lunes, 22 de junio de 2015

Maragatería y sus maragatos


Vistas del pueblo de Santiago Millas, comarca maragata (León).


La Maragatería o País  de los Maragatos es una zona de la provincia de León, que ocupa unos 710’41 Km. cuadrados, con una población de unos 14.876 habitantes. Se encuentra en la provincia de León en su parte sur-oeste. El nombre de maragato unos lo atribuyen a “mauri capti”, es decir a moros cautivos, tal vez de origen bereber, raza del mismo origen que la vasca. Otros lo atribuyen a los tiempos de la arriería, en que los maragatos desde Galicia, trasladaban pescados salados a Madrid. Su nombre vendría “del mar de los gatos”. Puede ser que algunos de los que frecuentaban pueblos como “Santiago de Millas” observasen un “mar de gatos”, aspirantes a devorar algunos pescados con los que los maragatos traficaban.
Es curioso que haya llegado a Siétamo Víctor Valderrey, porque se ha quedado atónito, al escuchar el origen del nombre del pueblo de Siétamo. Se le han presentado papeles antiguos en los que está escrito como “Sieteno”, es decir Séptimo Miliar de la Vía Romana desde Huesca a Alquézar, cuando su pueblo natal, “Santiago de Millas”, en su nombre reconoce que por esas millas se iba a Santiago de Compostela. Dicen que en su nombre se cita a las millas romanas de la calzada de Braganza a Astorga, que pasaba por los campos de “Santiago de Millas”.
La capital económica se encuentra ahora en Astorga y antes su capital era “Santiago de Millas”, y su capital religiosa está localizada en  Luyego de Somoza, donde se rinde culto a la Virgen de los Remedios.
Históricamente, después de las guerras cántabras, los que buscaban la reconquista de los astures, expandieron su territorio astur, dejando a Astorga como su capital. Es pobre la agricultura en estas tierras, aunque se habla de haber explotado minas en tiempos antiquísimos.
El instrumento musical más conservado en la Maragatería, y en toda la provincia de León, se trata de la Chifla o flauta maragata, que está ligada al tamboril y su aprendizaje está ligado a la tradición familiar  de la comarca. Como antes la jota aragonesa, que se aprendía en los pueblos por tradición, cuando ahora se aprende en las capitales,  en academias. La lengua es el castellano, aunque se trabaja por conservar el maragatu.
Le he preguntado al maragato Víctor Valderrey Yañez sobre sus platos preferidos y me ha contestado que el Cocido Maragato, que se compone principalmente por los productos del campo, como carne de cocido, verduras, acabando por la sopa. Fabrican  cecina, que es muy buscada en toda la provincia de León.
Hay una obra literaria que escribió Concha Espina, que describe la esfinge maragata. El escritor Laureano Manuel Rubio Pérez en 1995,  escribió “Arrieros maragatos: poder, negocio, linaje y familia”.
 “La fundación del pueblo permanece oculta en la historia. En los documentos antiguos aparece siempre denominado el pueblo como  “SANTIAGO DE MILLAS”; probablemente debe el nombre, como acabo de escribir, a un miliar romano de la calzada de Braganza a Astorga que atravesaba los campos del pueblo. Está situado el pueblo al pie del cerro de la Muñeca y no muy lejos se encuentran los montes emblemáticos de la Maragatería de la Somoza, el Teleno y Foncebadón.
Víctor Valderrey  es un enamorado de la Maragatería y aunque le agrada escuchar el nombre de Astorga, y de sus cercanos pueblos y villas, sus vecinos y que se llaman: Morales del Arcediano, Oteruelo de la Valduerna, Piedralba y Valdespino de Somoza. Todos ellos,  unidos a Santiago de Millas eran grandes arrieros y más en los siglos XVII al XIX, donde recorrían con éxito económico y humano por toda España e incluso Portugal,  a  dónde  acudían a comprar productos para su posterior venta en la Península. Alcanzó Santiago de Millas un gran esplendor, y se hicieron famosos en toda España. Se llegó a considerar a Santiago de Millas,  como la capital de la maragatería. Circulaban por diversos terrenos,  unos que no podían pasar con carros, pero lo hacían con fuertes mulas. Algún maragato de Santiago se distinguió por acarrear el oro del Banco de San Fernando y de algunos otros.
Los tiempos han cambiado, pues los ferrocarriles han frenado la marcha de las mulas y de los arrieros que eran sus dueños y sus amigos y ahora los maragatos que quedan son agricultores  y ganaderos.
