domingo, 28 de noviembre de 2010

El Instituto Ramón y Cajal, por los años cincuenta










Me he acordado del Instituto Ramón y Cajal de Huesca, al hablar con un amigo de mi hermano Jesús, con el que juntos estudiaban. He reflexionado sobre sus profesores, que formaban una cátedra de hombres y mujeres, que infundían un gran respeto por su sabiduría. Al oír pronunciar sus nombres me sentí impulsado a despojarme de la gorra, porque ¡Dios mío, qué respeto impone el ilustre nombre de Don Ricardo del Arco, que tantas obras escribió de la Historia de Aragón!. Me acuerdo de verlo pasear por el Coso, con su cabeza desprovista de cabellos, pero llena de ideas, con su cara redonda y con gafas de gruesos cristales. De Don Ramón Martín Blesa, me han recordado que era un hombre carismático, que buscaba el bien de los hombres y mujeres, sin olvidarse de sus tres hijos y dos hijas, cuyo porvenir le impulsó a ir a vivir en Zaragoza, para que pudieran realizar estudios universitarios. Su origen aragonés le inclinaba a vivir en Aragón, pues su primer apellido Martín se corresponde con el río que discurre por la provincia de Teruel, pasando al lado del pueblo de Blesa, con cuyos dos nombres coinciden sus apellidos. Su primera colocación la encontró en Mérida, donde conoció a Eulalia del Río que fue alumna suya. Logró ser destinado a Huesca, donde se encontraba muy bien y donde todavía, después de tantos años, hay muchos que se acuerdan de él y que lo quieren, como el farmacéutico don Francisco Almazán, que aparte de ser turolense, siguiendo los consejos de algún familiar de don Ramón Martín Blesa, se hizo una hermosa casa, en Chiclana, que se encuentra próxima a Cádiz. Allí convive muchas temporadas con su esposa e hijos, con la esposa de don Ramón, María Eulalia y con sus hijos, hijas y yernos. Para que sus hijos pudieran acceder a la Universidad, se vio atraído por la ciudad de Zaragoza, pero tuvo que bajar a vivir a la ciudad más sureña de España, es decir a Cádiz. En esta ciudad no se sintió desplazado porque era un hombre que se adaptaba con facilidad a todos los medios y a todas las personas, pues ya estaba acostumbrado a conocer distintos alumnos cada año. Alcanzó la cátedra de Termodinámica en la Escuela Náutica de Cádiz. Sacó también la cátedra de Química en Primero de Medicina. Se lo merecía porque antes de marchar de Huesca, ya le concedieron la Cruz de Alfonso X, el Sabio. .
En la finca de José María Puyuelo Sorribas, me encontré con el Coronel ya jubilado, Javier Martín Blesa y me asombré de encontrarme con un señor con los mismos apellidos que los de Don Ramón; le pregunté si era pariente suyo. Me dijo que era pariente un tanto lejano, pero que tenían un origen común en el pueblo de Blesa y en la cuenca del río turolense Martín. Pero aparte de recordar los orígenes en tierras de Teruel, me estuvo cantando la inteligencia de don Ramón, ya que todavía conserva su libro de Física, que él estudiaba en la Academia General Militar de Zaragoza. Cuando fue a la Academia de Toledo, siguió estudiando el mismo libro. Pero es curioso el placer que le producía estudiar temas tan serios, en un tan sencillo libro. Pero su cerebro no cesaba de crear ideas para traspasárselas a los jóvenes, pues sacó entre otras, la plaza de Química en el primer curso de Medicina. Javier Martín Blesa explicaba como todo el mundo hablaba maravillas de don Ramón, diciendo: ¡qué bueno era y qué buen profesor!. Se preocupaba de todo el mundo, como se preocupó de que sus hijos alcanzasen tres de ellos el puesto de catedráticos, como una hija suya alcanzó el cargo de Vicerrectora de la Universidad de Cádiz. Todavía seguían sonando los nombres de Don Virgilio Valenzuela, profesor de Filosofía, de Sánchez Tovar, que cuando te lo encontrabas, con su amabilidad, te contagiaba de la Historia de Aragón. El profesor de Lengua don Miguel Dolc, con su esposa Dolores Cabeza organizaron el año 1956 una obra teatral, que representaron en el Olimpia, titulada “La Santa Virreina”. Pero el año 1958, el día siete de Marzo, día de Santo Tomás, dirigidos por don Virgilio Valenzuela, los alumnos de sexto curso, entre los que se encontraban Francisco Almazán, Pardo , hijo del ferretero de la calle de Goya, Fernando Bagé, cuyo padre fabricaba básculas y la símpática chica María Fernanda Pesini, representaron la obra de Miguel Mihura, titulada “El caso del señor vestido de violeta”. Era el caso humorístico de un torero al que le entraba un complejo de “viejecita”, cuando se vestía de luces. El director del Teatro era don Virgilio Valenzuela, pero siempre estaba presente la colaboración del Director del Instituto Ramón y Cajal, don Ramón Martín Blesa, que intentando ayudar a sus alumnos, convertidos en actores, estaba entre los bastidores. Tenía inquietud por el cerebro de sus alumnos y trataba de guiarlos con las obras de Teatro, pero le preocupaba tanto la salud de sus cuerpos, pues formó un equipo de fútbol con el que se sentía unido, ya que se le veía correr por la banda del terreno de fútbol, animando y aconsejando a los jugadores. En dicho equipo jugaban, Ernesto Puertas, hijo de la profesora de dibujo, ”Fito” pariente mío de Santolaria, Antonio Escartín, casado hoy en día con la pintora, Maestra y poetisa Asunción Laplana, José María Franco, actual farmacéutico de la Farmacia Mingarro y entre otros muchos Carlos Auría que dirigió la Farmacia Auría.
Francisco Almazán jugaba al fútbol y ahora, desde Huesca, vive de los recuerdos de Don Ramón Martín Blesa, del que recibió formación y conserva una amistad, rayana con el parentesco de toda su familia.

Las fuentes de Marcelo y Jara


Hace un tiempo, en la antigua Plaza del Mercado, me encontré con un joven oscense, de unos
treinta y tantos años, y lo vi con síntomas de catarro,que le hacían, entre otras cosas, presentar una
nariz completamente roja. Se lo dije y él exclamó:¡Sí, igual que un payaso! Trató de explicarme los
motivos de su catarro, cuando yo le dije: “¡Ya lo habráscogido en Jara!”, porque con mucha frecuencia va a visitar esa bella ermita. Y me contestó: “Sí,el sábado a las ocho y media de la mañana, hacía frío y yo con sólo la camisa, me dirigí a la ermita que has nombrado y por la tarde, como creo que soy buen oscense, me fui a la fuente de Marcelo, debajo del Kilómetro Tres”. Se puede ir a dicha fuente por la carretera de Arguis, pero también se puede ir por el Pedregal, que está señalado con estacas, la fuente de Marcelo. Este Pedregal se coge por debajo de las Miguelas, cerca del huerto de Gambau. Pero él no fue por ninguno de estos dos caminos, sino que marchó caminando por la orilla del río y se entretenía en levantar algunos ladrillos del agua, les tapaba los agujeros y sacudiéndolos, salían dos o tres cangrejos, que según él eran “entreveraus”, es decir que ya habían perdido la antigua raza de los cangrejos autóctonos. Luego él, como no es amigo de “fartase”, los volvía a soltar, porque además tiene un gran sentido de la Ecología, que le hace respetar hasta a los cangrejos, porque se acordaba de que, cuando era niño, iba con otros a pescarlos al río. Me dijo que estaba enamorado de las perdices, a las que contempla cuando hacen sus escapadas, unas veces andando, otras corriendo y algunas volando y le gusta escuchar sus cantos que lo vuelven loco. Me habló de una pequeña liebre, que había cogido en un hueco que estaba en el tronco de una olivera, y al mirarme hacía él, vi que llevaba colgada de su chaqueta una pequeña figura de liebre que creí era para acordarse de aquélla que cogió en sus años infantiles.
Al llegar a Marcelo, se mojó la cabeza con el agua tan fresca que sale por sus caños y se echó
unos tragos descomunales y cuando hubo gozado de la frescura del agua, de la belleza del paisaje,
que él dice que es precioso y para confirmarlo me añadió: “¡Nunilo también te lo puede decir!”; allá a las siete de la tarde se volvió hacia Huesca, andando otra vez por el río. Allá a las siete y media llegó a su casa y no notó nada, pero el domingo, al levantarse, le dolía la cabeza y tosía.
¡Había cogido un catarro oscense, que por ser tal es mejor que el actual y grave catarro, que los
chinos, tan viejos, han traído a este mundo! Me dijo que él tenía la culpa de haber cogido la
gripe, pues se podía caminar por la orilla del río, sin mojarse los pies, pues hay dos pequeños puentes, uno al principio del camino y otro en la misma fuente, que es una obra de ingeniería de hijos del pueblo, como Berdié, que arregló el camino y las fuentes de Marcelo y Jara, con su dinero. El puente de Marcelo, cambia su posición cuando baja una iada, pero se hace girar sobre un eje y se vuelve a su posición anterior. ¿Qué clase de puente es éste? ¿Por qué no es colgante, no es fijo, sino giratorio? Es un puente de Marcelo, es de Huesca. Después de contarme estas cosas, me llevó a
ver la fuente de Marcelo, que yo había conocido de niño, pero ahora está transformada porque el río se ensucia más abajo, ya que allí tiene las aguas puras y limpias, llenas de madrillas y de “zapateros”. Las aguas bajan por cuatro caños, tres casi juntos y otro el del Gallo, que está un poco más alejado. La primera fuente se llama la del Pez, la segunda la del Toro y la tercera la de Marcelo y sus aguas se van al río, donde antes iba todo Huesca a bañarse en sus badinas y a su alrededor hay mesas con sus bancos, en los que se puede merendar, comer y pasar el día;
es un lugar limpio, con zonas de sol y de sombra producida esta última por los árboles, como los
chopos y los robles o cagicos. Presidiendo el paisaje estaba levantado un cubierto, rodeado en su interior de cómodos bancos, en los que estaban sentados varios veteranos de Huesca, como el “ingeniero” Berdié, que parece que goza allí de su vida, con numerosos otros oscenses, presididos todos por Pascual Ascaso, que igual que distrae en el periódico a los oscenses con sus artículos, lo hace en la fuente de Marcelo, con su conversación.

