martes, 16 de septiembre de 2025

Venta de Ballerías




Siempre me ha llamado la atención la aldea de Venta de Ballerías, que se encuentra, próxima a la carretera, que baja a Sariñena desde Huesca. Después de pasar por Huerto, se desvía hacia la izquierda para ir a Berbegal y en una altura cercana a este desvío, se alza Venta de Ballerías. Tiene, escasamente catorce habitantes y es que sus tierras fueron del Conde de Guaqui y sus habitantes eran colonos de las mismas. Yo conocí al administrador del Marqués, perteneciente a la conocida familia, procedente de Casbas, de los Domingo. Y estuve en distintas ocasiones en su casa, porque mi hermano mayor, Manolo, tenía una gran amistad con el que luego llegó a ser Notario, a saber don José María Domingo. Su hermana Matilde, que más tarde se casó con un Ingeniero Agrónomo de Zaragoza, era y sigue siendo, gracias a Dios, amiga de mi hermana María. Luis Arasanz todavía recuerda con nostalgia las estancias del Administrador en su pueblo, donde, a veces pasaba dos o tres meses. Me decía Luis en lo alto, donde se asienta la iglesia parroquial de Torralba de Aragón, cuando se celebraba la entrega de la misma a sus fieles, después de ser restaurada, que el administrador no era una molestia ni una carga para los vecinos de su aldea, porque pagaba religiosamente su manutención. Pero yo notaba en mi amigo y en su convecino Pascual Ferrer, una especie de tristeza por el abandono de su destruida iglesia allá en Venta de Ballerías, al contrario de la restauración que se estaba inaugurando en la iglesia mudéjar de Torralba, que llenaba de alegría a todos los hijos de este pueblo y de la comarca. Se llena el corazón de melancolía, al escuchar a dos hombres, hechos y derechos y con profunda ilusión religiosa, quejarse forzados por el alegre acontecimiento, de la ruina de la iglesia de su aldea. Tiene Pascual dos hijos y, sin decir nada, adivinas como lamenta el tener que vivir en Huesca, para que puedan asistir a la escuela. Este pueblo no tuvo nunca iglesia parroquial, pero una antigua Duquesa, se preocupó de levantar una hermosa iglesia para atender espiritualmente a los colonos. Aquella iglesia inspiraba gran devoción a los fieles, pero después de entregada por el administrador Domingo a la comunidad eclesial, en lugar de conservarla, se llevaron las tejas enormes, pues debían de ser del siglo XVII y unas piezas pétreas para colocarlas, no me acuerdo dónde me dijo Luis. Cuando venía el Obispo, celebraba la misa en el edificio de la Escuela, ya cerrada hacía muchos años y obsequiaban al Señor Obispo con agradables manjares. Pero sin embargo, no abandonan Venta de Ballerías, aunque no haya obispo ni iglesia, pero mezclan la tristeza de la destruida iglesia con el recuerdo y la realidad alegres de los ratos pasados en ella y les queda el consuelo de haber levantado en el siglo XIII o XIV, una ermita a la Virgen de Puimelero, encima del lugar donde se unen los ríos Guatizalema y Alcanadre y allí acuden todos los años, los vecinos de Venta de Ballerías el día nueve de Mayo, Fiesta de San Gregorio, el día diez van los de Torres de Alcanadre, el quince, día de San Isidro los de Huerto y el Domingo de Pascua, van a venerarla los de Peralta de Alcofea. A esos pueblos del Somontano de Barbastro y de los Monegros, los unía la presencia de un ermitaño llamado Joaquín ,acompañado de su esposa Felisa, que vivían en la vivienda del ermitaño , que todavía se conserva y tenían una huerta a orillas de los ríos y subían cada domingo a Venta de Ballerías para oír misa. Llevaba siempre consigo una “capilleta” con una imagen de la Virgen de Puimelero, que todos los vecinos besaban y echaban una limosna para mantener el culto de la ermita. Ahora están sin ermitaño y no se acuerda de su iglesia, como ellos recuerdan siempre, ni el señor Obispo.

lunes, 15 de septiembre de 2025

“Capricho” óleo sobre lienzo, del Museo de Huesca.

