La señora Juana de Sietamo cuando iba a empezar la Guerra Civil
¿Tres años tiene la niña?, tal vez cuatro, no lo se. La conocí en el coro de San Pedro el Viejo, donde acude a una misa con su madre. El hombre del caramelo le dio uno y no lo pudo olvidar. Hoy ha vuelto y decidida se acomoda en el mismo banco donde siempre suele hacerlo. Venía con su bolsa de plástico llena de granos de maíz tostado, ha vuelto a ver al hombre que le diera un caramelo y encarándose con él y confiada, se lo ha vuelto a pedir. Se lo ha dado, lo ha tomado presurosa y ha vuelto a pedirle más. ¿Quién sería capaz, pudiendo complacerle, de ‘rechazar su petición? Hace acopio sobre el banco de granos de maíz y caramelos y sopla inflando la bolsa de plástico, para arrugarla después. De repente y atrevida desaparece del coro y al poco tiempo regresa con dos hojas parroquiales. Le da una a un antiguo periodista que oye misa junto a ella y comenta los grabados de la otra con su madre, para entregarla después al hombre del caramelo.
Hoy coinciden en la iglesia parroquial la misa dominical con un rito funeral. Allá, delante, el escaño con el féretro que acoge los restos de una señora que vivió casi cien años. En el coro, unos señores que sonríen, ante una vida incipiente. No es la risa, en que Espronceda trocase su dolor profundo ante un cadáver más en el mundo. Es la sonrisa que sirve de consuelo ante la muerte, al contemplar que todavía hay niños que harán posible el milagro de la vida. ¡Mamá! ¿Porqué no rezas?, interroga la niña y un consuelo infinito se abre entre la gente, ante el contraste entre la muerte y la niña inocente.
Muchos quieren ser protagonistas en todo acontecimiento; convierten en dios su ego y quisieran ser los reyes, los galanes y chistosos, en las bodas ser los novios y en los entierros el muerto, para llamar la atención. La niña fue para todos el centro de las miradas sin saberlo y sin quererlo, porque era toda candor. Cada vez en Europa hay menos niños y no es que el hombre le tenga miedo a la muerte, la ignora simplemente, A quien teme es a la vida, que hemos puesto tan difícil entre todos. Y ese temor a la vida es más terrible, quizá que el que inspira la otra vida, porque es semilla de muerte, una muerte colectiva.
En
un guijarro casi esférico y de unos diez centímetros de diámetro, está escrito:
“Gruta de Chaves” y debajo,” Caverna de Solencio”. En el espacio central pone:”
expedición 1-9-76”. Se deduce que el año de la expedición a la Gruta de Chaves
y a la Caverna de Solencio, a la que hace referencia la esfera pétrea, es el de
1876. Como componentes de dicha expedición señala el redondo zaborro, a “S.
Somero, I.Zaidin, Le Grand” y debajo no se sabe si sería un componente más de
la expedición o tal vez el organizador o guía de la misma, con la “M”.
delante, y el apellido “Serrano” por
detrás. He querido interrogar a mis parientes sobre quienes eran esos señores,
pero mis antepasados habían ya fallecido. Pero,
a pesar de ignorar su personalidad, guardo la pequeña y redonda piedra, como un símbolo del posible progreso
del Alto Aragón, que se ha diluido por el abandono. Fue
Lucien Briet, francés un gran investigador de los Pirineos, pero
nosotros tuvimos a Mallada(1878), que estudió sobre todo la provincia de
Huesca y a Pudaig y Larraz( 1896), que
en “Cavernas y simas de España”, escribió de dos mil cavidades en la península.
