viernes, 7 de marzo de 2025

La muerte, la niña y el hombre caramelo



¿Tres años tiene la niña?, tal vez cuatro, no lo se. La conocí en el coro de San Pedro el Viejo, donde acude a una misa con su madre. El hombre del caramelo le dio uno y no lo pudo olvidar. Hoy ha vuelto y decidida se acomoda en el mismo banco donde siempre suele hacerlo. Venía con su bolsa de plástico llena de granos de maíz tostado, ha vuelto a ver al hombre que le diera un caramelo y encarándose con él y confiada, se lo ha vuelto a pedir. Se lo ha dado, lo ha tomado presurosa y ha vuelto a pedirle más.  ¿Quién sería capaz, pudiendo complacerle, de ‘rechazar su petición? Hace acopio sobre el banco de granos de maíz y caramelos y sopla inflando la bolsa de plástico, para arrugarla después. De repente y atrevida desaparece del coro y al poco tiempo regresa con dos hojas parroquiales. Le da una a un antiguo periodista que oye misa junto a ella y comenta los grabados de la otra con su madre, para entregarla después al hombre del caramelo.

Hoy coinciden en la iglesia parroquial la misa dominical con un rito funeral. Allá, delante, el escaño con el féretro que acoge los restos de una señora que vivió casi cien años. En el coro, unos señores que sonríen, ante una vida incipiente. No es la risa, en que Espronceda trocase su dolor profundo ante un cadáver más en el mundo. Es la sonrisa que sirve de consuelo ante la muerte, al contemplar que todavía hay niños que harán posible el milagro de la vida. ¡Mamá! ¿Porqué no rezas?, interroga la niña y un consuelo infinito se abre entre la gente, ante el contraste entre la muerte y la niña inocente.

Muchos quieren ser protagonistas en todo acontecimiento; convierten en dios su ego y quisieran ser los reyes, los galanes y chistosos, en las bodas ser los novios y en los entierros el muerto, para llamar la atención. La niña fue para todos el centro de las miradas sin saberlo y sin quererlo, porque era toda candor. Cada vez en Europa hay menos niños y no es que el hombre le tenga miedo a la muerte, la ignora simplemente, A quien teme es a la vida, que hemos puesto tan difícil entre todos. Y ese temor a la vida es más terrible, quizá que el que inspira la otra vida, porque es semilla de muerte, una muerte colectiva.

jueves, 6 de marzo de 2025

El Molino de Aratorés





Aunque ahora los molinos de cereales, están ya casi sin producir, porque las grandes fábricas de harinas, son las que las preparan, para ser consumidas por la sociedad. Pero hoy día catorce de Septiembre del año de 2014, he tenido la suerte de contemplar, cómo este molino, que me ha producido la impresión de ser poético ya que  como en un sueño, lo he visto funcionar. En medio de un paisaje rodeado de montañas, verde, con un canal, poblado de truchas, que traía el agua de arriba y por debajo, rodeado de un verde prado, seguía el agua discurriendo, hacia el río Aragón, que seguía su curso. Pasada la entrada por la carretera que desde Jaca conduce  a la Nación Francesa, a unos dieciocho kilómetros de ella, a la izquierda se entra en Aratorés, y unos metros más adelante, al lado de una parada de autobuses, hay un camino de entrada hacia el río Aragón. Circulando por él,  se encuentra uno con algún chalet o con un edificio sanitario de una orden religiosa, para antes de llegar al nivel del río, encontrarse con “El Molino”. Aquellas aguas, son puras, como las que se usan en el Sacramento del Bautismo y son también aguas de fuentes próximas, que sanean no sólo el alma, sino también el cuerpo de los seres humanos. Por eso uno comprende cómo en tal paraje, han edificado los religiosos un templo, que guarda las almas y cura los cuerpos. El hijo de Agustín me dio a beber agua medicinal, que yo creo, que dio salud a mi  cuerpo.


Al llegar al Molino, en que pude contemplar el título modesto, activo y poético de tan antiquísima máquina, me he quedado admirado por estar en un lugar rodeado de verde vegetación de color claro, con un cielo medio nublado, pero con espacios, en el cielo, que estaban claros y por los que se introducían unos rayos brillantes, que mandaba el Sol de Septiembre sobre el paisaje. Todo él te impresionaba por su brillante color, en que se mezclaban la luz acompañada por el calor, que calentaba aquellas verdes plantas, mezclados el calor y la luz con el sonido de las aguas puras y abundantes, que bajaban del río Aragón por un canal de cemento, bien trabajado y rodeado de una red que impedía el paso de los animales destructores, que podían ponerse a cazar los conejos y a pescar las abundantes truchas, que por aquellas aguas, vivían y circulaban.


 Llamaba la atención el Carcabo, que bajo una bóveda superada por un arco románico, que tenía por misión dejar desaguar las aguas que bajan del río Aragón, enviadas al Molino por un azud, que se encuentra a unos 750 metros y de donde bajan las aguas por un canal, por el cual las truchas le dan elegancia y alegría.


 Este Canal está muy bien construido y lleva una corriente de unos cuatro mil litros de agua por segundo, unos para el Molino y otros para la Central Eléctrica, cuya energía va a Zaragoza. Pero en tiempos daba luz a catorce pueblos del Valle navarro del Roncal, de Ansó, Hecho, Aisa, Aragüés del Puerto, Aratorés y Cenarbe, hoy desaparecido. ¡Cómo se respira en esta comarca la personalidad de los Montes Pirineos, con el Bearn francés por el Norte, donde en algunas zonas todavía se habla la lengua vasca y por el Sur el Valle del Roncal vasco- navarro y la zona altoaragonesa de Canfranc!. Cerca del Molino se encuentra Cenarbe, que antes se pronunciaba Cenamberri, palabra de la que -berri-, en vasco quiere decir nuevo. En aquella antigua población, proliferaba la brujería, igual que en los altos de Borau había personas embrujadas, que andaban unidos con cadenas. Igual que en el Somontano, se cuentan leyendas de “brujas”, transformadas en gatos, que mataban caballerías, desangrándolas. En el pueblo de Sieso, que se encuentra muy cerca del Monasterio de Casbas,  el cura descubrió a una mujer, que se convertía temporalmente en gato y habiendo dejado sus ropas humanas en el monte, iba a hacer abortar a una cristiana.
Cerca de la entrada en el “Salón Molino”, ¡sí salón molino lo llamé yo mismo por la forma original de acomodar un molino!. Sí, porque el molino  se encuentra en un salón, cuyos maderos son abetos de un grosor extraordinario y puede el molinero, estar acomodado en un sillón. Está cerca de la puerta de este salón, una bodega, donde se encuentran maravillosos vinos de años pasados. El más antiguo y que da  mejor placer, se encuentra en un viejo tonel, en el que en su  frontada, pone 1871, año de la primera República. Al ver ese cuadro y un poco animado por el rico sabor de dicho vino, vi pasar por mi imaginación al Rey Amadeo I, a Alfonso XII y A Alfonso XIII, a la Segunda República, a la Guerra Civil y al franquismo, para acabar en la actual Democracia. Estos personajes históricos merecen un recuerdo alegre de Alfonso XII y de Alfonso XIII, que un poco más arriba, en Canfranc, abrieron el ferrocarril que unía Aragón con Francia, unión que se respira conversando con el molinero Agustín García Marcuello, porque este Agustín está unido sentimentalmente con Francia. Ahora me entran ganas de llorar, al contemplar el Ferrocarril de Canfranc cerrado y los de Irún y de Gerona, abiertos. Me llamó la atención esa visión, pero me sacó de la tristeza, el trabajo en la aguas del río Aragón, ordenado por Don Agustín García Marcuello, durante tal multitud de años, por los que pasaron los reyes, los republicanos, los diversos políticos, pero Agustín allí permanece, con sus ochenta y ocho años, invitándonos a sus visitantes, con un trago de vino de la Primera República. En la bodega estaba una bujarda con un extremo coronado de puntas férreas, un “pico de gorrión” y una piqueta, herramientas con las que Agustín, picó durante años la piedra molinera, recogida en el Anayet y formada por un conglomerado pétreo y natural del país. 