        

                            
Asistiendo a la contemplación del Arte, en el Museo de Huesca, quedé admirado por la inspección de un cuadro, que  impresionó mi sensibilidad, titulado Capricho. Se expone ante el público un óleo sobre lienzo, pintado en el año de 1891. Fijándome en su contenido, me di cuenta de que se trataba de un cuadro con un doble sentido, porque unas veces me llamaba la atención, una joven pareja de bella figuras, asomada a un balcón de piedra, desde el cual, observaban debajo de un arco , objetos de la suerte ,como un dado, de los que se usan en algunos juegos de azar y varios botellines de líquidos de color blanco, que no dicen nada de su objetivo ni de su empleo en aventuras amorosas. En el otro lado del balcón se asomaban unas rosas y debajo unas hojas de parra, que la señorita observaba cómo si estuviesen presentes a su  lado,  para darles felicidad. Hay presentes en el balcón, unas frutas procedentes de un peral y unos pequeños paquetes, como si estuviesen allí,  al lado de la pareja masculina- femenina, para crear un sueño artificial, en el que no se sabía si aquella pareja, estaba tomando productos de placer. Están una pareja de un caballero y una bella señorita y él con su mano izquierda sostiene por el cuello, debajo de su bello rostro, ese rostro bellísimo. Ella, en su mano izquierda sostiene un abanico, que refresca los rostros del caballero y de la dama. En el lado del retrato se alza hacia arriba del arco pétreo que en su parte más baja adornan unos elegantes chopos y por encima de ellos, entre nubes, vuelan alegres palomas.
Abierta la superficie de la imagen de la pareja, se encuentran en ella, por delante los secretos objetos, que encierran en sí mismos los misterios de ambos miembros de la misma, como un ramo de rosas, ricas frutas ,botellines llenos de líquidos misteriosos, y sobre todos ellos alza la señorita en su mano derecha un abanico, con forma alegre, que puede indicar, por un lado su reparto del bello ambiente o la posible separación de su  mutuo amor.           
Una cosa es el amor real y otra el enamoramiento temporal.  Una  cosa  fue  la Casa Palacio en la que vivió Rafaela Almudévar Vallés, nacida en Siétamo en 1852, que fue la cuna donde la familia Carderera, cultivó la Ciencia, la técnica y las Bellas Artes. Esta Casa de la familia Carderera, empezaron a construirla en ese año de 1852. En esa Casa fue donde tuve la oportunidad de contemplar a la singular Señora, nacida en Siétamo, que pasaba los veranos en esa antigua y hermosa casa.
El propietario de Casa Carderera (1835)  Joaquín Carderera y Potó (1835) se casó  a saber con Pilar Carderera Almudévar. A esta señora la conocí porque tenía un trato familiar con mis tías,  las hermanas Teresa Almudévar, viuda de Llanas y con Luisa, en cuya compañía íbamos a ver a su prima Pilar Carderera Almudévar.
Joaquín Carderera Potó, nacido en Huesca en 1835  y muerto en 1878, fue propietario de Casa Carderera y esposo de Rafael Almudévar Vallés, de Siétamo.
Pero no es la que acabo de contar la historia del amor del Artista Bernardino Montañés Pérez con Pilar Carderera Almudévar, pues el autor de el cua’dro que acabo de explicar, no creyó en él, pues al dar una vuelta al lienzo, en que está reproducido el contacto humano entre el autor del cuadro y tal vez , la señorita Pilar, se transforma el significado de lo pintado en el cuadro en que festejan un caballero y una señorita, en la aparición de una calavera. Con esta obra de arte, el mismo pintor sueña con el amor, que no alcanzó casa Almudévar a obtener entre él y la señorita Pilar.


Se inscribió en el patio de Casa Almudévar con piedras’ de grava, la fecha de su creación. Doña Rafaela Almudévar Vallés, nació en Siétamo en 1852.