Los franceses, como Lucien Briet, estudiaron en profundidad hasta lugares cercanos a Huesca y a
Siétamo, como Apiés, Garganta del Salto
Roldán e incluso midieron las altitudes de Huesca y Barbastro. Pero no fueron
sólo franceses los que se interesaron por las bellezas de las que Ricardo
Beltrán y Rozpide, escribe:”Brechas, crestas, acantilados y circos que parecen
fuertes, baluartes, murallones y plazas de armas de fortalezas que titanes
labraron y defienden, paisajes maravillosos donde las enormes peñas y cantos
rodados se amontonan”. “Esa zona de los Pirineos Aragoneses, que se extiende
desde la divisoria de las aguas y la frontera hispano –francesa hasta la
vertiente meridional de la Sierra de Guara” ha sido también estudiada por
españoles como se ve en el “canto rodado” que yo poseo y en el que aparecen
apellidos al lado de los franceses, españoles, como Serrano, que visitaron la
Caverna de Solencio y la Gruta de Chaves. Los franceses organizaron excursiones
colectivas pues en 1880,”unas treinta personas, turistas, guías y pastores,
bajaron desde el Monte Perdido a la casa de Oliván…allí se reunieron con otro
grupo que había venido de Bujaruelo y Torla”. El español don Ramón Arabia y
Solana, tomó parte en esta expedición y escribió sus experiencias en el Anuari
de L’Associació catalana d’Excursions. El oscense Mallada estuvo en Ordesa y en
1878: “El ingeniero D. Lucas Mallada, en su magistral obra sobre la provincia
de Huesca, dice que el valle de Rodellar ofrece en su extremidad septentrional,
las más caprichosas recortaduras de toda la cordillera”. ¿ Se han acabado en
Francia, los aficionados a los Pirineos
españoles?. Desde luego que no, sino que
ha sido el abandono de las comunicaciones, pero a pesar de eso siguen los
franceses viniendo a visitar los Pirineos. Ahora ya existe una carretera para
poder llegar a Rodellar, pero no hay ferrocarriles en todo el Pirineo, pues el del Canfranc, después de grandes
sacrificios ha desaparecido. Antes se podían alquilar mulas en los pueblos y
aldeas, pero también han desaparecido y la Autopista que sube de Zaragoza a
Jaca, todavía no pasa a francia. Alfonso Buil Aniés, nacido hace noventa años,
en San Román de Morrano, al pie de la
Sierra de Guara, guarda forestal e hijo del Jefe provincial de los guardas, ha
recorrido todo el Pirineo y hace unos días, me contaba, que siendo todavía un niño (ahora estamos en
2011), acompañó a su padre montado en una mula, a la que él, seguía andando,
por Bara, Nasarre y compraron otra mula. Alfonso se puso a caballo y comenzó a
correr por Nasarre mientras en el pueblo estaban preocupados por si hubieran
caído al Barranco de Mascún, el niño jinete y la mula recién comprada. Al
llegar a la altura del profundo corte, por el que corrían las aguas, se dio cuenta
el jinete y la mula se paró al borde mismo del profundo barranco. La pudo
intentar hacer pasar, como el Caballero Roldán en la Peña de Man, donde el
caballo y caballero cayeron al río Flumen. Los franceses tenían dificultades,
para ir montados en mula al Barranco de Mascún, pues éste se encuentra muy
lejos del pueblo de Torla. Pero los de Torla, conocían muy bien el Pirineo,
pues ya desde hacía tal vez siglos, bajaban, para reponerse de vino, a
Morrano, pueblo hermano de San Román de
Morrano, en cuyo castillo nació Alfonso Buil Aniés. Así lo escribió Lucien
Briet: ”las gentes de Torla son tanto más capaces de servir de guías, cuanto
que muchas veces durante el año pasan a Rodellar, para surtirse de vino en los
alrededores de Morrano”(página 286 de Bellezas del Alto Aragón). El Castillo de
San Román de Morrano, donde nació Alfonso Buil Aniés, está en los alrededores
de Morrano y se tiene que acordar de haber visto a algún turista francés, en
aquellos lejanos tiempos.Si que se acuerda de las monedas de oro que en el
castillo de San Roman, guardaba su abuelo del vino que vendia a Francia.Hay un
cubo que filtra 150 "nietros"de vino.El oro ya no se sabe donde para.
Yo
no entiendo de espeleología, pero me llama la atención la opinión de Lucien
Briet y la coincidente de Alfonso Buil Aniés, que nació en el mismo pie de la
Sierra de Guara, a la que ha subido, desde niño, a cuidar su ganado, a
contemplar los Llanos de la parte norte de los picos de Guara y cumplir con sus
viajes forestales, al ser Guarda Forestal, con sus obligaciones oficiales.