Con piedras de este estilo, molió Agustín hasta el año de 1942. Agustín García Marcuello ha conocido multitud de formas de molienda, pero ahora ha alcanzado casi la perfección,  porque usa piedras francesas de la Dordoña, en Las Landas, cerca de Bretaña, según me va indicando, son de la marca Lafarté,  de pedernal conglomerado. Esas piedras hay que seguir picándolas y cada cierto tiempo,  que Agustín conoce, las va acomodando a  la sana molienda.
La harina ha de ser granulada, pero no en polvo. Tocar la harina ha de dar la impresión de ser granulada, pero de tacto poco picante, que le dé a la harina un sabor vivo, porque si la harina está en polvo y requemada,  pierde su fuerza y su sabor. De cien kilos de trigo, salen 78 kilogramos de harina y de  cien kilogramos de harina saca ciento cuarenta y dos de pan. Hay que tener en cuenta que de la especie de trigo Manitova, saca ciento cincuenta y seis kilos de pan. 


Estando sentados alrededor de una mesa, en el “Recibidor” y al lado del molino, te hace recordar, que los maderos de un bosque de coníferas, que cubren el techo del salón, proceden de un bosque de coníferas de muchos años, en el bosque de Lierde, pueblo ya desaparecido. Dicen que en tal pueblo vivía un hombre muy fuerte, al que  llamaban  Sansón. Este Sansón sería tal vez, uno de los forzudos  que colocaría en el techo del Molino, los abetos de Lierde, que tienen quinientos años de antigüedad y colocados en el   molino en 1908.
Agustín García Marcuello conoce a todas las casas de los alrededores y todos los apellidos de sus habitantes. Su Molino no podía compararse con ningún otro, pues el Molinero de Villanovilla, que estaba en la Garcipollera, que se llamaba Prudencio Betrán, decía: Con el Molino nuestro se muelen “zapos” y culebras y tiene muchos “cojones”, cuando baja agua. Lo malo es que generalmente, no baja nunca o más bien poca, por estar al lado de un barranco casi sin caudal”. Ese río se llama río Ijuez.  
Y de la misma forma que Agustín conoce a todos y cada uno de los habitantes de la comarca de Aratorés, todos los vecinos del Valle vasco o “Ara de Torés” y todos los vecinos de la cabecera del Valle del Aragón, que es el Valle  que corre el camino del Día, lo conocen a él.
Tiene Agustín García  el mismo origen que la Garci-pollera y está a escasos kilómetros de Francia y no reflexiona sobre el País de lo Pirineos, que está situado en parte de Francia y en parte de España, sino que se da cuenta de que ama a los franceses y a los españoles, porque ha visitado Francia en muchas ocasiones y tiene puestas las piedras del Molino, procedentes de Dordoña cerca de Las Landas y ha trabajado para habitantes del lado Norte de los Pirineos, que le traían a moler habas, guijas, etc. De Las Landas vinieron Los Tres Mosqueteros. Pero la hija de Agustín, Isabel, nos sirvió un trago de “Cidre de Bretañe”, que nos comunicó tranquilidad a nuestros corazones. Como he dicho, al Norte recibía la familia de Agustín García Marcuello, la influencia de la sidra de Bretaña, que actuaba incluso sobre las piedras del Molino, pero todavía,  después de años y años, seguían recordando la influencia de los dos músicos, hermanos de Siétamo, a saber de Eduardo y de Antonio, que venían a hacer sonar la música a Aratorés. Después de la Guerra Civil, en cierta ocasión imitaban los sonidos no musicales, manejando las cuerdas de sus guitarras, lanzando un sonido extraño,  que algún vecino de Aratorés,  interpretaba.””co- chi- nos de A- ra- to- rés”. Un auditor protestaba de aquélla posible burla,  pero a pesar de ello, volvieron durante unos quince o veinte años a subir a Aratorés.
La rivalidad entre España y Francia  (que se repartieron los Pirineos), ha impedido la creación de una autovía entre ellas, pues en esta subida desde Jaca a Aratorés, pasamos por Castiello de Jaca, donde nos dijeron que en alguna ocasión la frontera actuaba en dicho pueblo.
Agustín con su vida de trabajo y su ambiente montañés tan poético, se siente un hombre nacido en los Pirineos y sabe hablar en francés y en castellano y en el aragonés o fabla aragonesa, su esposa vivió ocho años en Oloron y su hija Isabel, aprendió francés desde muy niña. Se le nota la elegancia entre su conocimiento de la cultura francesa y su generosidad en el trato de los montañeses. Estaba acompañada aquel día por su amiga zaragozana Carmen y colaboraron en la descripción de la belleza del viejo Molino. Isabel es escritora y ha obtenido premios literarios, que recuerdan aquella bendita tierra del Molino. Agustín pertenece a la sexta generación de molineros, pues  además de la tradición,  tiene antiguos escritos que lo acreditan en 1730. En aquel Molino tan bello y tan poético, nos juntamos dos ancianos , uno él con sus ochenta y ocho años y yo con ochenta y cuatro. Comulgamos con la belleza del Molino y no pudimos evitar, darnos un abrazo de despedida, cuando me bajé a Huesca.
No pude evitar una despedida tan sentimental, porque Agustín pertenece a la sexta generación de molineros. Y lleva, por tanto, un número de años incontable, trabajando bajo el sol y la sombra que le mandan las montañas  y escuchando el canto de las aves, por ejemplo del mirlo,  en Primavera y en la misma Primavera y en Verano el canto celestial del ruiseñor. Por el Canal pasan ánades, grullas y garzas reales.  Pero parece que estamos en el Paraíso Terrenal, porque son distintas especies animales, además de las aves, las que hacen su vida, por el Molino.