martes, 23 de noviembre de 2010

Falta de autoridad moral y grandes desiertos morales


Tengo ochenta años y a lo largo de mi vida he contemplado como en el mundo en el que he vivido, no han pensado muchos hombres y mujeres, porque sus cerebros han estado desprovistos de ideas y de valores solidarios. Tal vez fuera causada esa falta de valores por la miseria en que vivían tantos y tantos europeos, a los que no les quedaban ideas para pensar ni bienes para repartir. La sociedad estaba dividida en dos clases, la de los ricos y la de los pobres. Entre los ricos, las mujeres con las que se casaban servían a sus maridos como esclavas. Bastaba ver a la pareja cuando el marido comía sentado en la mesa al lado del hogar y ella le servía y tenía que atender no sólo a su esposo , sino también dar de comer y limpiar a los cerdos, gallinas y animales, con los que vivían . En otro caso la dueña era la mujer rica, que tenía su casa y su patrimonio y dormía en una habitación sola o acompañada, mientras su marido, que era pobre, dormía en la pajera de la cuadra. Estos matrimonios vivían en mi tierra durante los años de 1930 y a León Tolstoi le conmovían esos casos en su pueblo, llegando a abandonar sus actividades en Rusia, para educar socialmente a sus paisanos. Casos como José María Llanas Aguilaniedo, escritor oscense, casi no leído, pero que es una autoridad moral, veía en los obreros seres amantes del arte, pues observaba cómo de una gran piedra, sacaban aquellos piqueros un rollo bello, para darle vueltas sobre la era o creaban un disco, también de piedra, para moler trigo u olivas. Pero la mayoría de aquellos hombres amantes del arte y del trabajo, no sabían leer, excepto aquello que ganaban dinero poco más o menos como obreros, y que eran los maestros y los barberos, más tarde practicantes. Por el año 1897 publicó su obra “Almas contemporáneas”, que no leyeron los obreros; en cambio estaban por allí los burgueses, tratando de vivir como grandes señores en sus comidas, viajes e indumentarias de sí mismos, de sus esposas y de sus queridas. Así mismo escribe sobre los capitalistas, que ponían el dinero para que el trabajo no faltase a los obreros y decía que muchos de ellos habían trabajado toda su vida, creando trabajo para los demás y ahora, en este periodo de crisis ¿dónde está el dinero?, porque en Rusia después del comunismo hay un enorme paro y en España, ocurre lo mismo. Por aquellos años vivía León Tolstoi, que murió en 1910, que también escribía, como lo hacía Llanas Aguilaniedo, con autoridad moral y que en Rusia y en Europa no leía casi nadie. Yo tengo un viejo libro, que me hace recordar a Llanas como si fuera un resto arqueológico y que no pudo influir con su autoridad moral, para que no se iniciara la Guerra Civil en España. Yo veo en la pérdida de las palabras de Llanas Aguilaniedo, la causa de del inicio de la guerra Civil, en tanto el grausino y republicano Samblancat, escribe en su obra “Carabana Nazarena”: “La guerra es el principio de todo mal” y atribuye “al mal gobierno de la República se debe el Alzamiento del 18 de Julio”. Lo mismo ocurrió con León Tolstoi, al que el mundo moderno quería darle la imagen de un oscurantista, en lugar de tratar de iluminar a la sociedad con su vida y su ejemplo. Tolstoi en la lectura del Evangelio de San Mateo, basó una teoría de la no violencia, pero no le hicieron caso ni los comunistas ni los capitalistas, ni creyentes ni gente religiosa, pues fue excomulgado por la Iglesia rusa, ni los ateos lo tuvieron en cuenta. A José María Llanas Aguilaniedo tampoco lo defendieron mis tías, pues dicen que algunos de sus libros los hicieron desaparecer. Los dos escritores fueron autoridades morales y sociales.

Durante el siglo XX el materialismo ha intentado desplazar el espiritualismo de Europa. En América en los países hispanos, hay costumbres religiosas, que ahora algunos inmigrantes devuelven a España. Tras el Telón de Acero, la propaganda materialista quizá ha caído un tanto, al desaparecer el Gobierno Comunista en Moscú. “Guerra y paz” se dio en el planteamiento de la lucha pacífica de Ghandi contra el dominio Inglés, que fue iluminada por León Tolstoi. Ghandi luchó pacíficamente por la independencia de la India y Europa lucha por el materialismo contra el espíritu y nos vamos dando cuenta como los musulmanes van ocupando Alemania, Inglaterra, Francia e incluso España. Tolstoi luchaba contra la caída de los valores y parece un profeta, porque su autoridad moral, es el fundamento de la política, pero también de la estética y ética de la Literatura. Y son necesarias las “autoridades morales” con las que podemos reconquistar la cultura. Hay, en cambio, quien piensa que la política no es necesaria, porque es incapaz de reencontrarse con la cultura. Yo creo que sí que es necesaria, pero teniendo en cuenta la “autoridad moral” que respetan gran parte de los ciudadanos, que votan en las elecciones democráticas. En la prensa cada vez son menos los artículos que se editan, tratando de temas filosóficos, éticos y estéticos. Cada vez que se apodera del ambiente europeo el materialismo, van aumentando los musulmanes que viven en Europa y en la India liberada por la Paz de Ghandi, se va industializando, mientras Europa va perdiendo peso económico. Pudieron ser profetas Tolstoi y José María Llanas Aguilaniedo, porque si se hubiera hecho caso de su autoridad moral, no se hubiera producido la Segunda Guerra Mundial en Europa ni la Guerra Civil en España. Vivieron y escribieron, León Tolstoi y José María Llanas Aguilaniedo, a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. La moral privada de León Tolstoi, siendo un ser humano, tuvo sus fallos, pues la esposa de Tolstoi escribía en 1910:”Mi vida con Lev Nikoláievich se hace cada día más insoportable, por la forma dura y cruel con que me trata”. Llanas Aguilaniedo se vio invadido por una enfermedad mental y murió soltero y acogido por su hermano el farmacéutico oscense Feliciano Llanas. Leyendo su obra Pityusa, se ven sus enormes ideas, pero acompañadas de una supersensibilidad, que le llevó a sus cuarenta años a perder el equilibrio de la razón.

Hubo “pequeños desiertos morales” en casi todos los individuos humanos, pero “el gran desierto moral” se ha dado y se sigue dando, principalmente en Europa.

LOS GITANOS


Los gitanos llegaron a España, al parecer, en el siglo XV y más tarde se ocupa Cervantes de ellos en La Gitanilla. ¿De dónde venían? ; igual que de la Parrala unos decían que de Cádiz y otros que de Cartagena, de los gitanos se dice que si venían de Egipto, que sí de la India lejana. Tienen porte de señores como los indios morenos y “llevan sangre de reyes en la palma de la mano" y son como faraones por ser primo-hermanos del Rey Faraón.

Cuando vinieron a España eran como caballeros, traían bulas papales y se hacían llamar condes con el título de Egipto."Pero nadie supo de fijo saber de donde venían" tan notables condes. Y ¿cómo pasaron de ser potentados a ser miserables?. Tal vez no supieron hacerse al ambiente, tal vez se excedieron en querer ser libres y no se amoldaron a nuestra cultura y modo de ser. El gran Unamuno dice del Quijote:"A un pueblo de arrieros y tahures y logreros, dictaba lecciones de caballería".Tal vez los gitanos grandes caballeros al modo oriental tuvieron fracasos inmensos como Don Quijote y de los caballos tuvieron que bajar al burro de Sancho Panza. De reyes les circulaba la sangre por la "parma de sus manos", pero fueron libres durante centurias, viviendo y muriendo por esos caminos de España tan largos y tristes, y siempre expulsados de todos los pueblos sin tener más techo que el cielo español.