De esta fecha, se encuentra todavía en el segundo piso, una pintura en la pared, de un pintor, que recuerda el arte que se exhibía en aquel tiempo en Huesca capital y en los pueblos próximos. ¿Tiene que ver algo el pintor con Doña Rafaela Almudévar Vallés, cuando pintaba esas obras de arte con la realidad de aquellos tiempos?.

domingo, 14 de septiembre de 2025

 

Monasterio de la Asunción.-

                                                     


Un día cada dos años  van al Monasterio de la Asunción los Cabildos de la Iglesia Oscense y el que rige el Municipio ,pero el resto del año allí se queda nuestro segundo patrono oscense San Vicente ,esperando que vuelvan sus queridos paisanos oscenses para verlos e interceder  ante el Altísimo por sus problemas. Bien se vale porque , aunque no se ve de ordinario, movimiento humano al pasar por delante del Convento, en su interior le acompañan las carmelitas calzadas ,que le rezan ,no sólo por ellas ,sino por todos los oscenses ,que nunca lo han abandonado ,pero que ahora parece que lo olvidan un poco. En cambio las monjas no lo olvidan ,pues además de rezarle ,le hablan, lo recuerdan y lo visten en la imagen que guardan en el segundo piso y lo bajan a la iglesia el  día veintidós de Enero de cada año, para homenajearle por su martirio y para que lo vean y se alegren de verlo los oscenses que allí acuden en tal día.

Pero aunque no lo sacasen ,todos podríamos contemplar a San Vicente ,pues en el altar Mayor preside en el centro del retablo, su bella imagen y en la base del mismo retablo, está en un lado su primo San Lorenzo y en el otro una pequeña escultura de madera del santo tan oscense. Y así como en estas imágenes siempre está el santo vestido de la misma forma ,en la imagen portátil pasa lo contrario ,pues las monjas le cortan y le cosen prendas nuevas cuando parece que quieren envejecer las que ya había llevado muchos años y así lo presentan guapo a los Cabildos y a los fieles, cada año. 

Han pasado siglos desde que San Agustín ,Obispo de Hipona ,ciudad que se encontraba en el norte de Africa, gran Doctor de la Iglesia ,escribió seis sermones sobre el oscense San Vicente ,Diácono y Protomartir de Valencia y en el sermón quinto escribe:”Cristo nos manda celebrar con solemnidad la valerosa y gloriosa  pasión del mártir Vicente y ensalzarla sin ahorrar palabras .Con la mente y el pensamiento hemos visto y contemplado cuánto sufrió ,el interrogatorio al que le sometieron y las respuestas que dió, y, ha aparecido ante nuestros ojos un espectáculo maravilloso: un juez malvado ,un verdugo sanguinario, un mártir invicto y un combate entre la crueldad y la piedad; de un lado la locura ,y del otro la victoria”.

Están haciendo la autopista entre Valencia y Canfranc ,que servirá para unir a las dos ciudades preferidas por San Vicente :una aquella en que nació ,es decir Huesca y la otra aquella en que subió o fue asunto a los cielos. En Valencia se le tiene una gran devoción, que hará que los valencianos ,además de traernos sus mercancías ,vendrán a visitar a San Vicente.

Y es que San Vicente nos quiere tanto a los oscenses que no sólo nos quiere ver en el cielo ,sino que hagan progresar a su patria oscense ,es decir a Osca.