En el verde prado, a orillas del río Aragón, se pierden los amantes de la Naturaleza, el espectáculo de la Berrea, que los ciervos representan en él. Se ven ciervos machos, con su cornamenta  elevada, lanzando sus berridos al mismo tiempo amorosos que amenazadores sobre los otros machos, y las ciervas enamoradas, escuchando las llamadas amorosas de sus compañeros. Algunos ciervos riñen con sus rivales, por una temporada rivales eróticos, y se lanzan con sus múltiples astas en que se divide su cornamenta. Pero no sólo se divisan los ciervos enamorados,  sino que a veces aparecen corzos, gamos y jabalíes, otras veces se ven las fuinas, las nutrias. Es curioso que se pueda contemplar el Desmán de los Pirineos, que únicamente vive por Canfranc y por Ordesa. Son de color negro y van nadando un tanto profundos por el canal, buscando sus presas por debajo del agua. Lo llaman también almizclera, de la familia de los topos, al que pocos humanos han visto, pues es uno de los animales más curiosos y primitivos de la fauna.
En el Molino se unen Don Agustín García Marcuello, el hombre más conocido en las primeras corrientes del río Aragón, en el que se pueden observar las cualidades humanas, más nobles y que no sólo es conocido por los hombres, sino que se  conocen  mutuamente él y el topo o desmán de los Pirineos. Dicen que en su hermosa casa, se pueden alquilar hasta un ciento de camas, para que todo el mundo pueda visitar el genio de Don Agustín García Marcuello, la vida animal del ciervo, la raposa, el corzo y tantos otros animales,  hasta la elegancia de las garzas y escuchar los bellos sonidos del mirlo y los elegantes cantos  del ruiseñor.
El día que con mi yerno Santiago  estuvimos visitando al molinero Don Agustín García Marcuello y a su familia, nos tocó vivir unos momentos tristes, porque  esa familia es amante de los perros, de los cuales posee uno blanco, traído de Francia y de los gatos. Estos eran numerosos, pero las "fuinas", que  habían, hacía ya tiempo, acabado con sus conejos, persiguen ahora a sus gatos. Y aquella noche a uno de ellos lo apresaron y le rasparon los pelos de su cola, pero tuvo la suerte de escaparse.
Don Agustín, entre los sufrimientos que le producen esas fuiñas, se sintió feliz al ver a su gato más querido,  libre de la muerte causada por las fuinas. La vida de Agustín es como un “collar de cuentas”, cada una de las cuales se hace presente en su vida, como cuando su gato sufre, herido por las fuinas, otras veces aparece como una cuenta  del collar de su vida, igual que el topo o desmán de los Pirineos. Otras veces brilla la cuenta del sol o hace contemplar el fulgor de la luna. Y Agustín espera encontrase con la maravillosa “cuenta” de su esposa, que se marchó del Molino,  hace unos ocho años.
Yo me acordaré del molino, del molinero Agustín y de la molinera que ya se fue y este recuerdo animará mi espíritu de sencillez y de pureza. El molino, es esa máquina, que transforma la fuerza de la Naturaleza, ya sea agua o viento, en beneficio de los seres humanos y de su trabajo. ¡Quien pudiera en estos momentos, escuchar “La bella molinera”, con el disco que conduce el viaje  triste y alegre, al mismo tiempo, del molinero. Porque escuchar la música al mismo tiempo sencilla y genial, con la que nos alegró Schubert, le parece a uno estar escuchando a un molino, que cantara su labor y su silencio.
En la Revista de Folklore, Fernando Herrero, escribe en el número 101, del año de 1969, lo siguiente: “ Y así cantar el molino es abrir las hojas del libro de la música, la poesía, incluso la fuerza de la memoria o la ilusión. Hoy los molinos no son sino imágenes de un pasado que a lo mejor se han transformado en iconos estéticos. Hoy el molino es una metáfora de la libertad y de la solidez, de la contradicción entre lo utilitario y lo soñado"

miércoles, 5 de marzo de 2025

“Marichuana, quereba y no quereba”.




Estos días se han instalado en el Parque, varias garitas para recreo de los niños. Aquella tarde una multitud de ellos, acompañados por sus padres, entraban y salían de ellas. Había espacios bajo el cielo, en que algunos jugaban y otros pintaban sus inocentes cuadros, llenos de ingenuidad. Pero noté un defecto en la discriminación que se hizo a los ancianos. En una de las entradas de las garitas, dos bellas jóvenes, estaban encargadas de la entrada del público. No sé quien les daría las normas a seguir, pero me di cuenta de que cuando un abuelo de Loporzano, elegante y bien vestido, quiso entrar, las dos “Marichuanas” le preguntaron: ¿está usted invitado?, y al contestarles que no había recibido ningún documento, ni del ayuntamiento ni del “banco”, cuyas siglas se ostentaban sobre las entradas a dichas garitas, le respondieron las dos a coro: entonces no puede usted entrar. Así como la verdadera “Marichuana, quereba y no quereba”, estas “lindísimas señoritas”, manifestaron sin dudas que no “quereban” viejos, que los “quereban” jóvenes, es decir niños con sus también jóvenes padres, pero los abuelos que se mueran, que sólo sirven para hacer estorbo.
Como aquel matrimonio joven, que al “agüelo” no lo querían en casa y lo metieron en una residencia de ancianos. Claro está que en estos difíciles tiempos, perdieron sus puestos de trabajo y lo fueron a buscar, decían que para cuidarlo, pero en realidad era para mantenerse con su paga.

Luciano Briet y el paso entre Francia y España por los Pirineos (2ª Parte)





Este ferrocarril parece que estaba condenado a muerte, porque después de setenta años de planificación y de construcción, llegó una gran Crisis Mundial el año de 1929. Llegó luego la Guerra Civil en 1936,en que se cerró la circulación y después, durante la Segunda Guerra Mundial, tuvo una actividad extraordinaria. Pero el año de 1070, se cortó la circulación del ferrocarril canfranero, porque se había caído un puente en el lado francés. Después al gobierno francés no le interesó reparar el puente y el gobierno español tampoco se interesó demasiado en reanudar su circulación, mientras vascos y catalanes, con su poder sobre el gobierno central, han demostrado su desprecio a ese ferrocarril.

En el Heraldo de Aragón el profesor de la universidad de Zaragoza ,Don Luis Bermejo Latre, dice:” afortunadamente, nuestros vecinos transpirenaicos, afrontan el asunto de la reapertura con más energía y perspicacia que nosotros. A pesar de tener el problema más difícil que el nuestro, ya que su línea está parcialmente desmantelada, los franceses avanzan en el problema de la reapertura tramo a tramo, a golpe de partida presupuestaria y de impulso regional a una línea que, sin embargo, es irremediablemente, internacional”. Las autoridades españolas tienen menos claridad en sus pensamientos que las de Occitania, que es la que más se esfuerza para reavivar el ferrocarril, que su gobierno central, parece haber olvidado. La reconstrucción del Canfranc no puede dejarse abandonada, porque ya es ,en parte una realidad; en cambio la  Tercera Vía Pirináica, todavía está en el aire y el aire económico que ahora nos rodea a los europeos, está muy negro. Si acabamos el ferrocarril del Canfranc, podremos insistir más en la Tercera Vía, que tiene que llegar, porque casi toda España ,Portugal y Marruecos pasarán por ella. Briet ya pensaba que “el Alto Aragón…necesitaba ferrocarriles y carreteras, hay que construir por lo menos la carretera de Gavarnie a Broto y abrir caminos reales bien accesibles”.Briet como Ricardo Beltrán no veía necesario dejar de construir carreteras y vías férreas, mientras no llegue la Tercera Vía que cruce los Pirineos. Aún quedan políticos e ingenieros que estos día han inaugurado la carretera de Fiscal a Sabiñánigo.

Canfranc ha tenido siempre la vocación de ser punto de comunicación entre España y Francia y no paró hasta lograr la vía férrea entre Zaragoza y Oloron. Fue tan feliz la esperanza de los canfraneros que al oir a su Majestad Don Alfonso XIII, gritar aquello de “¡Ya no hay Pirineos!, fueron felices, pero las guerras y luchas políticas, hicieron caer el puente, que ha detenido el funcionamiento del ferrocarril durante setenta años. Ahora estamos en Europa y los occitanos tienen esperanza de convivir con el Alto Aragón, como lo hicieron cuando ayudaron a conquistar Almudévar y Zaragoza. Proporciona  Luien Briet en la página 78, datos históricos, como que una Comisión Internacional que trataba de determinar los límites entre España y Francia y se ocupó entre 1748 y 1792, de la triangulación de la Cordillera de los Pirineos. La Revolución francesa hizo detener tales trabajos. Entre los españoles, participantes en esta Comisión, destacó el Ingeniero Heredia, que colocó señales en el Monda-Ruego y en la Fraucata. “Para subir a dichos montes lo debió hacer por el paso de Salarons y la Brecha de Góriz, pasando por el valle de Ordesa”. En una nota del libro de Lucien Briet pone: ”También Heredia había colocado una señal en las Tres Sorores, y de ser en la punta del Monte Perdido, correspondería la gloria de la primera ascensión a este pico a un español”

También era miembro del Instituto Nacional de Francia L. Ramond, que leyó, en dicho Instituto, el 9 de Marzo de 1803,que la cumbre del Monte Perdido “quedó dominada por vez primera” .A continuación viene una época en que se olvidaron la belleza y los problemas de circulación entre España y Francia ,aunque siguió una vida de algún investigador de Ordesa, de cazadores de sarrios y de aprovechamiento de pastos, ya por españoles en Francia o de franceses  en España, que eran costumbres muy antiguas, propias de unos países que querían vivir unidos y no separados.