Fueron varios los hijos de “Santiago de Millas”, pero fue muy famoso Don Santiago Alonso Cordero, que nació en 1793, que conoció todas las formas de vida de los vecinos de su pueblo, como labrador, mulatero, empresario, político y prestamista.
Es difícil encontrar en los maragatos, algo que recuerde a los moros, pues vinieron desde Asturias y su particularidad entre la población española se debe, más bien a los intereses mercantiles y económicos. Sus ropas no tienen nada de árabe, sino que obedeciendo esa forma de vestir que  concuerda con la moda que se desarrolló durante el siglo XVIII, por toda la Península e incluso entre los bretones franceses.  
Hay varias teorías sobre el origen de los maragatos, pero es evidente que no sólo viajaron por España, sino que en el siglo XVIII, poblaron las zonas  argentinas de Carmen Patagones, donde se convirtieron en auténticos gauchos. Otros pasaron al Brasil, lo que explica la Revolución de los Maragatos” en 1893.
Este marchar por todo el mundo, ir y venir, no se opone a su manera de ser, porque conservan sus costumbres y sus ropas antiguas. Esto parece un cuento,  pero no lo es, porque Víctor Valderrey y Yáñez, hasta sus veinte años de edad se ha puesto sus ropas antiguas en las fiestas de Santiago de Millares, y todavía las conserva en su pueblo, donde ya tiene pensado a quien se las dejará. Pero  tanto  ama a su pueblo, que viajando por el mundo, se está construyendo una casa, en la que sueña descansar de esta vida errante. Le pregunté si estaba casado y me contestó que era difícil conquistar a una mujer, desde tantos puntos del Universo. Esto lo explica la dificultad de contraer matrimonio, fuera de su “tribu”.  Según Dozi,  los maragatos son descendientes de los bereberes, que quedaron aislados en la zona de Astorga en tiempos de Fernando I, en el siglo XI y que se convirtieron al cristianismo. Esta teoría es posible, porque el pueblo vasco, también dicen que procede de la misma antiquísima sangre que los bereberes. Incluso en sus dos lenguas hay muchas palabras en común.
Está satisfecho Víctor Valderrey en Siétamo,  porque tanto éste como su pueblo Santiago de Millas,  tienen un nombre que deriva de las Vías Romanas. Por otra parte, siente placer al escuchar su apellido, común con el de aquella parte del Monte de Siétamo,  que se llama también Valderrey.
Me ha llamado la atención el contemplar a Víctor  “con una honradez y laboriosidad proverbial. Lo encuentras como un individuo de una raza sosegada, grave, inexpresiva, práctica e industriosa  o trabajadora”. Dice el escrito que los maragatos pertenecen a una raza inexpresiva y yo me quedo admirado de su expresividad. Tal vez sea por el tema del que me ha hablado continuamente y con amor, que es Santiago de Millas de la Maragatia.
Pero no sólo se expresa con cariño de su tierra, sino de todo el mundo, porque en sus marchas laboriosas, me ha explicado el trabajo que ha realizado en Chile, donde con máquinas ha vendimiado grandes viñas y me ha explicado como en este País, no hay parados como en su vecina la República Argentina. Ha cosechado cereales en Lérida y en Huesca y yo creo que no ha parado nunca de trabajar. Me cuenta que en Chile vendimió una viña de un oscense.
Es Víctor un hombre amante de su tierra, la Maragatería, pero la  ama, respetando el amor a todo el mundo. Los catalanes aman Cataluña, pero quieren algunos ser un País independiente y rico. Me dice que cuando se encuentra hablando con catalanes, algunos de éstos, critican España, de la que un número importante de ellos son hijos de inmigrantes. Víctor en estas ocasiones se adapta a, como explica el trabajo ya citado, ser “inexpresivo”, pero piensa en el Mundo entero y en su felicidad. En Huesca hay en la iglesia de San Lorenzo, una capilla en forma de cueva, en la que se venera a la Virgen catalana de Monserrat, con lo que aman a Cataluña, pues han tenido una historia común.  

Víctor es un ciudadano del Mundo, pero ama a su Maragatería y le gusta contemplar el monte Telero de 2.188 metros de altura o Tilero,  que fue sagrado para los astures. Todavía es el monte mítico de los maragatos. Por la arquitectura de sus edificios recuerdan la sacralidad de su tierra. Como también veneran las figuras de dos maragatos en lo alto del Ayuntamiento de Astorga y mirando al veleta de la Catedral observan la figura de Pedro Mato, maragato y símbolo de los maragatos.       

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