Lucien Briet escribe: ”todo lo efectuado hasta la fecha en las dos faldas de la
cordillera pirenaica, respecto al estudio e investigación de sus cavernas
y de su hidrología, es insignificante comparado con lo que resta por hacer”.
Dice que todavía faltan estudios e investigaciones sobre el conocimiento de las
grutas y cavernas y de su hidrología y que es enorme lo que queda por
descubrir. Acabó en 1913, el libro Bellezas del Alto Aragón, diciendo que
cuando el primer espeleólogo acuda con nuevos datos, se podrán
realizar grandes descubrimientos. Se deducirán de explorar el “encantado
fondo de las grutas y el obscuro misterio de las simas”. Eso ocurría en 1913,
pero aunque se ha descubierto algo sobre los ríos y sobre las aguas
subterráneas, aún quedan sin explotar las del río Alcanadre. Cuando se hizo el
Canal que sale del Pantano del Grado y llega debajo de Huesca al de Valdabra,lo
cortaron en Peraltilla y dejó de pasar el agua por el Somontano de Angüés,
Velillas, Siétamo y por encima de Huesca.
Alfonso
Buil Aniés, nacido en San Román de Morrano, que se encuentra muy cerca de
Bastaras, me dice que en tal pueblo, ya
deshabitado y en posesión de una sociedad privada, hay una gruta, que es la de
Chaves, que contenía restos humanos y animales de épocas antediluvianas. Ahora
dicen que han desaparecido todos los restos, que hubieran facilitado el estudio
de las épocas prehistóricas. Unos metros más arriba, hacia el Norte, se
encuentra la entrada de la Caverna de Solencio, que es un espacio enorme y
hueco de la Sierra de Guara. Dice Alfonso Buil Aniés que toda la Sierra de
Guara está hueca; se entra por Solencio y llega hasta las simas de Los LLanos
de Guara, añadiendo que aquellos Llanos son tremendamente grandes. Mi amigo
Bescós, que vive en Santa Cilia de Panzano, cerca de las ruinas del Castillo de
Arraro y de su iglesia, me contaba que a esos Llanos subían durante el verano
rebaños de ovejas, que en ellos se apacentaban. El Bescós pariente de Silvio
Kosti, que vive en Santa Cilia, muy
próxima a esos Llanos, sigue cuidando ganado lanar, pero ya no sube a dichos
Llanos ni él ni nadie más, que yo sepa. Desde Santa Cilia y al Este de la
misma, se ven en la Sierra, excavaciones hechas con orugas metálicas, que
forman caminos desastrosos por su fealdad y la que dan a toda la Sierra. Han
estado inutilizados los caminos clásicos por los que bajaban los montañeses con
sus grandes mulas cargadas de patatas para los pueblos del Somontano y para
subirse aceite y vino a la Montaña. Yo creo que los nuevos dueños de Bastaras
podrían comprar los campos a sus dueños, pero ¿fue legítima la posesión de los
caminos y de la Gruta de Chaves y de la Caverna de Solencio?. Coincidió la
desaparición de los caminos con la de los pueblos que bajaban patatas montañesas
a Morrano y se subían vino y aceite. Yo
estuve de veterinario interino en los partidos Veterinarios de Alcalá del
Obispo y de Loporzano, en que entraba el
pueblo de Bastaras. Conozco a una
familia de Bastaras, compuesta por dos hermanos y una hermana, que fueron los únicos del pueblo que
no quisieron vender su patrimonio, pero al fin, cambiaron las fincas que tenían
encima de la carretera por otras que les dieron debajo de ella. El hermano
mayor, que creo que ya ha muerto, labraba la tierra y algunos días iba con su
tractor a Huesca, donde habían comprado una casa. Los veía con frecuencia y
hablaba mucho con ellos, pero hace
varios meses que no sé nada de sus vidas e incluso de la muerte del hermano mayor.