¿Dónde enterraste a tu viejo, gitanico caminero?, ¿debajo tierra sagrada, bajo el polvo del camino, bajo las estrellas mudas o en la femera el Amparo?. ¡Qué descanso " pa" la burra dejar al viejo en el suelo!, se revulcaba de gusto, coceaba, se sacudía los tábanos con el rabo y soltaba pedorretas. Tu padre cogió el bastón y se lo colgó del cuello de la chaqueta, para tener libres las manos y aparejar a la burra, por continuar el camino.

La vieja se lamentaba, se arrascaba la piojera, el "chaborró" se arrumbaba y el gitano se miraba en el “reló”, mientras cantaba llorando:"a la luna lunera cascabelera“ y se mueren los gitanos mientras la burra pede y calcea.

Hoy no hay cena y la gitana preñada se va al huerto del vecino para coger una col, allí le entran los dolores y un pulgarcito gitano viene al mundo lavándose con rocío de las hierbas, las acelgas y los cardos. Miles de lunas chiquitas se reflejan en las gotas del rocío, para ver al gitanico que lo envuelven en pañales vegetales y en puñaladas de frío. ¿Qué te dio la vida gitanico "chaborró"?. Aquella noche la luna y al día siguiente el sol. A la orillita del río la muchacha de diez años estaba encendiendo el fuego, con leña verde y mojada de ramas que arrastra el río, surgen columnas de humo, que se meten por los ojos y hacen llorar a los viejos, a los hombres y al pobre recién nacido y le cantaba la vieja: "qué pronto mi dulce amor, aprendes lo que es el dolor". Llegan lágrimas al río que se mezclan con el agua, la que beben los gitanos y los burros, sin cloro pero con plata que deja la luna llena al bañarse en la badina. Esa agua que sabe a luna, a cantares de las ranas, a babas de los borricos y a escamas de las madrillas, es como un agua bendita que dio paciencia a la raza y fuerzas para sufrir durante siglos afrentas, persecución y palizas.

Y la orillita del río era el único camino que estaba sin propietario y os ofrecía abundosas, además de frescas aguas, frescas sombras en verano y leña pobre en invierno, si llovía, el solo techo eran los arcos del puente y brotaban hasta flores "pal" pelo de las gitanas y las sargas y mimbreras para tejer como artistas, argaderas, canastillas, cestas, canastas, canastos, cuévanos e incluso caracoleras.

Tu largo calvario, ¡oh! pueblo calé ¿cuando acabará?. Hoy vives estante en nuestras ciudades, pero falta mucho para que te integres en la Sociedad. No dejes los “chaborrós” criarse en la calle, que vayan a las escuelas y a los talleres de los payos.

Vale más que consigáis el “manró” de cada día con el sudor de la frente, que en las orillas del río con el frío de la muerte. Conservad vuestras virtudes, sed elegantes con todos en vuestro trato diario, como Ramírez Heredia, lo es en las Cortes de España, no sea tan sólo airoso vuestro porte de la raza y conservad para siempre el culto de la familia, el amor que os ha inspirado la palabra libertad y conservad orgullosos el patrimonio gitano de respeto a los ancianos y a vuestra lengua caló

sábado, 20 de noviembre de 2010

Ermita de Santa Elena, en la “cabañera del aire”


El pasado día ocho de Diciembre, me subió a Santa Elena el nieto del “agüelo”, ya difunto, Mariano Bercero. Desde esas alturas, tuve la dicha de contemplar esa Sierra legendaria e histórica, que va desde Tardienta hasta Alcubierre. Y desde este último pueblo hasta la ermita de Santa Quiteria, en Torralba, en viejos tiempos, San Caprasio visitaba los santuarios de San Simón y de la Virgen de Magallón, de la que son tan devotos los hijos de Robres, subía después a Santa Elena y acababa su romería en Santa Quiteria de Tardienta. En aquella elevada meseta de Santa Elena, contemplaba los Pirineos desde el Monte Perdido, el Turbón y otras múltiples cimas blancas por la nieve, que me hicieron reconocer que Torralba es, sin duda, Aragón. ¡Cómo se contempla la división del Alto Aragón entre la Montaña y la Tierra Baja!. Sí, porque desde estas alturas se ve perfectamente la “Osca” o puerta para pasar de la Montaña a la Plana de Huesca, que es, sencillamente, el Salto Rodán. Osca es palabra vasco-ibérica que significa puerta o apertura, de las que tantas se hicieron en aquella Sierra por los pastores en las orejas de las mansas ovejas. Por su pequeño tamaño se denominan “osquetas”. Allí al contemplar el Salto de Roldán, se piensa en el Emperador Carlomagno, que bajó hasta Zaragoza y el caballero Roldán, saltó con su caballo desde la Peña Men o Amán, al otro lado del río tan latino, el Flumen, a la Peña Sen o de San Miguel. Más allá pasa el río ibérico Isuela y más allá todavía los ríos de nombres árabes Guatizalema y Alcanadre. Los moros dejaron también su recuerdo en la torre Mudéjar de Torralba y llaman también Autovía Mudéjar, a la que sube desde el Ebro en Zaragoza hasta Francia por la Montaña. Y todo eso se ve desde el Santuario de Santa Elena en la Sierra de Torralba. Pero no sólo se puede meditar, en esas alturas, de las guerras y en las invasiones del pasado, sino que en estas quebraduras del terreno y estas parideras, hicieron una revolución por la justicia y el bienestar del pueblo los “bandidos generosos”, que llenaron de historias y leyendas toda la inmensa comarca de los Monegros, que desde Santa Elena se divisa. Todo esto lo narra muchas veces el cura don Rafael Andolz, en las aventuras del bandido Cucaracha. En aquellas quebraduras de la Sierra, crecen las carrascas, los pinos, las sabinas, los sauces, romeros, ontinas, tamarices y multitud de yerbas leñosas, como la barrilera que rueda y rueda, impulsada por el aire. En aquellos terrenos quedan multitud de parideras, hoy día, casi vacías, pero en esa “cabañera del aire”, no se dejan escapar la producción de energía, por medio de aquellos altos y recios postes, con sus aspas girando para producir energía eléctrica. Mi sobrino Marianer tiene como novia a Begoña y antes recorría la Sierra con sus ovejas y ahora corre por aquellos caminos para vigilar el funcionamiento de los “molinos movidos por el viento”. En Torralba siempre han sentido inquietud por el progreso, como se da uno cuenta al escuchar a Mariano Bercero, hijo del “agüelo”, cantar la jota, que reza: ”No te cases en Torralba,- ni te cases en Senés- vete a casar a Tardienta-que verás pasar “o” tren”. Y el nieto Marianer, ha visto cuidando las ovejas: el riego, la torre de la iglesia restaurada, la autovía Mudéjar y ahora ha dejado las ovejas, para ocuparse de los molinos de viento que crean energía. Por eso se sienten felices los de Torralba y cantan:”Torralba ya no es Torralba-que se ha vuelto capital-tenemos buenas piscinas – y a comer al Restaurán”.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Los agricultores y la Luna



Escuché, hace ya unos años, a varios labradores, explicando cómo tenían en cuenta a la Luna, para llevar adelante la siembra de los cereales, en sus campos.

Decía uno que la Luna Cuquera, nace en Septiembre y dura, no recuerdo si son veintiséis o veintiocho días. Durante dicha “Luna Cuquera”, los “cucos” o parásitos son los que se lanzan sobre la semilla y la parasitan, dejándola “cucada”, lo que hace que la cosecha futura, quede reducida. Pero este período tan malo para sembrar, se acaba en Octubre, cuando nace la Luna Menguante.

Desde siempre se ha considerado que la mejor época para sembrar es la de la Mengua de Octubre y Valentín Puyal de Bandaliés, pequeño pueblo muy cerca de Huesca, todavía piensa lo mismo y lo considera y sigue practicando la siembra de sus campos en esta época de Octubre, que dura desde que la Luna, en el mes de Octubre se pone llena, con lo que mata a la Luna Cuquera, hasta veintiséis o veintiocho día después de su plenitud.

Decía otro que la mejor época de siembra en la que se debe realizar ésta, siempre que sea posible, es durante la mengua del mes de Octubre. Cuando la luna está llena, se puede empezar a sembrar con la convicción de que se está haciendo en la mejor época, porque al día siguiente de encontrarse llena, ya empieza la mengua. Estos labradores con su conversación, hicieron evidente que la mengua es la mejor época de la siembra. Pero no es la única influencia de la Luna en los agricultores, pues con ella saben cómo tienen que utilizarla para que sus vinos tengan solera. Hasta en el pelo de los hombres y mujeres influye la luna, pues cuando te cortas el pelo en cuarto menguante, tiene poco impulso para volver a crecer y s i te lo rapas en cuarto creciente, ese pelo crece más y con más vigor. Por todas estas cosas, los gitanos cuando contemplan la luna, admiran su belleza y reverencian su poder y cantan: ¡ay luna ,luna lunera, lunita cascabelera!.