sábado, 13 de septiembre de 2025

La zurriaga.-



Me regaló un amigo de Siétamo la fotografía de un carromatero de Junzano, que con "a zurriaga" colgada del cuello, conducía, no un coche, sino un carro tirado por una mula, un caballo y un enorme burro como delantero. El hecho de que estas escenas se estaban acabando en esta tierra y que precisamente la foto estaba tomada en la carretera que pasa por Siétamo, en la parte conocida como Avenida de San José, me movió a enmarcar dicha fotografía y a colgarla en una pared de la escalera de mi casa.
Antes del invento de la rueda, las mercancías se transportaban a carga sobre los lomos de las caballerías, luego se depositaban sobre una especie de trineo que se arrastraba directamente por el suelo y este hecho que suena a tiempos prehistóricos, ha sido contemplado por vecinos de Siétamo, e incluso usado por algunos de ellos cuando enganchaban el "estirazo" sobre el que sacaban piedras de los campos para limpiarlos de ellas, o, de las canteras para que los " piqueros" tallasen las dovelas de los arcos de las casas, las fiestas de las cruces de plazas o caminos, los bancos ,los altares, los escudos, las pilas de piedra para las caballerías, para "os tocinos",las piletas para las gallinas y las piedras de sillería para las fachadas y para los pilares, entre los cuales se hacían las paredes con tierra roya y paja.
Yo creo que la aparición del carro, comparado con el estirazo, supuso un mayor adelanto que el que han traído los vehículos de motor en relación con el carro. De la misma forma que hay muchos modelos de coches y camiones, era grande el número de modelos de carro. Las tartanas eran ,con su toldo arqueado, como carros coquetos en los que se exhibía la vanidad de sus dueños, de la misma forma que hoy se "farda" con un último modelo. El motor siempre era delantero y de la misma forma que hoy puede ser de gasolina o de gasoleo, entonces podía ser de caballo trotón o de mula templada. La canción popular dice:"Doce cascabeles lleva mi caballo por la carretera..." y ¡cómo se acuerdan nuestros mayores del sonido de los cascabeles que llevaban las caballerías! y que ahora guardan, llenos de polvo, en las falsas de sus casas. Sería conveniente que alguno de nuestros organismos administrativos, por ejemplo, la Diputación Provincial, recogiera para la posteridad y expusiera con dignidad, antes de que sea demasiado tarde, una diligencia, de aquellas que iban a Barbastro o a Panticosa, una galera con "pugones" y todo, un carro de bueyes, un volquete, una tartana y uno de cada clase de aquellos medios de transporte, que los mayores de Siétamo recordarían mejor que yo, entre otras razones por haberlos usado, como los usó mi pariente Narbona Almudévar, que en Zaragoza, se le soltó la rueda del carro y lo mató.   

viernes, 12 de septiembre de 2025

¡ Barquito de vela, vela, barquito de vela, va!.




Mi hijo está cumpliendo el Servicio Militar en Cádiz, en un cuartel situado al lado de faro y cerca de la sonora sirena del puerto. Está encantado, pero como la felicidad nunca es completa, se queja de que entre el ruido de la sirena, la luz del faro y el calor, no lo dejan dormir. Yo, por medio de estas líneas, quiero hacerle ver que su desgracia es bien pequeña. En primer lugar, aquí también pasaría mucho calor, pero no podría bañarse en el mar y a este paso, puede ser que no pudiera hacerlo ni en la piscina, porque estamos padeciendo una sequía enorme, bíblica. Las fuentes y pozos se secan, pero el mar, yo creo, que todavía puede aguantar. En cuanto se refiere al ruido de la sirena, encontrará la solución leyendo a los clásicos griegos. Cuando las sirenas de verdad, habitantes del Mar Egeo, pretendían con sus cantos melodiosos seducir a los argonautas, éstos para defenderse de sus encantos, se taponaban los oídos con cera. Si hacían esto para no escuchar dulces melodías, mejor puede hacerlo mi hijo para no escuchar el escándalo de la sirena mecánica. Él todavía lo tiene más fácil, porque como hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, venden unos cómodos tapones de goma para los oídos. Con respecto al faro, me parece que se queja de vicio, porque, ¿qué hay más romántico que vivir debajo de un faro de luz, que ilumina los mares del Sur?. Así podrá ver, de día y de noche, ese barquito velero, que cruza la mar serena y del que unos dicen “que va pa Cádiz y otros que pa Cartagena”. Reconozco que alguna vez puede verse rota esa ilusión romántica, porque dicen que estos días, ha pasado secuestrada una lancha guerrillera del Ayatollá Jomeini. Pero luego seguirán pasando barquitos de vela, vela, barquitos de vela, va. También supongo que tendrá ocasión de distraerse, porque dicen que en Cádiz, hay muchos “entre curas y frailes y marineros” y aunque según algunos, esta palabra encierra un segundo sentido, no hay que escandalizarse porque tampoco conocerá a los curas y frailes, ya que éstos visten de paisano, a no ser que se trate de los de Palmar de Troya. Marineros auténticos, tal vez, vea muchos en tierra, a causa de los apresamientos que sufren nuestros pesqueros por parte de las patrulleras de Hasán. En fin que donde él se ve, quisiera verme yo, entre otras razones porque no he estado nunca en Cádiz. Además un muchacho tan aseado como mi hijo, tiene que encontrarse muy a gusto en la Tacita de Plata. ¡Querido hijo, acuérdate de que el que no se consuela, es porque no quiere!.