Pero llegó una época “en que Francia comenzaba a preocuparse de los ferrocarriles” y apareció un hombre “que proyectaba trans pirenáicos y confeccionaba planos y calculaba cotas, después de recorrer el terreno en todas direcciones”. Este hombre, ”era  Mr. De Colomés de Jullian, Ingeniero Jefe de Puentes y Caminos y Diputado de los Altos Pirineos”. “Publicó una Memoria  con el título de Estudio acerca de las grandes vías de comunicación necesarias a la región comprendida entre el Garona y el Ebro”, En 1841,existió un proyecto de ferrocarril por el valle de Ordesa. Ha pasado desde dicho proyecto hasta la fecha, un siglo y unos setenta años sin hacerse la Tercera Vía Pirenáica entre España y Francia y por Canfranc, ya lleva desde el año 1938 el tren sin circulación. Entre tanto “el puerto de Gavarnie era el más frecuentado de los Pirineos Centrales”. En 1862,el Gobierno del Segundo Imperio Francés con el Gobierno Español, quiso marcar con claridad los límites fronterizos. En tanto la línea fronteriza desde Gavarnie hasta Torla, por Bujaruelo siguieron viviendo su vida en común, con sus fiestas ,sus pastos, sus negocios y sus líos. Por ejemplo entre los caseríos de Bujaruelo ,en francés Bucharo vivía Miguel Adagas,que entre otros negocios se dedicaba al tráfico de mulas y en 1904,  sustituyó a su padre en estas actividades. El apellido Adagas venía de Gavarnie y el abuelo de Miguel  “en la época en que había de cumplir siete años de servicio militar” con otros jóvenes “del valle de Bareges, a quienes correspondían malos números, emigraban a España, donde se establecían y formaban familia”. También se daban las emigraciones de los habitantes del Sur de los Pirineos al Norte. El Padre Cadena, nació en Torla y emigró a Francia,donde alcanzó elevados niveles de santidad. Fue un Clérigo de San Viator francés, pero venía de España. Por ejemplo, cuando los pastores ansotanos bajaban con sus rebaños a la Tierra Baja, las mujeres iban a servir o trabajar en el Midi francés.”En los archivos de Broto se conservan  los trabajos hechos e otros tiempos en el valle de Baréges”; en dichos archivos se encuentra la concesión de la propiedad de una gran parte del valle de Ossoue, que llegó a ser objeto de litigio con sus vecinos franceses. Destaca en Torla la Casa Viu, con su capilla y que en la iglesia parroquial ,en que se exhibe una estatua de San Miguel, que vence al demonio. Los órganos dicen que son de tiempos del Emperador Carlos V. La familia de los Viu, está relacionada con la Historia de España desde el año de 1128,siendo uno de sus miembros “gran amigo de Hernán Cortés”. En tiempos de Lucien Briet, fue alcalde de Torla don Angel Viu “ que habla muy bien el francés, pues se educó en un colegio de Bigorre y es ahora alcalde de Torla y presidente del Sindicato del Valle de Broto”. Han pasado desde entonces muchos años, pero las costumbres antiguas siguen teniendo lugar, pues este verano de 2012,estuve en Jaca en el huerto de Mariano Lagrava y de Miguelita Gastón y allí nos juntamos con ciudadanos de Hecho y Ansó y estaba entre nosotros un muchacho alegre e inteligente, natural de Hecho, llamado Hugo ,que estudia en el colegio francés de Oloron. Dice Lucien Briet que los vecinos de Torla ya iban algunos cambiando sus trajes típicos por ropas modernas y decían que eran más baratas. En cuanto a sus cacherulos los iban cambiando por boinas vascas, que les protegían, igual que los cacherulos del frío y de la nieve. Yo estuve ,por el año de 1937 en Ansó y una vecina, vestía con el traje típico, que le daba una gran elegancia. Hombres vestían algunos sus trajes y se cubrían sus cabezas con sombreros. Después de la Guerra Civil, se veían con frecuencia tipos ansotanos vestidos con sus trajes típicos. Recuerdo que uno de ellos bajaba con frecuencia a Zaragoza.

En el capítulo “ A lo largo del río Ara”, Lucien Briet explica las relaciones entre los montañeses, es decir de los franceses del Norte y los Aragoneses del Sur de los Pirineos, con estas palabras, que copio de su libro:” Como Zaragoza, Torla celebra la fiesta de la patrona de Aragón, Nuestra Señora del Pilar, el 12 de Octubre. Los españoles invitan entonces cordialmente a los franceses con quienes mantienen relaciones de amistad o comerciales, los cuales se apresuran a aceptar el convite, muy satisfechos de poder saborear el espeso vino de las llanuras de Huesca, que les gusta sobremanera. Ellos mismos confiesan que esa recepción “tras los montes” supera a la que ofrecen a los aragoneses durante las ferias de Gedre y de Gavarnie. El aragonés que canta, baila y puntea más o menos la guitarra, es de un carácter más alegre, más franco y abierto, más hospitalario que el baregés, cuyo hermoso cielo parece que se refleja en su genio taciturno y en su burdo traje. La fiesta de Torla dura tres días. Se toman muchas jícaras de chocolate, cuya preparación a la española es muy apreciada por los turistas” El conde de Saint-Saud ha descrito los bailes saltarines de los mozos de Torla, que llevan pollos en sus manos y que van ofreciendo a sus invitados. En cuanto a la belleza o luminosidad del cielo en la Montaña, la pude comprobar este verano de 2012, en la posada de una amiga mía, que vivió en Huesca y que ahora está casada en Lanuza, donde con su simpatía y el hermoso cielo de la Montaña debajo de la frontera francesa del Portalet, atraen a los turistas.

Pero los pueblos localizados más lejos de la frontera, en la Guarguera, yo he concido familias como la de López de Secorún, que me han contado fiestas celebradas en su domicilio de Secorún. La hermana mayor está casada con José Luis Garzo y la pequeña con “Joselín” o José Buil Bentué, del Batán de los Molinos de Sipán. Es sobrino de la difunta Abadesa de Casbas Mercedes Foncillas Aniés, de casa Mairal de Sieso. En su casa rústica de Huesca me recibieron las dos hermanas Celia y Elvira. Me contaron que la familia López estaba repartida por Sabiñánigo, Sandiniés y Secorún.Estas hermanas tienen el escudo de López que viene de Secorún, en tanto las otras son una López de Sabiñánigo y la otra López de Sandiniés.

 Este libro de “Bellezas del Alto Aragón , lo conozco porque era de mi abuelo materno, don Ignacio Zamora , como se firma en la frontada del libro y más joven firmaba como Ignacio López de Zamora.Fue Diputado Provincial y amigo de Camo, que inauguró el edificio del Casino de Huesca. Se casó con mi abuela Agustina Lafarga y cuando su esposo murió, ella guardó el libro de Lucien Briet y mi madre me lo proporcionó a mí. Su apellido viene del desaparecido pueblo de Zamora, que estaba en los alto de la Sierra de Guara ,entre Used y Bara, encima de San Román de Morrano,de donde es la familia de Alfonso Buil Aniés.Este pueblo de San Roman de Morrano se encuentra al Sur  de la Sierra  de Guara y al Norte de la Tierra Plana.
Poco gozó mi abuelo Ignacio del libro de Lucien Briet, porque éste se publicó en 1913 y el murió en fecha muy próxima.