Pero no son sólo los gitanos los que admiran a la Luna, porque Espronceda escribió:”La luna en el mar riela,-en la lona gime el viento-y alza en blando movimiento-olas de plata y azul”. Y todos los ciudadanos se han enterado del Monasterio de Saint Michael, en las costas entre Bretaña y Normandia, en que se halla sobre una alta roca separada de la tierra firme por un camino creado por los hombres, pero que cada veintiséis o veintisiete horas se inunda con las aguas de la mar. Entretanto en sus habitaciones, una persona, al mirar por las ventanas puede ver cómo ha desaparecido el camino por el que ha entrado. La Luna hace que en esa zona las mareas sean diarias, porque con su poder de atracción eleva las aguas del mar. Y ¿qué decir del amor?, cuando a la luz de la Luna, se besan y se adoran los enamorados, animados por la belleza de la Luna. Algo lunar conmueve los corazones de los enamorados, no se sabe si es por los cascabeles o reflejando su figura en dichos corazones, como hace reflejándola en el agua, donde las ranas croan y croan, como entusiasmadas por esa Luna. Stephen Hawking dice que hay que emigrar a un planeta lejano, pero la humanidad siente más cariño por la Luna.

jueves, 18 de noviembre de 2010

A Pepe Larruy


A Huesca vienen pocos escultores a exponer sus obras; no vienen los que utilizan la piedra como material que compone sus figuras, alguno acude a exponer sus trabajos de hierro y muy escasos son los escultores que acuden a que los oscenses contemplen sus labores de madera. Si alguno llega por estos lares, la crítica lo suele poner bien unas veces, mientras otras lo elevan al coro de la gloria. Siempre destaca algo de sus obras, pero en general, sin llevarle la contraria al citado crítico, me resultan sus apreciaciones indiferentes.

En cambio, hace no mucho tiempo, se nos murió un imaginero oscense, que no se ha hecho famoso en Aragón, pues casi nadie dijo algo ni de su vida ni de su muerte ni de su obra; se trata para unos de Pepe, para otros de Larruy, para algunos de Pepe Larruy, pero para mí hay que hablar de Don José Larruy, gran escultor oscense. Vivió en la calle del Ciprés, donde tenía un bar, frente al que se encontraba su taller. Cuando querías, unas veces verlo a él y otras ver la forma como producía sus obras, entraba en el taller y al verte Pepe te saludaba con todo cariño con su clara voz, que le salía de debajo de su poblado bigote y adornaba su gruesa cara sonriente, presidida por su nariz algo aguileña. Motivos de conversación sobraban con sólo mirar las paredes llenas de catedrales oscenses, de ingenuas vírgenes, de severos al tiempo que misericordiosos Cristos, de joteros o danzantes alto aragoneses ejercitando sus, al parecer locos movimientos, metidos como estaban y todavía están, en trozos de madera, en cuyos relieves se inspiraba para tallarlos. Recuerdo como en el Pregón de la Semana Santa, que pronuncié en Huesca el año de 1988 hacía un recuerdo al entonces, todavía viviente pepe Larruy, donde decía:”Recuerdo entre los restauradores a un imaginero Larruy, autor de tantos bustos de ingenuidad medieval, al tiempo que profunda. Es una muestra de cómo la imagen subyace en nosotros y en su caso la plasmaba en la madera, y otros hombres la colgamos en el cuello, en la pared o la plantamos en las alturas de los montes”.Las imágenes de madera no se hacen para colocarlas en tales alturas, pero hay figuras de madera de Larruy en las altas paredes de la iglesia de Loreto.

Casi todas las obras que se llevaban sus clientes, se quedaban sin firma, como las que yo tengo, pero sé de algunos que le llevaron alguna figura a los talleres para que esculpiera su firma, lo hacía inmediatamente. Sus gustos eran sencillos, pues por las tardes solía ir a trabajar una huerta que tenía cerca de la ermita de Salas. Un alcalde oscense se portó muy bien con él y por cierto con la ciudad de Huesca, porque le dio trabajo en el Ayuntamiento ,dejándonos las imágenes que hoy presiden, al tiempo que adornan la iglesia de Loreto, la del Profeta Elías en el Convento de San Miguel y los báculos de nuestro Señor Obispo y el del Cardenal Javierre.

¡Pepe ,pocos te han nombrado, pocos han escrito sobre tí, pero allá, en el otro mundo, serás con tu eterna ingenuidad, un hombre ,un artista feliz, que de tus obras de arte se acordará Huesca cada vez más, obras que esculpías allá donde viviste, en la calle del Ciprés, como ahora descansas también cerca de los cipreses de la carretera de Zaragoza.

martes, 16 de noviembre de 2010

Santa Cilia de Panzano en la Sierra de Guara








En el mes de Septiembre del año 2010, he subido a mi hija Elena, casada con Santiago Adiego y sus dos hijos, Pablo y María, a Santa Cilia de Panzano, situada en la ladera Sur de la Sierra de Guara. Tiene ésta dos cimas de las que la de Guara mide 2076 metros de altura y su “hermana” a la que en Santa Cilia la conocen como Tozal del Cubilar, que tiene 1945. Se ha hecho famosa Santa Cilia, porque, cuando se prohibió lanzar a los campos de los pueblos los cadáveres de las caballerías, vacas y bueyes, cabras y ovejas, con el fin de recogerlas con camiones para la industria de la obtención de proteínas de los cadáveres, se abrió para que las aves carroñeras pudieran seguir viviendo, en la Sierra de Santa Cilia, un comedero, al que acudieran a comer los restos que se les proporcionan. Yo conocía desde hacía años el pueblo de Santa Cilia y a su vecino, entonces pueblo de Bastaras, que pertenecían al Partido Veterinario de Alcalá del Obispo y de Loporzano. Entonces adquirí una gran amistad con Gonzalo Bescós, pariente de los Bescós que vivieron en Bastaras y de donde proceden el Ingeniero Francisco Bescós Lascorz, casado con una hermana de mi abuelo Manuel Almudévar Vallés. Fue este Francisco padre del escritor Silvio Kosti o Manuel Bescós Almudévar. Al llevar a mi familia a contemplar el hasta hace poco tiempo casi abandonado pueblo, en que sólo quedaron catorce habitantes, su iglesia en cuya fachada se dejan ver varios capiteles medievales, la casa de los buitres o museo ,situado en la bóveda donde se puede contemplar toda la vida de las aves carniceras. Arriba se contempla el pico del Cubilar y en sus laderas acuden las aves a comer en una zona rocosa, casi llana con una ligera inclinación hacia abajo, a la que acude desde hace treinta años Manuel Aguilera, un enamorado de la Naturaleza, empujando carretillos para llevar al comedor los restos carniceros de los mataderos, para que se alimenten las aves carroñeras. En aquel pueblo, situado debajo del Tozal del Cubilar, convivieron siempre las bandas de aves carroñeras, con los rebaños de ovejas. Y ahora es mi pariente Gonzalo Bescós el que se dedica a criar corderos o ternascos. Antes subían en verano a apacentar a sus rebaños en los llanos de Cupierto, desde donde se contempla la majestuosidad de los Pirineos, en los que domina en muchas épocas un ambiente delicioso. Está el terreno lleno de dolinas donde brotan los “buchos”, los “erizones” y mucha yerba de pastos. Los ternascos de Gonzalo son auténticos corderos de carne tierna, porque les deja mamar del “braguero” de sus madres hasta que los lleva a Huesca a una carnicería. Y en aquel paisaje conviven los buitres con las ovejas y corderos. Verdaderamente es un paisaje idílico, porque cuando abro la ventana de mi casa de Siétamo, que asoma al sol saliente y miro hacia el oriente por donde sale el sol, contemplo toda la Sierra de Guara, empezando por su pico más alto de unos 2.076 metros, hasta el Tozal del Cubilar, que por escasos metros no llega a los dos mil. Desde esa ventana, me fijo todos los días con más frecuencia que años pasados y veo la enorme mole de piedra, donde se encuentran los restos de un iglesia de la Virgen de Arraro. Aparecen también los restos del Castillo, entre los cuales se ven esas saeteras, “mirillas” o miradores, desde los que observaban el movimiento de los moros por el Sur de la Sierra, a los que más tarde expulsaron de la Comarca. Pueblo era el de Arraro, más elevado que Santa Cilia, pero ahora éste pueblo ha adquirido una gran categoría de punto turístico. Gonzalo invitó a mi familia a merendar en un Restaurante, que una buena señora enamorada del paisaje de Santa Cilia, en la Sierra con los buitres y los corderos, ha levantado en aquellas bellas laderas.

Desde la ventana de mi casa no se ve Santa Cilia, por que por escasos metros la oculta algún tozal de la Sierra, pero al fondo se ven unos caminos por Bastaras,en forma de eses,que llaman la atención y resulta desagradable mirarlas porque parecen un castigo impuesto por algún dueño del pueblo, con tractores mecánicos. Además han desaparecido los restos prehistóricos que estaban por exploran dentro de la Cueva de Chaves.