jueves, 11 de septiembre de 2025

Bajando de la Montaña.-



Érmita y Peña de Anies.

Hará unos cincuenta años, que adjudicaron la Plaza de Veterinario Titular de Bolea a un veterinario de León. Como no podía  acudir a Bolea, me pusieron a mí de substituto y yo con veintisiete años, monté en mi moto Peugeot de 125  y subí allá arriba. Me acomodaron en su casa Gonzalo y su esposa Pilar, de los que conservo un recuerdo de bondad, amabilidad y hospitalidad, que yo creo debe de ser difícil, ahora, encontrar a unos patronos tan perfectos. Me di cuenta de que estaba en el fin de los Pirineos y en el principio de la Tierra Baja. Por arriba tenía a muy pocos kilómetros el Castillo de Loarre, que los montañeses aragoneses levantaron para conquistar Huesca y la Tierra Baja de Aragón, con el fin de formar un Reino.  En la Ermita de la Peña de Aniés, nos reunimos los vecinos de todos aquellos pueblos, donde el párroco de Aniés, donde nació Máximo Buen, nos dio a besar una cadena, que supongo sujetaría en  tiempos pasados la libertad de los cristianos, a favor   de los moros. Desde allí tuve que bajar al pueblo de Bentué de Rasal, cuyos vecinos habían acudido a la veneración de la Virgen y montado en una de sus mulas, bajé para vacunar, al día siguiente, sus ovejas. Pero desde la elevada Colegiata se veían inmensas llanuras, como la del Castillo de Anzano, que tuve que visitar y fui recibido por el señor Lapetra, que desde un balcón me mostraba aquellas tierras benditas. Llegó a ser presidente de la Diputación Provincial y padre de varios hijos, entre los que todavía recuerdan los aragoneses, a algunos de ellos, como grandes jugadores de fútbol. Se veía también el enorme Castillo de Castejón de Becha, donde además de un gran rebaño de ovejas, pastaba una notable vacada. Desde este alto punto de vigilancia a 627 metros de altitud, se tiende a mirar hacia el Sur, donde en la ladera se ve la Ermita de Mueras, del siglo XII, donde se encontraban unas esculturas zoomórficas,  relacionadas, tal vez con teorías musulmanas. Debajo del Monte de Bolea se contemplaba el pueblo de Esquedas, en otros tiempos propiedad del Conde de Sobradiel y entonces lleno de vida y de prosperidad, en que sus habitantes vivían con más holgura que los de arriba. Allí estaba, en la Iglesia parroquial y sigue estando un cuadro del gran aragonés Goya y allí permanecen Casa Jiménez y Casa de Grasa, de las  que han surgido veterinarios como Luis Jiménez,  Aurelio Grasa y su primo Ramón, también Grasa. En el otro lado de la gran Plaza, se encuentra  una casa, donde les enfermó una caballería y me llamaron para curarla de un cólico intestinal, que le producía grandes dolores. Allí pasé casi toda la noche, inyectándole productos que hicieran calmar los dolores que la acetil-colina, producía en sus intestinos. Algún rato me sentaba, acompañado por el hermano pequeño de la casa, sobre un pesebre, al tiempo que escuchaba recitar oraciones a una anciana, que colocó un cuadro de San Antón, patrono de los animales, colgado en la pared. Poco tiempo duró la labor de las caballerías en la tierra, porque aquel año, que yo estuve en Bolea, se vendieron en las Ferias de Ayerbe, multitud de ellas. En Esquedas estaban ya pensando en hacer la Concentración Parcelaria. Todos soñaban con un porvenir mejor pues una señora que vivía al lado de casa de Grasa, me lo  deseó, regalándome  una pareja de tórtolas, de esas que llevan un collar negro en su cuello y que al llegar el mes de Febrero cantan y cantan,  como anunciando un porvenir feliz. Yo me la llevé a Siétamo, donde volví  a trabajar las tierras familiares y ahora, está todo el pueblo lleno de esas tórtolas, que nos dan esperanza, pero el porvenir de la ganadería no se ve brillar  ni en Bolea ni en Siétamo.

