En casi todas las iglesias antiguas,
se exponía alguna imagen de la Virgen de los Dolores, pero en Monflorite, como escribió Don Pedro Blecua y Paul, los
Padres Mercedarios residentes en el Convento de la Merced entre las calles de
San Lorenzo y la del Padre Huesca, fundado en el año 1251, poseían la ermita de
Nuestra Señora de los Dolores. Esto lo escribió Don Pedro Blecua y Paul, nacido
en Abiego el año 1746 y muerto a los ochenta y seis años de edad, que fue
canónigo de Huesca y catedrático de su Universidad. Queda de esa ermita el
ábside románico ya restaurado, pero está sola porque la imagen de Nuestra
Señora la llevaron a la actual parroquia, que según el mismo Blecua “es una
iglesia moderna, toda una pieza de cantería, que a expensas de la Ecma. Sª.
Duquesa de Villahermosa, su dueño temporal, se ha fabricado, bien surtida de
exquisitos ornamentos”. Cita Ubieto a María Pilar Cavero, autora de Nuestra
Señora de los Dolores de Monflorite, una iglesia altoaragonesa, con santuario
en forma de trébol, que publicó en la
revista Argensola.(Huesca, 1962).
Dice Antonio Ubieto Arteta que el año
de 1241, Blasco Maza dio Monflorite a los Mercedarios, como también dice Cavero
en Argensola.
De la misma forma que los mozos
íbamos a la Zona Militar en que habían convertido el convento de los
Mercedarios, para ser destinados a algún cuartel de España, como fui yo el año
1956, cada año los vecinos de Siétamo bajan en peregrinación a contarle a la Virgen
sus dolores o a pedirle que llueva para
regar los campos. El año de 2008, han llegado nuevamente, desde Siétamo los
peregrinos a Monflorite, a recordar su pasado y a preparar su futuro; llegaron
a la iglesia de la que Blecua dice que “ es toda una pieza de cantería”.
Acudieron caminando por sendas y veredas, en medio de una prolongada lluvia,
entre otros Pedro Grasa, los dos hermanos Barta, Mariano Cabrero, Montse ,con
su hermano César y su hija Beatriz, para seguir la devoción de Ramonito de Felipe Cavero… y en la Plaza
en que se encuentran la Iglesia y el Ayuntamiento de Monflorite, se encontraron
con multitud de habitantes de Siétamo, unos nacidos en él y otros que allí se
han instalado, algunos ya hace más de veinticinco años.Al entrar en la iglesia,
el sacerdote hispano-americano, ante la presencia de tantos peregrinos, exclamó
en el sermón: “Hace muchísimos años la fe ha reunido al pueblo, pues en el día
de hoy se vuelve a repetir el lugar de la Virgen Dolorosa, al que caminamos por
esa fe, como eternos peregrinos”. Entonces me acordé de cuando, después de la
Guerra, mi esposa con su madre, fueron a rezarle a la Virgen de los Dolores a
la antigua ermita y vinieron a mi memoria aquellos frailes mercedarios que
oraban en ella. Y en aquel sábado del año 2008, se notaba una renovación de
aquellos hechos, pues las mujeres cantaban con entusiasmo a la Virgen y los
hombres sonreían y atendían las palabras del mosen. Al escuchar esos
cantos sagrados vinieron a mi boca
aquellos versos de los salmos, que dicen así: ”Rorate coeli de super et nubes
pluant justum”, que en nuestra lengua equivale a :”Dad vueltas, boiras, por los altos cielos y
que las nubes lluevan sobre los justos” y aquel día llovieron sobre todos los
que llegaron andando a la Iglesia de la Dolorosa. Pero no sólo llovió la
alegría sobre los peregrinos caminantes, sino que, en estos tiempos difíciles,
todos disfrutaron de la alegría de hombres y mujeres juntamente, aumentada por la que hacía gozar a los niños
y niñas, y se notaba una aproximación entre los antiguos habitantes de Siétamo
con los modernos y se hablaba del porvenir, como a mí me tocó durante el “tente en pie”, la suerte de conversar con
Félix Vázquez, encargado de las obras de la nueva autovía, que va a renovar la
vida y la historia de Siétamo. De la misma forma que el que quiso se alimentó
durante la misa con la sagrada comunión, después se alimentaron todos con un
ágape en el que reinó la armonía. ¡Qué dure esa paz que nos reunió el diez de
Mayo, junto a la Dolorosa en Monflorite!.
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