Alfonso Buil Aniés, que ya tiene más de noventa años,recuerda como acudían a su castillo de San Román de Morrano los franceses que bajaban mulas hermosas y compraban vino tinto para llevárselo a Francia.¡Qué contentos se marchaban los franceses del trato que recibían en el Castillo, porque les cantaban jotas,les tocaban la guitarra y los obsequiaban con jamón y con chocolate!. Pero me dice Alfonso que no sólo iban a su pueblo , sino que visitaban Adahuesca y otros pueblos del Alcanadre. Alfonso había visitado las  cuevas de un pueblo francés, pero vivía muchas temporadas cercade la Gruta de Solencio, donde había estado Lucien Briet,que decía que dentro de la gruta había un lago. Lucien Briet se preocupaba de la caencia de agua en algunas partes del Pirineo y así como Costa se preocupaba de aprovechar la blanca nieva para convertirla en agua de regadío ,Lucien decía : “no me hartaría de repetir a los aragoneses que conserven con cuidado los bosques que les quedan. Todo  árbol  destruido por ellos, será para siempre perdido para ellos”. ¡Qué razón tenía Lucien Briet!, porque “la Serreta de Montearagón, a la que veo y he visto durante una multitud de años, fue despojada de sus carrascas e incluso de sus pinos, que estaban en las cercanías del Monasterio, y he contemplado cuando era joven, las llamas que los pastores encendían en aquellas laderas, al llegar el invierno para que en primavera brotara la yerba verde para pastar el ganado”.

En el libro que escribió Lucien Briet, titulado ”Les gorges du Flumen et le Salto de Roldán”,dice lo siguiente: “ en Campodarbe, a seis kilómetros de Boltaña y a una altura de 1049 metros, el agua falta hasta el punto, que durante el verano, sus habitantes se ven obligados a ir a buscarla al río Fuebolas”.Habló Lucien Briet del lago subterráneo de Solencio y a veces sale el agua con fuerza del lago y se va por el río Formiga Dicen que quieren  hacer tres balsas de agua  debajo de la Sierra de Guara, a saber una en Aguas,  otra en Ibieca y otra en el pueblo de Liesa, incorporado a mi pueblo de Siétamo. Han hecho en estos pueblos la Concentración Parcelaria y me gustaría contemplar el riego en el Somontano de los Pirineos. Pero en el Alto Aragón ya estamos hartos de esperar carreteras, ferrocarriles y riegos desde hace muchos años y no llegan casi nunca.

lunes, 3 de marzo de 2025

Luciano Briet y el paso entre Francia y España por los Pirineos (1ª Parte)




El año que viene, es decir el dos mil  trece, se cumplirá el centenario  de la publicación por la Diputación Provincial de Huesca, de el libro de Lucien Briet, titulado “Bellezas del Alto  Aragón”. Este autor francés, escribió unas descripciones de todos los Pirineos de Aragón y concretamente del Valle de Ordesa, con un amor y una técnica, difícilmente superables .Debajo del título “Bellezas de Aragón, puso en francés esta frase de A. de Musset: “Vous me demanderez si j’aime ma patrie?,oui j’aime fort aussi l’Espagne…”.

Publicaron este libro en el Establecimiento Tipográfico de Justo Martínez de Huesca, situado en el Coso Bajo, número 4, de Huesca. Yo me acuerdo de mi amigo Miguel Martinez Gimeno, que murió todavía joven y me encuentro alguna vez con su viuda, Marisa Arguis que, después de morir su esposo, siguió trabajando en la Librería Martínez .Recuerdo también a un tío de mi amigo. que vivía en Madrid y era danzante de San Lorenzo y todos los años venía a acompañar a San Lorenzo danzando por las calles de Huesca .El escritor Vicén D’o Río, tiene muchos conocimientos de la Historia, publicada por la imprenta Martínez.

El PRÓLOGO DE “Bellezas del Alto Aragón”, lo escribió Ricardo Beltrán y Rozpide , que habla de numerosas descripciones realizadas por Lucien Briet, de los Pirineos, desde la frontera francesa hacia el Sur, por donde comienza el río Alcanadre, Rodellar y su valle y todavía más al Sur, describe los fenómenos de la Sierra de Guara, entre los que se encuentra la Gruta de Solencio,”que según Mallada, en la oquedad existe un lago subterráneo”. Con estas descripciones dio Lucien Briet “facilidades de visitar y admirar las maravillas de aquel hermoso país, que bien pueden competir con las espléndidas comarcas que en Europa y en América, atraen al viajero curioso y ávido de contemplar las magnificencias de la Naturaleza”. Pero sigue Ricardo escribiendo:” Hoy por hoy son grandes las dificultades y muchas las molestias que es preciso sufrir para viajar por estas tierras españolas,que figuran entre las que menos han progresado desde el punto de vista de las comunicaciones” .Coincide Ricardo con el pirinaista francés Briet, que decía que “habrán de ser muy contados los excursionistas que , como yo, se aventuren por aquellos vericuetos, donde no hay más caminos que barrancos o vaguadas de valles pedregosos o cornisas de laderas montañosas”  y en aquellos ya más de cien años añadía :”El Alto Aragón, para mostrar al mundo las maravillas que contiene, necesita ferrocarriles y carreteras; hay que construir ,por lo menos, la carretera de Gabarnie a Broto por el valle de este nombre, y abrir caminos o sendas bien accesibles, mediante las cuales, pueda Torla llegar a ser centro de las excursiones hacia uno y otro lado del río Ara”.

Parece que el autor del prólogo del libro de Lucien Briet,”Bellezas del Pirineo”, estaba soñando que los automóviles circularan por los nuevos caminos y que “los turistas del viejo y del nuevo mundo vayan y vengan entre una y otra vertiente del Pirineo”. Y de la misma forma que soñaron Ricardo Beltrán y Lucien Briet, estamos soñando todos los aragoneses y casi todos los españoles en la Autovía Central de los Pirineos. Acaba Ricardo Beltrán y Rozpide, el prólogo con estas palabras. “los hijos del Alto Aragón tendrán que recordar el nombre de Luciano Briet, para rendir a su memoria ferviente homenaje de admiración y de gratitud”.


Los Pirineos formaron una frontera entre España y Francia, pero sin embargo durante muchos siglos fueron dichos montes un núcleo de unión entre los habitantes del Norte con los del Sur de dichas montañas. Los romanos ya establecieron pasos, por ejemplo la Vía Romana que sube por Hecho y Ansó. Por esas vías pasaron no sólo los romanos, sino que Aníbal lo hizo con sus elefantes. De Sur a Norte se establecieron los iberos, que venían de Africa, ya en el octavo milenio antes de Cristo y de Norte a Sur llegaron los celtas, que con los iberos formaron el núcleo celtibérico. Después de ser Vía Romana pasó a ser Camino de Santiago. Luego utilizaron estos pasos los musulmanes que invadieron la Península y pasaron a Francia llegando hasta Toulouse.