Dos pueblos que están situados uno junto a otro y Santa Cilia aumenta cada día la belleza de la Sierra de Guara y Bastaras afea sus parajes. Gonzalo Bescós me explicó como los pobladores de pueblos como Nasarre,que se encontraban en la parte Norte de la Sierra, bajaban con sus fuertes mulas, aparejadas con hermosas sillas, atadas con correas y con sus cabestros, llevando sobre sus aparejos patatas, que vendían en Santa Cilia, en Bastaras y en Yaso ,para que la gente las sembrara en sus huertos Y subían otra vez a sus pueblos con pellejos de vino o con aceite, productos que no se criaban en el Norte de la Sierra. En casa de Gonzalo está presente sobre el portal el escudo de los Bescós,con un corazón,que aunque es de piedra,representa el suyo que es sensible y “amoroso”. Me dejó leer la Infanzonía del noble escudo de los Bescós.

Almazán



Cuando llegaban las ferias de Almudévar ,acudían a ellas multitud de gentes no sólo de Huesca ,Zaragoza ,sino de Jaca ,de Sabiñánigo y de Graus, que en aquellos tiempos tenían que sufrir muchos sacrificios, ya que las comunicaciones eran más dificultosas que las de ahora ,porque tenían que hacer con aquellas caballerías y ganado vacuno ,grandes caminatas, pisando el duro suelo de caminos y cabañeras. Pero me he quedado corto en el origen de los feriantes que acudían a las ferias, porque no he contado con los de Cataluña ,Valencia, Navarra e incluso con los castellanos.

Pero, cuando se celebraban las ferias en los lugares citados, también acudían aquellos ciudadanos que ,en sus ferias ,fueron visitados y así vemos como los de Almudévar, visitaban entre otros lugares el pueblo ,que era de un tamaño parecido al suyo y además Centro Comarcal de la Tierra de Almazán y por este pueblo pasa el río Duero ,pero tiene el inconveniente de estar situado a 950 metros de altura ,lo que hace de él un lugar enormemente frío.

Yo pude comprobarlo, hace ya muchos años, allá por el 1952, cuando estando de estudiante en Zaragoza ,me invitó a ir a las Ferias de Almazán un valenciano ,que conmigo estudiaba Veterinaria. Entonces me enteré que era hijo de un tratante, pues al llegar a las ferias, se puso una blusa de tratante y se cubrió la cabeza con una boina, caminando entre los diversos animales con un palo. Y comprobé lo del mal “orache”, porque no se si en mi vida he pasado alguna vez tanto frío, contemplando al mismo tiempo como iban llegando campesinos, algunos montados en sus mulas y tapados desde la cabeza a los pies ,con una manta ,igual que cuando pasas por la provincia de Teruel en invierno y ves algunos pastores, defendiéndose del frío de la misma forma.

Yo no acudí a Almazán con la intención de comprar ningún animal, pero en Almudévar ,cuentan ,con su romance del “agüelo” Balcones, que “Cuatro ricos de Almudévar-han hecho una sociedad-para ir a comprar vacas- a la feria de Almazán”.

Caminábamos con mi compañero de posada en posada para intentar comer algo, pero como él había estado con su padre varias veces comiendo en esos garitos, no encontramos dificultad para combatir el frío de dos formas, una por la boca comiendo y otra estando refugiados en el interior de un local. Algo así les pasó a los de Almudévar que “Llegaron ent’Almazán –y no tenían posada-y si no por el notario-se están pelando la pava”. No me acuerdo de lo que nosotros comimos pero “Tartón y Larraja piden-p’almorzar unas judías,-y huevos con longaniza-Benedicto y Borderías-.

Nosotros en el ferial, comentábamos la forma de los animales ,su edad ,pues mi amigo les miraba la boca ,abriéndosela con sus fuertes manos, pero los de Almudévar “Ya salieron al ferial:- treinta y seis vacas compraron.-se murió una en el camino;-treinta y cinco les quedaron.-Llegaron a la estación;-se pusieron a embarca-las .Al entrar en el vagón –una se rompió una pata.-En la estación de Almudévar-desembarcaron las vacas-y en l’aira de Manolico-dejaron una por flaca-.

Mientras los dos mozos nos volvimos a Zaragoza ,para seguir estudiando la calidad de la carne o su rechazo ,según fuera buena o mala ,los feriantes “Al llegar ent’Almudévar –llaman al veterinario;-yo no sé lo que diría,-carne de vaca ”vociaron-.

Y nosotros para estar preparados el día de mañana, cuando acabáramos la carrera y tuviéramos que inspeccionar la carne de vaca, dijimos : ¡ala!, a estudiar. En tanto que los ganaderos al darse cuenta de que “Ya estaban en Almudévar-se dijeron -:”Habrá que buscar goyero”-.Y pa goyero buscaron- a un chiquillo y a un agüelo”.El chico era Carabinas-y el agüelo de Citales,- que pa jornal les pedía-seis pesetas y labra-le-.

De labra-te, lo que quieras;-de jornal, cinco pesetas.-Y entonces dijo Larraja: ”Yo te daré una chaqueta”.Está claro que Larraja ,al ofrecerle una chaqueta ,se acordaba de lo mal que vestían en Almazán ,cuando iban cubiertos con una manta y “choditos “ de frío, tanto es así que –La chaqueta que le dio-era de lanilla fina-“¡Hostia ,qué maja te está!- le decía Carabinas-.

Pero a pesar de pasar tantas aventuras y tratar de arreglar los jornales y las yerbas ,”Se entera el Ayuntamiento,-les encarece las yerbas,-No les queda otro remedio- que parti-las o vende-las-.

Total que les pasó lo que le pasa a todo el mundo con el correr del tiempo, porque a nosotros se nos fastidió el ganarnos unas perras con las caballerías y con las vacas y al padre de mi amigo, se le acabó el negocio de tratar animales en las ferias, porque se acabaron con ellas las mulas y las vacas de prado. Y los de Almudévar tuvieron que hacer lo que hizo el Señor Bello, que se vendió las mulas y las substituyó por máquinas, como tractores ,trilladoras y cosechadoras.

Lo mismo tuvieron que hacer los protagonistas del romance porque: ”Con el dinero que sacan-compraron una trilladora-y un reloj de pulsera-para enganchar a la hora-.

La trilladora va bien,-pero le hace falta gente,-unos se van a cagar,-…y otros por agua a la fuente-.

Algo así les pasó a los veterinarios, porque hace unos pocos años los quitaron de los pueblos.

¡Qué profeta era el “agüelo” Balcones!.

sábado, 13 de noviembre de 2010

¿Existe el tiempo?



Yo, desde luego no lo sé, porque dicen que antes del Big-Ban, no existían ni el espacio ni el tiempo. Ahora, existe el tiempo unido a la materia, es decir que la materia requiere el tiempo, porque al ser creada, es evidente que lo necesita. Pero en el vacío, el tiempo carece de sentido. Estas charlas llevaban entre ellos Carlos Torres con Pepe, matemáticos y astrónomos, haciéndose mutuamente, la siguiente pregunta: ¿puede el tiempo caminar hacia atrás?. Y dice Pepe que teóricamente sí, pero hoy por hoy, no, porque la tecnología que lo aclare se está desarrollando no con rapidez, sino muy despacio. Tal vez pudiera darse el fenómeno en un lejano espacio de tiempo, pero no podemos volver a contemplar nuestro pasado o sea volver a vivir nuestros años jóvenes, como por ejemplo nuestros ocho años de edad. No puede ser, pero Carlos Torres afirma que el tiempo puede caminar hacia atrás, añadiendo Pepe que existen unas partículas elementales, en que el tiempo actúa sobre ellas con más brevedad, en los laboratorios donde se estudian, que fuera de ellos.
¿Para qué sirve esta conversación y los problemas que plantea?. Podemos saber para qué sirve una mesa o un libro, porque los vemos, pero estos problemas son abstracciones del cerebro del hombre, que tiene sed de conocerlos, pero no alcanza a conocer cuántos problemas se le presenten, ni podrá solucionar dichos problemas, aunque teóricamente, se encuentren soluciones. Por ejemplo, para hacer un viaje a otro planeta, hace falta hacerlo rápido. Si un hombre viaja a la velocidad de la luz, los que se queden aquí se harán más viejos, pero el viajero que lo hace a la velocidad de la luz, se quedará igual, con la misma juventud de la que gozaba al salir.
El individuo humano sólo, no tiene sentido, si no es en relación con el Grupo Humano de otros tiempos, de los actuales y de los del futuro y siente una necesidad del tiempo en el Grupo Humano, globalmente unido al Creador, pidiéndole: “Envía ,Señor tu Espíritu y todas las cosas serán creadas y renovarás la faz de la Tierra”.
Y el hombre nota su influencia en la obra de Dios y la siente, porque Einstein tenía miedo, no a nivel individual, sino a nivel de todo el Grupo Humano, de las bombas atómicas que los Nazis estaban fabricando y avisó a Norteamérica, para que frenara la catástrofe. Sabía que quizá no afectase a su temporalidad, pero iba a hacer sufrir al tiempo futuro del Grupo Humano.
Stephen Hawking sentía el miedo, no por sí mismo sino por el Grupo Humano, de que la Tierra se destruyera en doscientos años y advierte a los hombres de la necesidad de buscar otro planeta. Advertía de que la estrella más cercana es Próxima Centauri que se encuentra a 4.2 años luz de la Tierra y se tardaría con un cohete de los actuales unos cincuenta mil años en llegar a ella. De esto se deduce que es necesaria una acción rápida. Einstein nos consuela, diciendo: ”los objetos se aceleran, en el espacio, pero el tiempo se ralentiza alrededor de ellos”. Stephen Hawking sentía que el Grupo humano desapareciera en el tiempo e implora a los hombres que busquen otro planeta en el que pueda seguir el Grupo Humano, pasando el tiempo.
Dicen que si el hombre viaja a la velocidad de la luz, irá sufriendo cada vez menos las consecuencias del tiempo, en tanto los humanos dejados en el mundo irán envejeciendo y repitiendo las palabras de Einstein, veremos como “los objetos se aceleran en el espacio, pero el tiempo se ralentiza alrededor de ellos”. El tiempo existe para los hombres y el “ahora” eterno es cosa del Supremo Hacedor.

