Nuestra Señora de los Angeles ( Hijar) |
Me he encontrado con el turolense Agustín Escobedo, al que
le sabe malo que lo llamen Agustín, cuando está ya muy próximo a jubilarse. Es
que para él, sintiendo el peso de los años que ya ha cumplido, no riman esos
años con el nombre, que parece un diminutivo,
pues siempre se ha llamado y le han
llamado Agustín, y que ya no coincide el diminuto nombre de Agustín con el que
él quisiera, que lo llamaran, es decir Augusto.
¿Le llenaba de orgullo, llamarse Augusto, como aquel
Emperador, que gobernó en todo el Imperio Romano?. No era orgullo el que se
apoderaba de su persona, sino humildad, al darse cuenta de cómo el nombre
diminutivo de Agustín, se había transformado en Augusto y éste, había hecho
crecer el nombre de la capital de
Aragón, llamándola Cesar Augusta.
Agustín Escobedo, turolense, sentía en su corazón el amor a
lo aragonés y sentía la llamada o vocación de esta nación, ya apetecida por
Carlomagno en los años de setecientos y pico. Fue Carlomagno derrotado en
Roncesvalles y en el oscense Echo, a raíz de cuya derrota, fundó la Marca
Hispánica, que iba desde Pamplona hasta Barcelona. Se alió el Emperador del
Imperio Germánico con el Papa León III y crearon los precedentes de una futura
Europa. Carlomagno nació en el año de 742 hasta su muerte, el año de 814.
Fracasó Carlomagno en la conquista de César Augusta, como ahora se está
fracasando en la construcción completa del Ferrocarril desde el Bearn hasta
Canfranc y Zaragoza.
“Así como la obra del turolense Braulio Foz es un semillero
de interrogaciones, al que habremos de
procurar responder entre todos”, la Historia de Aragón es como un cuento
popular, al que se han añadido otros cuentos, de los que habría que examinar su
contenido.
Ahora que me encuentro con Agustín Escobedo, delante de la
fachada de la iglesia oscense de San Lorenzo, es este amigo el que,
descubriendo sus sentimientos, me hace ver las maravillas repartidas por
Aragón, al encontrarse delante de la iglesia de San Lorenzo. Me llega al
corazón su afirmación frente a la magnífica fachada de la iglesia de San
Lorenzo, en que recuerda tiempos
pasados, que San Lorenzo era llamado
Lorenzín, porque exclama, al presenciar
esa Parrilla Arquitectónica: ¡hay que
ver cómo trabajaba la gente aquella, en arquitectura, que representaba con aquellos
ladrillos, una Parrilla enorme, en la que San Lorenzo fue abrasado en aquellos
viejos tiempos. El esfuerzo de cada trabajador hizo posible tal construcción,
porque el asa de dicha enorme Parrilla, iba dirigida hacia arriba, hacia el
cielo”.
Aquellos albañiles, parecían “estar al servicio de Dios”,
porque no pensaban en el cobro de muchos dineros, sino sólo en el porvenir
eterno de sus almas.
Agustín sueña con ser Augusto, porque se ha dejado bigote,
aunque el Emperador no lo llevaba, y piensa, que aquellos hombres que
trabajaban en la construcción, no pensaban en los doblones de oro o de plata, sino
en las “perras chicas”, que necesitaban, tan sólo, para comer.
Pero este Augusto o Agustín, parece que no necesita el
dinero, sino que lo único que le hace ilusión y mueve su corazón, es la Jota. Y
sintiendo dicha canción y sus bailes, sueña una vida feliz, en que el son y el
ritmo, rigen su vida y su inteligencia y su corazón. Al encontrarme con un
Augusto, que siente y vive la Jota, me pregunto
¿qué es la Jota?. Y aunque siempre he querido saberlo, todavía no lo he
conseguido. He interrogado a personas prestigiosas, pero no me han resuelto el
problema. He dudado de mi capacidad mental y he inspeccionado libros, que están
escritos para resolver problemas, pero que no me lo han respondido, dándome
soluciones. Estas preguntas se las plantea el pueblo, cuando escucha este
interrogante: “¡madre ¿qué tiene la jota?”.No he encontrado quien me diera
solución a esta pregunta y sin embargo, he encontrado en mi pueblo hombres y
mujeres sencillos, que aprendían a bailar la Jota espontáneamente, sin estudios
sobre ese arte, sino que aprendieron a cantar y a bailar, haciendo saltar su
corazón y sus piernas. Agustín o Augusto, en el breve espacio de tiempo que
conversamos sobre si la Jota es más pura en el Norte de Aragón o en Teruel,
hace gestos que no le dan seguridad en su opinión. Le entra la duda de si
Vicente Cambra, natural de Morilla, que tenía una voz maravillosa, que te hacía
escuchar unos sonidos, que los convertían en poesía y hacían conmover sus
sentimientos, era el mejor jotero de todos. Para comprobar esta situación, a mí se me ocurre reproducir la Jota, que le cantó
a su madre cuando falleció. Decía así: “Se corta una rama verde,-se corta y
vuelve a nacer.-pero se muere una madre- y, esa no se vuelve a ver”.