Se organizó la lucha contra los invasores, en la que participaron el Norte y el Sur. Al Norte de Navarra y Aragón, se encontraba el Reino del Bearn, que linda con el puesto fronterizo de Canfranc o Campo Franco, al que iban a pasar a Francia por un camino real, que seguía el cauce del río Aragón y por donde se llevaban las mercaderías que venían del Reino de Aragón o que a el mismo bajaban. ¡Qué unión había entre el Bearn y Aragón y Navarra!. En el Bearn existía la inquietud de liberar la península de los moros. De un bearnés se consiguió que un noble de Toulouse, influyera en Roma para que se proclamara la Cruzada para conquistar Zaragoza y los guerreros del Bearn bajaron a Ayerbe tropas, que unidas a otras vascongadas, navarras y aragonesas, conquistaron Almudévar y Zaragoza. Además los Condes del Bearn fundaron en Aragón varios pueblos, como Santa María de Buil, apellido éste de Buil, de los Condes Bearneses. Del Bearn procede el que fue nombrado Bayle de la Villa de Almudévar, que tomó este nombre arábigo como apellido. Son muchos otros apellidos venidos de Francia, como los Casaus, Casayús, Casasús, Lapetre, convertido en Lapetra y tantos otros como el de Porta. Los vecinos de Canfranc tenían el Derecho de Porta o de frontera, cobrando impuestos a los comerciantes que por dicha Porta, entraban y salían, y dicho pueblo era la Porta de Francia en el pueblo de Canfranc y tenía por vecinos, además del Bearn en Francia, los pueblos de Aratorés, Cenarbe, Iguacel, Izuel, entre otros muchos.

En  Aragón se deseaba suprimir la dificultad de comunicarse con Francia y después de todos los caminos comentados el 18 de Julio del año 1928,exclamó Alfonso XIII ¡ya no hay Pirineos!, al inaugurar el ferrocarril transpirenaico Zaragoza- Canfranc y la Estación Internacional de Canfranc. De esto hace ya más de ochenta años. Este grito triunfal lo lanzó el Rey de España ,delante de los Presidentes de Francia y de España.

A Jesús Vallés Almudévar (1-IX-2004)

 


No sé si mi primo Jesús Vallés Almudévar hubiera resultado un trotamundos, si no hubiera ocurrió en su temprana edad lo que a él le pasó, pero no me cabe la menor duda de que ha resultado un peregrino a lo largo de su vida, es decir, como un trotamundos elevado, que siempre va caminando en busca de su prójimo, para ayudarle, como queriendo dar lo que él no recibió en su niñez. Siendo todavía niño iba a Fañanás, volvía a Huesca, volvía a Fañanás, pero la última vez que llegó a este pueblo estalló la Guerra Civil y se quedó en unos instantes sin madre y sin uno de sus pequeños hermanos. Se quedó solo, como la Virgen de la Soledad, aunque alguna persona trató de cuidarlo, pero en realidad estaba sin norte, sin dirección, sin aquel cariño materno que tanto necesitan los niños. Y siguió su peregrinación de trotamundos porque lo llevaron a Ola, fue a Siétamo, a la montaña, a Ordesa, hasta que acabó la guerra. Y tanto como viajaba su cuerpo, viajaba su alma, como buscando su corazón y su tempranamente el mandato y los sentimientos de su madre y la compañía de su hermano,pero al acabar la guerra, su cuerpo siguió el viaje a Huesca, donde se encontró con sus hermanos y con su hermana, que era toda bondad, y que lo querían, ya que habían sufrido tanto tiempo con su ausencia y su soledad. Siguió usando sus pies, sin pisar nunca el acelerador de un coche, pero él sentía la necesidad de convertir su trotamundismo en peregrinaje, porque sentía la llamada de su madre y de sus hermanos, que le recordaban las palabras del Miércoles de Ceniza: “Memento homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris”. Así se impregnó su vida en unos ideales a los que su corazón y su mente se sometían como obedeciendo el mandato de su madre y de su hermano. Le acompañaban el resto de sus hermanos, su buena hermana que lo adoraba, su sobrina que lo quería, y sintió la necesidad de ingresar en el Seminario. Ha estado muchos años al servicio de la Iglesia, celebrando hace muy pocos años el cincuenta aniversario de su consagración.
Sus últimos años ha estado al servicio de la Parroquia de San Pedro el Viejo, donde ha inspirado la disposición de la capilla de la Torre de la Iglesia y parece recordar a sus hermanos en las bellas imágenes de San Justo y San Pastor, rodeados de custodias y cálices, que tanto ha reverenciado él durante sus largos años de servicio en los altares. Con esa cúpula, esos arcos y las luces que entran por las bellas ventanas de esa capilla románicogótica, parece unir en la Gloria a su madre y a sus hermanos con Cristo, con la Virgen de la Soledad y con los santos Justo y Pastor. Durante su vida siempre calló la muerte de los suyos, pero pensaba en ellos. Contemplar esta historia es como si estuviéramos escuchando la unidad, durante toda la eternidad, entre Dios y los hombres.

sábado, 1 de marzo de 2025

Gruta de Chaves y Caverna de Solencio


       Transcripción de la piedra:  GRUTA DE CHAVES
                                                                                     CAVERNA DE SOLENCIO
                                                                                     EXPEDICIÓN 1-9-76
                                                                                     I. SOMERO J. ZAIDIN   LE GRAND
                                                                                     M. SERRANO

En un guijarro casi esférico y de unos diez centímetros de diámetro, está escrito: “Gruta de Chaves” y debajo,” Caverna de Solencio”. En el espacio central pone:” expedición 1-9-76”. Se deduce que el año de la expedición a la Gruta de Chaves y a la Caverna de Solencio, a la que hace referencia la esfera pétrea, es el de 1876. Como componentes de dicha expedición señala el redondo zaborro, a “S. Somero, I.Zaidin, Le Grand” y debajo no se sabe si sería un componente más de la expedición o tal vez el organizador o guía de la misma, con la “M”. delante,  y el apellido “Serrano” por detrás. He querido interrogar a mis parientes sobre quienes eran esos señores, pero mis antepasados habían ya fallecido. Pero,  a pesar de ignorar su personalidad, guardo la pequeña y redonda  piedra, como un símbolo del posible progreso del Alto Aragón, que se ha diluido por el abandono.  Fue  Lucien  Briet, francés un  gran investigador de los Pirineos, pero nosotros tuvimos a Mallada(1878), que estudió sobre todo la provincia de Huesca  y a Pudaig y Larraz( 1896), que en “Cavernas y simas de España”, escribió de dos mil cavidades en la península. Los franceses, como Lucien Briet, estudiaron en profundidad  hasta lugares cercanos a Huesca y a Siétamo,  como Apiés, Garganta del Salto Roldán e incluso midieron las altitudes de Huesca y Barbastro. Pero no fueron sólo franceses los que se interesaron por las bellezas de las que Ricardo Beltrán y Rozpide, escribe:”Brechas, crestas, acantilados y circos que parecen fuertes, baluartes, murallones y plazas de armas de fortalezas que titanes labraron y defienden, paisajes maravillosos donde las enormes peñas y cantos rodados se amontonan”. “Esa zona de los Pirineos Aragoneses, que se extiende desde la divisoria de las aguas y la frontera hispano –francesa hasta la vertiente meridional de la Sierra de Guara” ha sido también estudiada por españoles como se ve en el “canto rodado” que yo poseo y en el que aparecen apellidos al lado de los franceses, españoles, como Serrano, que visitaron la Caverna de Solencio y la Gruta de Chaves. Los franceses organizaron excursiones colectivas pues en 1880,”unas treinta personas, turistas, guías y pastores, bajaron desde el Monte Perdido a la casa de Oliván…allí se reunieron con otro grupo que había venido de Bujaruelo y Torla”. El español don Ramón Arabia y Solana, tomó parte en esta expedición y escribió sus experiencias en el Anuari de L’Associació catalana d’Excursions. El oscense Mallada estuvo en Ordesa y en 1878: “El ingeniero D. Lucas Mallada, en su magistral obra sobre la provincia de Huesca, dice que el valle de Rodellar ofrece en su extremidad septentrional, las más caprichosas recortaduras de toda la cordillera”. ¿ Se han acabado en Francia, los aficionados  a los Pirineos españoles?.  Desde luego que no, sino que ha sido el abandono de las comunicaciones, pero a pesar de eso siguen los franceses viniendo a visitar los Pirineos. Ahora ya existe una carretera para poder llegar a Rodellar, pero no hay ferrocarriles en todo el Pirineo,  pues el del Canfranc, después de grandes sacrificios ha desaparecido. Antes se podían alquilar mulas en los pueblos y aldeas, pero también han desaparecido y la Autopista que sube de Zaragoza a Jaca, todavía no pasa a francia. Alfonso Buil Aniés, nacido hace noventa años, en San Román de Morrano,  al pie de la Sierra de Guara, guarda forestal e hijo del Jefe provincial de los guardas, ha recorrido todo el Pirineo y hace unos días, me contaba,  que siendo todavía un niño (ahora estamos en 2011), acompañó a su padre montado en una mula, a la que él, seguía andando, por Bara, Nasarre y compraron otra mula. Alfonso se puso a caballo y comenzó a correr por Nasarre mientras en el pueblo estaban preocupados por si hubieran caído al Barranco de Mascún, el niño jinete y la mula recién comprada. Al llegar a la altura del profundo corte, por el que corrían las aguas, se dio cuenta el jinete y la mula se paró al borde mismo del profundo barranco. La pudo intentar hacer pasar, como el Caballero Roldán en la Peña de Man, donde el caballo y caballero cayeron al río Flumen. Los franceses tenían dificultades, para ir montados en mula al Barranco de Mascún, pues éste se encuentra muy lejos del pueblo de Torla. Pero los de Torla, conocían muy bien el Pirineo, pues ya desde hacía tal vez siglos, bajaban, para reponerse de vino, a Morrano,  pueblo hermano de San Román de Morrano, en cuyo castillo nació Alfonso Buil Aniés. Así lo escribió Lucien Briet: ”las gentes de Torla son tanto más capaces de servir de guías, cuanto que muchas veces durante el año pasan a Rodellar, para surtirse de vino en los alrededores de Morrano”(página 286 de Bellezas del Alto Aragón). El Castillo de San Román de Morrano, donde nació Alfonso Buil Aniés, está en los alrededores de Morrano y se tiene que acordar de haber visto a algún turista francés, en aquellos lejanos tiempos.Si que se acuerda de las monedas de oro que en el castillo de San Roman, guardaba su abuelo del vino que vendia a Francia.Hay un cubo que filtra 150 "nietros"de vino.El oro ya no se sabe donde para.