Badain




Cuando estuve en el Pais Vasco y más tarde en Navarra, me encontré con numerosos pueblos con la terminación de su nombre en –ain, como por ejemplo Andoain. Pero también en el Alto Aragón se encuentran lugares con nombres que acaban igual y esto es una prueba de que aquellos habitantes de la Montaña eran vascuences, igual que los navarros; más abajo, desde Lérida a Huesca eran ilergetes, que hablaban el vasco –ibérico. En nuestra provincia se encuentran el pueblo de Gistain, el de Escuain y la aldea de Badain. Esta se encuentra en la salida del valle de Gistain hacia Bielsa o hacia Ainsa, según uno vaya hacia Francia o hacia Huesca y desde la carretera se ve allá arriba, encima de una elevada colina, con su torre de la iglesia indicando las mayores alturas del cielo, rodeada de árboles, entre los que se encuentran numerosos nogales. Subimos a contemplar de cerca la belleza de aquel lugar con un nombre tan eufónico o biensonante. Una vez arriba aparcamos en una Plaza, en la que se encontraban unas tres o cuatro casas y más adelante, pasada otra casa con un pequeño jardín, en el que las flores alegraban el ánimo de las personas, que por ahí llegábamos, con sus variados colores y su lozanía, se alzaba una torre de piedra fuerte y con unas escaleras que daban acceso a un refugio turístico. Contrastaba la seriedad de dicha torre con la alegría que producía ver a su lado una puerta, a través de cuyas rejas, se veía un cementerio y en su parte alta estaba escrito en un cartel: Entrada a la Iglesia. Este “fosal” no tenía paredes que lo cerraran, pues entrando en él, a la izquierda, se veía un desnivel, que daba a la carretera por la que habíamos subido y a la derecha, estaban los muros de la iglesia.

Se entraba en el cementerio entre las tumbas, casi todas ellas adornadas con flores y con plantas ornamentales y mirando los nombres de aquellos difuntos, como lo estaremos nosotros cuando el Señor disponga, veías apellidos altoaragoneses, que ocupan todo Aragón, porque los hermanos de sus antepasados bajaron a vivir en la Tierra Baja. Muchos marcharon a Francia y allí estaba la tumba de uno de Badain, en la que ponía: De ton frère. Aquellas tierras vivieron unidas muchos años con los franceses y más tarde, en el Alto Aragón, recibimos muchos de ellos y a Francia pasaron numerosos montañeses. Entrar en aquella iglesia llevaba consigo un misticismo en el que se hermanaban la vida con la muerte y no podías hacer otra cosa que recordar con cariño a aquellos dos jóvenes sacerdotes, allí enterrados el año 36 y a los abuelos de Feli Nasarre. Al lado de la puerta había un gran cuaderno en el que algunos habían escrito sus sentimientos y sus devociones y como el lugar era un refugio del espíritu, estaban las tarjetas postales que recordaban a Badain y otras en las que estaban representados santos, como San Visorio o la Virgen montañesa de la Peña.

Al salir de la iglesia, continuamos interesados en terminar de ver el pueblo y delante de ella, mirando al Norte, había un espacio con forma de media elipse y rodeada en sus extremos por una pequeña pared de piedra, en la que muchos se sientan y observan los altos Pirineos y mirando hacia abajo se ven correr las aguas del río Cinca, pues el afluente que se llama el Cinqueta, se acaba al salir del Valle de Gistau. Desde allí se ven los blancos tubos de las compañías eléctricas que bajan de lo alto a lo bajo las aguas que producen energía eléctrica. Y allí, en Badain vivían los abuelos de Feli Nasarre y en ese pueblo debió de nacer. Su abuelo era de la compañía eléctrica que regía aquellas instalaciones y Feli se acuerda entusiasmada de Badain, de las nueces y del paisaje, que desde este punto detrás de la iglesia, se divisa, igual que yo me acordaré de un balcón, que todavía se conserva, a pesar de ser de madera y de tener cientos de años, con su cubierta y su solar formado por dos tablas. Tres familias vivían en Badain, que recuerda la copla que dice: Tres cosas hay en España- que no las tiene Madrid-casa el mesón, casa el Baile- y el Galán de Badain.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Vadiello con sus cabras, recuerda su pasado




Este verano pasado del año 2008, subimos cuando ya se acababa el mes de Agosto a Vadiello, para que contemplaran el Pantano mi hija, su marido y los dos nietos, que viven en Pamplona. Pero no sólo contemplaron las aguas del pantano, sino que se encontraron en un panorama todo él creado con piedras y rocas, formando una ciudad de paredes unas veces verticales y otras redondeadas y todas ellas con cuevas o abrigos, unos enormes, que albergan a veces, ermitas como la de San Cosme y San Damián, y en otras ocasiones parideras, mientras en otros refugios, duermen o pasan la noche las cabras y en otras cavidades menores, acomodan sus arnales, las abejas. Esas masas de piedra, las llamamos en Aragón “Mallos”, entre los que se encuentran el “Puro” y el “Huevo” de San Cosme y San Damián. Para ir a la ermita de dichos santos, cruzamos el río Guatizalema por la presa, subimos por un camino y en unos veinte minutos encontramos un desvío y después de cuarenta y cinco minutos más, llegamos a la Ermita de San Cosme y San Damián. Allí recordé a mi familia los catorce años que pasó de Capellán en la Ermita el tío de mi abuelo materno, Carmelita del Convento, que estaba en la Plaza dela Cárcel y que la Desarmortización de Mendizábal lo cerró como a tantos otros. Les hablé de la proximidad del pueblo vasco-ibérico de Isarre, despoblado ya hace muchos años, como la aldea de Vadiello, cuyos restos fueron inundados por las aguas del pantano. No era una zona muy poblada pero en ella se vivía la ruta hacia Nocito del vino y del aceite y se vivía un ambiente espiritual a la sombra de San Cosme y San Damián. Ahora nos encontramos con un paisaje maravilloso, pero que recuerda los desiertos de la Montañas Rocosas. Pero no estábamos solos, porque había cambiado la población humana por la de las cabras, a las que veíamos vivir salvajes en lo alto de aquellas rocas, haciendo equilibrios por una senda inclinada, por la que se dirigían a una cueva, en la qué parecía les apetecía ir a pasar la noche. Igual que estas “peñaceras” iban por las alturas, otras “esberrecaban” al lado mismo de las aguas del pantano. Estas cabras se tornaron salvajes en poco tiempo, pues sus dueños, uno de los cuales era el amo de Casa Sánchez de Santolaria, además de Calvo, Vallés de Castilsabás, no las pudieron recoger. En cierta ocasión iba mi hijo acompañado por un muchacho de Siétamo, que conoce su “fabla” y tiene parientes en Nocito, por aquellos parajes y cerca del Huevo de San Cosme, el joven le hizo ver a mi hijo que allí cerca había unos cabritos pequeños y podrían coger alguno. Pero mi hijo sintió respeto, al ver sobre una roca un “buco lambreño” o macho cabrío de color negro por arriba y royo por debajo, que recordaba los que tenía Anselmo, el tío de José Luis Grasa de Siétamo. Verdaderamente era un espectáculo fuerte el ver al buco con sus pelos erizados, como se les ponen a los gatos cuando les estiran la cola, subido en lo alto de una roca y amenazando con sus enormes cuernos, y con su barba mostrando una señal de su poder. Con sus patas escarbando, tiraba piedras por la ladera y a veces se escuchaban sus voces dirigidas a las hembras, con sonidos como ese”pro-po-pro –po” con el fin de seducirlas. Ignacio cuando lo oyó o “sintió” “buquir” y soplar, con un marcado cerro de pelos erizados sobre el espinazo, se quiso marchar, mientras su amigo se reía del ciudadano, valiente para conducir tractores y automóviles de los que era amigo, como él demostró serlo de los bucos, cabras y cabritos. Contó que en aquellos rebaños de cabras había un buco, que era el gran jefe, pero acompañado de uno más por cada diez cabras. Esos bucos peleaban y se hacían daño, poniéndoles huevos o “cagandóseles” las moscas en las heridas y acabando muchos de ellos muertos en el monte, donde abundaban los buitres. En el fondo del pantano, dicen que existía un pequeño poblado, que se llamaba Vadiello y yo no sé si al rellenarlo de agua, después de terminada la presa, sacarían antes los difuntos de su viejo cementerio o fosal, pero aún muertos, si allí siguen algunos de sus antiguos pobladores, gozarán de ver aquellas cabras, que son felices, como lo fueron ellos en el pantano y en las rocas de alrededor.

