Felix de Azara |
Cuando tenía unos trece o catorce años, estaba estudiando en el Colegio de San Viator de Escoriaza (Guipúzcoa) y un día llegó un músico que componía y entonaba los pianos. Estuve hablando con él y me cantó una canción compuesta por él mismo, que decía “¡Madre!, al partir del mar al otro lado, siento latir mi pobre corazón”. El era ya, un señor mayor, que en su juventud había emigrado a las Américas y recordaba esos tiempos en los que había tenido que hacerlo y parecía que sentía, por un lado la primera separación de su patria y por otro la separación de aquellas románticas, bellas y abandonadas muchas veces, tierras de América. Abandonar el Paraguay lleva consigo el olvido de su bella y extraña fauna y de su flora magnífica, en las que un paisano de los altoaragoneses y pariente mío, Félix de Azara, estuvo veinte años investigando, tomando sus datos el sabio Buffon. Este pacífico militar, explorador, cartógrafo, antropólogo, humanista y naturalista español, en una palabra investigador, tuvo al fin que volver al Altoaragón, estando enterrado en la catedral de Huesca. Don Antonio Segalés conoce su historia y es amigo suyo, si es posible que dos personas de distintas épocas se comprendan. Yo creo que Antonio lo comprende, porque es partidario de que lo entierren en su pueblo de Barbuñales, donde en un medio distinto del de Paraguay, lleno de tranquilidad, creo que soñaría feliz, con sus trabajos sobre la evolución de las especies. Por fin volvió a España en 1801, después de sufrir grandes peligros y sufrimientos. El matrimonio de Miguel A. y de Magali, hija querida por el gran catalán y colonizador del Paraguay y admirador de Félix de Azara, Don Antonio Segalés, se dio cuenta de que en el Paraguay estuvo gobernando un gobierno jesuítico, que consiguió un buen desarrollo del País, pero, como he dicho se abandonaron las intervenciones de los jesuitas y volvió un retraso económico. Parece ser que se enteraron del progreso europeo y vinieron a España, tuvieron la ilusión de comprar una casa rústica en Arbaniés, pero han considerado que en Paraguay se podrán producir, los tan necesarios cereales para la alimentación de la humanidad, cada vez más numerosa y han decidido volver otra vez a Paraguay.
Ahora les duele abandonar España, donde han hecho amistades y han intervenido en los contactos culturales entre ésta y el Paraguay, porque tienen una gran amistad con el catedrático de la Universidad de Pilar, Don Julio Contreras, allá en el Paraguay, pero son personas activas y trabajadoras y no perderán el contacto entre dos países que tienen una cultura común. Se llevaran a sus hijos pero el mayor se quedará en España por su preocupación por la cultura, que quieren que a su edad no abandone los problemas que trae consigo la humanidad. Felix de Azara, en el Paraguay y en Europa, con su gran inteligencia, fue el primer conocedor científico moderno, como ahora el hijo mayor de Miguel y de Magalí, puede prepararse para que vuelva la prosperidad sobre Paraguay y también en estos tiempos, sobre España.
Feli, mi esposa y yo, os deseamos un buen viaje y una estancia feliz y próspera en el Paraguay, acompañados por vuestros hijos y con la bendición de tu padre Antonio Segalés.
Al hijo mayor que se queda en España, le recordamos que cuando tenga algún problema, que acuda a Feli y a mí, que haremos lo posible para que sea feliz. Hace poco vino a España, la culta y bella Magalí, y me dijo que su hijo, el mayor, había vuelto al Paraguay, donde se mirará alguna antigua moneda que le regalaron en España y reflexionará sobre la cultura, perseguida de los Jesuitas en el bello País Sudamericamo.
De España recuerdan el tiempo feliz que en ella pasaron, pero se dan cuenta de la producción enorme de trigo y de soja, que alcanzan en Paraguay, con la que contribuirán a que en Europa no se pase hambre.
hola esta familia es real? creo conocer a miguel el hijo, a que se refiere cuando dice,"queda en españa preocupado por la cultura"? no comprendo, creo la familia y el se encuentran en el paraguay
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