasada.

Dejemos pues que se oiga, en esta noche su voz, para narrar las leyendas que en otros tiempos narró.

María y José, marchan de camino

Van con asperanza de que un ser divino,

Que mora n'antraña, de ra Virgen pura,

Alcuentre un asilo, palacio u cabaña

Que haga menos dura, ra triste jornada,

De ro viello esposo y ra esposa amada.

Ra Virgen teneba frío

Y San José, se chelaba,

Caminando, caminando,

A burreta resollaba.

Llegaron en ta Belén

Un lugar mu chiquirrín

De ros qu'ay en os belenes,

Feitos de zurio y serrín.

Iban pidiendo posada,

Trucando de puerta en puerta

Y ninguno les ne daba.

Ra Virgen qu'era mu güena

Mu santeta y conformada

Le deciba a San José,

Que no mirara ya nada,

Que anque fuera en un rincón,

De pajar u de tinada

Se pasarían a nuey

Pa guardasen da chelada,

Se'n fueron ta ras afueras,

Y alcontraron un Portal,

Que sirvía de cubijo,

A ros bajes do lugar.

En as pallas d'un pesebre,

Ascape s'acomodaron,

Y una muleta y un güey,

Alinto y calor les daron.

Y dando gracias a Dios

Se quedaron adormidos,

Pues de tanto caminar,

S'alcontraron mu rendidos,

Pero a iso de media nuey

Sintieron una mosica

Y d'encima d'o Portal,

Se posaba una estrelica,

Pregunté que qué sería

San José todo asombrau

Y le respondió María:

Es qu'o tiempo ya a llegau

De cumplise a profecía

De que todo un Rai d'os Cielos,

A'ste suelo bajaría,

Pa rediminos a todos,

D'os pecaus y as herejías.

Mientras esto iba digendo

Como si fuera un milagro

Un zagaler mu bonico,

Se refirmaba n'os brazos;

Este era el Niño Jesús,

Que en cuanto abrió ros ojetes,

Desanchando ros bracetes,

Fizo a fegura de Cruz,

Y golviéndose a sus padres

Con cariño y con amor,

Levantando ra maneta

A ros dos los bendició.

Ra Virgen y San José

Al inte s'arrodillaron,

Lo besaron como a fillo

Y como Dios l'adoraron,

María lo cogió ambrazos

Y con gran veneración,

Lo ofreció a Nuestro Señor,

Para nuestra redención.

Un angelico de Dios

Con os güellos como soles,

Les avisó a ros pastores,

Qu'abía puos alredoles;

Y ascape fueron llegando

Repatanes y mairales,

Craberizos, vaciveros,

Yeguas,erizos y duleros,

Boyateros y zagales

Mocetas d'esas que cudian

  Os pavetes y os verracos

Y mientras filan estambre,

Apacientan os rezagos.

Todos veneban contentos

Y todos trayeban algo,

Pa ofrecelené a Jesús

Y al mesmo tiempo adoralo.

Trayeban figos de Fraga,

Orejones d'Estadilla

Y pansas d'esas qu'escaldan

En Lascellas y Velillas,

Vino de Castilsabás

Y corderetes d'Albero

Billotas de Banastás

Y conejos de Pebredo

Tortas d'aceite d'Ayerbe

Turrón guirlache de Jaca,

Castañas de mazapán

D'a zucrería Lasala,

Tortadas de Berbegal

Y pan moreno d'Angüés

Pedos d'as  monjas de Casbas,

Juguetes de Bandaliés.

Entre gente tan humilde

Tan humilde como güena,

Quiso'l Redentor del mundo

Presonase aquí, en a tierra,

Era pa danos ejemplo

Que toda su vida dió

D'humildad y de pacencia,

De mansedumbre y amor.

Y aquí remata el relato,

Venida del Hombre -Dios

Que Nuestro Señor del cielo

Por Padre nos envió.

Y si Cristo es nuestro Padre,

San José, si somos güenos

Nos tratará  como a nietos

Y nos llevará  t'al cielo.

Cuento escrito por Manuel Almudévar Casaus en Huesca,el 24 de Diciembre de 1941.

Cuento post-Navidad

  En estos días de Navidad, me acuerdo cada año de mi hermano Luis Almudévar, Capitán de la Marina Mercante y de su esposa, María Pilar Arna...