Agustín o Augusto recuerda la voz de este turolense, pero
sigue emocionado, cuando lee la siguiente Jota de Daniel Calazanz, que dice
así:”Cuando estoy de mal humor- me pongo a cantar la Jota-siempre llevo la
guitarra- y ella me marca las notas”.
Hablaba yo, con Daniel Calasanz, en el Bar Correos, en la
Caseta de su huerto, al lado de la carretera y en la Residencia de Ancianos, paralela al
Torreón de la Muralla, pero su corazón saturaba el mío, hablándome de la Jota.
Encima de esta Residencia de ancianos, vive el hijo de la Sublime jotera Camila
Gracia. Yo conversaba con ella y ella conmovía mi corazón, con sus recuerdos de
Siétamo, como ahora, al encontrarme con su hijo, por las calles de Huesca,
hablamos de la Jota. Ahora sigo hablando con su hijo, cuando lo veo por las
calles de Huesca, ya que el amor de su madre a los aragoneses, se renueva en
mis conversaciones. Camila vivió desde 1909 hasta 1988 y recuerdo con
nostalgia, como su entierro, hizo un alto en el Casino de Huesca. Y su gran
sensibilidad, no superada por nadie, cuando cantaba “La Magallonera”, sigue conmoviendo mi corazón, cuando paso por
el Casino. Es que escuchar su Jota, era escuchar la mejor cantadora, que ha
dado la Provincia de Huesca y una de las más grandes de Aragón.
No me contradecía Agustín o Augusto, pues admiraba todo lo
oscense, igual que recordaba al gran turolense Vicente Cambra, que con su voz
convertía en poesía, todo lo que cantaba. Es que él es sensible a todo lo
bello, como manifestaba en la Plaza de San Lorenzo, al contemplar los gruesos y
amarillos círculos de bronce, que clavados en el suelo, ordenan, para San Lorenzo, los bailes de los
danzantes.
En esa Plaza de San Lorenzo, se siente la emoción de las
viejas costumbres, como la Jota y el baile, con los sentimientos religiosos,
que se hacen sentir en San Lorenzo y en el vecino y antiguo Convento de Santo
Domingo. Cuando las monjas de Santa Rosa, construyeron un Colegio Nuevo, vendieron
el antiguo y trasladaron su tumba y las de otras dos Hermanas al nuevo Colegio,
donde dicen que descansan y a la Madre
Berride, la enterraron en Santo Domingo. El Convento Beaterio de Santa Magdalena
y de Santa Rosa, se fundó en 1725. Y Sor María Lay, lo hizo una realidad, al
morir la Madre Berride. Este Edificio en su parte antigua lo compró y lo
edificó el párroco del pueblo de Santa María la Mayor, Mosen LÓPEZ DE ZAMORA,
pariente de la Madre Berride y antecesor de mi abuelo materno, DON IGNACIO
ZAMORA BLASCO. La fundadora de las monjas de Santa Rosa, Madre Berride, era
cuñada de los López de Zamora.
Son dos las causas que hacen admirable la Iglesia-Parrilla
de San Lorenzo, unas espirituales, como su Patrono San Lorenzo, Párroco Mosen
Berride, la Fundación del Convento- Colegio de Santa Rosa. Y otra material, que
compró los edificios, cuando el Mosen Párroco de Santolaria López de Zamora y
pariente de la Madre Berride y del párroco de San Lorenzo Mosen Berride. En
1580, en la iglesia de “Santa María in Foris”, escribió Fray MALÓN DE CHAIDE,
en 1580,”El Libro de la conversión de la Magdalena”, a cuya santa mujer la
denominaron como patrona del Convento de Santa Rosa y de Santa María de
Foris y “según MENÉNDEZ Y Pelayo, este libro fue el más brillante y compuesto de nuestra Literatura devota”.
Otras son las causas
“que hacen admirable la Iglesia-Parrilla de San Lorenzo”, como los bailes del pueblo oscense, que en el
Pórtico de la Parroquia, los bailaban, elevando sus espíritus al cielo.
San Lorenzo mandó,
desde Roma a Huesca, el Santo Grial, en época romana y del que una copia se
conserva en el Monasterio de San Juan de la Peña, en que también se encuentran
los restos de Don Pedro Pablo Abarca de Bolea. Y así como dicho Conde está
enterrado en San Juan de la Peña, su personalidad viva, estuvo en Rusia, en
Alemania, en París, centro de Europa durante muchos años, pero, en España se
alojaba principalmente en el Castillo-Palacio de Siétamo. Y en esta Villa, se
relacionó con la Familia de los Azara de Barbuñales y con los del mismo escudo,
acomodados en Siétamo. Ambas casas o palacios, que son y han sido de los Azara,
se encuentran todavía en Barbuñales y en Siétamo. La Casa de Siétamo, fue
construída por José Almudévar, casado con una Azara, que colaboró con él.