Yo no entiendo de espeleología, pero me llama la atención la opinión de Lucien Briet y la coincidente de Alfonso Buil Aniés, que nació en el mismo pie de la Sierra de Guara, a la que ha subido, desde niño, a cuidar su ganado, a contemplar los Llanos de la parte norte de los picos de Guara y cumplir con sus viajes forestales, al ser Guarda Forestal, con sus obligaciones oficiales. Lucien Briet escribe: ”todo lo efectuado hasta la fecha en las dos faldas de la cordillera  pirenaica,  respecto al estudio e investigación de sus cavernas y de su hidrología, es insignificante comparado con lo que resta por hacer”. Dice que todavía faltan estudios e investigaciones sobre el conocimiento de las grutas y cavernas y de su hidrología y que es enorme lo que queda por descubrir. Acabó en 1913, el libro Bellezas del Alto Aragón, diciendo que cuando el primer espeleólogo acuda con nuevos datos,  se podrán  realizar grandes descubrimientos. Se deducirán de explorar el “encantado fondo de las grutas y el obscuro misterio de las simas”. Eso ocurría en 1913, pero aunque se ha descubierto algo sobre los ríos y sobre las aguas subterráneas, aún quedan sin explotar las del río Alcanadre. Cuando se hizo el Canal que sale del Pantano del Grado y llega debajo de Huesca al de Valdabra,lo cortaron en Peraltilla y dejó de pasar el agua por el Somontano de Angüés, Velillas, Siétamo y por encima de Huesca.

Alfonso Buil Aniés, nacido en San Román de Morrano, que se encuentra muy cerca de Bastaras, me dice que  en tal pueblo, ya deshabitado y en posesión de una sociedad privada, hay una gruta, que es la de Chaves, que contenía restos humanos y animales de épocas antediluvianas. Ahora dicen que han desaparecido todos los restos, que hubieran facilitado el estudio de las épocas prehistóricas. Unos metros más arriba, hacia el Norte, se encuentra la entrada de la Caverna de Solencio, que es un espacio enorme y hueco de la Sierra de Guara. Dice Alfonso Buil Aniés que toda la Sierra de Guara está hueca; se entra por Solencio y llega hasta las simas de Los LLanos de Guara, añadiendo que aquellos Llanos son tremendamente grandes. Mi amigo Bescós, que vive en Santa Cilia de Panzano, cerca de las ruinas del Castillo de Arraro y de su iglesia, me contaba que a esos Llanos subían durante el verano rebaños de ovejas, que en ellos se apacentaban. El Bescós pariente de Silvio Kosti, que vive en Santa Cilia,  muy próxima a esos Llanos, sigue cuidando ganado lanar, pero ya no sube a dichos Llanos ni él ni nadie más, que yo sepa. Desde Santa Cilia y al Este de la misma, se ven en la Sierra, excavaciones hechas con orugas metálicas, que forman caminos desastrosos por su fealdad y la que dan a toda la Sierra. Han estado inutilizados los caminos clásicos por los que bajaban los montañeses con sus grandes mulas cargadas de patatas para los pueblos del Somontano y para subirse aceite y vino a la Montaña. Yo creo que los nuevos dueños de Bastaras podrían comprar los campos a sus dueños, pero ¿fue legítima la posesión de los caminos y de la Gruta de Chaves y de la Caverna de Solencio?. Coincidió la desaparición de los caminos con la de los pueblos que bajaban patatas montañesas a Morrano  y se subían vino y aceite. Yo estuve de veterinario interino en los partidos Veterinarios de Alcalá del Obispo y de Loporzano,  en que entraba el pueblo de Bastaras.  Conozco a una familia de Bastaras, compuesta por dos hermanos y una  hermana, que fueron los únicos del pueblo que no quisieron vender su patrimonio, pero al fin, cambiaron las fincas que tenían encima de la carretera por otras que les dieron debajo de ella. El hermano mayor, que creo que ya ha muerto, labraba la tierra y algunos días iba con su tractor a Huesca, donde habían comprado una casa. Los veía con frecuencia y hablaba mucho con ellos,  pero hace varios meses que no sé nada de sus vidas e incluso de la muerte del hermano mayor. Al fin vendieron todas sus tierras a los miembros de la sociedad y me extraña como al comprar tierras de debajo de la carretera que va Morrano y a Bierge, no se quedaron con ella. Como no había animales o al menos los ciervos que tenían los habrían traído de “estraperlo”, yo no sabía nada ni por parte de los dueños absolutos del cercado ni de de las autoridades oficiales. Sin embargo tenía interés por lo que allí dentro ocurría y pregunté en varias ocasiones a alguien relacionado con el arte y la historia,  pero me decían que no ocurría nada y que todo se compondría con el tiempo. Van pasando los siglos y no nos enteramos de que Alfonso Buil Aniés, sigue diciéndome que  en aquellos Llanos se ven numerosas simas, que cuando llueve se tragan el agua, que va a la Caverna de Solencio. Esas simas son de tamaño  descomunal y muy profundas, son como agujeros tallados en las  rocas.  Ha habido quien ha bajado por ellas con escaleras y sogas, hasta el fondo de la misma oquedad, pero con obstáculos, como el de haber bajado a una galería alta de la que no se podía bajar a otras inferiores, porque sin las señales colocadas se perderían muchos  exploradores. Debían iluminarse con lámparas de carburo. Su experiencia sobre las simas es muy sencilla, pues en cierta ocasión en que estaba revisando sus ovejas e los Llanos de Guara, cayó una fuerte tormenta con abundante agua. Se refugió en una caseta de “levas” de tierra con raices,aprovechando  un hueco, en la que había que entrar arrastras y cuando salió,  ya no pudo contemplar ni un charco de agua. Se la habían tragado las simas. Cuando hablaba con los espeleólogos que bajaban, éstos le decían que era un mundo misterioso, donde se formaban estalactitas y estalagmitas,  rodeadas de huesos de personas y de animales, de todas las épocas. Alfonso no había bajado a la Caverna de Solencio por las simas, pero había penetrado muchas veces por su puerta y había gozado de las maravillas que encerraba. Por esa entrada sólo se pasaba en el verano, que ofrecía un suelo de grava, pues en invierno sale por la boca, el agua acumulada durante el estío, bajando por el río Formiga una ríada que dura tres o cuatro días.  En cierta ocasión  se introdujeron en Solencio, durante el invierno, varios espeleólogos catalanes, dijo Alfonso Buil Aniés: ¡éstos ya no saldrán!. Y efectivamente, salieron, pero ahogados. Este es un caso pero ha habido muchos más.