Al fin vendieron todas sus tierras a los miembros de la sociedad y me extraña
como al comprar tierras de debajo de la carretera que va Morrano y a Bierge, no
se quedaron con ella. Como no había animales o al menos los ciervos que tenían
los habrían traído de “estraperlo”, yo no sabía nada ni por parte de los dueños
absolutos del cercado ni de de las autoridades oficiales. Sin embargo tenía
interés por lo que allí dentro ocurría y pregunté en varias ocasiones a alguien
relacionado con el arte y la historia,
pero me decían que no ocurría nada y que todo se compondría con el
tiempo. Van pasando los siglos y no nos enteramos de que Alfonso Buil Aniés,
sigue diciéndome que en aquellos Llanos
se ven numerosas simas, que cuando llueve se tragan el agua, que va a la
Caverna de Solencio. Esas simas son de tamaño
descomunal y muy profundas, son como agujeros tallados en las rocas.
Ha habido quien ha bajado por ellas con escaleras y sogas, hasta el
fondo de la misma oquedad, pero con obstáculos, como el de haber bajado a una
galería alta de la que no se podía bajar a otras inferiores, porque sin las
señales colocadas se perderían muchos
exploradores. Debían iluminarse con lámparas de carburo. Su experiencia
sobre las simas es muy sencilla, pues en cierta ocasión en que estaba revisando
sus ovejas e los Llanos de Guara, cayó una fuerte tormenta con abundante agua.
Se refugió en una caseta de “levas” de tierra con raices,aprovechando un hueco, en la que había que entrar
arrastras y cuando salió, ya no pudo
contemplar ni un charco de agua. Se la habían tragado las simas. Cuando hablaba
con los espeleólogos que bajaban, éstos le decían que era un mundo misterioso,
donde se formaban estalactitas y estalagmitas,
rodeadas de huesos de personas y de animales, de todas las épocas.
Alfonso no había bajado a la Caverna de Solencio por las simas, pero había
penetrado muchas veces por su puerta y había gozado de las maravillas que
encerraba. Por esa entrada sólo se pasaba en el verano, que ofrecía un suelo de
grava, pues en invierno sale por la boca, el agua acumulada durante el estío,
bajando por el río Formiga una ríada que dura tres o cuatro días. En cierta ocasión se introdujeron en Solencio, durante el
invierno, varios espeleólogos catalanes, dijo Alfonso Buil Aniés: ¡éstos ya no
saldrán!. Y efectivamente, salieron, pero ahogados. Este es un caso pero ha
habido muchos más.
Aquí
en la provincia de Huesca podrían haber preparado el mejor punto turístico de
España pero se lo han dejado pasar y medio morir con la pérdida de la Gruta de
Chaves, de los caminos, la pequeñez del pantano de Calcón,entre otras muchas
cosas. Esto lo ha contemplado Alfonso Buil Aniés durante muchos años, pues por
los años de 1960 fue a visitar al Midi francés las Cuevas de Betarrán, muy
bellas, pero no como la Caverna de Solencio. Entonces ya cobraban de entrada
cuarenta y cinco pesetas. En 1913 dijo Lucien Briet, que cuando los
espeleólogos descubran el “encantado fondo de las grutas y el misterio de las
mismas”, se darán grandes pasos hacia adelante.
¡Tenía
razón!, pues cuando ves la presas del Pantano de Calcón tan baja, te interrogas
:¿cómo guardaremos el agua que se vacía en verano de la Caverna de Solencio?.Y
cuando Costa, que sentía una gran amistad por el padre de Alfonso Buil Aniés,
le dijo que el Alto Aragón utilizando sus aguas, sería la parte más rica de
España. Basta mirarse por Sariñena, Pertusa ,Albero Alto y Bajo, las cosechas
que cogen de trigo y de maíz. Y en unos momentos en que aprieta el hambre en el
Mundo, todavía quedan fincas en el Somontano, por el Gállego y por la Tierra
Baja, que no producen porque no se han hecho las cosas como se debiera.En otras
tierras de huerta en Sariñena se producen 18.000 kilos de maiz por hectarea.
Ana
Francisca Abarca de Bolea, tía del Conde de Aranda escribió estos versos de la
Sierra de Guara: “desperdicia por las peñas- las gotas de mil en mil” y
nosotros los somontaneses, decimos que las aprovechen nuestras tierras.