La doble familia de los Abarca de Bolea, tenía su Palacio en
Huesca y sus parientes lo tenían en Siétamo. Una hija de cada familia, conservó
su amor familiar. Con una hija de los Abarca de Siétamo, es decir con Ana
Abarca de Bolea, que llegó a ser Abadesa del Monasterio de Casbas, y escritora
en castellano y en Fabla aragonesa, con
su prima, de la familia oscense, cuyo escudo auténtico, que se encontraba entre
las carreteras de Jaca y de Sabiñánigo y que lo guarda con orgullo mi amigo Eliseo Carrera, que vive en Tudela. Según el sabio profesor Don Federico Balaguer,
los parientes de Don Pedro Abarca de Bolea, se trasladaron a un pueblo, “de
cuyo nombre no puedo acordarme”, de la noble provincia, donde nació mi amigo, antes
Agustín Escobedo y ahora “Augusto”.
Don Pedro Pablo Abarca de Bolea, obtuvo el título de Doctor
en Leyes, en 1769, en la Universidad de la Plaza de la Catedral, al lado del
Ayuntamiento y en la misma estudiaron los Azara de Siétamo y los de Barbuñales.
Entre los de Siétamo obtuvo el título José Azara y Toro, en 1710 y Pascual
Azara en 1732 y entre los de Barbuñales, Martín Azara en 1587, Francisco Mamés
Azara Loscertales y Foncillas en 1722.En la toma de posesión, de Mosen Juan
Azara, como cura de Puy de Cinca en 1686, se ve, con claridad como Mosen Juan Azara estaba
relacionado con los Abarca de Bolea, después condes de Aranda y con los Azara
de Barbuñales, con los que eran parientes.
Los AZARA, con su escudo, fueron desde dicho pueblo, unos a
Barbuñales y otros a Siétamo. De la familia de Barbuñales salieron notables e
inteligentes hijos, como Don FÉLIX DE AZARA, nacido en 1742 y muerto en 1821.
Fue éste un intelectual de una enorme inteligencia, pues en el Paraguay, estudió
antes que Darwing, la vida de los animales. Está enterrado en la Catedral de
Huesca, donde peregrina la Procesión del día de San Lorenzo. Fueron varios los
Azara de Barbuñales, los que destacaron en el Historia de España, incluso un
Canónigo en la Catedral de Huesca. Entre los Azaras de Siétamo destacó el
licenciado Don Juan de Azara, que creó en Siétamo, la Capilla de Cristo Crucificado.
Ya había muerto Mosen
Juan de Azara, cuando Miguel de Azara hace testamento de la Casa de Azara y se
lo traspasa a su hermana Francisca Azara, para entrar de Novicio en la Orden de
San Francisco. En 1772, este Novicio franciscano, recibirá diez libras jaquesas
de su tío Pascual de Azara, que era hermano de su padre Juan de Azara, Abogado
y de su primo Miguel, hijo del Abogado y primo del franciscano.
FÉlIX DE AZARA, militar de España, estudió con éxito la Zoología, en el Paraguay, y depositaron su fe
en Cristo en la Catedral de Huesca. Nació en 1742 y murió en 1821, en tanto su
pariente, el franciscano Miguel de Azara, acababa con su apellido en nuestra casa de Siétamo, pues
pasó al Convento de Nuestra Señora de los Angeles, en 1772. Por haberse hecho
franciscano su hermano Miguel, Francisca
Azara y Mur, se casó con Pacual Escabosa de Ola y tuvieron, una hija llamada María Francisca Escabosa Azara,
que a su vez se casó con José ALMUDÉVAR Altabás con cuyo apellido se quedó la
hasta entonces CASA AZARA.
El militar de Barbuñales y GRAN NATURALISTA, escribió grandes
textos de la Naturaleza, y cuando acabó de revisar las fronteras del Paraguay
con el Brasil, volvió a España, a
Barbuñales y lo enterraron en la Catedral de Huesca.
En cambio Miguel
Azara de Siétamo, entró de Novicio de los Frailes Franciscanos.
¿Este franciscano y pariente mío, estuvo , como el Militar y
Zoologo Félix de Azara, enseñando la Doctrina de Cristo en América?. No lo sé,
pero la Historia de España y América, hicieron cristiana casi toda América.
Miguel de Azara, entró en el Convento en 1772 y el Conde de Aranda murió en
1798.
Miguel de AZARA entró de novicio en el Convento de los
Franciscanos de la Provincia de Teruel, en Hijar. Tenían que tratarse los
aragoneses de Huesca y de Teruel, pues era una nación, unida a España.
En este relato entran el turolense Don Agustín Escobedo y el
oscense Pascual Escabosa de Ola, apellidos que parecen haber nacido en una
lengua vasco-ibérica.
Como se unan dos vecinos de Huesca y de Teruel, es imposible
que no saquen, temas comunes.
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