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Nostalgias del ayer. (Antigua Judería-11- 81)



Cuando, en algunas ocasiones, veo por las calles del pueblo pasar unas personas que lo miran todo, pero se les nota como acosados, pienso que son originarios de allí o de ayer. Raras veces me equivoco. Trato de aproximarme a ellas y cuando se ven acogidas, se abren y me hablan de su antigua casa desaparecida y de sus abuelos. Casi siempre tengo referencias de ellos y al contárselas , esa apariencia de acosados se transforma en satisfacción y se van contentos del pueblo de sus antepasados. Otros no se atrevan a regresar y mueren con la nostalgia de un pueblo de origen y con la amargura de ser desconocidos en la tierra de sus antepasados.
A unos argentinos les enseñé una fotografía de su madre, que saqué de un viejo álbum y les saltaron las lágrimas. Hay otros emigrantes que se fueron de España hace quinientos años y sus descendientes conservan la nostalgia de nuestra tierra. Algunos se han atrevido a venir a visitar los pueblos de origen y en Fraga concretamente se han presentado sefarditas a conocer personas de su mismo apellido, a las que se declararon parientes. Otros no se han decidido a visitar la tierra que todavía consideran como su patria, a pesar de que algunos conservan la llave del hogar que abandonaron sus ancestros. Sería triste recorrer unas calles de las que ya ha desaparecido su casa; encontrarían en Barrio Nuevo (antigua Judería) unas gentes, que quedarían extrañadas al escuchar su arcaico castellano; se encontrarían como como fantasmas o como espíritus que retornan a visitar aquellos parajes que recorrían en vida.
Yo conocí un sefardita que huía de la guerra europea, sabía hablar once lenguas y era una delicia escucharle su dulce castellano. Parecía un español del siglo XVI que entonces se quedara dormido y despertase en el siglo XX. Le dimos comida y ropa, pero no trabajo para dar clases  de lenguas, que era lo que pedía. Hizo un paquete con el donativo y para atarlo pidió una “cuerdillita”. ¡Cuantas palabras como esa podríamos  aprender de esas gentes si tuviéramos contacto con ellas!. También sería interesante leer las obras de los sefarditas en otras lenguas ajenas; el castellano lo reservan para la nostalgia. Así ocurre con el último premio Nobel de Literatura, Canetti. Su apellido procede de Cañete, en Cuenca, y es fácil explicarse  la  transformación  de Cañete en Canetti, entre otras razones  porque la tilde de la ñ no existe en otras lenguas. Ha reconocido su deseo, muchas veces reprimido, de volver a España. Ahora que ha alcanzado la gloria literaria, tal vez sea invitado a visitar Cañete y vuelva a encontrar personas de su misma estirpe, pero es triste que con la masa de sefarditas, que todavía conservan nuestra lengua, no mantengamos ninguna relación humana y cultural.  

Venta de Ballerías

Siempre me ha llamado la atención la aldea de Venta de Ballerías, que se encuentra, próxima a la carretera, que baja a Sariñena desde Huesca...