Aquí en la provincia de Huesca podrían haber preparado el mejor punto turístico de España pero se lo han dejado pasar y medio morir con la pérdida de la Gruta de Chaves, de los caminos, la pequeñez del pantano de Calcón,entre otras muchas cosas. Esto lo ha contemplado Alfonso Buil Aniés durante muchos años, pues por los años de 1960 fue a visitar al Midi francés las Cuevas de Betarrán, muy bellas, pero no como la Caverna de Solencio. Entonces ya cobraban de entrada cuarenta y cinco pesetas. En 1913 dijo Lucien Briet, que cuando los espeleólogos descubran el “encantado fondo de las grutas y el misterio de las mismas”, se darán grandes pasos hacia adelante.

¡Tenía razón!, pues cuando ves la presas del Pantano de Calcón tan baja, te interrogas :¿cómo guardaremos el agua que se vacía en verano de la Caverna de Solencio?.Y cuando Costa, que sentía una gran amistad por el padre de Alfonso Buil Aniés, le dijo que el Alto Aragón utilizando sus aguas, sería la parte más rica de España. Basta mirarse por Sariñena, Pertusa ,Albero Alto y Bajo, las cosechas que cogen de trigo y de maíz. Y en unos momentos en que aprieta el hambre en el Mundo, todavía quedan fincas en el Somontano, por el Gállego y por la Tierra Baja, que no producen porque no se han hecho las cosas como se debiera.En otras tierras de huerta en Sariñena se producen 18.000 kilos de maiz por hectarea.

Ana Francisca Abarca de Bolea, tía del Conde de Aranda escribió estos versos de la Sierra de Guara: “desperdicia por las peñas- las gotas de mil en mil” y nosotros los somontaneses, decimos que las aprovechen nuestras tierras.


El engañapastores.

Un texto medieval de cuyo contenido no me acuerdo, acaba de esta forma:”ésto lo dijo uno que es de Alcalá”. Poco explícito se muestra el autor, que no revela su nombre, pero el que me lo contó, además de ser de Alcalá, me dijo que se llamaba Luis Aso y yo añado que no sólo es de Alcalá, sino que es de Alcalá del Obispo. Mi amigo, allá por la primavera del año mil novecientos ochenta y uno y sería por el mes de Abril, cuando se siembra el girasol, al enganchar el arado, escuchó un pío-pío. No hizo al principio mucho caso, pero como continuaran los “piulidos”, empezó a sentirse intrigado porque por más que miraba, menos veía. Llegó a pensar en brujas, hasta que al fin descubrió que en un agujero del tractor y debajo del asiento, había cinco crías de pájaro acomodadas en su nido y se sintió feliz. Subió al tractor y se dio cuenta como una pareja de engañapastores le seguía, unas veces volando y otras se posaba en la reja de arriba del arado reversible, otras en el faro trasero que sirve para iluminar el surco y a veces en la barra de la trailla. Cuando arrastrando el remolque con su tractor iba a Loscertales, donde también cultivaba la tierra, los pájaros se posaban en los laterales. Dicen que los engañapastores hacen eso, engañar a los pastores, pero al moderno tractorista no lo engañaban porque se habían hecho amigos y compañeros. A José Luis le gusta llevar limpio el tractor y pasaba por descuidado al no lavarlo. ¡Cómo lo iba a hacer si los  pajaricos  hubieran muerto al ser regados con la manguera!. Al gaucho lo llamaban “abandonao” porque no engrasaba los ejes de su carro, cuyo sonido le gustaba escuchar. A José Luis el engañapastores le seguía, unas veces volando y otras se posaba en la reja de arriba del arado reversible, otras en el faro trasero que sirve para iluminar el surco y a veces en la barra de la trailla. Cuando arrastrando el remolque con su tractor, iba a Loscertales, donde también cultivaba tierra, los pájaros se posaban en los laterales del remolque. Hay testigos de este caso, entre los que se encuentra Serafín el herrero de Pueyo de Fañanás, al que José Luis le llevaba los aperos a reparar. Seráficamente, cual nuevo San Francisco de Asís, observaba como la pareja subía al árbol vecino, un peral que sigue ahí y daba de comer a las crías: dentro de la dureza de su oficio, procuraba no asustar a las avecillas. Todo el mundo no conocía el pequeño acontecimiento, porque si se divulgaba, los curiosos tal vez lo hubieran interrumpido. Llegó la primavera del año mil novecientos ochenta y dos, que como todas las primaveras la sangre altera, incluyendo la de los engañapastores, que revoloteaban alrededor del tractor y acarreaban pajitas y hierbas al nuevo nido. Amado Baus, vecino de José Luis, estaba esperándolo sentado en una pared y vio como el engañapastor, sobre un montón de arena, que allí estaba, engañaba a la engañapastora. Yo me imagino una danza de plumas en el aire, de volteretas graciosas y enamoradas, de reverencias elegantes del engañador a la engañada y de elegantes saludos a la amada y por fin el tremolar de plumas en éxtasis de amor. A los pocos días la pajarica empezó a poner huevos en el nido del tractor hasta el número de cinco. Cuando José Luis, por la mañana iba a ocupar el tractor para ir a labrar, se agachaba y miraba a la pájara y ésta se lo miraba a él, sin asustarse. Había surgido la amistad. Alguna vez al cerrar con fuerza la puerta de la cabina, salía la madre, pero volvía a incubar los huevos. Labraba los campos y se sentía acompañado por la pareja que revoloteaba a su alrededor. Salieron del huevo los pajaricos un domingo y otro domingo, a los quince días justos de su nacimiento, se lanzaron a volar. José Luis los observaba como algo suyo y veía como los padres buscaban alimento en los surcos y  se lo llevaban a sus hijos. Al principio hacían pocos viajes en busca de cebo, pero los tres últimos días casi no daban abasto. A pesar del traqueteo del tractor las crías vivían felices en el nido; solamente cuando labraba por las laderas empinadas, se asomaban como presintiendo un peligro. Al llegar el año mil novecientos ochenta y tres a la siembra del girasol, el tractorista otra vez observó las evoluciones de los engañapastores, que volvieron a fabricar su nido y a poner huevos, pero un día se dio cuenta desconsolado que no había nada dentro de él. ¿Quién tuvo la culpa del desastre?. ¿Algún vecino que metió las manos donde no debía o fue un pobre gato de su propia casa?. Nunca más se supo de los engañapastores. Hay quien dice que las aves también evolucionan hacia nuevas formas de vida, pero nosotros, ¿las dejamos seguir esa marcha evolutiva?.

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La señora Juana de Sietamo cuando iba a empezar la Guerra Civil   Descargar documento