MOLINO DE VIENTO



Molino de viento a Pedro Saputo.-

Bajo la dirección de S.Ramos Almodóvar se publicaba en Córdoba una revista mensual ilustrada, titulada "Letras Regionales" y en Febrero de 1928, Santiago Camarasa, escribía sobre el tesoro artístico español, el artículo "Gloriosos testigos del pasado". Trata de los molinos de viento y dice: "No importa que por el abandono pasado fueran desmoronándose bastantes molinos; no importa que éstos fueran antes muchos; lo que importa ya, y grandemente, es que los que quedan, los pocos que subsisten aún, se conserven, se restauren; que los que son ruinas dejen de serlo; que empiece efectivamente la defensa del molino de viento, volviendo a ser, no la riqueza de antes, porque la mecánica hizo conquistas extraordinarias desde su época y sería ridículo su aprovechamiento como entonces, pero sí el ornato de las llanuras manchegas, como lo fue antaño".Añade que la fuerza del aire que movía las piedras de los molinos, representa algo que supone el progreso de la Humanidad por ser los molinos los precursores de la fuerza motriz de cientos de caballos, que mueven los motores de las modernas fábricas que han hecho progresar al mundo.

Este Almodóvar parece que veía venir los nuevos molinos de viento o molinos eólicos, que llenan nuestras tierras hermanas de Navarra, que la han hecho producir con ellos, toda la energía eléctrica que necesitan. Tanto es así, que como final de la operación de llenar los altos de sus tierras de molinos eólicos, han levantado uno clásico, no me acuerdo exactamente donde, para rendir homenaje a los antiguos molinos de viento, padres de los actuales.

Pero mi casi homónimo, Almodóvar dice: "Son esos molinos (además de una reverencia a la fuerza motriz) la reverencia al gran Cervantes y propone que en aquellos lugares de las andanzas de Don Quijote, lo mejor que se podría hacer es levantar como monumento al Caballero de la Triste Figura, un molino de viento".

Pero estamos en Almudévar, según el genial escritor Braulio Foz, patria de Pedro Saputo y según Don Rafael Gastón Burillo:"El símbolo de Pedro Saputo y de Almudévar, que es Aragón entero, puede iluminar con sus enseñanzas y deleitar con su belleza, áspera y rebelde cuanto grata, a todo el mundo".Y en el caso que me ocupa, ¿en qué debe consistir la enseñanza que deleite a todo el mundo?,pues sencillamente en levantar otro molino de viento como aquel que en siglos pasados entregara el Rey Don Jaime II a mi antepasado Juan de Almudévar, portador de dicha Villa. Esto último se puede leer en el número 38 del Argensola del año 1959 y ocurrió en 1311.(Angel Conte en la Encomienda del Temple de Huesca).

"Es curioso observar la cantidad de molinos, que los templarios principalmente, dirigen en Aragón y casi todos ellos movidos por corrientes de agua, pero en Almudévar, al no correr aguas por su superficie, había molinos de viento".

En el libro del Almudévarense o almudevano Aliod y de Gabriel Ponce en la página 48, dicen que el molino de viento lo dió el Rey a Juan de Almudévar, que además de portario "era un personaje influyente y cercano al Rey".

Braulio Foz, nacido en Teruel, encabeza los diez primeros capítulos de su obra Pedro Saputo con las diez letras que forman su nombre, pero no escribió su novela sobre su provincia natal, tal vez por evitar alusiones a sus naturales y como dice Rafael Gastón Burillo, refiriéndose al protagonismo de Almudévar :"Si alguien creyera que la Villa de Almudévar pudiera sentirse molestada o menospreciada por la obra de Foz, grave error es el suyo. No es Almudévar ,sino Aragón; y no es menospreciada, sino elegida precisamente como símbolo de las tierras aragonesas para presentar en ellas la obra vivificadora de que son capaces".

Si, porque a Braulio Foz le parecía ver que el espíritu aragonés iba decayendo y para evitar esa caída en el ideal de verdad y de justicia de lo aragoneses, con su obra de Pedro Saputo quiso darle unos latigazos (zurriagazos), para que "Almudévar, entre la montaña y la llanura, velase por el destino de los pueblos".(Rafael Gastón Burillo).

La obra de Braulio Foz nos trae a la memoria el Quijote de Cervantes, porque Pedro Saputo(sabio) representa la "razón natural", para conducir a su pueblo al progreso, de la misma forma que Don Quijote fue un ejemplo de los ideales de los caballeros protagonistas de aquellas novelas.

"Y así como don Quijote veía unos gigantes donde sólo había unos molinos, Pedro Saputo veía en Aragón convertirse en sólo molinos lo que pudieran ser gigantes".

Es curiosa la situación histórica de la Villa de Almudévar, porque está por arriba y por abajo, rodeada de tierras regadas por ríos, donde los templarios y otros, construían molinos, pero al no ser regada en sus términos, construía molinos de viento y es en ella donde se fijó Braulio Foz para escribir su genial obra, tan poco aprovechada por los aragoneses,"Vida de Pedro Saputo".

Braulio Foz escribió su obra para animar a los aragoneses a crear riqueza y así como los navarros han edificado un molino de viento, después de hacer multitud de molinos eólicos, los de Almudévar deben construirlo antes de que empiecen a situar en ella, los mismos molinos creadores de energía.

martes, 9 de noviembre de 2010

A Ramón J. Sender





Me han dicho mis amigos que estoy loco. No me importa. De siempre se ha conocido que de poetas, músicos y locos, todo tenemos un poco, aunque en unos domine más que en otros una de las tres facetas.¿Por qué me acusaron de “chalao”?.Muy sencillo, es que les conté lo que me pasó hace pocos días con Froilán, el niño amigo de Sender, que murió el año 1909,electrocutado al contactar su pequeño cometa de trapos y de cañas, con un cable de alta tensión. Los vecinos de su pueblo aseguraban que ocurrió todo bajo el nefasto influjo del Cometa Halley al que también atribuyen el terremoto de Méjico, la desgracia de la niña Omaira y de sus paisanos a causa de la erupción del Nevado del Ruiz en Colombia y las corrientes de lodo que han dejado sin vivienda a tantos ecuatorianos.

Los buenos hispanos en lugar de decir: ¡Qué bueno, que viniste!, tienen sobrados motivos para gritar: ¡Qué bueno, que te vas!.Volvió el famoso cometa a visitarnos a finales del 85 y se va a principios del 86 para volver, cuando lo ordene su ciclo. Sender esperaba la vuelta del Halley par el año 85 y creía más loco que yo, que Froiñán volvería a visitarlo, montado en su cola.¿Cómo podría regresar el niño?. Se fue fulminado, fosforizado, ionizado, eterizado o de una de las mil formas que los científicos conocen y de uno de esos multiformes modos ha regresado. Aquí radica mi locura, en que lo he visto y he hablado con él.

Yo lo esperaba, asumiendo el deseo del para mí, Premio Novel, aunque no se lo dieron: Sender, según manifestaba en una de sus poesías, tenía la ilusión de guardar a Froilán una de las mejores ranas de una de esas balsas que juntos visitaban; la muerte le impidió realizar su sueño. Yo recogí el reto y guardé una rana no en un acuario, ni en un terrario, sino en un artilugio que reunía las propiedades de ambos. La rana es un anfibio y tiene dos formas de vida, una en el agua y otra en la tierra; en aquella respira por branquias, y en la orilla de la balsa, lo hace con sus pulmones.¡Buen regalo para Froilán que también es anfibio, porque yo lo vi en la tierra de Huesca y venía e iba por el espacio y a otros espacios más lejanos!.

¿Cómo pude ver a Froilán?, Simplemente porque quería verlo y lo quería ver porque había recogido el deseo de Sender de entregarle una rana. No todos los deseos se cumplen, ya que el maestro no llegó a vivir en el año 85, pues la inmortalidad no se alcanza sobre la tierra, pero se alcanza de algún modo y cuando se vean el viejo y el niño recordarán los saltos de las ranas en la alberca.

Yo sabía que encontraría a Froilán, porque mis paisanos del ¨Somontano de Guara, siempre han afirmado que las montañas no se encuentran pero las personas, sí.

Muchas veces los hombres no nos encontramos ni con nosotros mismos, ¿cómo vamos a encontrarnos con los demás?. Y si lo hacemos es para reñir, para aprovecharnos mutuamente unos de otros o para luchar.

Sabía que tenía que encontrar al chico, pero pensaba que tal vez, después de tantos años, se habría hecho un hombre, sin embargo reflexioné sobre la teoría de la relatividad y llegué a la conclusión de que si yo envejecía un año girando alrededor del sol, montado en mi planeta, él a caballo en su cometa, habría pasado sólo un año en el tiempo que para nosotros, había envejecido setenta y seis a los humanos de la Tierra.

Desde 1909 hasta 1985, nuestra esfera ha dado setenta y seis vueltas al sol, en tanto que el Halley sólo ha girado una vez para completar su ciclo en torno a no sé qué.

Lo encontré niño, como de diez años. Yo observaba a todos los de esa edad, que caminaban por la ciudad con soltura, esquivando coches, botando balones y como pasando de todo. Estaba apoyado en la pared de uno de esos chiringuitos, que lanzan al aire de la calle sus músicas y en la acera de enfrente había un niño que miraba atónito el mundo urbano que le rodeaba; no se atrevía a pasar la calle por la que rodaban como locos los automóviles. Me acordé que en el pueblo de Froilán, en el año 1909 no habría probablemente ningún automóvil.

De repente, por los altavoces del chirringuito empezó a oírse aquella canción que dice:”Froilain, Froilain”(señorito en alemán) y Froilán, como una exhalación cruzó la calle hacia el bar, a una velocidad cósmica que le libró de un atropello.

Me dirigí a Froilán, pues era él, le miré a los ojos, mientras le entregaba la rana metida en un bote de conserva lleno de agua y esos ojos se apoderaron de mí de tal manera que no me dio tiempo a preguntarle nada. Cuando volví en mí, Froilán se había exhalado.

Al principio lo sentí pero luego comprendí que si hubiera conversado con él, hubiera sabido demasiado.

Ahora solo sé que Froilán, Sender y Omaira nos acompañan desde algún lugar.

Yo he cumplido, pero me gustaría que dentro de setenta y seis años, alguien se encargara al nuevo regreso del Halley ,de entregarle una flor a la niña Omaira.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Hay que rehacer la Historia de los Pirineos


Desde Siétamo, en determinadas circunstancias y sobre la Sierra de Arangol, se ve la cumbre del Turbón, como desde la presa del Pantano de Barasona, se pueden contemplar además del Turbón, Cotiella y otros altos montes. Estas vistas demuestran que aunque, a veces, los altoaragoneses nos creemos lejanos, estamos en la misma zona geográfica. Esta presa se levantó el año 1929 sobre el río Esera, que inundó el pueblo de Barasona y en la superficie del agua, según la plenitud del pantano, se ve asomar la torre de la iglesia. También quedó arruinado el pequeño pueblo de Cancer, a la orilla del Pantano de Joaquín Costa, cuyas aguas enriquecieron a otras comarcas, pero dejaron que los habitantes de Cancer dejaran abandonadas sus casas, entre cuyas ruinas se contempla su iglesia, con el mismo destino que las viviendas. Siguiendo la carretera, a siete kilómetros de Graus, se asienta el pueblo de Pueyo de Marguillén. Según Madoz por los años de 1850 limitaban por el Norte, Barasona y Cancer con Capella. Durante el dominio visigótico a la parte norte de la Ribagorza la llamaban Terra Ripacurciense y a la parte situada al sur, Terra Labitolosana. En el siglo IX, la Ribagorza dependía del Condado de Tolosa. Cuando remataba el siglo, el Conde Ramón I se separó del dominio de Tolosa, creando un condado independiente, con los monasterios de Obarra, Alaón y San Pedro de Tabernas. Ramón II levantó la Catedral de Roda y el rey Sancho Ramírez conquistó a los moros Graus en 1083. Esta tierra de los antiguos vasco-ibéricos se convirtió en una tierra sin fronteras, pues entraron los visigodos, que tuvieron cecas de monedas en Boltaña y Gistain. Después llegaron los romanos, que dejaron Labitolosa en la actual Puebla de Castro. No había fronteras porque era una zona pirenáica, común con el Midi francés,donde llegaron, más tarde los moros. Pero el Pirineo, con sus enormes montañas, que ponían dificultades en el paso por ellas de los hombres, ayudó a que se creasen fronteras. En la Ribagorza lucharon el aragonés, el catalán y el castellano, ya que en Benabarre se hablaba en una forma parecida al catalán y, en cambio en Barbastro, se hablaba el castellano, después del Compromiso de Caspe. En una revista quincenal de 1884, fecha ligeramente posterior a la obra de Madoz, explica como un habitante de Barasona, encontró en el monte de Cancer un relicario de San Bernabé, del que la catedral de la ciudad de Tolosa posee la cabeza del citado apóstol. Esas reliquias eran veneradas desde remotos tiempos. De ellas se escribía en los documentos parroquiales, pero sin expresar el nombre de San Bernabé hasta el año 1777.Pero la revista escribe que “por los años 1580 ya consta en los escritos guardados en el archivo de su parroquia la existencia de las aludidas reliquias de San Bernabé. En un inventario de esta fecha, se lee esto: una arquilla de reliquias sin título ni certeza de ellas”. Un miembro de la casa de Rosico de Barasona, estando labrando, se dio cuenta de que los bueyes al pasar al lado de unos matorrales de boj, uno de ellos doblaba sus rodillas, lo que le hizo mirar la causa de tales reverencias. Encontró una arquilla, con las reliquias citadas de San Bartolomé… Fueron a parar a la iglesia de San Miguel de Cancer”, donde se custodia y recibe constante culto desde una época remotísima”. El Obispo de Barbastro ordenó en 1605 y en 1609 ,que se hiciesen dos llaves,una paral arquilla de las reliquias y otra para la puerta del armario, que guardaba las reliquias de San Bartolomé. ¿Quien fue el que trajo tan preciadas reliquias a Cancer?. Dicen que hubo un esclarecido personaje, nacido en dicho Castillo de Cancer, de donde era Señor, que llegó a ser Gran Maestre de la Orden Militar de San Juan, que sufrió persecuciones y se refugió en su pueblo, donde se conservaban las reliquias, pero ante el peligro que continuaba contra su persona, se refugió por lo más enriscado y fragoso de las montañas pirenáicas”, para pasar a Francia. “Dice Moner en su Historia de Ribagorza que por los años de 1562 era Señor de Cancer D. Juan Nadal de Cervuna, de Fonz”. Pero en los años de 1884, el párroco Sr. Escuer habló con el Señor D.Luis San Juan, vecino de Huesca y Señor de Cancer, le preguntó y el Señor le respondió que “debía existir alguna auténtica (historia) cuyo paradero es desconocido”. La relación de este suceso la hizo el párroco de Cancer en los años de 1884 y se la contó el cura de Barasona, que a su vez la recibió de su tío el párroco de Pueyo de Marguillén, aproximadamente por los años de 1840. De todas formas, siendo Gran maestre de la Orden de San Juan el Señor de Cancer, se explica la posibilidad de la posible venida de tan altas reliquias a la Parroquia de Cancer.Al Señor de Cancer,siendo Gran Maestre de la Orden de San Juan y viviendo en la isla de Malta, le sería fácil conseguir esas reliquias ,por ejemplo desde la isla de Chipre. Cander veneró durante muchos años a San Bartolomé y le pidió que alivira las sequías y las tormentas,celebrando su fiesta el once del mes de Junio de cada años.En la ciudad de Barbastro ,en la imprenta de M. Puyol y España,en Julio de 1858,se imprimieron los Gozos que se cantan en Cancer al glorioso San Bernabé,venerado en la iglesia de Cancer,filial de Pueyo de Marguillén.Dicen así:” En un campo ameno estaba,- entre un verde boj metido,-este tesoro escondido –a quien un toro adoraba; notó su dueño admirado-del toro lo respetuoso.-Del campo el dueño labraba-con dos toros, y advertía-que genuflexión hacía-el que hacia el santo pasaba;llegóse humilde y postrado,-y le veneró dichoso……A Cancer, en cuyo monte-el santo cuerpo fue hallado,-quiso que fuera llevado,-para desde este horizonte,- en donde es venerado,-ostentase portentoso….Quien tus milagrosexacto-decir todos pretendiera,-un infinito quisiera,-de potencia al acto:-por ello es tan admirado tu poder maravilloso.-“ Y terminan así, estos Gozos: “Un San Juan noble es el dueño-de este lugar,quien galante-culto os tributa constante,-de que hace el mayor empeño,-no dejéis,pues, impremiado-corazón tan obsequioso”. Esto lo escribió Roberto puyo de Columa,”siempre admirador de las glorias religiosas de la antiquísima diócesis de Barbatro”

Esta Ribagorza, zona pirenáica, está llena en su historia de su relación con Tolosa, pero aquella región común con los Pirineos, se convirtió en frontera difícil de atravesar, aunque sus habitantes siempre viajaron a la zona de Tolosa o Toulouse. Hay que abrir una autovía por el Pirineo, para no sólo pasar por ella, sino porque su creación sería una recreación de la Historia. Basta recordar a Carlomagno que estuvo en las puertas de Zaragoza y a Roldán ,que llena con su nombre numerosos puntos geográficos de la Pirineos. San Bernabé, el Señor San Juan y Carlomagno ,harán que Tolosa y Zaragoza se abracen con la industria,mientras Graus ,cuide y repare la iglesia de Cancer.

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